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Libre cambio Vs Proteccionismo.

El doble estándar de los


países desarrollados
Posted by Pablo Wahren | 17 Feb, 2018 | Debates Económicos |

7 min. lectura
@p_wahren
La discusión sobre libre cambio y proteccionismo existe desde hace siglos. De un lado se encuentran quienes
dicen que liberar las barreras comerciales mejorará la calidad de vida de todos los países, del otro, quienes
afirman que las políticas proteccionistas son fundamentales para avanzar hacia el desarrollo económico.
La historia muestra una paradoja. Los países desarrollados que hoy defienden el libre cambio lograron su
desarrollo a partir de políticas que hoy serían acusadas de proteccionistas por ellos mismos. Ya en el siglo
XIX el economista alemán Friedrich List observó este comportamiento y lo denominó “patear la escalera”.
Esta expresión, que luego fue popularizada por Ha-Joong Chang, refiere a que los países desarrollados
utilizaron un conjunto de instrumentos para alcanzar su desarrollo y una vez logrado prohibieron a los demás
países su utilización. De esta manera aseguraban su supremacía. No obstante, no se trata solo de un debate
del pasado. Contradictoriamente los países desarrollados, a pesar de su retórica librecambista, han seguido
usando políticas de índole proteccionista mientras promueven el librecomercio para el resto del mundo.
En la actualidad, este debate tiene particular vigencia para la región. Por un lado, se están llevando adelante
negociaciones sobre acuerdos regionales bajo una lógica absolutamente librecambista. Por otro lado, desde
la crisis financiera internacional de 2008, el mundo ha tomado una postura más proteccionista mientras la
región está tomando un camino aperturista.
Lo que funciona para unos se prohíbe para otros
Durante el siglo XIX los Gobiernos de Estados Unidos y Europa aplicaron un variado instrumental de medidas
intervencionistas para proteger y fomentar sus industrias nacientes. Por ejemplo EE. UU. y Reino Unido
usaron aranceles y prohibiciones a las importaciones y otorgaron subsidios para proteger sus industrias
manufactureras nacientes. Alemania, Francia y Suecia financiaron inversiones riesgosas e hicieron acuerdos
entre el Estado y las empresas privadas para desarrollar nuevos sectores económicos. Suiza y Holanda no
tuvieron leyes de propiedad intelectual, lo que le permitió alcanzar las fronteras del conocimiento.
Hoy este tipo de políticas se encuentran fuertemente limitadas. Por ejemplo: el GATT[1] impuso un control
sobre la política arancelaria y posteriormente la OMC[2] limitó la posibilidad de recurrir a salvaguardias[3] y a
cupos a la importación; la Ronda Uruguay[4] restringió fuertemente las posibilidades de aplicar subsidios
para las exportaciones; el acuerdo TRIPS extendió la legislación sobre patentes promovida por los países
desarrollados a las legislaciones nacionales de los países más rezagados.
Asimismo, acuerdos como el que se está negociando entre el Mercosur y la Unión Europa limitan la
contribución que puede hacer la compra pública al desarrollo. Una de las cláusulas del mismo establece que
las empresas europeas tienen que tener el mismo nivel de prioridad que las empresas locales a la hora de
definir las compras públicas.
Estas medidas dispuestas en negociaciones multilaterales, dentro de la OMC, o en negociaciones regionales,
también son reforzadas por los organismos internacionales como el FMI o el Banco Mundial que condicionan
sus ayudas financieras a la aplicación de este tipo de medidas librecambistas.
Pero el doble estándar no solo es cosa del pasado. Actualmente se puede observar que los países
desarrollados continúan recurriendo a determinadas políticas proteccionistas. Como casos emblemáticos
podemos mencionar la persistencia de subsidios agrícolas y la gran cantidad de medidas antidumping
adoptadas.
Los países desarrollados han logrado que se prohíban los subsidios a la exportación de los productos
industriales donde sus empresas detentan el control de la producción y de la tecnología[5]. Sin embargo,
mantienen una agresiva política de subsidios a su producción agrícola para protegerla de las importaciones,
ya que en ese rubro es donde los países periféricos son más competitivos. Por ejemplo en Europa se lleva
adelante la Política Agrícola Común (PAC) que establece ayudas directas por superficie (agricultura) o por
cabezas de ganado (ganadería) y garantiza un precio mínimo de venta a los agricultores para cuando los
precios internacionales bajan de determinado nivel. Esta política abarata los costos de producción en Europa
limitando la competencia extranjera, favoreciendo las exportaciones primarias europeas e impacta a la baja
en el precio internacional de los alimentos
Sin embargo, cuando los países desarrollados observan producciones subsidiadas en otros países aplican
bloqueos a las exportaciones a partir de la aplicación de medidas antidumping[6]. Para los países periféricos
la implementación de esta política se encuentra mucho más limitada por cuestiones técnicas, ya que carecen
de los recursos para demostrar los casos de dumping.
En efecto, Estados Unidos y Europa han sido los que aplicaron más medidas no arancelarias han adoptado
en los últimos años según la OMC. EE. UU. acumula el 17,6 % de estas medidas mientras que Europa el 17,4
% (Gallo et al, 2015[7]).
Entregados
Las políticas comerciales se encuentran en disputa en América Latina. Los Gobiernos de Macri y Temer se
encuentran avanzando hacia la liberalización comercial, en un rumbo asimilable al de los países de la Alianza
del Pacífico.
“Ante las tendencias de desunión, aislacionismo y proteccionismo, Brasil y la Argentina responden con más
acercamiento, diálogo y comercio” Temer, 2018[8]
En este sentido buscan rubricar la firma del Acuerdo Mercosur-Unión Europea. Este acuerdo supondría entre
otras cosas una rebaja de aranceles para importaciones industriales y el ya mencionado trato igualitario a las
empresas europeas en las compras públicas.
A pesar de la entrega de los gobiernos sudamericanos, el acuerdo aún no se firma porque los países
europeos, en particular Francia, no ceden en la protección a su sector agrícola. La capacidad de negociación
del Mercosur es tan baja que ni siquiera negocia por liberar aranceles sino que negocia porque se le habiliten
cupos de exportación al viejo continente en materia agropecuaria.
A diferencia de otros momentos históricos donde los países centrales buscaban imponer acuerdos de libre
comercio a la periferia, en este caso es al revés a pesar de la dudosa conveniencia del acuerdo para el
Mercosur.
El mundo está cada vez más proteccionista. Si bien los países centrales nunca abandonaron políticas
proteccionistas e intervencionistas, desde la crisis financiera internacional y desde que asumió Donald Trump
en Estados Unidos estas políticas se han intensificado.
La ONU da cuenta de esta situación en su Análisis de Situación y Perspectivas Económicas 2018:
“Los ajustes recientes en algunas de las relaciones comerciales más importantes, como las decisiones del
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte de abandonar la Unión Europea y de los Estados Unidos de
América de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y de re-evaluar las disposiciones
de sus demás acuerdos comerciales en vigor, han causado preocupación por la posible escalada de las
barreras y disputas comerciales” ONU, 2017.[9]
A la luz de la historia y del presente cabe preguntarse ¿cuál es el sentido de abogar por el libre comercio?

