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Antioxidantes, multirresistencia y cáncer: desmontando

mitos. Los beneficios de dieta paleo-cetogénica y


suplementos
Uno de los temas sobre el que un gran número de oncólogos coinciden es el del ‘peligro’ de usar
antioxidantes durante el tratamiento contra el cáncer.

Prácticamente todos alertarán al enfermo contra la suplementación con ‘antioxidantes’, porque podrían
‘interferir negativamente’ con la quimio y la radio. Algunos incluso proponen que el paciente se alimente de
comida basura durante el período de aplicación de la terapia, para ‘evitar dichas interacciones’.

En este artículo aportaremos los datos que certifican lo anticientífico y contraproducente de dicha medida, y
explicaremos cómo atenuar otro de los grandes problemas a los que se enfrentan los oncólogos: la
multirresistencia que gran parte de los tumores terminan por desarrollar a los fármacos.

En vez de permanecer sentados, esperando a que se produzca algo supuestamente inevitable, recabaremos
datos científicos (unos 60 referenciados en este artículo, sin contar otros muchos utilizados para apoyar mis
tesis) y trazaremos gracias a ellos una estrategia para sortear los problemas, con medidas
eminentemente prácticas, tanto dietéticas como de suplementación, con 2 claros objetivos:

 Disminuir o eliminar los efectos secundarios de los tratamientos


 A la vez, multiplicar drásticamente su efectividad contra el cáncer.
¿Qué es el estado redox? Oxidantes y antioxidantes
Los radicales libres son residuos procedentes de procesos metabólicos que carecen de algún electrón, lo que
los hace extraordinariamente reactivos: ‘atacan’ a otras moléculas para reemplazar esos electrones,
transformando a su vez a las moléculas atacadas en radicales libres y desencadenando así una reacción en
cadena de oxidación.

Diferentes átomos y moléculas pueden ser radicales libres; por ejemplo, el ión superóxido (O2-) o el ión
hidroxilo (HO-). Existen también oxidantes reactivos que no son radicales libres, como el peróxido de
hidrógeno (H2O2) o el óxido nítrico (NO)

Los oxidantes reactivos pueden dañar las estructuras celulares, produciendo anomalías en los lípidos de sus
membranas o en sus proteínas. Esos daños estructurales pueden traducirse en problemas funcionales y
desencadenar una amplia variedad de enfermedades. Luego veremos cuáles.

Las especies reactivas derivadas del oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés), son oxidantes, radicales libres o
no, cuya reactividad se enfoca en un átomo de oxígeno, aunque a veces se incluyen otros que reaccionan por
sus átomos de nitrógeno o cloro. Los ROS más abundantes son el ión superóxido (O2-) y el óxido nítrico
(NO)

Los antioxidantes son moléculas que se unen a los radicales y los neutralizan, o bien detienen la cadena de
reacciones que ellos inician, donándoles electrones y eliminando su reactividad, pero sin convertirse ellos
mismos en radicales libres.

Tipos de antioxidantes
Podemos hacer una primera clasificación de antioxidantes exógenos y endógenos.

Los antioxidantes exógenos deben ser proporcionados por la dieta:

 Vitaminas como la C, la E o la A (retinoides procedentes de alimentos animales), y beta-carotenos


precursores de la vitamina A y procedentes de alimentos vegetales.

 Otros carotenoides como zeaxantina, astaxantina o luteína

 Polifenoles (flavonoides o no flavonoides) como las catequinas del té verde

 Otros compuestos como, por ejemplo, isotiocianatos de las crucíferas o compuestos azufrados de ajo o
cebolla

Los antioxidantes endógenos pueden ser proporcionados también por la dieta, pero se sintetizan sobre todo
en el cuerpo a partir de otros elementos:

 Superóxido dismutasa

 Catalasa

 Glutatión peroxidasa y Glutatión reductasa

 Glutatión

 Ácido lipoico

 Coenzima Q10

 Ácido úrico

 Melatonina
 …etc

Se puede establecer otra clasificación:

Antioxidantes enzimáticos: aquellos que eliminan los radicales mediante un proceso de varios pasos en los
que varios trabajan sucesivamente.

 Superóxido dismutasa

 Catalasa

 Glutatión peroxidasa y Glutatión reductasa

Antioxidantes no enzimáticos: actúan interrumpiendo las reacciones en cadena que comienzan las especies
reactivas oxidantes: Glutatión, ácido lipoico, vitamina C, Polifenoles, etc.

Múltiples funciones de los antioxidantes y potencia relativa


Cuando los médicos hablan, en general, de los ‘antioxidantes’, parecen olvidar o ignorar que su función no
es únicamente la de neutralizar las especies reactivas, sino que se encargan también de otras tareas
adicionales, que pueden beneficiar extraordinariamente al paciente en la lucha contra el cáncer. Enfocarnos
exclusivamente en su capacidad antioxidante es un reduccionismo tan absurdo como contraproducente.

Por ejemplo, la vitamina C (ya hemos hablado de sus funciones en este primer artículo de la serie dedicada a
ella) es un potente activador inmunitario y contribuye en la construcción del colágeno. Y, por ejemplo, la
Coenzima Q10 colabora igualmente en la función inmunitaria o en la obtención de energía.

Incluso el Glutatión, el más poderoso de entre todos los antioxidantes y en el que nos enfocaremos
especialmente en este artículo, y a pesar de que tiene como función principal proteger del daño oxidativo a
las membranas celulares y mitocondriales, colabora también en otras funciones de extrema importancia
(Ref) como la eliminación de toxinas intracelulares y de metales pesados, la participación en el metabolismo
de leucotrienos, prostaglandinas o estrógenos, la fabricación de bilis o la síntesis de proteínas que contienen
cisteína.

Los antioxidantes endógenos son, en general, más potentes que los exógenos a la hora de neutralizar las
especies reactivas. Aunque todos son necesarios para ejercer sinergias mutuas, el Glutatión es, sin duda, el
de acción más poderosa y el que determina con mayor fiabilidad el balance redox de la célula.

Nos enfocaremos especialmente en él en este artículo, porque tiene una importancia capital en el tratamiento
del cáncer.
La necesidad de los radicales libres y de la homeostasis redox
La naturaleza no crea nada en balde. Los radicales de oxígeno pueden ejercer funciones beneficiosas o
deletéreas en función de su cantidad absoluta y relativa al nivel de antioxidantes.

Ese balance redox permite que las células alcancen una homeostasis saludable, cuyos desequilibrios pueden
desencadenar enfermedades diferentes. En realidad, sin radicales libres no podríamos vivir. Como en tantos
otros procesos biológicos, un compuesto no es malo o bueno per se, sino en relación a otros que lo
complementan y modulan en forma de par.

Un cierto nivel de ROS ejerce benéficas funciones señalizadoras intracelulares, mientras que niveles
elevados contribuyen a la muerte celular (Ref).

Esa muerte puede ser necesaria y beneficiosa (como veremos a continuación), para eliminar células
potencialmente peligrosas, o bien puede ser inducida por un estado desequilibrado y, por lo tanto, indeseada
y patológica.

En definitiva: el cometido del balance de oxidantes y antioxidantes es muy complejo y no puede ser
comprendido con sencillez a base de apresurados titulares de prensa.

La mitocondria y el difícil equilibrio entre apoptosis y proliferación


Hace relativamente poco tiempo se descubrió el papel que juega la mitocondria en la regulación
homeostática celular. Es la mitocondria la que desencadena el proceso de apoptosis o suicidio celular, y lo
hace por medio de la generación de radicales libres en forma de especies reactivas de oxígeno o ROS (Ref).

La apoptosis es un mecanismo programado, autodestructivo pero completamente habitual, que las células
emprenden cuando hay algún problema que puede comprometer al buen funcionamiento de la célula: un
desbalance bioquímico, un problema estructural, que la célula se desprenda de la matriz extracelular (lo que
incrementa el peligro de que se produzca una metástasis; a ese tipo de suicidio programado se le
denomina Anoikis), debido a toxinas o, en general, a cualquier alteración que produzca un comportamiento
anómalo de la célula. Las señales desencadenantes de la apoptosis pueden ser extrínsecas o intrínsecas
(interiores a la célula).

Cuando alguna de esas señales ocurre, se inicia el proceso destinado a que la célula defectuosa desaparezca
(mucho más limpio que otras formas de muerte celular como la necrosis, que provocan la presencia de
factores inflamatorios locales bastante peligrosos), para que así se mantenga el equilibrio con las células
sanas que proliferan. Unas deben morir para que otras vivan y el organismo que las acoge prospere.
En el caso de señales intrínsecas que desencadenan la necesidad de suicidarse, la mitocondria de la célula
utiliza los ROS como señalizadores que inician una cascada de proteínas que envían señales al núcleo
celular, se desactiva la proliferación y la célula muere de forma ‘limpia’.

Los ROS generados bajo circunstancias fisiológicas no son perjudiciales, y juegan un importante papel en la
señalización celular, pero situaciones como la hipoxia o el estrés químico pueden incrementar esa
producción (Ref)

Es sencillo ver que un exceso de ROS mitocondriales puede inducir la muerte en células sanas, lo que
desembocaría en enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson.

Estrés oxidativo, mitocondria y cáncer


Pero ¿qué sucede cuando el problema afecta a la propia mitocondria, cuando se altera la permeabilidad de la
membrana mitocondrial y ésta no puede ‘comunicarse’ con el núcleo? Pues que se generan ROS
mitocondriales que no desembocan en un suicidio. Nos encontraremos con una célula que se ha
transformado en inmortal (salvo que se le induzca algún otro tipo de muerte celular, programada o no;
hablaremos de ellas en otros artículos).

La mitocondria es también la encargada de proporcionar la mayoría de la energía que la célula necesita,


oxidando el piruvato que previamente se ha producido en el citosol a partir de la glucosa.

¿Qué sucede cuando esa mitocondria dañada tampoco puede hacer su trabajo como central de energía? Pues
que la célula debe obtenerla de alguna otra parte, y eso se consigue mediante la glucólisis anaerobia, o efecto
Warburg: fermenta grandes cantidades de glucosa en el citosol sin utilizar oxígeno aunque a su alrededor
haya el suficiente (usa hasta 100 veces más glucosa que una célula normal, que la oxida en sus mitocondrias
no dañadas y genera mucho más ATP por cada molécula de glucosa). La glucólisis produce lactato en
grandes cantidades, que se vierte en el entorno extracelular y lo acidifica.

La célula, que no puede suicidarse, se replica sin control, más rápidamente que los vasos sanguíneos que
deberían formarse para nutrirla, de manera que las nuevas células surgen en un entorno poco nutrido y poco
oxigenado.

En esas circunstancias se sobreexpresa la proteína HIF-1alfa, o factor de crecimiento por hipoxia, que las
células sanas utilizan en circunstancias adversas como, por ejemplo, durante una isquemia: se replican a toda
prisa para prevenir la muerte de un tejido sano.

En este caso, en cambio, esa proliferación desemboca en una situación patológica: crecimiento debido a la
hipoxia de una masa de células que no se pueden suicidar. La hipoxia se relaciona después con la
sobreexpresión de factores angiogénicos que crean nuevos vasos sanguíneos para nutrir esa masa
descontrolada. Y aquí tenemos el cáncer.

El rastro desde el daño oxidativo, la inflamación y el cáncer es bastante sólido (Ref). Ese estrés puede estar
producido por una dieta (llena de glucosa) que no proporciona suficientes antioxidantes ni permite que el
cuerpo los cree, y/o por virus, metales pesados u otros muchos insultos que rompen el equilibrio redox,
sobreabundantes en nuestra curiosa (y furiosa) vida moderna.

El glutatión y el ratio entre reducido y oxidado como medida del estrés


oxidativo
El glutatión (GSH) o ‘antioxidante maestro’, es un tripéptido formado por tres aminoácidos: glicina, cisteína
y glutamato, y su síntesis es un proceso en dos pasos: primero se unen glutamato y cisteína mediante una
enzima llamada glutamato-cisteína ligasa (GCL), que es el paso limitante en la síntesis de glutatión y
después se une la glicina mediante la enzima glutatión sintetasa.

Se genera en todas las células del cuerpo, pero sobre todo en el hígado, que parece ser un centro productor y
también distribuidor.

Un hecho importante: la mitocondria puede generar ROS, pero no puede generar glutatión, sino que debe
‘importarlo’ del citosol a través de su membrana: conseguir evitar ese paso transmembrana puede ser una
manera de modificar el balance redox intracelular tumoral hacia el estrés oxidativo. Más tarde veremos cómo
sacarle partido.

Cuando el GSH en estado reducido ejerce sus funciones como antioxidante, se oxida él mismo y pasa al
estado de glutatión oxidado o GSSG. El estado redox de la célula dependerá, en realidad, no tanto del nivel
absoluto de GSH, sino del ratio entre glutatión reducido y oxidado: GSH/GSSG. Un ratio elevado significará
un estado poco propenso a la oxidación, mientras que un ratio disminuido implica lo contrario y la célula u
órgano estará sometido a estrés oxidativo.

Ese ratio está íntimamente relacionado con la capacidad de la célula de inducir la apoptosis (Ref1, Ref2), e
incluso otro tipo de muertes celulares de las que hablaremos en otros artículos, como la necrosis o la
autofagia (Ref)

Como hemos visto, los ROS inician ese proceso, pero están controlados por el ratio de glutatión
reducido/oxidado, que constituye, por tanto, una llave maestra esencial del control homeostático celular.

