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Civiles armados y soldados asesinaron a cuando menos 12 campesinos tzeltales

Impunidad, a 22 años de la matanza en Golonchán

HERMANN BELLINGHAUSEN

Municipio de Sitala, Chis., 7 de junio. En pocos días se cumplirán 22 años de uno de los
actos criminales más graves, célebres e impunes de la historia contemporánea
chiapaneca: la matanza de campesinos tzeltales en Wololchán (castellanizado como
Bololchán o Golonchán), perpetrada por civiles armados al servicio del propietario del
rancho Golonchán y por un destacamento de soldados federales.

El domingo 15 de junio de 1980 se presentó en dicha comunidad, del municipio de


Sitalá, un fuerte contingente de soldados, quienes primero con bombas lacrimógenas
y después con una nutrida balacera, que provocó cuando menos 12 muertos e
innumerables heridos, expulsaron a las 120 familias que habitaban el poblado. Días
atrás, en Yajalón, la policía había atacado a un grupo de familias de Golonchán,
dejando varios lesionados y un muerto. Como suele ocurrir, aquella fue una tragedia
anunciada.

Sebastián López Mendoza, padre de seis niños y sobreviviente, junto con ellos, de la
matanza, dijo en junio de 1981 al reportero Juan Balboa: "Vivíamos como 500, pero
ahora Golonchán ya no existe. El pueblo desapareció. Todos estamos dispersos en
otras comunidades. Allí sólo hay un grupo de la CNC. Ninguno de los de hace un año".
Agregó: "Lo que pasó fue bueno, porque es la lucha, pero lo malo es que el
gobernador mandó matar a la gente".

La masacre y las condiciones que la hicieron posible han sido recordadas por diversos
historiadores e investigadores, como antecedente del levantamiento indígena de
1994. Hubo oportunismo de los partidos políticos (PRI y el extinto PST), indiferencia de las
autoridades agrarias, intolerancia y represión del gobierno. En un testimonio enviado al
presidente José López Portillo, refería la madre de una víctima: "A las cinco de la tarde
los finqueros se pusieron los uniformes de los policías del estado. El tiroteo duró tres
horas, sin interrupción. Entonces toda la gente huyó despavorida al monte".
(Reproducido en Caminante, órgano oficial de los agentes de pastoral de la diócesis
de San Cristóbal, número 26, 1981).

La anónima mujer expresaba: "Esta desgracia nos fue proporcionada por los ricos. Ya
no volveré a ver a mi hijo, ya que desapareció de mi vista. Fueron enormes nuestros
problemas y dificultades, puesto que nos acompañaban los pequeños al ir huyendo,
arrastrándolos por el lodo, entre piedras y zarzas, y llevar colgados a los niños de
pecho".

La tragedia y sus ecos no han perdido vigencia. Aquella no sería la última ocasión que
los indígenas de Chiapas hablaban en tales términos: "Parecíamos animales en la
huida. Salimos con los pequeños y se nos pusieron azules por el frío de los lodazales; no
sabemos cómo no los perdimos en los barrancos. El sufrimiento de los niños era
enorme, al quedar suspendidos de los árboles, entre espinos, a medianoche, sin tener
hachones de ocote para guiarnos.
"Los finqueros son, por naturaleza, asesinos. No quieren entrar en diálogo derecho",
decían los indígenas de Golonchán. "Nuestros corazones han perdido toda la
confianza en el gobernador (Juan Sabines Gutiérrez), ya que cuando fue a visitarnos
llenó nuestros corazones de esperanza con las promesas que nos hizo: que no iba a
permitir que entrara el exterminador en nuestras casas. Ahora no imaginamos por qué
actuó así, tan perramente, porque necesariamente él tuvo que dar el permiso. Es
mucha nuestra tragedia y fueron muchos los que murieron", escribían al presidente
López Portillo los sobrevivientes de la masacre.

Otra publicación de la época, la revista Punto Crítico, consignó que durante el ataque
las viviendas de los indígenas fueron quemadas: "Una mujer y su hijo recién nacido
murieron incinerados dentro de su casa". Los ataques contra los indígenas fueron, "en
unos casos, para despojarlos de sus tierras comunales, y en otros para retener las
grandes fincas que se extienden a costa de las comunidades" (Punto Crítico, número
9, julio de 1980).

