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Silvia Federici“El cuerpo de la

mujer es la última frontera del


capitalismo”
Silvia Federici

Lunes 19 de mayo de 2014






Silvia Federici, está de gira presentando su libro, Revolución en punto cero,
recogemos fotos de su paso por Madrid, en el Campo de la Cebada, y en Bilbao.Y
adjuntamos los dos libros de la autora, para descargar.
http://traficantes.net/noticias-editorial/silvia-federici-de-gira-en-mayo

Durante las Jornadas Abiertas 15M en Madrid se ha organizado el


taller/asamblea "La reproducción social en (la) crisis. Encuentro con Silvia
Federici" que ha tratado sobre el concepto de los Comunes.
Y aqui el directo desde el Campo de la Cebada con
Federici http://bambuser.com/v/4629052

La
militante feminista, de gira por nuestro país, ha participado tambien en
Bilbao junto a Anabel Sanz, miembro de Feministalde, en el encuentro ’Ley
del aborto: caza de brujas en el siglo XXI’promovido por Emancipatiba. Un
diálogo en el que se ha puesto sobre la mesa la importancia que la lucha feminista
tiene en la actualidad "para reforzar la idea imprescindible de que la periferia, más
que nunca se debe convertir en el centro de la lucha capitalista". En este sentido,
Federici ha hablado sobre los orígenes del capitalismo que "siempre ha
necesitado controlar el cuerpo de las mujeres porque es un sistema de
explotación que privilegia el trabajo como fuente de su riqueza de
acumulación". Así, la escritora italiana ha señalado que el capitalismo "debe
controlar todas las fuentes de la fuerza de trabajo, todas las fuentes que
producen los trabajadores, y el cuerpo de la mujer es la primera fuente de
esa riqueza".
Federici ha descrito el proceso que explica en su libro sobre la caza de
brujas llevada a cabo en los siglos XVI y XVII como "una persecución sin
precedentes" en la historia de la humanidad porque fue la primera vez en
la que toda una población de mujeres fueron acusadas de ser "los seres
más abominables del mundo". En aquellos tiempos comienza en Europa una
legislación que penaliza el aborto y es así como las mujeres que hacen uso del
mismo son condenadas en muchos países a muerte a través de la decapitación. "Al
mismo tiempo se introduce toda un red de policías de vigilancia que controlan a las
mujeres embarazadas para forzarlas a declarar su embarazo, para impedirles
cometer algo contra el feto", cuenta la escritora sobre estas políticas con las que se
puede comprender la primera fase del desarrollo del capitalismo, cuando se
descubre la importancia de la fuerza de trabajo.
Precisamente así es cómo el capitalismo crea una teoría de la población entre "los
que son nacidos y la producción de la riqueza". "Si tienes muchos
trabajadores, muchos cuerpos, tienes muchas riquezas", dice Federici en
referencia a la concepción de un marco capitalista de la producción de la
riqueza que mira la fuerza de trabajo como "una sustancia que ya es
esencial". Según la profesora, esta conexión permite entender por qué en
toda su historia el capitalismo ha controlado siempre el cuerpo y la
sexualidad de la mujer. "El cuerpo de la mujer empieza a ser visto como
una máquina para la producción de fuerza de trabajo. El útero es mirado
literalmente como una fábrica de trabajadores", declara. "Toda la
reglamentación que el capitalismo ha introducido se puede comprender
así", asegura la autora.
La procreación como cuestión política
En relación a ello, Federici argumenta que el control del cuerpo de las mujeres no
solo es una cuestión económica, sino también política. "Yo siempre digo que el
cuerpo de la mujer es la última frontera del capitalismo. Quieren
conquistar el cuerpo de la mujer porque el capitalismo depende de él",
afirma la militante feminista mientras que expone la siguiente
disyuntiva: "Imagínate si las mujeres se ponen en huelga y no producen
niños, el capitalismo se para. Si no está el control sobre el cuerpo de la
mujer, no hay control de la fuerza de trabajo", explica. Por eso, "la cuestión del
aborto es la cuestión de la procreación que se ha tratado en todos los movimientos
sociales", señala.
Frente a la tendencia determinante del capitalismo, la escritora italiana hace
hincapié en las "alternativas". "Tenemos una sociedad capitalista que después del
fin oficial del socialismo idealizado ha mostrado su verdadera cara y ya no intenta
disimular más con su cara democrática", dice Federici. Ahora asistimos a un
capitalismo "muy real" que continúa el proceso de acumulación pasando por encima
de los derechos sociales de la población. "Yo no veo posibilidades de cambio sin
pensar en una lucha masiva que no solamente ponga una límite a esto, sino que
establezca y empiece a construir una sociedad alternativa más allá de él", recalca.
"En pocas palabras", resume Federici, "pienso que el capitalismo hoy no traerá
más que empobrecimiento, más miseria, más huelga y la privatización de
los todos los afectos de nuestras vidas".
Para hacer frente a los estragos provocados por el sistema actual, la profesora de la
universidad Hofstra de Nueva York habla de la creación de "comunes". "Muchas
personas a nivel mundial intentan crear comunidades para sobrevivir a las políticas
de austeridad y recortes", cuenta la escritora sobre "el deseo del común" que va
más allá de la supervivencia y trata de reconstruir el tejido social que "ha sido
destruido por la desestructuración económica de la globalización que nos ha
empobrecido", detalla. En este sentido, la dispersión de las comunidades que fueron
el resultado de muchos años de lucha es un factor que hoy es parte de nuestra vida
política. "Los comunes son una forma de construir, de crear nuevas formas
de cooperación a todos los niveles de contenido social.
Se trata de construir comunidades en base a la resistencia a través de la cual
podemos enfrentar al Estado con un poder suficientemente grande como para
reclamar la riqueza que producimos", explica. De esta forma, "el común no debe ser
un comportamiento ante la pobreza, sino la construcción de una comunidad que
tenga la capacidad de reclamar la riqueza social que nosotros y nuestros parientes
han producido", señala.