Diferencias de equilibrio redox en células sanas y cancerígenas


Resumiendo lo que hemos visto hasta ahora:
 Hay una relación directa entre exceso de oxidación e inicio del cáncer

 Los oxidantes promueven la apoptosis o suicidio celular, mientras que un ‘exceso’ de antioxidantes la
detienen

 Las células cancerígenas tienen dificultades para suicidarse porque, aunque generan un exceso de oxidantes,
lo compensan con un exceso de antioxidantes

Un momento: ¿quiere eso decir que un exceso de glutatión (GSH) protege contra el cáncer, pero que en una
célula cancerígena en un tumor YA establecido, ese exceso de glutatión servirá para proteger al tumor?

La respuesta es SÍ, pero no sólo eso, sino que, como se demostró en estudios como éste: (Ref), los órganos
sanos de un enfermo de cáncer presentan, en general, un bajo ratio GSH/GSSG, es decir,
representativo de un estado de alto estrés oxidativo, mientras que las células del tumor presentan un
alto ratio GSH/GSSG, representativo de un estado de bajo estrés oxidativo.

Los efectos y el papel de la quimioterapia y la influencia del estado


redox
Prácticamente todas las quimioterapias se basan en principios sencillos: generar ROS que ataquen las células
en estado de división celular. Eso implica que la quimioterapia será más eficaz cuanta mayor sea la
velocidad de división de las células y cuanta menor sea su protección antioxidante.

Los defectos de base de ese planteamiento saltan a la luz:

Los niveles de glutatión y el ratio GSH/GSSG están directamente relacionados con la malignidad de la
célula y con su capacidad de resistencia a la quimioterapia (Ref1, Ref2). Es decir, a mayor malignidad de
una célula tumoral, mayor será su nivel de antioxidantes endógenos y mayor su capacidad de resistir el estrés
oxidativo.

Además, existe una relación directa, casi lineal (y, por tanto, forman una serie de relaciones causa-efecto de
maravillosa simplicidad por cuanto pueden ser poderosos objetivos terapéuticos al detener los puntos débiles
de esa cadena de acontecimientos), entre grado de disfunción mitocondrial, grado de glucólisis y
glutaminólisis, cantidad de lactato producido, acidez extratumoral, hipoxia, sobreexpresión de factores
inflamatorios y angiogénicos, y sobreexpresión de glutatión.

Conforme un tumor se hace más agresivo se hace también más hipóxico (y lo contrario es también cierto), lo
cual hace más difícil generar especies reactivas de oxígeno, que a su vez contrarrestan en aún menor medida
el exceso de antioxidantes que el tumor sintetiza.
Por el contrario, las células sanas que también se dividen con rapidez, esto es, las de la mucosa intestinal, la
microbiota (imprescindible para mantener el sistema inmunitario y una cada vez mayor panoplia de otras
funciones corporales), el sistema inmunitario, las células reproductoras, los folículos pilosos y otras, estarán
inmersas en órganos sometidos a un ya de por sí poderoso estrés oxidativo.

Aquí tenemos una receta para el desastre si no emprendemos acciones adicionales que complementen a la
quimioterapia:

 Por un lado, el cuerpo sano del enfermo de cáncer, oxidado e incapaz de defenderse del estrés adicional de la
quimio.

 Por otro lado, las células del tumor dispuestas a generar antioxidantes de sobra para contrarrestar los ataques
oxidantes externos, y con mayor intensidad cuanta mayor sea su malignidad.

¿A alguien le extraña ahora la visión de enfermos arrasados, con sus intestinos y sus sistemas inmunes
destruidos, calvos y convencidos de que tal vez el posible pequeño tiempo adicional de vida que el
tratamiento le añada no compensará semejante pérdida de calidad?

Muchos oncólogos utilizan una lógica binaria que parte de realidades profundamente poco empáticas (casi
psicopáticas) pero también abismalmente anticientíficas: me interesa alargar algo la vida, disminuyendo
momentáneamente el tamaño del tumor, aunque sea a costa del cuerpo sano (la serie ‘House’ ha hecho un
daño enorme a la percepción del papel del médico).

Incluso aunque efectivamente logren inducir un estrés considerable al tumor, saben que la quimio no será
curativa en un porcentaje escandaloso de casos (del cual los medios de comunicación nunca hablan), y que el
tumor regresará, pero esta vez resistente al tratamiento y en un cuerpo con las defensas profundamente
afectadas, incapaz de oponer nada más que una débil resistencia. Aunque el tratamiento haya alargado
brevemente la vida en relación a quien no se trate (y muchas veces es al revés), los meses adicionales serán
penosos.

El ‘razonamiento’ del oncólogo es: ya que el tumor sobreexpresa antioxidantes, no se lo pongamos fácil
comiendo de forma que pueda fabricarlos. Lanzan una moneda al aire y esperan que el cuerpo no muera
antes que el tumor. Pero, si así sucede, si el enfermo muere a causa del tratamiento (y sucede): tranquilo,
nadie les echará en cara que hayan acelerado la muerte de un paciente. A fin de cuentas ellos sólo aplican el
estándar, ése creado por la única ciencia permitida, la exclusivamente basada en los estudios en fase III
pagados por las corporaciones.

Su razonamiento puede parecerle adecuado a algunos; tal vez incluso a ti, que estás leyendo este artículo
(increíble que aún no hayas abandonado un texto tan largo y denso, pero que no utiliza simplificaciones y
que te trata como a alguien inteligente)
El ejemplo que siempre pongo al respecto de la quimioterapia es el que la asemeja a un fusil de asalto de
extremada potencia, en cuyo diseño y fabricación se hubieran invertido millones de dólares… y que luego se
pusiera en manos de un adolescente borracho, en vez de en un tirador de elite.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿podemos transformar a ese adolescente borracho en un tirador de
elite? Es decir, ¿podemos proteger el cuerpo sano elevando su nivel de glutatión mientras que, a la vez,
bajamos el nivel de antioxidantes de las células tumorales y las hacemos más vulnerables?

La respuesta es sí.

Relación entre glutatión y metilación. Importancia de la dieta


Dedicaré en el futuro al menos un artículo para hablar de la Metilación, un complejo mecanismo de
extraordinaria importancia, que participa en una interminable lista de procesos bioquímicos corporales y que
es uno de los mayores mecanismos epigenéticos, es decir, que ‘enciende’ o ‘apaga’ miríadas de genes (la
próxima vez que oigáis hablar de la importancia de las mutaciones genéticas en el cáncer os aconsejo que,
primero, os carcajeéis; y que, después, preguntéis tímidamente si no será más conveniente estudiar antes los
mecanismos epigenéticos)

Baste decir por el momento que es un proceso cíclico que ‘comienza’ con el aminoácido metionina y
‘finaliza’ con otro aminoácido, homocisteína, y con la creación de antioxidantes endógenos como SAM-e y
Glutatión.

Un exceso de ambos aminoácidos debido a una deficiente metilación (sobre todo homocisteína, un análogo
de la cisteína, ambas tóxicas en cantidades excesivas), está detrás de una infinidad de procesos patológicos, y
el cáncer tal vez esté entre ellos (Ref)

En una correcta metilación intervienen múltiples aminoácidos, vitaminas y otros cofactores, y algunos de los
más importantes son: metionina (paradójicamente se generará más glutatión a menor cantidad de metionina
(Ref), vitamina B6, B12, folato (B9), glicina, cisteína, colina o betaína.

Si buscamos cuáles son las mejores fuentes de esos compuestos tal vez algunos se sorprendan: hígado, piel,
huesos, yemas de huevo…

“Pero, un momento” -parece que escucho- “¿no eran las dietas vegetarianas las que ‘estaban llenas de
antioxidantes’?” Bueno, están llenas de antioxidantes exógenos, pero si hablamos de dietas que permitan que
el cuerpo genere montones de antioxidantes endógenos (los más potentes), los alimentos de origen animal se
llevan la palma.

Es cierto, no obstante, que los antioxidantes exógenos colaboran sinérgicamente para reforzarse unos a otros
y para reciclar el glutatión oxidado, incrementando sus niveles. Algo especialmente evidente, sobre todo, en
el caso de la vitamina C (Ref). Es decir, adelanto algunas de las conclusiones a las que llegaremos al final de
este artículo: la ciencia apoya el omnivorismo, y no el vegetarianismo estricto, como mejor promotor de la
salud.

Como necesitamos restringir la metionina (Ref) para maximizar la producción de glutatión, debemos
restringir el consumo de carne de músculo y potenciar el consumo de órganos internos y, sobre todo, de
colágeno.

El punto en común con las dietas vegetarianas que debemos tener en cuenta es el de restringir las proteínas
totales, pero las dietas vegetarianas suelen ser deficientes en glicina (además de en vitaminas como la B12),
así que debemos balancear adecuadamente los aminoácidos potenciando el consumo de colágeno.
Abordaremos este tema de las proteínas y los aminoácidos, de extraordinaria importancia, en al menos otro
artículo, y explicaremos otras razones adicionales para restringir aminoácidos como la metionina e
incrementar otros como la glicina.

Llevando la dieta un poco más allá: la cetosis


Parece que ya hemos garantizado la producción de suficientes antioxidantes endógenos que, al menos,
protejan al cuerpo sano de la quimio, restringiendo las proteínas totales y balanceándolas hacia el consumo
de órganos internos y, sobre todo, de fuentes de colágeno (huesos, piel, cartílagos, moluscos, etc). Veamos si
podemos mejorar aún más esa primera aproximación.

En los artículos dedicados a la dieta cetogénica hemos dejado claro que su principal objetivo es hacer pasar
hambre al tumor disminuyendo dramáticamente los niveles de glucosa circulante y elevando los de cuerpos
cetónicos, que además pueden ejercer de por sí efectos tóxicos contra el tumor (Ref).

Pero, ¿Cómo afecta la dieta cetogénica a los niveles de antioxidantes endógenos de las células sanas y
tumorales?

En este estudio de la Universidad de Colorado se comprobó que la dieta cetogénica incrementaba los niveles
de glutatión de las células sanas (Ref), y disminuía sus niveles de peróxido de hidrógeno (H2O2)

Y, por otra parte, en esta revisión del departamento de Radiooncología de la Universidad de Iowa (Ref),
estudiaron las ventajas antitumorales de la cetosis y fueron más allá de los efectos terapéuticos asociados al
estrés metabólico, porque según ellos éste desemboca en un estrés oxidativo selectivo con las células
tumorales. De hecho, proponen que el metabolismo glucolítico es una manera que tiene la célula de escapar
a un estrés oxidativo previo.
El mecanismo que proponen para explicar los efectos oxidativos de la dieta cetogénica específico para las
células tumorales guarda relación con la generación de la coenzima NADPH, que es un poderoso reductor de
la GSSG, transformando de nuevo la forma oxidada del glutatión en su forma reducida (GSH).

Es decir, al bloquear selectivamente la producción de NADPH en las células tumorales, la dieta cetogénica
desequilibra el ratio GSH/GSSG tumoral y potencia la forma oxidada, con lo que se incrementa su estrés
oxidativo.

Como las células tumorales tienen una mayor concentración de ROS que las sanas, cualquier añadido
oxidativo tiene efectos aumentados en ellas, superiores a los que se producirían en una célula sana, y
multiplicarían los efectos de la quimioterapia.

De hecho, como en tantos otros procesos biológicos, el NADPH mantiene un equilibrio con el NADP+, y el
ratio NAD+/NADH juega un extraordinario papel en la progresión del cáncer (Ref1, Ref2)

Un ratio reducido implica un menor estrés oxidativo tumoral y una malignidad aumentada. De hecho, el
estudio propone que un objetivo terapéutico sea tratar al enfermo con promotores del NAD+. Lo bueno de la
dieta es que produce ese mismo efecto pero de forma selectiva.

Incluso uno de los oncólogos más recalcitrantes con los que me he topado me reconoció, hace unos meses,
que los enfermos que acudían al tratamiento tras un ayuno de 2 o 3 días soportaban mucho mejor los efectos
secundarios de la quimioterapia y obtenían mejores resultados.

A punto estuve de responderle con un sarcasmo para recordarle que “sus observaciones eran anecdóticas y
estadísticamente no significativas”, como él responde ante cualquier estudio preclínico, pero me contuve a
tiempo. Es revelador cómo la observación personal de unos pocos casos puede ser más poderosa que
cualquier fría estadística y cómo activa la intuición, un poderoso aliado de la inteligencia a la hora de
establecer hipótesis.

Lo peor de esta historia es que seguramente ese médico desconoce el fundamento metabólico del ayuno y
que pueden imitarse hasta cierto punto sus efectos mediante una dieta cetogénica. Y también desconoce que
sus observaciones son compatibles con todos esos estudios a los que jamás prestará atención.

Por lo tanto, hemos transformado a ese adolescente borracho encargado de un arma que ha costado mucho
dinero en un tirador experto que apuntará donde debe y no de forma indiscriminada.

¿Podemos mejorar aún más su efectividad?

Sí, podemos

Acciones terapéuticas adicionales con objetivo en el glutatión tumoral


Además de la dieta cetogénica, sabemos que algunos fármacos y moléculas naturales que tienen como
objetivo el glutatión han demostrado una potente eficacia antitumoral y una fuerte sinergia con la
quimioterapia.