Un año después de la tragedia, Sebastián López Mendoza declaraba a Juan Balboa,


entonces reportero de Proceso: "Estamos dispuestos a luchar por la organización, a
buscar la tierra, porque no tenemos nada". Y advertía el indígena: "Si hay asamblea
que decida nuevamente que se han agotado los recursos legales y que hay que
invadir, lo haremos".

Dos décadas han pasado. Numerosos asesinatos y expulsiones de indígenas en los


territorios que habitan tzeltales, tzotziles, choles y tojolabales. Muchas luchas
campesinas, antes y después del levantamiento zapatista del primero de enero de
1994. Otras masacres no resueltas, como la del 22 de diciembre de 1997 en Acteal, y
las del 10 de junio de 1998 en Unión Progreso y Chevajebal (que, hablando de
aniversarios terribles, el próximo lunes cumplirán cuatro años de ocurridas). Y la gente
de Sitalá no olvida lo que pasó en Golonchán.

sábado, agosto 05, 2006


BREVE HISTORIA DE TIEMPO, QUE INFORMA Y ORIENTA
En febrero de 1998 Tiempo, que informa y orienta, cumplió sus 30 años de existencia,
en ese marco se editó la revista No. 55 correspondiente a la semana que va del 10 al
16 de febrero de 1998. Gracias al Kollectivo Estrella Roja de Cesena, Italia, es que
podemos recuperar ese pedazo de la historia. Este recuento es de doña
Conchita,como cariñosamente le llamamos. Concepción Villafuerte

