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Tesis doctoral
Madrid 2013
Fernando Suárez Guerra
Madrid, Enero de 2013
I.S.B.N: 978-84-...-....-.
Departamento de Ingeniería Civil – Construcción
Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos,
Canales y Puertos
Tesis doctoral
por
Fernando Suárez Guerra
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos
Directores de Tesis:
Jaime C. Gálvez Ruiz José Miguel Atienza Riera
Doctor Ingeniero de Doctor Ingeniero de
Caminos, Canales y Puertos Caminos, Canales y Puertos
Madrid 2013
Tesis doctoral
Presidente D. ......................................................................................................
Vocal D. ......................................................................................................
Vocal D. ......................................................................................................
Vocal D. ......................................................................................................
Secretario D. ......................................................................................................
Suplente D. ......................................................................................................
Suplente D. ......................................................................................................
Calificación:...........................................
EL SECRETARIO
A Inma.
A mis padres, José y Rosa,
y a mis hermanos, Pepe y Elisa.
En primer lugar quiero agradecer a Jaime Gálvez y a José Miguel Atienza, Directores
de esta Tesis, el continuo apoyo que me han ofrecido a lo largo de estos últimos tres años,
su accesibilidad y su cercanía. Deseo expresarles mi más sincero agradecimiento por darme
la oportunidad de comenzar mi labor investigadora bajo su tutela, de la que he aprendido
más de lo que imaginaba, y facilitarme el acceso a los equipos que se han empleado en la
investigación.
A David Cendón quiero agradecerle el enorme apoyo que me ha brindado, especialmente
en lo relacionado con las simulaciones numéricas, campo en el que tenía mucho que apren-
der cuando comencé la Tesis. Al Prof. Manuel Elices deseo agradecerle las sugerencias tan
acertadas que ha aportado desde el comienzo de la Tesis además de la confianza depositada
en mí para llevarlas a cabo. A ambos, muchas gracias por todo lo anterior y por la calidez
en el trato.
Al Departamento de Ingeniería Civil: Construcción de la E.T.S.I de Caminos, Canales
y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid y a su cuerpo docente, especialmente a
Alejandro Enfedaque y a Encarnación Reyes, por facilitar tanto mi labor investigadora, estar
siempre dispuestos a responder a mis dudas y ofrecerme su amistad.
Al Departamento de Ciencia de Materiales, de la misma Escuela y Universidad, por
poner a nuestra disposición sus equipos para los ensayos de tracción simple y flexión en
tres puntos. A Konstantina Konstantopoulou por su ayuda con los ensayos realizados con
nitrógeno líquido, a Mihaela Iordachescu por su ayuda con el software de correlación de
imágenes y a todos los que allí trabajan, en general, por estar siempre dispuestos a compartir
sus conocimientos y su experiencia con quien lo necesita.
Al Centro Nacional de Microscopía Electrónica de la Universidad Complutense de Madrid,
por facilitar el acceso a sus equipos y proporcionar un apoyo tan valioso en esta investigación.
Al Instituto IMDEA Materiales por realizar los análisis de tomografía de rayos X, en
x
El acero es, junto con el hormigón, el material más ampliamente empleado en la cons-
trucción de obra civil y de edificación. Además de su elevada resistencia, su carácter dúctil
resulta un aspecto de particular interés desde el punto de vista de la seguridad estructural, ya
que permite redistribuir esfuerzos a elementos adyacentes y, por tanto, almacenar una mayor
energía antes del colapso final de la estructura. No obstante, a pesar de su extendida utiliza-
ción, todavía existen aspectos relacionados con su comportamiento en rotura que necesitan
una mayor clarificación y que permitirían un mejor aprovechamiento de sus propiedades.
Cuando un elemento de acero es ensayado a tracción y alcanza la carga máxima, sufre la
aparición de un cuello de estricción que plantea dificultades para conocer el comportamiento
del material desde dicho instante hasta la rotura. La norma ISO 6892-1, que define el método
a emplear en un ensayo de tracción con materiales metálicos, establece procedimientos para
determinar los parámetros relacionados con este tramo último de la curva F −ε. No obstante,
la definición de dichos parámetros resulta controvertida, ya que éstos presentan una baja
reproducibilidad y una baja repetibilidad que resultan difíciles de explicar.
En esta Tesis se busca profundizar en el conocimiento del último tramo de la curva F − ε
de los aceros de construcción. Para ello se ha realizado una amplia campaña experimental
sobre dos aceros representativos en el campo de la construcción civil: el alambrón de partida
empleado en la fabricación de alambres de pretensado y un acero empleado como refuerzo
en hormigón armado. Los dos materiales analizados presentan formas de rotura diferentes:
mientras el primero de ellos presenta una superficie de rotura plana con una región oscura
claramente apreciable en su interior, el segundo rompe según la clásica superficie en forma
de copa y cono.
La rotura en forma de copa y cono ha sido ampliamente estudiada en el pasado y existen
modelos de rotura que han logrado reproducirla con éxito, en especial el modelo de Gurson-
Tvergaard-Needleman (GTN). En cuanto a la rotura exhibida por el primer material, en
xii
principio nada impide abordar su reproducción numérica con un modelo GTN, sin embargo,
las diferencias observadas entre ambos materiales en los ensayos experimentales permiten
pensar en otro criterio de rotura.
En la presente Tesis se realiza una amplia campaña experimental con probetas cilíndricas
fabricadas con dos aceros representativos de los empleados en construcción con comporta-
mientos en rotura diferentes. Por un lado se analiza el alambrón de partida empleado en la
fabricación de alambres de pretensado, cuyo frente de rotura es plano y perpendicular a la
dirección de aplicación de la carga con una región oscura en su interior. Por otro lado, se
estudian barras de acero empleadas como armadura pasiva tipo B 500 SD, cuyo frente de
rotura presenta la clásica superficie en forma de copa y cono. Estos trabajos experimenta-
les han permitido distinguir dos comportamientos en rotura claramente diferenciados entre
ambos materiales y, en el caso del primer material, se ha identificado un comportamiento
asemejable al exhibido por materiales frágiles.
En este trabajo se plantea la hipótesis de que el primer material, cuya rotura provoca
un frente de rotura plano y perpendicular a la dirección de aplicación de la carga, rompe de
manera cuasifrágil como consecuencia de un proceso de decohesión, de manera que la región
oscura que se observa en el centro del frente de rotura se asemeja a una entalla circular
perpendicular a la dirección de aplicación de la carga.
Para la reproducción numérica de la rotura exhibida por el primer material, se plantea
un criterio de rotura basado en un modelo cohesivo que, como aspecto novedoso, se hace
depender de la triaxialidad de tensiones, parámetro determinante en el fallo de este tipo
de materiales. Este tipo de modelos presenta varias ventajas respecto a los modelos GTN
habitualmente empleados. Mientras los modelos GTN precisan de numerosos parámetros
para su calibración, los modelos cohesivos precisan fundamentalmente de dos parámetros
para definir su curva de ablandamiento: la tensión de decohesión ft y la energía de fractura
GF . Además, los parámetros de los modelos GTN no son medibles de manera experimental,
mientras que GF sí lo es. En cuanto a ft , aunque no existe un método para su determinación
experimental, sí resulta un parámetro más fácilmente interpretable que los empleados por
los modelos GTN, que utilizan valores como el porcentaje de huecos presentes en el material
para iniciar el fenómeno de coalescencia o el porcentaje de poros que provoca una pérdida
total de la capacidad resistente.
Para implementar este criterio de rotura se ha desarrollado un elemento de intercara
cohesivo dependiente de la triaxialidad de tensiones. Se han reproducido con éxito los ensa-
yos de tracción llevados a cabo en la campaña experimental empleando dicho elemento de
intercara. Además, en estos modelos la rotura se produce fenomenológicamente de la misma
manera observada en los ensayos experimentales: produciéndose una decohesión circular en
xiii
Steel is, together with concrete, the most widely used material in civil engineering works.
Not only its high strength, but also its ductility is of special interest from the point of
view of the structural safety, since it enables stress distribution with adjacent elements and,
therefore, more energy can be stored before reaching the structural failure. However, despite
of being extensively used, there are still some aspects related to its fracture behaviour that
need to be clarified and that will allow for a better use of its properties.
When a steel item is tested under tension and reaches the maximum load point, necking
process begins, which makes di cult to define the material behaviour from that moment
onward. The ISO standard 6892-1, which defines the tensile testing method for metallic
materials, describes the procedures to obtain some parameters related to this last section of
the F − ε curve. Nevertheless, these parameters have proved to be controversial, since they
have low reproducibility and repeatibility rates that are di cult to explain.
This Thesis tries to deepen the knowledge of the last section of the F − ε curve for
construction steels. An extensive experimental campaign has been carried out with two
representative steels used in civil engineering works: a steel rod used for manufacturing
prestressing steel wires, before the cold-drawing process is applied, and steel bars used in
reinforced concrete structures. Both materials have di erent fracture surfaces: while the first
of them shows a flat fracture surface, perpendicular to the loading direction with a dark
region in the centre of it, the second one shows the classical cup-cone fracture surface.
The cup-cone fracture surface has been deeply studied in the past and di erent nume-
rical models have been able to reproduce it with success, with a special mention to the
Gurson-Tvergaard-Needleman model (GTN). Regarding the failure surface shown by the
first material, in principle it can be numerically reproduced by a GTN model, but the di e-
rences observed between both materials in the experimental campaign suggest thinking of a
di erent failure criterium.
xvi
In the present Thesis, an extensive experimental campaign has been carried out using
cylindrical specimens made of two representative construction steels with di erent fracture
behaviours. On one hand, the initial eutectoid steel rod used for manufacturing prestressing
steel wires is analysed, which presents a flat fracture surface, perpendicular to the loading
direction, and with a dark region in the centre of it. On the other hand, B 500 SD steel bars,
typically used in reinforced concrete structures and with the typical cup-cone fracture surfa-
ce, are studied. These experimental works have allowed distinguishing two clearly di erent
fracture behaviours between both materials and, in the case of the first one, a fragile-like
behaviour has been identified.
For the first material, which shows a flat fracture surface perpendicular to the loading
direction, the following hypothesis is proposed in this study: a quasi-brittle fracture is de-
veloped as a consequence of a decohesion process, with the dark region acting as a circular
crack perpendicular to the loading direction.
To reproduce numerically the fracture behaviour shown by the first material, a failure
criterium based on a cohesive model is proposed in this Thesis. As an innovative contribution,
this failure criterium depends on the stress triaxiality state of the material, which is a key
parameter when studying fracture in this kind of materials. This type of models have some
advantages when compared to the widely used GTN models. While GTN models need a
high number of parameters to be defined, cohesive models need basically two parameters to
define the softening curve: the decohesion stress ft and the fracture energy GF . In addition
to this, GTN models parameters cannot be measured experimentally, while GF is indeed.
Regarding ft , although no experimental procedure is defined for its obtention, it has an
easier interpretation than the parameters used by the GTN models like, for instance, the
void volume needed for the coalescence process to start or the void volume that leads to a
total loss of the bearing capacity.
In order to implement this failure criterium, a triaxiality-dependent cohesive interface
element has been developed. The experimental results obtained in the experimental campaign
have been successfully reproduced by using this interface element. Furthermore, in these
models the failure mechanism is developed in the same way as observed experimentally:
with a circular decohesive process taking place around the longitudinal axis of the specimen.
In summary, the works developed in this Thesis, both experimental and numerical, con-
tribute to clarify the behaviour of construction steels in the last section of the F − ε curve
and the mechanisms responsible for the eventual material failure, an aspect that can lead to
a better use of the properties of these steels in the future and a safety improvement in the
structures built with them.
Índice general
1. Introducción 1
1.1. Estructura y contenidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
3. Trabajo experimental 57
3.1. Objetivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
3.2. Materiales empleados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
3.2.1. Material 1: Acero perlítico empleado en la fabricación de alambres de
pretensado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
3.2.2. Material 2: Acero empleado como armadura en hormigón armado . . 59
3.2.3. Justificación de la elección de los materiales . . . . . . . . . . . . . . 59
3.3. Ensayos. Justificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
3.3.1. Ensayos de tracción simple . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
3.3.1.1. Estudio 1: Validación del sistema de extensometría óptica . 60
3.3.1.2. Estudio 2: Localización del inicio del daño interno mediante
ensayos de material fragilizado con nitrógeno líquido . . . . 61
3.3.1.3. Estudio 3: Evolución del daño en el interior de la probeta
mediante tomografía de rayos X . . . . . . . . . . . . . . . . 61
3.3.1.4. Estudio 4: Influencia del radio y la longitud de la probeta
sobre la rotura del material . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
3.3.1.5. Estudio 5: Evolución del tamaño de la zona central en pro-
betas de diferente diámetro . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
3.3.2. Ensayos de flexión en tres puntos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
ÍNDICE GENERAL xix
Bibliografía 206
Material 1 229
2.35. Superficie de rotura en copa y cono y superficie de rotura plana con una región
oscura en su interior. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
3.60. Curvas σing − εing probetas de diferentes diámetros del Material 2. Base ex-
tensométrica = 2φ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
3.61. Curvas σing − εing probetas de diferentes diámetros del Material 2. Base ex-
tensométrica = 12,5mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
3.62. Instante previo a la rotura para una probeta de 3mm, 6mm y 9mm del Ma-
terial 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124
3.63. Valores de la deformación de rotura obtenidos con las probetas de diferentes
diámetros fabricadas con el Material 2 para una base extensométrica = 1φ. . 126
3.64. Valores de la deformación de rotura obtenidos con las probetas de diferentes
diámetros fabricadas con el Material 2 para una base extensométrica = 2φ. . 126
3.65. Valores de la deformación de rotura obtenidos con las probetas de diferentes
diámetros fabricadas con el Material 2 para una base extensométrica = 12,5mm.126
3.66. Superficie de fractura de una probeta de 3mm de diámetro del Material 2. . 128
3.67. Superficie de fractura de una probeta de 6mm de diámetro del Material 2. . 129
3.68. Superficie de fractura de una probeta de 9mm de diámetro del Material 2. . 130
3.69. Parámetros medidos en las probetas del Material 2 ensayadas. . . . . . . . . 131
3.70. Coeficiente de estricción en las probetas del Material 2, su valor permanece
constante cuando se varía el radio de la probeta. . . . . . . . . . . . . . . . . 133
3.71. Relación r/R en las probetas del Material 2, esta relación permanece constante
cuando se varía el radio de la probeta. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
3.72. Ejemplo de macrofotografía empleada para medir distancias en la superficie
de rotura en una probeta del Material 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
3.73. Perfiles tras la rotura de las probetas del Material 2. . . . . . . . . . . . . . 135
3.74. Comparación de los perfiles tras la rotura de probetas de diferentes diámetros
del Material 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
3.75. Tamaño de grieta en probetas de diferente diámetro fabricadas con el Material
2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
3.76. Relación r/Rmin en probetas de diferente diámetro fabricadas con el Material 2.138
3.77. Curva carga-desplazamiento del punto de aplicación de la carga correspon-
diente al ensayo de la probeta Ar_TF_p01. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
3.78. Curva carga-desplazamiento de la apertura de los labios de fisura correspon-
diente al ensayo de la probeta Ar_TF_p01. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
3.79. Aspecto del frente de fisura de la probeta Ar_TF_p01 después del ensayo de
flexión en tres puntos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
ÍNDICE DE FIGURAS xxxi
5.10. Comparación entre los resultados experimentales y los obtenidos con los mo-
delos numéricos para una base extensométrica homotética de longitud igual a
2φ. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188
5.11. Dimensiones de los modelos para probetas de 3, 6 y 9mm de diámetro. . . . 190
5.12. Mallas empleadas en el estudio de sensibilidad de malla para los modelos de
la probeta de 3mm de diámetro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192
5.13. Mallas empleadas en el estudio de sensibilidad de malla para los modelos de
la probeta de 6mm de diámetro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193
5.14. Mallas empleadas en el estudio de sensibilidad de malla para los modelos de
la probeta de 9mm de diámetro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194
5.15. Valores del error medidos en los modelos de la probeta de 3mm de diámetro
para cada una de las tres bases extensométricas consideradas. . . . . . . . . 196
5.16. Valores del error medidos en los modelos de la probeta de 6mm de diámetro
para cada una de las tres bases extensométricas consideradas. . . . . . . . . 197
5.17. Valores del error medidos en los modelos de la probeta de 9mm de diámetro
para cada una de las tres bases extensométricas consideradas. . . . . . . . . 198
3.1. Resumen de trabajos realizados con cada una de las probetas del Material 1. 64
3.2. Resumen de trabajos realizados con cada una de las probetas del Material 2. 65
3.3. Valores de la deformación de rotura correspondientes a las probetas de 6mm
de diámetro de diferente longitud fabricadas con el Material 1. . . . . . . . . 92
3.4. Valores de la deformación de rotura correspondientes a las probetas de dife-
rentes diámetros fabricadas con el Material 1 para una base extensométrica
= 1φ. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
3.5. Valores de la deformación de rotura correspondientes a las probetas de dife-
rentes diámetros fabricadas con el Material 1 para una base extensométrica
= 2φ. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
3.6. Valores de la deformación de rotura correspondientes a las probetas de dife-
rentes diámetros fabricadas con el Material 1 para una base extensométrica
= 12,5mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
3.7. Resultados de las mediciones realizadas sobre las superficies de fractura de las
probetas del Material 1 analizadas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
3.8. Coeficientes Ci empleados en la fórmula de Guinea, Rojo y Elices. . . . . . . 110
3.9. Valores medidos experimentalmente en las probetas fabricadas con el Mate-
rial 1 de los parámetros empleados en la fórmula de Guinea, Rojo y Elices
[Guinea 04]. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
3.10. Comparación entre el tamaño de grieta medido experimentalmente y la pre-
dicción obtenida con la fórmula de Guinea, Rojo y Elices [Guinea 04]. Valores
de r y de la relación r/Rmin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
3.11. Valores de la tenacidad de fractura obtenidos en los ensayos de flexión en tres
puntos con probetas del Material 1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
3.12. Valores de la deformación de rotura correspondientes a las probetas de 6mm
de diámetro de diferente longitud fabricadas con el Material 2. . . . . . . . . 121
xxxiv ÍNDICE DE TABLAS
5.1. Valores medios del radio de la región oscura medidos sobre las superficies de
las probetas ensayadas para cada uno de los diámetros considerados. . . . . . 184
5.2. Cargas de referencia empleadas para obtener las deformaciones con las que se
ha calculado el error en cada uno de los modelos. . . . . . . . . . . . . . . . 191
A.1. Resumen de trabajos realizados con cada una de las probetas de tracción
simple del Material 1. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226
A.2. Resumen de trabajos realizados con cada una de las probetas de tracción
simple del Material 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227
Índice de cuadros
Introducción
hormigón armado y pretensado. Esta norma define dos métodos para la determinación del
alargamiento bajo carga máxima: un método en el que se mide el alargamiento total bajo
carga máxima (Agt ) con ayuda de un extensómetro y un método manual en el que se mide
el alargamiento no proporcional bajo carga máxima (Ag ). Este último método consiste en
medir el alargamiento experimentado por la probeta al final del ensayo por medio de unas
marcas realizadas en su superficie (ver Figura 1.1). La medición se debe realizar sobre marcas
suficientemente alejadas del plano de rotura para evitar que la región medida se vea afectada
por el cuello de estricción, que es una región con un fuerte gradiente de deformaciones
longitudinales.
Figura 1.1 – Medición del alargamiento bajo carga máxima (Agt ) por el método manual des-
crito en la UNE-EN ISO 15630 [une 11].
Este método resulta muy adecuado para obtener datos en obra, ya que no precisa de
medios sofisticados, como los disponibles en un laboratorio. Sin embargo, los resultados
obtenidos con él resultan controvertidos, ya que en la práctica, éstos presentan importantes
diferencias cuando se comparan con los obtenidos empleando un extensómetro. Además, tal
y como indica la norma [une 11] este método manual es el que debe aplicarse en caso de
litigio.
Dada la relevancia de este asunto, en los últimos años se han llevado a cabo estudios
interlaboratorios para determinar la reproducibilidad y la repetibilidad del ensayo. Estos
estudios han demostrado que el método manual exhibe una mala repetibilidad y una mala
reproducibilidad entre laboratorios.
Los datos anteriores demuestran que, por un lado, el tramo final de la curva tensión-
deformación proporciona información muy interesante sobre el comportamiento del material
frente a situaciones límite de carga y, por otro, que los parámetros definidos en la normativa
para su caracterización plantean dificultades en su aplicación práctica.
El objetivo principal de esta Tesis doctoral es profundizar en el estudio de rotura de los
aceros empleados en construcción, centrando los esfuerzos en analizar el último tramo de la
curva tensión-deformación, que corresponde al tramo entre el instante de carga máxima y el
3
a)
b)
Figura 1.2 – a) Superficie de rotura en copa y cono; b) Superficie de rotura plana perpendicular
a la dirección de aplicación de la carga.
En el Capítulo 2 se realiza un análisis del Estado del Arte. Se describen los principales
aspectos y dificultades del ensayo de tracción simple, se definen las diferencias entre
materiales con un carácter dúctil o frágil en rotura, se realiza un repaso a los prin-
cipales aspectos a tener en cuenta al modelizar la rotura para materiales dúctiles, se
presentan las principales características e inconvenientes de los modelos tipo Gurson-
Tvergaard-Needleman, se describen las principales características y los últimos avances
relacionados con los modelos de fisura cohesiva y, finalmente, se definen los objetivos
de la investigación.
se realiza un repaso del estudio de la triaxialidad como factor decisivo en la rotura dúctil,
haciendo especial hincapié en los trabajos de Bao y Wierzbicki. Finalmente, se realiza un
breve resumen de los estudios que incluyen un nuevo parámetro, el ángulo de Lode, como
factor decisivo en la rotura dúctil, comenzando por el trabajo de Zhang en 2001 y mencio-
nando algunos trabajos que desde entonces han analizado la rotura dúctil haciendo uso de
este parámetro.
En el cuarto apartado se describe el modelo de Gurson-Tvergaard-Needleman, que se
basa en la teoría de nucleación, crecimiento y coalescencia de microhuecos y que ha sido y es
ampliamente utilizado como herramienta para reproducir numéricamente una rotura dúctil.
Este modelo es empleado en esta Tesis para comparar el modelo que se propone; así, en este
apartado se describen las principales características del mismo y se realiza un breve repaso
de su evolución desde su aparición en 1977 hasta nuestros días.
