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Tracy D. VanWynGaarden
29 de marzo, 2002
Anatema
Esta condena es la visión actual propuesta por aquellos que se autodenominan post-
milenialistas teonómicos, y que a la misma vez son preteristas parciales. No todos los prete-
ristas parciales han adoptado este punto de vista públicamente. Por lo tanto, sería impropio
referirse a todos los preteristas parciales como si hayan adoptado esta visión del preterismo.
Sin embargo, dado que esta acusación de “herejía condenable” se originó a partir de aquellos
dentro de sus filas, me referiré a quienes han presentado esta acusación contra los preteristas
como preteristas parciales o postmilenialistas teonómicos.
¿Por qué los preteristas parciales cambiaron su posición y tomaron una visión tan
aguda contra el preterismo? ¿Por qué han roto con la aceptación histórica de la iglesia de la
visión preterista como una opción viable y no condenable en el estudio de la escatología?
¿Por qué buscan excomulgar a aquellos que históricamente, desde la Reforma, han sido con-
siderados como “hermanos”? Esencialmente, al hacer esto, buscan distinguirse a sí mismos y
su visión parcialmente preterista de la profecía de aquellos que tienen una visión preterista
1
La visión de que toda la profecía bíblica se cumplió en el año 70 DC (véase Lc. 21:22).
2
Esta era la opinión de hombres notables como C. H. Spurgeon. Ver más en este enlace.
1
completa.
2
condenatorias, me temo que tanto los preteristas completos como los preteristas parciales
sufrirán los efectos perjudiciales de la lucha y la división. Espero que los preteristas parciales
lleguen a ver que sería beneficioso para ambos campos preteristas detener los anatemas.
La base sobre la cual los preteristas parciales han acusado a los preteristas completos
de herejía han sido los credos ecuménicos. Puesto que los credos ecuménicos se refieren a
la Segunda Venida, la resurrección de los muertos y el juicio de los vivos y de los muertos
como futuros, y los preteristas completos afirman que estos tres eventos ya han tenido cum-
plimiento en el pasado, los preteristas completos se desvían de los credos ecuménicos. Se
dice que esta desviación es lo que “condena” a los preteristas completos. Sin embargo, debe
verse que los preteristas completos creen 100 % en los eventos mismos y la ocurrencia de
estos eventos. Es la naturaleza y el tiempo de estos eventos lo que levanta un problema.
Sproul ha observado que la posición preterista completa “es recibida por los preteristas
parciales con el cargo de herejía y heterodoxia. Los preteristas completos están de acuerdo en
que sus puntos de vista se apartan de la ortodoxia credal, pero insisten en que no se apartan
de la ortodoxia bíblica”. Sin embargo, creo que va demasiado lejos al decir: “Ambas partes
están de acuerdo en que, en el análisis final, la prueba de la ortodoxia debe ser la Biblia, no
los credos”.4
Inconsistencia hermenéutica
3
Gentry ha declarado que “cuando un pasaje contextualmente definido se aplica a los even-
tos del 70 DC, los hiperpreteristas [preteristas completos] tomarán todos los pasajes con un
lenguaje similar y los aplicarán, también, al 70 DC. Pero esta similitud no implica identi-
dad... Sostengo que los pasajes que delimitan específicamente el marco temporal mediante
indicadores de tiempo (tales como “esta generación”, “en breve”, “pronto”, “cerca” y términos
similares) deben aplicarse al 70 DC, pero los pasajes que suenan de forma similar pueden o
no aplicarse de ese modo”.5
En la declaración anterior, Gentry está intentando inducir a error al lector para que
piense que la resurrección de los muertos y el juicio de los muertos no aparecen con indi-
cadores temporales adjuntos a ellos en las Escrituras. Esto no es verdad, como veremos en
un momento. Dado que los indicadores temporales aparecen en los pasajes de resurrección
y juicio definidos contextualmente, es evidente que él no sostiene que TODOS “los pasajes
que delimitan específicamente el marco temporal mediante indicadores de tiempo... deben
aplicarse al 70 DC”. Solo ALGUNOS pasajes con indicadores temporales se pueden aplicar,
o todos los pasajes excepto los de la resurrección de los justos e injustos y el juicio de los vivos
y los muertos.
Gentry afirma que la presencia de indicadores temporales tales como “cerca”, “pronto”
y “en breve”, “abre la cuestión del significado del evento esperado, no de la significancia tem-
poral” de los indicadores temporales mismos.6 El uso de Pablo del verbo temporal “mello”
en Hechos 24:15, de que “ha de haber [Lit.está a punto de haber (Gr. mello)] resurrección de
los muertos, así de justos como de injustos” y la declaración de Pedro de que Dios estaba
“preparado [i.e., ‘listo’] para juzgar a los vivos y a los muertos” (1 Ped. 4:5) deberían no ser tra-
tados de ninguna otra manera que el resto de las escrituras que Gentry cita con aprobación
como teniendo una aplicación preterista. De hecho, según el propio argumento de Gentry,
el uso de tales declaraciones temporales “abre el significado del evento esperado”.
4
“Nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la ve-
nida del Señor”
La declaración de Pablo de que “os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros
que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que
durmieron”, ha sido interpretado por los preteristas de la misma manera en que interpreta-
mos las palabras de Jesús en Mt. 16:27-28:
“Porque el Hijo del Hombre vendrá [mello] en la gloria de su Padre con sus án-
geles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. De cierto os digo que
hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto
al Hijo del Hombre viniendo en su reino”.
En ambos pasajes se dice que la “venida del Señor”, o la “venida del Hijo del Hombre”,
tendrá lugar antes de que todos hayan “gustado la muerte”, o que todos hayan “dormido”.
La similitud obvia es convincente, no solo para los preteristas completos, sino también para
otros que no tienen ninguna prerrogativa de probar el preterismo, incluso entre los liberales
que dudan de la autenticidad de los dichos de Jesús. E. P. Sanders hizo la observación de
que “el tema general de una figura celestial que viene con ángeles es muy temprano, y muy
posiblemente se remonta a Jesús. La evidencia más temprana es 1 Tes. 4:15-17”. Pablo escribe
que es [según la] “palabra del Señor” que...
“Nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no
precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando,
con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos
en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al
Señor en el aire...” (1 Tes. 4:15-17).
Sanders continúa diciendo: “Las similitudes entre este pasaje y las representaciones
sinópticas del Hijo del Hombre que viene con ángeles, acompañado por el sonido de una
trompeta, mientras que algunos todavía están vivos (Mt. 24:30s y par.; Mt. 16:27s y par.), son
tan cercanas que es difícil evitar la conclusión de que ambos reflejan una tradición que, antes
de Pablo, ya se le atribuía a Jesús. Las similitudes entre Pablo y Mateo son muy llamativas,
porque solo Mateo tiene una trompeta (24:31). Pero incluso sin esta frase, las relaciones son
cercanas”.7
5
escritor preterista, “Israel no tiene el monopolio de la ceguera”.
¿Van a presentar los preteristas parciales estos mismos argumentos gastados, argu-
mentos que intentan explicar la no ocurrencia de la cosecha inminentemente esperada? Es-
cucha a Jesús sobre el asunto: “¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue
la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para
la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna...” (Jn. 4:35-36). Indepen-
dientemente de la interpretación que Gentry y sus compañeros insistan en colocar sobre el
significado del “fin del siglo” en Mt. 13, la realidad es que la cosecha estaba madura en el
primer siglo y, por lo tanto, está temporalmente condicionada.
8
Ladd, A Theology of the New Testament, pág. 362.
9
Ibid., pág. 362.
6
Dualismo escatológico
Cuando los preteristas parciales afirman que las Escrituras del Nuevo Testamento es-
peran dos venidas, dos desapariciones del cielo y la tierra, dos nuevas creaciones, dos juicios,
dos fines del siglo, etc., deben o bien minimizar la expectativa cercana de la redención con-
tenida en estos pasajes o minimizar la significancia consumativa de la expectativa cercana,
o a veces ambas cosas. En su mayor parte, minimizan la significancia consumativa de la re-
dención/salvación entregada a los santos en el año 70 DC, cuando el Hijo del Hombre vino
“sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria”, colocando la “consumación” en una futura
venida post 70 DC del Hijo del Hombre “en gloria” y “con las nubes”.