Las moléculas sintéticas presentan el gran problema de su ausencia de selectividad y, por lo tanto, de sus
efectos secundarios, lo cual hace aconsejable usar en primer lugar moléculas naturales y considerar los
fármacos como medidas específicas para situaciones de emergencia.

Fármacos

Sulfasalazina es un antiinflamatorio utilizado para el tratamiento de enfermedades como la colitis ulcerosa,


y que actúa sobre el transportador de cisteína. De esa forma impide que se use ese aninoácido para formar
glutatión (Ref1, Ref2).

Hay que tener en cuenta que la cisteína es tóxica, y es poco abundante en la dieta, razón por la cual el cuerpo
tiene tendencia a resguardar su toxicidad usándola inmediatamente para fabricar glutatión. Si lo impedimos,
la concentración sanguínea de cisteína se elevará, con los efectos secundarios perjudiciales que eso conlleva.

Aunque parece una opción puntual a considerar en una situación de emergencia, creo que hay opciones
naturales mucho mejores.

Butionina Sulfoximina (BSO), utiliza otras vías para depletar las células de glutatión, y ha demostrado una
gran eficacia sinérgica con la quimioterapia Melphalan en un estudio preclínico contra Mieloma múltiple, en
el que se obtuvieron varias regresiones completas (Ref) y un aumento muy significativo de la media de
supervivencia del grupo tratado con BSO más quimio.

Se llevaron a cabo pruebas en fase I para determinar su dosis y niveles de toxicidad, pero no veo que se
hayan mostrado los datos recabados, lo cual es una mala noticia. A pesar de que los estudios en ratones no
encuentran toxicidades acusadas, yo me lo pensaría mucho antes de utilizarlo.

Verapamil es un inhibidor del canal del calcio utilizado en casos de hipertensión y angina de pecho. Se ha
demostrado que aumenta los efectos de la quimioterapia mediante la extrusión del glutatión (Ref).

Forma parte del cóctel de fármacos de algunos pacientes que han obtenido resultados extraordinarios, pero
hay que tener en cuenta sus efectos secundarios, que pueden ser graves, y sus interacciones con otras drogas.

Diphenyliodonium es un bloqueador del NOX, que inhibe la síntesis de NAPDH y, por tanto, desequilibra
el balance redox hacia la forma oxidada del glutatión, GSSG. Es decir, induce un estrés oxidativo tumoral
aumentado e inhibe la proliferación (Ref).
Pese a su potencia tiene efectos secundarios indeseados que lo convierten en un arma de doble filo (Ref) y
un fármaco no demasiado aconsejable.

Trioxido de arsénico (As2O3), induce en estudios in vitro remisión completa en células de leucemia, con
aparente mínima toxicidad y bajas concentraciones, de nuevo por la vía de vaciar los depósitos de glutatión
del tumor (Ref)

Una forma inorgánica de Arsenio de toxicidad considerablemente inferior a otras formas, que se ha venido
utilizando como terapia durante muchos años (Ref).

Moléculas naturales

Resveratrol, ha demostrado ejercer una elegante acción que precipita la apoptosis de las células tumorales
(Ref): en vez de incrementar la producción de ROS, actúa sobre el potencial de membrana de la mitocondria,
facilita la extrusión del GSH que ha entrado en ella y dificulta la entrada desde el citosol hacia la
mitocondria de nuevo glutatión, de forma específica en las células tumorales y sin efectos secundarios.

Tienen el serio problema de su escasa biodisponibilidad y cómo alcanzar en humanos los niveles
terapéuticos que muestran los estudios preclínicos. Dedicaré en el futuro un artículo a las nuevas
formulaciones de nanopartículas, liposomas o micelas, que pueden revolucionar la administración de
fármacos y nutracéuticos incrementando su potencia, selectividad y sinergia.

Curcumina, la omnipresente molécula de variados mecanismos de acción antitumoral, también incrementa,


sólo en las células tumorales, la producción de ROS mitocondriales. Aunque no parece ejercer un efecto
directo sobre el glutatión, desequilibra el balance redox tumoral (Ref)

Al igual que el resveratrol, presenta el problema de su escasa biodisponibilidad, que algunas empresas han
sorteado con mayor o menor éxito mediante nanopartículas o encapsulaciones. Theracurmin y Novasol
Curcumin parecen las más prometedoras.

Si los datos de Novasol son correctos podría ser una excelente formulación biodisponible de curcumina, pero
debemos ser cautos porque los datos podrían estar manipulados por la empresa, o ser presentados de forma
‘creativa’ (Ref).

L-Glutamina: es completamente contraintuitivo que la suplementación con glutamina pueda ser beneficiosa
para un enfermo de cáncer, debido a que las células tumorales consumen altos niveles de este aminoácido
durante un proceso llamado glutaminólisis (complejo e importantísimo, al que dedicaré al menos un artículo
en el futuro).
Sin embargo, la glutamina y su oxidación parecen competir con el Glutatión que entra en la mitocondria, y
parece favorecer su extrusión hacia el citosol y disminuir los niveles de GSH mitocondrial (Ref).

Hay muchos estudios que confirman el beneficio de la suplementación con Glutamina a los enfermos de
cáncer (Ref).

En todos ellos se reducen significativamente los efectos secundarios de quimio y radio (Ref) sin interferir en
la terapia y, sobre todo, parece combatir la temida caquexia que afecta a los pacientes avanzados.

Recordemos que la caquexia no tiene tanto que ver con la pérdida de grasa como con la pérdida de masa
muscular, que el tumor promueve con el objetivo de hidrolizar las proteínas y nutrirse de la glutamina que
queda libre.

Por decirlo de otra manera: el tumor obtendrá la glutamina de donde sea, sí o sí, aun a costa del cuerpo sano
del enfermo, así que mejor proporcionársela nosotros (es el principal combustible del intestino delgado) y al
menos no deteriorar aún más el organismo, que será el que realmente le podrá plantar cara al tumor.

Una razón más para tomar caldo de huesos frecuentemente.

Piperlongumina, molécula obtenida del extracto de la planta Piper Longum L, ha demostrado capacidad
para disminuir los niveles de GSH e incrementar los de GSSG, disminuyendo el ratio GSH/GSSG
mitocondrial de las células tumorales, y haciéndolas más sensibles a la quimio y radioterapia (Ref1, Ref2),
sin efectos adversos en células normales.

Potentilla fulgens. Los extractos de la raíz de esta planta, usualmente utilizados como parte del arsenal
terapéutico de la medicina India, han demostrado su capacidad para vaciar los depósitos del glutatión
reducido tumoral (GSH), al menos in vitro (Ref1, Ref2)

Extracto de Ajo. Sus compuestos azufrados incrementan el glutatión en las células sanas (Ref), pero lo
reducen en las células tumorales (Ref)

Isotiocianatos de verduras crucíferas, compuestos azufrados que, de manera similar al ajo, depletan el
GSH de las células tumorales e inducen un fuerte estrés oxidativo (Ref)

Selenio. Es un cofactor que interviene en el ciclo de síntesis del glutatión, y sus niveles sanguíneos se
relacionan directamente con los de ese antioxidante (Ref).

No obstante, y aunque parece que eleva levemente también el glutatión de las células tumorales, reduce el
ratio GSH/GSSG, con lo que induce un estrés oxidativo al tumor. Las formas de Selenito de Sodio y
Seleniometionina han demostrado eficacia antitumoral (Ref). Algunos estudios ponen en duda que la
suplementación con Seleniometionina sirva para prevenir el cáncer (Ref)
Vitamina C. La trato en una serie de artículos del blog. En un post futuro describiré su mecanismo
prooxidante y cómo desequilibra, mediante un mecanismo elegante y limpio, el equilibrio redox,
específicamente en las células tumorales.

También veremos cómo múltiples antioxidantes exógenos ejercen una labor sinérgica y potencian su labor
oxidativa en el tumor.

Una vez que conocemos cómo obtener un correcto equilibrio redox en el cuerpo sano y en el tumor, pasemos
a tratar un asunto íntimamente relacionado con el estado de oxidación y que es la pesadilla de la oncología:
la multirresistencia de los tumores a los fármacos.

El problema de la multirresistencia a los fármacos y la posición de la


oncología oficial
De entre todas las pesadillas de la oncología, la multirresistencia es una de las más temidas. No hay que ser
un genio para comprender que, tal y como está fundamentada la investigación oncológica -el paradigma en
que ésta se sustenta- es lógico que eso suceda.

Lo que resulta cuanto menos curioso es como casi todas esas pesadillas son percibidas por los oncólogos
como inevitables.

Los médicos están sometidos a las pruebas clínicas en fase III que determinen con fiabilidad estadística que
algo sirve o no, y sólo pueden recomendar lo que ha sido sometido a dichos ensayos. Estas pruebas sólo
pueden ser financiadas por las grandes corporaciones y son largas y costosas, así que sólo se ensayará lo que
interese económicamente.

Como hay multitud de moléculas muy prometedoras pero que no se ponen a pruebas en ensayos fase III,
permanecerán en el limbo de las posibilidades y los oncólogos no las recetarán pese a su enorme potencial,
debido a la “ausencia de evidencia y a las posibles interacciones imprevistas con la quimio”. La misma
quimio que, (y eso sí lo saben perfectamente, con evidencia estadística), fracasará estrepitosamente tarde o
temprano tras dejar un rastro de destrucción en el cuerpo sano de sus pacientes.

Esta situación de parálisis no se solucionará nunca mientras las empresas ganen dinero a costa de ella y
mientas los oncólogos no sean conscientes del círculo vicioso en el que ellos y, por extensión, sus pacientes,
están inmersos.

Y esto no es un delirio conspiranoico, sino simple consecuencia del sistema económico, su resultado
inevitable.
Mientras esperamos a unas pruebas que nunca llegarán, no se atajan las resistencias a los fármacos porque
los oncólogos han aprendido que no deben hacer caso de las pruebas preclínicas. Si bien es cierto que a
veces existen abismales diferencias entre lo que dice la experimentación in vitro o con animales y lo que
luego sucede en las pruebas en pacientes reales, otras veces no, y es a lo único a lo que podemos aferrarnos.

A eso y a los resultados reales en casos particulares, despreciados por los médicos al no ser ‘estadísticamente
significativos y poco controlados’. De nuevo su razonamiento es correcto, si lo tomamos en sentido literal,
pero esos resultados permiten establecer hipótesis que poner a prueba en otros pacientes que ya no tienen
nada que perder, sobre todo cuando se trata de sustancias naturales con nulos o escasos efectos secundarios.

El concepto de multirresistencia
La multirresistencia a los fármacos (MDR) es un mecanismo en el que están involucrados múltiples factores
(Ref, un trabajo elaborado por investigadores de diferentes universidades de Alemania, Italia, Rusia y
Turquía).

El estado redox (definido, como ya hemos visto, por los niveles de glutatión oxidado y reducido, así como
los niveles de ROS mitocondriales) es uno de ellos, de forma que poner en práctica las medidas que hemos
propuesto hasta ahora, en el presente artículo, puede revertir la resistencia, al menos en parte. Un tumor con
elevados niveles de glutatión en sus células será forzosamente más resistente a la quimioterapia.

Hay otros factores que intervienen en dicha resistencia: hace relativamente poco tiempo se descubrieron unas
glicoproteínas llamadas transportadores ABC (de momento se han identificado 49 diferentes), cuya función
principal es la de expulsar tóxicos como la quimioterapia fuera de las células. Si asemejamos las células
tumorales a un barco y la quimio al mar que entra a oleadas en su cubierta, los transportadores ABC son
bombas que ‘achican’ el agua e impiden que el barco se hunda.

Gracias a su acción, gran parte de la quimioterapia no permanece dentro de las células tumorales el tiempo
suficiente como para ejercer su labor citotóxica que, como ya hemos mencionado, se desencadena cuando la
célula se divide.

Se han investigado bastantes drogas que tienen como objetivo la MDR, pero su eficacia terapéutica se ha
demostrado limitada y sus efectos tóxicos elevados.

La Hormesis y el factor Nrf2


La hormesis podría definirse como la respuesta adaptativa de un organismo a una pequeña dosis de estrés, lo
que le permite fortalecerse para resistir futuras dosis incrementadas del mismo estresante (Ref).
A pequeñas dosis, un veneno puede resultar beneficioso y ayudar al organismo a convertirse en resistente a
una dosis superior del mismo veneno que antes de la adaptación resultaba letal. Es la traslación biológica y
literal del “lo que no te mata te hace más fuerte”.

El factor Nrf2 es una proteína que regula la respuesta antioxidante del organismo frente a moderados niveles
de estrés oxidativo. Nos permite resistir los embates oxidantes del entorno oponiendo una resiliencia
bioquímica que nos fortalece. Por esa razón, gran parte de los procesos de oxidación no son más que una
oportunidad antes que un problema (si hablamos de células sanas y de un estrés moderado), por cuanto nos
permite adaptarnos a ellos fortaleciendo nuestras defensas.

Podemos compararlo a lo que sucede cuando hacemos deporte y sometemos a nuestro cuerpo a situaciones
estresantes que lo ponen a prueba y, como resultado, a éste no le queda otro remedio que hacerse más
flexible, resistente, fuerte o potente.

O cuando superamos una prueba vital dura y desafiante y comprendemos que resurgimos, tras ella,
convertidos en una mejor versión de nosotros mismos.

