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de la Carrera de
Especialización en
Terapia Cognitiva
Métodos y Técnicas:
Descubrimiento guiado
Tener en cuenta la posibilidad de que las pruebas indiquen que un pensamiento es cierto. En tal caso, se
considera con el paciente qué se puede hacer al respecto. La diferencia es que ya no estamos hablando
de una situación hipotética. Preguntas útiles en caso de que el pensamiento sea acertado: ¿Qué datos
existen a favor de ese pensamiento? ¿Qué datos existen en contra de ese pensamiento? ¿Existen otras
interpretaciones alternativas? ¿Cuál es la probabilidad de estas interpretaciones?
2) Examinar la utilidad de dicho pensamiento. Se trata de evaluar hasta qué punto el pensamiento
considerado sirve de ayuda para alcanzar los objetivos que el paciente tiene o bien le sirve de estorbo y
genera consecuencias negativas respecto a cómo se siente y actúa.
Preguntas para examinar la utilidad de un pensamiento:
b) Buscar qué se podría hacer para afrontarlo. Posibles preguntas en este sentido:
• ¿Si las cosas fueran realmente así, qué se podría hacer?
• ¿Si este pensamiento lo tuviera X, qué le diría para ayudarlo a afrontar la situación?
4) Extraer las conclusiones pertinentes tras los pasos realizados. Después de la reestructuración de un
pensamiento, el cliente debe extraer una conclusión, la cual suele implicar una forma alternativa, más
adaptativa, de enfocar la situación.
A continuación se exponen algunas preguntas o formas de estimular procesos de carácter inductivo que
pueden servirle al terapeuta para revelar patrones de pensamiento desadaptativos:
a. Preguntas simples:
• ¿Qué estaba pensando en ese momento?
• ¿Qué significado tiene para usted esa situación?
• ¿Qué recordó en ese momento?
d. Dar ejemplos:
• “Cualquiera en esta situación hubiera pensado que Juan tuvo un mal día ¿Y Ud.?”
e. Ajustar lo escuchado:
• “Ud. Me dijo que María lo miro mal. ¿Sería algo así como que la miro enojada?”
f. Dar opciones:
• “¿Cual podría haber sido su pensamiento: Seria ¿que no me quiere o tal vez que tendría que ser más
demostrativo?”
h. Pedir una aclaración. Cuando las cogniciones se expresan en forma general o vaga:
• P: “Soy muy nervioso”
• T: “¿Qué cosas le pasan que le hacen definirse como nervioso?” “¿podría mencionarme algún ejemplo
y describirme lo que siente o hace?”
• P: “No enfrento las situaciones”
• T: “¿Podría darme un ejemplo de una situación que no ha enfrentado?”
No existe un conjunto fijo de preguntas que sean socráticas, pero, en términos generales, puede utilizarse
una lista de preguntas abiertas y al estilo socrático para investigar las cogniciones:
• ¿Qué pruebas tengo de que sea verdad este pensamiento?
• ¿Hay alguna explicación alternativa para este suceso?
• ¿Qué es lo peor que me podría pasar?
• ¿Podría vivir con eso?
• ¿Qué es lo mejor que me podría pasar?
• ¿Cuál es el resultado más probable (realista)?
• ¿Cuál es la consecuencia de creer en este pensamiento?
• ¿Cuál sería la consecuencia de cambiar este pensamiento?
• ¿Qué me convendría hacer al respecto?
• Si x (un amigo) tuviera este pensamiento: ¿Qué le aconsejaría?
• ¿Qué hechos concretos omití que podrían contradecir mis pensamientos?
• Cuando no me siento así ¿Qué pienso?
• Si pensara en esta situación dentro de diez años, ¿Qué pensaría?
• ¿Estoy culpándome de algo que no está bajo mi control?
• ¿A qué situación pasada me remonta esta situación y mi reacción? ¿Tiene relación o es distinta? ¿Cuál
es la diferencia?
Posibles complicaciones
Si el terapeuta encuentra que el descubrimiento guiado es demasiado duro para los pacientes y no les ayuda,
entonces debería escoger una forma más directa, como señalar inconsistencias y errores en el pensamiento, o
bien preguntando al paciente si está de acuerdo en seguir con esta lógica. Pueden presentarse las siguientes
complicaciones:
• El cliente no sabe o no puede responder las preguntas. Esto puede ocurrir, por ejemplo, cuando el
cliente se caracteriza por tener cierto grado de pobreza intelectual.
• El marco cultural en el cual se lleva a cabo la terapia, no coincide con el de las partes intervinientes y
esto conlleva la imposibilidad de comprenderse.
• El cliente puede llegar a sentir cierta incomodidad frente a las preguntas.