A pesar de que Gentry afirma que su “comprensión preterista del Apocalipsis... ex-
plica el enorme cambio redentivo-histórico de la economía del Antiguo Pacto al Nuevo”,10
las implicaciones redentivas del preterismo parcial postmilenialista y teonómico es, en últi-
ma instancia, futurista. Esto significa que no importa cuán “enorme” se describa el cambio
histórico-redentivo que tuvo lugar en el año 70 DC, no cumplió completamente con la ex-
pectativa del Antiguo y Nuevo Testamento de un cambio consumado de resurrección. El
pecado todavía tiene su lugar en el cuerpo de Cristo (que es Su iglesia). Aunque es proba-
ble que nieguen esto, para ellos la muerte todavía tiene su aguijón, que es el pecado (1 Cor.
15:54), mientras “esto mortal” no se haya “vestido de inmortalidad” (1 Cor. 15:54). La sepa-
ración de la redención en dos categorías (i.e., el alma ahora vs. el cuerpo más adelante) no los
libra de este problema: “¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo” (1 Cor.
6:14)?
7
70 DC porque Jesús dijo que vendría “pronto”, antes de que “algunos de los que están aquí...
[gustaran] la muerte” (Ap. 22:12; Mt. 16:28). Sin embargo, para ellos, el “pago” que Jesús le dio
a “cada uno” no cumple la recompensa de Mateo 25. La mayoría de los preteristas parciales
ven Mateo 25 como refiriéndose, no al año 70 DC, sino más bien a una futura venida corporal
de Cristo que terminará la historia. En Mateo 25 Jesús dijo que “cuando el Hijo del Hombre
venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él” (v. 31), entonces recompensaría a las
ovejas con su herencia (“Heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del
mundo”, v. 34), que es también “la vida eterna” (v. 46).
Sin embargo, la recompensa que los santos en Cristo buscaban, y recibirían, era na-
da menos que “inmortalidad” y/o “vida eterna” (v. 5). La “inmortalidad” que ellos buscaban,
“perseverando en hacer bien”, era nada menos que la expectativa de la “transformación” con-
sumada en la que “esto mortal se haya vestido de inmortalidad” (1 Cor. 15:54). Y la “vida
eterna” asociada con “el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios” era nada
menos que lo que Jesús dijo que pertenecería a Sus ovejas cuando Él viniera (Mt. 25:31, 36).
11
North, “Full Preterism: Manichean or Perfectionist-Pelagian?”, en este enlace.
8
¿Puede haber alguna duda de que Pablo tenía en mente “la venida del Hijo del Hombre”
en el año 70 DC? ¿Qué preterista parcial enseña un futuro “día de la ira” (v. 5), “tribulación”,
“angustia” (v. 9) y “juicio” (vv. 2, 3, 5, 12, 16) para aquellos “bajo la ley”, o sea, los judíos (Rom.
2:12)? No sé de ninguno. De hecho, ellos afirman que todas las profecías acerca de la “ira
sobre este pueblo” (los judíos, Lc. 21:23) se cumplieron en el año 70 DC.
Además, Pablo dice que este “día de la ira” es “EL día en que Dios juzgará por Jesucristo
los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio” (Rom. 2:16). Según el evangelio de
Pablo, solo hay UN día en que Dios “juzgaría los secretos de los hombres por medio de
Cristo Jesús”. ¡Los preteristas parciales deben tener al menos DOS días! En consecuencia,
este ÚNICO día en que “Dios juzgará por medio de Jesucristo los secretos de los hombres”
es también el ÚNICO día en que “todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo,
para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno
o sea malo” (2 Cor. 5:10).
La esperanza escatológica de los santos del Antiguo Testamento y los santos del Nuevo
Testamento está enraizada en dos puntos redentivos focales. En las Escrituras, los dos puntos
focales escatológicos, que abarcan el cumplimiento completo del plan redentor de Dios, son
la cruz/resurrección y la Segunda Venida. Estos dos puntos focales marcan la “consumación
de los siglos”. Como el autor de Hebreos notó, “pero ahora, en la consumación de los siglos,
se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el
pecado. [...] Ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda
vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” (Heb. 9:26, 28).
9
En otras ocasiones, se ve la expectativa de un día futuro, cuando se realizaría la espe-
ranza escatológica: “Ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creí-
mos”, “nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la
redención de nuestro cuerpo”, “preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus
enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte” (Rom.
13:11; 8:23; 1 Cor. 15:25-26). Sin ninguna duda, el punto focal orientado al futuro es la Se-
gunda Venida de Cristo (Heb. 9:28).
El problema evidente en el sistema preterista parcial es que las Escrituras nunca dupli-
can los eventos escatológicos. En las Escrituras, los dos puntos focales son la cruz/resurrec-
ción y la Segunda Venida. Pero estos dos eventos escatológicos NUNCA se duplican. Así
como “ahora, en la consumación de los siglos, se presentó UNA VEZ para siempre por el
sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado” y, “de la manera que está estable-
cido para los hombres que mueran UNA SOLA VEZ”... “así también Cristo... aparecerá por
segunda vez”, solo UNA VEZ, “para salvar a los que le esperan”.
Una esperanza
Para los preteristas parciales, la “salvación preparada para ser revelada en el último
tiempo” (1 Ped. 1:5) no puede equipararse con la que se recibió “ya” antes del año 70 DC
porque, para ellos, la salvación “presente” se contrasta con la “futura” resurrección corporal
(la redención del cuerpo). Para ellos, la salvación “presente” ya estaba completa antes del año
70 DC tanto como corresponde al “espíritu” o “alma” del hombre. Mientras que la expectativa
“futura” será igualmente completa en la medida en que se refiere al “cuerpo” del hombre que
va al “polvo de la tierra”.
En esta construcción, los preteristas parciales no tienen lugar para la significancia re-
dentiva de obtener “redención” (Lc. 21:28), “salvación” (1 Ped. 1:5) o “la herencia eterna” (Heb.
9:15) en 70 DC. En su opinión, lo que se equipare con el 70 DC no puede ser más que un
aspecto progresivo del reino y no el aspecto consumativo del reino. Por lo tanto, los santos
del primer siglo no podrían haber esperado la redención consumada en el año 70 DC.
Sin embargo, Pedro instruyó a la iglesia a “[esperar] por completo en la gracia que se
os traerá cuando Jesucristo sea manifestado” (1 Ped. 1:13). ¿Por qué Pedro le diría a la iglesia
que estableciera su expectativa futura de “[esperar] COMPLETAMENTE en la gracia que se
os traerá cuando Jesucristo sea manifestado” en el año 70 DC si el año 70 no cumpliría con
su expectativa de “esperanza” futura COMPLETAMENTE?
Debería ser obvio que “la venida del Hijo del Hombre” en 70 DC, o la “revelación
de Jesucristo”, cumplió COMPLETAMENTE, de hecho, la expectativa de futura redención
enraizada en las profecías escatológicas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento.
Debería ser obvio que TODA la esperanza futura estaba dirigida a la única “revelación de
Jesucristo” que ocurrió en el año 70 DC —no en alguna supuesta futura venida de Cristo
post 70 DC en un supuesto fin de la historia humana. El 70 DC era el tiempo para el cumpli-
10
miento de la consumación, no simplemente “un aspecto progresivo del reino” desprovisto
de significancia consumativa.
¿Qué escrituras usan los preteristas parciales para respaldar su continuación de la era
pre-consumativa después del año 70? ¿Qué escrituras se refieren al fin de la historia humana?
¿Qué pasajes de las Escrituras tratan sobre la consumación de la redención? Si las Escrituras
CLARAMENTE se refieren a dos eventos, ambos llamados “la venida del Hijo del Hombre”,
uno que consuma la era del Antiguo Pacto, y el otro que consuma la historia de la tierra,
esperaríamos que aquellos que afirman tales nociones se pongan de acuerdo el uno con el
otro sobre qué escrituras se aplican a cuál “tiempo del fin”.
Sin embargo, esto simplemente no es el caso. De hecho, existe un alto grado de di-
vergencia entre los preteristas parciales en cuanto a qué pasajes se refieren al 70 DC y qué
pasajes se refieren al supuesto “fin de la historia de la tierra”. Para empezar, veremos cómo
los preteristas parciales han interpretado la historia redentora y el significado del término
“últimos días”.
