Sei sulla pagina 1di 18

Steven pierde el equilibrio y cae.

El eclipse está llegando a su etapa máxima y comienza a declinar.

- ¡Hermano!, ¿estás bien? - pregunta Igor preocupado.


- ¡La vi!, ¡la vi! - dice Steven impactado.
- ¿Qué viste Steve? - dice Igor.
- ¡Ella es uno de ellos! - grita agitado.

Máximo se acerca y Amelia está en el suelo aún inconsciente.

- Disculpen...ella está un poco exaltada y actúa así con cualquier


persona - dice Máximo mintiendo - fue una discusión entre los
dos y ella se lo tomó muy mal e intentó hacer una escena,
lamento que haya sido con ustedes.
- Tienes que tener más cuidado para la próxima...esperen...yo
conozco a esta muchacha... - dice Igor.
- ¿La conoces? - dice Máximo.
- Sí, una vez ella fue a mi trabajo a preguntarme sobre unas
cosas, pero desapareció repentinamente, ¿te acuerdas Alexandra?,
ese día estabas ahí también.
- Sí lo recuerdo, pero esa ha sido la única vez que nos hemos
encontrado, y de hecho no pudimos conocernos más, ella se fue
rápidamente.

Amelia comienza a recuperar la conciencia poco a poco.

- ¿Dónde estoy? - pregunta confundida.


- Amelia, soy Máximo - dice al golpear levemente sus pómulos.
- ¿Ah?...¡Máximo!, ¿qué pasó?
- Tuviste otro de tus ataques de celos, amor, por favor te dije
que te controlaras, ¡quería disfrutar del eclipse! - dice
mirando fijamente a Amelia como para encontrar complicidad en su
mentira.
- ¿Ahhh? - dice cansada y todavía confundida.
- Mejor nos vamos de aquí, yo te llevo - la toma en sus brazos -
no es bueno arreglar los problemas en público.

El eclipse ha terminado completamente y la gente poco a poco


comienza a moverse hacia otros lugares. Muchos continúan sus
paseos y Máximo lleva a Amelia en los brazos de una manera normal
para no levantar sospechas.
Alexandra está un poco suspicaz por lo que acaba de ver y se puede
ver en sus ojos que no cree del todo lo dicho por Máximo.

- Steven, ¿estás mejor? - pregunta Giselle.


- Sí, ¡vaya que están locos en este pueblo!, aún más
distorsionados que en la capital.
- Hay algo que me parece bastante extraño aquí, pero no puedo
entender que es lo que es - dice Alexandra mientras mira a Igor.
- ¿Sí?, pues fue bastante extraña la situación, creo que esa mujer
está loca - dice Igor.
- Bueno, no le demos mayor importancia, creo que estoy bien y eso
es lo que interesa - dice Steven.
- El problema es que no logramos disfrutar nada del eclipse - dice
Giselle - además, duró muy poco, creo que menos de lo que
usualmente duran.
- Como sea, insisto, estoy mejor, fue el susto y la impresión -
dice Steven mientras se levanta.
- Bueno, creo que mejor nos vamos - dice Igor.
- Me parece una buena idea - dice Giselle con satisfacción.

A lo lejos, entre la gente y sentado se puede apreciar a Gabriel


observando la escena con asombro, mientras nuestros protagonistas
se van alejando de la playa.
Capítulo 9: ...No siempre se aprecia la verdad

Luego del incidente, Amelia fue llevada a casa por Máximo mientras
ella se había quedado dormida en sus brazos. Su padre seguía sin
estar en la casa y su madre descansaba en su cuarto.
Ella comienza a despertar poco a poco.

Al abrir lentamente sus ojos ve a un hombre en su habitación.

- ¡Hola! - dice el hombre mientras se acerca más a Amelia.


- ¡Eres tú...! - señala Amelia poco a poco recuperando la
conciencia.
- Sí, nos conocimos hace algunos días. Soy Gabriel.
- ¿Qué es lo que haces aquí? - pregunta asustada.
- Me impresionó bastante tu actitud descontrolada, no pensé que
fueras tan alocada.
- ¿Ah sí?, creo que hay muchas más cosas de mi que no conoces -
dice Amelia insinuante.
- ¿Y qué esperas para enseñarme? - responde Gabriel con picardía.

