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La basílica de Santa Sofía se convirtió en el edificio cristiano más lujoso y grande del
mundo en su momento. La obra comenzó en el 532 y tras 5 años y diez meses fue
consagrada, un tiempo record y un logo impresionante. Este edificio habría de influir no
sólo en otras iglesias bizantinas posteriores como la de San Sergio y San Baco sino en
las mezquitas construidas durante el período turco, como la próxima mezquita azul,
claramente inspirada en Santa Sofía.
La basílica de Santa Sofía, fue construida por los arquitectos Artemio de Tralles e
Isidoro de Mileto por orden del emperador Justiniano
Al principio fue una Basílica Ortodoxa, entre 1204 y 1261, Santa Sofía fue la iglesia del
Papa. En 1453 fue tomada por el Imperio Otomano y convertida en mezquita. Los
otomanos dotaron a la iglesia de cuatro minaretes, una escuela teológica y un comedor
público. En 1935, Atatürk transformó el templo en un museo
AVANCE TECNOLOGICO
El precedente para realizar la cúpula era el Panteón Romano cuya luz de cúpula es de
43,6 metros por tanto mayor que la de la basílica de Santa Sofía con 31,87 metros.
Pero aquella es una cúpula monolítica sobre una ancha pared circular y la de Santa
Sofía en cambio sobre solo cuatro puntos de apoyo, algo nunca antes hecho y por lo que
era imposible calcular los empujes.
Ante un reto como este, lo primero fue desechar el ladrillo y mortero habitualmente
usado en Bizancio para los cimientos. En su lugar se utilizó la piedra, la cual se elevó
hasta los 7 metros de altura antes de emplear ladrillo y mortero.
Pese a ello y no obstante encontrarse en una de las zonas sísmicas más activas del
mundo, Hagia Sofía ha resistido terremotos devastadores y ha sobrevivido incluso a
edificios modernos de concreto armado. La revolucionaria concepción estructural y el
uso de material ligero han facilitado su supervivencia por más de 1500 años. Diversos
estudios y simulaciones han predicho que la iglesia podrá resistir el embate de sismos
mayores a 7.2, pero a pesar de ello la estructura se encuentra siempre en mantenimiento
y continuamente monitoreada.
MATERIALES
Contrario a la costumbre de la época, que era construir edificios masivos y pesados para
resistir los terremotos, Isidoro y Artemio trataron de hacer el suyo lo más ligero posible
(un criterio utilizado en la ingeniería civil moderna). Los ladrillos fueron importados de
Rodas y fueron cocinados a bajas temperaturas (800°C), haciéndolos más porosos,
menos densos y más resistentes y ligeros que los ladrillos comunes (cocidos a 1200°C).
En el mortero también se utilizó ladrillo molido, mezclado con cal, arena de río y agua
para crear un mortero especial, fuerte, ligero y flexible.
La cúpula central está construida con ladrillos puestos de canto y gruesos lechos de
mortero para conseguir mayor ligereza. Los nervios situados en la cúpula están
formados por piedra volcánica.
Las columnas interiores fueron traídas de templos en Baalbek, Heliopolis, Éfeso, Mileto
y Delfos, mientras que otros pilares y capiteles fueron hechos con mármoles blancos de
las antiguas y abundantes canteras de Proconessos, en el Mar de Mármara, verdes de
Tesalia, dorados de Libia, rosas de Frigia y marfil de Capadocia.
Mármoles de colores, pórfido y basalto componen las columnas que separan las naves y
policromados cubren sus paredes, los mármoles tienen un espesor de 60 centímetros y
una longitud de 6 metros
Originalmente muchas de sus ventanas en arco de medio punto estaban cerradas con
vitrales y divididas en pequeños cuadrados ya sea con piedra trabajada o material calizo.
Tanto para los minaretes como para los muros de la iglesia se utilizaron piedra y
ladrillo, los pavimentos también eran de mármol combinados con planchas de cobre en
el interior.