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Los laboratorios son instalaciones donde se debe trabajar con mucha seriedad, precisión y

pulcritud. La precisión es la manera cuidadosa de realizar un experimento de acuerdo con las


instrucciones, y haciendo observaciones muy cuidadosas de lo que sucede para adquirir una
completa comprensión del experimento. La precisión requiere la anotación inmediata de las
observaciones. La pulcritud implica limpieza en el manejo de los reactivos y equipos.

Empezando por estas disposiciones generales se pueden empezar a entender la importancia


de la aplicación de las normas de bioseguridad. En términos generales la bioseguridad es el
conjunto de normas y cuidados empleados para preservar las condiciones adecuadas para
proteger la vida de los experimentadores y la sanidad del medio circundante.

Es necesario saber que las batas de laboratorio son convenientes por que protegen la ropa de
manchas y quemaduras causadas por productos químicos. Así mismo es recomendable usar
anteojos de seguridad o los anteojos ordinarios y mascaras o tapabocas, siempre que se vaya
a realizar un experimento que ofrezca peligro. Las gotitas de reactivos corrosivos o los
fragmentos de vidrio son un peligro para los ojos y para la cara.

A manera general las siguientes son algunas de las precauciones que se deben tener en
cuenta en el laboratorio:

Las sustancias químicas no se deben tocar con las manos.


Las sustancias químicas nunca se deben probar, a menos que se indique lo contrario.
Cuando se quiere examinar el olor de una sustancia nunca se acerque la cara sobre el
recipiente. Se debe colocar el recipiente a cierta distancia y con las manos se dirigen los
vapores hacia la persona. Nunca perciba el olor cuando acabe de retirar un recipiente cuyo
líquido esta en ebullición.
Revisar cuidadosamente las etiquetas de los frascos de reactivos de los laboratorios antes de
utilizar su contenido.
Nunca eche residuos de sodio, potasio u otras sustancias que puedan explotar con el agua.
Lave con bastante agua, si se derrama un ácido o cualquier sustancia corrosiva a menos que
no se indique lo contrario.
Cuando caliente un recipiente debe dejar pasar un tiempo suficiente para que se enfríe. A
menos que se indique otra cosa, no coloque un recipiente caliente sobre una superficie fría.
Es evidente que no se deben manipular líquidos orgánicos cerca de la llama y deben
tomarse las precauciones para evitar que se dispersen vapores de esta clase de líquidos en el
laboratorio. Para mayor seguridad se debe adquirir el hábito de mantener los recipientes con
sustancias químicas bien tapados. Apagar los mecheros inmediatamente se termine de usar.
Los papeles y sólidos que no sean peligrosos se deben echar en la basura; teniendo en cuenta
que los recipientes donde son desechados estas sustancias deben estar debidamente
marcados y diferenciados en: inertes o no peligrosos, peligrosos, radiactivos, corrosivos u otra
clasificación que sea empleada dependiendo de las normas de bioseguridad del laboratorio.
Obviamente existen muchas otras normas que se deberán tener presentes para el trabajo con
diversas sustancias químicas y equipos. Cabe destacar otro aspecto relacionado con la
bioseguridad que es de vital importancia: los primeros auxilios en el laboratorio.

Los primeros auxilios son medidas terapéuticas urgentes que se aplican a las víctimas de
accidentes o enfermedades repentinas hasta disponer de tratamiento especializado. El
propósito de los primeros auxilios es aliviar el dolor y la ansiedad del herido o enfermo y evitar
el agravamiento de su estado. En casos extremos son necesarios para evitar la muerte hasta
que se consigue asistencia médica.

Los primeros auxilios varían según las necesidades de la víctima y según los conocimientos del
socorrista. Saber lo que no se debe hacer es tan importante como saber qué hacer, porque una
medida terapéutica mal aplicada puede producir complicaciones graves.

Se debe evitar el estado de shock del paciente o afectado. Se deben valorar la frecuencia
cardiaca y la tensión arterial. Una valoración inicial se obtiene tomando el pulso: permite valorar
la frecuencia y ritmo cardiaco, y su “fortaleza” nos indica una adecuada tensión arterial. El
shock o choque es un trastorno hemodinámico agudo caracterizado por una perfusión
inadecuada, general y duradera, de los tejidos que pone en peligro la vida. Los signos
característicos son la piel fría y húmeda, los labios cianóticos (azulados), la taquicardia y la
hipotensión arterial (pulso débil y rápido), la respiración superficial y las náuseas. Estos
síntomas no son inmediatos; el shock puede desarrollarse varias horas después del accidente.
Para evitarlo debe mantenerse abrigado al paciente e iniciar lo antes posible la perfusión de
líquidos y electrolitos por vía intravenosa. Está prohibido administrar fármacos estimulantes y
alcohol.