Los dos vampiros se funden en un frenesí de pasión y lujuria que


no pueden evitar.
El hecho que tengan esa condición hace que todos sus sentimientos
sean maximizados y las emociones más oscuras salgan a flote.
Se revuelcan en la cama de Amelia, besándose apasionadamente,
hasta que Gabriel saca una estaca y con una rapidez imperceptible,
se la entierra a Amelia.
La vampira no puede hablar, sólo gime de dolor.

- Que esto te sirva de advertencia, no puedes ser una vergüenza


para nuestra especie - dice Gabriel con enojo.

La madre de Amelia entra preocupada a la habitación.

- ¡Amelia! - grita despavorida por la escena que acaba de ver.


- ¡Salga de aquí! - grita Gabriel mientras lanza un gruñido
atemorizante.
- ¡Voy...voy...a llamar...a la policía! - dice Grace al salir
corriendo escaleras abajo.

Gabriel prácticamente vuela encima de Grace y se para adelante de


ella antes que pudiera alcanzar el teléfono. Ella llora de temor.

- ¡¿Qué hace acá?!, ¡¿qué le hizo a mi hija?! - dice llorando.


- Escúcheme, escúcheme - dice mientras agarra la cabeza de la
mujer con firmeza - ahora usted va a mirar fijamente mis ojos y
va a hacer lo que yo le diga, ¿entendido?
- Entendido - dice Grace afligida.
- Usted va a olvidar lo que ha sucedido, va a comenzar a sentir
mucho sueño e irá a su habitación a dormir durante todo el resto
del día - dice Gabriel pronunciando cada palabra con lentitud y
claridad.

De pronto, el rostro y la actitud de la mujer cambiaron.

- Creo que estoy muy cansada, voy a subir a mi habitación a


dormir, permiso - dijo mientras retoma el paso para subir las
escaleras.

Gabriel huye rápidamente de la casa.

Por otro lado, Igor y Steven han regresado a casa. Alexandra y


Giselle se fueron a sus respectivos lugares y antes de entrar, los
hermanos deciden sentarse en las afueras de su hogar para
conversar.
Igor está muy impactado aún por la situación vivida en la playa
durante el eclipse, y trata de encontrar respuestas a lo que
sucedió, sin hallarlas todavía.
- Fue bastante extraño lo que sucedió, ¿cierto? - señala Steven.
- Sí, aún estoy impactado. Fue una de esas cosas que nunca esperas
que va a pasar... - dice Igor.
- Sí, la muchacha era bastante extraña...digamos...un ataque de
ira no llega a tal extremo, ¿o sí?
- Creo que no, pero ella se veía claramente enferma, pues de
inmediato se desmayó - Igor responde mientras se toma la cabeza.
- Para mi fue todo extraño. Desde el eclipse, la situación en sí y
el ataque, si es que puedo llamarle así, de esta niña, no sé si
piensas lo mismo que yo, Igor.
- Sí, en realidad fue todo extraño, digamos, los eclipses duran
unos cuantos minutos, pero en esta ocasión sentí como si todo
avanzara más rápido, como si la gente estuviera preocupada, pero
al instante ya no lo estaba...¡uff, no sé!, pero sea lo que sea
que haya sucedido fue bastante extraño.
- ¿Sabes en qué estaba pensando? - dice Steven con un aire de
incredulidad.
- ¿En qué? - responde Igor.
- Bueno, la verdad es que yo vi algo.
- ¿Qué viste?
- No lo quise decir hasta ahora para no asustar a las muchachas,
pero en realidad es la única explicación que encuentro al
asunto.
- ¡Pero dime qué! - interviene Igor con desesperación.
- Cuando esa muchacha me tomó sentí algo muy extraño, y justo en
el momento en que el eclipse lanzó un brillo y llegaba a su
esplendor, pude ver que la muchacha tenía unos grandes y
afilados colmillos dispuestos a devorarme.
- ¡No estás molestando!, ¿verdad? - pregunta Igor exaltado.
- No mentiría con algo así, de verdad vi algo, duró una fracción
de segundo entre que ella me atacó y que se desmayó, yo perdí el
equilibrio y estaba tan confundido con la situación que no pude
reaccionar. Ahora que lo pienso bien, más calmado, es lo único
que puedo relacionar con el ataque y la personalidad de la
joven.
- ¡Shhh!, ¡no hables tan fuerte!, mamá puede escucharnos - dice
Igor acercándose más a su hermano.
- ¡Pensé que ya no te interesaban estos temas! - dice Steven.
- La verdad es que no, pero fue algo que tú viste, por lo tanto
hay una fuente concreta de la cual podemos comenzar una
investigación.
- O sea que ya estamos con ganas de investigar...¡cómo nos cambia
la vida! - dice Steven bromeando.
- La verdad yo no tengo mucho tiempo por mi trabajo, pero
aprovechando que tú estás aquí, podemos lograr algo...¿no crees?
- No lo sé, el otro tipo se la llevó y no sé donde puede estar
ahora, ¿cómo voy a saberlo?
- Los vampiros tienen algo que se llama “fijación”. Si fijan su
objetivo en alguien y no consiguen su cometido, ellos regresarán
hasta que cumplan con lo que desean, por lo tanto ahora tú eres
la carnada - dice Igor con entusiasmo.
- ¡Gracias!, o sea que estás prácticamente diciéndome que voy a
ser perseguido por una vampira hasta que consiga matarme...
¡bueno el chiste!
- Si sabes defenderte no pasará nada, tienes que aprender a jugar
su juego, sométete bajo sus reglas, porque de seguro quiere algo
más.
- ¿Y cómo estás seguro que no quiere alimentarse de mi?