Todos los preteristas parciales afirman que la historia de la tierra terminará en la su-
puesta futura Segunda Venida, que será acompañada de la resurrección de los justos y los
injustos y el juicio de los vivos y los muertos. Se afirma por parte de los preteristas parciales
que el “fin del siglo” que se produjo en el año 70 DC cuando “el Hijo del Hombre [vino] en
la gloria de su padre, con sus santos ángeles [para] pagar a cada uno según sus obras” (Mt.
16:27-28; 24:3), no fue acompañada de la resurrección y el juicio. Dado que, para ellos, el
70 DC no fue testigo del cumplimiento de la redención corporal (la resurrección), cualquier
“historia” que haya llegado a su fin en el año 70 DC debe distinguirse de la historia de la
tierra, porque la historia de la tierra, obviamente, continuó más allá del 70 DC.
Comenzando con el pacto entre Dios y Adán, Gentry traza lo que él llama el “flujo
histórico-redentivo del postmilenialismo” a través de la historia hasta que se logra la victoria
mesiánica en la historia. Refiriéndose a Génesis 3:15, Gentry afirma que...
11
focal de la mujer aparece en la historia (el Cristo histórico, que es la encarnación
del Creador trascendente, Jn. 1:1, 3-14). [...] Los postmilenialistas enfatizan el
aplastamiento pactal de Satanás en la historia en la primera venida de Cristo,
con sus resultados desarrollándose progresivamente en la historia, en el plano
de la rebelión original de Adán, la lucha consecuente de Satanás y la intrusión
de Cristo en la encarnación. El protoevangelio promete en forma de semilla
(sin juego de palabras) la victoria de Cristo en la historia, así como la Caída y
sus efectos están en la historia. La caída del primer Adán será superada por el
levantamiento del segundo Adán. Dios no abandona la historia”.12
Mucho de lo que Gentry ha dicho arriba lo afirman los preteristas completos. La única
diferencia entre los preteristas completos y los preteristas parciales es que los preteristas
parciales creen que la caída del primer Adán NO ha sido superada aún por el levantamiento
del segundo Adán, mientras que los preteristas completos creen que los cristianos, HOY, han
vencido la caída de Adán POR COMPLETO a través del histórico “levantamiento” de Cristo
y Su aparición “por segunda vez... para salvar” (Heb. 9:28).
Es cierto que los preteristas parciales creen que Cristo mismo ha vencido los efectos
de la caída de Adán “en la historia”, pero finalmente, según su interpretación futurista de la
resurrección de los muertos y la Segunda Venida, los cristianos de hoy aún no han superado
los efectos del pecado original de Adán. De hecho, según su interpretación del “fin” en 1 Cor.
15:24, los que están “en Cristo” nunca obtendrán la victoria de Cristo sobre el “pecado” de
Adán y sus efectos (la muerte) en la historia, porque, en su punto de vista, la resurrección
debe ocurrir al final de la historia de la tierra.
12
Sin embargo, la victoria mesiánica, “cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y
potencia”, la derrota del “último enemigo” que es “la muerte” (1 Cor. 15:24, 26), o cuando la
muerte sea “sorbida en victoria” (v. 54), ocurre en “el fin” (v. 24). Si “el fin” significa el fin de
la historia de la tierra, que también es “historia preconsumativa”, ¿cómo puede vincularse la
victoria mesiánica a la historia preconsumativa? ¿Cómo puede el protoevangelio prometer
la victoria de Cristo “en la historia”? Simplemente no puede, por el simple hecho de que la
victoria mesiánica es consumativa.
Los preteristas completos sí pueden decir con razón que Cristo reina en victoria con
Su iglesia (Su cuerpo) en victoria —cuando que ha suprimido a todos los enemigos. Afirma-
mos que la victoria mesiánica tiene, y continuará teniendo, efectos positivos en la historia
humana porque la historia preconsumacional no se identifica con la historia humana en tér-
minos de historia escatológica. Lo que esto significa es que la historia preconsumacional
y redentiva puede y tiene una expresión propia que se encuentra paralelo a la historia del
tiempo y de la tierra. La evidencia de esto se puede ver en el hecho de que el 70 DC fue el
“fin” o “consumación” de un determinado segmento de la historia, o un “siglo”, que siguió su
curso de principio a fin independientemente, al lado (o dentro), de la historia ordinaria.
Como Gary DeMar correctamente ha observado: “Por lo tanto, la expresión ‘fin del
siglo’ se refiere al ‘fin de la era judía’”.14 Y en este sentido, “una era importante del pacto estaba
a punto de terminar, la era de ‘los padres y los profetas’”.15 DeMar continúa diciendo que “los
últimos días estuvieron en operación en el primer siglo cuando Dios se manifestó en carne
en la persona de Jesucristo... en el año 70 DC los últimos días terminaron con la disolución
del templo y el sistema de sacrificios”.16 Chilton también comentó que “la expresión bíblica
‘últimos días’ propiamente se refiere al período desde el advenimiento de Cristo hasta la
destrucción de Jerusalén en el año 70 DC, los ‘últimos días’ de Israel durante el período de
transición del Antiguo Pacto al Nuevo Pacto”.17 Reconocía que “el significado de la historia
14
DeMar, Last Days Madness: Obsession of the Modern Church, pág. 57.
15
Ibid., pág. 28.
16
Ibid., pág. 28.
17
Chilton, Days of Vengeance, pág. 16, nota al pie.
13
de Israel es traer al Hijo varón, Jesucristo”,18 y que aparte de este hecho, su historia “no tiene
importancia”.19
Estamos completamente de acuerdo con Chilton en estos puntos. Sin embargo, esta-
mos en total desacuerdo con él cuando se refiere a la “era mesiánica” o el “siglo venidero”
en términos temporales. ¿En qué parte de las enseñanzas de Jesús dijo Él que el “siglo veni-
dero” terminaría alguna vez? ¿Dónde enseña la Escritura el fin del Nuevo Pacto? Si Chilton
tiene razón en que el mundo se mueve escatológicamente de la era del Antiguo Pacto de las
tinieblas a la era del Nuevo Pacto de luz, y la era del Nuevo Pacto no contiene la esperanza
escatológica consumada de los santos del Antiguo y Nuevo Pacto, entonces, ¿qué era del pac-
to será testigo del cumplimiento consumado? En la visión de Chilton, la era del Nuevo Pacto
de la luz debe terminar. Para él, la era post 70 DC, la “era del reino” es también el Milenio.
Como tal, exhibe una “naturaleza provisional limitada como una era preconsumacional”.22
La única solución que puede aliviar a los preteristas parciales de su problemático pun-
to de vista de la temporalidad en la era del Nuevo Pacto de Cristo es reconocer que la historia
escatológica es la historia particular de Israel, y no la historia de la tierra. Escatológicamente,
la historia ha terminado. El “siglo venidero” del Nuevo Testamento ya vino. Es tan eterno co-
mo el Señor resucitado. Existe paralelamente a la historia ordinaria de la tierra de la misma
manera que la historia del Antiguo Pacto existió junto con la historia ordinaria de la tierra.
La diferencia es que la redención consumada se ha efectuado en Cristo y puede ser obtenida
libremente por todos los que vienen a Él, en la historia de la tierra, desde el año 70 DC en
18
Ibid., pág. 583.
19
Ibid., pág. 300.
20
Ibid., pág. 300.
21
Ibid., pág. 584.
22
Ibid., pág. 507.
14
adelante.
Como ya lo señalamos, Gary DeMar y David Chilton han reconocido que los últimos
días se refieren exclusivamente al período de transición desde la cruz hasta el año 70 DC.
Sin embargo, no todos los preteristas parciales reconocen esto. Kenneth Gentry cree que los
últimos días se refieren al período de tiempo que se extiende desde la primera venida hasta
la Segunda Venida al final de la historia de la tierra.23
Tenga en cuenta que los preteristas parciales deben tener evidencia bíblica de que la
historia preconsumacional continuó más allá del 70 DC, si es que van a comenzar siquiera
a refutar efectivamente la visión preterista completa. Si no pueden proporcionar evidencia
exegética de que la historia de la redención continuó más allá del año 70 DC, no pueden
“demostrar” una segunda Segunda Venida. Gentry intenta encontrar evidencia para la con-
tinuación de la historia preconsumacional después del año 70 DC en los términos “últimos
días” y “plenitud [o ‘cumplimiento’] del tiempo”. Tal vez haya reconocido la debilidad en el
“dualismo” de DeMar y Chilton, ya que en ninguna parte se puede determinar a partir de las
23
Gentry, Three Views on the Millennium, pág. 134.