En el quinto y último apartado se presentan las principales características del modelo de
fisura cohesiva. Éste es empleado en el modelo numérico propuesto en esta Tesis y en este
apartado se mencionan los principales aspectos de los modelos desarrollados con elementos
intercara y los modelos desarrollados con elementos de fisura embebida. Los modelos de
fisura cohesiva son habitualmente empleados con materiales cuasifrágiles; para justificar el
acercamiento al problema planteado en esta Tesis, al final de este apartado se mencionan
algunos antecedentes de trabajos en los que se ha simulado la fractura dúctil con modelos
de fisura cohesiva.
En este sentido, cabe mencionar que en el presente estudio, debido a que el interés se cen-
tra en la rama plástica del acero, para poder analizar el tramo en que la carga soportada por
la probeta desciende el método adecuado es el correspondiente al control de desplazamiento,
de esta manera, la fuerza se adapta en cada momento y puede descender si es necesario.
Para llevar a cabo este ensayo, se sujetan los extremos de la probeta a ensayar en una
máquina que permite imponer un desplazamiento relativo de éstos a velocidad constante. La
máquina, a través de una célula de carga, proporciona registros de la evolución de la carga
aplicada así como del desplazamiento relativo de los extremos. Paralelamente, se registra la
evolución de la deformación de la probeta o de una zona de la misma mediante dispositivos
adicionales, como extensómetros resistivos o sistemas de extensometría óptica. La Figura 2.1
muestra un esquema del montaje de un ensayo de tracción.
A partir de los registros de fuerza aplicada y de desplazamiento relativo, pueden obte-
nerse las curvas tensión-deformación del material. A la hora de obtener esta curva tensión-
deformación suelen manejarse los conceptos de tensión y deformación ingenieriles [Gálvez 99],
diferenciándolos claramente de los de tensión y deformación verdaderas. A continuación se
exponen las diferencias entre ellos.
F ∆l
σing = εing =
A0 l0
donde F es la fuerza aplicada, A0 el área inicial de la sección transversal, ∆l el incremento
de longitud experimentado por el tramo considerado para el registro de las deformaciones y
l0 la longitud inicial de dicho tramo.
F
σverd =
A
10 Estado del Arte
Para obtener el valor del área en cada instante del ensayo puede emplearse la hipótesis
de conservación de volumen, que resulta bastante aproximada para la zona plástica.
l0 A0 = lA
dl l
dε= ) εverd = ln
l l0
del cuello de estricción y las alteraciones geométricas que éste provoca de manera localiza-
da lo que dificulta la obtención del área verdadera, haciendo que la deformación dependa
directamente de la base de medida.
La aparición del cuello de estricción conlleva una distribución no uniforme de las defor-
maciones, dándose una concentración de éstas en la zona que sufre el estrangulamiento. De
hecho, fuera del cuello de estricción algunas zonas tienden a experimentar una deformación
de signo contrario al experimentado hasta ese instante. Esto se aprecia claramente en la
curva tensión-deformación resultante de un ensayo en el que el extensómetro no abarca el
cuello de estricción (Figura 2.3).
Debido a estas dificultades, la UNE-EN ISO 6892-1 no habla de deformaciones sino de
alargamientos. Así, establece un método para obtener el alargamiento remanente medido
sobre una longitud inicial igual a cinco veces el diámetro de la probeta (estrictamente, la
√
norma establece una longitud de L0 igual a k S0 , siendo S0 la sección inicial y k un coeficiente
de proporcionalidad igual a 5,65). De este modo, el procedimiento consiste en realizar marcas
sobre la probeta antes del ensayo con líneas separadas entre sí una distancia igual al diámetro
de la probeta. Así, una vez ensayada, se unen las partes de la probeta para medir sobre ellas
12 Estado del Arte
Figura 2.2 – Efecto de la longitud de la base extensométrica sobre el cálculo del área verdadera
considerada tras la formación del cuello de estricción. Se observa que, dependiendo de la base
extensométrica elegida, el área obtenida empleando la hipótesis de conservación de volumen
difiere para instantes posteriores a la formación del cuello de estricción.
la separación final de dos marcas que inicialmente se encontraran a una distancia igual a
cinco veces el diámetro. Este método permite evitar el problema que supone no conocer el
lugar donde se materializará el cuello de estricción a lo largo del ensayo.
objeto de aumentar la velocidad de fabricación, las planchas de los buques dejaron de unirse
con remaches para pasar a ser soldadas. Esta modificación en el proceso de fabricación
supuso que, de los 2700 buques construidos, diez se partieran completamente en dos y 400
experimentaran diversas roturas. La gravedad de este problema incrementó enormemente el
interés por la Mecánica de la Fractura como herramienta para estudiar las causas y buscar
soluciones. Es a partir de entonces cuando, basándose en los estudios de Gri th e Inglis, este
campo experimenta un gran auge y puede considerarse como una disciplina en sí misma.
También desde este momento comienzan a distinguirse claramente dos campos dentro
de la Mecánica de la Fractura, diferenciando entre materiales con comportamiento frágil y
dúctil en rotura. Evidentemente, existen otras clasificaciones más complejas, por ejemplo
Anderson [Anderson 95] identifica diferentes tipos de material considerando su sensibilidad
a condiciones dinámicas de solicitación y contemplando, por tanto, el tiempo como varia-
ble fundamental y diferenciadora. Sin embargo, considerando condiciones cuasi estáticas se
pueden distinguir, como se ha mencionado, dos únicas ramas dentro de la Mecánica de la
Fractura (Figura 2.4):
Desde el punto de vista atómico, la fractura se produce cuando se aplica suficiente energía
para romper las uniones que mantienen unidos a los átomos. De este planteamiento se obtiene
que el valor de la resistencia de cohesión de un material es aproximadamente E/2 , siendo
E el módulo de Young. No obstante, las evidencias experimentales muestran valores mucho
menores a los obtenidos mediante este planteamiento. Gri th indica que esta discrepancia
se debe a las imperfecciones de los materiales [Gri th 20].
Sin embargo, parece evidente que la fractura no puede tener lugar si no se alcanza esa
tensión cohesiva definida a nivel atómico, así que, ¾cómo explicar la relación entre los de-
fectos del material con el descenso de la resistencia? La respuesta pasa por asumir que las
imperfecciones reducen la resistencia global debido a que magnifican localmente las tensiones
hasta alcanzar la tensión requerida para la ruptura de las uniones atómicas.
2a
σA = σ 1 +
b
siendo σ la tensión remota y a y b las dimensiones de los semiejes de la elipse que representa
la apertura (ver Figura 2.5).
En el caso de que la dimensión a sea mucho mayor que b, Inglis proporciona una expresión
en función del radio de curvatura en el punto A:
b2
s
a
= σA = 2σ
a
Figura 2.5 – Parámetros empleados en la fórmula de Inglis para una grieta elíptica en una
chapa plana.
el valor de la carga aplicada, el valor de la tensión no puede ser usado como un criterio de
rotura [Gri th 20]. Así, Gri th llega a formular su teoría del balance energético, que aleja
la atención de la zona altamente tensionada que es el frente de fisuración y propone una
condición simple de equilibrio energético para la fractura.
Esta teoría parte de la primera ley de la termodinámica, que establece que cuando un
sistema no equilibrado pasa a alcanzar el equilibrio, hay un descenso neto de energía. Así,
se puede suponer que una fisura se forma por una repentina supresión de las tracciones que
actúan en su superficie, de manera que en el instante siguiente las deformaciones y, por lo
tanto, la energía potencial, adquieren unos determinados valores. En el supuesto de que esta
situación no sea de equilibrio, por el teorema de la energía potencial mínima, la energía
potencial se reduce hasta alcanzar el equilibrio. En el supuesto de que esta nueva situación
sea de equilibrio, la energía no cambia.
De esta manera, una fisura se puede formar (o si ya existe, puede crecer) solo si este
proceso provoca un descenso o una conservación de la energía total.
El balance energético de Gri th para un incremento en el área de fisura dA bajo condi-
ciones de equilibrio puede expresarse de la siguiente manera:
dE d dWs
= + =0
dA dA dA
siendo E la energía total, la energía potencial suministrada por la energía de deformación
interna y las fuerzas exteriores y Ws el trabajo necesario para crear nuevas superficies de
rotura.
2.2 Carácter dúctil o frágil de la rotura 17
Estas expresiones solamente son válidas para sólidos idealmente frágiles, de hecho, Gri th
obtiene buenos resultados para materiales como el vidrio, mientras que subestima claramente
la resistencia a la fractura de los metales.
Con el balance energético de Gri th se establece uno de los dos enfoques clásicos para
abordar la mecánica de la fractura, el criterio energético. Sin embargo, años más tarde, Irwin
introduce un concepto fundamental que aporta un nuevo enfoque: el factor de intensidad de
tensiones K. Desde este momento se habla de dos enfoques fundamentales en el estudio de
la rotura de materiales frágiles: el global, correspondiente al balance energético propuesto
por Gri th, y el local, asociado a los conceptos del factor de intensidad de tensiones y de la
tenacidad de fractura.
Por tanto, el factor de intensidad de tensiones es un concepto que se sitúa dentro de un
planteamiento local de la fractura, es decir, un planteamiento que estudia el valor de las
tensiones y las deformaciones en los alrededores del fondo de la fisura y no en el conjunto
del sólido que se fractura.
Tal y como afirma Elices [Elices 98], el factor de intensidad de tensiones (K) se puede
interpretar como un parámetro que mide la intensidad del campo tensional en el fondo de
la fisura. Dentro de este planteamiento, existe un valor umbral de K, denominado tenacidad
de fractura (Kc ) que, una vez alcanzado, desencadena la rotura frágil del material. Tanto el
factor de intensidad de tensiones como la tenacidad de fractura son conceptos que se restrin-
gen a materiales elásticos lineales, es decir, a materiales que presentan un comportamiento
frágil en rotura, siendo la tenacidad de fractura una propiedad del material, es decir, que no
depende de la solicitación ni de la geometría del sólido fracturado.
A diferencia de la tenacidad de fractura, el factor de intensidad de tensiones tiene valores
diferentes en función de la geometría del sólido, del tamaño de la fisura y de la forma de
la solicitación. Atendiendo a esta última, se consideran tres modos de fractura y, por tanto,
tres factores de intensidad de tensiones asociados (Figura 2.6):
Estos modos de fractura pueden darse de forma individual o de forma conjunta y, su-
perpuestos, permiten el estudio de cualquier posible solicitación. En la actualidad existen
fórmulas que permiten calcular el factor de intensidad de tensiones para las principales geo-
metrías y para los modos de solicitación más frecuentes [Murakami 87, Rooke 76, Pilkey 08,
Tada 85, Sih 73].
Utilizando el concepto del factor de intensidad de tensiones, la solución analítica para
las tensiones y desplazamientos alrededor del fondo de una fisura en un sólido elástico lineal
fisurado proporciona el siguiente resultado en el caso del modo I, que es el más habitualmente
estudiado (ver [Anderson 95, Elices 98, Arana 02, Anglada 02]):
2 3 2 3
3
6 σxx 7 6 cos 2 1 − sin 2 sin 2 7 + :::
K 6
6 σ 7 = √ I 6 cos 1 + sin 2 sin 32 7 +
6 7 7
6 yy 7 2
:::
2r 4
6 7
4 5 5
cos 2 sin 2 cos 32
σzz + :::
2
1 KI
ry =
2 σYS
2.2 Carácter dúctil o frágil de la rotura 19
Figura 2.7 – Zona plástica en el fondo de la fisura propuesta por Irwin [Irwin 60].
Este planteamiento proporciona una distribución de tensiones mayores que las obtenidas
con la expresión surgida del planteamiento elástico, lo cual implica un valor mayor de KI .
Para solventar este problema Irwin propone utilizar un factor de intensidad de tensiones
efectivo, Ke , que se obtiene situando el borde de la fisura efectiva en el centro de la zona
plástica (ver Figura 2.8) y adopta el siguiente valor:
Ke
σyy ≈ σyy = q
2 (r − ry )
Este modelo fue propuesto por primera vez por Dugdale y Barenblatt [Dugdale 60,
Barenblatt 62] y propone una zona plástica larga y estrecha en el borde de la fisura.
Este planteamiento considera una grieta mayor que la grieta física, diferenciando dos
zonas, una central que se corresponde con la grieta física y otra situada a ambos lados
de ésta, que se opone a la apertura de la grieta y trata de cerrarla. Esta segunda zona,
20 Estado del Arte
Figura 2.8 – Obtención del factor de intensidad de tensiones efectivo propuesto por Irwin Ke
(el borde de la fisura efectiva se sitúa en el centro de la zona plástica) [Irwin 60].
Figura 2.9 – Esquema de funcionamiento del modelo de banda plástica [Anderson 95].
Wells [Wells 61] consigue relacionar esta apertura del frente de fisura con el factor de
intensidad de tensiones KI y postula que el CTOD es un buen parámetro para caracterizar
la rotura cuando el planteamiento elástico deja de ser válido. Esto se confirma años más
tarde cuando se encuentra una relación entre el CTOD y la integral J [Anderson 95].
En 1968, Rice [Rice 68] desarrolla una aproximación energética a la fractura dúctil
basándose en las integrales de contorno independientes del camino definidas por Eshelby
[Eshelby 51], conocida por integral J, que presenta la siguiente expresión:
22 Estado del Arte
!
Z
@ui
J= !n1 − Ti ds
@x1
donde:
La integral J proporciona una expresión para la energía disponible para propagar una
fisura en un medio elástico no lineal y es independiente del camino de integración. Puede
considerarse una extrapolación del concepto de la energía G empleado por la MFEL, aplicado
a la MFEP [Elices 98].
Clivaje. El clivaje se identifica con una propagación rápida de una fisura a través de
ciertos planos cristalográficos, esto es, de manera transgranular. El propio Anderson
[Anderson 95] menciona que el clivaje es a menudo referido como fractura frágil, aunque
puede ser precedido por una fuerte plastificación y un crecimiento dúctil de la fisura.
Este aspecto es particularmente interesante dentro del planteamiento de este trabajo.
Fractura intergranular. Como su propio nombre indica, este mecanismo hace refe-
rencia a una fractura desarrollada entre los granos que forman la microestructura del
material.
σ1 + σ2 + σ3
σH =
3
(σ1 − σ2 )2 + (σ2 − σ3 )2 + (σ1 − σ3 )2
s
σ =
2
σH
Triaxialidad de tensiones =
σ
donde σH es la tensión hidrostática, σ es la tensión equivalente de Von Mises y σ1 , σ2 y σ3
son las tensiones principales en la sección mínima de la probeta.
Bridgman también proporciona sus ecuaciones, que relacionan la triaxialidad de tensiones
con la geometría de la probeta, es decir, el radio de la entalla y el radio de la probeta. La
principal característica del planteamiento de Bridgman consiste en considerar que la defor-
mación equivalente es constante en la sección transversal de menor diámetro (simulaciones
numéricas posteriores demostrarían que existe una variación de la deformación equivalente
26 Estado del Arte
en dicha sección y que su valor máximo tiene lugar en el centro de ella) pero que las tensiones
radiales, axiales y perimetrales varían. Como se ha dicho, según Bridgman la triaxialidad de
tensiones crece desde un valor de 1/3 en la superficie hasta un valor máximo en el eje de la
probeta y dicha variación viene definida por las ecuaciones de Bridgman:
σH 1 r
= + ln +1
σ 3 2R
r0
εf = 2 ln
r
Figura 2.14 – Esquema del dispositivo empleado por Bluhm y Morrisey en su pionero estudio
de la rotura de una barra sometida a tracción [Bluhm 66].
Figura 2.15 – Proceso de rotura en el cuello de estricción de una probeta cilíndrica de cobre
sometida a un ensayo de tracción simple y su correspondencia con la curva carga-deformación
[Bluhm 66].
Figura 2.17 – Poro esférico propuesto por Rice y Tracey [Rice 69].
2.3 Modelos de rotura para materiales dúctiles 29
X ∆εp
D=
εR
p
p la deformación plástica
donde ∆εp es el incremento de deformación plástica equivalente y εR
equivalente de rotura, que se define con la siguiente expresión:
_
h i
p = [D1 + D2 exp (D3 σ )] 1 + D4 ln εp [1 + D5 T ]
εR
Figura 2.18 – Probetas empleadas por Bao para los ensayos a compresión [Bao 03].
Figura 2.19 – Probetas cilíndricas entalladas empleadas por Bao para los ensayos a tracción
[Bao 03].
Figura 2.20 – Probetas propuestas por Bao para estudiar estados de tensiones con predominio
de esfuerzos cortantes [Bao 03].
2.3 Modelos de rotura para materiales dúctiles 33
Bao para analizar siete modelos de rotura. Concluyen que el modelo de máximo cortante
proporciona buenos resultados a pesar de ser muy simple, pero no puede predecir estados de
carga axilsimétricos. Asimismo comprueban que un modelo desarrollado por Xue y Wierz-
bicki proporciona también muy buenos resultados y concluyen que es fundamental basar el
criterio de rotura en la triaxialidad.
También en 2005 Bao [Bao 05] amplía el estudio realizado en su Tesis doctoral estudiando
cinco tipos de entallas en probetas cilíndricas y en probetas planas, concluyendo que los
parámetros más importantes que gobiernan la aparición de la grieta son la triaxialidad de
tensiones y la tensión de Von Mises. Los resultados de sus ensayos sugieren que existe una
transición entre el cortante y la tensión uniaxial donde la ductilidad crece a medida que lo
hace la triaxialidad.
Xue y Wierzbicki presentan en 2006 [Xue 06] un modelo de material que incluye cuatro
características principales: sensibilidad a la presión, dependencia del parámetro de Lode,
función de daño no lineal y efecto del deterioro del material, logrando buenos resultados con
simulaciones de probetas compactas y probetas sometidas al ensayo de flexión en tres puntos
[Xue 07, Xue 08].
En 2009 Boyce y Dilmore [Boyce 09] estudian el modo en que la velocidad del ensayo
afecta a la rotura de un material dúctil. Para ello, ensayan probetas de cuatro materiales
diferentes a grandes velocidades de deformación mediante el empleo de la barra Hopkinson.
A diferencia de Børvik et al. [Hopperstad 03, Borvik 03], concluyen que, efectivamente, la
velocidad de deformación modifica la forma de rotura de un material dúctil, aunque solo
para altas velocidades de deformación; en concreto, manejan tasas de deformación de entre
0,0002s 1 y 200s 1 .
En sus trabajos de 2009 y 2012 [Huespe 09, Huespe 12], Huespe et al presentan un mo-
delo de rotura definido mediante una formulación del comportamiento del material basada
en la que dio origen al modelo de Gurson-Tvergaard-Needleman y que tiene en cuenta la
triaxialidad de tensiones como aspecto fundamental en la rotura. En estos trabajos logran
modelizar perfectamente una rotura en copa y cono, típica de los materiales dúctiles.
El origen de este parámetro data de 1925 y fue introducido por Walter Lode [Lode 26],
pero su empleo en el estudio de la rotura de materiales dúctiles es muy reciente. Para entender
el significado del parámetro de Lode es necesario explicar antes qué se entiende por tensor
desviador de tensiones y qué son los invariantes de dicho tensor, conceptos que se exponen
brevemente a continuación.
2.3 Modelos de rotura para materiales dúctiles 35
donde p es la tensión hidrostática (σH ) y está relacionada con el primer invariante del tensor
de tensiones, I1 , que tiene la siguiente expresión:
1 1
p = I1 = (σ1 + σ2 + σ3 )
3 3
siendo σ1 , σ2 y σ3 las tensiones principales, es decir, los elementos de la diagonal principal
del tensor de tensiones.
Por otra parte, los tres invariantes del tensor desviador de tensiones quedan definidos
como:
1
J1 = (s1 + s2 + s3 )
3
1 2
s1 + s22 + s23
J2 =
2
J3 = s1 s2 s3
I1 √
ξ = √ = 3p
3
q
= 2J2
√
1 3 3 J3
!
1
= cos
3 2 J23/2
36 Estado del Arte
En 2001, Zhang et al. [Zhang 01] proponen un nuevo acercamiento a la rotura dúctil
mediante el empleo del parámetro de Lode. En este trabajo afirman que en ocasiones la
triaxialidad de tensiones no basta para definir el comportamiento en la rotura de un mate-
rial dúctil y es entonces cuando el parámetro de Lode resulta útil. Su trabajo se centra en
estudiar la influencia del parámetro de Lode sobre la expansión de un hueco en las diferentes
direcciones del espacio y concluye que ésta depende claramente del ángulo de Lode. A partir
de entonces, el parámetro de Lode se suma a la triaxialidad de tensiones como elemento de-
terminante de la rotura en materiales dúctiles y comienza a ser utilizado de manera habitual
por numerosos investigadores a la hora de proponer modelos de daño.
Así, el modelo de fractura dúctil desarrollado por Xue y Wierzbicki, que fue evaluado
en el trabajo de Wierzbicki et al. en 2005 [Wierzbicki 05], basa su criterio de daño en la
triaxialidad y en un parámetro del estado de desviación de las tensiones relacionado con el
parámetro de Lode.
En 2008, Bai y Wierzbicki [Bai 08] plantean un modelo de plasticidad para metales
2.3 Modelos de rotura para materiales dúctiles 37
Figura 2.23 – A la izquierda, un esquema de una rotura en forma de copa y cono. A la derecha,
una imagen de una rotura real en forma de copa y cono.
claramente tres regiones dentro del rango de triaxialidades que están asociadas a mecanismos
de rotura diferentes (ver Fig 2.21), siendo el cortante el esfuerzo que provoca la rotura en
triaxialidades bajas y una combinación del mecanismo de cortante y el de crecimiento de
huecos el que la provoca en triaxialidades medias.
En 2007 Barsoum y Faleskog [Barsoum 07a, Barsoum 07b] presentan un modelo de rotura
que contempla la combinación de esfuerzos de tracción y de cortante. Emplean este modelo
para estudiar la transición entre el plano central y el inclinado en una rotura de copa y cono.
En 2008 Nahshon y Hutchinson [Nahshon 08] realizan una corrección del modelo de
Gurson para contemplar la aparición de daño bajo cortante puro o en estados de triaxialidad
muy reducidos. Para ello, introducen un nuevo parámetro, k! , que registra el daño por
cortante.
También en 2008 Tvergaard [Tvergaard 08] analiza numéricamente el comportamiento
de un microporo embebido en un material dúctil sometido a cortante puro empleando un
modelo de elementos finitos (ver Fig 2.24). Este trabajo modeliza el comportamiento anun-
ciado por Fleck y Hutchinson, según el cual la rotura por cortante se produce por giro y
aplastamiento de los poros. A lo largo de la deformación del microporo, las caras internas de
éste se terminarían tocando en el modelo de Tvergaard dando lugar a problemas de cálculo;
para evitar esto, Tvergaard introduce una función de presión dentro del poro.