Igor ríe.

- ¿De qué te ríes, Igor?, ¡no me parece gracioso!


- De que si fueras vampiro ella no hubiera querido alimentarse de
ti. Lo que me confirma que tu promesa esa de regresar como uno
de ellos en tus vacaciones no se cumplió. Y eso me da alivio de
saber que aún tengo un hermano normal... - dice Igor con
alegría.
- No sabes cuánto he querido convertirme en uno, pero la
periodista aquella no me dio muchas pistas, ¡me sentí engañado!
- ¡Dios!, ¿cómo puedes desear esa vida de total condenación a una
normal con tus seres queridos y durante un lapso de tiempo? -
señala con determinación - no me parece nada de emocionante
vivir para siempre...
- ¿Y si acepto tu propuesta, qué te hace pensar que no me dejaré
convertir ahora que supuestamente tenemos contacto con una
vampira? - dice Steven enojado.
- No, ¡no lo harás! - grita Igor con enojo.
- ¡Veamos entonces!, no acepto tu propuesta de todas formas, ¿por
qué no vas tú y te expones a ella a ver como te devora y chupa
toda tu sangre? - dice al irse corriendo enfurecido hacia un
destino desconocido.
- ¡Steven, vuelve acá!, ¡Steven! - grita Igor en vano.

En un árbol a una distancia considerable, se puede observar a


Máximo que a pesar de la distancia, logra escuchar toda la
conversación de los hermanos.

- Veo que subestimé a estos humanos - dice con asombro - no me


vendría mal tener a otro monigote para jugar ahora que Amelia ha
decidido emanciparse.

Al terminar de hablar, Máximo salta del árbol y comienza a caminar


con paso normal, para al cabo de unos segundos tomar toda su
velocidad.

Igor molesto con la situación entra a su casa y pega un fuerte


portazo. Se puede escuchar a Helena, su madre, que le grita por el
golpe que acaba de dar.
Casa de Amelia / 06:50 pm.

Al hacer un recorrido por la casa de los Nielsen podemos apreciar


que nada extraño ha sucedido. Al pasar por la habitación de Grace
vemos que está profundamente dormida, tal como Gabriel se lo
ordenó, y su esposo aún está desaparecido, preso de la rabia y
enojo de una pelea de hace algunos días.
Al llegar a la habitación de Amelia, se puede ver a ella acostada
en su cama con una profunda herida hecha por la estaca que Gabriel
clavó, a propósito y como forma de escarmiento, en su estómago.
La intención del vampiro no era matarla, sino que advertirle que
cambiara sus actitudes poco reservadas que, según él, avergüenzan
a su especie y ponen en peligro de ser descubierta, con todas las
consecuencias que eso traería.
La herida de Amelia está sanando rápidamente, por lo que ella está
recostada para recuperar energía y fuerza de la intensa situación
que le tocó vivir producto de su incontrolable deseo de
alimentarse.

