El cambio climático es considerado un reto clave para el ambiente y el desarrollo
sostenible en el siglo XXI. Afecta a todos los continentes y regiones, y los impactos del cambio climático amenazan con deteriorar los progresos alcanzados en términos de reducción de la pobreza y el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Los gobiernos están de acuerdo que el desarrollo basado en seguir haciendo como hasta ahora no será suficiente para enfrentar el desafío del cambio climático y se necesita transitar un nuevo sendero que ayude a que las economías crezcan de una manera que reconozca la realidad apremiante del cambio climático. La mayor parte de los daños causados por el cambio climático es probable que afecten en mayor medida a los países en vías de desarrollo, a pesar de que estos tienen una responsabilidad menor en su génesis. Los países desarrollados, con menos del 20% de la población mundial, eran responsables del 75% de las emisiones globales aunque esa realidad está cambiando debido al crecimiento sostenido de las mayores economías emergentes. La financiación climática se refiere a los recursos financieros que se ponen a disposicón de los países en desarrollo para ayudar a mitigar y adaptarse a los impactos del cambio climático. Por lo tanto, el financiamiento climático está constituido por todos aquellos flujos financieros destinados a la ayuda para la mitigación y la adaptación (incluyendo capacity building, investigación y desarrollo, mayores esfuerzos para facilitar la transición hacia el desarrollo sostenible y bajo en emisiones). Estas corrientes de recursos pueden ser públicos, privados o públicos-privados. La financiación debe ser “adicional” a la ayuda al desarrollo, y cubrir los “costos incrementales” de la respuesta al cambio climático en relación con los costos de desarrollo tipo business as usual. En este sentido, los países deben realizar una transición hacia un nuevo paradigma que permita ir hacia bajas emisiones, desarrollo resiliente al clima, procesos de producción y consumo que emitan menos gases de efecto invernadero y un desarrollo sostenible. Un nuevo paradigma de desarrollo requiere un aumento dramático en el financiamiento para enfrentar el cambio climático. Se espera que haya además un aumento significativo de fondos públicos y privados por fuera del proceso de la UNFCCC, ofreciendo a los países nuevos recursos para llevar a cabo medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. El PNUD estima que, en conjunto, ya hay más de 50 fondos públicos internacionales y 6.000 fondos de capital privado que proporcionan financiación para el cambio climático. Cada una de estas fuentes públicas, privadas, bilaterales y multilaterales ofrece nuevas oportunidades a los países para hacer frente a las necesidades de su clima y desarrollo. La arquitectura del financiamiento climático global es compleja: la financiación se canaliza a través de los fondos multilaterales - como el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y los Fondos de Inversión en el Clima -, así como cada vez más a través de canales bilaterales. Además, un número cada vez mayor de los países receptores han establecido fondos nacionales para el cambio climático que reciben recursos de varios países desarrollados en un esfuerzo por coordinar y alinear los intereses de los donantes con las prioridades nacionales. En general, hay mucha más transparencia sobre el estado de aplicación de las iniciativas multilaterales que de las iniciativas bilaterales de financiamiento para el clima. La proliferación de mecanismos de financiación del cambio climático aumenta los desafíos de la coordinación y el acceso a la financiación. Por lo tanto, las finanzas climáticas incluyen entre otros: − Fondos públicos internacionales − Movilización de recursos privados − Mercados de carbono − Fondos nacionales
RECICLAJE COMO ACCIÓN MITIGANTE
El reciclaje es un proceso por el cual recuperamos total o parcialmente materia prima reutilizable de un producto ya elaborado. La necesidad de reciclar surge de la mano del consumismo desenfrenado del último siglo. Los profundos cambios sociales que ha producido la Revolución Industrial han afectado directamente al estilo de vida, sobre todo al occidental y a la forma en que consumimos, surgiendo toda una variedad de productos elaborados y diseñados para el consumo individual. Paquetes, plástico, cartones, envases desechables… comer, vestirse o asearse son procesos que generan cada vez más kilos de basura. La cultura del reciclaje no es igual en todos los países, depende de muchos factores: niveles medios de educación, niveles de industrialización, compromiso ciudadano, políticas medioambientales, etc. Con el consumo surge el problema de la generación y almacenaje de las basuras, donde un consumo más responsable y el reciclaje activo son las únicas soluciones viables. La cadena de Reciclaje empieza en casa y en la escuela, educando. Es imprescindible conocer los peligros medioambientales y sociales que supone toda la basura que generamos y saber los medios para atajarlos y darles solución. El siguiente paso es aprender a identificar los diferentes materiales que llenan nuestro contenedor para separarlos cada uno en su contenedor de reciclado. Reciclado: Aprendiendo a Separar La complejidad de la clasificación de residuos también es diferente de unos países a otros. Evoluciona también en el tiempo, siendo los países con más tradición y años de reciclaje los que incorporan sistemas más precisos de reciclado. La efectiva separación de cada una de las materias nos permite reutilizar muchas de ellas o destruirlas de forma más eficiente. Reciclando reducimos nuestros niveles de basuras y conseguimos de forma directa materias primas que habría que extraer de la naturaleza, con el coste económico y medioambiental que eso supone. Reutilizar el Material Reciclado Actualmente hay muchas empresas que se dedican a la reutilización de residuos, como es el caso de los neumáticos. Las pistas de atletismo, filtros de suelo para los árboles urbanos y el firme de los parques infantiles se elabora con los materiales extraídos de los neumáticos viejos. En lugar de contaminar en la extracción del petróleo y en su transformación en la goma específica de los neumáticos, el reciclado permite utilizar lo que considerábamos basura y transformarlo en nuevo material útil.