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LEY DE LA ATRACCION

¡Gracias Aika! (Parte 2)

Nota del autor: Este artículo debido a su extensión fue dividido en dos partes, a ser
publicados uno semanalmente. A continuación la Parte 2:

Al concluir la primer parte de este artículo llegué a ese punto, a esa línea divisoria que
la mayoría no nos atrevemos a cruzar por subestimarnos, por temor, o simplemente por
falta de conocimientos de los pasos correctos que se deben dar.

Esa noche mi perrita se acercaba cada vez más al borde del precipicio y yo por más que
quisiera tomarla no podía, esa línea era como una puerta de cristal que me impedía
pasar; yo sabía que sólo tenía que abrirla, pero ¿dónde estaba la llave qué la abría?.

Aika había llegado al límite y yo con ella, lo que debía hacerse había que hacerlo en ese
momento y mi Fe junto con mi perseverancia en no rendirme me mostró el camino.

Luego me daría cuenta que la llave está “ahí”, siempre está en nuestras manos, pero no
la vemos o no la queremos ver; es la Fe.

La perseverancia por medio de nuestras constantes acciones nos guían en el camino


correcto, nuestra fuerza de voluntad es el combustible que nos adelanta y hace avanzar
hasta las puertas de lo que yo llamo “El Templo Sagrado”, mientras que la Fe es la llave
que nos abre esas puertas de par en par.

Y ese libro del cuál me vinieron a la mente esas frases me hicieron dar los pasos que
considero fueron los correctos y necesarios.

Pero antes de decirles cuál fue ese libro debo de decirles que no fue “casualidad” que
recordara casi literalmente esas “frases”.

Ese libro había sido el primero que había leído (un año y medio atrás) y que me ingresó
en el conocimiento de la ley de la atracción y como hago con la mayoría de los libros,
imprimí una copia del mismo.

Pero la copia de este libro en particular en vez de estar guardada con todas las demás,
estaba puesta en la mesita de luz de mi cama y ahí había estado sin tocarla hacia más de
un año.

Es decir la solución que estaba buscando estaba ante mis ojos, todas las noches que me
acostaba la tenía al lado, pero no la tomaba, era hasta ese momento uno de los tantos
libros que había leído.

¿Y qué es lo sorprendente de esto? Que justo el día anterior a esa noche determinante
del 25 de agosto de 2010, había terminado de leer nuevamente todo este libro y como
había hecho la primera vez, subrayé párrafos que en la primer ocasión no me habían
llamado la atención y algunos otros que los volví a remarcar.

Estos párrafos estaban repartidos a lo largo del libro, sin embargo la mayoría estaban
concentrados en un sólo capítulo.
Pero antes de continuar sobre ese “capítulo” debo explicarles porqué razón yo tome
nuevamente ese libro en mis manos y lo leí después de más de un año de no hacerlo.

Dos semanas atrás un lector de mis artículos, que por sus comentarios demuestra tener
más acumulación que yo de información de libros leídos sobre el tema (me ha enviado
libros que yo no tenía en mi poder), más el nivel intelectual que refleja por sus
conocimientos filosóficos y metafísicos; me puso ante la obligación moral de
contestarle (ante un disentimiento de su parte), con fundamentos de donde había sacado
la información de como se denomina en la subdivisión funcional de la mente, la tercer
mente, la superior de todas (de lo cuál hablaré específicamente en otro artículo).

Pues ese término que yo había tomado de otro autor, sabía en mi interior que había sido
de uno de los últimos que había leído, sin embargo algo me motivo a tomar ese libro
que tenía en mi mesita de luz, que era el primero de todos.

El libro a que hago referencia es La Ciencia de hacerse Rico, de Wallace D. Wattles. Y


las frases que me vinieron esa noche a la mente cuando me acosté, fueron del capítulo
que habla sobre la gratitud y que a continuación sito (páginas 30 y 31):

“El proceso entero de ajuste mental y la compensación, puede ser resumido en una
sola palabra, la GRATITUD”

“Es fácil entender que cuanto más cerca vivimos a la fuente de la riqueza, más riqueza
recibiremos; y es fácil también de entender que el alma que está siempre agradecida
vive en un contacto más cercano con Dios que el que nunca lo busca para
agradecerle.”