En 2011 Nielsen y Tvergaard [Nielsen 11] continúan el estudio de la rotura por cortante
puro interesándose por el modo en que los poros secundarios afectan a la rotura de los
2.4 El modelo de Gurson-Tvergaard-Needleman 39
Figura 2.24 – Modelo desarrollado por Tvergaard [Tvergaard 08] para estudiar la deformación
de los poros bajo esfuerzos de cortante puro.
df dfgr dfnucl
= +
dt dt dt
El cálculo del crecimiento de los poros existentes se basa en considerar el material incom-
presible, de esta manera, todo el incremento de deformación plástica se debe al incremento
del volumen de los poros existentes:
dfgr dεpl
= (1 − f )
dt dt
40 Estado del Arte
dfnucl dεpl
=A m
dt dt
donde:
2 0 12 3
fN 1 εpl
m − εN A 7
A= √ exp 6
4− @
sN 2 2 sN
5
!2
3p
!
q
2
= + 2q1 f cosh −q2 − 1 + q3 f =0
σy 2σy
2.4 El modelo de Gurson-Tvergaard-Needleman 41
q1 → 1.5
q2 → 1.0
q3 = q12 → 2.25
>fF si f fF
>
>
>
>
:
q
q1 + q12 − q3
fF =
q3
Figura 2.25 – Relación entre q y p en función del valor de la porosidad inicial f [Tvergaard 84].
Algunos de los parámetros que definen el modelo no pueden ser obtenidos de manera
experimental. Efectivamente, el modelo precisa para su definición de valores como el
porcentaje de huecos presentes en el material para iniciar el fenómeno de coalescencia,
fc , o el porcentaje de poros que implica una pérdida total de la capacidad resistente,
fF , que no pueden medirse experimentalmente.
En definitiva, un modelo GTN no permite llevar a cabo una calibración a priori, sino que
requiere llevar a cabo un proceso de prueba y error hasta definir un conjunto de parámetros
cuyos valores ajusten el comportamiento del modelo numérico al comportamiento observado
experimentalmente. Además, la solución definida puede no ser única, de manera que los
parámetros adoptados como válidos pueden ajustar el caso particular estudiado, pero no
definir el comportamiento general del material.
Figura 2.26 – Generalización del concepto de fisura cohesiva realizado por Hillerborg. A la
izquierda se muestra el esquema de Dugdale y a la derecha el de Hillerborg.
tanto, es una zona dañada del material que todavía conserva una cierta capacidad resistente.
Esta zona dañada es, en consecuencia, una zona microfisurada que todavía conserva algunos
ligamentos de material capaces de transmitir esfuerzos.
Por tanto, una vez que el material alcanza una tensión determinada (σ = ft ), la grieta
comienza a materializarse al mismo tiempo que el material pierde capacidad resistente. El
modo en que el material pierde tensión a medida que la separación entre las caras de la fisura
aumenta se define con una función de ablandamiento:
σ = f (w)
Tensión de fisuración, ft .
Abertura crítica de fisura, wc .
Energía de fractura, GF .
La energía de fractura es el trabajo necesario para separar completamente las dos caras
de la fisura en una unidad de longitud y se corresponde con el área encerrada bajo la curva
de ablandamiento entre los valores de abertura de fisura w = 0 y w = wc .
Z wc
GF = f (w) dw
0
Para definir la forma de esta curva de ablandamiento existen muchas opciones en la li-
teratura (ver Figura 2.28). En el pionero trabajo de Dugdale [Dugdale 60] se propone una
curva de ablandamiento rectangular que, tal y como señala Hillerborg [Hillerborg 76], resulta
adecuada para materiales con comportamiento plástico, como el acero templado. El propio
Hillerborg propone por primera vez una curva lineal para el hormigón. En 1981 Petersson
[Petersson 81] propone una curva bilineal como aproximación para los resultados experimen-
tales del hormigón. Desde ese momento, la curva bilineal es aceptada como una aproximación
razonable de la curva de ablandamiento para el hormigón, material para el que se ha utiliza-
do extensamente el modelo de fisura cohesiva; sin embargo, no existe un criterio establecido
para determinar la posición del punto de unión entre las dos líneas que definen la curva.
Esto, tal y como mencionan Bazant y Planas [Baºant 97], no es de extrañar, pues diferentes
mezclas de hormigón presentarán diferentes curvas de ablandamiento. Posteriormente se han
propuesto otras curvas, como la exponencial, que tiene dos ventajas respecto a la bilineal:
por un lado, solo precisa de dos parámetros, GF y ft , para que el comportamiento a fractura
quede completamente definido y, por otra parte, su derivada es continua, lo que resulta muy
conveniente cuando es implementada en modelos numéricos, ya que hace que éste sea mucho
más robusto [Reyes 04].
Debido a estas dificultades, se han desarrollado métodos indirectos en los que se emplean
probetas con una única entalla, como el ensayo de flexión en tres puntos o el ensayo de
probetas compactas. En estos ensayos se miden la carga y el desplazamiento de la apertura
de fisura (CTOD) o el desplazamiento del punto de aplicación de la carga, datos a partir de
los cuales se infiere la curva de ablandamiento.
48 Estado del Arte
Figura 2.29 – a)Fisuración múltiple en probetas ensayadas a tracción. b) Rotación de las caras
de la fisura en probetas prefisuradas. c)Superposición de fisuras.
Figura 2.30 – Modelo de fisuración con elementos intercara en el que el camino de la fisura
es introducido a priori [Gálvez 02b]
50 Estado del Arte
Los elementos intercara pueden presentar diferentes configuraciones, por ejemplo, mue-
lles no lineales [Rots 88, Xie 06, Ding 99, Gálvez 09], elementos de intercara de dos nodos
[Gálvez 98] o elementos de intercara planos [García-Álvarez 94, Xie 95, Carol 97, Gálvez 01],
siendo este último el más empleado habitualmente.
2A
donde es el índice de cada nodo del elemento, N (x) es la función de forma para el
nodo , u es el desplazamiento correspondiente al nodo (es decir, la parte continua del
desplazamiento), H (x) es la función de Heaviside, que define el salto a través del plano
de la grieta, y N + (x) = 2A+ N (x). La función H (x), que introduce el efecto de la
P
Figura 2.31 – Subdominios en los que la fisura divide el elemento en un modelo de fisura
embebida [Reyes 04, Sancho 07a].
Figura 2.32 – Ejemplo de un modelo de fisuración con elementos con fisura embebida en el
que el camino de la fisura no ha sido definido a priori [Cendón 01]
.
Figura 2.33 – En el modelo de fisura embebida con elementos tetraédricos pueden darse fisuras
con un único nodo solitario (izquierda) o con dos nodos solitarios (derecha) [Sancho 07b].
como el hormigón. En los últimos años, sin embargo, ha habido intentos de extender su uso
a materiales que exhiben una rotura dúctil. Así, en 2000, Siegmund y Brocks [Siegmund 00]
emplean un modelo de fisura cohesiva para estudiar el crecimiento de una grieta en materiales
elasto-plásticos.
En 2003, Scheider y Brocks [Scheider 03] utilizan un modelo cohesivo para simular la
rotura en copa y cono, típica de los materiales dúctiles. En su estudio logran reproducir con
éxito la rotura en forma de copa y cono empleando una curva de ablandamiento trapezoidal
suavizada (ver Figura 2.34). Este estudio es ampliado por Scheider en 2009 [Scheider 09],
donde estudia la rotura dúctil mediante un modelo cohesivo con cierta dependencia de la
triaxialidad de tensiones y reproduce el incremento de daño debido a nucleación y crecimiento
de huecos mediante un modelo de Gurson.
Figura 2.34 – Curva trapezoidal con los cambios de pendiente suavizados, empleada por Schei-
der y Brocks [Scheider 03].
2.6 Recapitulación y objetivos 53
Figura 2.35 – Superficie de rotura en copa y cono (izda.) y superficie de rotura plana con una
región oscura en su interior (dcha.).
Trabajo experimental
En este capítulo se expone el trabajo experimental realizado en esta Tesis, que se desa-
rrolla de la siguiente manera:
3.1. Objetivos
En los apartados siguientes se describe la campaña experimental realizada en esta inves-
tigación. En ella se realizan ensayos de tracción simple y ensayos de flexión en tres puntos
con probetas de dos materiales diferentes.
58 Trabajo experimental
Conocer cómo se desarrolla el daño interno que provoca la rotura final de las probetas
en cada uno de los materiales.
Comprobar si el diámetro o la longitud de las probetas tiene influencia en el resultado
del ensayo.
Observar si existen diferencias en el comportamiento a rotura de ambos materiales que
puedan justificar modelos diferentes para su reproducción numérica.
En el caso de los ensayos de flexión en tres puntos, únicamente se busca obtener un valor
de la energía de fractura de cada uno de los materiales que sirva como input para el mo-
delo numérico desarrollado en esta investigación, cuyo desarrollo se aborda en los capítulos
posteriores.
Una de las principales dificultades que existen al estudiar el comportamiento del material
a partir del instante de carga máxima radica en que dicho comportamiento viene gobernado
por un fenómeno local, la aparición del cuello de estricción.
El extensómetro resistivo se emplea habitualmente para medir la evolución de la defor-
mación durante el ensayo de tracción. Dicho dispositivo abarca una zona muy reducida de
la probeta y es usual, por tanto, que el cuello de estricción quede parcial o totalmente fuera
de la zona medida, lo cual imposibilita obtener datos extensométricos a partir del instante
de carga máxima.
A diferencia del extensómetro resistivo, el sistema de extensometría óptica no presenta
este inconveniente, ya que permite realizar tantas medidas extensométricas como se desee
y donde se desee, pudiendo garantizar así que el cuello de estricción quede recogido en la
medición y centrado en la misma.
Con el objetivo de comprobar la validez del sistema de extensometría óptica como sustitu-
to del extensómetro resistivo tradicional se llevan a cabo ensayos sobre probetas de diferentes
3.3 Ensayos. Justificación 61
3.3.1.2. Estudio 2: Localización del inicio del daño interno mediante ensayos de
material fragilizado con nitrógeno líquido
Después de llevar las probetas hasta cada uno de los escalones de deformación prefijados, éstas
son descargadas y analizadas mediante tomografía de rayos X. De este modo, conociendo la
presencia de huecos en el interior del material en sucesivos instantes del ensayo, se puede
determinar el instante en el que comienza a desarrollarse el daño interno que provoca la
rotura final del material.
para estudiar la influencia del radio y de la longitud sobre la geometría final de las
probetas tras la rotura.
Como se verá más adelante, uno de los resultados obtenidos en el estudio 4 es que el
tamaño de la zona central oscura observada en la superficie de rotura del Material 1 no
presenta una relación proporcional con el diámetro de las probetas. De este modo, aunque
el tamaño de dicha zona central es mayor cuanto mayor es el diámetro de la probeta, la
relación entre el diámetro de dicha zona central y el diámetro de la probeta parece reducirse
con el tamaño de la misma.
En este estudio 5 se estudia la variación del tamaño de dicha zona oscura con el incremento
del diámetro de la probeta en ambos materiales. Además, en el caso del Material 1 se compara
el tamaño de dicha región central con las predicciones que proporciona un acercamiento
al problema mediante expresiones proporcionadas por la Mecánica de la Fractura Elástica
Lineal (MFEL), planteando la hipótesis de que dicha zona central pueda surgir a raíz de una
decohesión interna que simule una entalla circular dentro del material.
Las Tablas 3.1 y 3.2 presentan de manera resumida los trabajos realizados sobre cada
una de las probetas ensayadas para el Material 1 y para el Material 2, respectivamente. Esta
información, más detallada, puede consultarse en el Apéndice A del presente documento.
Medición de la estricción
Análisis con microscopio
Análisis con tomografía
Extensómetro resistivo
electrónico de barrido
Extensometría óptica
de la zona central
Ensayo detenido
tras la rotura
de rayos X
D3c0p01 X X
D3c0p02 X X X
D3c0p03 X X
D3c0p04 X
D3c0p05 X
φ=3mm D3c0p06 X
D3c0p07 Ensayo no válido
D3c0p08 X X X X
D3c0p09 X X
D3c0p010 X X X X
D3c0p011 X X X X
D6c0p01 X X X
D6c0p02 X X
D6c0p03 X X
D6c0p04 X
D6c0p05 X X
D6c0p06 X
D6c0p07 X X X
D6c0p08 X
D6c0p09 X
D6c0p010 Ensayo no válido
D6c0p011 X
D6c0p012 Ensayo no válido
D6c0p013 Ensayo no válido
φ=6mm D6c0p014 X
D6c0p015 X
D6c0p016 X X X X
D6c0p017 X X X X
D6c0p018 X X X X
D6c0p01_I X X X X
D6c0p02_I X X X X
D6c0p03_I X X X X
D6c0p01_II X X X X
D6c0p02_II X X X X
D6c0p03_II X X X X
D6c0p01_III X X X X
D6c0p02_III X X X X
D6c0p03_III X X X X
D9c0p01 X X X
D9c0p02 X X
D9c0p03 X X
φ=9mm
D9c0p04 X X X X
D9c0p05 X X X X
D9c0p06 X X X X
Tabla 3.1 – Resumen de trabajos realizados con cada una de las probetas del Material 1.
3.4 Descripción del trabajo experimental 65
Medición de la estricción
Análisis con microscopio
Análisis con tomografía
Extensómetro resistivo
electrónico de barrido
Extensometría óptica
de la zona central
Ensayo detenido
tras la rotura
de rayos X
Ar3c0p01 X X
Ar3c0p02 X X X
Ar3c0p03 X X
φ=3mm
Ar3c0p04 X
Ar3c0p05 X
Ar3c0p06 X
Ar6c0p01 X X X
Ar6c0p02 X X
Ar6c0p03 X X
Ar6c0p01_I X X X X
Ar6c0p02_I X X X X
Ar6c0p03_I X X X X
φ=6mm
Ar6c0p01_II X X X X
Ar6c0p02_II X X X X
Ar6c0p03_II X X X X
Ar6c0p01_III X X X X
Ar6c0p02_III X X X X
Ar6c0p03_III X X X X
Ar9c0p01 X X X
φ=9mm Ar9c0p02 X X
Ar9c0p03 X X
Tabla 3.2 – Resumen de trabajos realizados con cada una de las probetas del Material 2.
Estos ensayos se llevan a cabo con el objetivo de obtener un valor aproximado de la energía
de fractura del material, GF , que sirve para alimentar el modelo numérico desarrollado en
esta investigación y que se describe en capítulos posteriores.
Además de estudiar las diferencias entre los dos materiales mencionados, otro de los
objetivos que se persigue en este trabajo es estudiar la influencia de las dimensiones de las
probetas en los resultados del ensayo de tracción. Concretamente los trabajos se centran en
la influencia de dos parámetros en particular: el radio y la longitud de la zona de sección
constante.
66 Trabajo experimental
L = 17.5mm (1/2Lref )
L = 35mm (Lref )
L = 70mm (2Lref )
L = 140mm (4Lref )
a)
b)
a)
b)
φ=3mm
φ=6mm
φ=9mm
éstos han de ser fácilmente diferenciables. Para ello, se oscurece cada probeta mediante la
aplicación de una llama hasta que la superficie sobre la que se van a medir las deformaciones
presenta un color negro uniforme. Posteriormente, con un espray de pintura blanca se rocía la
superficie oscurecida hasta lograr una nube de puntos lo suficientemente densa. La Figura 3.3
muestra el proceso de preparación de las probetas y el aspecto final de una de ellas.
Figura 3.3 – Proceso de preparación de una probeta para el empleo de extensometría óptica
en el ensayo de tracción simple.
Como se ha comentado en la descripción de los estudios realizados con las probetas ensa-
yadas a tracción simple, en la mayoría de las probetas se emplea un sistema de extensometría
óptica para medir las deformaciones.
En la Figura 3.4 se muestra un esquema del montaje de un ensayo de flexión simple
en el que las deformaciones se miden con un sistema de extensometría óptica. El extremo
inferior de la probeta está sujeto por una mordaza fija mientras que el superior está sujeto
por una mordaza que puede desplazarse verticalmente y que, por tanto, es la que aplica
la deformación que termina rompiendo la probeta. Esta mordaza superior está unida a la
máquina de tracción mediante una rótula que permite libremente el giro; de esta manera
70 Trabajo experimental
Figura 3.4 – Esquema del montaje para un ensayo de tracción. Deformaciones medidas con
un sistema de extensometría óptica.
se garantiza una correcta aplicación de la carga sin añadir esfuerzos adicionales sobre la
probeta.
A través de una cámara de vídeo de alta precisión se registran imágenes de la probeta
traccionada con una frecuencia de una imagen por segundo. La probeta es iluminada con
un foco para permitir una adecuada toma de las imágenes que servirán para obtener las
deformaciones del material mediante un software específico de correlación digital de imágenes
(DIC).
Debido a que los ensayos de tracción simple se han empleado para realizar cinco estudios
diferentes, se ha sometido a las probetas a distintos ensayos, empleando una notable variedad
de equipos, que se presentan a continuación.
En primer lugar se describen los dos sistemas empleados para medir las deformaciones
y se justifica su utilización. A continuación se describen la máquina empleada en todos los
ensayos de tracción, el tomógrafo de rayos X con el que se ha analizado la evolución del
daño a lo largo del ensayo, el microscopio electrónico de barrido con el que se han obtenido
las fractografías de las superficies de fractura y, finalmente, el perfilómetro empleado para
3.4 Descripción del trabajo experimental 71
— Extensómetro resistivo
Este dispositivo consta de un cuerpo y dos brazos, uno de ellos móviles. Los extremos de
estos brazos están fijados a la probeta durante el ensayo de tracción y sufren un desplaza-
miento relativo como resultado de la deformación que ésta experimenta.
En el cuerpo del extensómetro se aloja una resistencia cuyo valor varía en función del
desplazamiento relativo de los brazos. Una vez calibrado, la variación de la resistencia se
traduce en desplazamiento relativo (Figura 3.5).
En este trabajo se emplea un extensómetro Instron 2620 de 2,5mm de rango con una
base extensométrica de 12,5mm y una precisión garantizada mejor que 2,5µm.
Figura 3.5 – Imagen del extensómetro resistivo utilizado en los ensayos y esquema.
Figura 3.6 – Montaje del ensayo de tracción con medición de deformaciones mediante exten-
sometría óptica y aspecto de una de las imágenes empleadas por el software de correlación de
imágenes.
deformación para una única base extensométrica, la determinada por el propio extensómetro
al inicio del ensayo.
Por todo lo anterior, el sistema de extensometría óptica resulta mucho más útil en el
estudio que nos ocupa, ya que permite obtener la deformación de la probeta entre dos puntos
cualesquiera, permitiendo considerar diferentes bases extensométricas y asegurar siempre una
medida de la deformación centrada respecto del plano de rotura.
Con el fin de obtener la mayor información posible en los ensayos y comprobar la fiabi-
lidad del sistema de extensometría óptica, los primeros ensayos se instrumentan con ambos
sistemas de manera simultánea, sin embargo, una vez se confirma la fiabilidad del siste-
ma de extensometría óptica, se emplea este último como único sistema de medida de las
deformaciones.
Los ensayos se llevan a cabo, en su totalidad, con una máquina universal estática marca
Suzpecar con control en desplazamiento, de acuerdo con la norma UNE-EN ISO 6892-1
[une 10], y la carga se mide con una célula de carga de 100kN . En la Figura 3.7 se puede
observar una imagen de la máquina empleada.
Tomógrafo de rayos X
Perfilómetro
Los perfiles de las probetas tras la rotura se obtienen con el perfilómetro Nikon V-12B,
que se muestra en la Figura 3.9.
74 Trabajo experimental
Figura 3.10 – Dimensiones de las probetas empleadas en los ensayos de flexión en tres puntos.
Al igual que en las probetas ensayadas a tracción simple, la nomenclatura de estas pro-
betas comienza haciendo referencia al tipo de material, D para el Material 1 y Ar para el
Material 2. A continuación se indica que las probetas están destinadas a obtener la tenacidad
de fractura del material mediante las siglas TF y, finalmente, se numeran del 1 al 6.
En el caso de las probetas del Material 1, no ha sido necesario realizar ninguna preparación
específica para los ensayos, ya que el registro del desplazamiento del punto de aplicación de
la carga resulta suficiente.
3.4 Descripción del trabajo experimental 77
Para el ensayo de las probetas del Material 2, sin embargo, es necesario registrar la evo-
lución del CMOD (Crack Mouth Opening Displacement), para lo cual, debido a las reducidas
dimensiones de las probetas, se ha empleado el sistema de extensometría óptica. Por tanto,
las probetas del Material 2 han sido sometidas a la misma preparación descrita para las
probetas ensayadas a tracción simple: oscurecimiento del material mediante la aplicación de
una llama y marcado con espray blanco.
Estos ensayos se llevan a cabo de acuerdo a la norma ASTM E399-90 [ast 03a] y se
realizan en dos fases diferenciadas, una primera de prefisuración a fatiga y una segunda de
rotura por flexión.
La prefisuración se realiza con un máquina servohidráulica con control en desplazamiento.
Las probetas son marcadas con una línea que delimita hasta dónde ha de extenderse la fisura
y, debido a las dimensiones tan reducidas de las probetas, el ensayo se instrumenta con
una cámara digital que permite visualizar el frente de fisura ampliado en un monitor para
determinar con mayor precisión el momento en el que la fisura alcanza el límite marcado.
En la Figura 3.11 se puede observar una imagen del montaje del ensayo en el que se observa
el límite de fisuración marcado en la probeta con una línea roja.
Figura 3.11 – Dispositivo empleado para la aplicación de la carga en los ensayos de flexión
en tres puntos.
78 Trabajo experimental
El ensayo hasta rotura se lleva a cabo con la misma máquina servohidráulica empleada
en la fase de prefisuración y el desplazamiento del punto de aplicación de la carga se mide
con un extensómetro tipo LVDT (Transformador Diferencial de Variación Lineal). En la
Figura 3.12 se muestra el montaje de este ensayo.
Figura 3.12 – Montaje del ensayo de flexión en tres puntos hasta rotura.
Estos ensayos se llevan a cabo de acuerdo a la norma ASTM E813-89 [ast 03b] y se
realizan en dos fases diferenciadas, una primera de prefisuración a fatiga y una segunda de
rotura por flexión.
La prefisuración se realiza con una máquina servohidráulica con control en desplaza-
miento, empleando el mismo procedimiento y la misma instrumentación descritas para las
probetas del Material 1.
