hacerlo inmortal salvo su talón que es de donde lo tenía agarrado. Se convirtió en el rey de los mirmidones y peleo en la guerra de Troya, pero en el décimo año abandono la guerra cuando el rey Agamenón le robo su prisionera, Briseida, que tenía como botín. Agamenón, al ver que no podía ganar sin él, le ofreció medio mundo, pero Aquiles solo quería a Briseida