“Cuanto más gratitud fijemos en nuestras mentes y en el SUPREMO cuando recibimos


cosas buenas, más cosas buenas recibiremos, y más rápidamente seguirán llegando; y
la razón, simplemente, es que la actitud mental de la gratitud lleva la mente a un
contacto más cercano con la fuente de donde provienen las bendiciones.”

“Aquel que no tiene ningún sentimiento de gratitud, no puede conservar una fe viva; y
sin una fe viva usted no puede enriquecerse por el método creativo”.

Y estos párrafos que transcribí, más los comentarios que también llegaron esa noche a
mi mente de otros autores que coinciden en decir que, cuando pedimos un deseo debe
hacerse en tiempo presente y agradecer por el mismo como si ya se hubiese cumplido;
me llevaron en ese momento a dirigir a esa “Inteligencia Superior” la siguiente frase y
repetirla varias veces:

“Te doy gracias Dios porque ya curaste a Aika.”

Y cada vez que de toda esa frase pronunciaba la palabra “gracias”, parecía que la misma
cobraba vida por sí sola.

Porque toda vez que terminaba de pronunciar “gracias” brotaban de golpe de mis ojos
lágrimas de felicidad, una y otra vez, siempre al terminar de pronunciar dicha palabra.
Es decir, mientras yo agradecía en esa “realidad espiritual” el que Aika ya se había
sanado, metros más allá en la cocina se encontraba en esa “irrealidad física”, mi perrita
agonizando.

Y esto no fue lo único que hice, como desesperado por querer hacer lo que era correcto,
en esa hora llevé a la práctica todo lo que los autores nombran.

A continuación hice visualizaciones y afirmaciones:

Visualizaciones imaginándome jugando con la perrita ya curada, viéndola venir


corriendo a mí, moviendo la cola y saltando, tanto de cachorra, como ya de adulta.

Y luego hice afirmaciones, como si en ese mismo momento hubiese estado escribiendo
este artículo; es decir en mi mente me veía contándoles a ustedes esto mismo como si ya
hubiese ocurrido, cuando en la “irrealidad física” esto todavía no había sucedido. La
mayor parte del contenido de este artículo es prácticamente un calco de la afirmación
que hice esa noche.

Esas tres acciones continuas que realicé se pueden resumir en la siguiente frase que dijo
Cristo, según el Evangelio de Marcos en 11, 24:

24- “Por eso les digo: todo lo que pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y
lo obtendrán.”

Así habré estado aproximadamente media hora, luego me dormí.

Pero a las cuatro de la mañana siento que Aika está llorando. Me levanto y voy a verla y
me encuentro que había tenido vómitos y diarrea; limpio todo y la acompaño a su
cucha, la acarició un poco y me voy a dormir nuevamente.

Sin embargo ya no podría conciliar el sueño. Finalmente me levanto a las 5 y vuelvo a


la cocina.

Allí la encuentro a ella también sin dormir, caminando por la cocina. A los pocos
minutos vuelve a tener arcadas y vomitar, luego se aleja dos metros y tiene otra diarrea.

Luego camina u poco y se tira al suelo, ahí me pongo en cuclillas y comienzo a


acariciarla; sus ojos estaban chiquitos más de lo de costumbre, era como si su mirada se
fuera consumiendo día tras día, igual que su vida.

En ese momento se pone a dormitar ahí mismo donde había quedado y yo para no
alejarme de ella (para que no se despertara) evitando buscar dos metros más allá un silla
de playa que tenía para sentarme, porque las piernas me habían empezado a molestar,
tomé en su reemplazo un balde que tenía a medio metro, lo dí vuelta y me senté sobre
el.