15
Escrituras que existan dos conjuntos de “últimos días”.
Sin embargo, la visión adoptada por Gentry, de que “Cristo es el punto central de
la historia, dividiéndolo en dos partes... la era AC y la era DC, entre el pasado (antes de la
encarnación de Cristo) y el presente (después de su encarnación)”,24 no está exento de graves
problemas. El más evidente se puede percibir en el significado de las palabras mismas. El
término escatológico “últimos días” nos viene del Antiguo Testamento. La palabra hebrea
’ajarith (último) denota “la parte más posterior”, o “la parte más alejada” de una cosa. Cuando
se combina con jayamim (días), denota la última parte de los días, o literalmente, el final o
la finalización de los días. El griego ésjatos también debe entenderse como “último” en el
sentido de que representa el punto más avanzado. No denota “último” en el sentido de ser
contrastado con el “primero”, o el “último” con relación al “anterior”.
La forma en que los hebreos entendían y usaban el término ’ajarith se puede ilustrar
con la analogía de un niño al que sus padres le dicen que vaya hasta el final (’ajarith/ésjatos)
de la línea. El niño no piensa en reubicarse en un lugar en algún lugar justo detrás de la
persona del medio. Él no piensa en ningún lugar entre el medio y el final. Él sabe que debe
ir a la parte más lejana, al final. Al forzar que los últimos días signifiquen casi dos mil años
(y aún contando), Gentry claramente ha pasado por alto el significado del término en sí.
Cuando los autores del Nuevo Testamento afirmaban que “los últimos días” estaban
presentes, afirmaban que “el fin” estaba sobre ellos. Desde esta perspectiva, la inminente ex-
pectativa escatológica de los autores del Nuevo Testamento resulta clara: “Hijitos, ya es el
último tiempo” (1 Jn. 2:18), “el mundo pasa” (1 Jn. 2:17), “el tiempo es corto... la apariencia
de este mundo se pasa” (1 Cor. 7:29, 31), “ellos darán cuenta a aquel que está preparado para
juzgar a los vivos y a los muertos... el fin de todas las cosas se acerca” (1 Ped. 4:5, 7), “he aquí,
el juez está delante de la puerta” (Stg. 5:9), “ha de haber [Lit. ‘está a punto de haber’] resu-
rrección de los muertos” (Hch. 24:15), “esperad por completo en la gracia que se os traerá
cuando Jesucristo sea manifestado” (1 Ped. 1:13), “esperando [ansiosamente] la manifesta-
ción de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis
irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo” (1 Cor. 1:7-8).
El término “plenitud del tiempo” [Gal. 4:4] realmente debe interpretarse como medio
lleno en la opinión de Gentry. Si tuviéramos que pensar en el tiempo como un contenedor, y
se dice que el contenedor estaba “lleno”, ¿cómo puede Gentry seguir agregándole otros dos
mil años sin que esto reviente? Cuando Jesús les dijo a los fariseos que ellos “llenaban” la
medida de los pecados de sus antepasados (Mt. 23:32), una generación no pasó antes de que
“[viniera] sobre ellos la ira hasta el extremo” (1 Tes. 2:16). Sin embargo, curiosamente, cuando
se dice que el tiempo ya se había llenado en el primer siglo, Gentry continúa llenándolo con
veinte siglos más. De hecho, ¡el tiempo se está acabando! (un juego de palabras intencionado).
Creo que Gentry está haciendo un desastre que necesita limpiar.
El hecho de que el tiempo estaba lleno es una indicación de que el tiempo para el
cumplimiento consumacional estaba cerca. No hay ninguna manera lógica de evitar esto, y
ciertamente no hay ninguna forma escritural para hacerlo. Bíblicamente, el término “últi-
24
Ibid., pág. 134.
16
mos días”, “plenitud del tiempo” y “consumación de los siglos” se refieren a los últimos días
de la economía del Antiguo Pacto. Abarcan desde el primer advenimiento hasta el segundo
advenimiento en el año 70 DC. El preterismo parcial no recibe ningún apoyo de las Escritu-
ras en su intento de extender la historia preconsumacional más allá del año 70 DC en base
a los “últimos días” o la “plenitud de los tiempos”.
Sproul se equivoca al señalar que es “fundamental para el preterismo” que la frase “el
fin del siglo” se refiera al fin de la era judía “específicamente”. Esto es cierto para el preterismo
completo, pero no para el preterismo parcial. Fundamental para el preterismo parcial es
la afirmación de que el fin del siglo se refiere solo a veces al fin de la era judía (Mt. 24:3).
Otras veces (Mt. 13:46) lo reconoce fundamentalmente como el fin de la historia humana/de
la tierra. Además, DeMar, Gentry y Chilton, todos creen que “los tiempos de los gentiles” en
Lucas 21:24 se refiere al período de “cuarenta y dos meses” mencionado en Apocalipsis 11:2
(la guerra judía contra Roma) o al tiempo durante el cual Jerusalén estuvo bajo el poder de
naciones paganas, desde el tiempo del cautiverio babilónico hasta la caída de Jerusalén en el
año 70 DC.
Esto plantea la pregunta de si “el Nuevo Testamento habla de la era de los gentiles” o
no. Ciertamente hay un “siglo venidero (mello)” en la Escritura del Nuevo Testamento (Mr.
10:30). También es cierto que el siglo “presente” estaba a punto de terminar (1 Cor. 10:11).
Además, que el “el siglo presente” era característicamente “judía”, es decir, caracterizada por
el particularismo judío de la economía del Antiguo Pacto, se puede ver en 1 Corintios 2.
Pablo escribió que...
“Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabi-
duría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos
sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes
de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo
conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de
gloria” (1 Cor. 2:6-8).
25
Sproul, The Last Days According to Jesus, pág. 71.
26
Ibid., pág. 84.
17
La “sabiduría” mencionada por Pablo es “la palabra de la cruz”, que es “poder de Dios”.
Pablo predicaba “a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los
gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabi-
duría de Dios” (1 Cor. 1:23-24). Para Pablo, sin embargo, esta “sabiduría” no es “de este siglo”
(1 Cor. 2:6). Porque la sabiduría y el poder de Dios a través de la cruz son “poderes del siglo
venidero”, que ya estaban “gustando” antes del fin del siglo entonces presente (Heb. 6:5).
Dado que los “poderes del siglo venidero” son evidentes en Cristo crucificado y el
“poder de Dios” que efectúa la salvación, entonces el “siglo venidero” es necesariamente la
era cristiana. Sin embargo, está desprovisto de particularismo, ya sea judío o gentil. No es
“la era de los gentiles”. Pertenece a “los llamados, así judíos como griegos” (1 Cor. 1:23).
Que Pablo se está refiriendo a “este siglo” como la era del Antiguo Pacto es clara en que los
“príncipes de este siglo” fueron los que habían “crucificadon al Señor de la gloria” (1 Cor. 2:8).
Esta es una referencia a los gobernantes judíos (los jefes de los sacerdotes) que exigieron su
crucifixión, no a los romanos (que no encontraron culpa en él). Por lo tanto, ellos estaban
“pasando” con su siglo (1 Cor. 11:15; 1 Cor. 7:31; 1 Jn. 2:17).
Además, espero que aquellos que han estado conmigo hasta ahora pueden ver el sin-
sentido de los preteristas parciales que afirman que las Escrituras CLARAMENTE enseñan
una distinción entre el fin de la era judía y el fin de la historia de la tierra. En su mayor parte,
los preteristas parciales ni siquiera están de acuerdo entre sí sobre qué pasajes relacionar
“claramente” a una supuesta continuación de la historia preconsumacional más allá del año
70 DC. Más tarde demostraremos que esto también es cierto con respecto a qué pasajes ense-
ñan la supuesta “destrucción” del universo físico. El hecho de que no todos estén de acuerdo
muestra que su dualismo escatológico no es tan claro como nos quieren hacer creer, y que
en última instancia, es completamente falso.