A pesar de todas las precauciones que se deben mantener en el laboratorio cuando se realiza
un experimento son frecuentes las quemaduras y cortadas, por lo que se debe tener algunas
nociones sobre como proceder.

Quemaduras

1. Quemaduras: Se producen por exposición al fuego, a metales calientes, a radiación, a


sustancias químicas cáusticas, a la electricidad o, en general, a cualquier fuente de calor (por
ejemplo el Sol). Las quemaduras se clasifican según la profundidad del tejido dañado y según
la extensión del área afectada.
Una quemadura de primer grado, que sólo afecta a la capa superficial de la piel, se
caracteriza por el enrojecimiento. Una quemadura de segundo grado presenta formación de
flictenas (ampollas), y una de tercer grado afecta al tejido subcutáneo, músculo y hueso
produciendo una necrosis. La gravedad de una quemadura también depende de su extensión.
Ésta se mide en porcentajes de la superficie corporal. Las quemaduras graves producen shock
y gran pérdida de líquidos. Un paciente con quemaduras de tercer grado que ocupen más del
10% de la superficie corporal debe ser hospitalizado lo antes posible. La finalidad de los
primeros auxilios en los quemados es prevenir el shock, la contaminación de las zonas
lesionadas y el dolor. La aplicación de bolsas de hielo o la inmersión en agua helada disminuye
el dolor. Después se ha de cubrir la zona con un apósito grueso que evite la contaminación. No
se deben utilizar curas húmedas, pomadas o ungüentos, y hay que acudir al especialista
médico inmediatamente. Las quemaduras químicas deben ser lavadas inmediata y
profusamente para diluir al máximo la sustancia corrosiva. Las lesiones dérmicas de las
quemaduras eléctricas se tratan como las de exposición al fuego y, además, deben ser
controladas en un centro hospitalario para valorar posibles lesiones cardíacas o nerviosas.

Cortadas
Cortadas pequeñas: Lave la herida con una gasa estéril y agua. Se puede aplicar mertiolate
para evitar la infección. Se deja secar antes de aplicar la venda.
Cortadas grandes: Requiere tratamiento medico inmediato. Aplique el procedimiento anterior.
Hemorragias: El sangrado “en surtidor”, “a chorro” o “a golpes” es signo inequívoco de
hemorragia grave. La simple presencia de sangre sobre una superficie corporal grande no es
signo de hemorragia. Puede haber salido sangre de múltiples heridas pequeñas, o puede
haberse extendido. La cantidad de sangre que se pierde por una herida depende del tamaño y
clase de los vasos lesionados. La lesión de una arteria produce sangre roja brillante que fluye a
borbotones, mientras que la lesión de una vena produce un flujo continuo de sangre roja
oscura. Si se rompe una arteria principal, el paciente puede morir desangrado en un minuto.
Las lesiones de arterias de calibre medio y las lesiones venosas son menos críticas, pero si no
se tratan también pueden ser fatales. Una complicación grave de la hemorragia es el shock
hipovolémico, que debe ser prevenido y tratado lo antes posible. El procedimiento a utilizar
para detener la hemorragia (hemostasia) depende del tamaño de la herida y de la
disponibilidad de material sanitario. El mejor método es la aplicación de presión sobre la herida
y la elevación del miembro. Esto es suficiente en lesiones de vasos de calibre medio. Lo ideal
es utilizar compresas quirúrgicas estériles, o en su defecto ropas limpias, sobre la herida y
aplicar encima un vendaje compresivo. Cuando este apósito se empapa de sangre no debe ser
retirado: se aplican sobre él más compresas y más vendaje compresivo. Si el sangrado de una
extremidad es muy abundante se puede aplicar presión sobre el tronco arterial principal para
comprimirlo sobre el hueso y detener la hemorragia. La arteria braquial, que irriga la extremidad
superior, debe ser comprimida en una zona intermedia entre el codo y la axila en la cara medial
(interna) del brazo. La arteria femoral, que irriga la extremidad inferior, puede ser comprimida
en el centro del pliegue inguinal, donde la arteria cruza sobre el hueso pélvico.

