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CAPÍTULO VI

EL HOMBRE, HABIÉNDOSE PERDIDO A SI MISMO, HA DE BUSCAR SU REDENCIÓN EN CRISTO

1. Al Dios creador no se le conoce más que en Cristo redentor

Como quiera que todo el linaje humano quedó corrompido en la persona de Adán, la
dignidad y nobleza nuestra, de que hemos hablado, de nada podría servimos, y más bien se
covertiría en ignorancia, si Dios no se hubiera hecho nuestro Redentor en la persona de su Hijo
unigénito, quien no reconoce ni tiene por obra suya a los hombres viciosos y llenos de
pecados. Por tanto, después de haber caído nosotros de la vida a la muerte, de nada nos
aprovechará todo el conocimiento de Dios en cuanto Creador, al cual nos hemos ya referido, si
a él no se uniese la fe que nos propone a Dios por Padre en Cristo. Ciertamente el orden
natural era que la obra del mundo nos sirviese de escuela para aprender la piedad, y de este
modo encontrar el camino hacia la vida eterna y la perfecta felicidad. Pero después de la caída
de Adán, doquiera que pongamos los ojos, en el cielo o en la tierra, no vemos más que
maldición de Dios, que al extenderse por culpa nuestra a todas las criaturas y tenerlas como
envueltas en ella, por necesidad colma nuestra alma de desesperación. Porque, aunque Dios
nos insinúa aún de muchas maneras el paternal amor que nos profesa, sin embargo por la
mera consideración de las cosas del mundo no podemos tener seguridad de que sea
verdaderamente nuestro Padre; porque interiormente la conciencia nos convence y nos hace
sentir que, a causa del pecado, merecemos ser rechazados por Dios y que no nos considere y
tenga por hijos suyos.

A esto hay que añadir la torpeza e ingratitud; pues nuestro entendimiento está tan ciego,
que no percibe la verdad, y todos nuestros sentidos tan pervertidos, que injustamente
privamos a Dios de su gloria.

De ahí que debemos concluir con san Pablo: "Pues ya que en la sabiduría de Dios el mundo
no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la
predicación" (1 Cor.1, 21). Llama él sabiduría de Dios a este admirable espectáculo del cielo y
de la tierra, adornado y lleno de tan infinitas maravillas, por cuya consideración podíamos
llegar al conocimiento de Dios sabia y prudentemente; mas como nada adelantamos con todo
esto, nos llama el Apóstol a la fe de Jesucristo, que por su apariencia de locura, es objeto de
desdén para los incrédulos. Así pues, aunque la predicación de la cruz no satisfaga los juicios
de la carne, no obstante hemos de abrazarla con humildad, si deseamos volver a nuestro
Creador, de quien estamos apartados, para que de nuevo comience a ser nuestro Padre.

Desde la caída de Adán los hombres han tenido necesidad de un Mediador. De hecho, después
de la caída de Adán, ningún conocimiento de Dios a podido valernos para lograr nuestra
salvación sin el Mediador. Porque cuando dice Jesucristo: "Esta es la vida eterna: que te
conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado" (Jn.17, 3), no lo
entiende solamente de su tiempo, sino que lo dice de todos los tiempos y épocas. Por lo cual
es tanto más de condenar la necedad de los que abren la puerta del cielo a todos los
incrédulos y toda clase de gente profana sin la gracia de Jesucristo, el cual, según la Escritura
enseña en muchos pasajes, es la única puerta por donde podemos entrar en el camino de la
salvación.

Y si alguno quiere restringir lo que dice Jesucristo a la promulgación del Evangelio, es bien
fácil de refutarlo; porque en todo tiempo y por todos se tuvo como cierto que los que están
alejados de Dios no pueden agradarle, si antes no se reconcilian con Él, y que son considerados
como malditos e hijos de ira. Añádase a esto lo que Cristo responde a la samaritana: "Vosotros
adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los
judíos" (Jn.4, 22). Con estas palabras condena todas las religiones de los gentiles, y da la causa
diciendo que el Redentor había sido prometido bajo la Ley solamente a los judíos. De donde se
sigue que ninguna clase de servicio fue jamás del agrado de Dios, sino el que tuvo por blanco a
Jesucristo. Por eso afirma san Pablo que todos los gentiles han estado sin Dios y excluidos de la
esperanza de la vida (Ef.2, 12).

Además, como quiera que san Juan enseña que la vida estuvo desde el principio en Cristo, y
que todo el mundo se apartó de ella (Jn.1, 4-5), resulta del todo necesario recurrir a esta
fuente. Y por esta causa Cristo, en cuanto es Mediador para aplacar al Padre, dice que Él es la
vida.