• Demasiadas preguntas pueden percibirse por el paciente como avasalladoras o sentirse atacado. La
técnica puede aumentar la ansiedad y el terapeuta debe estar atento a los cambios.
• El cliente informa o se muestra fácilmente de acuerdo con formas alternativas de pensar,
supuestamente para complacer al terapeuta o evitar una discusión más profunda que interpreta como
evaluación negativa.
• El cliente acepta que la alternativa es plausible intelectualmente, pero sigue pensando que su
interpretación es la correcta.
• El cliente se siente frustrado con el empleo del método.
• El cliente mantiene que algo es cierto porque lo siente así (e.g., “está claro, X me odia”) y aunque se le
hace ver la existencia de interpretaciones alternativas, las rechaza como falsas porque cree que lo
fundamental es lo que uno siente.
• El cliente reconoce que una consecuencia temida es poco probable, pero mantiene que hay una
posibilidad de que ocurra, que no podría soportarlo y que no está dispuesto a correr riesgos.
• El cliente dice que puede reestructurar sus pensamientos negativos en la sesión, pero que no puede
pensar fríamente en sus actividades diarias.
Es importante no inducir al paciente a abandonar rápidamente las explicaciones de que dispone y a adoptar
otras que el terapeuta considera más adecuadas. Evitar persistir en preguntas o argumentos que son
convincentes para el terapeuta, pero no para el paciente (Bados, 2008). Al respecto, Beck et al (1999) afirman
que cuando las preguntas directas no consiguen poner de manifiesto un supuesto pensamiento automático,
pueden utilizarse la visualización y el rol playing como métodos alternativos. Estas otras alternativas también se
utilizan cuando el descubrimiento guiado solo permite obtener una cantidad limitada de pensamientos
automáticos y el terapeuta considera que existen otros importantes (Hales & Yudofsky, 2004).
Referencias
Acosta Barros, C. (1997). La pregunta socrática como facilitadora del desarrollo del pensamiento. Psicología
desde el Caribe, 1,7-20
Bados, A. (2008). Terapia cognitiva de Beck. En F.J. Labrador (Coor.), Técnicas de modificación de conducta
(517-533). Madrid: Pirámide.
Beck, A.T., Wrigth, F., Newman, C. & Liece, B. (1999). Terapia Cognitiva de las Drogodependencias.
Barcelona: Paidós.
Beck, J.S. (2000). Terapia Cognitiva. Conceptos básicos y profundización. Barcelona: Editorial Gedisa.
Feixas, G. & Miró, M.T. (1993). Aproximaciones a la psicoterapia. Una introducción a los tratamientos
psicológicos. Barcelona: Ediciones Paidós.
Friedberg, R. & McClure, J. (2005). Diálogos socráticos terapéuticos. En R. Friedberg & J. McClure (Comp.),
Práctica Clínica de Terapia Cognitiva con niños y adolescentes (pp. 133-155). Barcelona: Paidós.
Hales, R.E. & Yudofsky, S.C. (2004). Tratado de psiquiatría clínica. Barcelona: Masson.
James, I.A., Blackburn, I.M., Reichelt, F.K., Garland, A. & Armstrong, P. (2001). Manual of the Revised
Cognitive Therapy Scale. Newcastle, UK: Newcastle Cognitive and Behavioural Therapies Centre.
Keegan, E. (2008). Escritos de Psicoterapia Cognitiva. Buenos Aires: Eudeba.
Van Rossem, K. (2011). ¿Qué es un diálogo socrático?. Revista digital del CEP de Alcalá de Duadaíra, 1,(9),1-
9
Wright, J. & Beck, A.T. (2000). Terapia Cognitiva, En R.E. Hales, S.C. Yudofsky & J.A. Talbott (Eds), Tratado
de psiquiatría, 3° edición, Tomo II, (pp. 1203-1232). Barcelona: Masson.
Tareas a realizar por el entrenado
Concretamente, se espera que en lo inherente al uso de la técnica de descubrimiento guiado, usted trate de
arbitrarse medios para:
• Utilizar un estilo terapéutico abierto, curioso e inquisitivo, que ayuda a que el paciente llegue a
desarrollar puntos de vista y conclusiones por sí mismo.
• Crear dudas donde antes había certeza, proporcionando a oportunidad de re-evaluación y producción
de nuevo aprendizaje.
• Promover que el paciente desarrolle hipótesis sobre su situación y genere soluciones potenciales por sí
mismo.
• Desarrollar habilidades lingüísticas para hacer preguntas abiertas, sin caer en la obviedad.
• Poder detectar complicaciones esperables y proponer distintas alternativas de solución.