- ¡Maldito Gabriel!, me las va a pagar... - dice Amelia mientras


está recostada con sus manos en su estómago - apenas me recupere
le haré pagar por lo que me ha hecho...

Parque Volare / 07:05 pm.

En Saint Honore el ocaso ya llegó y poco a poco comienzan a


encenderse las luces de las casas, de las calles y un viento
fuerte comienza a correr por la ciudad.
Steven está un poco molesto por la situación vivida con su hermano
Igor, pues le frustra que él quiera intervenir en todas las
decisiones que toma, creyéndose su padre.
Pocas veces lo dice, pero él siente que toda su vida ha sido un
desastre y que todas las elecciones que él ha hecho han sido
manipuladas por las personas de su familia.
Al no crecer con un padre, Igor ha cumplido en muchos aspectos la
figura que falta en su familia y también Helena ha sido una madre
muy aprensiva con sus dos hijos, que son sus ojos.
Igor fue el primero en interesarse en los temas de vampiros.
Cuando era pequeño veía a escondidas la televisión en el horario
que sólo era para adultos para ver las películas y documentales
que sobre este tema transmitían en los diversos canales.
De esta manera se fue obsesionando poco a poco y fue traspasando
esa fascinación a Steven.

Steven siempre ha sido todo lo contrario de Igor y ese exceso de


personalidad es quizás una máscara para ocultar su destrozada
alma. Es por eso que él desea ser vampiro, por la oportunidad que
tendría de “esconder” los sentimientos que le hacen mal y sacar a
relucir la personalidad fuerte y decidida.

Se encuentra sentado en una de las bancas mientras observa a un


padre con su hijo, y es posible apreciar la melancolía en sus
ojos, añorando algo que nunca pudo cumplir.

Está en eso cuando de pronto siente una brisa recorrer su espalda.


Toma su abrigo y se lo coloca para aplacar el frío, pero esa
sensación de que alguien lo está mirando sigue presente.

Comenzó a ponerse un poco nervioso y ante eso gira hacia atrás.

- ¿Hay alguien ahí?...¿Igor, eres tú? - dice con extrañeza - si


estás escondido te aviso que no estoy de ánimos para juegos.
- Esto no se trata de ningún juego - dice una voz seria.
- ¿Quién eres? - pregunta cuando se da vuelta y ve a un hombre.

Es Máximo.

- No nos conocemos oficialmente - estira su mano - me llamo


Máximo.
Steven responde estrechando la mano del vampiro.

- ¡Hola! - disculpa por el grito, es que estoy un poco aproblemado


y ando muy sensible. Me llamo Steven.
- Sí sé quién eres. Te vi en la playa, cuando Amelia intentó
atacarte.

Steven de pronto comienza a unir los hechos y a recordar y su


expresión cambia, pues la duda surge. ¿Es Máximo un vampiro
también?.

- ¿Eres...? - dice con la voz entrecortada.


- Sí lo soy - dice mientras le muestra sus colmillos.

El joven está impresionado. Es primera vez que tiene la


oportunidad de conversar con uno de los seres que tanto interés le
despiertan.
No sabe qué decir ni mucho menos como actuar, pero lo que sí sabe
es que tiene emoción, no miedo.

