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I. OBJETIVOS
General:
Específicos
Este sistema se apoya en un modelo matemático que describe en forma resumida las
características principales y valores cuantitativos climáticos de las distintas zonas de vida
que contiene.
El término ¨zonas de vida¨, que se propone para denominar a las unidades bioclimáticas
en estudio, proviene del hecho de que la vegetación natural representa una unidad
bioclimática de más alta jerarquía que ha sido producto de la actividad del clima en largos
lapsos de tiempo.
Es decir se les categoriza en función a la vegetación del lugar que se ha definido por
parámetros climáticos, sin importar si existen dentro de la misma zona distintas unidades
de paisajes o medios dado que las asociaciones vegetales comparten un balance entre
biotemperatura, precipitación y humedad que ha determinado la expresión de estos
individuos.
En el presente trabajo se expone en términos generales dos de las zonas de vida que se
pueden hallar en el ámbito altoandino: El bosque seco montano bajo subtropical y la
tundra pluvial alpino tropical. A continuación se brinda información relacionada a la
temperatura promedio, precipitación media, flora, importancia y problemática de la zona y
los lugares del país donde podemos hallar estas categorías.
Ocupa los valles mesoandinos entre los 2000 y 3000 m.s.n.m., ocupa una superficie de 6
225 km2del territorio nacional.
El valor de precipitación media se sitúa entre los 550 y 770 mm. Se ubica en la provincia
subhúmeda dado que los valores del potencial de evapotranspiración es el doble que el
de precipitación. Al igual que la temperatura la precipitación en ciertos lugares alcanza
valores por encima de la media como en Cusco, en Paruro donde se llega a más de 1000
mm/año.
La zona destaca por servir para cultivos en las zonas cercanas a los 2000 m que no sean
sensibles a cambios de temperatura a gran escala. En lo que refiere a cultivos de papas
de distintas variedades.
Destacan las especies de la retama (Retama s.p.), maguey (Agave s.p.), chamana
(Dodonae viscosa) y el capulí (Physalis pubescens).
La vegetación se encuentra conformada por árboles pequeños como: tara (Tipuana Tipu),
huarango (Prosopis pallida), jacarandá (Jacarandá mimosifolia), molle (Schinus molle),
entre los principales.
Ocupa la zona altitudinal andina ubicada entre los 4500 y 5000 msnm. Ocupa 9025 km2
de la superficie territorial.
Foto 4.Tundra pluvial alpino subtropical.
Tiene una biotemperatura media anual que puede variar entre 3ºC y 1.5ºC,
manteniéndose durante las noches un grado estable de congelación.
Posee un promedio de precipitación total anual variable entre 500 mm., y 1,000 mm.
Esta Zona de Vida presenta muy severas restricciones para las actividades
agropecuarias, sin embargo, encierra un gran potencial minero y también un significativo
potencial hídrico, representado este último por la existencia de lagunas que, además de
permitir el desarrollo de la actividad piscícola, sus aguas pueden ser derivadas para irrigar
zonas más bajas.
2.4 Vegetación
Presencia de ichu (Stipa s.p.) negro en mayor proporción que el tola (Lepidophylum
rigidum), especies arbustivas característica de la zona. En menor medida se observan
especies espearrosetadas y almohadillas.
Foto 6.A la izquierda el bien conocido ichu y a la derecha el poco usual arbusto
tola..
2.5 Regiones en el Perú
Se hallan en zonas por encimas de los 4000 msnm como Ayacucho, Ancash y Apurímac.
IV. CONLUSIONES
La zona de vida, el bosque seco montano bajo subtropical se halla entre los 2000
y 3000 msnm.
El Bs MBS tiene una precipitación media de entre 550 y570 mm/año. En tanto su
temperatura anual fluctúa entre los 12 y 17 °C.
El bosque seco montano bajo tropical tiene potencial para cultivos pero sufre
debido a la explotación de su capacidad regenerativa.
La tundra pluvial alpino subtropical se halla por encima de los 4000 msnm.
La tundra pluvial alpino subtropical tiene aptitudes para el pastoreo pero sufre por
el efecto del sobrepastoreo que daña la tierra.
Las características de esta zona de vida viene determinada por el factor climático
aunque supone también la incidencia del relieve y actividades humanas en menor
medida si hablamos de zonas sin intervención.
V. BIBLIOGRAFÍA