Ciertamente la herencia del reino de los cielos no compete más que a los hijos de Dios; y no
es razón que los que no están incorporados a Jesucristo, único Hijo de Dios, sean tenidos ni
captados en el número de sus hijos. Y san Juan claramente afirma, que los que creen en el
nombre de Jesucristo tienen la prerrogativa y el privilegio de ser hechos, hijos de Dios (Jn. l,
12).

Mas como mi intención no es tratar ahora expresamente de la fe en Jesucristo, basta haber


tocado este tema de paso.

2. Dios no ha sido propicio al antiguo Israel más que en Cristo, el Mediador. Los sacrificios

Dios jamás se mostró propicio a los patriarcas del Antiguo Testamento, ni jamás les dio
esperanza alguna de gracia y de favor sin proponerles un Mediador.

No hablo de los sacrificios de la Ley, con los cuales clara y evidentemente se les enseñó a
los fieles que no debían buscar la salvación más que en la expiación que sólo Jesucristo ha
realizado. Solamente quiero decir, que la felicidad y el próspero estado que Dios ha prometido
a su Iglesia se ha fundado siempre en la persona de Jesucristo. Porque aunque Dios haya
comprendido en su pacto a todos los descendientes de Abraham, sin embargo con toda razón
concluye san Pablo que, propiamente hablando, es Jesucristo aquella simiente en la que
habían de ser benditas todas las gentes (Gál. 3,16); pues sabemos que no todos los
descendientes de Abraham según la carne son considerados de su linaje. Porque dejando a un
lado a Ismael y a otros semejantes, ¿cuál pudo ser la causa de que dos hijos mellizos que tuvo
Isaac, a saber, Esaú y Jacob, cuando aún estaban juntos en el seno de su madre, uno de ellos
fuese escogido y el otro repudiado? E igualmente, ¿cómo se explica que haya sido
desheredada la mayor parte de los descendientes de Abraham?

Es, por tanto, evidente que la raza de Abraham se denomina tal por su cabeza, y que la
salvación que había sido prometida no se logra más que en Cristo, cuya misión es unir lo que
estaba disperso. De donde se sigue que la primera adopción del pueblo escogido dependía del
Mediador. Lo cual, aunque Moisés no lo dice expresamente, bien claro se ve que todos los
personajes piadosos lo entendieron así.

Ya antes de que fuese elegido un rey para el pueblo; Ana, madre de Samuel, hablando de la
felicidad de los fieles, había dicho en su cántico: "(Jehová) dará poder a su Rey, y exaltará el
poderío de su Ungido" (1 Sm. 2, 10), queriendo decir con estas palabras que Dios bendeciría a
su Iglesia. Está de acuerdo con esto lo que poca después dice Dios a Elí: "Y andará (el sacerdote
fiel) delante de mi ungido todos los días" (1 Sm. 2,35). Y no hay duda de que el Padre celestial
ha querido mostrar en David y en sus descendientes una viva imagen de Cristo. Por ésa
queriendo David exhortar a los fieles a temer a Dios manda que honren al Hijo (Sal. 2, 12); con
lo cual está de acuerdo lo que dice el Evangelio: "El que no honra al Hijo, no honra al Padre que
le envió" (Jn. 5,23). Y así, aunque el reino de David vino a tierra al apartarse las diez tribus y
dividir el reino, sin embargo el pacto que Dios había hecho con David y sus descendientes
permaneció firme y estable, como Él lo dice por sus profetas: "Pero no romperé todo el reino,
sino que dará una tribu a tu hijo, por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, la cual yo
he elegido" (1 Re. 11, 13). Lo mismo repite dos o tres veces en el mismo lugar, y
particularmente dice: "Yo afligiré a la descendencia de David por esto, más no para siempre" (1
Re. 11,39). Y poco después se dice: "Mas por amor a David, Jehová su Dios le dio lámpara en
Jerusalén" (1 Re. 15,4). Y como las cosas cada vez fueran peor, se vuelve a decir: "Con todo
esto, Jehová no quiso destruir a Judá, por amor a David su siervo, porque había prometido
darle lámpara a él y a todos sus descendientes perpetuamente" (2 Re. 8,19). El resumen de
todo esto es que Dios escogió únicamente a David dejando a un lado a todos los demás, para
que perseverase en su favor y en su gracia, según se dice en otro lugar: "Dejó el tabernáculo de
Silo..., Desechó la tienda de José y no escogió la tribu de Efraim, sino que escogió la tribu de
Judá, el monte de Sión, al cual amó... Eligió a David, su siervo, ...para que apacentase a Jacob
su pueblo y a Israel su heredad." (Sal. 78, 60...).