[1] El General Agreement on Tariffs and Trade (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) surge en 1947
como un conjunto de reglas tendientes a dar un marco regulatorio al comercio exterior y reducir aranceles.
[2] Organización Mundial de Comercio. Se funda en 1993 durante la Ronda Uruguay como reemplazo al GAAT y
aumentando sus atribuciones.
[3] Restricción temporal a la importación de un producto por amenazar gravemente la producción local.
[4] Ronda de negociaciones llevadas adelantes entre 1986 y 1993.
[5] Si bien desde la década del ´60 buena parte de la producción industrial se ha deslocalizado a Asia, siguen siendo las
empresas radicadas en los países centrales las que controlan la producción y acaparan las tareas de mayor valor
agregado.
[6] Consisten en imponer aranceles extraordinarios o prohibir las importaciones de determinado producto y origen
acusando que el país exportador se encuentra vendiendo a un precio inferior al de producción a fines de ganar mercados.
[7]http://revele.uncoma.edu.ar/htdoc/revele/index.php/cuadernos/article/view/1091/1131
[8] https://www.lanacion.com.ar/1982698-macri-y-temer-se-comprometieron-a-derribar-las-barreras-comerciales
[9] https://www.un.org/development/desa/dpad/publication/situacion-y-perspectivas-de-la-economia-mundial-2018-
resumen/
http://www.celag.org/libre-cambio-vs-proteccionismo-doble-estandar-los-paises-desarrollados/

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