18
presencia la desobediencia judía y la conversión gentil; la porción restante del tiempo del
‘ahora’ eventualmente será testigo del regreso de Israel a Dios”.27
Gentry declara que él cree que Romanos 9-11 enseña que “el estado de cosas en el pri-
mer siglo (e incluso hasta el presente) tiene a la mayoría tanto de los gentiles como de Israel
en oposición a Dios. Pero una vez que los gentiles se salven en número completo (en esta era
continua) [que Gentry cree que son también “los últimos días” y “la plenitud del tiempo”],
entonces los judíos regresarán a Dios en su totalidad, y al completar esta “acción de oleada”
el mundo como tal se salvará”.28 Gentry obviamente intenta ver un futuro día de conversión
masiva de Israel más allá del “fin del siglo” en el año 70 DC. Para él, la restauración de “todo
Israel” solo puede ocurrir cuando los gentiles vengan a la iglesia “en número completo”.
Gentry dice que, al llegar la plenitud de judíos y gentiles, “la historia no tiene por qué
27
Gentry, Three Views on the Millennium and Beyond, pág. 135.
28
Ibid., pág. 141.
29
Ibid., págs. 141-142.
19
terminar simplemente porque la raza se salve más de lo que tenemos que morir cuando
somos salvos”.30 Por el contrario, de acuerdo con la visión postmilenial, la historia tiene
que terminar. Si se salvan todos lo que serán salvos, entonces ya no hay más necesidad de
llevar a cabo la gran comisión. Si el número total de todos los llamados y elegidos de la
historia de la humanidad se salva en un número completo, y Cristo está con su iglesia en el
cumplimiento de esa tarea “hasta el fin del siglo”, entonces naturalmente se sigue que para el
postmilenialista el “fin del siglo” (el fin de la historia de la tierra) es el fin de la gran comisión.
Strimple dice acertadamente que en el esquema postmilenial no hay lugar para su “Milenio”
en su interpretación de Romanos 9-11.
Segundo, en Daniel 9:24 se le reveló que “setenta semanas están determinadas sobre
tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y
expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al
Santo de los santos”. Los postmilenialistas preteristas parciales se burlan fuertemente de los
premilenialistas dispensacionales por poner brechas en esta profecía de “setenta semanas”.
Los premilenialistas dispensacionales creen que sesenta y nueve de estas semanas se cum-
plieron consecutivamente hasta la cruz. Luego desconectan la última semana (siete años) e
insertan la edad de la iglesia. Y creen que la profecía se reanudará en el futuro, siendo testigo
de la Gran Tribulación y la Segunda Venida (Mt. 24), que conduce a la era del Milenio.
Gary DeMar ha dicho: “No hay ninguna garantía bíblica para detener la profecía de
Daniel de las setenta semanas después de la semana sesenta y nueve. La idea de separar y co-
locar una brecha indefinida entre los dos conjuntos de semanas es una de las interpretaciones
más injustificadas y no literales de la Escritura hallada en cualquier sistema escatológico. Esta
interpretación es enseñada por aquellos que insisten en una hermenéutica literal”.31 Gentry
también ha señalado que “la conveniente y sorprendente imposición de enormes brechas de
tiempo en la profecía, como... en Daniel 9, donde la brecha se extiende desde el ministerio de
Cristo hasta la futura Gran Tribulación —a pesar de que Daniel proporciona una cuidadosa
y unificada medida de ‘setenta semanas’—, es un problema teológico para el premilenialismo
dispensacional.32
30
Ibid., pág. 141.
31
DeMar, Last Days Madness, pág. 77.
32
Gentry, Three Views on the Millennium, pág. 255.
20
A pesar de su opinión de que Daniel 9 no contiene brechas, su interpretación de la fu-
tura resurrección de todo Israel necesariamente lo requiere. De hecho, DeMar (sin saberlo)
reconoce que “esta interpretación es enseñada por aquellos que insisten en una hermenéu-
tica literal”. Los preteristas parciales insisten en una hermenéutica literal cuando se trata de
la Segunda Venida, la resurrección de los muertos y la desaparición del cielo y la tierra al
final de la historia humana. Aunque no enseñen una teoría de la brecha, su teología necesa-
riamente lo requiere en cuanto a que el pecado nunca puede ser completamente erradicado
hasta la resurrección corporal.
Pablo es claro en este asunto. El “último enemigo” es “la muerte”. Y solo “cuando esto
mortal se haya vestido de inmortalidad” la muerte puede ser “sorbida en victoria”. “Ya que
el aguijón de la muerte es el PECADO, y el poder del pecado, la ley”. Por lo tanto, para que
la determinación de “poner fin al pecado” se cumpla para “tu pueblo” (Israel) durante las
setenta semanas unificadas, la resurrección debe ser necesariamente un evento pasado. La
“resurrección” de “todo Israel” se puede ver en Daniel 12. No es coincidencia que esté ligada
al tiempo en que “sea quitado el continuo sacrificio” (v. 11). El sacrificio regular por el pecado
ya no era necesario debido al sacrificio de Cristo. El cumplimiento del Día de la Expiación en
la Segunda Venida de Cristo (el sacerdote regresa del interior del santuario después de hacer
expiación por el pueblo, Heb. 9ss) evidencia el “fin del pecado” determinado para “tu pueblo”
en la profecía de las setenta semanas de Daniel. Esta es la razón por la cual Pablo identificó el
momento en que “todo Israel será salvo” cuando “vendrá de Sion el Libertador, que apartará
de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados” (Rom.
11:26-27). El pecado de Israel es quitado (puesto a su fin) en la Segunda Venida.
Además, debe verse que Pablo trató con “su transgresión” como lo que efectúa la salva-
ción de los gentiles. Es cierto que él está pensando en términos de la cruz. Pero su “transgre-
sión” no termina aquí. Para Pablo, el “endurecimiento” de Israel está ligado a su transgresión.
Y hasta que ese endurecimiento se levante, los judíos serían transgresores.
“... Por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos.
Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los
gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? [...] Porque si su exclusión es la re-
conciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?”
(Rom. 11:11-12, 15)
21
El Milenio
Los “mil años” en Apocalipsis 20:2 es probablemente el único pasaje que los preteristas
parciales concuerdan que se refiere a la era cristiana posterior al año 70 DC como una “era
de preconsumación”. Todos los preteristas parciales coinciden en que los “mil años”, que
incluyen la “atadura de Satanás” y el “volver a la vida/reinado” de los santos “con Cristo”,
abarcan el período de tiempo que va desde el primer advenimiento hasta algún tiempo en
nuestro futuro, poco antes del fin de la historia de la tierra.
Los preteristas completos concuerdan con su punto de vista de que el Milenio comen-
zó en el primer siglo cuando Jesús “ató al hombre fuerte” y “saqueó sus bienes” (expulsó a
los demonios). También estamos de acuerdo con ellos en que el reinado de los santos “con
Cristo” tiene lugar en la era final preconsumacional. Simplemente estamos en desacuerdo
con ellos en que esta era preconsumacional haya continuado más allá de la “venida del Hi-
jo del Hombre” en el año 70 DC (Mt. 16:27-28; 24:3, 34). En mi opinión (que es el punto
de vista preterista completo más común), los “mil” años comenzaron cuando Jesús “ató al
hombre fuerte” y se completaron cuando Satanás fue “liberado de su prisión” al comienzo
de la guerra judía (Ap. 9:1-11). El “corto tiempo” de la liberación de Satanás de su prisión es
la “gran tribulación” que Jesús dijo sería “acortado”. La influencia engañosa de Satanás sobre
las naciones para “reunirlas para la batalla” se atestigua en la batalla por Jerusalén con los
santos entrando en la nueva Jerusalén.33
“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás
destruido... permanecerá para siempre” (Dan. 2:44).
“... Su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será des-
truido” (Dan. 7:14).
33
Para obtener más información sobre mi punto de vista sobre el Milenio, consulte mi artículo titulado
“Some Problems with Premillennial Preterism”, en este enlace.
22
“... Cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán” (Dan.
7:27).
“Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre
su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para
siempre...” (Is. 9:7).
Aunque Gentry no lo diga abiertamente, ¡él cree que esta era mesiánica llegará a su
fin! Recuerde que para los preteristas parciales, la era mesiánica, el orden del Nuevo Pacto
y el Milenio son todos uno y lo mismo, representando “los últimos días” o la “historia pre-
consumacional”. Como tal, DEBE terminar para que sea reemplazado por una era que pueda
proporcionar la redención consumada. Para mostrar que no me equivoco en esto, lea por
usted mismo:
23
reemplazar, lo que Él murió para establecer! ¿Quién puede creer esta tontería? ¡Los preteristas
parciales!
