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MANDAMIENTOS Éxodo 20:1-17

Primer mandamiento: “No debes tener otros dioses contra mi rostro”. (Éxodo 20:3)
Segundo mandamiento: “No debes hacerte una imagen tallada ni una forma parecida a
acosa alguna que esté en los cielos, sobre la tierra o en las aguas debajo de la tierra, ni debes
inclinarte ante ellas ni servirles”. (Éxodo 20:4-6)
Tercer mandamiento: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna”.
(Éx 20:7.)
Cuarto mandamiento: “Acordándote del día del sábado para tenerlo sagrado, seis días has
de prestar servicio y tienes que hacer todo tu trabajo. Pero el séptimo día es un sábado a
Jehová tu Dios. No debes hacer ningún trabajo, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu
esclava, ni tu animal doméstico, ni tu residente forastero que está dentro de tus puertas”.
(Éx 20:8-10.)
Quinto mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre”. (Éx 20:12)
Sexto mandamiento: “No debes asesinar”
Séptimo mandamiento: “No debes cometer adulterio”
Octavo mandamiento: “No debes hurtar”.
(Éx 20:13-15.)

Noveno mandamiento: “No debes dar testimonio falsamente como testigo contra tu
semejante”. (Éx 20:16.)
Décimo mandamiento: (Éx 20:17) se destacaba porque prohibía la codicia

Para qué servía esta ley?


Se protegía la santidad de la vida y la dignidad y el honor de la familia, del matrimonio y de
la persona. Beneficios en la salud y protección de enfermedades comunes a las naciones
vecinas. El obedecer las leyes de limpieza moral, higiene física y dieta alimentaria sin duda
tenía efectos muy saludables.
En Gálatas 3:19
Cuánto duró la ley?
Terminó en Pentecostés de 33 E.C. (“ya que se está cambiando el sacerdocio, por necesidad
llega a haber también un cambio de la ley”, Heb 7:12), los cristianos llegan a estar “bajo ley
para con Cristo”. (1Co 9:21.)
Restricciones rabínicas del sábado.
El propósito del sábado en sus comienzos era el de ser una ocasión de gozo y edificación
espiritual. No obstante, el afán de los guías religiosos judíos por distinguirse al máximo de
los gentiles los llevó.
Por ejemplo, estaba prohibido atrapar una pulga debido a que era cazar. No se podía
atender a un enfermo a menos que estuviese en peligro de muerte. No se permitía colocar
en su lugar un hueso dislocado, ni tampoco vendar una torcedura. Los guías religiosos judíos
habían anulado el verdadero propósito del sábado, puesto que habían convertido al pueblo
en esclavos de la tradición, en vez de dejar que el sábado les sirviese para honrar a Dios.
(Mt 15:3, 6; 23:2-4; Mr 2:27.)
Como Jesús era un judío obligado por la Ley, observó el sábado, pero no como los fariseos,
sino como instruía la Palabra de Dios. Sabía que era lícito hacer obras buenas aun en sábado.
(Mt 12:12.) Sin embargo, los escritos cristianos inspirados declaran que “Cristo es el fin de
la Ley” (Ro 10:4), lo que resulta en que los cristianos hayan sido “desobligados de la Ley”.
(Ro 7:6.)

Las Escrituras dicen llanamente que el sacrificio de Cristo “abolió [...] la Ley de
mandamientos que consistía en decretos”, y que Dios “borró el documento manuscrito
contra nosotros, que consistía en decretos [...] y Él lo ha quitado del camino clavándolo al
madero de tormento”. La ley mosaica fue ‘abolida’, ‘borrada’, ‘quitada del camino’ en su
totalidad. (Ef 2:13-15; Col 2:13, 14.)