Así estuve desde las 5 hasta las 6,30 hs, hora en que me levanto todas las mañanas.
Acariciándola continuamente e intercalando las frases de agradecimientos, las
visualizaciones y afirmaciones de este mismo artículo, siempre en silencio, para no
despertarla.
Esta última parte la cité para no ocultar información que podría ser vital (en realidad no
lo sé), ya que en esa hora y media que estuve realicé una mayor cantidad de
visualizaciones y afirmaciones. Y esto último (repetir en la cantidad esas acciones en un
número que no conté, porque simplemente lo hice naturalmente) ignoro si influyó en el
proceso para su concreción satisfactoria. Sin embargo si yo tuviera que inclinarme por
una cantidad de repeticiones diría intuitivamente ¿17?.

Luego cuando en esa mañana del 26 de agosto fui a mi oficina y al ponerme frente a la
computadora preguntándome ¿abre hecho lo correcto la noche anterior?, puse en el
buscador “ley de la atracción” y mi página “secretoalexito.jimdo.com” luego de
aproximadamente 20 días de no figurar en la primer posición, volvió a aparecer en el
primer lugar.

Ya lo he dicho en otros artículos, cada vez que mi página aparece en el primer lugar es
luego de realizar una acción que implica ayudar directa o indirectamente a otro ser.

Es decir, es por lo menos una de las formas con que el Universo me comunica que lo
que acabo de realizar es correcto.

Y al final de ese día los vómitos y diarreas empezaron a disminuir. Ese sería el tercer y
último día que pasaría internada en la veterinaria para hidratarse y seguir recibiendo las
dosis del antiparasitario.

El viernes comienzo a darle de comer de prepo, ensuciándole la trompa con un yogur


concentrado y ésta al lamerse para querer limpiarse, lo comía sin darse cuenta.
Finalmente el sábado comenzaría a beber y comer por sus propios medios y a saltar y a
jugar como me lo había imaginado esa noche del 25 de agosto.

Ahora ustedes seguramente ante esto me dirán: ¿Quién te crees que eres, un mano
santa?.

Pues no, yo se bien lo que hice correcto y que fue lo que curo a Aika.

Esto no se trata de magia, lo que sanó a mi perrita no hay ninguna duda, fue el
medicamento y el tratamiento que recibió de los Doctores veterinarios; pero para que
ese medicamento hiciera efecto sobre ese físico que ya se había rendido, tuvo que ver y
mucho la energía positiva de las personas que se acercaron al otro día del 25 de agosto.

Yo lo único que hice fue con Fe (y las acciones que ya especifiqué) pedir una solución y
esa Inteligencia Superior luego de escucharme, fue la que empezó a mover los hilos
para que las personas adecuadas y en los momentos precisos realizaran lo que cada una
debía hacer.

Bien, hasta aquí el relato propiamente dicho, ahora poniéndome del lado del
investigador y analizando en perspectiva, voy a profundizar sobre los elementos y
acciones que intervinieron en este proceso parta determinar con mayor claridad los
pasos que se deben realizar para que la ley de la atracción funcione correctamente:
La meta que yo me puse en su momento (ya explicada en otros artículos) y la
perseverancia en su consecución es la que me llevo a tener todos esos libros que leí.

Luego los mensajes y comunicaciones que el Universo nos manda continuamente (tema
del cual hace tiempo les tengo debiendo un artículo en particular), en este caso por
medio de ese lector que indiqué, me motivo a leer nuevamente ese “libro”.

Y todo ese encadenamiento de: metas, perseverancia y mensajes, es lo que me llevo a


realizar esas tres acciones en forma sucesiva:

EL AGRADECIMIENTO
LA VISUALIZACION
LA AFIRMACION

Y en todos los casos sin haber sido mi intención (pero las circunstancias me obligaron a
hacerlo) las realicé en silencio, es decir en secreto, como los autores explican que hay
que pedir siempre los deseos.