También debe verse que, además de los problemas que tiene para reconciliar sus pun-
tos de vista “futuristas” de la salvación de Israel con la profecía de las setenta semanas de
Daniel (como el dispensacionalismo), también tiene que alinearse con los dispensacionalis-
tas en otro asunto. Gentry critica la visión del dispensacionalismo de que “la era del Milenio
[es vista] como un reemplazo completo de las condiciones actuales en la tierra por un nue-
vo orden mundial a escala global y multinacional”.35 Aunque no es el “Milenio” con lo que
Gentry reemplaza la presente “creación del Nuevo Pacto”, existe una concordancia mani-
fiesta entre sus puntos de vista y los del dispensacionalismo.
Desde nuestro punto de vista, que es el punto de vista de las Escrituras, todo lo que
Cristo estableció en el primer advenimiento siempre responde a la expectativa escatológica
del Antiguo Testamento y es eterno.
24
la única resurrección, el único juicio y la única esperanza. ¿No califica esto como “diplopía
escatológica”? Los puntos de vista de Gentry aparentemente tienen mucho en común con el
dispensacionalismo.
La admisión de Gentry de que el “nuevo cielo y nueva tierra” en Apocalipsis 21:1 co-
menzó en el año 70 DC es equivalente a la escatología cumplida. Sus maniobras exegéticas
son un espectáculo digno de ver. Déjeme mostrarle lo que hace Gentry. En Apocalipsis 21
Juan dice que vio “un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera
tierra pasaron”. Gentry admite que el nuevo cielo y la nueva tierra se manifestaron plena-
mente en el año 70 DC. Pero Juan dice que en este momento el “primer cielo y la tierra”
habían pasado. ¡En lugar de retroceder solo CINCO VERSÍCULOS a Apocalipsis 20:11 para
encontrar el significado del “cielo y la tierra” que pasaron, Gentry debe irse a otra parte! ¿Por
qué es esto? Porque sus limitaciones teológicas, de hecho credales, no se lo permiten.
Apocalipsis 20:11 relata que Juan vio “un gran trono blanco y al que estaba sentado
en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos”.
Continúa diciendo que vio “a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios... y fueron
juzgados los muertos...” (v. 12). Luego, cuando Juan termina de relatar el juicio de la vieja
creación, dice: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera
tierra pasaron” (21:1). ¡El cielo y la tierra que pasaron en 21:1 son OBVIAMENTE el mismo
cielo y la misma tierra que pasaron en 20:11! Me gustaría ver, por escrito, la razón de Gentry
para maniobrar en torno al “paso del cielo y la tierra” en 20:11 para encontrar el significado
del “paso del cielo y la tierra” en 21:11, ¡ya que estoy seguro de que sería gracioso! En serio,
este es el tipo de trabajo exegético que Gentry aplica a la Palabra de Dios. No me refiero
a que demuestre voluntariamente una irreverencia por las Escrituras, pero estoy diciendo
que su interpretación refleja su opinión teológica en más casos que el significado mismo de las
Escrituras.
Además del hecho de que el significado del cielo y la tierra en 21:1 (que pasó) es ló-
gicamente el mismo que el significado del cielo y la tierra en 20:11, Juan parece comparar
explícitamente la “nueva creación” con la que desapareció en 20:11. La creación que pasó
en 20:11 tenía un “mar” del cual los muertos fueron llamados, mientras que Juan dice que la
nueva creación ya no tiene “mar” (cf. 20:13; 21:1). En el juicio de la vieja creación, la muer-
te “[entregó] los muertos que había en [ella]” y fue “[lanzada] al lago de fuego”. A modo de
comparación, en la nueva creación “ya no habrá muerte” (cf. 20:13-14; 21:4). Gentry ob-
serva acertadamente que “la venida de la nueva Jerusalén desde el cielo... lógicamente debe
seguir pronto después de la destrucción de la antigua Jerusalén de la tierra... en lugar de es-
perar miles de años”.38 ¿No debería este mismo razonamiento también aplicarse a la nueva
creación? De hecho, se debería. La nueva creación, donde “ya no habrá muerte”, lógicamente
debe seguir a la destrucción de la antigua creación donde “reinó la muerte” (Rom. 5).
38
Gentry, Four Views on the Book of Revelation, pág. 87.
25
La mayoría de los preteristas parciales ven un “paso del cielo y la tierra” en el año 70
DC, pero duplican este evento y aplican su “gemelo genético” al supuesto fin de la historia.
Chilton ve el paso del cielo y la tierra en 70 DC en el lenguaje de la de-creación en el discurso
de los Olivos (incluyendo las palabras del v. 35, “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras
no pasarán”); 2 Ped. 3:10, “la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”; Heb. 12:27,
“Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas”;
Ap. 6:14, el lenguaje de la de-creación, “Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se
enrolla”; y en Ap. 21:1, “el primer cielo y la primera tierra pasaron”.
Gentry está de acuerdo (según entiendo) con todo esto, excepto en Mateo 24:35 y 2
Pedro 3:10. Sobre 2 Pedro 3:10, Gentry dice que “encontramos una revelación sobre la nueva
creación consumada en 2 Ped. 3”.39 Esta es una afirmación extraña por dos razones. Primero,
si él está en lo correcto, entonces este es el único lugar en toda la Biblia que enseña “literal-
mente” que el cielo y la tierra pasarán. En segundo lugar, Pedro declara explícitamente que
estaba “[despertando] con exhortación vuestro limpio entendimiento, para que tengáis me-
moria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento
del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles” (3:1-2). Esto parece indicar que les estaba
recordando sobre el paso de los cielos y la tierra que previamente se había revelado a los pro-
fetas. Él estaba exponiendo una verdad previamente revelada contenida en las declaraciones
proféticas del Antiguo Testamento.
Esto es significativo por dos razones. Primero, esta no puede ser una nueva revela-
ción sobre el paso y la llegada de una nueva creación. Como tal (según el punto de vista de
Gentry), no hay ninguna “nueva” revelación de una supuesta nueva creación “literal” (o una
desaparición de la vieja creación) que no sea la que no es literal, y por lo tanto cumplida
en 70 DC. En segundo lugar, es casi seguro que Pedro tiene en mente las palabras de Isaías
(65:17-18) —palabras que Gentry cree que son cumplidas en el orden de la nueva creación
que comenzó en el año 70 DC.
¿Por qué la escena del juicio en Apocalipsis 20 debe ser necesariamente futurista? Pa-
blo escribió que Dios estaba “[a punto de (mello) juzgar] a los vivos y a los muertos” en “su
manifestación” (2 Tim. 4:1). En su defensa ante Félix, Pablo afirmara que “[está a punto de
haber] resurrección de los muertos, así de justos como de injustos” (Hch. 24:15). Pedro es-
cribió que los malvados en su tiempo “[darían] cuenta al que está preparado [Lit. listo] para
juzgar a los vivos y a los muertos” (1 Ped. 4:5). Estos pasajes parecen indicar que el juicio
de los vivos y los muertos, los justos y los injustos, así como la resurrección de los muertos,
eran considerados por Pablo y Pedro como cercanos. Nos quedamos preguntándonos por
qué las profecías con indicadores de tiempo tan claros no reciben el mismo trato por parte
de Gentry, ya que Gentry trata multitud de otros pasajes de las Escrituras de esa manera.
Gentry, que reconoce que el libro de Apocalipsis utiliza con frecuencia recapitulacio-
nes, de alguna manera no ha reconocido que la escena del juicio en Apocalipsis 20:11 es
insinuada antes en Apocalipsis en contextos que él mismo reconoce que tienen aplicación
al año 70 DC. En Apocalipsis 20:11 es de delante (presencia, o parusía) de Cristo, quien se
sienta en el trono, que el cielo y la tierra huyeron. En Apocalipsis 6:14-16 es “del rostro (pre-
39
Gentry, Three Views on the Millennium and Beyond, pág. 131.
26
sencia, o parusía) de aquel que está sentado sobre el trono” que “el cielo se desvaneció como
un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar”. Estos dos
eventos son idénticos. Sin embargo, Gentry nos haría creer que esto es meramente “simili-
tud de lenguaje que no requiere identidad”. Aunque Gentry está en lo correcto en principio,
parece muy poco probable que Juan, que con frecuencia emplea recapitulaciones, o la reapa-
rición de imágenes de los mismos eventos (como Gentry acepta y enseña), esté revelando dos
eventos distintos separados por miles de años.