El 6 de febrero de 1968 salió por primera vez el periódico TIEMPO. Como director
estaba Elmer Avendaño Damián y como subdirector Amado Avendaño Figueroa.
Posteriormente Elmer se ausentó de la ciudad, asumiendo Amado la dirección.
En los años 60s la ciudad de San Cristóbal de Las Casas tenía una población de 30 mil
habitantes. No existía ninguna estación de radio, mucho menos la televisión.
La siguiente década se distinguió por el surgimiento de organizaciones sociales,
indígenas y campesinas. El Congreso Indígena por ejemplo, fue el primer evento de
esa naturaleza que se dio en esta ciudad y que sirve de referencia para entender
muchas cuestiones sobre la vida de los pueblos indios.
En esta ciudad, la inundación de agosto de 1973, que obligó al gobierno a declararla
zona de desastre; cambió la vida cotidiana de sus habitantes. La solución que le
dieron a las inundaciones fue la creación de un túnel de 4 metros que atraviesa la
montaña sur de la ciudad. Las tierras que antes se inundaban, fueron fraccionadas y
vendidas para nuevos asentamientos, de tal manera que la ciudad creció en forma
desordenada.
La madrugada del 26 de julio de 1980, manos criminales balacearon la fachada y
vehículos de TIEMPO. Investigaciones extrajudiciales nos hicieron saber que los
pistoleros estaban ligados con un funcionario menor del gobierno estatal.
También las expulsiones chamulas fueron noticia importante. En las páginas de TIEMPO
se encuentran registradas una a una estas expulsiones que dieron origen a la creación
de asentamietos humanos irregulares en la periferia de la ciudad. La tercera parte de
la población de la ciudad, la conforman grupos de indígenas expulsados.
De 1977 a 1982, la ingobernabilidad era notoria, en Chiapas hubieron 4 gobernadores
en ese período. Se dio la matanza de Golonchán, en la que el gobierno reconoció un
muerto y los testimonios de testigos presenciales hablaban de centenas; la
penetración de partidos de izquierda y de sectas religiosas en las comunidades, la
implantación de programas de gobierno como el PRODESCH (Programa de Desarrollo
Socioeconómico de los Altos de Chiapas) fueron algunos hechos que cambiaron el
panorama social del Estado.
En marzo de 1982, con la erupción del volcán Chichonal en la zona norte del Estado
desaparecieron dos municipios y afectó a esta ciudad con una copiosa lluvia de
ceniza que paralizó todas las actividades.
En 1983 las noticias rebasaban el escaso espacio de las páginas del semanario TIEMPO.
Esa necesidad de publicar obligó a la creación de otro medio más ágil: el Diario HOY,
que se inició el 3 de noviembre de ese año.
En este diario se plasmaron innumerables denuncias. Todas apuntaban a la forma
represiva del gobierno en turno.
De 1983 a 1986, se impuso un militar en el gobierno: el General Absalón Castellanos
Domínguez. Este período se distinguió por la forma generalizada de represión.
En 1988 con la llegada de Patrocinio González Garrido cambió el método represivo.
Durante los cuatro años que duró su estancia como gobernador de Chiapas, los
movimientos magisterial, campesino y partidos políticos fueron duramente reprimidos.
En algunos casos agentes pagados por el gobierno causaron divisionismo interno en
las organizaciones sociales.
La represión dejó de ser generalizada para pasar a ser selectiva; no hubo líder
campesino, magisterial, de organizaciones sociales, y de partidos políticos de
oposición que no hubiera sido reprimido; ya fuera encarcelado o en los casos más
desafortunados, asesinado. La lista es larga.
La creación del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas,
convocado por Don Samuel Ruiz García en marzo de 1989, es una instancia a la que
acuden infinidad de quejosos para denunciar las violaciones de que son objeto.
Muchas de esas denuncias están publicadas en las páginas de TIEMPO.
El 2 de febrero de 1993 asesinaron a Roberto Mancilla Herrera, periodista que se había
distinguido por su verticalidad en el trabajo de la comunicación.
En marzo de ese mismo año, la desaparición de dos militares en Rancho Nuevo creó
un fuerte conflicto entre el ejército federal y el CDHFBLC, por las denuncias de abusos
que los militares cometieron contra varias comunidades indígenas del sur de la ciudad,
al detener arbitrariamente a sus pobladores.
La última semana de mayo de 1993 se publicó la noticia de un enfrentamiento entre
militares y un grupo de guerrilleros en la zona de las cañadas de Ocosingo. De este
acontecimiento se derivó un proceso penal en contra de ocho campesinos que
fueron acusados de guerrilleros. El ejército federal los detuvo y los consignó por varios
delitos, entre ellos el de traición a la patria.