Luego cuando ya tenía en mi mente esta secuencia de acciones, dentro de ese mismo
análisis, realicé otro estudio más exhaustivo que me hizo ver en esa combinación algo
más profundo; pero para continuar este concepto, primero debo explicarles que
“coincidencias” sucedieron previamente que me motivaron a esa conclusión que les
explicaré más adelante:

El día 2 de septiembre de 2010 a primera hora de la mañana fui a buscar a un edificio,


una copia de una llave electrónica que el propietario había dejada autorizada para ser
retirada por mi, para de esa forma poder entrar al edificio y mostrar su propiedad en
venta (ya que tengo inmobiliaria).

Esa llave por ser especial se le designa a cada una un número para ser usada por la
persona que la retira. El número que me toco a mí fue la 170 (lº coincidencia).

Cuando regreso a la oficina y abro Facebook me encuentro con una solicitud de amistad
de una agente literaria de nacionalidad española (2º coincidencia). ¿Ustedes se
preguntaran que tiene que ver? Porque esto yo lo relaciono con mi deseo de publicar mi
novela, y la misma cuando recién la escribí, lo primero que hice fue participar en un
concurso literario, que si bien (fue en el 2000) no gané nada, al momento de inscribirme
me toco el número 170.

Cuando sucedió esto me vino a la mente una intuición de la cuál me pregunté ¿ El


Universo no nos mandará tres mensajes del mismo tipo cada día?

Ya estaba llegando al final del día y ese tercer mensaje no aparecía; sin embargo mi
esposa me pide cuando estaba volviendo de cerrar mi oficina una mercadería que en las
almacenes no suelen estar, así que me dirigí a un supermercado. Luego de encontrar lo
buscado me dirigí a una de las tantas cajas que había en línea.

Grande fue mi sorpresa cuando después de unos minutos de estar esperando, levanto la
mirada y veo que sin haber sido mi intención me había ubicado en la caja numerada con
el 17 (3º coincidencia).
En ese momento se había cumplido “mi teoría” (de distintas formas el número 17 había
aparecido tres veces), pero ¿qué mensaje me quería transmitir esto?

Pues esto, lo relacione luego con ese análisis más profundo del que hablo más arriba;
percatándome que cuando ejecuté esas tres acciones encadenadas, en realidad de
distintas formas, pero siempre en los tres casos estaba dando las gracias, porque tanto en
las visualizaciones como en las afirmaciones que realicé de echos que sucederían en el
futuro como si ya hubiesen sucedido, era una forma de expresar agradecimiento
mostrando tener fe en que así sucedería.

Y esto último se relaciona íntimamente con la intuición que me motivo a escribir el


artículo titulado “La Trinidad” y que se constituye en la pieza que me estaba faltando
para cerrar totalmente ese artículo escrito con anterioridad.

Sin embargo faltaría a la verdad, sino no aceptaría que una sola verificación no es válida
para una comprobación científica. Para que sea considerada como válida debe repetirse
en el tiempo y en la cantidad; pero el echo de que hayan sucedido todas estas sucesiones
de “mensajes” y “coincidencias” son muestras que me indican que estoy cerca de la
“Verdad”.

Y par ir terminando este artículo doy a continuación las gracias a todas estas personas
(por orden de aparición en este proceso) que por sus acciones conscientes o
inconscientes me llevaron a aprender una de las lecciones más importantes que recibí de
la “ley de la atracción”:

Gracias, Alvaro
Gracias, Wallace
Gracias, Memo
Gracias, Oscar
Gracias, Dr. Pablo
Gracias, Dr. Sergio
Gracias, Gimena

Y por sobre todo ¡Gracias a la Trinidad!

Y ahora sí para concluir este post, escribiré dos pequeñas oraciones que contienen una
palabra vulgar, pero que está llena de emotividad y representa un canto a la vida.

¡Vamos Aika!
¡Vamos...........CARAJO!

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el


que quiera entender que entienda.

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

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