Además, en Apocalipsis 11:15-19, cuando suena la séptima trompeta, “los reinos del
mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los
siglos”. Este es el cumplimiento de la entrega del reino al Padre, “cuando [Cristo] haya su-
primido todo dominio, toda autoridad y potencia” (1 Cor. 15:24). Esto se logró a través del
reinado preconsumacional de Cristo, “has tomado tu gran poder, y has reinado” (Ap. 11:17).
Esto es importante de ver. Es debido al oficio real de Cristo (“has reinado”) que “los reinos
del mundo han venido a ser de nuestro Señor [el Padre] y de su Cristo”. Esta es una secuencia
de eventos que demuestra que 1 Corintios 15:24 se refiere a que Cristo entregaría el reino
al Padre en “el fin”, en relación con la resurrección de los muertos. Los reinos que antes eran
“del mundo” han sido conquistados por medio del reinado de Cristo. Como dijo Pablo, “pre-
ciso es que él [Cristo] reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies”
(1 Cor. 15:25). Habiendo logrado esto en Apocalipsis 11:15, “los reinos” que antes eran “del
mundo” ahora es “de nuestro Señor y de su Cristo”. Cristo es ahora “el soberano de los reyes
de la tierra” (Ap. 1:5), por lo tanto, “se airaron las naciones” (11:18). La tierra/mundo/reino
es entregado al Padre, de lo contrario no sería “de nuestro Señor y de su Cristo”. El preterista
parcial futuriza 1 Corintios 15 y preteriza Apocalipsis 11. Sin embargo, desde la perspectiva
de Apocalipsis 11, lo que 1 Corintios 15 dice que será entregado al Padre ahora es la posesión
del Padre. Ya se ha convertido en Su reino.
27
completa de la era del Antiguo Pacto. Como tal, ¿cómo podría el pueblo histórico de Israel
ser verdaderamente vindicado aparte del juicio (según sus obras) de los perseguidores del
Antiguo Testamento de los profetas del Antiguo Testamento? De hecho, hay mucho mérito
en la observación de Chilton de que “la palabra juicio, cuando se usa para el pueblo de Dios,
generalmente significa vindicación y venganza en su nombre”.40 Solo agregaría que también
puede significar la recepción de la recompensa de los justos. Sin embargo, en el contexto
de Apocalipsis 11:18 el juicio de los muertos sigue inmediatamente de una declaración de
ira divina: “Y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos”. Esta declaración debe
tomarse como una unidad. La ira es el juicio de los enemigos de los santos y profetas de Dios.
Del juicio de los muertos sigue el vindicativo, en realidad como lo presenta Juan, “de dar el
galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños
y a los grandes”.
El juicio eterno
“Los orígenes de este movimiento moderno surgen y son alimentados por mu-
chos cristianos que están actualmente o estuvieron anteriormente dentro de la
secta de la Iglesia de Cristo (e.g., Max King, Tim King, Ed Stevens y otros). Al-
gunos hiperpreteristas incluso se han convertido en unicitarios; véase la propia
lamentación de Ed Stevens, ‘Wanda Shirk & PIE’, Kingdom Counsel (Abr. 1994–
40
Chilton, Days of Vengeance, pág. 291.
28
Sept. 1996, págs. 3-17). Otros han comenzado a aplicar las referencias bíblicas
sobre el infierno a los acontecimientos del 70 DC, negando así la doctrina del
castigo eterno. Ver: Samuel G. Dawson, ‘Jesus’ Teaching on Hell: A Place or an
Event?’ (Puyallup, WS: Gospel Themes, 1997). La estructura teológica del mo-
vimiento parece estar mutando continuamente”.
Los comentarios anteriores de Gentry contienen una gran cantidad de material argu-
mentativo. Primero, note que él se refiere a los preteristas como “cristianos dentro de la secta
de la Iglesia de Cristo”, sin embargo, él también etiqueta a estos cristianos como “heterodo-
xos” en el sentido de que se desvían de los credos ecuménicos históricos de la iglesia. Por lo
tanto, como un movimiento “poco ortodoxo”, él está diciendo que ni siquiera son cristianos
en absoluto.
En segundo lugar, afirma que algunos “han comenzado a aplicar las referencias bí-
blicas sobre el infierno a los acontecimientos del 70 DC, negando así la doctrina del castigo
eterno”. La aplicación de referencias bíblicas sobre el infierno (fuego eterno, gehena, destruc-
ción eterna, etc.), junto con “la Segunda Venida, la resurrección, el rapto de los santos y el
gran juicio”, califica como “un impulso teológico más allá de las restricciones bíblicas”. Sin
embargo, como ya lo hemos demostrado, la resurrección de los muertos, de justos e injustos,
así como el juicio de los vivos y de los muertos, en palabras de Gentry, son “textos vincu-
lados con el tiempo”. Lo que Gentry quiera decir sobre el infierno y su aplicación al 70 DC
palidece en comparación con el hecho de que las Escrituras, incluso el mismo Jesús, indican
que el juicio eterno se produciría en el año 70 DC. Escuche a Jesús sobre este asunto:
29
bilidad de sus padres y fueron juzgados por su culpa en el año 70 DC. Pero Gentry debe creer
que el juicio del gehena, del que Jesús dijo que no escaparían, no sucedió en el año 70 DC.
Aunque no estoy seguro de por qué, puedo especular que argumentaría que Jesús no dijo que
el juicio ocurriría en el 70, solo que cuando sucediera (al final de los tiempos) no escaparían.
El problema con este punto de vista se puede ver en el versículo 36. Jesús dijo: “De cierto os
digo que todo esto vendrá sobre esta generación”. ¡“Estas cosas” incluye el juicio del gehena!
De hecho, Gentry afirma que el resto de lo que Jesús dijo que vendría sobre esta generación
efectivamente sucedió. Extrañamente, Gentry debe negar que su juicio en el año 70 DC fue
el juicio del fuego eterno (gehena).
Tanto Mateo 23 como 25 enseñan exactamente lo mismo: juicio eterno por el trata-
miento negativo hacia Sus hermanos, de hecho, Sus hermanos del primer siglo. Mateo 24
explícitamente coloca ese juicio eterno (el juicio del fuego eterno, o gehena) dentro de un
período de tiempo delimitado: “esta generación”.
“Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos
del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis. Porque es justo delante de Dios
pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados,
daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo
con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que
no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los
cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y
de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus
santos y ser admirado en todos los que creyeron...” (2 Tes. 1:5-10).
¿Cuándo le dio el Señor alivio a los tesalonicenses y judíos cristianos (“con nosotros”)
de las aflicciones de sus perseguidores? Gentry debe saber que fue en el año 70 DC. Si no fue
30
en el año 70, ¿debemos creer que todavía están siendo afligidos por los perseguidores de la
iglesia del primer siglo? Pablo dice que su alivio vendría “cuando se manifieste el Señor Jesús
desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego”. Pablo dice que, en ese momento,
sus perseguidores “sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor”.
Gentry tiene razón en que vemos una “similitud” de lenguaje entre este pasaje y Mateo 25.
En ambos pasajes, el Hijo del Hombre viene con sus ángeles. En ambos pasajes castiga a las
personas por el trato negativo hacia Sus hermanos. En ambos pasajes, los malvados reciben
el castigo eterno “excluidos de la presencia del Señor” (“Apartaos de mí, malditos, al fuego
eterno”, Mt. 25:41). Sin embargo, de la misma manera en que Jesús ató el juicio eterno para
los judíos que perseguirían a Sus discípulos en Mateo 23 a “esta generación”, Pablo indica
que el juicio eterno está ligado al tiempo en que los tesalonicenses obtuvieran alivio de sus
aflicciones “cuando se manifieste el Señor”. ¡Esto es más que mera “similitud”, es identidad!
El castigo eterno se aplica bíblicamente a la vindicación de la iglesia de sus opresores, tanto
judíos como gentiles, en 70 DC.