En resumen, Dios ha querido conservar a su Iglesia de tal modo que su perfección y


salvación dependiesen de su Cabeza. Por esto exclama David: "Jehová es la fortaleza de su
pueblo, y el refugio salvador de su ungido" (Sal. 28, 8). Y luego hace esta oración: "Salva a tu
pueblo y bendice a tu heredad" (Sal. 28, 9), queriendo decir con estas palabras que el
bienestar de la Iglesia está ligado indisolublemente al reino de Jesucristo. Y conforme a esto
dice en otro salmo: "Salva, Jehová; que el rey nos oiga en el día que lo invoquemos" (Sal. 20,
9). Con lo cual claramente muestra que el único motivo de los fieles para acudir confiadamente
a implorar el fervor de Dios es el estar cubiertos con la protección y el amparo del Rey; lo cual
se deduce también de otro salmo: "Oh, Jehová, sálvanos, ...Bendito el que viene en el nombre
de Jehová" (Sal. 118,25-26). Por todo lo cual se ve claramente que los fieles son encaminados a
Jesucristo para conseguir la esperanza de ser salvados por la mano de Dios. Este es también el
fin de otra oración, en la cual toda la Iglesia implora la misericordia de Dios: "Sea tu mano
sobre el varón de tu diestra, sobre el hijo del hombre que para ti afirmaste" (Sal: 80, 17).
Porque aunque el autor de este salmo lamenta la dispersión de todo el pueblo, sin embargo
pide su restauración por medio de su única Cabeza. Y cuando Jeremías, al ver al pueblo que era
llevado cautivo, la tierra saqueada y todo destruido, llora y gime la desolación de la Iglesia,
hace mención sobretodo de la desolación del reino, porque con ella era como si desapareciese
la esperanza de los fieles: "En aliento de nuestras vidas, el ungido de Jehová, de quien
habíamos dicho: a su sombra tendremos vida entre las naciones, fue apresado en sus lazos"
(Lam. 4, 20). Por aquí se ve claramente que Dios no puede ser propicio ni favorable a los
hombre sin que haya un Mediador, y que Cristo les fue siempre puesto ante los ojos a los
padres del Antiguo Testamento, para que en El pusiesen su confianza.
3. Cristo, fundamento del pacto, consuelo prometido a los afligidos

Cuando Dios promete algún consuelo a los afligidos, y especialmente cuando habla de la
liberación de la Iglesia, pone el estandarte de la confianza y de la esperanza en el mismo
Jesucristo. "Saliste para socorrer a tu pueblo, para socorrer a tu ungido" (Hab. 3,13). Y siempre
que los profetas hacen mención de la restauración de la Iglesia, reiteran al pueblo la promesa
hecha a David de la perpetuidad del reino. Y no ha de maravillamos esto, porque de otra
manera no tendría valor ni firmeza alguna el pacto en el que ellos hacían hincapié. Muy a
propósito viene la admirable respuesta de Isaías, quien al ver como el incrédulo rey Acaz
rechaza el anuncio que le hacía de que Jerusalem sería libertada del cerco, y que Dios quería
socorrerle en seguida, saltando, por así decirlo de un propósito a otro, va a terminar en el
Mesías: "He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo" (Is. 7,14), dando a entender
indirectamente que aunque el rey y el pueblo rechazas en por su maldad la promesa que Dios
les hacía, como si a sabiendas y de propósito se esforzasen en destruir. la verdad de Dios, no
obstante, el pacto no dejaría de ser firme, y el Redentor vendría a su tiempo.

Por esta causa todos los profetas tuvieron muy en el corazón, para asegurar al pueblo que
Dios les era propicio y favorable, poner siempre delante de sus ojos y traerles a la memoria el
reino de David, del cual dependía la redención y la perpetua salud. Así, cuando dice Isaías:
"Haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. He aquí que yo le di por
testigo a los pueblos" (Is. 55, 3). Y esto, porque viendo los fieles que las cosas iban cada vez
peor, no podían concebir esperanza alguna de que Dios les fuera favorable y usara de
misericordia con ellos, sino poniendo ante ellos aquel testigo.