El juicio fue ventilado en el juzgado de Distrito de Tuxtla Gutiérrez, en cuyo expediente
están asentadas las declaraciones de los militares, acusando a los detenidos de
haberse enfrentado a ellos cuando descubrieron un campamento de entrenamiento
militar del grupo guerrillero.
En respuesta a esta nota, la Secretaría de Gobernación envió a la prensa extranjera un
comunicado aclarando que los medios que publicaron esta noticia, estaban
desinformando a la opinión pública. Trataron por todos los medios de acallar esta
denuncia y de ocultar la presencia de grupos armados en Chiapas. Estaba pendiente
la designación del sucesor a la presidencia de la república y la firma del Tratado de
Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.
En enero de 1994 el surgimiento del EZLN sacudió al país. No fue posible frenar las
informaciones. La noticia dio la vuelta al mundo y el gobierno mexicano tuvo que
reconocer que había la necesidad de establecer un diálogo. Los múltiples
acontecimientos ocurridos durante 1994, son el resultado de más de 20 años de
represión.
El EZLN aceptó dialogar con el gobierno, hizo un compromiso con la Sociedad Civil
para que se involucrara en la búsqueda de la paz con justicia y dignidad.
Se inició el primer diálogo de paz en la Catedral de San Cristóbal. Estos acuerdos
arrojaron 34 respuestas del Comisionado para la Paz Manuel Camacho Solís, a los 34
puntos presentados por el EZLN.
La respuesta del gobierno todos la conocemos: después del asesinato de Colosio, se
trabó el diálogo. Sin embargo, el EZLN tomó la iniciativa de pacificación, convocó en
su segunda Declaración de la Selva Lacandona, a la Convención Nacional
Democrática, no obstruyó la contienda electoral, animó a que las organizaciones
sociales y los partidos políticos ofrecieran alternativas de pacificación. La respuesta del
gobierno fue el crimen: asesinaron a Agustín Rubio, coordinador de campaña del
candidato a gobernador por la Sociedad Civil con el registro del PRD, a dos de los
acompañantes y quedó gravemente herido el candidato.
El 1º de enero de 1995, el EZLN lanzó otra iniciativa, la tercera declaración de la Selva
Lacandona para la creación de un frente amplio opositor. Nuevamente la respuesta
del gobierno fue la ofensiva del 9 de enero, en donde el ejército penetró a las
comunidades indígenas destrozando sus pocas pertenencias. Los indios huyeron al
monte, y otra vez se movilizó la sociedad civil.
Para marzo de 1996, cuando el gobierno no pudo por segunda vez acabar con los
pueblos indios, propuso la iniciativa de ley para el diálogo y la conciliación en
Chiapas.
Desde la instalación del diálogo de San Andrés hasta la firma de los primeros acuerdos
sobre cultura y derechos indígenas el 16 de febrero de 1996, las pláticas de paz
ocuparon las primeras planas.
Mientras el diálogo EZLN-GOBIERNO se llevaba a cabo, las iniciativas para la
pacificación por parte del EZLN no se dejaron esperar: lanzaron la convocatoria a la
formación del Frente Zapatista de Liberación Nacional en la cuarta Declaración de la
Selva Lacandona; la convocatoria al foro especial para la Reforma del Estado; la
creación del Congreso Nacional Indígena; la convocatoria y realización del Encuentro
Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo; fueron actividade ricas
en experiencias, propuestas, movilizaciones pacíficas que condujeran a encontrar la
paz. Todo fue derrumbado otra vez por el gobierno: se negó a darle cumplimiento a
los primeros acuerdos de San Andrés y el EZLN se retiró de la mesa de negociaciones
hasta en tanto el gobierno no cumpla. Llegamos con esto a diciembre de 1997.
La matanza de Acteal ha sido el hecho más sangriento que volvió a llamar la atención
mundial. Aunado a este crimen, el ejército federal tomó nuevas posiciones y penetró a
todas las comunidades indígenas, agrediendo con su incursión a mujeres, niños y
ancianos.
Son pocas las páginas de TIEMPO para publicar todas las denuncias sobre violaciones
a derechos humanos, no sólo de las comunidades indígenas, sino de todas partes del
estado. La carencia de espacios para informar fuera del control gubernamental obliga
a la creación de medios alternativos de comunicación. Es necesario abrir espacios
donde se puedan ventilar todas las arbitrariedades que deben ser denunciadas para
que, por lo menos, no queden totalmente impunes como hasta ahora ha ocurrido.
Al igual que siempre, las noticias rebasan las escasas páginas del periódico TIEMPO. Los
criterios para publicar tienen cierto orden.
En primer lugar está el conflicto que todos estamos viviendo y que, aceptemos o no, a
todos afecta.
El segundo espacio es para los eventos trascendentes que afectan a la ciudad y sus
habitantes.