El ensayo hasta rotura se lleva a cabo según la técnica de la probeta única. Esta técnica
consiste en aplicar sucesivos ciclos de carga y descarga, incrementando la carga máxima en
cada ciclo. El desplazamiento del punto de aplicación de la carga se mide con un extensómetro
LVDT y el COD mediante un sistema de extensometría óptica como el descrito para los
ensayos de tracción simple.
3.5 Resultados 79
Tanto la fase de prefisuración por fatiga como la fase hasta rotura se llevan a cabo con
una máquina servohidráulica Instron 1275, que puede observarse en la Figura 3.13.
3.5. Resultados
En este apartado se presentan los resultados de los trabajos experimentales realizados
en esta Tesis. Estos resultados se muestran de manera separada para los dos materiales
estudiados.
En primer lugar se exponen los resultados correspondientes a los ensayos y a los análisis
realizados con las probetas del Material 1, describiendo inicialmente los resultados corres-
pondientes a los ensayos de tracción y posteriormente los correspondientes a los ensayos de
flexión en tres puntos. El apartado referente a los ensayos de tracción es el más extenso y está
80 Trabajo experimental
desarrollado a través de los cinco estudios realizados, descritos al comienzo de este capítulo.
En segundo lugar se presentan los resultados correspondientes a los ensayos realizados
con las probetas del Material 2, siguiendo el mismo esquema utilizado con los resultados del
Material 1. De esta manera se exponen en primer lugar los resultados correspondientes a los
ensayos de tracción y posteriormente los correspondientes a los ensayos de flexión en tres
puntos. Los resultados referentes a los ensayos de tracción también se describen a través de
los cinco estudios descritos al comienzo de este capítulo, sin embargo, en este caso solo se
desarrollan tres de ellos, ya que los dos primeros se llevan a cabo únicamente con probetas
del Material 1.
3.5.1. Material 1
3.5.1.1. Ensayos de tracción simple
Esto proporciona resultados redundantes que permiten una primera comprobación entre
las dos medidas tomadas con extensometría óptica. Además, existe la posibilidad de que la
correlación falle en algún punto del ensayo y, de esta manera, se tiene una segunda medida
en caso de que sea necesario.
Para este estudio se emplean nueve probetas del Material 1, tres para cada uno de los
diámetros utilizados, que se detallan a continuación:
Estudio 2: Localización del inicio del daño interno mediante ensayos de material
fragilizado con nitrógeno líquido
El objetivo principal de estos ensayos es identificar en la curva F − ε el instante a partir
del cual el daño interno que provoca la rotura final de la probeta resulta apreciable. Para
ello, se realizan una serie de ensayos detenidos instantes antes de la rotura, en diferentes
puntos a lo largo de la rama de pérdida de carga posterior al instante de carga máxima.
Como resultado del estudio 1, se dispone de tres curvas F − ε que demuestran un com-
portamiento muy repetitivo y que permiten detener el ensayo en instantes claramente identi-
ficados. De este modo, se busca delimitar la aparición del daño interno a lo largo del ensayo.
Así, se ensayan cuatro probetas a tracción simple hasta que alcanzan distintos puntos de la
rama de pérdida de carga.
82 Trabajo experimental
a)
b)
c)
Figura 3.15 – Curvas F − εing de las probetas D3c0p02, D6c0p01 y D9c0p03. Comparación
entre el extensómetro resistivo y el sistema de extensometría óptica (VIC-2D).
3.5 Resultados 83
Para comprobar la magnitud del daño desarrollado en el interior del cuello de estricción
en cada una de las probetas ensayadas se emplea un procedimiento mediante el cual se
provoca la rotura frágil de la probeta permitiendo distinguir el daño desarrollado hasta el
instante en que el primer ensayo se había detenido. Para ello, cada probeta es sumergida
en nitrógeno líquido hasta que alcanza una temperatura cercana a −100ºC y se aplica un
desplazamiento rápido de las mordazas de sujeción, unas 300 veces superior al empleado en
el resto de ensayos, hasta provocar la rotura.
Puede observarse el montaje de uno de estos ensayos en la Figura 3.17. La probeta se
encuentra rodeada por un recipiente de plástico en el que se vierte el nitrógeno líquido, que
se aporta de manera continua para compensar su evaporación y garantizar que toda la zona
de sección constante de la probeta queda sumergida en él. La temperatura se mide con la
ayuda de un termopar conectado a la probeta.
Para comprobar que la rotura provocada con el procedimiento señalado es frágil, se ensaya
una probeta sana aplicando nitrógeno líquido y llevándola a rotura de la manera descrita.
La Figura 3.19 muestra el aspecto de la probeta sana ensayada, D6c0p11, en la que no se
observa una zona de crecimiento de huecos, rompiendo totalmente mediante un mecanismo
de clivaje, es decir, de manera frágil. Este ensayo confirma la aplicabilidad del procedimiento
en el resto de probetas.
La Figura 3.18 muestra el aspecto de las probetas D6c0p05 (εing = 0,205) y D6c0p07
(εing = 0,215) tras ser sometidas al ensayo fragilizado descrito.
En el caso de la probeta D6c0p07, ensayada inicialmente hasta el estado de deformación
más cercano a la rotura, correspondiente a una εing de 0,215, se observa una pequeña mancha
oscura en la superficie de fractura, asociada a la nucleación y crecimiento de huecos.
En el caso de la probeta D6c0p05, ensayada inicialmente hasta un estado de deformación
algo menor que la anterior (εing = 0,205), no se observa ninguna mancha oscura que indique
nucleación y crecimiento de huecos y toda la superficie presenta una rotura por clivaje. Sin
embargo, se observa que la rotura no tiene lugar en la sección de menor sección, como es de
84 Trabajo experimental
Figura 3.17 – Montaje para el ensayo de las probetas con nitrógeno líquido.
3.5 Resultados 85
Figura 3.18 – Aspecto de las probetas D6c0p05 (izquierda) y D6c0p07 (derecha) tras el ensayo
fragilizado con nitrógeno líquido.
Figura 3.19 – Aspecto de la probeta D6c0p11 tras el ensayo fragilizado con nitrógeno líquido.
86 Trabajo experimental
Aunque las imágenes obtenidas con la probeta D6c0p07 parecen indicar que los resultados
son aceptables con probetas de 6mm de diámetro, el poder de penetración de los rayos X
en un material como el Material 1 es limitado y puede ser cuestionado para espesores tan
grandes. Así, este estudio se realiza con probetas de 3mm de diámetro, de manera que se
garantice una adecuada penetración de los rayos X en el material.
De este modo, para el Material 1 se toma una probeta de 3mm de diámetro, la D3c0p09,
que es sometida al ensayo de tracción en sucesivos escalones de deformación. Al final de cada
uno de estos escalones, la probeta es descargada y analizada con el tomógrafo de rayos X
para, a continuación, ser ensayada de nuevo hasta el siguiente escalón de deformación.
Se analiza el cuello de estricción de la probeta en cuatro puntos de la curva F − ε,
correspondientes a las siguientes deformaciones medidas con una base extensométrica de
12,5mm:
Figura 3.21 – Diagrama F −ε correspondiente a las probetas de 3mm de diámetro del Material
1. Se indican los cinco puntos en los que se detiene en el ensayo para el análisis con tomografía
de rayos X.
88 Trabajo experimental
Los resultados obtenidos con el tomógrafo de rayos X se muestran en la Figura 3.22. Para
cada uno de los puntos se muestran una sección longitudinal, una proyección en planta del
daño interno y una perspectiva del cuello de estricción.
Se observa cómo a medida que avanza el ensayo se produce un crecimiento de huecos en
el interior del material que apenas es apreciable en el instante de carga máxima, pero que
en los puntos 2 y 3 se hace claramente visible. Sin embargo, no es hasta el punto 4 cuando
se aprecia un daño interno evidente en el interior de la probeta.
Como conclusión de estos resultados se puede mencionar que para el Material 1, efectiva-
mente, tal y como explica la teoría de nucleación, crecimiento y coalescencia de microhuecos,
a lo largo del ensayo aparecen huecos en el interior del material repartidos de manera más
o menos uniforme que son claramente apreciables desde el instante de carga máxima. Sin
embargo, el daño interno observable en la superficie de rotura de una probeta ensayada a
tracción se desarrolla en los últimos instantes del ensayo.
Punto 1
Carga
máxima
Punto 2
Punto 3
Punto 4
Figura 3.22 – Evolución del daño interno a lo largo del ensayo de tracción simple en
una probeta de 3mm de diámetro fabricada con el Material 1. Se puede apreciar que el
daño se localiza fundamentalmente al final del ensayo.
90 Trabajo experimental
Figura 3.23 – Curvas σing − εing de las probetas del Material 1 ensayadas para comprobar la
influencia de la longitud sobre la rotura.
Figura 3.24 – Curvas σing − εing de las probetas del Material 1 con 17,5mm de longitud en la
zona central.
3.5 Resultados 91
Figura 3.25 – Curvas σing − εing de las probetas del Material 1 con 35mm de longitud en la
zona central.
Figura 3.26 – Curvas σing − εing de las probetas del Material 1 con 70mm de longitud en la
zona central.
92 Trabajo experimental
Figura 3.27 – Curvas σing − εing de las probetas del Material 1 con 140mm de longitud en la
zona central.
Figura 3.28 – Valores de la deformación de rotura obtenidos con las probetas de 6mm de
diámetro de diferente longitud fabricadas con el Material 1.
tud sobre dicho valor. Sin embargo, además de ser esta diferencia muy pequeña, el hecho de
que tanto las probetas más cortas y las probetas más largas presenten las deformaciones de
rotura menores indica que no existe una tendencia relacionada con la longitud de la probeta.
Si efectivamente el valor de la deformación de rotura estuviese relacionado con la longitud
de la probeta, las probetas de menor tamaño y las de mayor tamaño no presentarían ambas
deformaciones de rotura menores al resto de probetas. Por ejemplo, si la deformación de
rotura creciera cuanto mayor fuera la longitud de la probeta, las curvas azules, correspon-
dientes a las probetas más largas, deberían presentar una deformación de rotura mayor que
el resto.
se representan en verde, las de longitud igual a dos diámetros, en rojo y las de 12,5mm de
longitud, en azul.
Figura 3.29 – Bases extensométricas empleadas con cada uno de los diámetros.
En las Figuras 3.30, 3.31 y 3.32 se muestran las curvas σing − εing de las probetas de
diferentes diámetros del Material 1 para las bases extensométricas de longitud igual a un
diámetro, dos diámetros y 12,5mm, respectivamente.
Figura 3.30 – Curvas σing − εing probetas de diferentes diámetros del Material 1. Base exten-
sométrica = 1φ
3.5 Resultados 95
Figura 3.31 – Curvas σing − εing probetas de diferentes diámetros del Material 1. Base exten-
sométrica = 2φ
Figura 3.32 – Curvas σing − εing probetas de diferentes diámetros del Material 1. Base exten-
sométrica = 12,5mm
96 Trabajo experimental
En las Tablas 3.4, 3.5 y 3.6 se pueden consultar los valores de la deformación de rotura
obtenidos para las probetas medidos con bases extensométricas iguales a 1φ, 2φ y 12,5mm,
respectivamente. Estos valores se representan gráficamente en las Figuras 3.34, 3.35 y 3.36.
Tanto en el caso de las curvas obtenidas con una base extensométrica de un diámetro
como en las obtenidas con una base de dos diámetros, la curva resulta bastante repetitiva.
En cuanto al instante de rotura, únicamente una probeta de 6mm de diámetro parece pre-
sentar una deformación de rotura algo mayor, hecho que puede ser atribuido a la dispersión
experimental.
Cabe destacar que, cuando la base extensométrica empleada es de 12,5mm para todas las
probetas (Figura 3.32), la deformación de rotura varía mucho entre un diámetro y otro. Esto
es debido a que, tal y como se ha mencionado anteriormente, las medidas no son realmente
comparables. En la Figura 3.33 se muestra una imagen de una probeta de cada uno de los
diámetros ensayados en el instante previo a la rotura; sobre ellas se ha dibujado en azul la
base extensométrica de 12,5mm. Se observa que mientras en la probeta de 3mm de diámetro
la base extensométrica abarca con holgura la totalidad del estrechamiento provocado por la
estricción, en el caso de la probeta de 6mm de diámetro el cuello de estricción es abarcado
con muy poco margen y en el de la probeta de 9mm ni siquiera llega a abarcar la totalidad
del estrechamiento. Éste es el motivo por el cual cuando se mide la deformación de rotu-
ra con una base extensométrica de longitud fija sobre barras de diferentes diámetros, dicha
deformación de rotura presenta una variación tan notable como la mostrada en la Figura 3.32.
Figura 3.33 – Instante previo a la rotura para una probeta de 3mm (izda.), 6mm (centro)
y 9mm (dcha.) del Material 1. En azul se representa una base extensométrica de 12,5mm de
longitud.
3.5 Resultados 97
D3c0p08 3,00
D3c0p10 3,00 0,2962
D3c0p11 3,00 0,2813
D6c0p01 6,00 0,2867
D6c0p02 6,00 0,3288
D9c0p04 9,00 0,2894
D9c0p05 9,00 0,2471
D9c0p06 9,00 0,2648
D3c0p08 3,00
D3c0p10 3,00 0,2065
D3c0p11 3,00 0,2002
D6c0p01 6,00 0,1994
D6c0p02 6,00 0,2386
D9c0p04 9,00 0,2031
D9c0p05 9,00 0,1811
D9c0p06 9,00 0,1927
Figura 3.34 – Valores de la deformación de rotura obtenidos con las probetas de diferentes
diámetros fabricadas con el Material 1 para una base extensométrica = 1φ.
Figura 3.35 – Valores de la deformación de rotura obtenidos con las probetas de diferentes
diámetros fabricadas con el Material 1 para una base extensométrica = 2φ.
Figura 3.36 – Valores de la deformación de rotura obtenidos con las probetas de diferentes
diámetros fabricadas con el Material 1 para una base extensométrica = 12,5mm.
3.5 Resultados 99
En las Figuras 3.37, 3.38 y 3.39 se muestran las imágenes obtenidas con el microscopio
electrónico de barrido para las probetas de 3, 6 y 9mm de diámetro. Una circunferencia
dibujada a trazos delimita de forma aproximada la separación entre las zonas central y
exterior que se distinguen en la superficie de fractura.
En la probeta de 3mm de diámetro se observa que la microestructura de la zona central
presenta una estructura esponjosa, asociada a un fenómeno de crecimiento y coalescencia de
huecos. Sin embargo, no se aprecia una zona exterior asociada a una rotura por clivaje. Sí
se aprecia, en cambio, que la zona de transición entre la zona central y los labios del borde
siguen presentando una estructura de aspecto esponjoso. Esto está en concordancia con lo
observado a simple vista en las superficies de fractura de estas probetas, en las que no se
aprecia una mancha central distinguible del resto.
En la probeta de 6mm de diámetro se distingue claramente la estructura esponjosa en la
zona central y una estructura con líneas más definidas en la zona circundante. Esto confirma
que la zona central experimenta una rotura por crecimiento y coalescencia de huecos mientras
que el anillo exterior experimenta una rotura por clivaje.
Finalmente, en la probeta de 9mm de diámetro, al igual que en la de 6mm, se distingue
de nuevo un mecanismo de rotura por crecimiento y coalescencia de huecos en la zona cen-
tral y un mecanismo de clivaje en el anillo exterior. Además, se observa cómo la transición
entre ambas zonas es muy reducida, es decir, ambas zonas están claramente delimitadas en
la sección y no se observa un anillo intermedio en el que se combinen ambos mecanismos.
Figura 3.37 – Superficie de fractura de una probeta de 3mm de diámetro del Material 1. Se
muestran detalles de la microestructura en la zona central de la sección de rotura y en la zona
de transición dúctil-frágil.
3.5 Resultados 101
Figura 3.38 – Superficie de fractura de una probeta de 6mm de diámetro del Material 1. Se
muestran detalles de la microestructura en la zona central de la sección de rotura y en la zona
exterior.
102 Trabajo experimental
Figura 3.39 – Superficie de fractura de una probeta de 9mm de diámetro del Material 1. Se
muestran detalles de la microestructura en la zona central de la sección de rotura en la zona
de transición dúctil-frágil y en la zona exterior.
3.5 Resultados 103
Además se ha obtenido el coeficiente de estricción que, tal y como define la norma UNE-
EN ISO 6892-1, es `la variación máxima del área de la sección transversal que se produce
durante el ensayo (S0 −Su ), expresado como tanto por ciento del área de la sección transversal
inicial (S0 )' y se calcula con la siguiente expresión:
S0 − Su
Z= 100
S0
donde:
Para efectuar las mediciones necesarias se realizan macrofotografías de las dos superficies
de rotura de cada probeta por duplicado, esto es, se realizan dos macrofotografías de cada
uno de los dos extremos de cada probeta, cada uno con dos ángulos de iluminación distintos,
obteniendo así cuatro imágenes para cada probeta. Se procede de este modo para obtener una
mayor exactitud en las mediciones, ya que la incidencia de la luz sobre la superficie influye
en la apreciación de la zona central a medir. Posteriormente, con la ayuda del programa de
dibujo asistido por ordenador AutoCad, se miden las zonas centrales de cada fotografía, así
como los radios de las secciones mínimas. Para realizar estas mediciones, en cada una de
los extremos analizados se fotografían escalas gráficas que proporcionaran una referencia de
medida. En la Figura 3.41 se puede observar una de las macrofotografías empleadas y la
fotografía con su escala de medida correspondiente.
104 Trabajo experimental
La Tabla 3.7 recoge los resultados de estas mediciones, mostrando cuatro resultados para
cada probeta, uno para cada una de las cuatro macrofotografías realizadas de cada una de
ellas.
Asimismo, la Figura 3.42 representa gráficamente los resultados correspondientes al coefi-
ciente de estricción Z en relación con el radio inicial R0 y la Figura 3.43 los correspondientes
a la relación r/R en función del radio final, siendo r el radio de la zona central y R el radio
de la sección mínima de la probeta tras la rotura.
Se observa que el valor de la estricción es razonablemente constante para las probetas de
diferentes diámetros así como para las probetas de diferentes longitudes.
Por el contrario, la relación r/R presenta una clara tendencia a disminuir cuanto mayor
es el valor de R. Nótese que un valor constante de la relación r/R indicaría una proporcio-
nalidad entre el tamaño de la zona central y el tamaño de la probeta, proporcionalidad que
no se observa en este Material 1.
(R0 ) Val. 1 Val. 2 Val. 3 Val. 4 Val. 1 Val. 2 Val. 3 Val. 4 S0 Su1 Su2 Su3 Su4 Su Z Val. 1 Val. 2 Val. 3 Val. 4
D3c0p08 1.50 0,74 0,73 0,70 0,74 1,18 1,27 1,19 1,22 7,07 4,40 5,10 4,43 4,69 4,66 0,34 0,63 0,57 0,59 0,61
D3c0p10 1,50 0,72 0,72 0,69 0,69 1,22 1,23 1,22 1,23 7,07 4,67 4,76 4,65 4,78 4,71 0,33 0,59 0,59 0,57 0,56
D3c0p11 1,50 0,74 0,74 0,75 0,76 1,24 1,24 1,24 1,22 7,07 4,82 4,85 4,84 4,68 4,80 0,32 0,60 0,60 0,60 0,62
D6c0p16 3,00 0,96 0,96 1,00 0,99 2,35 2,34 2,27 2,31 28,27 17,37 17,20 16,13 16,74 16,86 0,40 0,41 0,41 0,44 0,43
D6c0p17 3,00 0,97 0,95 0,95 0,96 2,30 2,29 2,32 2,31 28,27 16,56 16,45 16,98 16,77 16,69 0,41 0,42 0,42 0,41 0,41
D6c0p01_I 3,00 1,15 1,14 1,12 1,12 2,48 2,46 2,44 2,46 28,27 19,28 19,02 18,77 18,99 19,02 0,33 0,46 0,46 0,46 0,46
D6c0p02_I 3,00 1,16 1,13 1,14 1,17 2,44 2,45 2,37 2,43 28,27 18,77 18,79 17,60 18,54 18,42 0,35 0,47 0,46 0,48 0,48
D6c0p03_I 3,00 0,94 0,94 0,93 0,95 2,30 2,29 2,25 2,28 28,27 16,65 16,52 15,94 16,34 16,36 0,42 0,41 0,41 0,42 0,42
D6c0p01_II 3,00 0,97 0,96 0,97 0,97 2,33 2,33 2,30 2,31 28,27 17,04 17,01 16,55 16,80 16,85 0,40 0,42 0,41 0,42 0,42
D6c0p02_II 3,00 0,97 0,97 0,99 0,99 2,33 2,35 2,38 2,38 28,27 17,05 17,40 17,82 17,78 17,51 0,38 0,42 0,41 0,42 0,42
D6c0p03_II 3,00 1,03 0,96 0,95 0,95 2,30 2,30 2,28 2,28 28,27 16,64 16,61 16,39 16,28 16,48 0,42 0,45 0,42 0,42 0,42
D6c0p01_III 3,00 0,99 0,96 0,98 0,95 2,34 2,33 2,37 2,38 28,27 17,23 17,12 17,68 17,84 17,47 0,38 0,42 0,41 0,41 0,40
D6c0p02_III 3,00 1,04 0,99 0,99 1,01 2,41 2,37 2,35 2,32 28,27 18,26 17,64 17,28 16,95 17,53 0,38 0,43 0,42 0,42 0,43
D6c0p03_III 3,00 1,00 0,99 0,97 0,98 2,36 2,35 2,31 2,34 28,27 17,44 17,37 16,74 17,22 17,19 0,39 0,43 0,42 0,42 0,42
D9c0p04 4,50 1,42 1,46 1,46 1,43 3,71 3,73 3,69 3,70 63,62 43,18 43,65 42,76 42,91 43,12 0,32 0,38 0,39 0,39 0,39
D9c0p05 4,50 1,66 1,65 1,66 1,63 3,72 3,77 3,75 3,78 63,62 43,59 44,75 44,18 44,90 44,36 0,30 0,45 0,44 0,44 0,43
D9c0p06 4,50 1,56 1,52 1,55 1,52 3,82 3,82 3,81 3,82 63,62 45,82 45,93 45,62 45,79 45,79 0,28 0,41 0,40 0,41 0,40
Tabla 3.7 – Resultados de las mediciones realizadas sobre las superficies de fractura de
105
106 Trabajo experimental
Figura 3.42 – Coeficiente de estricción en las probetas del Material 1, su valor se mantiene
constante al variar el radio de la probeta.
Figura 3.43 – Relación r/R en las probetas del Material 1. Esta relación tiende a reducirse
cuando se aumenta el radio de la probeta.