- ¿No saldrás corriendo como todos los demás? - pregunta


extrañado.
- Ehhh...no puedo negar que esa es una de las opciones que he
barajado en estos segundos, pero no, no saldré corriendo.
- Te estuve escuchando mientras discutías con tu hermano. Creo que
él es bastante arriesgado.
- No es así, intentó hacerse el valiente para que yo no dijera
nada y echara abajo su plan, pero sé que él tendría mucho miedo
si estuviera en mi posición ahora.
- ¿Y desde cuándo quieres ser uno de los nuestros?, ¿por qué?
- Mi vida es una mierda, literalmente. Intento ser el que trae
alegría, mi máscara es mi indiferencia ante las cosas, pero la
verdad que estoy destruido. He sido siempre el “oveja negra” de
mi familia. El hijo desordenado, el hijo problema, el que todos
quieren proteger. ¡No puedo seguir viviendo así!
- La verdad nunca he sido un buen psicólogo...¿qué podría decirte?
- ¡Que me harás uno de los tuyos! - dice Steven con desesperación.
- Mmmm, eso sería muy fácil para mi - señala Máximo poniendo su
mano en el mentón.
- ¡Es lo que más deseo!, para por fin apagar la tristeza en mi
interior.
- Pero no tan rápido. Necesito un aliado primero y además necesito
entrenarte, no quiero que seas un inútil desesperado como
Amelia...
- ¡Haría lo que fuera!, ¡lo prometo! - dice arrodillándose.
- ¡Basta!, ¡no quiero escenas patéticas!, sólo necesito que me
prometas una sola cosa...
- ¡Lo que sea! - dice Steven.
- Tu completa lealtad. Si sé de algo extraño te mataré, sin
convertirte y mataré a toda tu familia - dice con expresión
severa.
- ¡Lo prometo!
- Bien, pero no puedo sentirte...
- ¿A qué te refieres? - pregunta Steven.
- Tu aura, tu energía, son prácticamente invisible para mi - dice
Máximo tratando de sentir algo.
- ¿Los vampiros pueden hacer eso? - pregunta sorprendido.
- No todos. Algunos nacimos con linaje de este tipo. No es que sea
un clarividente, pero puedo sentir las energías, las auras, es
por eso que sé con certeza que hacer con mis víctimas.
- ¿Si tú me conviertes tendré poderes como los tuyos?
- Lo dudo. Nunca se traspasan poderes así entre vampiro y
convertido. Eso depende de muchos factores, de linajes que
pudiste haber adquirido desde nacimiento y por herencia
ancestral, los cuales se intensifican como vampiro. Tú te ves
demasiado normal como para ser un ejemplar muy útil, pero veo tu
deseo y seres leales como tú son buenos en nuestra especie.
- Ya veo...
- Pero por algo no puedo leerte. Quizás vas a desarrollar cosas
extraordinarias, pero ya veremos...bueno, ahora me voy...¡adiós!
- ¡Espera! - dice Steven tratando de detenerlo - ¿cómo voy a
ayudarte si no sé como encontrarte?
- Yo sabré encontrarte, ya verás - dice Máximo al desaparecer
hacia el oriente.

Steven todavía está muy incrédulo con todo lo que acaba de


suceder, pero entiende que es la única salida posible para acabar
de una vez por todas con su soledad y depresión.
Igor se puede ver a unos cuantos metros y se acerca en dirección a
su hermano. Steven mira por unos segundos, pero hace un desprecio.

- ¡Estás aquí!, ¡lo sabía! - dice Igor.


- ¿Qué haces aquí? - pregunta Steven.
- No has cambiado mucho. Cuando eras más pequeño y discutías con
mamá siempre decías que te irías, pescabas unas cuantas cosas y
partías. Yo siempre salía a buscarte y te encontraba en este
mismo parque y en esta misma banca, llorando.
- Nadie te ha pedido que vengas a buscarme. Sólo quiero estar
solo.
- Y yo quiero que conversemos, ¡vamos hermano!, no podemos pelear
por cosas ridículas, yo acepto mi parte y vengo a pedirte
disculpas.
- ¿Te das cuenta?, ¡he sido atacado por uno de los seres que más
he deseado conocer en toda mi vida!, y tengo una posibilidad
cierta, por fin, de ser uno de ellos...
- ¿Pero qué ganarías siendo un vampiro?, es más, ni siquiera
sabemos si todo lo que hemos investigado durante años sea
cierto. No podría ni decir si de verdad ella es una vampira.
- ¡Yo la vi Igor!... - dice enojado.
- Bueno hermano, no puedo decirte qué hacer, pero sólo espero que
sepas en lo que podrías eventualmente estar involucrado...
- Lo sé Igor, pero es la única manera en que podría sentirme mejor
y alejado de todo lo que me hace daño. Tú siempre has sido el
hijo perfecto, el ejemplo a seguir, el esforzado, el todo lo
bueno. En cambio yo he sido todo lo contrario...
- Steven...yo...jamás pensé que ese era tu problema conmigo,
¿¡cómo voy a saberlo si no me lo dices!?, me fuiste a buscar al
trabajo, me abrazaste con alegría. No entiendo, de verdad que
no.
- ¡Por uno segundo pensé que podría olvidar todo, pero este lugar
me trajo recuerdos, de todo lo que me hace mal!...y si no te lo
dije antes es porque no tenía el valor, necesitaba pensar, por
eso decidí irme a estudiar a la Universidad lejos, como tú. Y
cuando por fin pude entender lo que me pasaba...volví...y...¡lo
siento!