En tercer lugar, él critica el movimiento preterista diciendo que “su estructura teológi-
ca... parece estar mutando constantemente”. Solo agregaría que esto es correcto. El preteris-
mo solo ha sido recientemente estudiado (desde J. S. Russell) por un número significativo de
eruditos y laicos por igual. Como es obvio que creemos que la iglesia, históricamente, ha en-
señado erróneamente una escatología futurista, solo se sigue que el paradigma del futurismo
es restrictivo para el espíritu humano. ¿Cuánto trabajo ha invertido Gentry en su campaña
anti-dispensacional (premilenialista)? El dispensacionalismo es solo una comprensión teoló-
gica reciente basada en los conceptos erróneos y futuristas de la historia de la iglesia. Gentry
sabe lo difícil que puede ser alejar a los dispensacionalistas de su paradigma teológico. Si no
fuera por sus esfuerzos (junto con otros) para cambiar ese paradigma, el dispensacionalismo
no estaría fluctuando en este momento. Mi punto es que sería erróneo para el movimien-
to preterista (completo) afirmar que la iglesia ha estado equivocada durante siglos sobre el
tiempo de la escatología bíblica, pero que ahora nosotros lo entendemos por completo o
que “tenemos TODAS las respuestas”. Debido a la magnitud del cambio de paradigma que
trae el preterismo y la naturaleza del espíritu humano (cabeza dura), probablemente tomará
muchos más siglos de intenso estudio teológico antes de que muchas de las verdades más
profundas de la escatología cumplida sean comprendidas completamente. El cambio de pa-
radigma del que estamos hablando comienza con la aplicación de la hermenéutica mencio-
nada anteriormente por Gentry. Así que la evidencia de que el hombre tiene una cabeza dura
es Gentry mismo. Y no me refiero a esto de manera peyorativa. Gentry tiene la llave, pero
él se niega a usarla. Preferiría permanecer dentro de las limitaciones teológicas y credales
antes que estar sujeto a un movimiento que, según él, presiona “más allá de las restricciones
bíblicas”.
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Quinto, ¿notó su declaración sobre “uno o dos textos vinculados con el tiempo”? En
el curso de esta refutación, creo que hemos citado más de “uno o dos” textos. Gentry intenta
minimizar el hecho de que la resurrección de los muertos, el juicio de los vivos y los muertos
y el juicio eterno aparecen todos en las Escrituras con indicadores de tiempo que señalan a
un evento futuro cercano en el primer siglo.
Una última escritura que me gustaría ver es Mateo 13:40-42. Gary North escribió que
de acuerdo con la visión preterista completa de Mateo 13...
“La cizaña ocupará el campo de la historia eternamente, junto con el trigo. Ma-
teo 13 nunca sucederá como el fin de la historia: ‘De manera que como se arran-
ca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el
Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven
de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí
será el lloro y el crujir de dientes’ (vv. 40-42)”.
El tiempo del cumplimiento es la “consumación del siglo”. Para North, esta debe ser
la “consumación de la historia”. Los preteristas parciales (de hecho, todos los preteristas)
interpretan el significado de esta misma frase en Mateo 24:3 como el fin de la era judía, o
la era del Antiguo Pacto de Israel. ¿Por qué los preteristas parciales le asignan diferentes
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North, “Full Preterism: Manichean or Perfectionist-Pelagian?”, en este enlace.
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significados a la misma frase? Los preteristas parciales nos harían creer que es tan obvio,
que refutarlos, y por lo tanto asignarle a ambos pasajes el mismo significado, ¡sería refutar
la ortodoxia! Sin dudas, dirán que Mateo 24:34 exige un “fin del siglo (judío)” en el primer
siglo de Mateo 24:3 mientras que Mateo 13:40 no contiene ninguna indicación temporal de
ese tipo.
Se le reveló a Daniel que cuando “se [levante] Miguel, el gran príncipe que está de parte
de los hijos de tu pueblo”, sus contemporáneos serían testigos de un “tiempo de angustia, cual
nunca fue desde que hubo gente hasta entonces”. Y “en aquel tiempo será libertado tu pueblo,
todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la
tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la
justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Dan. 12:1-3). Entonces se le
reveló a Daniel que estas cosas se cumplirían “cuando se acabe la dispersión del poder del
pueblo santo” (v. 7). Daniel no podía entender, y preguntó: “¿Cuál será el fin de estas cosas?”
(v. 8). Se le dijo que las palabras estaban “cerradas y selladas hasta el tiempo del fin” (v. 9).
Se le afirmó además que “desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la
abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere,
y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás
para recibir tu heredad al fin de los días” (vv. 11-13).
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La pregunta punzante para los preteristas parciales como North, Gentry, De Mar, etc.,
es esta: ¿Cuál es el “fin de de los días” o el “tiempo del fin” que se revela a Daniel? Es común
entre los preteristas de ambos campos entender que el “tiempo de angustia”, “la dispersión
[desintegración] del poder del pueblo santo (Israel)”, la abolición del “continuo sacrificio”,
la “abominación desoladora” y el “fin del siglo”, son todos contemporáneos con la caída de
Jerusalén en el año 70 DC. Como Jesús CLARAMENTE enseñó a sus discípulos diciendo:
“De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca” (Mt. 24:34).
Por lo tanto, parece que el “fin del siglo” del 70 DC es lo que está a la vista en el libro de
Daniel. ¡Pero espera un minuto! A Daniel se le reveló que “en aquel tiempo... muchos de los
que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para
vergüenza y confusión perpetua”. Si esto no fuera suficiente, la misma Escritura de la cual
Jesús estaba citando en Mateo 13:42 aparece allí: “Los entendidos resplandecerán como el
resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a
perpetua eternidad” (Dan. 12:3). E incluso: “Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás
para recibir tu heredad al fin de los días”. ¡Los preteristas parciales deben cruzar los ojos para
ver dos tiempos del fin aquí!
Ahora, levantemos nuestros ojos y veamos cuál grupo preterista se niega a escuchar.
En el discurso de los Olivos, Jesús también dijo que la “abominación desoladora de que
habló el profeta Daniel” (Mt. 24:15) señalaría el comienzo de un tiempo de “gran tribulación”
(v. 21) que traería la “ira sobre este pueblo” (Lc. 21:23, i.e., “tu pueblo”, Dan. 12:1-2) que
resultaría en la caída del templo terrenal en el “fin del siglo”. Él colocó estos eventos poco
antes o en el 70 DC.
Daniel, quien fue explícitamente citado por Jesús en el discurso de los Olivos (Mt.
24:15), e implícitamente en la parábola de la cizaña (Mt.13:43), escribió que la glorificación
que seguiría a la resurrección de “los entendidos” ocurriría al mismo tiempo que la “abomi-
nación desoladora”, la “angustia cual nunca fue” y la abolición del “continuo sacrificio” (i.e.,
en el templo). Llamó a este tiempo como “el tiempo del fin” y “el fin de los días”.
La razón por la cual “Mateo 13 nunca sucederá como el fin de la historia” (como North
entiende la historia escatológica) es porque Jesús nunca tuvo la intención de que Sus palabras
fueran interpretadas para significar que la historia humana terminaría en el “fin del siglo”.
De hecho, Jesús solo habló de “este siglo” y el “siglo venidero”. La transición entre estos dos
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siglos está marcada por el “fin del siglo”. Los discípulos escucharon Su enseñanza sobre los
dos siglos y las parábolas en que se refirió al “fin del siglo”. Ellos no tenían ningún problema
en equiparar el “fin del siglo” que marca la transición entre “este siglo” y “el siglo venidero”
con la caída de Jerusalén, en lugar de un presunto fin de la historia humana.
¿Deberíamos suponer (como hacen los preteristas parciales) que cuando los discípulos
respondieron a la declaración de Jesús, de que la ciudad de Jerusalén y su templo iban a ser
destruidos, con la pregunta “¿Cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y
del fin del siglo?” (Mt. 24:2-3), que estaban investigando acerca de un “fin” del que nuestro
Señor nunca antes les había hablado? ¿O deberíamos dirigirnos a las dos únicas parábolas
registradas donde Jesús enseñó explícitamente sobre este tema antes de su discurso sobre el
Monte de los Olivos (Mt. 13), parábolas que los discípulos explícitamente declararon haber
entendido (Mt. 13:51)?
En ninguna parte de la historia registrada de Jesús, Él alguna vez enseñó que haya dos
fines de dos siglos distintos. Ya que el “siglo venidero” se caracteriza por la “vida eterna”,
por lo tanto, el “siglo venidero” es necesariamente “eterno”. Y por lo tanto, el “fin” no puede
aplicarse al siglo venidero. ¿De dónde viene este supuesto “tercer siglo” al que se aplica el
supuesto segundo “fin”? Parecería que donde las Escrituras no dicen nada, algunos, que dicen
tener “oídos para oír”, en realidad solo pueden escuchar voces en sus propias cabezas.
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