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BREVE SÍNTESIS DE LA ESPIRITUALIDAD EUCARÍSTICA DE CLARET

APLICADA A NUESTRA SITUACIÓN

Por Jesús María Palacios, CMF

1. Eucaristía-Dios cercano
 La Eucaristía era para Claret el Dios cercano, el Dios hecho hombre, hecho alimento. El Dios
cercano con el que puede dialogar de tú a tú con plena confianza. Para Claret la Eucaristía era el
Dios con quien conversaba en los momentos de acción de gracias después de la Misa y en las
visitas y el Dios que le expresaba su voluntad para él y, a veces, para la Congregación. En la
Eucaristía se le comunicaba el Señor expresándole la voluntad de Dios para él y para los
misioneros.

 Para nosotros: Es clave y relevante esta perspectiva para nuestra evangelización. Hemos de
presentar en nuestra evangelización a un Dios cercano, que ama y da la vida por los hombres.
Con actitudes de acogida por nuestra parte –para no traicionar el mensaje- hemos de anunciar a
un Dios misericordioso, bueno, comprensivo con los hombres al estilo de la predicación de
Claret. Como hijos del Corazón de María, también, nuestra evangelización ha de ir en esta línea.
Se ha puesto de relieve últimamente esta dimensión. El anuncio de la Buena Noticia ha de estar
marcado “por el Corazón de Dios y de María”.

2. Eucaristía-interioridad
 La Eucaristía es la experiencia más culminante que llevo a Claret a vivir con mayor interioridad,
buscando el silencio interior y el centro de alma. A pesar de su actividad, estaba anclado en el
centro de su personalidad que es el lugar donde estaba el Señor (como él explica con la
comparación de compás).

 Para nosotros: necesitamos percibir que Dios está cerca de nosotros, en nuestro interior, y nos
ayuda a encontrarnos a nosotros mismos. El problema, que tiene raíces culturales, es la
superficialidad con que se vive. La vida corre a un ritmo tan rápido que no hay tiempo a una
reflexión serena sobre la misma. Necesitamos tiempo para suscitar convicciones sólidas que den
profundidad y sentido a la propia existencia. La Eucaristía, como al Padre Fundador, puede ser
una experiencia de interioridad. Y viceversa, sin una vida vivida con intensidad y profundidad
no es posible vivir la Eucaristía significativamente. Es en la profundidad de nuestro corazón
donde nace la sed de Eucaristía. La pastoral eucarística ha de tener muy presente esta dimensión
antropológico-cultural.

3. Eucaristía-Vida

 La Eucaristía en Claret realizaba lo que significaba. Le llevaba a la identificación y


configuración con Cristo en su Muerte y Resurrección a través de la asimilación del Cuerpo y
Sangre del Señor. Se puede decir que llevaba una vida eucarística, una “existencia eucarística”.
La Eucaristía le mantenía centrado en el Señor en unidad de vida con él y el mundo que
evangelizaba. Una constatación es que Claret supo vivir una vida en plena unidad existencial
con Cristo y con la realidad, en la acción y en la contemplación. Supo realizar esa suprema
síntesis entre acción y contemplación que tanto se nos pide hoy. Claret fue maestro de esta
unidad interior como los grandes santos, entre ellos San Pablo y Santa Tersa de Jesús.

 Para nosotros: Dos aspectos:


- El objetivo de la formación y de nuestra vida misionera es y debe ser el seguimiento, la
imitación y configuración con Cristo. Esta realidad mistérica que se realiza en nosotros, nos
lleva a vivir las consecuencias existenciales a las que conduce este proceso de configuración
con Cristo. Hemos de avivar en cada uno, como Claret, el anhelo de llegar a alcanzar la
verdadera configuración con Cristo, consistente en:

 poseer los mismos sentimientos de Cristo (cf. Flp 2, 5);


 tener el mismo pensamiento de Cristo (cf. Mt 16, 23);
 preocuparse por los mismos intereses de Cristo (cf. 1Co 7, 32);
 vivir la misma vida de Cristo (cf. Rm 8, 1-39; Ga 2, 20);
 asumir la cruz del Señor hasta poder decir: Lejos de mi gloriarme... (cf. Mt 16, 24 y Ga
6, 14).

- Nos puede ayudar a vivir y a experimentar la unidad tantas veces recordada en los capítulos
generales. Claret, maestro de la unidad interior, puede ser un ejemplo para nosotros. Claret
resolvió en la vida -y fuera de las discusiones teóricas en la que nos enzarzamos para
justificar nuestra debilidad y infidelidad- cómo ser activo y hombre de oración, como
transpirar a Dios y moverse de acá para allá sin parar.

4. Eucaristía-apostolado
 Ya lo sabemos: para Claret el don de la Eucaristía en su pecho tuvo también una dimensión
apostólica clara y contundente: “He de afrontar todos los males de España”. Es una perspectiva
muy claretiana, (desde las experiencias de la casa Tortadés, ordenación de diácono, etc…), ha de
luchar contra el mal organizado (vio legiones en formación como un ejército formidable de
demonio) para vencer el mal.

 Para nosotros: Para Claret eran los males de España, para nosotros son esos y otros como: el
ateísmo, la indiferencia, las divisiones, las guerras, la injusticia…. Y una llamada a fomentar la
paz, la solidaridad, la justicia, la defensa de los derechos humanos, etc. La Eucaristía podría
potenciar nuestra capacidad misionera.

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