Steven abraza a Igor.

- Ya hermano. No importa, tratemos de mejorar nuestra relación en


estos días que quedan, yo sé que será posible, pero prométeme
que no harás ninguna tontería, y menos ahora que tenemos una
sospecha con esa muchacha - dice mientras acaricia la cabeza de
su hermano.
- Bueno, prometido - dice Steven, pudiéndose observar la falsedad
de la promesa hecha, en sus ojos.

Casa de Amelia / 09:34 pm.

Grace, la madre de Amelia, ha despertado del sueño inducido por


Gabriel y al ver que su marido no está nuevamente comienza a
preocuparse. Se da vueltas en el living esperando su llegada, pero
al pasar el tiempo comienza a desesperarse, decide subir a la
habitación de Amelia.

Grace abre la puerta.

- Amelia, me estoy preocupando por Leonard, ha pasado otro día y


aún no da señales de vida, he llamado al Hospital y me dicen que
tampoco ha ido a trabajar, su celular está apagado, ¡no sé que
hacer!, siento que todo fue mi culpa...
- No sé mamá, la verdad no me interesa que papá esté perdido,
tengo otras cosas más importantes por las cuales preocuparme -
dice Amelia.
- ¡Cómo puedes decir eso, niñita!, ¡se trata de tu padre!
- Si fuera mi padre de verdad, tendría la decencia de preocuparse
por nosotros y llamar. Su vida siempre ha sido el trabajo y
después su familia, eso no lo puedo soportar...
- Si sé que tu padre tiene falencias, pero no es una mala
persona...me preocupo, porque discutimos y él salió de casa
enojado y desde hace dos días que no vuelve...¿crees que sería
mejor denunciar a la policía?...
- ¡Mamá tú ya eres adulta, sabrás qué hacer!, los problemas
matrimoniales deberían arreglarlos ustedes - dice con
desinterés.

Grace se acerca rápidamente a su hija y la toma de la ropa con


enojo.

- ¡Se trata de tu padre!, ¡vas a tener que ayudarme! - dice


enojada.

De pronto los ojos de Amelia comienzan a ponerse rojos y su rostro


adquiere los rasgos de alguien furioso.

- ¡Suéltame! - dice furiosa.

Grace se asusta y la suelta. No entiende qué acaba de pasar.

- Amelia...hija...¡¿qué te pasa?! - dice asustada alejándose de


Amelia.

El rostro de Amelia vuelve a la normalidad.

- Mamá...por favor...te pido que no me provoques, pues te puede ir


muy mal...y si quieres un consejo, llama a la policía.
- Amelia, no sé qué te sucede, pero luego vamos a tener una
conversación muy, muy seria - dice Grace al alejarse de la
habitación y bajar las escaleras.

Grace coge el teléfono y llama a la policía.

- Necesito poner una denuncia. Por...por presunta desgracia... -


dice mientras sus ojos se llenan de lágrimas y su voz se
entrecorta.

En la habitación de Amelia, ella se encuentra muy enojada aún. Los


problemas en su familia la atormentan demasiado y todo lo que le
ha pasado no lo puede comprender. Está enojada por la amenaza de
Gabriel y un sentimiento de querer culpar a los otros por sus
circunstancias crece.
De pronto, como siempre, Máximo aparece por la ventana.

- ¡Estás aquí! - dice enojado.


