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II Grado Arqueología
EL ESTUDIO DE LA CULTURA MATERIAL EN ARQUEOLOGÍA A TRAVÉS
DE LAS CORRIENTES TEORICAS DE LOS SIGLOS XIX Y XX.
I. INTRODUCCIÓN
El propósito fundamental de éste trabajo, es sintetizar las principales ideas de las diversas
escuelas, acerca del estudio de la cultura material. Para ellos, vamos a intentar extraer de
las distintas escuelas o corrientes, cuales fueron las principales formas de entender la
cultura material, a qué le dieron mayor importancia, así como el tratamiento a la
información obtenida por medio de la misma. Nos hemos centrados en las corrientes
teóricas fundamentales que se dan durante el siglo XIX y XX, con un pequeño resumen
de los antecedentes que se dieron, fundamentalmente en el Renacimiento.
II. ANTECEDENTES
El interés por lo que denominamos “antiguo”, viene desde el inicio de las civilizaciones.
Ya en la antigüedad, se le daba importancia a la cultura material. En Grecia y Roma se
da una “actitud arqueológica” de recuperación de material del pasado, dándole un valor
más allá de lo artístico, ideológico o religioso. Sin embargo en la Tardoantigüedad se
pierde esa valoración de lo que habían sido elementos del pasado, hay un uso ideológico
de la reutilización de piezas, los expolia, aprovechamiento de restos significativos de
otras culturas. Lo observamos bien en el material de acarreo utilizado para otras
construcciones, póngase el ejemplo de capiteles romanos en la mezquita de Córdoba.
La Ilustración fue otro de los momentos históricos (Siglo XVIII) donde hubo gran interés
y reverencia por el mundo antiguo El arte clásico se va a tener como gran modelo. Las
sociedades europeas, han ido avanzando desde el Renacimiento, y se produce unos
cambios a nivel de gestión administrativa y social que van a desarrollar las primeras
Academias. Estas Academias, fomentadas mayormente por reyes, se interesarán
especialmente en las esculturas y estatuaria, así como en los epígrafes, y monedas. Se
empieza a tener un interés más sistemático y ordenado, iniciando el coleccionismo. Las
esculturas son muy importantes en esta época, debido a un concepto estético-artístico,
como elemento de cultura material básico. El interés por las monedas y epígrafes, darán
como nuevas disciplinas la Numismática y Epigrafía.
Esta arqueología le da gran importancia a identificar los talleres, artistas. También le dan
gran importancia a la escultura. Aquí parte la idea de que el mundo griego es la cima de
lo cultural, y el mundo romano el gran copiador. Destacamos a A. Fürtwangler, ya en el
siglo XIX utilizaba la arqueología filológica para confrontar las copias y restituir las obras
a su estado original.
III. LAS CORRIENTES EN EL SIGLO XIX Y XX.
Ante todo, debemos comentar, qué es en el siglo XIX, donde se da los primeros indicios
científicos en el estudio de la cultura material. Sin embargo, hay que destacar que en
principio, se dividió claramente entre dos campos, uno dedicado a la Prehistoria y otro a
la Arqueología. Esta situación, pone en relieve una distancia entre ambas disciplinas que
se mantendrán hasta el siglo XX. Todo esto dará como resultado diferentes disciplinas
divididas en dos líneas:
Totalmente influenciado por los siglos anteriores, la Arqueología Clásica fue la que
mayor interés de estudio se dio desde la perspectiva de la cultura material. Realmente
importaba esta época, además de las primeras incursiones en el mundo de Egipto y Asiria.
Realmente aún se ve influenciado por lo estético y cobran gran importancia las obras de
arte como las esculturas.
Desde esta perspectiva se da gran importancia tanto a las monedas como a los textos
(Epigrafía y Numismática). Por ejemplo relacionaban a aquellas monedas con el rostro
del emperador, con la estatuaria oficial, y así se iban obteniendo, no sin dificultad, una
serie de los mismos. Es por ello que centraron su interés en este tipo de cultura material.
Vamos a comentar, las diferentes corrientes teóricas que han dado de forma diferente,
importancia a la cultura material, y cada una, a su particular forma de estudiarla.
Historicismo cultural
Los historicistas creían que por medio de la cultura material se podía identificar diferentes
pueblos, y a su vez, cuál de ellos podía ser el originario. Se embarcan por ello en una
exhaustica búsqueda de elementos materiales que definan o puedan definir a una cultura
determinada. En el historicismo cobra importancia, lo que se denominó fósil guía, esto
son, aquellos elementos de la cultura material que servían para identificar una cultura
determinada frente a otras, además de ir asociando unas culturas a otras por similitud.
Una vez que sabe o cree saber cuál es el fósil guía de la cultura, los sitúa en un espacio
geográfico (Horizonte), y el tiempo durante el cual se utilizó dicho fósil (Tradición).
Ambos conceptos, tradición y horizonte, quieren decir espacio geográfico de una cultura
por dónde se movió, y verticalidad, tiempo, para explicar el proceso de la historia
particular dentro de su horizonte.
Cada conjunto de cultura material expresa la variación de conjunta de cada cultura, pero
hay alguna, lo más frecuente, que es la norma, lo normal, lo que más se da en esa cultura
frente a otras, y los fósiles guía de esa cultura suelen encontrarse ahí.
