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LA EXPERIENCIA DEL INVITADO ¿QUÉ ES Y PARA QUÉ SIRVE?

La experiencia del invitado, se está convirtiendo en el foco de atención de todas las iglesias que tienen
actitudes ganadoras de personas para Jesús. El problema principal ha sido que al ser un término nuevo
como “innovación” es difícil encontrar una definición clara y común sobre lo que representa la
experiencia del invitado. ¿Cómo mejorar algo que no podemos definir correctamente?

¿QUIÉN ES UN INVITADO?
Una persona que se presenta a la puerta de nuestra iglesia, sola o acompañada por su invitador, y que
requiere ser recibida y apoyada para integrarse a la experiencia de adoración.

¿QUÉ ES LA EXPERIENCIA DEL INVITADO?


La experiencia del invitado es el conjunto de experiencias que tiene un invitado con nuestra iglesia de tal
manera que quiere volver durante el tiempo en que está conociendo a Dios y su Palabra hasta ser un
Discípulo. Mientras mejor sea la experiencia del invitado, mayor es la probabilidad de alcanzarlo con el
evangelio aceptando a Jesús como su Salvador personal, incrementar la retención de los interesados en
el evangelio, aumentar la asistencia a los cultos, bautizar a más personas, etc. Se puede decir que la
habilidad de una congregación para dar una buena experiencia a sus invitados es la parte tangible del
amor para que otros sepan que somos discípulos de Jesús.

“Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los
ejércitos”. Malaquías 3:12

EL MANDATO DE JESÚS PARA DAR UNA EXPERIENCIA


Dar una experiencia de bienvenida y calidez a nuestros invitados es una manifestación del mandato de
Jesús:
34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que
también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis
amor los unos con los otros. Juan 13:34,35

LA EXPERIENCIA DE NUESTROS INVITADOS


Nuestros invitados tienen una experiencia de las atenciones que perciben de nosotros, lo quieramos o
no, estemos consciente de ello o no. En ocasiones esa experiencia puede ser buena, regular o mala, es
nuestra decisión determinar si emprenderemos acciones para mejorarla y así ver en nosotros el
cumplimiento del sueño de Cristo: “en esto conocerán todos que son mis discípulos”.

Gestionar la experiencia del invitado puede ser de inicio complicado ya que involucra la emoción,
percepción y comportamiento de una gran cantidad de personas con gustos y pensamientos diferentes.
Posiblemente nuestros invitados no se vayan a comportar de la manera que estamos esperando, sin
embargo, nuestra iglesia no puede simplemente ser indiferente, al contrario, necesitan prepararse para
ser una iglesia cálida y esperar lo mejor cuando se hace la planeación de la experiencia del invitado.

¿CÓMO MEDIR LA EXPERIENCIA DEL INVITADO?


Medir la experiencia del invitado requiere más que una métrica. Es necesario que profundicemos más y
establezcamos indicadores que nos ayuden a determinar cómo cada punto de interacción entre nuestra
iglesia y el invitado contribuye a una experiencia positiva para que esa persona decida volver y quedarse
con nosotros.

EL PROCESO DE LA EXPERIENCIA DEL INVITADO


La experiencia del cliente es un proceso que consiste en diversas interacciones o “puntos de contacto”.
Este proceso puede empezar desde que la persona sabe de nuestra iglesia, entra en contacto con uno
de nosotros, luego recibe una invitación, finalmente decide visitarnos, y atraviesa por la duda interna si
está haciendo lo correcto o qué van a pensar sus amigos y familiares; también lucha con factores
externos como el transporte o el clima. Pero gracias a Dios ya está allí frente al templo!

¿Dónde comienza la experiencia del invitado?


Para que comprendamos mejora la experiencia del invitado es necesario entender a la perfección cada
una de sus partes individuales. La experiencia del invitado comienza desde el momento en el que sabe
por primera vez nuestra iglesia y se extiende más allá de los estudios bíblicos.

Cada una de las experiencias de un cliente está compuesta por un número de interacciones o “puntos de
contacto” que se tienen con un consumidor, cada una de ellas debería ser medida independientemente
para determinar la contribución de cada interacción con la experiencia global del cliente. De esta forma
se pueden establecer claramente aquellas interacciones que producen una mala experiencia y trabajar
con ellas a fin de mejorar el indicador.

IDENTIFICAR LOS PUNTOS DE CONTACTO O INTERACCIONES


Los puntos de contacto pueden incluir visitas en el sitio web, la interacción con un adventista (AMAR), la
invitación visual impresa o digital y atención para poder asistir (ACOMPAÑAR), la atención a sus
necesidades como invitado (ATENDER) y dar seguimiento a su bienestar integral después de habernos
visitado (ABRAZAR).

Es importante establecer un inventario de puntos de contacto, tanto intencionales como fortuitos entre
nuestra iglesia y nuestros invitados, Por ejemplo:
 Bienvenida que sea agradable y mencionada por la persona que dirige al frente
 Papel y jabón en los sanitarios
 Ayuda para encontrar las citas bíblicas
Esto puede marcar la diferencia entre una buena o mala experiencia del invitado.

ACCIONES PARA DAR UNA EXPERIENCIA SALVADORA A NUESTROS INVITADOS


AMAR: Permite que el amor del padre motive tus pensamientos hacia los demás y tus acciones por
ellos. Mira a tus semejantes con el amor del Padre sin discriminar o hacer sentir mal a alguien y di
solamente cosas buenas de los hermanos (por amor a Jesús pasa por alto sus errores).

ACOMPAÑAR: Usted no es una isla. Invita a a tus amigos a la Iglesia. Cumple el propósito de tu vida:
server. Sirve a tu prójimo que has invitado a la iglesia o hazte amigo de ese desconocido que nos
acompaña. Acompáñala en el culto, préstale tu Biblia y ayuda a buscar el texto, invítala a la siguiente
reunión, verifica si desea estudiar la Biblia o que oremos por ella, pídele su teléfono y llámale durante la
semana para compartir Amistad, acompaña a tu Nuevo amigo a la salida y por qué no lo invitas a comer
a casa? Amar es eso, mostrar interés.

ATENDER: Es el resultado de estar atento a las necesidades. Atiende a tu invitado: explicando lo que
ocurre en el programa, presentándola a otros hermanos, prestando ayuda si la persona tiene un niño,
tratando de saber si la persona pasa por alguna situación por la cual orar, respeta el deseo de tu
invitado. Atender es una actitud de amor.

ABRAZAR: Es resultado de ver por el bienestar del otro, con actitudes que lo hacen sentirse bien
recibido. Acércate con una sonrisa y di: sé bienvenido. Da tu nombre y pregunta por su nombre.
Interésate por saber de dónde viene y como está. Colócate a disposición para lo que necesite. Sé la
extensión del abrazo y la sonrisa del Señor pues Dios abraza a esa persona con tus brazos.
Que os améis unos a otros... Juan 13:34,35

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