3.5 Resultados 107
probetas. De esta manera, se consideran las probetas de 3mm de diámetro, los cuatro grupos
de probetas de 6mm de diámetro, en función de la longitud de la zona central, y las probetas
de 9mm de diámetro.
Se observa que el perfil no presenta diferencias apreciables entre las probetas de 6mm de
diferentes longitudes.
Para comparar los perfiles de las probetas de diferentes diámetros, se seleccionan tres
perfiles, uno representativo de cada diámetro, y se escalan con ayuda de AutoCad para
hacerlos coincidir y poder apreciar diferencias en la forma del perfil de las probetas tras
la rotura. Esta comparación se puede observar en la Figura 3.44, en la que el perfil rojo
corresponde a una probeta de 3mm de diámetro, el verde a una de 6mm de diámetro y el
azul a una de 9mm de diámetro. Los perfiles reales de las probetas se dibujan en color y las
superficies de fractura se representan en color gris para facilitar la comparación.
En este caso se aprecian diferencias entre los perfiles de diferentes diámetros. Mientras
que los perfiles de las probetas de 3 y 6mm de diámetro resultan prácticamente coincidentes,
el perfil de la probeta de 9mm exhibe un estrechamiento claramente menor.
Figura 3.44 – Comparación de los perfiles tras la rotura de probetas de diferentes diámetros
del Material 1. En rojo, verde y azul se representan los perfiles de las probetas de 3mm, 6mm
y 9mm de diámetro, respectivamente.
108 Trabajo experimental
8 2 39
5 2i+1 3 < 2i #
" !
KI r r b r Ci2 5=
2
=1+ + ln 1 + · 4Ci1 ln2 +q
X X
Ci0
K0 i=1 R i=1
: R RR b r ;
RR
Figura 3.46 – Parámetros empleados en la fórmula de Guinea, Rojo y Elices para el cálculo
de KIc en fibras cilíndricas con defecto circular interno descentrado y perpendicular al eje de
la probeta [Guinea 04].
Tabla 3.8 – Coeficientes Ci empleados en la fórmula de Guinea, Rojo y Elices para el cálculo
de KIc en fibras cilíndricas con defecto circular interno descentrado y perpendicular al eje de
la probeta [Guinea 04].
Tabla 3.9 – Valores medidos experimentalmente en las probetas fabricadas con el Material 1
de los parámetros empleados en la fórmula de Guinea, Rojo y Elices [Guinea 04].
Utilizando la fórmula de Guinea, Rojo y Elices se calcula el radio del defecto interno
necesario para provocar la rotura en probetas cilíndricas con los valores de R y b medi-
dos experimentalmente. Este ajuste se logra considerando una tensión remota de rotura de
1000MPa y ajustando los resultados a los medidos experimentalmente para la probeta de
√
6mm de diámetro, que se obtienen con un valor de KIc de 39MPa m (como se verá más
adelante, este valor corresponde al obtenido experimentalmente en ensayos de flexión en tres
puntos). Con este valor de KIc se calcula el tamaño del defecto interno para las probetas de
3 y 9mm de diámetro.
El resultado de estos cálculos se muestra en la Tabla 3.10 y en las Figuras 3.47 y 3.48
El tamaño de la zona central obtenido con la fórmula de Guinea, Rojo y Elices presenta
una tendencia similar a la observada experimentalmente. Además, la Figura 3.48 muestra que
el tamaño de la grieta presenta un comportamiento no homotético del fenómeno estudiado,
es decir, el tamaño de la mancha central no es proporcional al diámetro de la probeta. Se
observa que al incrementar el tamaño de la probeta, el tamaño de la mancha central crece a
un ritmo menor.
112 Trabajo experimental
r
r/Rmin
R Rmin (mm)
(mm) (mm) Guinea- Guinea-
Medición Medición
Rojo-Elices Rojo-Elices
D3c0p08 1,455 0,236 0,730 0,744 3,090 3,150
D3c0p10 1,450 0,281 0,706 0,765 2,512 2,725
D3c0p11 1,465 0,351 0,749 0,799 2,130 2,274
D6c0p16 2,900 1,193 0,975 1,070 0,817 0,897
D6c0p17 2,900 1,233 0,958 1,074 0,777 0,871
D6c0p18 2,920 1,130 0,974 1,065 0,863 0,943
D6c0p01_I 2,915 1,076 1,134 1,060 1,054 0,985
D6c0p02_I 2,925 1,113 1,147 1,064 1,031 0,956
D6c0p03_I 2,930 1,215 0,942 1,073 0,775 0,883
D6c0p01_II 2,930 1,138 0,966 1,066 0,848 0,937
D6c0p02_II 2,925 1,187 0,981 1,071 0,827 0,902
D6c0p03_II 2,940 0,998 0,971 1,053 0,973 1,055
D6c0p01_III 2,940 1,183 0,970 1,071 0,820 0,905
D6c0p02_III 2,950 1,201 1,007 1,073 0,839 0,893
D6c0p03_III 2,920 1,202 0,986 1,072 0,820 0,892
D9c0p04 4,345 1,914 1,442 1,132 0,753 0,592
D9c0p05 4,350 1,598 1,651 1,120 1,033 0,701
D9c0p06 4,375 1,620 1,536 1,121 0,948 0,692
Figura 3.47 – Tamaño de grieta en probetas de diferente diámetro fabricadas con el Material
1. Comparación de los valores medidos experimentalmente y valores obtenidos con la fórmula
de Guinea, Rojo y Elices [Guinea 04].
3.5 Resultados 113
Figura 3.48 – Relación r/Rmin en probetas de diferente diámetro fabricadas con el Material
1. Comparación de los valores medidos experimentalmente y valores obtenidos con la fórmula
de Guinea, Rojo y Elices.
Una vez ensayadas las probetas, se realizan macrofotografías de las superficies de fractura
(ver Figura 3.49). Con ayuda del programa AutoCad se mide el valor de la entalla generada
en la prefisuración por fatiga y con los registros proporcionados por el extensómetro LVDT
y por la célula de carga se obtiene la curva carga-desplazamiento (ver Figura 3.50).
Finalmente se calcula la tenacidad de fractura mediante la siguiente expresión:
PQ S
KQ = f (a/W )
BW 3/2
siendo:
donde:
114 Trabajo experimental
KIc
Probeta √
(MPa m)
D_TF_p01 Ensayo no válido
D_TF_p02 Ensayo no válido
D_TF_p03 39,98
D_TF_p04 39,74
D_TF_p05 Ensayo no válido
D_TF_p06 36,50
Tabla 3.11 – Valores de la tenacidad de fractura obtenidos en los ensayos de flexión en tres
puntos con probetas del Material 1.
Finalmente, la norma exige que tanto la anchura de la probeta (B) como la longitud
de la grieta (a) tengan un valor superior a 2,5(KIc /σY S )2 . Considerando un valor de KIc =
√
40 MPa m se comprueba que B y a han de ser mayores que 8mm y, por tanto, las probetas
ensayadas no cumplen dicha condición. No obstante, estos ensayos proporcionan un valor
estimado de KIc suficientemente aproximado, en especial considerando que la geometría de
las probetas está limitada por la pequeña sección transversal del alambrón de partida.
3.5.2. Material 2
3.5.2.1. Ensayos de tracción simple
De los cinco estudios considerados, solo tres se llevan a cabo con el Material 2, pues los
estudios 1 y 2 se consideran completos únicamente con los ensayos realizados con el Material
1.
A continuación se presentan los resultados obtenidos en cada uno de los tres estudios
realizados con las probetas del Material 2 ensayadas a tracción simple.
Punto 1
Carga
máxima
Punto 2
Punto 3
Punto 4
Punto 5
Figura 3.52 – Evolución del daño interno a lo largo del ensayo de tracción simple en
una probeta de 3mm de diámetro fabricada con el Material 2.
118 Trabajo experimental
de la probeta antes incluso del comienzo del ensayo. Estos huecos están dispuestos longitu-
dinalmente en forma de cuentas de rosario y su tamaño crece a medida que incrementa la
deformación de la probeta. Estos huecos iniciales probablemente son resultado del proceso
de fabricación de las barras corrugadas.
A diferencia de lo observado en el Material 1, en este caso no se aprecia una acumulación
de daño en el centro de la probeta, sino que el daño se desarrolla en toda la sección de manera
bastante homogénea, concentrándose en los huecos que ya existen en el material antes del
ensayo y que se han mencionado anteriormente.
Figura 3.53 – Curvas σing − εing de las probetas del Material 2 ensayadas para comprobar la
influencia de la longitud sobre la rotura.
Figura 3.54 – Curvas σing − εing de las probetas del Material 2 con 17,5mm de longitud en la
zona central.
120 Trabajo experimental
Figura 3.55 – Curvas σing − εing de las probetas del Material 2 con 35mm de longitud en la
zona central.
Figura 3.56 – Curvas σing − εing de las probetas del Material 2 con 70mm de longitud en la
zona central.
3.5 Resultados 121
Figura 3.57 – Curvas σing − εing de las probetas del Material 2 con 140mm de longitud en la
zona central.
Figura 3.58 – Valores de la deformación de rotura obtenidos con las probetas de 6mm de
diámetro de diferente longitud fabricadas con el Material 2.
En las Figuras 3.59, 3.60 y 3.61 se pueden observar las curvas σing − εing de las probetas
de diferentes diámetros del Material 2 para las bases extensométricas de longitud igual a un
diámetro, dos diámetros y 12,5mm, respectivamente. En las Tablas 3.13, 3.14 y 3.15 se puede
consultar el valor de la deformación de rotura obtenido para las probetas medidos con bases
extensométricas iguales a 1φ, 2φ y 12,5mm, respectivamente. Estos valores se representan
gráficamente en las Figuras 3.63, 3.64 y 3.65.
Al igual que en el caso del Material 1, también en las probetas del Material 2 las curvas
obtenidas con bases extensométricas de longitud igual a uno y a dos diámetros resultan
bastante repetitivas. Una de las probetas de 3mm de diámetro presenta una deformación de
rotura algo mayor que el resto, hecho que puede ser atribuido a la dispersión experimental.
No ocurre así con las curvas obtenidas con una base extensométrica de 12,5mm. Como
se puede ver en la Figura 3.61, también en esta ocasión se demuestra lo poco adecuado que
resulta emplear una base extensométrica de la misma longitud para comparar el comporta-
miento de probetas con diferentes diámetros. En la Figura 3.62 se puede observar una imagen
de una probeta de cada uno de los diámetros ensayados en el instante previo a la rotura,
sobre las que se representa en azul la distancia correspondiente a una base extensométrica
de 12,5mm. Tal y como se explicó en el apartado de resultados del Material 1, esta base
extensométrica no mide deformaciones comparables en las tres probetas, ya que mientras en
la de 3mm de diámetro la zona medida recoge holgadamente el cuello de estricción, en la de
6mm lo recoge sin apenas margen y en la de 9mm no lo llega a cubrir del todo.
3.5 Resultados 123
Figura 3.59 – Curvas σing − εing probetas de diferentes diámetros del Material 2. Base exten-
sométrica = 1φ
Figura 3.60 – Curvas σing − εing probetas de diferentes diámetros del Material 2. Base exten-
sométrica = 2φ
124 Trabajo experimental
Figura 3.61 – Curvas σing − εing probetas de diferentes diámetros del Material 2. Base exten-
sométrica = 12,5mm.
Figura 3.62 – Instante previo a la rotura para una probeta de 3mm (izda.), 6mm (centro) y
9mm (dcha.) del Material 2. En azul se representa una base extensométrica de 12,5mm.
3.5 Resultados 125
Figura 3.63 – Valores de la deformación de rotura obtenidos con las probetas de diferentes
diámetros fabricadas con el Material 2 para una base extensométrica = 1φ.
Figura 3.64 – Valores de la deformación de rotura obtenidos con las probetas de diferentes
diámetros fabricadas con el Material 2 para una base extensométrica = 2φ.
Figura 3.65 – Valores de la deformación de rotura obtenidos con las probetas de diferentes
diámetros fabricadas con el Material 2 para una base extensométrica = 12,5mm.
3.5 Resultados 127
En las Figuras 3.66, 3.67 y 3.68 se muestran las imágenes obtenidas con el microscopio
electrónico de barrido para las probetas de 3, 6 y 9mm del Material 2. La zona central
característica de una rotura en forma de copa y cono se destaca mediante una circunferencia
dibujada a trazos.
En la probeta de 3mm de diámetro se observa que la microestructura de la zona central
presenta un aspecto esponjoso, asociado a un fenómeno de crecimiento y coalescencia de
huecos. En la zona de transición no se observa una estructura muy diferente de la observada
en la zona central, sin embargo, en el plano inclinado se aprecia una estructura que, aunque
guarda parecido a la encontrada en la zona central, presenta aristas menos redondeadas que
indican un cierto desarrollo del mecanismo de clivaje. Un detalle de este plano inclinado obte-
nido con un aumento igual a 1500 permite apreciar mejor el aspecto de esta microestructura
(ver Figura 3.66).
En la probeta de 6mm de diámetro también se distingue claramente la estructura espon-
josa tanto en la zona central como en la zona de transición. En el plano inclinado se obtienen
dos imágenes, una cercana a la meseta central de la superficie de fractura y otra cercana
al borde de la probeta; en ambas se observa una mezcla entre el mecanismo de crecimiento
de huecos y el mecanismo de clivaje. No obstante, cabe destacar que en la zona del plano
inclinado más cercana al centro de la probeta, los huecos atribuidos al primer mecanismo
son mayores y más numerosos mientras que en la zona más cercana al exterior de la probeta
su presencia es menor. Esto parece indicar que a medida que avanza la rotura por el plano
inclinado, el mecanismo de clivaje se impone al de crecimiento de huecos.
Finalmente, en la probeta de 9mm de diámetro se observa lo mismo que se ha comentado
en la de 6mm de diámetro. En la zona central de la probeta y en la zona de transición
con el plano inclinado se distingue claramente un mecanismo de nucleación y crecimiento
de huecos, mientras que en el plano inclinado se observa una mezcla entre el mecanismo de
crecimiento de huecos y el mecanismo de clivaje. También, al igual que en la probeta de
6mm de diámetro, el mecanismo de clivaje parece imponerse al de crecimiento de huecos a
medida que la grieta avanza desde el centro hacia el borde de la probeta.
La rotura de las probetas del Material 2 presenta una rotura típica en forma de copa y
cono, esto es, con un extremo en forma de tronco de cono y el otro con la forma complemen-
taria.
128 Trabajo experimental
Figura 3.66 – Superficie de fractura de una probeta de 3mm de diámetro del Material 2. Se
muestran detalles de la microestructura en la zona central, en la zona inclinada y en la zona
de transición entre ambas.
3.5 Resultados 129
Figura 3.67 – Superficie de fractura de una probeta de 6mm de diámetro del Material 2. Se
muestran detalles de la microestructura en la zona central, en la zona inclinada y en la zona
de transición entre ambas.
130 Trabajo experimental
Figura 3.68 – Superficie de fractura de una probeta de 9mm de diámetro del Material 2. Se
muestran detalles de la microestructura en la zona central, en la zona inclinada y en la zona
de transición entre ambas.
3.5 Resultados 131
(R0 ) Val. 1 Val. 2 Val. 3 Val. 4 Val. 1 Val. 2 Val. 3 Val. 4 S0 Su1 Su2 Su3 Su4 Su Z Val. 1 Val. 2 Val. 3 Val. 4
Ar3c0p01 1,50 0,54 0,54 0,55 0,53 0,88 0,89 0,88 0,87 7,07 2,45 2,48 2,44 2,36 2,43 0,66 0,61 0,60 0,62 0,61
Ar3c0p02 1,50 0,55 0,58 0,58 0,57 0,88 0,88 0,89 0,90 7,07 2,42 2,45 2,51 2,52 2,47 0,65 0,62 0,66 0,64 0,64
Ar3c0p03 1,50 0,54 0,55 0,57 0,57 0,93 0,91 0,93 0,93 7,07 2,69 2,59 2,70 2,73 2,68 0,62 0,59 0,61 0,61 0,61
Ar3c0p04 1,50 0,57 0,57 0,61 0,60 0,88 0,88 0,88 0,89 7,07 2,45 2,45 2,45 2,49 2,46 0,65 0,65 0,65 0,69 0,67
Ar3c0p06 1,50 0,57 0,56 0,54 0,55 0,90 0,88 0,87 0,85 7,07 2,52 2,44 2,39 2,29 2,41 0,66 0,63 0,63 0,62 0,64
Ar6c0p01 3,00 1,09 1,09 1,08 1,09 1,75 1,75 1,82 1,81 28,27 9,62 9,58 10,42 10,32 9,99 0,65 0,62 0,62 0,60 0,60
Ar6c0p01_I 3,00 1,10 1,14 1,17 1,15 1,83 1,80 1,82 1,80 28,27 10,49 10,23 10,37 10,22 10,33 0,63 0,60 0,63 0,64 0,64
Ar6c0p02_I 3,00 1,12 1,14 1,19 1,18 1,73 1,74 1,79 1,81 28,27 9,38 9,52 10,08 10,28 9,81 0,65 0,65 0,66 0,66 0,65
Ar6c0p03_I 3,00 1,09 1,07 0,13 1,12 1,81 1,79 1,81 1,78 28,27 10,29 10,04 10,28 9,96 10,14 0,64 0,60 0,60 0,63 0,63
Ar6c0p01_II 3,00 1,11 1,08 1,08 1,10 1,75 1,75 1,74 1,79 28,27 9,65 9,66 9,53 10,05 9,72 0,66 0,63 0,62 0,62 0,62
Ar6c0p02_II 3,00 1,10 1,11 1,10 1,10 1,83 1,84 1,82 1,81 28,27 10,57 10,60 10,35 10,30 10,45 0,63 0,60 0,60 0,61 0,61
Ar6c0p03_II 3,00 1,02 1,02 1,07 1,09 1,78 1,78 1,78 1,78 28,27 9,90 9,94 10,00 10,00 9,96 0,65 0,57 0,57 0,60 0,61
Ar6c0p01_III 3,00 1,05 1,05 1,08 1,07 1,77 1,75 1,79 1,79 28,27 9,82 9,64 10,07 10,09 9,91 0,65 0,60 0,60 0,60 0,60
Ar6c0p02_III 3,00 1,07 1,10 1,11 1,11 1,75 1,75 1,80 1,77 28,27 9,65 9,65 10,22 9,80 9,83 0,65 0,61 0,63 0,61 0,63
Ar6c0p03_III 3,00 1,05 1,07 1,10 1,05 1,77 1,76 1,75 1,75 28,27 9,80 9,70 9,62 9,67 9,70 0,66 0,60 0,61 0,63 0,60
Ar9c0p01 4,50 1,65 1,66 1,68 1,65 2,74 2,79 2,79 2,80 63,62 23,65 24,39 24,49 24,64 24,29 0,62 0,60 0,60 0,60 0,59
Ar9c0p02 4,50 1,74 1,69 1,71 1,69 2,75 2,76 2,74 2,75 63,62 23,78 23,87 23,67 23,80 23,78 0,63 0,63 0,61 0,62 0,61
Ar9c0p03 4,50 1,65 1,65 1,66 1,67 2,78 2,77 2,85 2,81 63,62 24,27 24,03 25,51 24,88 24,67 0,61 0,59 0,60 0,58 0,59
Tabla 3.16 – Resultados de las mediciones realizadas sobre las superficies de fractura de
Trabajo experimental
3.5 Resultados 133
Figura 3.70 – Coeficiente de estricción en las probetas del Material 2, su valor permanece
constante cuando se varía el radio de la probeta.
Figura 3.71 – Relación r/R en las probetas del Material 2, esta relación permanece constante
cuando se varía el radio de la probeta.
134 Trabajo experimental
Figura 3.74 – Comparación de los perfiles tras la rotura de probetas de diferentes diámetros
del Material 2. En rojo, verde y azul se representan los perfiles de las probetas de 3mm, 6mm
y 9mm de diámetro, respectivamente.
R Rmin r
r/Rmin
(mm) (mm) (mm)
Tabla 3.17 – Valores medidos experimentalmente en las probetas fabricadas con el Material 2
Figura 3.75 – Tamaño de grieta en probetas de diferente diámetro fabricadas con el Material
2. Se observa que r tiende a crecer de manera aproximadamente lineal con el radio de la probeta
R.
138 Trabajo experimental
Figura 3.76 – Relación r/Rmin en probetas de diferente diámetro fabricadas con el Material
2. Esta relación permanece constante cuando se varía el radio de la probeta.
En este apartado se describen los resultados del ensayo de flexión en tres puntos realizados
con la probeta Ar_TF_p01. No se realiza ningún ensayo adicional pues, como se muestra
a continuación, el ensayo no resulta válido por las propias características del material y las
reducidas dimensiones de las probetas.
En la Figura 3.77 se muestra la curva F − v, que presenta la evolución de la carga en
función del desplazamiento del punto de aplicación de la carga, y en la Figura 3.78 la curva
F −vm , que presenta la evolución de la carga en función de la apertura de los labios de fisura.
Estas curvas se elaboran con los registros de la célula de carga, del extensómetro LVDT
y del sistema de extensometría óptica.
A partir de estos registros se obtienen los datos correspondientes a cada uno de los ciclos
de descarga y recarga y se procede a calcular el valor de la integral J y del crecimiento de
fisura ∆a. Para realizar estos cálculos se emplean las fórmulas proporcionadas por la norma
ASTM E-1820-01 [ast 01] del modo que se describe a continuación:
a
= [0,999748 − 3,9504u + 2,9821u2 − 3,21408u3 + 51,51564u4 − 113,031u5 ]
W
donde:
1
u= " #1/2
Be W ECi
+1
S/4
siendo:
2 a 2 a 3 a 4
1 S a
CLLi = 1,193 − 1,98( ) + 4,478 − 4,443 + 1,739
EBe W − ai W W W W
donde P(i) y P(i 1) son las cargas máximas de dos ciclos descarga-recarga consecutivos.
2
" ! !# " #
Apl(i) − Apl(i 1) a(i) − a(i 1)
Jpl(i) = Jpl(i 1) + 1−
b(i 1) BN b(i 1)
Finalmente, el valor total de la integral J para cada ciclo i se obtiene sumando la parte
elástica:
2
K(i) (1 − 2 )
J(i) = + Jpl(i)
E
Tabla 3.18 – Resultados parciales y finales del cálculo de J para cada uno de los ciclos.