- No me he movido, este día ha sido un verdadero asco - dice
Amelia.
- ¿Acaso está tu padre perdido?
- Sí. El muy desgraciado no ha aparecido en dos días, ¿puedes
creerlo?, ¡ni una llamada!
- Ouch. Si fuera tu padre, eso me dolería mucho, veo que no te
simpatiza mucho - dice con sarcasmo.
- ¡Esto no es de tu incumbencia!
- Vaya, estás enojada, ¿te ha pasado algo?
- De todo me ha pasado, pero si no recuerdas, te dije que no
quiero verte...así que puede irte por la misma ventana que
entraste.
- Huelo un extraño olor, algo ajeno a esta casa...¿a quién
trajiste? - pregunta mientras huele el ambiente.
- Gabriel estuvo aquí, me atacó con una estaca. ¡Lo odio!, sin
conocerlo...¡lo odio!, ¡nadie me trata así! - dice con total
enajenación.
- ¿Gabriel? - pregunta extrañado.
- Sí, me atacó porque, según él, mis actitudes son una vergüenza
para nuestra especie, ¡vaya bastardo!
- Tienes que tener cuidado, él es muy peligroso, y muy poderoso,
sabe muchos secretos sobre los vampiros que ni yo sé, tienes que
protegerte de él...no dejes que te manipule...
- ¡Vaya quién lo dice!, no eres el más adecuado, tú has hecho lo
mismo conmigo...y además yo sabré vengarme, ¡ándate!, no te
quiero ver...
- Me voy, está bien, pero luego no me digas que no te lo
advertí...si quieres involucrarte con Gabriel, es tu decisión,
pero con mi aprobación no cuentas...
- ¡No necesito tu aprobación, ándate! - grita enfurecida.

Aún no ha terminado de gritar cuando Máximo ya ha desparecido.


Amelia agacha la cabeza, se sienta en la cama y comienza a llorar.
Lágrimas de sangre recorren sus mejillas pálidas.

- ¡No puedo más con esto!, ¡me cansé de las manipulaciones!

Casa de Igor / 09:53 pm.

Igor y Steven se quedaron conversando un momento en el parque,


pero ya están llegando a casa. Helena siente a sus hijos llegar y
abre la puerta antes de que Steven saque las llaves de su
bolsillo.

- ¡Por fin llegaron! - dice Helena.


- ¿Pasó algo mamá? - pregunta Igor.
- Alexandra está acá esperándote...

Los hermanos entran a la casa e Igor se dirige al living. Ahí ve a


Alexandra. No han pasado muchas horas desde que dejaron de verse,
pero él siente la misma emoción de siempre. Ella está vestida muy
hermosa, es perfecta.
- Alexandra... - dice Igor al besarla - ¿qué haces aquí?
- Vengo a buscarte. Pensé que un viernes en la noche no puedes
quedarte en casa y quiero que salgamos a comer algo y a
divertirnos...¿te parece?
- ¡Me encanta la idea!, pero...necesito ir a arreglarme...¿me
esperas?, puedes quedarte con Steven mientras tanto.
- Como siempre soy el que entretiene a tus citas... - dice Steven
riendo.
- Voy y vuelvo, espérame - dice Igor mientras torpemente se golpea
en la mesa de centro - todos sonríen.
- Hola Alexandra - dice Steven y estrecha la mano de la joven.
- Hola, veo que eres muy cortes, segunda vez que estrechas mi mano
- dice sonriendo.
- A las mujeres se les trata con respeto - mira la muñeca derecha
de Alexandra - ¿qué es esa pulsera?

Alexandra se incomoda un poco e intenta esconder su mano.

- Esto es...digamos...joyas heredadas, algo familiar.


- Entiendo, siempre hay cosas así en las familias, ¿vives con tus
padres?
- No, la verdad es que nunca conocí a mi padre y mi madre falleció
cuando yo era pequeña.
- Historias parecidas, supongo que Igor te ha contado lo de
nuestro padre.
- Sí.

Igor vuelve a bajar. Se ha cambiado de ropa.

- ¡Estoy listo!, ¿vamos? - pregunta alegre.


- ¡Vamos! - dice Alexandra.
- Bueno, yo me voy a mi pieza...¡que pasen una buena noche! - dice
Steven.

Fin de Capítulo

Potrebbero piacerti anche