Xenohormesis: ¿son los fitoquímicos realmente antioxidantes?


Últimamente, numerosos estudios están poniendo en duda que los fitoquímicos sean realmente antioxidantes
y proponen que la capacidad antioxidante de las plantas proviene realmente de nuestra capacidad para
reaccionar ante su moderada oxidación: el factor Nrf2 activando las defensas antioxidantes frente a los
ataques oxidantes de los fitoquímicos (Ref).

A fin de cuentas, los fitoquímicos no son más que moléculas que las plantas producen para defenderse del
entorno. Las plantas no quieren que nosotros o los insectos nos alimentemos de ellas, porque no obtienen
con ello ningún beneficio. Las plantas quieren matarnos y, para ello, despliegan todo un arsenal químico
destinado a envenenar a quien lo intente.

En el baile de la evolución, sin embargo, hemos ido adaptándonos a sus venenos, oponiendo resistencias
que, a la postre, tal vez nos hayan beneficiado a todos. Un equilibrio que se ha roto durante los últimos
decenios debido a la pobreza de los suelos y a los tratamientos industriales: las plantas ya no necesitan
protegerse frente a los insectos, porque elementos externos lo hacen por ellas y, por esa razón, los vegetales
procedentes de cultivos extensivos industriales producen entre 5 y 10 veces menos fitoquímicos que las
salvajes o cultivadas por medios orgánicos (y una cantidad igualmente reducida de vitaminas y minerales).
Otra mala noticia que sumar a esta tormenta perfecta contra la salud en la que estamos convirtiendo el
mundo moderno.
La respuesta del organismo será proporcional al ataque químico. Por tanto, cuanta menor carga de
fitoquímicos tengan los vegetales que ingerimos, menor activación antioxidante se opondrá, gracias al factor
Nrf2, y menor capacidad de respuesta al estrés acumulará nuestro organismo.

El factor Nrf2 y el cáncer


Según todo lo que hemos visto hasta ahora (eres un héroe si has conseguido leer hasta aquí ;)), un nivel
adecuado de Nrf2 nos permitirá fabricar antioxidantes endógenos que se opongan al estrés oxidativo, así que
parece correcto suponer que nos ayudará a prevenir el inicio del cáncer.

Pero niveles excesivos también perturban el equilibrio hacia formas reducidas, lo cual puede derivar en una
dificultad de diferenciación y problemas similares a los que encontramos con un exceso de formas oxidadas
(Ref).

No es por tanto sorprendente encontrar que, en algunos cánceres, existe una relación directa entre
sobreexpresión del factor Nrf2 y su grado de malignidad, por cuanto tendrán mayores facilidades para
sintetizar glutatión reducido que mejore el ratio GSH/GSSG y le permita al tumor hacerse resistente al
tratamiento (Ref).

El problema adicional de la hipoxia


Otro factor adicional que contribuye a la multirresistencia es la hipoxia.

Como ya hemos comentado, el rápido crecimiento tumoral hace que se desarrollen zonas hipóxicas con
características diferenciales a las del resto de células tumorales, mejor oxigenadas.

Puede que el crecimiento de algunas de las células hipóxicas no sea tan rápido como las del resto, pero sus
características bioquímicas las convierten en más agresivas al ser más resistentes a los fármacos y proclives a
las recidivas.

El mecanismo de la glucólisis se incrementa aún más en zonas hipóxicas, y como consecuencia también se
produce más lactato, que se vierte desde el citosol de la célula al espacio extratumoral a través de los
Transportadores Monocarboxilados (MCT).

Ese lactato acidifica el espacio extracelular del tumor (menor ph), lo que obliga al interior de la célula
tumoral a basificarse aún más (mayor ph) y levantar una barrera físico-química que impide el paso de los
fármacos a la zona tumoral (entre otras muchas malas noticias que también se derivan de esa situación) (Ref)

Por lo tanto, además de oxigenar los tejidos, hay que apuntar al objetivo terapéutico de los MCT, intentando
inhibir su función e impidiendo que se desaloje el lactato del interior de la célula tumoral (investigadores
como los de la Universidad de Minnesota están desarrollando pequeñas moléculas biodisponibles que
ejerzan ese efecto: Ref)

La naturaleza al rescate de la multirresistencia


Anteriormente ya hemos visto cómo usar proteínas y grasas (y alguna planta y suplemento) para construir
una dieta que maximice los antioxidantes endógenos del cuerpo sano y minimice los del tumor.

Ahora veremos cómo incorporar los vegetales (y otras sustancias naturales) de manera inteligente para que
colaboren en el derribo de las resistencias tumorales a los fármacos y a otros nutracéuticos.

La ciencia ha puesto los ojos en moléculas que puedan ser a la vez selectivas y eficaces, y múltiples estudios
han confirmado la potencialidad de varios fitoquímicos como inhibidores de los transportadores ABC y
MCT y del factor Nrt2 (aunque éstos difícilmente serán sometidos a las mismas pruebas a las que SÍ se han
sometido a los fármacos, pese a ser estos más peligrosos y menos prometedores)
(Ref1, Ref2, Ref3, Ref4, Ref5, Ref6)

Algunas (sólo algunas, porque hay literalmente decenas) de las moléculas que han demostrado su efectividad
(pueden tomarse en suplemento pero incluyo también las fuentes de alimentos):

 Gamma-tocotrienol: una de las 8 formas de la vitamina E. Algunas de las mejores fuentes saludables de
esta vitamina son: el aceite de palma y contiene ciertas cantidades el aceite de coco
 Quercetina: en alcaparras, cacao, hojas de Rumex Obtusifolius, cebolla, pimiento o chile.
 EGCG, epigalocatequingalato: en té verde y cacao
 Apigenina: en manzanilla, perejil, apio, cilantro, espinacas, romero, tomillo, orégano, albahaca, etc
 Luteolina: en tomillo, alcachofa, apio, aceite oliva virgen extra, pimienta, limón y otras muchas verduras.
 Baicalina y Oroxilina: de la raíz de la planta Scutellaria Baicalensis, usada en la farmacología tradicional
China.
 Galangina: de la planta Rhizoma Alpiniae Officinarum
 Silibinina: del Cardo Mariano.
 Piperina y Cafeína: potenciadores de otras moléculas y ellas mismas profundamente beneficiosas. De ahí la
importancia de consumir abundante pimienta negra y café orgánico de calidad (sin leche)
 En general, fitoquímicos diversos de múltiples verduras y especias, en combinación sinérgica.
La lista de compuestos naturales con una mayor o menor actividad antitumoral e inhibidora de la
multirresistencia es muy larga. Y probablemente las sinergias positivas de muchas de las combinaciones de
dichos compuestos podrían dar como resultado una extraordinaria mejora en los resultados de las terapias
convencionales y hasta remisiones completas.

Tal vez sería tan sencillo como hacer combinaciones con las moléculas más prometedoras y determinar su
grado de sinergia o antagonismo, usando herramientas como Combosyn, que permite predecir con cierta
precisión el comportamiento de la combinación de un determinado cóctel de moléculas y suponer cuáles
ejercerán mejor sinergia conjunta y sin antagonismos.

Ese programa utiliza el método de Chou-Talalay para asignar un índice de sinergia a esas combinaciones.
Aunque un sistema matemático de ese tipo no puede ser utilizado para el diseño preciso de cócteles de
moléculas, sí puede emplearse para hacer un cribado previo de qué mezcla someter a pruebas y así ganar
tiempo y recursos ante la ingente cantidad de posibles combinaciones que podrían obtenerse con todos los
fitoquímicos y moléculas naturales conocidas y por conocer.

De momento es difícil encontrar un estudio que ponga a prueba más de dos moléculas a la vez. Cuando a
veces se encuentran estudios que encuentran sinergias prometedoras de dos moléculas y que reducen la
velocidad de avance de los tumores y prolongan considerablemente la vida (de ratones, ya sé que no se
puede extrapolar a humanos, pero a algo debemos aferrarnos), me pregunto: ¿qué pasaría si lográramos
encontrar un cóctel de 4, 5, 6, o 40 sustancias naturales que produjeran remisiones de forma habitual?

Quimioterapia a dosis bajas


Ya he tratado este tema en un artículo anterior, pero me gustaría resaltarlo de nuevo.

Si conseguimos, mediante un uso inteligente de la dieta y de los suplementos (lo que hemos estudiado hasta
ahora en este post), hacer más efectiva la quimioterapia y a la vez menos tóxica para el cuerpo sano,
entonces podríamos plantearnos bajar las dosis.

Como digo en el artículo, el objetivo debe ser el largo plazo, acorralar sin descanso al tumor con un cerco
bioquímico constante y por múltiples frentes.

La quimioterapia a dosis bajas pero más constantes podrá ser aplicada durante muchos más ciclos que la
dosificación estándar, de forma que el cuerpo sano tenga margen de defensa y el tumor no encuentre
períodos de tiempo donde no haya droga que lo ataque. Esa presencia insidiosa y permanente tiene efectos
antiangiogénicos además de los puramente citotóxicos.

Tanto los estudios al respecto como el simple sentido común dicen que es la estrategia más efectiva contra el
tumor y la menos tóxica para el paciente.

Poniéndolo todo junto: dieta paleo-cetogénica, suplementos


antioxidantes y algún fármaco al rescate del cuerpo y contra el tumor
Resumiendo las medidas dietéticas que parecen más razonables a la vista de todo lo que hemos visto hasta
ahora:
 Restricción de proteínas y, sobre todo de metionina (debido a su potencial de incrementar los antioxidantes
del cuerpo sano, pero también por otras razones que expondré en futuros artículos dedicados al vital tema de
los aminoácidos)

 Aumento relativo de colágeno dentro de esa proporción de proteínas

 Cetosis y, por tanto, restricción de carbohidratos con alta densidad energética e incremento de grasas
saludables

 Incremento de consumo de vegetales con alto porcentaje de fitoquímicos potenciadores de la terapia


convencional e inhibidores de multirresistencias.

El resultado es una lista de alimentos que conforman una dieta paleo en su variante low-carb, aunque con un
balance de macronutrientes que la inclinan al lado de la cetosis. Y es una dieta cetogénica un poco atípica
por cuanto elimina casi por completo la carne de músculo y confía en órganos internos, partes cartilaginosas,
piel, huesos, moluscos, pescado azul y huevos como aportes proteicos. Que aconseja grasas saludables y
abundantes verduras, algas y hongos.

El presente artículo, por tanto, sirve de base teórica para justificar algunas de las razones por las cuales
aconsejé una dieta de semejantes características en este otro artículo dedicado a la dieta cetogénica contra el
cáncer (que tenía fines prácticos y no se detenía a explicar los porqués).

Es decir, una dieta alejada por completo de la comida basura aconsejada por algunos oncólogos, ésos que
han recibido 5 minutos de formación nutricional por parte de un organismo patrocinado por una empresa
alimentaria.

Respecto a los suplementos, los que listo en este artículo se añaden a los que ya aconsejé en su momento en
el post dedicado a los 45 suplementos, alicamentos y fármacos contra el cáncer.

Los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, lansoprazol y otros), pese a no ser muy recomendables
a largo plazo en personas sanas (si los tomas tal vez debas suplementar adicionalmente con vitaminas del
grupo B, sobre todo B12), pueden ejercer excelentes sinergias con la quimio y los suplementos,
incrementando sus efectos, además de ejercer de por sí una acción antitumoral al impedir la excesiva
acidificación del entorno extracelular del tumor.

Por último, yo le propondría al oncólogo la posibilidad de utilizar dosis metronómicas de quimioterapia.

Lo que dicen los estudios con pacientes reales


Llegados a este punto, vamos a estudiar las pruebas llevadas a cabo con pacientes reales en donde se
combinaban diferentes ‘antioxidantes’ con el tratamiento estándar.
Una de las mejores revisiones que conozco es la que mantiene (y ofrece gratuitamente) Ben Williams, el
superviviente de un glioblastoma desde hace más de 20 años y acerca del cual ya escribí un artículo.

En esta compilación, Ben lista y comenta la mayoría de pruebas que se han llevado a cabo con una cierta
variedad de antioxidantes.

Aunque el recopilatorio se concentra en antioxidantes y suplementos más habituales (vitamina E o D,


melatonina, etc), y no hay estudios que prueben extractos y moléculas más inusuales, como algunos de los
que proponemos aquí, aportan una luz general al tema.

La lista de pruebas que demuestran que los antioxidantes no sólo no interfieren negativamente con la
quimioterapia, sino que suelen mejorar sus efectos terapéuticos y aminorar los secundarios es bastante más
extensa que los estudios que demuestran un efecto negativo de la suplementación con antioxidantes, y estos
últimos suelen estar peor planteados.

Sus conclusiones finales son claras y las suscribo en su totalidad. En palabras de Ben Williams, que he
traducido:

“Aunque se han producido notables avances con algunas formas de terapias dirigidas (por ejemplo,
Gleevec), sigue siendo verdad que los tratamientos oncológicos se basan únicamente en ‘cortar, quemar y
envenenar’. Es vital reconocer que un significativo número de pacientes mueren debido a la toxicidad de sus
tratamientos en vez de a causa de su malignidad.

Más aún, en algunos tipos de cáncer (glioblastomas, carcinomas de páncreas y la gran mayoría de los
cánceres metastásicos), los tratamientos convencionales tienen un abismal record de fallos, incluso cuando
los pacientes soportan una merma considerable en su calidad de vida.