En tercer lugar publicamos las denuncias y los movimientos sociales y políticos de otras
partes del Estado.
En este orden de importancia, la mayoría de las veces no es posible publicarlas todas,
por lo tanto, elegimos los más urgentes limitándonos al poco espacio con que
contamos.
Es por eso que casi siempre nos quedamos en la publicación del primer punto: el
conflicto, y aun así no alcanzamos a cubrir toda la información.
En 1998, pretendemos ampliar el espacio. Abrir otras alternativas e invitar a los
comunicadores sociales a que aporten ideas, formas y opiniones para poder registrar
toda la información que está haciendo historia en este rincón del planeta que, desde
1994 es punto de referencia para el mundo.
Hasta aquí concluimos con la crónica y aprovechamos este espacio para denunciar
que, en julio de 1995, el Colegio de Periodistas de Catalunya, España, nos envió una
maquinaria para imprimir el periódico.
La maquinaria llegó al Puerto de Veracruz un mes después. Iniciamos los trámites para
rescatarla pero nos fue humanamente imposible hacerlo.
El primer intento de rescatarla fue por la vía legal, pero los requisitos que la aduana
mexicana nos exigía no pudimos cumplirlos y, como consecuencia, la maquinaria
quedó en las bodegas de la aduana.
Intentamos por varios medios, entre ellos la diplomática por la vía de la Embajada
Española en México, y no fue posible.
Acudimos al Congreso para encontrar la foma de solicitarla a través de la vía política,
y tampoco hubo respuesta.
Se nos informó seis meses después que ese equipo había causado abandono al no ser
retirado en 90 días, por lo que se notificó en estrados que la mercancía se ponía a
disposición de la Secretaría de Hacienda para que determinara su destino.
Acudimos a las oficinas indicadas intentando rescatarla y se nos informó que toda
mercancia decomisada que pasa a manos del fisco es rematada. Que los trámites se
hacen a través de una convocatoria, para lo cual es necesario tener un registro
especial que la misma Secretaría ortorga para poder adquirirla. Que además los
remates se llevan a cabo cuando la SHCP lo determina (nunca se sabe cuándo)
Insistimos durante dos años, pero fue imposible. Siempre era la misma respuesta: "no se
puede".
Nosotros seguimos pensando que: con esa maquinaria que nos obsequiaron los
españoles, hubieramos impreso muchos TIEMPOS que tuvimos que suspender por la
falta de equipo.
El formato que actualmente tiene el periódico se debe a que la maquinaria en la que
lo imprimimos es muy pequeña y el papel demasiado costoso, pero no tenemos otra
alternativa.
Lanzamos un S.O.S. al mundo por si alguien que lea estas líneas se le ocurre alguna
idea que podamos poner en práctica para encontrar solución a esta limitación que
tenemos o, para obligar al gobierno a que nos devuelva (aunque sea en chatarra) la
maquinaria que nos decomisó, tan siquiera para que no se quede con ella.
Pasada esta queja, que más bien es un lamento, lo único que nos resta es agradecer
a todos y cada uno de los lectores, los amigos que nos han acompañado durante los
años de trabajo y los que han aceptado estar con nosotros en esta otra etapa de
TIEMPO que pretende iniciar a partir de cumplir sus primeros 30 años de actividad.
Nos es imposible mencionar uno a uno a los colaboradores, los amigos, los lectores y
todos aquellos que apoyan a TIEMPO para continuar sus ediciones.
Nuestro profundo agradecimiento para todos. Aquí estamos, aquí seguiremos...
Breve síntesis de esa historia..
-1968, nacimiento de TIEMPO
-1973, la inundación de la ciudad.
-1974, las expulsiones chamulas
-1980, primer atentado
-1982, erupción del Chichonal y sus consecuencias.
-1983, un nuevo diario: HOY.
-1986, el gobierno represivo de Absalón.
-1988, continúa la represión con Patrocinio
-1989, surge el CDHFBLC
-1993, enfrentamiento del ejército con un grupo guerrillero
-1994, surgimiento del EZLN
-1995, La ofensiva militar, el diálogo
-1996, Los acuerdos de San Andrés
-1997, la suspensión del diálogo
-1998, Aquí seguimos, aquí seguire
TESTIMONIOS DE GOLONCHAN: “FUIMOS MUCHOS LOS QUE MORIMOS ”
TACUBA, CHIAPAS- “Vivíamos como 500, pero ahora Golonchán ya no existe El pueblo
desapareció Todos estamos dispersos en otras comunidades Allí sólo hay un grupo de
la CNC Ninguno de los de hace un año” Sebastián López Mendoza, padre de seis niños
y sobreviviente junto con ellos de la matanza del 15 de junio de 1980, en Golonchán,
dice a Proceso: “Lo que pasó hace un año fue bueno porque es la lucha, pero lo malo
es que el gobernador mandó matar a la gente” ¿Dónde están todos los demás? “Se
fueron Unos están aquí en Tacuba; otros en Copatil, en San Juan, en Citalá Estamos
dispersos, ya que el gobernador desintegró a la comunidad”

