Sei sulla pagina 1di 2

Medicina Moderna

En el siglo XVIII y en la primera mitad del XIX los estudiantes iban a París,
después de 1848 empezaron a viajar cada vez más a las universidades
alemanas y en especial a Berlín. Varias de las más grandes figuras de la
medicina de la segunda mitad del siglo XIX trabajaban y enseñaban en Alemania,
como Virchow, Koch, Helmholz, Liebig, Von Behring, Röntgen, Ehrlich y muchos
más. Varias de las teorías más fecundas y de los descubrimientos más
importantes para el progreso de la medicina científica se formularon y se hicieron
en esa época, muchos de ellos en Alemania. Sin embargo, después de la primera
Guerra Mundial, pero especialmente después de la segunda Guerra Mundial,
Europa quedó tan devastada que el centro de la medicina científica se mudó a
los países aliados, y en especial a los Estados Unidos.
La forma habitual de resumir las complejas cuestiones relativas al método
científico moderno es la exposición de una serie de normas. Ello significa el grave
peligro de confundirlo con una especie peculiar de moral, de código de lo que
está bien o mal, de lo que debe hacerse o evitarse para estimar como correcta
una actividad científica. Más complejas son las confusiones resultantes del
interminable laberinto de planteamientos y debates filosóficos que ha motivado
el asunto. Aunque todos son respetables en principio, resultan desorientadores
e inadecuados para un primer acercamiento a un tema tan concreto como los
métodos médicos.

Además, muchos se refieren casi exclusivamente a los problemas de las


disciplinas físico-matemáticas, ignorando por completo los peculiares de la
medicina. Peores, sin embargo, son las formalizaciones fijistas de la ciencia que
pretenden tener validez intemporal, ya que olvidan que los patrones de
comportamiento que integran el método científico están sometidos al cambio
histórico y al pluralismo cultural, lo que permite únicamente analizar su vigencia
entre los cultivadores de una disciplina o conjunto de disciplinas durante un
período determinado y en sociedades concretas. Un ejemplo típico de
formalización fijista es la de Karl Popper, que está construida desde limitadas
perspectivas culturales e históricas y sesgadas por condicionamientos
ideológicos, aunque desarrollada con una agudeza que no es frecuente en el
género.
El consumismo cultural y su dependencia del inglés constituyen una poderosa
barrera que está impidiendo conocer las aportaciones más importantes de los
estudios históricos sobre la medicina. El mundo de habla inglesa ha contribuido
de forma destacada a muchos campos intelectuales y científicos, pero carece de
tradición en esta área. Ello explica que en él se haya mantenido la hegemonía
de posturas más o menos cercanas al positivismo vulgar, que afirman la realidad
y neutralidad de los hechos y la objetividad de la ciencia basada en ellos. La
introducción esporádica de elementos aislados de la investigación histórica
sobre la medicina en el contexto de dichas posturas ha conducido a ruidosas
modas, como la falsa renovación epistemológica encabezada por Thomas S.
Kuhn o la polémica ideológica en torno al constructivismo. Otro obstáculo
procede de la sociología funcionalista de la ciencia, cuya máxima figura es el
norteamericano Robert K. Merton. Su obra ha difundido sobre todo la sociología
europea del conocimiento, aunque privada por motivos ideológicos de algunos
de sus componentes básicos, formulando en consecuencia una imagen
idealizada de la comunidad científica internacional.
Los métodos constituyen un aspecto destacado de los patrones de conducta o
pautas colectivas de comportamiento vigentes en los grupos de cultivadores de
las ciencias. La característica más general de los de la medicina moderna, que
comparte con las demás áreas científicas, es admitir solamente un conocimiento
limitado a los fenómenos y sus interrelaciones, siempre relativo y provisional,
descartando un saber sobre la esencia de la realidad, de validez absoluta y
definitiva. En ello reside la diferencia fundamental que la distingue de los
sistemas médicos clásicos.

Potrebbero piacerti anche