Dado el daño infligido, el problema crítico es si ese daño compensa los beneficios obtenidos. Cuando se
demuestra que los antioxidantes reducen la toxicidad y a la vez no hay pruebas de que reduzcan la
efectividad del tratamiento convencional, la carga de la prueba recae entonces sobre los oncólogos
convencionales para demostrar sus afirmaciones de que los antioxidantes frenan la efectividad del
tratamiento. No considerar la posibilidad de usarlos no parece un argumento razonable ni fiel al juramento
hipocrático.

[…]Para muchos pacientes de cáncer el tratamiento no será efectivo, por lo que las recomendaciones
contra el uso de suplementos no están justificadas, especialmente debido a las pruebas de que pueden
aminorar la toxicidad del tratamiento.

Más aún, teniendo en cuenta que en algunos suplementos hay sólidas evidencias de que proveen beneficios
terapéuticos (Melatonina, Vitamina D, PSK o aceite de pescado), mientras que otros tienen un apoyo
impresionante de resultados positivos obtenidos en pruebas con modelos animales (curcumina, silibinin,
licopeno, genisteína, té verde o ácido elágico), los posible beneficios claramente sobrepasan a los
hipotéticos riesgos.”

Balance riesgo-beneficio, sopesado por personas con sentido común y el deseo primordial de dañar al
enfermo lo menos posible.

Tan sencillo como eso.

La desinformación de los medios y la N-acetilcisteína


Alguno de los estudios que ha demostrado resultados negativos ha incluido N-acetilcisteína (NAC) en los
ensayos.

El estudio más espectacular de todos demostró que la NAC aceleraba el crecimiento de los tumores en
ratones y, como no podía ser de otra manera, enseguida fue utilizado (con la complicidad de los medios
mansos y acríticos que padecemos) como arma arrojadiza contra todo tipo de suplementación.

Por ejemplo, éste del períodico ABC:

“La toma de antioxidantes eleva el riesgo de cáncer de pulmón en fumadores”

En el artículo se lee que al suplementar con vitamina E y N-acetilcisteína a ratones, lesiones pulmonares
indetectables crecían hasta convertirse en cánceres establecidos.

El apartado anterior, que recoge decenas de estudios que aportan pruebas del beneficio que los enfermos
podrían obtener con la suplementación, barrido así de un plumazo por un titular cuanto menos irresponsable.

El final del artículo es muy clarificador acerca de lo que, al menos en España, se entiende por periodismo, y
acerca de qué tipo de ideas se difunden con parcialidad y tendenciosidad mientras otras se ocultan:

“El trabajo de los científicos suecos coincide con un editorial que se publica en otra revista científica sobre
los compuestos vitamínicos. Eliseo Guallar, profesor de Epidemiología de la Universidad Johns Hopkins
(EE.UU.) advierte: «Los suplementos con betacarotenos, vitamina E y posiblemente altas dosis de vitamina
A son dañinos en tanto que otros antioxidantes probablemente serán poco efectivos.

Guallar cree desafortunado que la población tenga una idea equivocada de que los suplementos vitamínicos
son buenos y los antioxidantes son mejor.”

¡Ay!, resulta que Eliseo Guallar considera ‘desafortunada la idea que tiene la población’, y medios como
ABC se encargan de reencaminarla (por nuestro bien).
Mi pregunta es: desafortunada ¿Para quién?, porque el inacabable artículo que estás leyendo ha implicado un
trabajo agotador por demostrar que Guallar se equivoca. Y que lo justo, tras haber investigado y leído todas
las pruebas, habría sido decir: “Los enfermos de cáncer tal vez no deban suplementar con N-acetilcisteína”.

Es anticientífico establecer, a partir de un solo estudio, una generalización que ataca cualquier forma de
suplementación, pero periódicos como ABC no van a andarse a estas alturas con esas zarandajas éticas: la
gente no necesita que le aporten datos, tan sólo titulares con los que construir la realidad que los medios
(voces de sus amos) les digan que deben construir.

Los medios usan (sólo cuando les interesa), la parte para definir el todo como forma de construir opiniones.
La generalización de brocha gorda porque saben que el demonio está en los detalles y que no hay
pensamiento complejo si no se entienden los matices.

Podríamos incluso aportar estudios que han demostrado que la NAC no interfiere con el tratamiento y
mejora la calidad de vida de los pacientes, pero es cierto que en otros se suele usar la NAC para contrarrestar
otras sustancias antioxidantes que se ponen a prueba.

La NAC es un excelente suplemento cuando uno no padece cáncer, pero puede ser peligroso cuando ya está
enfermo: recordemos que la cisteína es un aminoácido limitante en la construcción de glutatión y que la
NAC no es más que una forma muy biodisponible de añadir el ladrillo menos abundante a la mezcla de ese
antioxidante endógeno. Mientras que otros suplementos ejercen una acción específica a favor del cuerpo y
contra el tumor, la NAC no hace distinciones: ayuda por igual al cuerpo sano y al tumor a elevar los niveles
de glutatión, y eso podría constituir un problema.

Pero eso es todo. Argumentar que cualquier ‘antioxidante’ será perjudicial es simplemente falso, y podría
impedir que muchos pacientes mejoraran sustancialmente la calidad y la extensión de su vida.

Lo que puedes esperar de la oncología oficial. Tipos de oncólogos


He tratado con oncólogos de toda forma y color, y he hablado con todos ellos acerca del tema de la
suplementación y de los ‘antioxidantes’.

Esas interesantes conversaciones me han permitido dividirlos en tres grandes grupos:

Grupo A

Los menos abundantes y los más valiosos. Muchos están a punto de pasarse al lado oscuro de la oncología
integrativa, y llevan años peleando por sus pacientes, rompiéndose la cabeza por mejorar los resultados de
los tratamientos con soluciones imaginativas que mejoren su calidad de vida y los resultados de las terapias.
Estudian todo tipo de alternativas, y no se limitan a los estudios en fase III, sino que amplían conocimientos
leyendo los de fase II e incluso estudios de ciencia básica. Y leen acerca de fitoterapia,
psiconeuroinmunología, chamanismo o lo que se tercie, sin prejuicios. Que yo sepa los prejuicios son la
especialidad de los idiotas, no de los científicos.

Su yo está ampliado tanto como para empatizar con quienes sufren y para comprender que algo está fallando
en un sistema que año tras año se estrella contra el muro de la ineficacia.

Son muy conscientes de las limitaciones prácticas de conocimiento que los estudios estándar le ofrecen, y
muchos están literalmente hasta el gorro de luchar en dos frentes: el de sus colegas acomodaticios o
miserables, por un lado, y el de los enfermos demasiado estúpidos como para hacer caso de consejos ‘fuera
de la caja’, por otro.

Si tu oncólogo pertenece a este grupo, aférrate a él y no le ocultes nada, porque eres afortunado. Artículos
como éste (junto con todos los estudios que cita) no serán percibidos por él o ella como amenazas, sino
como oportunidades para ayudar mejor a sus pacientes.

Grupo B

El grupo más abundante, y cada vez más.

Son médicos que han sido formados, como todos, en estrictos paradigmas e ideas que provienen
directamente de la Divinidad Científica (esa que dice que todo lo que se salga de los límites de lo estándar es
Anatema), pero que aún albergan el suficiente sentido común como para percibir que algo no funciona en el
paraíso.

Indiferentes algunos, estoicos otros, todos ellos sopesan en silencio mientras consideran si deben argumentar
más frente a sus colegas o deben permanecer en el redil y no buscarse problemas innecesarios ante sus jefes.

Son la masa que precipitará un cambio de tendencia una vez que un número suficiente de voces griten lo
suficientemente alto que el emperador va desnudo y ellos pierdan el miedo de hablar.

Si tu oncólogo pertenece a este grupo muéstrale este artículo (o los estudios en los que se basa) y tal vez le
ayude a desequilibrar definitivamente la balanza hacia el lado de los argumentos racionales, en vez de hacia
el de la simple autoridad. La mayoría no opinarán, pero seguramente no te molestarán en tu camino hacia la
curación.

Grupo C

La piedra que tapona todo avance real en el camino de la curación, y los facilitadores de que otros ganen
pasta gansa.
Argumentarán contra toda ‘injerencia’ del paciente en la terapia. No escucharán nada de lo que éste ‘haya
podido leer en cualquier lugar de internet’. Mostrarán un manifiesto desprecio o un paternalismo banal.

Harán aseveraciones que contradicen lo que la ciencia demuestra, pero no se avendrán a aportarte los
estudios en los que basan dichas aseveraciones. Llamarán anticientíficos a todos quienes digan algo diferente
a las tres ideas de siempre, pero se negarán a aportar argumentos que vayan más allá del principio de
autoridad.

Son cada vez menos pero son también, casi sistemáticamente, los que cuentan con mayores probabilidades
de medrar en el sistema. Por lo tanto, serán los principales torpedeadores de cualquier propuesta que
implique cambios y se asegurarán de que el flujo del dinero no se interrumpa. Algunos ascenderán a puestos
de verdadera relevancia, serán habitualmente entrevistados por los medios y entre ambos se establecerá un
romance lleno de frases hechas, lugares comunes, cháchara pseudocientífica y alertas a la población para que
no escuchen los cantos de sirena de ‘conspiranoicos’ y ‘farsantes’.

Dirán que el cáncer ‘son muchas enfermedades’, procedentes ‘de mutaciones genéticas’. Y que ‘es un
poderoso enemigo’. Y que ‘tal vez nunca pueda ser derrotado del todo’. Y que ‘estamos avanzando
espectacularmente, pero debemos seguir investigando’. Y otras idioteces de semejante calibre.

Si le muestras los estudios de este artículo, elaborados por científicos auténticos, los despreciará, los
minimizará o los relativizará con verborrea y gracia. Tal vez será encantador pero sin duda será también
implacable en su nivel de desprecio intelectual ante cualquier desviación de la norma.

Algunos de ellos son aún rescatables: jóvenes con alta inteligencia tipo test pero escasa creatividad y
capacidad crítica, que aún creen vivir en el mejor de los mundos posibles y a quienes han enseñado a
calificar todo lo diferente como ‘anticientífico’. El tiempo tal vez les enseñe a atemperar sus juicios y, al
menos, pasarán a engrosar las filas del grupo B.

Otros son, simple y llanamente, miserables demasiado conscientes de sus privilegios y demasiado
embelesados con su poder como para alterar un statu quo tan beneficioso como el que han alcanzado. Los
psicópatas de este grupo son el auténtico cáncer de la medicina.

Mi consejo es que huyas de ellos como de la peste y, si puedes, pide el cambio a otro oncólogo que como
mínimo pertenezca al grupo B.

Mis sugerencias
Esto es lo que yo haría:

 Enseñar las conclusiones de este artículo a mi oncólogo para definir a qué clase pertenece
 Si es un oncólogo del grupo C, solicitaría un cambio hasta estar seguro de que me toca uno del grupo B o,
idealmente, del grupo A

 Acordar con él una estrategia que incluya la posibilidad de quimio a dosis bajas complementada con
suplementos, dieta, ejercicio, algunos fármacos adicionales y acciones cuerpo-mente, tal y como he dejado
consignado en esta Guía Anticáncer de 12 pasos
Conclusiones
¿Estoy haciendo afirmaciones rotundas con este artículo? Por supuesto que no (¿Tengo pinta de oncólogo?).

Sólo aporto datos que te pertrechen en tu toma de decisiones, para que a la hora de sopesar el balance riesgo-
beneficio de cualquier decisión no estés indefenso, sometido tan sólo a las opiniones pseudocientíficas de un
oncólogo del grupo C.

No encuentro motivos para quedarnos detenidos en el limbo en el que la oncología quiere instalarnos. No
hay forma de que puedan convencerme de que es mejor tomar sólo veneno que sabes que no te va a curar, y
esperar a que la vida pase (literalmente).

Vivimos tiempos cínicos. Algo que podría ser aún soportable si no fuera porque también son mediocres.
Cinismo y mediocridad, de la manita, asegurándose la producción en serie de ciudadanos estúpidos y
dóciles, adormecidos por un marketing mal entendido, y que nos conducen a un abismo de la especie. Y si
crees que exagero investiga las estadísticas, lee algo de historia y después reflexiona.

Si el sentido común ha muerto, habrá que construir uno nuevo. Mientras personas como tú (que has leído un
artículo de internet como éste, de casi 10.000 palabras, sin dormirte), puedan ser transformadas y
enardecidas por el grito de los datos, habrá esperanza. Tal vez consigamos, en ese caso, escapar al destino
que quieren endilgarnos a todos nosotros unos señores llenos de cuentas de resultados, balances de
explotación y manipulación mediática, pero vacíos de ciencia.

Si los, aproximadamente, 60 artículos científicos que he insertado en este post no sirven para alterar al
menos un destino individual, tal vez haya llegado el momento de escribir articulitos chulos e inofensivos,
como tantos miles que pululan por ahí, con 350 palabras destinadas a diluirse en el trayecto entre ojo y
neurona.

Pero tal vez sí sirva para que alguien, aunque sea un solo ser humano, desafíe su destino y me ayude a
despertar al resto.

Espero que seas tú.