A un año de los hechos contra los indígenas de los Altos de Chiapas, no hay culpables
Los asesinos —dicen los de Tacuba— andan libres En lengua tzeltal, los indígenas
escribieron sus testimonios que, junto con otra serie de declaraciones, enviaron al
presidente López Portillo, poco después de los sucesos La traducción al español es
distribuida en el órgano oficial de los Agentes de Pastoral de la Diócesis de San
Cristóbal de las Casas (Caminante, No 26) Dicen: Es digno de lástima lo que nos
sucedió a todos nosotros Y esto sólo porque somos los más pobres y miserables de la
región No tenemos nada ni a nadie, no tenemos con qué alimentarnos Y esta
desgracia nos fue proporcionada por los ricos Mi hijo fue herido Ya no volveré a ver a
mi hijo, ya que desapareció de mi vista Nosotros venimos huyendo a través de los
barrancos hasta aquí, y así, fueron enormes nuestros problemas y dificultades, puesto
que nos acompañaban los pequeños al ir huyendo entre lodazales e ir arrastrando a
los niños por el lodo, al ir arrastrándonos entre piedras y zarzas, y llevar colgados a los
niños de pecho Parecíamos animales en esta huida Salimos con los pequeños: y los
niños se nos pusieron azules por el frío de los lodazales; no sabemos cómo no perdimos
a nuestros niños en los barrancos El sufrimiento de los niños era enorme al quedar
suspendidos de los árboles entre espinos, a medianoche, sin tener hachones de ocote
para guiarnos El aprieto de los niños era lo que rompía nuestras almas, y su hambre: al
salir huyendo, no pudimos agarrar ni una bola de pozol, ni un trozo de tortilla; no había
nada que darles, ni un trozo de manta Hasta el presente, nosotros mismos no tenemos
nada Y ¿cuál es la causa de todo este pesar? El ser pobres, no poseemos tierras, no
tenemos maíz, no tenemos frijol; no es porque queremos ser ricos, sino por causa del
hambre que nos cerca, porque carecemos de todo Nosotros ahora, los campesinos,
no estamos denunciando ante el juzgado estos hechos En cambio, los finqueros son de
naturaleza asesinos, quieren pleitiar, no quieren entrar en diálogo derecho, sino
únicamente desean asesinar Eso es lo que afirman en todas partes Eso es lo que nos
sucedió A las cinco de la tarde los finqueros se pusieron los uniformes de los policías
del estado el mismo presidente municipal Yo mismo lo vi con mis propios ojos
Adonay Ballinas, Enrique Díaz, Rigoberto Molinas, Rutilio Ramos, Eugenio Ramos, Amet
Ramos y Clemente Ramos Durán; Romeo Monterrosa, Atilano Díaz, a todos estos, los
hicieron uniformarse y lucir como policías del estado, y cuando llegaron, llegaron
igualmente con los soldados Traían arrastrando un cañón y cuando empezó la
balacera, llegó hasta la casa una bala que parecía una mazorca ya desgranada que
se esparcía a nuestro lado El tiroteo duró tres horas sin interrupción Entonces toda la
gente huyó despavorida al monte hay un niño que fue herido, trece días estuvo
perdido, de cuatro años; su nombre es Mario Hernández, tenía en su cuerpo la bala
incrustada y fue grande su penar Pero la Agraria, en sus diferentes épocas, no cumple
con la Constitución, no respeta la Constitución; todo lo que ha sucedido aquí en
Golonchán es por culpa única y exclusivamente de la Agraria Nuestros corazones han
perdido toda la confianza en el gobernador, ya que cuando fue a visitarnos, llenó
nuestros corazones de esperanza con las promesas que nos hizo; que no iba a mandar
y que no iba a permitir que entrara el exterminador en nuestras casas no me imagino
por qué actuó así, tan perramente, el gobernador, porque necesariamente él tuvo que
dar el permiso Es verdad que estamos agobiados Las lágrimas en nuestros ojos todo el
día Así como recordar a mi niño, el niño fue incinerado; esto no lo soporta mi corazón,
no lo admite mi corazón No vi cómo fue enterrado mi hijo he quedado en gran
desamparo, y así le hablo, señor presidente Esto es verdad, no tiene nada de mentira,
es verdad, es mucha nuestra tragedia, y fuimos muchos los que morimos, murieron
mujeres y niños, y así, señor presidente, es necesario que haya alguna manera de que
se nos socorra aquí en Golonchán, que haya alguna manera de que queden claros los
hechos y de que manera fuimos expulsados de Golonchán Un año después, Sebastián
López Mendoza explica que “estamos dispuestos para luchar por la organización,
buscar la tierra porque no tenemos nada” Y advierte: “si hay asamblea que decida
nuevamente que se han agotado todos los recursos legales y que hay que invadir, lo
haremos”