El ensayo no resulta válido pues, tal y como se puede observar en la Figura 3.79, el frente
de fisura plastifica. El objetivo de este tipo de ensayos es provocar una propagación estable
de la fisura mediante la aplicación de sucesivos ciclos de descarga y carga, objetivo que no
se logra para este material con probetas de las dimensiones empleadas. Probetas de mayo-
142 Trabajo experimental
Figura 3.79 – Aspecto del frente de fisura de la probeta Ar_TF_p01 después del ensayo de
flexión en tres puntos.
res dimensiones podrían proporcionar ensayos válidos, sin embargo, éstas están limitadas
por la propia sección de las barras de armado analizadas. A pesar de no obtener un valor
experimental de JIc que proporcione una estimación de GF , estos resultados confirman el
comportamiento marcadamente plástico de este material en comparación con el Material 1
y apoyan la idea de plantear diferentes modelos de fallo para cada uno de ellos.
3.6. Discusión
A continuación se presentan las principales observaciones obtenidas de los trabajos expe-
rimentales, éstas se desarrollan en el mismo orden en que se han presentado los resultados
en el anterior apartado. De esta manera, en primer lugar se exponen las observaciones co-
rrespondientes al Material 1 y en segundo lugar las correspondientes al Material 2. En cada
uno de los materiales estas observaciones se desarrollan divididas en dos grupos: uno corres-
pondiente a los ensayos de tracción y otro a los ensayos de flexión en tres puntos. En el caso
de los primeros, las observaciones se agrupan según los cinco estudios realizados.
3.6.1. Material 1
3.6.1.1. Ensayos de tracción simple
extensometría óptica son iguales a las obtenidas con un extensómetro resistivo tradicional.
Además, el empleo de la extensometría óptica permite realizar a posteriori todas las
mediciones que se deseen sobre el área analizada, garantizando así la posibilidad de medir
deformaciones en puntos que abarquen el cuello de estricción y estén centrados con el plano
final de rotura, aspecto clave para obtener la curva tensión-deformación hasta rotura del
material que no puede garantizarse cuando se utiliza un extensómetro resistivo tradicional.
Estudio 2: Localización del inicio del daño interno mediante ensayos de material
fragilizado con nitrógeno líquido
La rotura de las probetas inmersas en nitrógeno líquido sometidas a un desplazamien-
to rápido de las mordazas de sujeción provoca una rotura frágil del material, como se ha
comprobado con la probeta D6c0p11 (ver Figura 3.19).
Las probetas D6c0p07 y D6c0p05, ensayadas hasta estados de deformación diferentes
pero ambos muy próximos a la rotura, muestran que el daño interno que se desarrolla en
el Material 1 a lo largo de un ensayo de tracción y que se manifiesta en la mancha oscura
visible en la superficie de rotura de las probetas, se desarrolla en los últimos instantes del
ensayo, muy cerca del fallo del material (ver Figura 3.18).
final de la probeta r/R sí se ve afectado por el radio de la probeta, de manera que tiende
a decrecer cuanto mayor es el radio R. Sin embargo, la longitud de la zona central de la
probeta no parece influir en esta relación r/R, siendo constante en todas las probetas de
6mm de diámetro y diferente longitud ensayadas (ver Figura 3.43).
Por tanto, las probetas del Material 1, que exhibe una rotura con dos mecanismos de
rotura diferenciados, uno asociado a un comportamiento dúctil y otro a un comportamiento
frágil, presentan unas superficies de rotura no homotéticas, de manera que la relación entre
el tamaño de la mancha central y el tamaño de la sección transversal final de la probeta
tiende a decrecer cuanto mayor es el diámetro de ésta. Este comportamiento se asemeja al
que predice la Mecánica de la Fractura Elástica Lineal en probetas cilíndricas con grietas
circulares internas perpendiculares a su eje.
La comparación de los perfiles de rotura de las probetas del Material 1 permite compro-
bar que el perfil obtenido en las probetas del mismo diámetro es prácticamente coincidente,
independientemente de la longitud de las mismas (ver Figura 3.45). Sin embargo, al escalar
los perfiles de probetas de diferentes diámetros y superponerlos unos con otros, se observa
que éstos no son coincidentes (ver Figura 3.44). Aunque no se aprecian grandes diferencias
entre los perfiles de las probetas de 3 y 6mm, la probeta de 9mm sí presenta un estrecha-
miento claramente menor. Esto apoya la observación del apartado anterior, según la cual la
rotura de estas probetas presenta un comportamiento semejante al que predice la Mecánica
de la Fractura Elástica Lineal, ya que las probetas de 9mm rompen antes de alcanzar el
estrechamiento observado en las de 3 y 6mm. Todo parece indicar que la rotura por clivaje,
asociada a un comportamiento frágil, se desarrolla cuando el tamaño de la mancha oscura
central, asociada a un fenómeno de nucleación, crecimiento y coalescencia de huecos, alcanza
un tamaño determinado no proporcional entre probetas de diferente diámetro.
Considerando que el fenómeno de nucleación, crecimiento y coalescencia de huecos es
típico de un comportamiento dúctil en rotura, así como la formación del cuello de estricción,
se puede asumir que el tamaño del daño interno crece de manera proporcional en todas
las probetas. De este modo, la probeta de 9mm de diámetro rompe antes que las de 3 y
6mm, ya que ha desarrollado un tamaño de daño interno proporcionalmente menor y un
estrechamiento en el cuello de estricción también proporcionalmente menor.
probetas ensayadas con las predicciones de dichas medidas que proporciona la fórmula de
Guinea, Rojo y Elices, confirman que el Material 1 presenta un comportamiento en su rotura
final semejante al definido por la Mecánica de la Fractura Elástica Lineal (ver Figuras 3.47
y 3.48). El comportamiento, sin embargo, parece menos acusado que en las predicciones de
la fórmula de Guinea, Rojo y Elices, posiblemente motivado por la asimilación del daño
interior a una grieta. El daño interior es debido a un fenómeno de nucleación, crecimiento
y coalescencia de huecos, durante el cual el material se debilita sin perder totalmente su
capacidad resistente. La asunción de que esta zona equivale a una grieta, una región con
decohesión total del material, puede resultar excesiva. Un comportamiento más realista de
este fenómeno podría ser el correspondiente a una fisura cohesiva, modelo habitual en el
campo de la Mecánica de la Fractura.
Estos resultados confirman las observaciones realizadas en los apartados anteriores. Efec-
tivamente, la rotura del Material 1 se realiza en dos fases, una primera dúctil, y una segunda
gobernada por un mecanismo frágil.
Los ensayos de flexión en tres puntos realizados con el Material 1 proporcionan un valor
√
de KIc ≈ 40MPa m que será empleado como dato de entrada en los modelos numéricos que
se presentan en los capítulos siguientes.
Debido a que las probetas se obtienen a partir del alambrón de partida, que tiene un
diámetro de 12mm, éstas presentan unas dimensiones muy reducidas que impiden cumplir
una de las condiciones que exige la norma. Aun así, se puede considerar que el valor de KIc
obtenido es suficientemente aproximado.
3.6.2. Material 2
3.6.2.1. Ensayos de tracción simple
El ensayo realizado con una probeta similar a la empleada en los ensayos del Material 1
no resultó válido. El ensayo se realizó empleando la técnica de la probeta única, tal y como
describe la ASTM E813-89, aplicando veinte ciclos de descarga-recarga, incrementando la
3.6 Discusión 149
carga máxima aplicada en cada ciclo. El objetivo de este procedimiento es propagar la fisura
de manera incremental en cada uno de los ciclos, sin embargo, el sucesivo incremento de la
carga máxima provocó una plastificación del material en el frente de fisura en la probeta
ensayada. De este modo, el ensayo resultó no válido.
Este comportamiento no permitió obtener un valor aproximado de J pero, por otro lado,
confirma que el Material 2 presenta un comportamiento plástico mucho más acusado que el
Material 1. Precisamente esta diferencia de comportamiento en ambos materiales es lo que
anima a plantear un modelo de rotura diferente para el Material 1, aspecto que se desarrolla
en los capítulos posteriores.
Capítulo 4
F=Ku
1. Suponiendo que el paso n es conocido, es decir, suponiendo que son conocidos los
vectores de fuerzas y desplazamientos nodales, Fn y un , así como la matriz de rigidez
0
Kn , se calcula el desplazamiento un+1 utilizando la matriz de rigidez del paso n, Kn .
0
2. Empleando el desplazamiento fugn+1 así calculado, se obtiene la matriz de rigidez
0
[K]0n+1 correspondiente a la nueva situación de la estructura. Con un+1 y Kn+1 se
0
0 0 0
obtiene el valor de la fuerza correspondiente I = Kn+1 un+1 .
0
3. Se obtiene el residuo de la fuerza Fn+1 − I . Si este residuo es menor que la tolerancia
admitida, el cálculo se da por correcto y se procede a calcular el siguiente incremento
de carga. Si, por el contrario, el residuo es mayor que la tolerancia establecida, se repite
el cálculo, empleando ahora la matriz de rigidez K0n+1 . Así se obtiene el desplazamiento
00
un+1 , con el que se calcula una nueva matriz de rigidez, K00n+1 , que sirve para obtener,
00 00
junto con un+1 , un nuevo valor de la fuerza I , que proporciona un nuevo valor del
residuo. Este proceso iterativo se repite hasta que el residuo de la fuerza cumple el
154 Elemento de intercara dependiente de la triaxialidad de tensiones
valor límite establecido por la tolerancia fijada y para ello, en el caso de ABAQUS, se
emplea un algoritmo de Newton-Raphson.
De esta manera, al final de cada una de las iteraciones realizadas en cada incremento, la
matriz de rigidez del material K debe ser actualizada. Esto, en términos de coste compu-
tacional, implica que cada iteración equivale a un análisis lineal completo, lo que se traduce
en que un cálculo no lineal precisa de un esfuerzo computacional muchas veces mayor que
uno lineal.
1. Durante el proceso iterativo que emplea el programa para determinar el nuevo despla-
zamiento un+1 , UEL recibe como input el valor del desplazamiento en el paso anterior
un y el incremento del desplazamiento propuesto ∆u0 .
El cálculo que realiza la subrutina UEL es efectuado a nivel de elemento, es decir, UEL
calcula el vector I0 y la matriz K0n+1 para cada uno de los elementos, ABAQUS ensam-
bla posteriormente estos vectores y matrices para obtener los correspondientes a toda la
estructura.
Figura 4.3 – Esquema del funcionamiento del elemento intercara programado. La tracción se
aplica en el sentido del eje X y la decohesión se produce en el plano YZ.
Figura 4.6 – Elemento plano de cuatro lados en coordenadas reales (izquierda) y en coorde-
nadas isoparamétricas (derecha).
4.2 Funcionamiento del elemento intercara cohesivo 159
8
< x = N1 (ξ, η)x1 + N2 (ξ, η)x2 + N3 (ξ, η)x3 + N4 (ξ, η)x4
(4.1)
: y = N1 (ξ, η)y1 + N2 (ξ, η)y2 + N3 (ξ, η)y3 + N4 (ξ, η)y4
8
< u(x, y) = N1 (ξ, η)u1 + N2 (ξ, η)u2 + N3 (ξ, η)u3 + N4 (ξ, η)u4
: v(x, y) = N1 (ξ, η)v1 + N2 (ξ, η)v2 + N3 (ξ, η)v3 + N4 (ξ, η)v4
8
>
@u @u @x @u @y
= +
>
>
>
>
@ξ @x @ξ @y @ξ
<
@u @u @x @u @y
>
>
= +
>
>
>
:
@η @x @η @y @η
0 1 0 10 1
B @u C B @x @y CB @u C
@ξ @ξ @ξ @x
B C B CB C
C=B
B C B CB C
B CB C
@ @u @ @x @y A @ @u
B C B CB C
A A
@η @η @η @y
La matriz que en la expresión anterior relaciona las derivadas parciales de los movimientos
u y v en ambos sistemas de coordenadas es la matriz jacobiana del elemento, Je :
160 Elemento de intercara dependiente de la triaxialidad de tensiones
0 1
B @x @y C
@ξ @ξ
B C
Je = B
B
C
C
@ @x @y A
B C
@η @η
Sustituyendo 4.1 en esta expresión, y considerando que el cálculo se realiza empleando
una integración numérica de Gauss con cuatro puntos, se obtiene:
0 1
@Ni @Ni C
i=4 B
B xi yi C
Je =
X B
B
@ξ @ξ C
C
i=1 @ @Ni @Ni A
B C
xi yi
@η @η
es decir:
0 10 1
@N1 @N2 @N3 @N4 x1 y1
B CB C
B
@ξ @ξ @ξ @ξ
CB x2 y2 C
Je = B (4.2)
B CB C
CB C
@ @N1
B
@N2 @N3 @N4
CB
A@ x3 y3 C
A
@η @η @η @η x4 y4
Figura 4.7 – Efecto de las grandes deformaciones sobre la geometría del elemento cohesivo y
del elemento paralelepipédico asociado.
nodales actualizadas con el vector de desplazamiento que recibe como input, (ver Figura 4.2).
incremento temporal.
Por tanto, para calcular la triaxialidad de tensiones se utilizan los valores del tensor
de tensiones del elemento paralelepipédico asociado correspondientes al incremento de carga
anterior, ya que ABAQUS no permite utilizar los valores del propio incremento de carga. Esto
ya fue observado por Scheider [Scheider 09] en 2009, pero tal y como comprobó el propio
Scheider, el error que se comete con esta manera de proceder no supone una desviación
significativa ya que, de hecho, los incrementos temporales en que se divide la carga total
aplicada deben ser muy pequeños para lograr la convergencia numérica del cálculo.
En definitiva, en cada incremento de carga, se procede como se esquematiza en la Figu-
ra 4.8 y tal y como se describe a continuación para un elemento de intercara:
Para resolver esta situación, se manejan paralelamente dos curvas de ablandamiento, una
correspondiente a la curva de ablandamiento original y otra correspondiente a una curva de
ablandamiento en la que los desplazamientos son el resultado de sumar el desplazamiento
propio de la curva de ablandamiento y un desplazamiento adicional introducido como un
muelle de rigidez elevada. En la Figura 4.9 se muestran estas curvas: a la derecha se muestra la
curva de ablandamiento real, en la que la apertura de fisura se denomina ue , y a la izquierda,
la curva de ablandamiento afectada por el muelle rígido, en la que el desplazamiento real del
nodo se denomina u.
SVARS
z }| { z }| { z }| { z }| {
(A1 , B1 , C1 , A2 , B2 , C2 , A3 , B3 , C3 , A4 , B4 , C4 )
A continuación se describe el proceso de cálculo que sigue la subrutina para los cuatro
casos posibles:
A continuación se desarrolla cada uno de los cuatro casos enumerados, teniendo en cuenta
la siguiente nomenclatura:
Tras comprobar con la ayuda del vector SVARSque en la historia de carga el proceso de
decohesión no ha comenzado en el punto de Gauss considerado, se pasa a comprobar si con
el desplazamiento correspondiente al presente incremento de carga se alcanza la tensión de
fisuración afectada por el factor dependiente de la triaxialidad de tensiones ft . Para ello,
se calcula la tensión correspondiente a dicho desplazamiento con la constante de rigidez del
muelle kn0 . Si un · kn0 < ft , no se produce decohesión alguna. Si un · kn0 > ft , se produce
por primera vez el fenómeno de decohesión y la tensión se calcula con el supuesto del caso
2. En el Cuadro 4.1 se muestra el algoritmo desarrollado.
166 Elemento de intercara dependiente de la triaxialidad de tensiones
– σn = un · kn0
– Si σn < ft , entonces:
kn = kn0
– Si no, entonces:
SVARS(Ai ) = true
Output: kn , σn
f(ueff
n )
un = uen + (4.3)
kn0
0 1
un = 1 1
0 +
f(ueff ) kn0
f (x)
g(x) = x + − un
kn0
y que su derivada, necesaria para aplicar el método de Newton-Raphson, tiene la siguiente
expresión:
0
0 f (x)
g(x) = 1 +
kn0
la solución se halla mediante un proceso iterativo que, en la iteración k+1, obtiene la solución
mediante la siguiente expresión:
g(xk )
uek+1 = uek − 0
g(xk )
En definitiva, el algoritmo implementado para el cálculo con el método de Newton-
Raphson queda como se muestra en el Cuadro 4.2
– Si un >SVARS(Bi ), entonces:
x = un
Residuo = 1,0
Hacer mientras (Residuo > un /1000000):
Evaluar f(x;ft∗ ;G∗F )
0
Evaluar f(x;ft∗ ;G∗ )
F
f(x;ft∗ ;G∗F )
Evaluar g(x) = x + − un
kn0
0
0
f(x;ft∗ ;G∗ )
Evaluar g(x) = 1 + F
kn0
g(x)
xnew = x − 0
g(x)
Residuo = jx − xnew j
x = xnew
SVARS(Bi ) = x
1
kn = 0 1
1 1
+@ 0 A
kn0 f(x;f ∗ ;G∗ )
t F
σn = f (x;ft∗ ;G∗F )
– Si no, entonces:
Aplicar algoritmos de los casos 3 y 4.
Output: kn , σn
Cuadro 4.2 – Algoritmo desarrollado para el caso 2: con decohesión e incremento de daño.
4.2 Funcionamiento del elemento intercara cohesivo 169
– Si un >SVARS(Bi ), entonces:
Se aplica el algoritmo del caso 2.
– Si no, entonces:
x = un
Evaluar f(x;ft∗ ;G∗F )
f(x;ft∗ ;G∗F )
umax =SVARS(Bi ) +
kn0
un
σn = f(x;ft∗ ;G∗F ) ·
umax
f(x;f ∗ ;G∗ )
kn = t
umax
F
Output: kn , σn
Este caso está recogido en los casos 2 y 3 anteriores, ya que pueden darse dos situaciones:
1. Si un es mayor que en el incremento de carga anterior pero menor que umax , el punto
sigue en la rama de descarga que une el origen con el punto de la curva σ − u co-
rrespondiente al desplazamiento máximo umax y, por tanto, se calcula con el algoritmo
descrito para el caso 3.
En este capítulo se presenta un modelo desarrollado para reproducir los ensayos de trac-
ción simple realizados con probetas del Material 1, descritos en el capítulo 3. Este modelo se
basa en el modelo de Gurson original y en el elemento de intercara presentado en el capítulo
anterior.
El capítulo se desarrolla en siete apartados, cuyo contenido se resume a continuación:
En el primer apartado se exponen los motivos que argumentan el desarrollo del modelo
presentado.
En el segundo apartado se describe el modelo empleado para reproducir el comporta-
miento del material fuera de la zona de rotura.
En el tercer apartado se describe cómo se ha modelizado el comportamiento en rotura
del material.
En el cuarto apartado se describe cómo se han incorporado ambos modelos en un
modelo de elementos finitos.
En el quinto apartado se realiza la verificación del modelo, comparando los resultados
numéricos con los correspondientes resultados experimentales.
En el sexto apartado se presenta un análisis de sensibilidad de malla que justifica las
mallas empleadas en los modelos.
Finalmente, en el séptimo apartado se presenta un análisis crítico de los resultados
obtenidos con el modelo, destacando los aspectos positivos que éste presenta así como
sus limitaciones.
172 Simulación de la rotura de barras de acero perlítico sometidas a tracción simple
5.1. Motivación
Los resultados experimentales obtenidos permiten distinguir dos comportamientos a ro-
tura diferentes en los materiales ensayados. Por un lado, el Material 1, correspondiente
a un acero perlítico empleado en la fabricación de alambres de pretensado, presenta un
comportamiento cuasifrágil, esto es, un comportamiento dúctil a lo largo del ensayo y un
comportamiento en rotura similar al de un material frágil con una entalla en su interior.
Por otro lado, el Material 2, correspondiente a un acero empleado como refuerzo en
estructuras de hormigón armado, presenta un comportamiento dúctil a lo largo de todo el
ensayo, incluida la rotura, desarrollando una rotura en copa y cono, típica de otros materiales
metálicos dúctiles como el aluminio o el cobre [Bluhm 66].
En relación a los materiales con un comportamiento en rotura similar al del Material 2,
es decir, un comportamiento dúctil, el modelo de Gurson-Tvergaard-Needleman (GTN) ha
mostrado desde su aparición ser una buena herramienta para reproducir con éxito el fallo en
este tipo de materiales [Hao 97, Zhang 00, Nahshon 08, Li 11, Jackiewicz 11].
El modelo que se presenta en este capítulo está diseñado para reproducir la rotura en ma-
teriales cuyo comportamiento se asemeja al del Material 1. Para ello, la rotura se reproduce
mediante el elemento cohesivo intercara dependiente de la triaxialidad de tensiones presen-
tado en el capítulo anterior. No obstante, como se verá más adelante, el modelo también
emplea el modelo de Gurson original, es decir, sin criterio de rotura. En definitiva, el modelo
de Gurson es empleado para reproducir el crecimiento y la nucleación de microhuecos que
tiene lugar de manera generalizada en la probeta y el modelo cohesivo para reproducir la
rotura.
Tal y como se menciona en el capítulo dedicado al Estado del Arte, el modelo GTN supone
una evolución del modelo de Gurson original, que solo reproduce el proceso de crecimiento
y nucleación de microhuecos, dotándole de un criterio de fallo y, por tanto, reproduciendo
también el fenómeno de coalescencia. No obstante, este tipo de modelos presentan claros
inconvenientes, entre los que cabe destacar el elevado número de parámetros que precisan
para su calibración y el hecho de que estos parámetros no son medibles experimentalmente.
El objetivo que se persigue al incorporar un modelo cohesivo para reproducir la rotura es
dotar al modelo de un criterio de fallo cuyos parámetros puedan ser medidos de forma
experimental. Desarrollando un poco más esta idea, podemos destacar que en un modelo
tipo Gurson los parámetros a calibrar son, entre otros, el porcentaje de huecos presentes en
el material en el instante en que comienza a producirse la coalescencia (fc ) y el porcentaje de
huecos a partir del cual el material pierde por completo su capacidad resistente (fF ), datos
que no es posible determinar de forma experimental y que requieren siempre de un proceso
de prueba y error. De este modo el modelo GTN es capaz de reproducir la rotura de manera
5.2 Material fuera de la zona de rotura 173
curva parabólica de segundo grado que, al presentar una función derivada continua, facilita
la convergencia en el cálculo del modelo.
La curva de ablandamiento empleada se muestra en la Figura 5.1 y se define mediante la
siguiente función parabólica de segundo grado:
σ = A − Bu2
F(Bk )
Bk+1 = Bk − 0
F(Bk )
0
donde F(Bk ) es la derivada de F(B) en función de B:
0 1 3 ( 3)
F(Bk ) = ft2 Bk 2
3
En el Cuadro 5.1 se muestra el algoritmo implementado para llevar a cabo este proceso
iterativo, en el que se inicializa el residuo con un valor igual a 10 y el valor de B con un
GF
valor igual a .
ft
En la subrutina de usuario programada, este cálculo se realiza mediante las subrutinas
Calc_B, valor_func y valor_deriv, cuyo código se puede consultar en el Apéndice C de
este documento.