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58 Comentarios
1.
ADELINA 20 marzo, 2016
EXCELENTE ARTICULO GRACIAS, AUNQUE MUY MUY DENSO LA INFORMACION ES
EXTRAORDINARIA. una pregunta: a investigado usted sobre el mieloma múltiple?

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 20 marzo, 2016
Gracias, Adelina,

Una de las bases en las que se sustenta este blog es que todos los cánceres comparten características
comunes, y que las diferencias en el tratamiento se basan en las dificultades de acceso anatómico según
dónde se localice cada tipo de tumor. Por ejemplo, los tumroes cerebrales tienen la particularidad de que la
barrera hematoencefálica puede hacer difícil llevar hasta ellos moléculas terapéuticas.

Por eso no hago distinciones entre cánceres, sino que hablo del cáncer en general.

Un saludo

RESPONDER

isabel 20 marzo, 2016
ARticulo muy interesante como todos los que publicas

Sabrias explicar de que meanera la dieta cetogénica actua en la modulación de los canales del sodio? los
inhibe parcialmente o por el contrario los aumenta?
Muchas gracias


Alfonso Fernández 21 marzo, 2016
Hola, Isabel,

Gracias por tus palabras.

No tengo las cosas claras en este tema, pero creo que es algo habitual y no sólo me pasa a mí. El asunto de
los canales iónicos, la relación entre Na, K y Ca, las ATPasas y el ph intra y extracelular es un tema muy
interesante. Explica también parcialmente porqué una dieta cetogénica puede modular las crisis epilépticas y
los estados bipolares, aunque no se han encontrado correspondencias entre algunos fármacos antiepilépticos
(de mecanismo más o menos bien conocido) y los resultados con una dieta cetogénica.

Lo que es cierto es que el ratio Na/K en las células cancerígenas es muy superior al de las normales, en
donde hay más potasio y menos sodio dentro. El intercambio de Na por K parece estar detrás de todo
fenómeno proliferativo, y en el proceso se libera también protones H+, así que los inhibidores de la bomba
de protones y del intercambiador Na/K parecen producir efectos antiproliferativos y, por tanto,
antitumorales. La dieta cetogénica parece ejercer una acción similar, pero de todo esto no estoy seguro, claro
está, y no he encontrado cómo se ejerce exactamente su acción en relación a los canales del sodio. La dieta
‘expulsa’ sodio del cuerpo, así que parece lógico suponer que tiende a normalizar los niveles Na/K,
extrayendo sodio intracelular y dificultando la proliferación.

Un saludo

o
Alicia 20 marzo, 2016
Adelina, no sé de dónde eres, pero creo esta información será de gran interés.
Saludos
https://www.youtube.com/watch?v=q7UGA6N61Ro

RESPONDER
2.
paloma jimenez 20 marzo, 2016
Fantastico trabajo y fantastico articulo

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 20 marzo, 2016
Gracias, Paloma

RESPONDER
3.
Lorena 20 marzo, 2016
Mil gracias por todos tus artículos y por todo lo que nos ayudas a todas las personas que nos toca de cerca el
cáncer; mi padre y mi hermana han fallecido a causa de esta enfermedad (pulmón y pecho, respectivamente)
y actualmente otra de mis hermanas padece un sarcoma indiferenciado.
En cuanto mi situación económica mejore, me encantaría colaborar contigo para que puedas seguir
mostrándonos tus conclusiones. De momento, si puedo serte de ayuda de alguna otra forma, cuenta conmigo.

Muchas gracias de nuevo. Haces una gran labor.

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 21 marzo, 2016
Hola, Lorena,

Muchas gracias por tus palabras, te aseguro que significan mucho para mí. Espero que el blog pueda ayudar
a tu hermana.

Un abrazo
RESPONDER
4.
Alicia Ferpozzi 20 marzo, 2016
EXCELENTE LABOR! Me tomo el atrevimiento de enviarle este vídeo de un investigador cubano que tiene
un instituto en Argentino y creo sus aportes son serios y muy importantes.
Nuevamente gracias y saludos

https://www.youtube.com/watch?v=q7UGA6N61Ro

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 21 marzo, 2016
Hola, Alicia,

Conozco a Ernesto Prieto y lo recomiendo siempre a los lectores argentinos que pueden acercarse a su
clínica.

Gracias por tu aporte y un saludo

RESPONDER
5.
Patricia 20 marzo, 2016
Muchas gracias Alfonso. Excelente artículo y a mi me vienen genial siempre los links a las referencias
científicas.
Admiro tu labor y ya me has ayudado mucho, aunque es la primera vez que me decido a escribirte. Por mi
profesión siempre he trabajado científicamente con datos, aunque ahora ya no trabajo. Hace dos años me
diagnosticaron cáncer metastásico. Al comienzo pasé por dietas veganas con la intención de desintoxicar al
máximo mi organismo pero tras un tiempo me di cuenta de que no me estaban ayudando demasiado.
Investigando me decanté por una dieta paleo que me ha fortalecido bastante. Aunque aún estoy relativamente
fuerte, sigo haciendo deporte, cuidando mis niñas pequeñas, disfrutando de mi vida al máximo, el cáncer
avanza lentamente en varias zonas.
Desde hace dos meses, en mi camino “ensayo y error”, intento seguir la dieta cetogénica, pero me es muy
difícil obtener niveles de ketones en mi orina. Ya he probado distintas marcas de tiras para medirla, estoy
comenzando a desesperarme. Tienes algún consejo? Debería probar con ayunos? Será que mi cuerpo tiene
más problemas que otros para producir ketones?
Otra cosa respecto a los suplementos. Un nuevo médico con el que he comenzado (este sí es del tipo A
jejeje; aunque mi oncólogo “principal” es aún del tipo B, él no se moja pero me deja hacer) me ha dicho que
dejara de tomar zinc, porque también podría acelerar el crecimiento del tumor, es decir, sería bueno para las
células sanas y para las tumorales. Te lo comento porque no recuerdo si lo has tratado y a lo mejor le viene
bien a alguien.
Gracias a tí leí por primera vez lo que es la terapia potenciadora de insulina y esto será lo próximo que voy a
probar.
Vivo en Alemania y también soy asturiana. Si alguna vez necesitáis algo desde Alemania por favor no
dudéis en preguntar. Estoy en deuda. Y aquí seguiré leyendo tus posts enteritos. Un abrazo, Patricia

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 21 marzo, 2016
Hola, Patricia,

Gracias por tus palabras y me alegro de que hayas decidido coger el toro por los cuernos.

Respecto a las cetonas: pasado un tiempo de dieta cetogénica, el cuerpo se adapta y ‘reserva’ el máximo de
cetonas, de forma que no las elimina por la orina. Por eso las mediciones de orina no son significativas de
estar en cetosis y son más aconsejables las de sangre, auqnue son mucho más caras. En realidad, una vez en
cetosis estable, es normal no registrar apenas cetonas en orina.

Recuerda que debes restringir als proteínas y, sobre todo, la metionina, tanto como la glucosa. Supongo que
lo conoces pero te adjunto el link con el post que dediqué a un resumen de la dieta
cetogénica: http://cancerintegral.com/dieta-cetogenica-contra-el-cancer-viii-listado-de-alimentos-calculo-de-
macronutrientes/. Hay que restringir carne de músculo y priorizar órganos y partes con colágeno: cartílago,
huesos, piel, moluscos…

El ratio zinc/cobre determina una mayor o menor angiogénesis. En realidad siempre he leído que es
conveniente en un paciente de cáncer restringir el cobre antes que el zinc y yo sí estoy de acuerdo en que un
pacietne de cáncer haría bien en añadir más zinc a la dieta. Las células cancerígenas tienen un exceso de
hierro y cobre y una deficiencia de zinc. No sé, a lo mejor ese oncólogo sabe algo que yo no sé y tiene
estudios científicos actualizados en los que basarse. Yo le preguntaría por los estudios científicos en los que
se basa para hacer esas afirmaciones.

Gracias de nuevo por tu comentario y por tu ofrecimiento

Un abrazo

RESPONDER

Patricia 28 marzo, 2016
Gracias Alfonso, ya me he hecho el cálculo exacto de nutrientes en base a tu artículo y en cuanto vuelva a
casa lo voy a pesar todo y llevar más a rajatabla por una temporada a ver. Lo del zinc le voy a preguntar esta
semana al doctor que le voy a ver. Por cierto, mi correo es *********. No lo publiques pero te lo doy
porque no estoy segura de que te aparezca en mis comentarios y, como te dije, aunque ya tendréis contactos
en Alemania de sobra, por si algún día os hace falta algo, desde un envío, una llamada a un médico o
traducción… Un saludo


Alfonso Fernández 28 marzo, 2016
Hola, Patricia,

He ocultado el email pero tranquila,porque es el mismo que usas para publicar los comentarios. Espero que
te sea de utilidad el artículo y ya me comentarás lo que te dice tu oncólogo (tengo curiosidad con lo del zinc)

Muchas gracias por tu ofrecimiento y por tu amabilidad

Un saludo

6.
Carmen 20 marzo, 2016
Me admira el trabajo y la dedicación que pones en cada uno de tus artículos, y este no iba a ser menos.
Somos cada vez más las personas que no nos vale “lo que diga el médico”, y que nos gusta investigar y ser
partícipes de nuestra propia curación. Por eso te sigo, considero cada uno de tus aportes como pequeñas pero
luminosas luces en la inmensidad del, muchas veces oscuro, internet.
Y hasta tu próximo artículo, un abrazo y fuerza para continuar con tu extraordinaria labor.

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 21 marzo, 2016
Hola, Carmen,

Muchas gracias por tus palabras de apoyo. Es difícil investigar, organizar y escribir los tochos que yo
escribo, así que comentarios como el tuyo significan mucho para mí

Un abrazo

RESPONDER
7.
Moris 20 marzo, 2016
Me va a tocar releerlo como diez veces, por que hay mucho que aprender y asimilar, pero me alegra ver que
no hay nada que contradiga mi hipótesis.

Es curioso como puede ser ridiculizado (encarcelado incluso) un médico por dar bicarbonato a un enfermo
de cáncer (lo cual no deja de ser una barbaridad), y sin embargo vemos como normal un tratamiento que
liquidaría a una persona sana (que no hará con una enferma)…”por que algo habrá que hacer”.
Seguimos aprendiendo.

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 21 marzo, 2016
Hola, Moris,

Sí, la medicina ‘científica’ tiene a veces poco de científica y mucho de creencia, exactamente lo mismo que
dicen combatir.

Respecto al bicarbonato: me sorprendió hace poco leer algunos estudios científicos que confirmaban el
beneficio del bicarbonato. Es algo que circula por internet y suele ser ridiculizado, pero puede tener cierto
valor terapéutico siempre y cuando, claro está, forme parte de un conjunto de medidas amplias, y no se
confíe solamente en él como una cura, porque no lo es, ni por asomo.

Gracias y un saludo

RESPONDER
8.
Moris 20 marzo, 2016
Un articulo muy interesante sobre la dieta “zombie”

http://www.fitnessrevolucionario.com/2014/04/26/todo-sobre-la-proteina-evitando-sus-riesgos-parte-ii/

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 21 marzo, 2016
Conozco ese artículo, muy recomendable, como lo son todos los del excelente blog de Marcos Vázquez.
Siempre digo que hemos llegado a una punto curioso, en el cual un blogger (que no es médico), puede
suponer una ayuda muy superior al de la mayoría de los médicos que, supuestamente, velan por nuestra
salud.

Un saludo

RESPONDER
9.
isabel 20 marzo, 2016
Hola Alfonso
Felicidades por este artículo tan interesante como el resto.
Sabes de que manera la dieta cetogénica actua sobre los canales del sodio? De que manera los modula,
inhibiendolos parcialmente o aumentándolos?
gracias
RESPONDER
10.
José Luis 20 marzo, 2016
Hola Alfonso.

No se como agradecerte toda la información que nos suministras. El tema de la hipoxia me parece muy
importante, coincides con el investigador Ernesto Prieto que considera fundamental luchar contra la anemia,
muy presente en los enfermos de cáncer. Lo que parece ya irrefutable es que el cáncer es un único proceso
biológico. El problema es que creo que el tumor aparece porque el organismo tiene una necesidad vital en
crearlo, si pudiéramos conocer con exactitud el proceso, solo tendríamos que modificarlo y el tumor
desaparecería sin ningún esfuerzo. Lo demás(medicina oncológica y integrativa), no es mas que intentar
poner palos en la rueda de un proceso imparable. Aunque indudablemente investigadores como tu de menta
abierta, están mucho mas cerca de este camino que los oficialistas. Sobre el tema de tipos de médicos te
aconsejo una entrevista del dr Juan Gervas en tv3 en el programa “Retrats”, en el que el entrevistador Joan
Barbara azote de banqueros y poderosos agacha la cabeza ante el sistema y arremete contra las ideas de un
medico honesto.
Un abrazo para tu familia y muchas gracias por tu integridad.

Jose Luis

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 21 marzo, 2016
Hola, José Luis,

Gracias por tus palabras. EL tema de la hipoxia es, desde luego, muy importante, de ahí que la cámara
hiperbárica o el ozono hayan demostrado su efectividad terapéutica complementaria.

Ya se sospecha que la disfunción mitocondrial podría ser la base del inicio del cáncer, y revertirla en las
células cancerígenas (y aportarles además oxígeno para que las células en zonas hipóxicas puedan respirar
una vez ‘reseteadas’ sus mitocondrias), podría ser la solución. EL problema son las mitocondrias dañadas
definitivamente y, en ese caso, sólo quedaría poder inducir la apoptosis sin que la mitocondria medie en el
asunto, algo más fácil de decir que de hacer.