Lucio Cabañas

Lucio Cabañas Barrientos (El Porvenir, Atoyac de Álvarez, 12 de diciembre de 1936 —


Técpan de Galeana, 2 de diciembre de 1974) fue un maestro rural, egresado de la
Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, líder estudiantil y jefe del grupo armado Partido
de los Pobres en la sierra de Guerrero, México, durante la década de 1970. Uno de sus
tíos Pablo Cabañas estuvo combatiendo junto a Silvestre Mariscal, Prisciliano Padilla,
Baldomero Vidales, Amadeo Vidales y Abacuc Román Godínez, así como con Jacobo
Gámiz hermano del dirigente magisterial, campesino y guerrillero Arturo Gámiz García
que comandó el asalto al cuartel de Madera.

 1 Orígenes
 2 Inicios políticos
 3 La clandestinidad
 4 Obras
 5 Véase también
 6 Referencias
 7 Bibliografía

Orígenes Lucio nació el 12 de diciembre de 1938 En el seno de un hogar campesino.


Su abuelo paterno había sido zapatista y su tío Pablo, había participado en la guerrilla
de los hermanos Vidales en la década de 1920. Cursó su educación básica en la
localidad de El Cayaco. Posteriormente en febrero de 1956, ingresó a la Normal de
Ayotzinapa.

Inicios políticos Durante su estadía en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa se


posiciona como líder estudiantil e ingresa a las Juventudes del Partido Comunista. Su
formación política se inició en la Asociación Cívica Guerrerense (ACG), que en ese
entonces dirigía Genaro Vázquez. Posteriormente fue elegido Secretario General de la
Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, para el periodo de 1962-
1963. Lucio decide alejarse de la ACG por acercarse más al Partido Revolucionario
Institucional (PRI).

A principios de abril de 1967, Lucio y algunos profesores de la escuela Juan Álvarez,


con otros miembros de la ACG, de la Confederación Campesina Independiente y de
las colonias populares, fundan el llamado Frente de Defensa de los Intereses de la
Escuela Juan Álvarez. Lucio Cabañas convoca a una manifestación en Atoyac, el 18
de mayo de 1967. Con el fin de desalojar la Plaza Cívica intervino la policía judicial del
estado, dándose inicio así a una balacera general, cuyo principal blanco era el propio
Lucio Cabañas.

La clandestinidad En abril de 1974 la guerrilla dirigida por Lucio Cabañas decide llevar
a cabo el secuestro de Rubén Figueroa, senador de la República y candidato a la
gubernatura del estado de Guerrero. Lucio y Figueroa acuerdan una reunión para el
30 de mayo de 1974 a las 9 de la mañana, en un cruce de caminos que conducían de
San Jerónimo a la localidad de El Ticuí, muy cerca de Atoyac. Figueroa fue rescatado
el 8 de septiembre por un operativo policiaco en un agitado enfrentamiento, aunque
otras versiones sostienen que se pagó un rescate para su liberación.1

Después de este acontecimiento el estado responde con toda su fuerza contra la


guerrilla de Lucio Cabañas e inicia su persecución.

La madrugada del 2 de diciembre de 1974 se dio el último enfrentamiento con tropas


militares, iniciándose un tiroteo en la selva cafetalera El Otatal. En este tiroteo Lucio y
sus compañeros fueron sorprendidos por el ejército. Según una versión de lo
acontecido, Lucio Cabañas, al percatarse de que no había salida y evitar caer en
manos del ejército, se colocó el cañón de su rifle M-2 en el cuello y jaló del gatillo,
cayendo herido mortalmente. El capitán Bravo Torres corrió hasta el cuerpo y le
disparó el tiro de gracia.2 Sin embargo, en las imágenes del cadáver que se dieron a
conocer a la prensa, no parecía haber impactos de bala en el cuello.

Genaro Vázquez Rojas

 1 Para otros usos de este término, véase Genaro Vázquez (desambiguación).


 2 Oposición al oficialismo
 3 La guerrilla
 4 Homenajes póstumos
 5 Véase también
 6 Referencias

Para otros usos de este término, véase Genaro Vázquez (desambiguación).[editar]

Genaro Vázquez Rojas (n. San Luis Acatlán, Guerrero, 10 de junio de 1931 - Morelia,
Michoacán, 2 de febrero de 1972) fue un líder sindical del magisterio guerrerense que
tras formar parte de la oposición política al gobierno de Guerrero, pasó a la
clandestinidad y formó uno de los varios grupos armados que se desarrollaron en la
Sierra Madre del Sur durante las décadas de 1960 y 1970. Simpatizó con el Partido de
los Pobres.