>
(5.1)
>
= GF
>
: GF factor
>
>
El valor de este factor se define mediante una función que asigna un valor determinado
en función del valor de la triaxialidad. La función empleada se muestra en la Figura 5.2 y
ha sido definida mediante la siguiente expresión:
176 Simulación de la rotura de barras de acero perlítico sometidas a tracción simple
Input: ft , GF
GF
Binit =
ft
Residuo = 10
Bk = Binit
Binit
Si Residuo > entonces:
1000000
0 3/2 1
ft
s
B ft Bk
C
F(Bk ) = GF − Bft − Bk
B C
C
@ Bk 3 A
3
( 3
)
F(Bk ) = 31 ft2 Bk
0
2
F(Bk )
Bk+1 = Bk − 0
F(Bk )
Residuo = jBk+1 − Bk j
Bk = Bk+1
B = Bk
Output: B
Cuadro 5.1 – Algoritmo desarrollado para definir el escalar B a partir de los valores de ft y
GF .
8
σH 1
>
>
factor = 1
>
>
Si entonces:
3
>
σ
>
>
>
1 11/3
>
>
>
> σH
0
B σ − 3C
>
1 2
>
<
σH
Si < < entonces: factor = 1 + B C (5.2)
>
>
>
> 3 σ 3 @ 80 A
>
>
>
>
1/3
2 1
>
σH
>
>
factor = 1 +
>
: Si entonces:
>
3 240
>
σ
La determinación de esta función queda fuera del objetivo de esta Tesis y para su defini-
ción se ha tomado como referencia el trabajo de Siegmund y Brocks [Siegmund 00].
5.4 Incorporación a un modelo de elementos finitos 177
Figura 5.2 – Función empleada para definir el factor que introduce la influencia de la triaxia-
lidad en el comportamiento cohesivo del elemento de intercara.
Figura 5.3 – Malla empleada en la simulación de los ensayos sobre probetas de 6mm de
diámetro. Solo se modeliza una veinticuatroava parte de la probeta.
5.4.2. Materiales
5.4.2.1. Material fuera de la zona de rotura
Fuera de la zona de rotura se definen dos materiales diferentes para dos zonas diferen-
ciadas. Por un lado se define un material para los elementos más cercanos al extremo de
aplicación de la carga y otro para el resto de la probeta. En la Figura 5.5 se representan con
colores distintos las zonas a las que se ha asignado cada uno de ellos.
Material rígido
Los elementos más próximos al extremo de aplicacion de la carga, representados en color
gris en la Figura 5.5, se definen con un material elástico cuyo módulo de Young tiene un
valor muy elevado. De esta manera, estos elementos apenas experimentan deformación a lo
largo del ensayo, evitando deformaciones locales en el extremo de aplicación de la carga que
puedan alterar el comportamiento en el resto de la probeta.
Figura 5.4 – Evolución del daño en el modelo desarrollado (Nota: la deformación en el eje X
está multiplicada por un factor de 100): a)Antes de la aplicación de la carga; b)Acumulación
de tensiones en el eje; c)Inicio de la decohesión en el eje; d)La decohesión se propaga de dentro
hacia afuera.
de Gurson original, esto es, un modelo que solo reproduce los fenómenos de nucleación y
crecimiento de huecos, pero no contempla un criterio de rotura.
La curva σ − ε del material se define hasta el instante de carga máxima a partir de los
resultados obtenidos experimentalmente. El tramo posterior al instante de carga máxima ha
de ser estimado pues, tal y como se mencionó en el Estado del Arte, a partir de dicho instante
se comienza a desarrollar el cuello de estricción en la probeta y la hipótesis de conservación
de volumen deja de ser aplicable con los datos medidos experimentalmente.
Por tanto, se han de calibrar simultáneamente dos aspectos para definir el comporta-
180 Simulación de la rotura de barras de acero perlítico sometidas a tracción simple
Figura 5.5 – Zonas del modelo con diferentes materiales asignados. Éstas se identifican con
distinto color.
Parámetros del modelo de Gurson, para definir el comportamiento poroso del material.
Tramo final de la curva σ − ε del material, para definir el endurecimiento del mismo.
Para llevar a cabo esta calibración se han utilizado los resultados de los ensayos de las
probetas de 6mm de diámetro y se ha llevado a cabo el siguiente procedimiento:
q1 q2 q3 N sN fN
1.0 1.0 1.0 0.3 0.1 0.04
(KI )2 = E · GF (5.3)
182 Simulación de la rotura de barras de acero perlítico sometidas a tracción simple
Figura 5.7 – Malla empleada en los modelos de las probetas de 6mm de diámetro. Se aprecian
los elementos de intercara y el muelle empleado para la aplicación de la carga.
tamaño de la región oscura interior que se observa en la superficie de rotura de las probetas
guarda una relación con el diámetro de la probeta similar al que proporciona la Mecánica de
la Fractura Elástica Lineal en elementos cilíndricos con entallas circulares perpendiculares
a su eje. Asimismo, el análisis tomográfico efectuado sobre el cuello de estricción de una
probeta de 3mm de diámetro en diferentes instantes del ensayo de tracción simple muestra
cómo la región oscura que se observa en la superficie de fractura final es consecuencia de un
daño interno que se desarrolla en los últimos instantes del ensayo, comenzando cuando la
deformación de la probeta es muy próxima a la de rotura.
Todo esto permite plantear la hipótesis siguiente: la probeta tiene un comportamiento
dúctil hasta instantes próximos a la rotura, instantes en los que se produce una decohesión
en el interior del cuello de estricción perpendicular al eje de la probeta, que provoca la apa-
rición de una fisura interior de forma circular que, una vez alcanza un tamaño determinado,
desencadena la rotura frágil de la probeta.
El elemento de intercara desarrollado, cuyas características se han descrito en el capítulo
anterior, únicamente reproduce el fenómeno de decohesión, pero no identifica por sí mismo
el instante en el que el tamaño de la fisura interior alcanza el valor límite que desencadena
la rotura frágil. Por este motivo, para identificar el instante en el que se produce la rotura
de la probeta se procede de la siguiente manera:
Así, los valores medios del radio de la región oscura correspondiente a cada diámetro se
calculan con los resultados mostrados en la Tabla 3.7, obteniendo los siguientes resultados:
Probeta r (mm)
φ=3mm 0,728
φ=6mm 1,001
φ=9mm 1,543
Tabla 5.1 – Valores medios del radio de la región oscura medidos sobre las superficies de las
probetas ensayadas para cada uno de los diámetros considerados.
5.5.2. Resultados
A continuación se muestran los resultados obtenidos para cada uno de los tres modelos,
separándolos en función de las tres bases extensométricas consideradas:
En las Figuras 5.8, 5.9 y 5.10 se presentan los resultados correspondientes a las bases
extensométricas de 12,5mm, 1φ y 2φ, respectivamente.
Para cada una de las bases extensométricas se presenta una gráfica con las curvas F-εing
obtenidas numéricamente superpuestas a las obtenidas experimentalmente. Estas últimas se
representan en color negro y las primeras en colores diferentes para facilitar su identificación.
En el caso de las curvas obtenidas con los modelos numéricos se identifica el instante de inicio
de la decohesión en el plano de rotura y el instante de rotura; el primero mediante una marca
azul y el segundo mediante una marca roja.
Cada una de las gráficas mencionadas se acompaña con una tabla que muestra los valores
de la deformación de rotura obtenidos numéricamente y los medidos experimentalmente, así
como una representación gráfica de los mismos.
5.5 Verificación del modelo numérico 185
a) Curvas F-εing
Resultados Resultado
experimentales numérico
0,1600
φ=3mm 0,1466 0,1378
0,1330
0,1946
φ=6mm 0,2346 0,2008
0,2144
0,2505
φ=9mm 0,2132 0,2683
0,2237
Figura 5.8 – Comparación entre los resultados experimentales y los obtenidos con los modelos
numéricos para una base extensométrica de longitud fija igual a 12,5mm: a) Curvas F-εing ;
b)Deformaciones de rotura.
5.5 Verificación del modelo numérico 187
a) Curvas F-εing
Resultados Resultado
experimentales numérico
—
φ=3mm 0,2962 0,3427
0,2784
0,2863
φ=6mm 0,3288 0,3286
0,3081
0,2894
φ=9mm 0,2485 0,3255
0,2607
Figura 5.9 – Comparación entre los resultados experimentales y los obtenidos con los modelos
numéricos para una base extensométrica homotética de longitud igual a 1φ: a) Curvas F-εing ;
b)Deformaciones de rotura.
188 Simulación de la rotura de barras de acero perlítico sometidas a tracción simple
a) Curvas F-εing
Resultados Resultado
experimentales numérico
—
φ=3mm 0,2065 0,2237
0,2010
0,1984
φ=6mm 0,2386 0,2073
0,2175
0,2031
φ=9mm 0,1817 0,2060
0,1927
Figura 5.10 – Comparación entre los resultados experimentales y los obtenidos con los modelos
numéricos para una base extensométrica homotética de longitud igual a 2φ: a) Curvas F-εing ;
b)Deformaciones de rotura.
5.6 Análisis de sensibilidad de malla 189
En la Figura 5.11 se muestran las dimensiones de las mallas empleadas en los modelos
para cada uno de los tres diámetros de probeta considerados.
Debido a que en los trabajos experimentales se han considerado tres bases extensométricas
diferentes, el error en los modelos se calcula para las tres bases extensométricas empleadas:
una de longitud fija igual a 12,5mm y dos de longitudes proporcionales al diámetro de la
190 Simulación de la rotura de barras de acero perlítico sometidas a tracción simple
En las Figuras 5.12, 5.13 y 5.14 se muestran las mallas empleadas en este estudio para
los modelos de las probetas de 3, 6 y 9mm de diámetro, respectivamente.
No se ha considerado necesario realizar un estudio específico de la sensibilidad del mallado
según las dimensiones de los elementos paralelas al plano de decohesión. Esto es así debido
a que la propia convergencia del cálculo en los incrementos temporales durante los que se
desarrolla el fenómeno de decohesión, exige un mallado muy exhaustivo, como el que de
hecho se ha adoptado en todos los modelos. Por tanto, el análisis de sensibilidad de malla
se ha centrado en el mallado en el sentido longitudinal de las probetas. Tal y como se
5.6 Análisis de sensibilidad de malla 191
Tabla 5.2 – Cargas de referencia empleadas para obtener las deformaciones con las que se ha
calculado el error en cada uno de los modelos.
192 Simulación de la rotura de barras de acero perlítico sometidas a tracción simple
Figura 5.12 – Mallas empleadas en el estudio de sensibilidad de malla para los modelos de la
probeta de 3mm de diámetro: a) 4 elementos longitudinales, b) 8 elementos longitudinales, c)
16 elementos longitudinales, d) 32 elementos longitudinales, e) 64 elementos longitudinales ,
f) 80 elementos longitudinales.
5.6 Análisis de sensibilidad de malla 193
Figura 5.13 – Mallas empleadas en el estudio de sensibilidad de malla para los modelos de la
probeta de 6mm de diámetro: a) 4 elementos longitudinales, b) 6 elementos longitudinales, c)
11 elementos longitudinales, d) 21 elementos longitudinales, e) 41 elementos longitudinales ,
f) 61 elementos longitudinales.
194 Simulación de la rotura de barras de acero perlítico sometidas a tracción simple
Figura 5.14 – Mallas empleadas en el estudio de sensibilidad de malla para los modelos de la
probeta de 9mm de diámetro: a) 4 elementos longitudinales, b) 6 elementos longitudinales, c)
11 elementos longitudinales, d) 21 elementos longitudinales, e) 41 elementos longitudinales ,
f) 61 elementos longitudinales.
5.7 Conclusiones. Análisis crítico 195
5.6.3. Resultados
En las Figuras 5.15, 5.16 y 5.17 se muestran los resultados del análisis de sensibilidad
de malla realizado con los criterios descritos.
Para cada uno de los diámetros de probeta se presentan los resultados correspondientes
a las tres bases extensométricas consideradas. En todos los casos se presenta una tabla
con los valores de las deformaciones medidas con cada una de las mallas utilizadas y el error
correspondiente comparado con el de la malla más fina. Asimismo, los resultados presentados
en las tablas se acompañan con la representación gráfica de los errores.
Errores medidos en los modelos de la probeta de 3mm de diámetro, considerando una base extensométrica igual a 1φ.
Errores medidos en los modelos de la probeta de 3mm de diámetro, considerando una base extensométrica igual a 2φ.
Errores medidos en los modelos de la probeta de 3mm de diámetro, considerando una base extensométrica igual a 12,5mm.
Figura 5.15 – Valores del error medidos en los modelos de la probeta de 3mm de diámetro
para cada una de las tres bases extensométricas consideradas.
5.7 Conclusiones. Análisis crítico 197
Errores medidos en los modelos de la probeta de 6mm de diámetro, considerando una base extensométrica igual a 1φ.
Errores medidos en los modelos de la probeta de 6mm de diámetro, considerando una base extensométrica igual a 2φ.
Errores medidos en los modelos de la probeta de 6mm de diámetro, considerando una base extensométrica igual a 12,5mm.
Figura 5.16 – Valores del error medidos en los modelos de la probeta de 6mm de diámetro
para cada una de las tres bases extensométricas consideradas.
198 Simulación de la rotura de barras de acero perlítico sometidas a tracción simple
Errores medidos en los modelos de la probeta de 9mm de diámetro, considerando una base extensométrica igual a 1φ.
Errores medidos en los modelos de la probeta de 9mm de diámetro, considerando una base extensométrica igual a 2φ.
Errores medidos en los modelos de la probeta de 9mm de diámetro, considerando una base extensométrica igual a 12,5mm.
Figura 5.17 – Valores del error medidos en los modelos de la probeta de 9mm de diámetro
para cada una de las tres bases extensométricas consideradas.
5.7 Conclusiones. Análisis crítico 199
La curva que establece el valor del factor que modifica el comportamiento cohesivo en
función del valor de la triaxialidad de tensiones (ver Figura 5.2) ha sido estimada, no
obtenida de manera rigurosa mediante ensayos experimentales.
En los últimos años se ha demostrado la influencia del parámetro de Lode en la rotura
de los materiales dúctiles y éste no ha sido considerado en el modelo.
Capítulo 6
6.1. Conclusiones
A continuación se exponen las principales conclusiones que se extraen de los trabajos
realizados.
Los resultados obtenidos facilitan medir de forma objetiva la deformación bajo carga
máxima y la deformación en rotura, aspectos que con frecuencia resultan controvertidos
en la aplicación de la norma de ensayo.
A la vista de los resultados de los ensayos de tracción simple realizados sobre probetas
de diferentes diámetros y longitudes, se puede afirmar que ni la longitud ni el diámetro
202 Conclusiones y trabajo futuro
de las probetas son parámetros que afecten a las deformaciones medidas tras el instante
de carga máxima cuando la base extensométrica empleada es proporcional al diámetro
de la probeta y cuando la longitud de la probeta es suficientemente grande como para
permitir un completo desarrollo del cuello de estricción.
El tamaño de la región circular oscura que se observa en las superficies de rotura de las
probetas del Material 1 ensayadas a tracción simple no crece de manera proporcional
con el diámetro de la probeta y sugiere un cambio de comportamiento de dúctil a
frágil en rotura. El Estudio 5 desarrollado en el Capítulo 3 confirma que el Material
1 presenta un comportamiento en rotura semejante al definido por la Mecánica de la
Fractura Elástica Lineal (MFEL). Esto confirma la hipótesis propuesta según la cual
dicha región oscura corresponde a un debilitamiento del material, asemejándola a una
entalla circular perpendicular al eje de la probeta.
El daño interno que provoca la rotura final en las probetas del Material 1 se desarrolla
en los últimos instantes del ensayo de tracción simple, con valores de la deformación
muy próximos al de rotura.
a rotura del material en función del valor de la triaxialidad de tensiones, valor que se
actualiza en cada incremento temporal del cálculo. Este elemento ha sido desarrollado
en FORTRAN para el programa comercial ABAQUS en su formulación implícita, pero
puede ser fácilmente adaptado a otros códigos y a formulaciones de tipo explícito.
En comparación con otros modelos de fallo clásicos como el modelo GTN o el modelo
Johnson-Cook, la utilización de un modelo cohesivo precisa fundamentalmente de dos
valores para su calibración: GF y ft , pudiéndose obtener el primero de ellos de manera
experimental y siendo el segundo más fácilmente interpretable que, por ejemplo, los
parámetros requeridos por los modelos GTN. Este aspecto es de particular relevancia,
ya que confiere carácter predictivo al modelo propuesto al emplear parámetros físicos
medibles experimentalmente mediante ensayos normalizados, distintos al que se re-
produce numéricamente. Otros modelos previos, como los citados, adoptan parámetros
difíciles de medir experimentalmente, que se han de ajustar para adaptar los resultados
numéricos a los ensayos que se reproducen.
Los modelos reproducen la rotura mediante una decohesión que tiene lugar en los
últimos instantes del ensayo, cuando la deformación es muy cercana a la de rotura.
Esto coincide con las observaciones experimentales realizadas con tomografía de rayos
X en el Estudio 3 del Capítulo 3. Además, fenomenológicamente la rotura se produce
del mismo modo observado experimentalmente: en forma circular concentrándose en
torno al eje de la probeta.
con carga aplicada y comprobar si ésta abre la fisura y si, en consecuencia, el daño
interno se aprecia antes de lo observado en este trabajo.
Los diámetros ensayados, de 3, 6 y 9mm, están muy por debajo de los diámetros máxi-
mos utilizados en construcción, que alcanzan 40mm. Repetir el Estudio 4 desarrollado
en el Capítulo 3 empleando diámetros mayores puede ayudar a confirmar algunas ob-
servaciones realizadas en esta Tesis.
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hormigón. Métodos de ensayo. Parte 1: Barras, alambres y alam-
brón para hormigón armado, 2011.
[Vazquez 01] M. Vazquez & E. López. El método de los elementos finitos apli-
cado al análisis estructural. Noela, 2001.
[Vlcek, L. and Kozák 11] V. Vlcek, L. and Kozák. The in uence of the triaxiality in the sta-
ble crack growth modelling using GTN model. In 11 International
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[Wells 61] A.A. Wells. Unstable crack propagatin in metals Cleavage and
fast fracture. Cranfield crack propagation symposium, vol. 1, 1961.
[Wierzbicki 05] T. Wierzbicki, Y. Bao, Y. W. Lee & Y. Bai. Calibration and evalua-
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[Xie 95] M. Xie & W.H. Gerstle. Energy-based cohesive crack propagation
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[Xie 06] De Xie & Anthony M. Waas. Discrete cohesive zone model for
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Fracture Mechanics, vol. 73, no. 13, pages 1783 1796, 2006.
[Xue 06] L. Xue & T. Wierzbicki. Ductile fracture initiation and propa-
gation modeling using a new fracture criterion. In 9th European
Mechanics of Materials Conference (EMMC9), pages 181 186,
2006.
[Xue 08] L. Xue & T. Wierzbicki. Ductile fracture initiation and propaga-
tion modeling using damage plasticity theory. Engineering Fracture
Mechanics, vol. 75, no. 11, pages 3276 3293, 2008.
[Yang 07] X.S. Yang. A first course in finite element analysis. Luniver Press,
2007.
El objetivo de este Apéndice es exponer los diferentes estudios realizados con las probetas
ensayadas a tracción simple y describir de manera detallada los trabajos realizados sobre cada
una de ellas.
Debido a que con las probetas ensayadas a tracción simple se realizaron diferentes es-
tudios, no todas ellas fueron sometidas al ensayo de tracción en las mismas condiciones ni
fueron analizadas con las mismas técnicas. El gran número de probetas ensayadas, así como
la elevada variedad de análisis y técnicas empleadas en los mismos, aconseja realizar una
descripción específica de las condiciones de los ensayos a los que fueron sometidas y de los
análisis realizados sobre ellas.
El contenido de este Apéndice se desarrolla de la siguiente manera:
En primer lugar se enumeran los estudios y los análisis realizados sobre las probetas
sin entrar en su descripción, que puede consultarse en el capítulo correspondiente a los
trabajos experimentales llevados a cabo en esta investigación.
A continuación se describen los trabajos realizados sobre cada una de las probetas;
esta descripción se realiza de manera individual para cada una de ellas.
Finalmente, una tabla recoge de manera resumida los ensayos y análisis llevados a cabo
sobre cada una de las probetas.
220 Descripción de los trabajos realizados sobre las probetas ensayadas a tracción simple
A.1. Estudios
Los ensayos de tracción realizados sirvieron para estudiar distintos aspectos de la inves-
tigación. Atendiendo a los mismos, pueden distinguirse cinco estudios diferentes:
A.3.1. Material 1
Se ensayaron tres probetas de cada uno de los tres diámetros empleados, todas de la
longitud de referencia.
Todas las probetas fueron sometidas al ensayo de tracción simple e instrumentadas con
extensometría óptica y con extensómetro resistivo. Además, la superficie de rotura de una
probeta de cada diámetro fue analizada al microscopio electrónico de barrido.
A continuación se enumeran las probetas ensayadas y se indica en cuáles se analizó la
superficie de fractura con microscopía electrónica:
D3c0p01
D3c0p02: Su superficie de fractura fue analizada con microscopía electrónica.
D3c0p03
D6c0p01: Su superficie de fractura fue analizada con microscopía electrónica.
D6c0p02
D6c0p03
D9c0p01: Su superficie de fractura fue analizada con microscopía electrónica.
D9c0p02
D9c0p03
Estudio 2: Localización del inicio del daño interno mediante ensayos de material
fragilizado con nitrógeno líquido
Se ensayaron doce probetas de 6mm de diámetro, todas de la longitud de referencia.
El procedimiento de esta serie de ensayos consistió en ensayar las probetas hasta alcan-
zar determinados grados de deformación y a continuación descargarlas para, en un ensayo
posterior, proceder a su rotura con un ensayo fragilizado mediante la aplicación de nitrógeno
líquido. De este modo, una primera probeta, D6c0p11, fue sometida al ensayo fragilizado
para comprobar la validez del procedimiento. Una vez fue confirmada la validez del mismo,
se procedió a ensayar varias probetas hasta diferentes grados de deformación, rompiendo al-
gunas de ellas antes de alcanzar la carga prevista y, por tanto, resultando ensayos no válidos.