De todas formas habría bastado que, hace 50 años, se hubiera comenzado a investigar siguiendo el camino
correcto para que, a estas alturas, el cáncer fuera una enfermedad perfectamente controlable en la mayoría de
los casos. Esperemos que no tengamos que esperar otras 5 décadas para verlo.

Juan Gervás es un ejemplo de médico que sólo pide más ciencia, y que alerta de la pseudociencia que azota a
los médicos ‘cientificistas de salón’
Gracias de nuevo y otro abrazo para ti

RESPONDER
11.
jose luis 21 marzo, 2016
Hola Alfonso.

Te escribo nuevamente para informarte de una noticia que se publica hoy en la prensa. Un grupo liderado
por el dr Joaquim Bosh de la Universitat de Girona, a conseguido reducir las metástasis cerebrales de cáncer
de pulmón en dos pacientes en estado terminal, utilizando Silibinina,
un antioxidante que como bien conoces tu es parte del Cardo Mariano. Estos resultados aunque con muy
pocos casos son impresionantes, ningún tratamiento autorizado puede aspirar ni aun 10 % de esta eficacia.
Es una planta impresionate para el hígado lo digo por propia experiencia de muchos casos vistos. Espero tu
comentario

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 21 marzo, 2016
Muchas gracias por el aviso, Jose Luis, porque significa que algo se mueve en la dirección correcta. Me ha
alegrado mucho esa noticia. Tal vez no esté todo perdido y los médicos comiencen a entender, a despertar y
a probar más allá de las moléculas sintéticas.

por supuesto conozco el cardo mariano como desintoxicante, protector hepático y antitumoral. Lo menciono
en este artículo y lo he mencionado en varios post del foro de cáncer integral.

Gracias y un saludo

RESPONDER
12.
Josep 23 marzo, 2016
Hola Alfonso,

he leído un par de veces y con mucha atención tu última entrada. Creo que es muy acertado en la mayor
parte de las observaciones que se hacen. Desde el respeto por el trabajo realizado y con ganas de poder
aportar algo útil al debate querría referir lo siguiente.

Me costó unos meses, a raíz de la metástasis de mi mujer, de entender que los planteamientos dietéticos
defendidos por autores como la dra Odile Fernández (a los que nos adherimos en primera instancia, creo,
como muchas personas en situaciones similares) no eran los más adecuados para los pacientes de cáncer. Y
me costó, creo, no porque no tuviera la mente abierta y estudiase con mucha atención las diversas propuestas
sobre la mesa, sino porque al fin y al cabo su historia era y es la de una persona que ha superado la
enfermedad con una combinación de medidas ortodoxas y otras que, de momento, no pertenecen a esta
ortodoxia. Sin olvidar todos los cambios que esta médico introdujo en su vida a parte de las dietéticos, al
releer su bestseller me di cuenta que durante los meses más críticos no siguió una dieta como la que luego
acaba defiendo en su libro. Sus planteamientos iniciales fueron mucho más radicales, crudívoros, cosa la
cual implica necesariamente no sólo desterrar hidratos de carbono simples, sino en la práctica cualquier tipo
de cereal o legumbre (¿qué cereal o legumbre se puede consumir crudo? Realmente las opciones son muy
escasas).

Ahora bien, creo que se debería diferenciar bien, al hablar de la dieta, entre el tratamiento y la prevención
(incluyendo en la prevención, una vez conseguida la remisión, prevenir la metástasis). En este sentido creo
que es justo apuntar que las dietas veganas aportan factores de protección contra el cáncer. Incluso los
oncólogos del tipo A no pueden desmentir esta realidad porque hay diversos estudios al respecto; la
incidencia del cáncer en general es menor en este sector de la población.

¿Y a nivel de tratamiento? Ahora no lo dudo. Dieta cetogénica o, cuanto menos, muy baja en hidratos de
carbono y proteínas ajustadas a peso, género, nivel de actividad, etc. Y las grasas ajustadas al gasto
energético.

Y ahora, como DUI (yo tampoco soy oncólogo), voy a pensar en voz alta. Las dietas veganas son muy bajas
en metionina. Como enfermero sé que se tienen que intentar adaptar, siempre que se pueda, las dietas
cetogénicas a las costumbres anteriores de los pacientes para que la adhesión sea lo menos traumática
posible (y aún así…). Pero creo que en un caso extremo se podría plantear, de manera temporal (pero no
pondría fechas fijas), una dieta de choque: cetogénica y vegana (creo que algún lector del blog ya apuntó
esta posibilidad). El problema principal de las dietas veganas, desde el paradigma metabólico, es que para la
obtención de proteínas se tienen que ingerir de manera conjunta, en la inmensa mayoría de los casos, un
exceso de hidratos de carbono que no nos facilitan la labor. Pero se comercializan proteínas aisladas de
guisante, de garbanzo,… (Sobre unos 15 euros el kilo de producción ecológica). Por supuesto que una dieta
así rompería mucho con las maneras anteriores de alimentarse del paciente, pero planteada en casos
extremos y de manera temporal, podría ser una alternativa… Hay gente que, por una cuestión cultural, no sé
ve comiendo vísceras… Pero, en cambio, podríamos tener un paciente al que sería más fácil ofrecer una
serie de zumos verdes a los cuales añadir, según sus parámetros, una cantidad determinada de aislado de
proteínas y mezcla de aceites de especial interés… Tengo la anécdota de un conocido que vomitó la cena
cuando se enteró que aquella pieza que tanto había loado por sus “características organolépticas” era en
realidad lengua de ternera… Otro inconveniente, no sé si lo es donde vives, es la posibilidad de poder
proveerte de víscera de origen ecológico… La disponibilidad de adquirir proteína aislada de guisante,
garbanzo, etc es mucho mayor. No quiero contraponer una cosa a la otra; se trata más bien de abrir el
abanico de posibilidades.
Y finalmente un mensaje de ánimo y de agradecimiento. Mi mujer ha salido adelante (sin, afortunadamente,
tener que recurrir a medidas más extremas). Nuestra oncóloga (cuando voy yo a la consulta es más bien B; si
mi mujer ha tenido que ir sola asciende a A-B) ha llegado a pronunciar la palabra innombrable (“remisión”)
en un caso de HER2+++ con metástasis… Si alguien quiere complementar su tratamiento con las medidas de
las que nunca les hablarán su oncólogo, blogs como éste son absolutamente imprescindibles. Alfonso, un
miler de gràcies!

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 24 marzo, 2016
Hola, Josep,

En primer lugar me alegro enormemente y os felicito por las excelente noticias. Lo vais a conseguir y me
alegro de vuestra iniciativa emprendedora, que puede ser tan útil.

TODO lo que dices es perfectamente coherente y lo había tenido en cuenta, no lo veo como una crítica sino
como algo que tengo en mente constantemente. EL tema de la metionina es de extrema importancia y está
claro que una dieta vegana es infinitamente mejor que cualquier recomendación de un nutricionista clásico.
Como prevención ha demostrado sus aciertos, pero también es cierto que puede producir desbalances
vitamínico e incrementar el riesgo de ciertos transtornos autoinmunes.

Respecto al tema del tratamiento, lo que propongo son soluciones ideales y tengo presentes las variables
individuales, con las que debe lidiar cada enfermo. De hecho mi mujer no soporta el hígado ni casi ninguna
víscera, por eso suplementa con folato. Yendo al límite, una dieta cetogénica estrictamente anticancerígena
podría consistir en vegetales, aceites de oliva y coco y colágeno. Es decir, vegetariana salvo por el colágeno,
que es cada vez un elemento que considero más imprescindibles no sólo por la glicina sino por el balance
completo de aminoácidos.

Os envío mucha fuerza y te agradezco de nuevo comentarios tan bien fundamentados y respetuosos como
éste

Un abrazo

RESPONDER
13.
Alejandra 25 marzo, 2016
Hola Alfonso. Muy interesante como siempre tu artículo, muy técnico al principio pero con mucha
información. Tendré que releer porque hay muchas referencias que no he leído todavía.
Sobre el tema de los antioxidantes me ha llamado la atención la cantidad de artículo que hay en Internet
“avisando del peligro de tomar muchos antioxidantes” sobre todo a los fumadores.
Como anécdota personal quería mencionar que cuando mi madre estaba con el tratamiento dequimioterapia
su médico le dijo que dejara de tomar te verde, cosa que me chocó y quería que me dieras tu opinión al
respecto.
Quiero que sepas que cada vez que escribes un artículo lo leo con mucho interés , y agradezco que pongas
luz sobre un tema tan importante.
Muchas gracias por seguir escribiendo artículos.
Saludos desde el turno de noche…ánimo….el mundo sólo avaza por personas que se preguntan si hay algo
mas o ya vivimos en como bien dices tú en el “Mundo feliz”de Huxley

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 25 marzo, 2016
Hola, Alejandra,

Gracias por tus palabras. El aviso del oncólogo de que dejara de tomar té verde es usual, y forma parte del
conjunto de creencias de los oncólogos, basados en algo que no es en absoluto científico. Todo el artículo se
basa en demostrar que cuando aconsejan cosas como ésas no sólo se equivocan sino que están impidiendo
que el enfermo incremente sus posibilidades de mejora y disminuya los efectos secundarios.

Como habrás leído, tanto el té verde como toda una lista de antioxidantes son excelentes formas de proteger
al cuerpo sano y atacar al tumor, así que yo le enseñaría al oncólogo el artículo para ver si despabila, aunque
me esperaría lo peor.

Lo que aconsejó a tu madre es una vergüenza y una obscenidad, no hay otro calificativo.

Gracias por el comentario y un abrazo

RESPONDER
14.
jose luis 30 marzo, 2016
Hola, Alfonso. Te escribo de nuevo para informarte sobre el estudio de la sibilinina en Girona. De los dos
pacientes tratados uno lleva 18 meses con la enfermedad controlada desde la toma de sibilinina y el otro 6
meses. Estos resultados en enfermos terminales de cáncer de pulmón con metástasis cerebrales son ciencia
ficción en la oncología oficial. Sino que se lo pregunten a la familia de Johan C. Ha durado 6 meses desde el
diagnostico y por dinero no será. La información la obtuve de tv Girona, una pequeña tv local.

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 31 marzo, 2016
Gracias de nuevo, José Luis,
No hay dinero que pueda sustituir el conocimiento, como tampoco hay forma de que noticias como ésta, de
tan enorme trascendencia, aparezcan en medios de comunicación generalistas.

Un saludo

RESPONDER
15.
paco crespo 3 abril, 2016
Hola Alfonso.En primer lugar agradecerte tu inmenso trabajo en la elaboracion de este blog,que al menos en
mi caso supone una guia imprescindible en el camino que ,por desgracia estamos recorriendo mi mujer su
enfermadad y yo.Te cuento brevemente:mi mujer,Pilar,fue diagnosticada en mayo de 2015 de un
adenocarcinoma pulmonar en estadio IV de primario oculto,con varios ganglios afectados.tras oir el
diagnostico su respuesta al oncologo fue:¨deme usted lo que quiera dr. que no ma quiero morir¨,y a partir de
ese momento su postura fue ponerse en manos del oncologo en los tratamientos que el decidiera sin querer
saber nada mas.mi postura por el contrario fue comenzar a leer todo lo que se me ocurria que me pudiera
ayudar.Yo intente sin exito que siguiera ,a parte del tratamiento de quimio estandar(carboplatino paxitaxel y
bevacizumab,seis ciclos)otro tratamiento de oncologia alternativa e incluso consegui llevarla a una primera
visita a la clinica de medicina integrativa del dr. tinao, pero fue lo unico que consegui,pues aconsejada por
amistades en el mundo de la medicina decidio no ponerse nada por si acaso interferia con su tratamiento de
quimio.UNa vez terminados los seis ciclos y a la vista de los ESPECTACULARES resultados accedio a
volver a visitar al dr. tinao .Actualmente sigue un tratamiento de dieta alcalina vitamina C muerdago y
algunos complementos que ha recomendado el dr.Despues de contarte este pequeño resumen de mi vida mi
pregunta es la suiguiente:¿conoces al dr. Tinao?¿tienes referencias suyas?En su momento me decidi por su
clinica porque esta en madrid,nosotros vivimos en medina del campo,y la distancia me parecio
razonable.Espero tu respuesta,y una vez mas muchas gracias.Paco

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 5 abril, 2016
Hola, Paco,

Conozco muy bien el percal, eso de que ‘no tome nada’, y ése es el motivo de este post. Tal vez si se lo
enseñas pueda ayudar a que cambie de idea.

No tengo referencias de ese médico, no puedo decirte nada al respecto. Sólo una cosa: ¿Dieta alcalina?
¿Puedes decirme en qué consiste en este caso? Conozco dietas alcalinas que, generalmente, me parecen
equivocadas. El tema de la dieta alcalina es vieja y no hay forma de que entienda exactamente en qué ciencia
se basa (conozco el tema de la alcalinidad y la acidez corporal y de los tumores, pero hay un lío
impresionante con este asunto, que lleva a mezclar las cosas muchas veces)
Espero que todo vaya bien

Un abrazo

RESPONDER
16.
Pedro Hernandez 10 abril, 2016
Muchas Gracias Alfonso,
Y mil veces bravo! Parecía imposible pero con este artículo otra vez te has superado.
He de reconocer que me ha costado varias semanas leerlo con bastantes que aún no todas las referencias
leídas. Es impecable.
Sinceramente y no es por adular, para nada, pienso que estás muy por delante de cualquier
oncólogo/médico/instituto de medicina integrativa que existe hoy en día.