Oposición al oficialismo Como Lucio Cabañas, Genaro Vázquez fue también maestro
normalista egresado de la Escuela Raúl Isidro Burgos, mejor conocida como Escuela
Normal Rural de Ayotzinapa, en el municipio de Tixtla, y formó parte de la disidencia
magisterial que dominó las secciones del sindicato de profesores de México en
Guerrero, Oaxaca, Chihuahua hacia la década de 1960. Durante el gobierno de Raúl
Caballero Aburto en Guerrero, Vázquez fundó en 1959 la Asociación Cívica
Guerrerense (ACG) y la Central Campesina Independiente (CCI), organizaciones
políticas de oposición al oficialismo. Inmediatamente, Genaro Vázquez se puso a la
cabeza de manifestaciones en repudio al gobernador, por lo que el 27 de abril de
1960 fue aprehendido en las cercanías de Teloloapan y liberado el 12 de mayo de ese
mismo año. Luego de recuperar su libertad en junio de 1960 realizó una caravana a la
ciudad de México, misma que fue recibida por Adolfo López Mateos. En su entrevista
culparon a Caballero Aburto de falta de garantías constitucionales en el estado; de
despojo de tierra a los campesinos; de represión por parte de pistoleros y policía; de
fraudes electorales en algunos municipios; y de robo en su favor y de algunos de sus
familiares. Siendo todas estas acusaciones muy graves, pidieron la desaparición de
poderes. Durante el Movimiento estudiantil-popular de 1960 en Chilpancingo fue
detenido el 31 de octubre de 1960, acusado de injurias al gobernador y asociación
delictuosa; fue liberado bajo fianza el 7 de noviembre de ese año. Por estas acciones
fue preso en la Cárcel de Lecumberri (Ciudad de México), de donde fue liberado en
1968 por un comando armado de la ACG, año en que pasó a la clandestinidad
armada, para encabezar la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria.

La guerrilla La guerrilla de Genaro Vázquez fue combatida por el Ejército Mexicano,


que primero penetró en la Costa Grande de Guerrero pretextando acciones sociales y
luego emprendió una guerra de baja intensidad contra la insurgencia armada de
Vázquez y Lucio Cabañas. Al mismo tiempo, las autoridades mexicanas negaron la
existencia de los grupos insurgentes, aunque posteriormente no les quedó otra
alternativa que reconocer el problema.

El 11 de noviembre de 1966, Genaro es detenido por la policía de Guerrero, a las


puertas de la Central Campesina Independiente, en la ciudad de México y conducido
a Chilpancingo, capital de Guerrero. Estuvo preso en la cárcel de Iguala, de donde es
liberado por un comando armado, el 22 de abril de 1968, mientras era transportado
por la policía para ser atendido en el centro de salud. Su grupo realizó diversos
combates y secuestros, con rescate. Genaro era un hombre con una mayor
preparación política e ideológica que Lucio.

Un gran misterio rodea la muerte del entonces comandante Genaro Vázquez. En la


madrugada del 2 de febrero de 1972, el auto en el que viajaba, acompañado del
segundo al mando de la ACNR José Bracho Campos y otros tres militantes, se estrelló
contra el alerón de un puente en la carretera México-Morelia. Según la versión oficial,
murió en el Hospital Civil de Morelia por fractura en el cráneo debida a la contusión
sufrida en el choque. Sin embargo, quienes viajaban con él aseguran que sus heridas
no eran de gravedad y que lo más probable es que los soldados, al conocer su
identidad, lo ultimaran ahí mismo o lo dejaran morir.
El 3 de febrero la noticia de su muerte era ya conocida en todo el país. Ese día, sus
restos arribaron a San Luis Acatlán, el pueblo que lo vio nacer en 1931. Por la tarde,
alrededor de 150 estudiantes marcharon por las calles de Chilpancingo lanzando
vítores en su nombre. Fue sepultado el día 4 en su pueblo natal ante una concurrencia
de más de 2,000 personas.

Homenajes póstumos En la misma década de los setentas, el cantante y compositor


mexicano Oscar Chávez grabó el corrido a Genaro Vázquez, el cual es una canción
de protesta política y narrativa de su muerte. La letra de este corrido ha sido incluida
en el libro "Corrido histórico mexicano" de Antonio Avitia Hernández. El cantautor Jose
de Molina, en el álbum "Testimonios rebeldes" incluye la pista "Canto por Genaro
Vazquez"

El 2 de febrero de 2008, al cumplirse treinta y seis años de su muerte, Genaro Vázquez


fue recordado por alrededor de ochocientos militantes de organizaciones de izquierda
quienes realizaron una marcha en Chilpancingo, estado de Guerrero.1

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