“No piensen que vine a destruir la Ley o los Profetas. No vine a destruir, sino a cumplir”
(Mateo 5:17). Ahora bien, ¿qué significa “cumplir”? Ilustrémoslo. Se dice que un constructor
cumple su contrato de levantar un edificio, no haciendo pedazos el contrato en sí, sino
entregando el edificio terminado. Pero tan pronto como se termina el trabajo al gusto del
cliente, el contrato queda cumplido y el constructor ya no está comprometido a hacer más.
De igual manera, Jesús no incumplió el “contrato” de la Ley, no lo rompió en pedazos; él
cumplió la Ley mosaica obedeciéndola a la perfección. Una vez cumplida, esta dejó de ser
obligatoria para el pueblo de Dios.
La transición de un sistema de adoración israelita a uno cristiano se podría ilustrar con el
cambio de constitución en un país. Una vez establecida la nueva constitución, ya no se exige
que se obedezca la anterior. Puede que algunas leyes no hayan cambiado, pero otras sí. El
buen ciudadano querrá saber cuándo entró en vigor la nueva constitución y cuáles son las
leyes vigentes.

De modo parecido, Jehová dio a la nación de Israel más de seiscientas leyes. Además de las
principales, los Diez Mandamientos, promulgó leyes sobre la moralidad, los sacrificios, la
salud y la observancia del sábado. No obstante, Jesús habló de una nueva “nación”, la cual
estaría constituida por sus seguidores ungidos (Mateo 21:43). Esta nación ha estado desde
el año 33 bajo una nueva “constitución” que se basa en dos leyes fundamentales: amar a
Dios y amar al prójimo (Mateo 22:36-40). Si bien en la Ley mosaica hay leyes parecidas a las
de “la ley del Cristo”, es lógico esperar que algunas sean muy distintas y que otras hayan
quedado sin efecto. La de observar un sábado semanal es una de las que ya no están
vigentes.

“No piensen que vine a destruir la Ley o los Profetas. No vine a destruir, sino a cumplir”
(Mateo 5:17). Ahora bien, ¿qué significa “cumplir”? Ilustrémoslo. Se dice que un constructor
cumple su contrato de levantar un edificio, no haciendo pedazos el contrato en sí, sino
entregando el edificio terminado. Pero tan pronto como se termina el trabajo al gusto del
cliente, el contrato queda cumplido y el constructor ya no está comprometido a hacer más.
De igual manera, Jesús no incumplió el “contrato” de la Ley, no lo rompió en pedazos; él
cumplió la Ley mosaica obedeciéndola a la perfección. Una vez cumplida, esta dejó de ser
obligatoria para el pueblo de Dios.

¿Ha cambiado Dios sus principios?


Hasta aquí ha quedado establecido que los cristianos ya no están bajo la Ley de Moisés sino
bajo la ley del Cristo. ¿Significa eso que Dios haya cambiado sus principios? No, sus
principios nunca cambian. Pero tal como un padre modifica las reglas de la casa según la
edad de sus hijos y las circunstancias, Jehová ha modificado el conjunto de leyes que sus
siervos deben obedecer. El apóstol Pablo lo explica de la siguiente manera: “Antes que
llegara la fe, estábamos guardados bajo ley, entregados juntos en custodia, esperando la fe
que estaba destinada a ser revelada. Por consiguiente, la Ley ha llegado a ser nuestro tutor
que nos conduce a Cristo, para que se nos declarara justos debido a fe. Pero ahora que ha
llegado la fe, ya no estamos bajo tutor” (Gálatas 3:23-25).
¿En qué sentido se quedó “anticuado” el pacto de la Ley?

Sin embargo, el pacto de la Ley quedó “anticuado” en cierto sentido cuando Dios anunció
por medio del profeta Jeremías que haría un nuevo pacto. (Jer 31:31-34; Heb 8:13.) En 33
E.C. el pacto de la Ley quedó invalidado sobre la base de la muerte en sacrificio de Cristo en
un madero de tormento (Col 2:14) y lo sustituyó el nuevo pacto. (Heb 7:12; 9:15; Hch 2:1-
4.)

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