En tanto que cada cultura es definida en el tiempo y en el espacio dado por el rango de
variación de los conjuntos materiales.
Otro aspecto muy importante para el historicista es cómo se da la difusión de esa cultura,
qué modelo de difusión explica el horizonte alcanzado, por ello es fundamental darle
importancia a la transmisión cultural que se produce desde el punto de vista de la cultura
materia.
Nueva Arqueología
Las críticas al historicismo cultural, hace que W.W. Taylor, en los años 40 del siglo XX
en su libro “A Study of Archaeology” , opine que el enfoque tradicional historicista en
arqueología es demasiado limitado y que se debería intentar generar, un enfoque
conjuntivo donde se estudiase el sistema cultural en su totalidad y no particularmente.
Diez años después, a finales de los 50, hay una obra de Wiley y Phillips (Method and
Theory in American Archaeology), donde se promueve la idea de una interpretación
“procesual” que suponga “una síntesis definitiva en una búsqueda común de la causalidad
y las leyes socioculturales”.
Lewis Binford podríamos decir que es el arqueólogo más influyente de esta corriente
teórica. Escribe a lo largo de los años 60 en el Norteamérica y con sus obras se puede
decir que se inicia la Nueva Arqueología. Se le denominó a esta corriente procesalista, y
tuvo mucha importancia, y aún la tiene, en la década de los 60, 70 y 80,
fundamentalmente en Norteamérica y en Europa del Norte.
Lo primero que hace es aislar distintos subsistemas dentro de los sistemas de las
sociedades humanas (esto es, dimensiones de éstas) para empezar a analizar ese sistema
complejo que supone una sociedad humana. Descompone el problema en partes más
sencillas para analizar cada una de forma independiente, conocerla de forma
independiente, y una vez que cree que conoce bien cada subsistema, intenta ver cuál es el
patrón de articulación de los subsistemas entre sí, y por tanto el patrón general de
funcionamiento del sistema, de la sociedad humana.
Además, los subsistemas, variables o fenómenos pueden ser culturales pero también no
culturales, por tanto subsistemas extraculturales, extrasociales, dimensiones que influyen
en el funcionamiento de una sociedad pero no forman parte de la misma.
Los procesualistas prestaron gran importancia al tema económico, definiéndose por sus
críticos como una corriente extremadamente materialista. Es de destacar, que para los
procesualistas las sociedades humanas cambian porque maximizan mejor los recursos, de
forma que la cultura material también va en proporcional desarrollo.
Ese principio teórico de la maximización de recursos, es el que ha llevado a definir a la
nueva arqueología como funcionalista. Esta corriente suele asumir la idea de progreso.
No descarta una fase histórica que pueda producir menos, pero es una especie de paso
atrás dentro de la idea general del procesualista.
La idea final del procesualista es que la búsqueda de las leyes socioculturales es pegar el
salto del funcionamiento del sistema al de otros sistemas, para ver qué patrones son
comunes a una serie de sistemas, o por qué variable cambia un patrón de un sistema. En
última estancia lo que hace es intentar extraer patrones universales del comportamiento
humano.
Posprocesualismo
Materialismo histórico
Neomarxismo
Darwinismo
Darwin escribe en el siglo XIX, y sus escritos con bastante rápida influencia en muchas
áreas científicas. Algunos prehistoriadores pensaron que efectivamente esa idea de la
evolución, de que todo organismo procedía de otro antiguo tenía también sentido para las
ciencias históricas como la historia donde todo cambia. Y se pensó que había esa
influencia.
Además en sus estudios el mismo autor, nos habla de estudios de la cultura material,
donde “existen aproximaciones filogenéticas concretas y algunas otras más centradas en
los propios procesos de transmisión cultural” (García Rivero.p87)
IV CONCLUSIONES
La realidad es que el desarrollo del estudio de la cultura material, desde las diferentes
corrientes, pone de manifiesto la importancia que tiene, tanto en su búsqueda como en su
interpretación para estudiar culturas pasadas. El conocimiento general de una cultura va
ligado a los rastros que nos dejan y es por ello que desde un entorno científico se ha
intentado dar respuesta, a lo múltiples interrogantes que surgen, cuando el elemento de
estudio es el ser humano en el pasado.
Cada corriente teórica, a su forma, intenta esclarecer con su análisis, la relación que se da
entre la cultura material y una cultura determinada, intentando explicar complejas
situaciones. Ocurre, que en función de la cultura a estudiar y de su cultura material, nos
pueda venir mejor o peor aplicar las teorías de una corriente en particular.
Realmente pienso que en cierta forma escudarse en una sola práctica teórica, nos limitaría
como arqueólogos. Quizás con algo de flexibilidad, entre las diversas posturas, se pueda
esclarecer de mejor manera, los desafíos pendientes y venideros que encontramos en
nuestra disciplina.
BIBLIOGRAFIA
Colin Renfrew / Paul Bahn “Arqueología, Teoría, Métodos y Práctica” Ediciones Akal
1993
Marx, Karl. “El capital. Crítica de la economía política.” Madrid: Akal. (1977).
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