Finalmente, algunas probetas se ensayaron hasta el máximo grado de deformación logrado
para disponer de diversos casos en la situación más próxima a la rotura posible. Finalmente
solo una de estas probetas, la denominada D6c0p07, fue analizada con tomografía de rayos
X, quedando el resto sin utilizar.
222 Descripción de los trabajos realizados sobre las probetas ensayadas a tracción simple
A.3.2. Material 2
Estudio 3: Evolución del daño en el interior de la probeta mediante tomografía
de rayos X
En el caso del Material 2, la probeta analizada con tomografía de rayos X fue la denomi-
nada Ar3c0p05.
En este caso, solo fue necesario emplear dos probetas para determinar la velocidad de
ensayo adecuada y conocer el comportamiento de la probeta tras el instante de carga máxima;
fueron las denominadas D3c0p01 y D3c0p02. En este caso, a diferencia de lo realizado para el
Material 1, en estas probetas se midieron las deformaciones mediante extensometría óptica,
de manera que los resultados pudieran ser utilizados en el estudio 4.
En resumen:
Medición de la estricción
Análisis con microscopio
Análisis con tomografía
Extensómetro resistivo
electrónico de barrido
Extensometría óptica
de la zona central
Ensayo detenido
tras la rotura
de rayos X
D3c0p01 X X
D3c0p02 X X X
D3c0p03 X X
D3c0p04 X
D3c0p05 X
φ=3mm D3c0p06 X
D3c0p07 Ensayo no válido
D3c0p08 X X X X
D3c0p09 X X
D3c0p010 X X X X
D3c0p011 X X X X
D6c0p01 X X X
D6c0p02 X X
D6c0p03 X X
D6c0p04 X
D6c0p05 X X
D6c0p06 X
D6c0p07 X X X
D6c0p08 X
D6c0p09 X
D6c0p010 Ensayo no válido
D6c0p011 X
D6c0p012 Ensayo no válido
D6c0p013 Ensayo no válido
φ=6mm D6c0p014 X
D6c0p015 X
D6c0p016 X X X X
D6c0p017 X X X X
D6c0p018 X X X X
D6c0p01_I X X X X
D6c0p02_I X X X X
D6c0p03_I X X X X
D6c0p01_II X X X X
D6c0p02_II X X X X
D6c0p03_II X X X X
D6c0p01_III X X X X
D6c0p02_III X X X X
D6c0p03_III X X X X
D9c0p01 X X X
D9c0p02 X X
D9c0p03 X X
φ=9mm
D9c0p04 X X X X
D9c0p05 X X X X
D9c0p06 X X X X
Tabla A.1 – Resumen de trabajos realizados con cada una de las probetas de tracción simple
del Material 1.
A.4 Tabla resumen 227
Medición de la estricción
Análisis con microscopio
Análisis con tomografía
Extensómetro resistivo
electrónico de barrido
Extensometría óptica
de la zona central
Ensayo detenido
tras la rotura
de rayos X
Ar3c0p01 X X
Ar3c0p02 X X X
Ar3c0p03 X X
φ=3mm
Ar3c0p04 X
Ar3c0p05 X
Ar3c0p06 X
Ar6c0p01 X X X
Ar6c0p02 X X
Ar6c0p03 X X
Ar6c0p01_I X X X X
Ar6c0p02_I X X X X
Ar6c0p03_I X X X X
φ=6mm
Ar6c0p01_II X X X X
Ar6c0p02_II X X X X
Ar6c0p03_II X X X X
Ar6c0p01_III X X X X
Ar6c0p02_III X X X X
Ar6c0p03_III X X X X
Ar9c0p01 X X X
φ=9mm Ar9c0p02 X X
Ar9c0p03 X X
Tabla A.2 – Resumen de trabajos realizados con cada una de las probetas de tracción simple
del Material 2.
Apéndice B
En este Apéndice se presentan los resultados detallados de los ensayos de flexión en tres
puntos realizados con probetas fabricadas con el Material 1.
Se ensayaron seis probetas, resultando ensayos no válidos los correspondientes a las de-
nominadas D_TF_p01 y D_TF_p02. En las páginas siguientes se presentan los resultados
de las probetas restantes: D_TF_p03, D_TF_p04, D_TF_p05 y D_TF_p06. Para cada
una de ellas, se presentan los resultados en tres apartados:
norma.
a) b)
c) d)
mm ¿Válido?
a1 = 1,14 Sí
a2 = 1,17 Sí
a3 = 1,01 Sí
amedia = 1,11
aentalla = 4,01mm
atotal = 5,11mm
Datos geométricos:
a S B W
(mm) (mm) (mm) (mm)
5,11 40,00 5,25 10,50
Cálculo de KQ :
PQ Pmax K Q
√
(kN) (kN)
PQ /Pmax ¿Válido? f (a/W ) (MPa m)
mm ¿Válido?
a1 = 1,18 Sí
a2 = 1,07 Sí
a3 = 1,01 Sí
amedia = 1,09
aentalla = 4,20mm
atotal = 5,29mm
Datos geométricos:
a S B W
(mm) (mm) (mm) (mm)
5,29 40,00 5,25 10,50
Cálculo de KQ :
PQ Pmax K Q
√
(kN) (kN)
PQ /Pmax ¿Válido? f (a/W ) (MPa m)
mm ¿Válido?
a1 = 1,10 Sí
a2 = 1,11 Sí
a3 = 1,03 Sí
amedia = 1,08
aentalla = 3,93mm
atotal = 5,01mm
Datos geométricos:
a S B W
(mm) (mm) (mm) (mm)
5,01 40,00 5,25 10,50
Cálculo de KQ :
PQ Pmax K Q
√
(kN) (kN)
PQ /Pmax ¿Válido? f (a/W ) (MPa m)
mm ¿Válido?
a1 = 1,07 Sí
a2 = 1,04 Sí
a3 = 1,02 Sí
amedia = 1,04
aentalla = 3,93mm
atotal = 4,97mm
Datos geométricos:
a S B W
(mm) (mm) (mm) (mm)
4,97 40,00 5,25 10,50
Cálculo de KQ :
PQ Pmax K Q
√
(kN) (kN)
PQ /Pmax ¿Válido? f (a/W ) (MPa m)
Bloque connection. Es una matriz de dos columnas y tantas filas como número de
elementos de intercara posea el modelo. Esta matriz permite relacionar cada elemento
de intercara con el elemento paralelepipédico con el que está asociado, almacenando
en la primera columna el número del elemento de intercara y en la segunda el número
del elemento paralelepipédico con el que está asociado.
Bloque var_glob. Es un vector que almacena el número del elemento y los valores de
su tensor de tensiones para cada uno de los los elementos paralelepipédicos asociados
a cada elemento de intercara. Estos valores permiten calcular en el incremento de
carga siguiente el valor de la triaxialidad de tensiones que modifica el comportamiento
cohesivo de cada elemento de intercara.
Las dimensiones de estas variables dependen, por tanto, del número de elementos cohe-
sivos que tenga el modelo y deberán ser definidas por el usuario en la subrutina. En el
código que se muestra al final de este Apéndice estas variables se han resaltado en rojo y sus
respectivos valores se asignarían de la siguiente manera:
ENE. Calcula el valor de las funciones de forma y de sus derivadas para una pareja de
valores (ξ, η).
43 C
44 C U n a v e z d e f i n i d a l a m a t r i z connection , s e l l a m a a l a s u b r u t i n a
45 C PRINCIPAL , q u e r e a l i z a e l c á l c u l o
46 C
47 C A L L P R I N C I P A L ( RHS , AMATRX , SVARS , PROPS , COORDS , U , DU , L F L A G S
48 # ,JPROPS , JELEM , KSTEP , K I N C )
49
50 END
51
52 C***********************************************************************
53 C*************** PRINCIPAL *********************************************
54 C***********************************************************************
55 C S u b r u t i n a que , t r a s c a l c u l a r l a t r i a x i a l i d a d d e tensiones , l l a m a a
56 C FUERZAS para realizar el cálculo del vector de fuerzas y de la matriz
57 C elasto - p l á s t i c a t a n g e n t e . P o s t e r i o r m e n t e a d a p t a l o s r e s u l t a d o s q u e
58 C proporciona FUERZAS al formato de ABAQUS.
59 C
60 S U B R O U T I N E P R I N C I P A L ( RHS , AMATRX , SVARS , PROPS , C O O R D S
61 # ,U , DU , LFLAGS , JPROPS , JELEM , KSTEP , K I N C )
62 C
63 I N T E G E R c o n n e c t i o n ( num _e le m_c oh es iv os , 2 )
64 REAL*8 var_glob(num_datos)
65 COMMON /kconnect/ connection
66 COMMON /Kvar_glob/ var_glob
67 R E A L * 8 R H S (12 ,2) ,A M A T R X (12 ,12) ,P R O P S ( 4 )
68 R E A L * 8 C O O R D S (3 ,4) ,U (12) ,D U (12 ,2)
69 R E A L * 8 p o i n t (4 ,3) ,d i s p l (4 ,3) ,t a n g (4 ,4) ,f z a ( 4 )
70 INTEGER crackdof
71 I N T E G E R L F L A G S (5) ,J P R O P S ( 1 )
72 I N T E G E R I1 , J 1 ,elem_cohes , n u m _ e l e m 3 d
73 R E A L * 8 S11 , S22 , S33 , S12 , S13 , S23 , s_h , s_vm , T R I A X
74 L O G I C A L LOG1 , L O G 2
75 C
76 C Inicialización de las propiedades del elemento.
77 C El vector de propiedades del elemento contiene:
78 C P r o p s (1) , q u e e s l a r e s i s t e n c i a a t r a c c i ó n
79 C P r o p s (2) , q u e e s l a e n e r g í a d e f r a c t u r a
80 C P r o p s (3) , q u e e s e l t i p o d e a b l a n d a m i e n t o ( 0 s i e x p o n e n c i a l ; 1 s i
81 C p a r a b ó l i c a d e s e g u n d o grado , 2 s i b i l i n e a l m o d i f i c a d a y 3 s i
82 C rectangular)
83 C P r o p s (4) , q u e e s l a r i g i d e z e l á s t i c a
84 C J p r o p s (1) , q u e e s e l g r a d o d e l i b e r t a d d e f i s u r a ( e n t r e 1 y 3 ) .
85 C
86 crackdof=JPROPS(1)
240 Código FORTRAN de la subrutina de usuario
87 C
88 C CÁLCULO DE LA TRIAXIALIDAD DEL ELEMENTO:
89 C S i e l Kinc > 1 o s i K i n c = 1 p e r o Kstep > 1 ( e s decir , y a s e h a s u p e r a d o l a
90 C situación inicial del cálculo donde las tensiones son nulas) , se leen
91 C las tensiones almacenadas en la variable var_glob (que ha almacenado
92 C URDFIL) y se calcula la triaxialidad del elemento.
93 C
94 LOG1=KINC.GT.1
95 LOG2=KINC.EQ.1.AND.KSTEP.GT.1
96 if (LOG1.OR.LOG2) then
97 d o I 1 =1 ,9999999
98 e l e m _ c o h e s = c o n n e c t i o n ( I1 , 1 )
99 if (elem_cohes.EQ.JELEM) then
100 d o J 1 =1 ,9999999
101 n u m _ e l e m = v a r _ g l o b ( ( J1 - 1 ) * 7 + 1 )
102 i f ( n u m _ e l e m . E Q . c o n n e c t i o n ( I1 , 2 ) ) t h e n
103 S 1 1 = v a r _ g l o b ( ( J1 - 1 ) * 7 + 2 )
104 S 2 2 = v a r _ g l o b ( ( J1 - 1 ) * 7 + 3 )
105 S 3 3 = v a r _ g l o b ( ( J1 - 1 ) * 7 + 4 )
106 S 1 2 = v a r _ g l o b ( ( J1 - 1 ) * 7 + 5 )
107 S 1 3 = v a r _ g l o b ( ( J1 - 1 ) * 7 + 6 )
108 S 2 3 = v a r _ g l o b ( ( J1 - 1 ) * 7 + 7 )
109 s_h=(S11+S22+S33)/3.0d0
110 s _ v m = S Q R T ( ( ( ( S11 - S 2 2 ) * * 2 . 0 d 0 ) + ( ( S11 - S 3 3 ) * * 2 . 0 d 0 ) +
111 1 ( ( S33 - S 2 2 ) * * 2 . 0 d 0 ) + 6 . 0 d 0 * ( ( S 1 2 * * 2 . 0 d 0 ) +
112 1 (S13**2.0d0)+(S23**2.0d0)))/2.0d0)
113 TRIAX=ABS(s_h/s_vm)
114 go to 127
115 end if
116 end do
117 end if
118 end do
119 end if
120 C
121 C A h o r a s e c a m b i a e l n o m b r e d e l a s coordenadas , d e l a s q u e u s a A B A Q U S
122 C a las propias de la subrutina
123 C
124 127 d o i =1 ,4
125 d o j =1 ,3
126 point(i,j)=COORDS(j,i)
127 d i s p l ( i , j ) = U ( ( i *3 -3)+j )
128 end do
129 end do
130 C
C.4 Código FORTRAN 241
263 d o i =1 ,4
264 d o j =1 ,3
265 pointact(i,j)=point(i,j)+displ(i,j)
266 end do
267 end do
268 C
269 d o i =1 ,4
270 A=A+pointact(i,init)*derchi(i)
271 B=B+pointact(i,init+inc)*dereta(i)
272 C=C+pointact(i,init)*dereta(i)
273 D=D+pointact(i,init+inc)*derchi(i)
274 end do
275 C
276 j a c o b = ( A * B ) -(C * D )
277 end
278
279 C***********************************************************************
280 C*************** ENE ***************************************************
281 C***********************************************************************
282 C Subrutina que define el valor de las funciones de forma y sus
283 C d e r i v a d a s p a r a u n a p a r e j a d e v a l o r e s ( chi , e t a )
284 s u b r o u t i n e E N E ( n , chi , eta , dereta , d e r c h i )
285 C
286 implicit none
287 r e a l * 8 n (4) ,d e r e t a (4) ,d e r c h i (4) ,chi , e t a
288 C
289 n ( 1 ) = ( ( chi - 1 . 0 d 0 ) * ( eta - 1 . 0 d 0 ) ) / 4 . 0 d 0
290 n ( 2 ) = ( ( 1 . 0 d0 - e t a ) * ( c h i + 1 . 0 d 0 ) ) / 4 . 0 d 0
291 n(3)=((chi+1.0d0)*(eta+1.0d0))/4.0d0
292 n (4)=(( -c h i + 1 . 0 d 0 ) * ( e t a + 1 . 0 d 0 ) ) / 4 . 0 d 0
293 C
294 d e r c h i ( 1 ) = ( eta - 1 . 0 d 0 ) / 4 . 0 d 0
295 d e r c h i (2)=( -e t a + 1 . 0 d 0 ) / 4 . 0 d 0
296 derchi(3)=(eta+1.0d0)/4.0d0
297 d e r c h i (4)=( -eta - 1 . 0 d 0 ) / 4 . 0 d 0
298 C
299 d e r e t a ( 1 ) = ( chi - 1 . 0 d 0 ) / 4 . 0 d 0
300 d e r e t a (2)=( -chi - 1 . 0 d 0 ) / 4 . 0 d 0
301 dereta(3)=(chi+1.0d0)/4.0d0
302 d e r e t a (4)=( -c h i + 1 . 0 d 0 ) / 4 . 0 d 0
303 C
304 end
305
306 C***********************************************************************
C.4 Código FORTRAN 245
351 indic=2
352 indic_f=3
353 else if (gausspt.eq.2) then
354 ind=4
355 indic=5
356 indic_f=6
357 else if (gausspt.eq.3) then
358 ind=7
359 indic=8
360 indic_f=9
361 else if (gausspt.eq.4) then
362 ind=10
363 indic=11
364 indic_f=12
365 endif
366 C
367 if(svars(ind).gt.1.0d0) then
368 crackflag=1
369 else
370 crackflag=0
371 endif
372 C
373 C Primer condicional de existencia previa de fisura si o no
374 C
375 if (not(crackflag)) then
376 C Estamos en régimen elástico previo a la fisuración
377 sign=un*kno
378 C
379 if (sign.le.(ft*factor_red)) then
380 uieff=0.0d0
381 multip=kno
382 C E n e s t e caso , n o s e h a f i s u r a d o
383 else
384 C E n e s t e caso , s e c r e a l a f i s u r a
385 crackflag=1
386 svars(ind)=20.0d0
387 svars(indic_f)=factor_red
388 c w r i t e (* ,*) 'C O M I E N Z A A FISURAR '
389 endif
390 endif
391 C
392 C Calcula los parámetros de la curva de ablandamiento afectados por
393 C el factor correspondiente en función del valor de la triaxialidad
394 gf_red=gf*factor_red
C.4 Código FORTRAN 247
395 ft_red=ft*factor_red
396 C
397 if (crackflag) then
398 c a l l F A B L ( ft_red , gf_red , abltype , s v a r s ( i n d i c ) ,fult , d f u l t )
399 C
400 if (un.gt.(svars(indic)+(fult/kno))) then
401 C E n e s t e caso , a u m e n t a e l d a ñ o y s i g u e l a c u r v a d e ablandamiento ,
402 C p a r a ello , s e r e a l i z a u n c á l c u l o i t e r a t i v o m e d i a n t e Newton - R a p h s o n
403 c W R I T E (* ,*) 'A V I S O _ 2 : A U M E N T A E L DAÑO '
404 uiefftrial=un
405 resid=1.0d0
406 C
407 do while (resid.gt.un/1000000.0d0)
408 c a l l F A B L ( ft_red , gf_red , abltype ,
409 1 uiefftrial , fult , d f u l t )
410 n u m = u i e f f t r i a l + ( f u l t / k n o ) -u n
411 denom=1.0d0+(dfult/kno)
412 u i e f f = uiefftrial - ( n u m / d e n o m )
413 r e s i d = a b s ( uiefftrial - u i e f f )
414 uiefftrial=uieff
415 end do
416 C
417 sign=fult
418 svars(indic)=uieff+(fult/kno)
419 multip=1.0d0/((1.0d0/kno)+(1.0d0/dfult))
420 C
421 else if (un.le.(svars(indic)+(fult/kno))) then
422 C E n e s t e caso , h a h a b i d o u n a d e s c a r g a y t a n t o l a t e n s i ó n s i g n c o m o
423 C la pendiente multip siguen una línea que va al origen
424 c W R I T E (* ,*) 'A V I S O _ 3 : H A D E S C A R G A D O E N A L G Ú N MOMENTO '
425 c a l l F A B L ( ft_red , gf_red , abltype , s v a r s ( i n d i c ) ,fult ,
426 1 dfult)
427 umax=svars(indic)+(fult/kno)
428 sign=fult*(un/umax)
429 multip=fult/umax
430 endif
431 C
432 endif
433 C
434 end
435
436 C***********************************************************************
437 C*************** FABL **************************************************
438 C***********************************************************************
248 Código FORTRAN de la subrutina de usuario
483 C
484 else if (abltype.eq.4) then
485 C Ley rectangular
486 umax = gf / ft
487 C
488 I f ( u i e f f <= u m a x ) T h e n
489 fult = ft
490 dfult = 0.0d0
491 Else
492 fult = 0.0d0
493 dfult = 0.0d0
494 End If
495 C
496 endif
497 C
498 end
499
500 C***********************************************************************
501 C*************** Calc_B ************************************************
502 C***********************************************************************
503 C S u b r u t i n a q u e calcula , j u n t o c o n v a l o r _ f u n c y valor_deriv , e l v a l o r
504 C de B a partir de ft y gf. Es necesaria para la curva de ablandamiento
505 C 2 de FABL
506 subroutine Calc_B(A,B,gf)
507 C
508 implicit none
509 r e a l * 8 A , B , gf , x_init , resid , xtrial , xtrial_new , valor , d e r i v a d a
510 x_init=gf/A
511 resid=10.d0
512 xtrial=x_init
513 C
514 do while (resid.gt.x_init/10000.0d0)
515 c a l l v a l o r _ f u n c ( A , xtrial , gf , v a l o r )
516 c a l l v a l o r _ d e r i v ( A , xtrial , gf , d e r i v a d a )
517 xtrial_new = xtrial - (valor / derivada)
518 resid = Abs(xtrial_new - xtrial)
519 xtrial = xtrial_new
520 end do
521 C
522 B=xtrial
523 end
524 C***********************************************************************
525 C*************** valor_func ********************************************
526 C***********************************************************************
250 Código FORTRAN de la subrutina de usuario
527 s u b r o u t i n e v a l o r _ f u n c ( A , B , gf , v a l o r )
528 C
529 implicit none
530 r e a l * 8 A , B , gf , v a l o r
531 C
532 v a l o r = gf - ( A * ( ( A / B ) * * ( 1 . d 0 / 2 . d 0 )) -(B * ( ( A / B ) * * ( 3 . d 0 / 2 . d 0 ) ) )
533 1 /3.d0)
534 end
535 C***********************************************************************
536 C*************** valor_deriv *******************************************
537 C***********************************************************************
538 s u b r o u t i n e v a l o r _ d e r i v ( A , B , gf , d e r i v a d a )
539 C
540 implicit none
541 r e a l * 8 A , B , gf , d e r i v a d a
542 C
543 d e r i v a d a = ( 1 . d 0 / 3 . d 0 ) * ( A * * ( 3 . d 0 / 2 . d 0 ) ) * ( B **( -3.d 0 / 2 . d 0 ) )
544 end
545 C***********************************************************************
546 C*************** TRIAXIALIDAD ******************************************
547 C***********************************************************************
548 C Subrutina que devuelve el valor del factor que modifica los parámetros
549 C de la curva de ablandamiento en función de la triaxialidad.
550 s u b r o u t i n e T R I A X I A L I D A D ( TRIAX , f a c t o r _ r e d )
551 C
552 implicit none
553 r e a l * 8 TRIAX , f a c t o r _ r e d
554 C
555 if (TRIAX.le.0.3333) then
556 factor_red=1.00
557 elseif (TRIAX.le.0.66) then
558 f a c t o r _ r e d = 1 . 0 + ( ( TRIAX - 0 . 3 3 ) / 8 0 . 0 ) * * ( 1 . 0 / 3 . 0 )
559 else
560 factor_red=1.0+((0.66 -0.33)/80.0)**(1.0/3.0)
561 end if
562 C
563 end
564 C***********************************************************************
565 C*************** URDFIL ************************************************
566 C***********************************************************************
567 S U B R O U T I N E U R D F I L ( LSTOP , LOVRWRT , KSTEP , KINC , DTIME , T I M E )
568 C
569 I N C L U D E 'A B A _ P A R A M . I N C '
570 C
C.4 Código FORTRAN 251