Reactivos

Reactivos en los ojos: Cuando caen reactivos en los ojos debe lavarse inmediatamente con
bastante agua, pero no toque el ojo. Si el malestar permanece después de este tratamiento,
debe consultarse al medico.
Envenenamiento: Para atender a una persona envenenada es primordial la identificación del
tóxico, preguntando a la víctima o buscando indicios como, por ejemplo, envases vacíos, que
suelen mencionar la lista de antídotos en su etiqueta. Las quemaduras, las manchas o un olor
característico también pueden servir para identificar el veneno. La primera medida es diluir la
sustancia tóxica haciendo beber a la víctima una gran cantidad de leche, agua o ambas. La
dilución retrasa la absorción y la difusión del veneno a los órganos vitales.
a) Ácidos o bases fuertes: Excepto en estos casos, estricnina o queroseno, no se debe
proceder como se haría normalmente. La medida siguiente es inducir el vómito para eliminar la
mayor cantidad posible de tóxico antes de que se absorba. Se puede inducir haciendo beber a
la víctima una mezcla de medio vaso de agua y varias cucharadas de bicarbonato de sodio o
de magnesia, o introduciendo los dedos o una cuchara hasta estimular el velo del paladar y
conseguir el vómito. Se debe repetir este procedimiento hasta vaciar el estómago. Después
conviene administrar un laxante suave. El veneno se debe contrarrestar con un antídoto.
Algunos de ellos aíslan la sustancia tóxica de las mucosas sensibles; otros reaccionan
químicamente con el veneno y lo transforman; otros estimulan al organismo a contrarrestar la
acción del tóxico. Si el antídoto específico no está disponible se utiliza uno universal que
contrarresta la mayoría de los venenos. Un antídoto universal sencillo se puede obtener
mezclando una parte de té fuerte, una parte de magnesia y dos partes de polvillo de pan
quemado.

b) Ácido Corrosivo: Cuando el veneno es un ácido corrosivo (clorhídrico, nítrico, sulfúrico),


una base fuerte (soda cáustica) o amoníaco, no se debe estimular el vómito, pues se dañarían
más aún los tejidos de la boca, la faringe y el esófago. Para intoxicaciones por ácidos se puede
utilizar como antídoto una base débil, como la magnesia o el bicarbonato de sodio. Para
intoxicaciones por bases son útiles los ácidos débiles, como el limón o el vinagre diluido. Tras
su ingestión debe administrarse aceite de oliva o clara de huevo. En intoxicaciones por
estricnina o queroseno se debe ingerir abundante agua o leche y después aceite de oliva o
clara de huevo, sin provocar el vómito.

Reactivos sobre la piel.

a) Ácidos: Lave inmediatamente con una gran cantidad de agua y luego exponga la parte
quemada durante un tiempo al agua. Cubra la parte quemada con ungüento de aceite de
hígado de bacalao (o vaselina) y aplique una venda.

b) Álcalis: Lave inmediatamente con una gran cantidad de agua, luego remoje la parte
afectada en agua durante un tiempo, aplique ungüento de ácido bórico y una venda.

c) Bromo: Lave inmediatamente con una gran cantidad de agua, introduzca la parte afectada
en una solución de tiosulfato de sodio al 10%, o coloque sobre ella una gasa mojada con esta
solución. Luego aplique sobre la parte quemada un ungüento de aceite de hígado de bacalao y
si es necesario aplicar una venda.

d) Sustancias orgánicas: La mayoría de las sustancias orgánicas se pueden remover de la


piel, por lavado inmediato con alcohol, luego se lava con un jabón de pH neutro y agua tibia. Si
la piel se quema, por ejemplo con fenol, se lava con bastante agua y se aplica un ungüento de
aceite de hígado de bacalao o de ácido bórico y una venda.

CONCLUSIONES

·Las normas de bioseguridad son parámetros designados a evitar accidentes en


laboratorios y áreas donde se requiera.
Dentro de los parámetros de trabajo en el laboratorio se encuentran el uso de vestimenta
apropiada así como el uso de anteojos de seguridad y mascaras o tapabocas.
El tener presente las precauciones necesarias durante un experimento puede determinar no
cometer errores que puedan conllevar a un accidente.
El prestar primeros auxilios a una persona puede evitar que se agrave su estado de salud.
La higiene es un factor importante, del cual depende el buen desempeño de las
actividades que se realizan durante la práctica
El conocimiento de soluciones para realizar limpieza antes y después de la practica, nos
concientaza del peligro que podemos correr si no lo hacemos de la forma correcta.

BIBLIOGRAFIA
 http://www.mografias.com/trabajos13/manubio.shtml
 http://capra.iespana.es/capra/bioseguradad/bioseguridad.html
 http://www.qb.fcen.uba.ar/microinumo/higieneyseguridad.htm
 Koneman, E. Diagnostico microbiológico, Editorial médico panamericana, 110 - 111

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