Pedro

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 10 abril, 2016
Hola, Pedro,

Desde luego sabes cómo hacer que la autoestima de uno se dispare xD…

Gracias por tus palabras y un abrazo

RESPONDER
17.
ManueL 18 abril, 2016
Enhorabuena una vez más y sobre todo agradecerte el esfuerzo de “descifrar” y aclarar falsos mitos sobre los
antioxidantes.
No vi el artículo…..me ha llevado un “ratito” pero ha respondido a muchas de mis dudas.
Esta lectura puede ser una auténtica revelación para algunos médicos que conozco…….
Un abrazo!!!!!

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 18 abril, 2016
Gracias, Manuel,

El artículo es un plomo, pero sí que podría ser de ayuda si algún médico perdiera el tiempo en leerlo.

Un abrazo
RESPONDER
18.
nicoleta 11 julio, 2016
Hola Alfonso. He leido varios veces lo que has escribo y me parece muy interesante. Te puedo hacer una
pregunta sobre L-Glutamine? Me gustaria leer mas sobre su relacion con la caquexia. Hay que administrarlo
cuando una persona ya esta en caquexia? Se puede combinar con el sulfato de hidrazina? Hay alguna
investigacion sobre este tema? Muchas gracias

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 12 julio, 2016
Hola, Nicoleta,

Recuerda que lo que te diga son hipótesis plausibles, no seguridades.

El artículo habla de antioxidantes y mejora de resistencias a los fármacos, así que el valor de la glutamina se
puede notar potencialmente sin necesidad de estar ya en caquexia, para prevenirla. En este estudio el uso
específico de l-arginina, metilbutirato y L-glutamina demostró mejora en conservación de masa
magra: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11975938

Dexconozco si hay estudios que combinen glutamina con sulfato de hidracina, aunque lo dudo. Recuerda
que hay que tener cuidado con el sulfato de hidracina, porque su combinación con algunos fármacos y
alimentos puede ser muy peligrosa, incluso mortal.

Gracias y un saludo

RESPONDER
19.
Marcos 17 julio, 2016
Hola Alfonso que opinas sobre el tratamiento de Dr Burzynski???
Saludos

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 17 julio, 2016
Hola,

Pues que hay mucho ruido alrededor suyo, lo que impide formarse una idea correcta. La presión de la FDA
me lleva a pensar de que puede tener aspectos positivos, pero no creo (y sólo es una creencia) que sea una
cura universal. Es, además, un tratamiento muy caro y hay muchas pruebas clínicas emprendidas con
antineoplastons que no parecen llegar a ninguna parte.
Tanto si se descubre que es una superchería como un potente remedio antitumoral, no seré yo el sorprendido,
pero no puedo opinar nada más concreto. Sólo que parece (PARECE, en mayúsculas) que una de sus
acciones es bloquear la glutaminólisis de forma análoga al fenilbutirato. Si sólo es ése su target me parece
insuficiente, pero repito que tengo pocos datos concretos

Un saludo

RESPONDER
20.
eva 23 septiembre, 2016
Hola, me ha parecido leer que las moléculas antioxidantes naturales actúan de forma selectiva, favoreciendo
a las células sanas y perjudicando a las tumorales. Pero creo que no explicas, (o no lo he leído porque es muy
largo el artículo y demasiado complicado para mis entendederas), cómo la molécula antioxidante “sabe” cual
es una célula tumoral para afectarla y cual es sana para beneficiarla. Quizás está explicado o es muy obvio,
pero no lo entiendo. Disculpa si es una pregunta absurda. Gracias.

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 24 septiembre, 2016
Hola,

Sí, es más complicado que el supuesto hecho de que la molécula ‘sepa’ o ‘ataque’. No se trata de que la
molécula antioxidante ‘ataque’ o deje de atacar algo. No funciona así, los antioxidantes no ‘atacan’, no son
moléculas citotóxicas. Precisamente porque es muy complicado y para justificar razonadamente a tanto
oncólogo que no aporta razones como las que yo aporto, es por lo que no me queda otra que escribir un post
tan denso.

No puede ser de otra forma, o cualquiera me atacaría diciendo que aporto argumentos magufos y
anticientíficos. Y es justo lo contrario: los magufos y pseudocientíficos son los médicos que no recomiendan
ningún antioxidante, sea cual sea, a los pacientes.

Por supuesto, no puedo resumirte en un comentario lo que está explicado en el artículo, como supongo
entenderás. No hay atajos aquí: conocer implica invertir tiempo y esfuerzo en leer y entender, que es lo que
parecen no hacer quienes deberían hacerlo, esto es, los oncólogos.

Un saludo

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21.
Javier M. 28 octubre, 2016
Hola Alfonso.
Sigo desde hace unos 2 años tu blog con interés, fascinado por tu capacidad de lucha, inconformidad hacia lo
“establecido” y de enorme generosidad para compartirlo con los demás, todo mi reconocimiento a tu trabajo.

Nunca había escrito, pero hace unos días detectaron a una familiar un Virus del Papiloma Humano (VPH),
concretamente el 16, uno de los que pueden desarrollarse en carcinoma, por lo que de ahí nuestra
preocupación.

Parece ser que no existe manera de tratar el virus, es una paradoja que hasta que no de la cara el cancer no se
ponen manos a la obra (según indican el sistema inmunitario negativiza y hace desaparecer hasta el 90% de
los VPH).

Todo lo que nos han dicho es que ella debe llevar una alimentación variada y saludable, para ver si así
fortalece el sistema defensivo que es lo que hará frente al VPH y prevendrá de un posible cancer de cervix en
el futuro.

Mi pregunta Alfonso es la siguiente: Según tu opinión que complementos podemos utilizar para fortalecer el
sistema inmunitario?

Hemos barajado complementos como el Omega 3, incluso nos han recomendado el Pharmatón Defensas,
pero no sabemos hacia donde tirar y tu opinión es importante para nosotros.

Te agradezco de antemano tu respuesta y seguiremos siempre con interés tu blog.

Javier.

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 28 octubre, 2016
Hola, Javier,

Aunque ahora no lo veas así, tal vez ese virus sea una oportunidad para que esa familiar y todos los que la
rodean hagan algo excepcional por sus vidas, que les ayudará paria siempre: mejorar los hábitos de
alimentación y otros del estilo de vida.

No te enfoques ‘sólo’ en el sistema inmune. Todo está relacionado. No es necesario que sigáis una dieta
cetogénica estricta para prevenir, basta con que os familiaricéis con el estilo de vida paleo o, incluso, primal,
que permite los lácteos fermentados o la leche cruda (fermentados y leche cruda de oveja o vacas de tipo A2
yo sí las recomiendo incluso a enfermos de cáncer) y legumbres. Si incluís ayunos intermitentes, mejor aún.
Ejercicio físico intenso 3 veces por semana y moderado todos los días, todo el sol que se pueda e intentar
controlar el estrés, y habéis reducido las probabilidades enormemente incluso teniendo el virus del papiloma.
Tomar alimentos fermentados y suficiente fibra es fundamental. Y, por supuesto, seguir ese estilo de vida
implica eliminar todo rastro de comida industrial, envasada, azúcar, harinas y, en general, todo rastro de
cereales.

Respecto a suplementos: aceite de pescado (uno excelente es el aceite de hígado de bacalao fermentado con
mantequilla orgánica, pero es muy caro), un multivitamínico sin hierro (algunos buenos son los de life
extension), añadir vitamina d3 (5000 ui al día es seguro, menos si ya el mutivitamínico contiene una buena
parte), y Yodo (12.5mg al día) Si tomas yodo asegurate de consumir suficiente zinc y selenio. El
multivitamínico debería proveerlos.

Tomad esto como una forma de entender hasta qué punto tenéis en vuestras manos la llave de vuestra salud.
Incluso con el virus del papiloma, esas medidas pueden implicar que ese familiar tenga MENOS
probabilidades de padecer un cáncer que el común de la población.

Gracias y un saludo

Alfonso

RESPONDER
22.
Montse 1 diciembre, 2016
Hola Alfonso:

He encontrado tu web buscando información del glioblastoma multiforme, mi marido está en el inicio del
proceso, ahora a mediados de diciembre termina la radio y quimio, estamos asumiendo la enfermedad y muy
abrumados con tanta información y a la vez muy agradecidos con toda la información y trabajo que nos
aportas, estoy empezando a hacer el listado de suplementos, serías tan amable de mandarnos el excel.
Estaríamos encantados en colaborar con la precompra de tu libro. Para colaborar con nuestra historia os
puedo explicar que estamos casi seguros que el tumor que le ha aparecido por estar a menos de medio metro
de una antena wifi de un router adsl,en casa, coinciden en tiempo y en la zona que le ha salido…Por
supuesto que lo hemos eliminado y en mi casa ya no existe el wifi…Un saludo a todos

RESPONDER
23.
seben 4 diciembre, 2016
Sorprendente su extenso artículo por lo instructivo; me parece de gran interés la información aportada. Estoy
buscando información alternativa en profundidad sobre el tema del colesterol. No sé si tiene al respecto
alguna recomendación.

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 4 diciembre, 2016
Hola, seben

Muchas gracias. En este blog: http://diariodeunpastillero.blogspot.com.es/2015/12/estatinas-carrera-hacia-la-


muerte.html, Andrés aporta informes exhaustivos acerca de colesterol y las estatinas

Un saludo

RESPONDER
24.
Taniss 5 diciembre, 2016
Mi nombre es Tania y soy una más en este grupo de los que padecen la enfermedad más temida del siglo. En
mi caso, Cáncer de mama con metástasis en hígado.
Desde el principio he aplicado complementos naturales (entre ellos viatamina C endovenosa) y por el
momento está habiendo buena respuesta.
Quería con este mail, darte las gracias por este blog que tiene información muy valiosa y una visión muy
esperanzadora en el tratamiento de esta enfermedad. Un blog, un grupo, que nos orienta para cada cual
investigar su propio caso y hacer las consultas pertinentes con los médicos que nos puedan ayudar.
En la medida de lo posible, iré participando en este grupo.

Muchas gracias y saludos desde Canarias

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 6 diciembre, 2016
Hola, Tania,

Espero que podamos ayudarte entre todos y gracias por tus amables palabras

Ánimo y un abrazo

RESPONDER
25.
Javier 15 febrero, 2017
Hola buenas tardes, que opinas del sa-me como suplemento y si podria ayudar en algo??

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 17 febrero, 2017
Prefiero no usar suplementación con SAM-e o glutatión y mejorar en cambio la capacidad endógena del
organismo para generar antioxidantes tan potentes como esos, sobre todo si tenemos cáncer

Un saludo
RESPONDER
26.
Leonel Amaya 25 marzo, 2017
Hace un tiempo, desde que leí tu entrevista con Marcos de Fitness Revolucionario tenía tu blog en favoritos,
pero nunca me había hecho un hueco para leerlo.
Hoy lo hice por primera vez, y que gusto que haya sido con este artículo.
Cambió completamente mi forma de ver al cáncer.

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 25 marzo, 2017
Muchas gracias por tus palabras, Leonel

Un abrazo

RESPONDER
27.
Michael J Gonzalez 23 mayo, 2017
Estimado Alfonso:
Excelente articulo, muy detallado, te felicito…Quisiera pudieras leer los siguientes articulos:

https://www.researchgate.net/publication/229325765_The_bio-energetic_theory_of_carcinogenesis

https://www.researchgate.net/publication/309478519_The_Bio-
Energetic_Theory_of_Carcinogenesis_The_Origin_of_Cancer_Revisited
Bendiciones!

RESPONDER
o
Alfonso Fernández 23 mayo, 2017
Hola, Michael

Me siento honrado de que hayas leído mi humilde blog. No todos los días comenta aquí un científico autor
de estudios sobre el metabolismo del cáncer. Tengo guardado en favoritos el titulado “The bio-energetic
theory of carcinogenesis” y lo leí hace tiempo, por supuesto, pero no el segundo que me envías

Te agradezco que hayas dedicado un poco de tu tiempo a comentar y apreciaré cualquier corrección o
sugerencia que mis artículos futuros necesiten

Un abrazo

RESPONDER
28.
AARON QUIROZ 8 diciembre, 2017
Estimado Alfonso:

Leí toda la información y me parece muy completa, de hecho estuve buscando un articulo como este debido
a que lamentablemente aquí en México mucho oncólogos están en el grupo C que mencionas, y no son
capaces de ser críticos y abiertos a nuevas opciones para ayudar a las personas que padecen esta enfermedad.
En lo personal he tenido la oportunidad de ser testigo y en algunos casos ayudar a varias personas con
diferentes tipos de cáncer, me desempeño en la industria del bienestar con tratamientos nutraceuticos y soy
un promotor incansable de que las personas pueden tener mejores alternativas para mejorar su calidad de
vida. Ojala puedas revisar esta información y espero poder ayudar a alguien. Saludos

http://www.nutriciondealtoimpacto.kyani.net
mi correo es aquirozl81@live.com

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