REVOLUCIÓN EN PUNTO CERO


TRABAJO DOMÉSTICO, REPRODUCCIÓN Y LUCHAS FEMINISTAS
FEDERICI, SILVIA}}
Este volumen reúne trece artículos de la feminista Silvia Federici fechados
entre 1975 y nuestros días. Incluye algunos de los textos fundamentales
de la campaña Salarios para el Trabajo Doméstico así como importantes
análisis sobre el impacto de los Programas de Ajuste Estructural en los
países del Sur, de los que fue testigo en Nigeria. Recoge también sus
recientes propuestas sobre los comunes, al igual que algunas críticas a las
posiciones de otros pensadores e instituciones actuales. Todas sus
contribuciones reflejan tanto la fuerza de su pasión política como la
potencia intelectual de su concepción acerca del capitalismo, en general, y
del trabajo reproductivo, en particular.
Tres grupos son los protagonistas de este libro: las mujeres, las
campesinas y las comuneras. Sobre las primeras recae un trabajo ingente
que, por ser imprescindible para la acumulación capitalista, es devaluado
y naturalizado como «propio de las mujeres». Las segundas sufren el robo
y la contaminación de sus tierras por parte del neoliberalismo (a menudo
en forma de guerras) con el objeto de eliminar la agricultura de
subsistencia, fuente de autonomía social. El tercer grupo está formado por
todos aquellos que generan formas de cooperación no mercantilizadas,
relaciones sociales basadas en la solidaridad y la corresponsabilidad.
Este análisis de sus prácticas de resistencia resulta central en aspectos
todavía poco explorados en la lucha por un horizonte postcapitalista: la
crítica práctica al salario en tanto forma de división social, así como el
reconocimiento de todos los trabajos no asalariados que sirven de
sustento para la vida en común.

CALIBÁN Y LA BRUJA
MUJERES CUERPO Y ACUMULACIÓN ORIGINARIA
FEDERICI, SILVIA
De la emancipación de la servidumbre a las herejías subversivas, un hilo
rojo recorre la historia de la transición del feudalismo al capitalismo.
Todavía hoy expurgado de la gran mayoría de los manuales de historia, la
imposición de los poderes del Estado y el nacimiento de esa formación
social que acabaría por tomar el nombre de capitalimo no se produjeron
sin el recurso a la violencia extrema. La acumulación originaria exigió la
derrota de los movimientos urbanos y campesinos, que normalmente bajo
la forma de herejía religiosa reivindicaron y pusieron en práctica diversos
experimentos de vida comunal y reparto de riqueza. Su aniquilación abrió
el camino a la formación del Estado moderno, la expropiación y cercado de
las tierras comunes, la conquista y el expolio de América, la apertura del
comercio de esclavos a gran escala y una guerra contra las formas de vida
y las culturas populares que tomó a las mujeres como su principal
objetivo. Al analizar la quema de brujas, Federici no sólo desentraña uno
de los episodios más inefables de la historia moderna, sino el corazón de
una poderosa dinámica de expropiación social dirigida sobre el cuerpo, los
saberes y la reproducción de las mujeres. Esta obra es también el registro
de unas voces imprevistas (las de los subalternos: Calibán y la bruja) que
todavía hoy resuenan con fuerza en las luchas que resisten a la continua
actualización de la violencia originaria. Silvia Federici es profesora en la
Hofstra University de Nueva York. Militante feminista desde 1960, fue una
de las principales animadoras de los debates internacionales sobre la
condición y la remuneración del trabajo doméstico. Durante la década de
1980 trabajó varios años como profesora en Nigeria, donde fue testigo de
la nueva oleada de ataques contra los bienes comunes. Ambas
trayectorias confluyen en esta obra.

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