De la misma manera, Jeremías para dar ánimo a los que estaban desesperados, "He aquí",
dice, "que vienen días, dice Jehová, en que levantará a David renuevo justo, y reinará como
rey.. .; en sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado" (Jer. 23,5). E igualmente Ezequiel:
"Y levantará sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David... Yo Jehová les seré
por Dios, y p:1i siervo David, él las apacentará...; y estableceré con ellos pacto de paz."
(Ez.34,23-25). Y en otro lugar, después de haber tratado de una restauración que parecía
increíble, dice: "Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y
andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán y los pondrán por obra;... y hará con ellos
pacto de paz" (Ez. 37, 24-26).
No entresaco más que estos pocos testimonios de una infinidad de ellos. que se podrían
alegar, porque solamente quiero advertir a los lectores, que la esperanza de los fieles jamás ha
sido puesta más que en Jesucristo.

Esto mismo dicen todos los demás profetas. Así Oseas: "Y se congregarán los hijos de Judá y
de Israel, y nombrarán un solo jefe" (Os. 1, 1 l). Y mucho más claramente lo da a entender
luego: "Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey." (Os.
3, 5). E igualmente habla bien claro Maqueas, refiriéndose a la vuelta del pueblo: "Y su rey
pasará delante de ellos y a la cabeza de ellos Jehová." (Miq.2,13). Y lo mismo Amós, al
prometer la restauración del pueblo: "En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David,
y cerraré sus portillos, y levantaré sus ruinas." (Am.9,11), porque éste era el único remedio y la
única esperanza de salvación: volver a levantar de nuevo la gloria y la majestad real de la casa
de David; lo cual se cumplió en Cristo. Por eso Zacarías, como mucho más cercano al tiempo en
el que Cristo se había de manifestar, exclama más abiertamente: ???Alégrate mucho, hija de
Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalem; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador." (Zac.
9,9). Lo cual está de acuerdo con el salmo ya citado: "(Jehová es) el refugio salvador de su
ungido; salva a tu pueblo." (Sal.28,8-9), donde la salud de la cabeza se extiende a todo el
cuerpo.

4.Dios enseña a los judíos desde siempre a esperar en Cristo

Quiso Dios que los judíos tuviesen tales profecías, a fin de que se acostumbrasen a poner los
ojos en Jesucristo, cada vez que pidiesen ser liberados del cautiverio en que se hallaban. Y
aunque ellos habían caído muy bajo, ciertamente que el recuerdo general de que Dios, según
lo había prometido a David, sería quien por medio de Cristo libertaría a su Iglesia, nunca lo
pudieron olvidar; y asimismo, que el pacto gratuito con que Dios había adoptado a sus elegidos
permanecería firme y estable. De aquí que cuando Cristo poco antes de su muerte entró en
Jerusalem. resonaba en boca de los niños como cosa corriente este cantar: "Hosanna al hijo de
David" (Mt. 21,9); pues no hay duda alguna que esto reflejaba lo que corrientemente se decía
entre el pueblo, y que lo cantaban a diario; a saber: que su única prenda de la misericordia de
Dios era la venida del Redentor.
Dios no ha sido ni será jamás verdaderamente conocido más que en Cristo. Por esto Cristo
manda a sus discípulos que crean en Él, para creer perfectamente en Dios. "Creéis en Dios,
creed en mí también" (Jn. 14, l). Porque aunque propiamente hablando, la fe sube de Cristo al
Padre, Él quiere decir sin embargo, que si bien ella se apoya en Dios, poco a poco se va
debilitando, si Él no interviene para hacer que permanenza en toda su robustez. Además, la
majestad de Dios está demasiado alta para que puedan llegar a ella los hombres mortales, que
como los gusanillos andan arrastrándose por la tierra. Por lo cual, lo que comúnmente se dice,
que Dios es el objeto de la fe, yo lo admito a condición de que se añada esta corrección: pues
no en vano Cristo es llamado "imagen del Dios invisible" (Col. 1, 15), con este título se nos
advierte, que si Dios no nos es presentado por medio de Jesucristo, nosotros no podemos
conocer que es nuestra salvación. Y aunque entre los judíos los escribas habían oscurecido con
falsas glosas e interpretaciones lo que los profetas habían dicho del Redentor, Cristo dio por
cosa sabida y comúnmente admitida por todos, que no había otro remedio para la calamitosa
situación en que los judíos se encontraban ni otra manera de libertar a la Iglesia, que la venida
del Redentor prometido. El vulgo no entendió, como debiera, lo que enseña san Pablo, que "el
fin de la ley es Cristo" (Rom. 10,4). Pero cuán gran verdad es esto se ve por la misma Ley y los
Profetas.

No discuto aún acerca de la fe. Esto se verá en el lugar oportuno. Solamente quiero que los
lectores ahora tengan por inconcuso, que consistiendo el primer grado de la piedad en
conocer que Dios es Padre nuestro para defendernos, gobernarnos y alimentarnos, hasta que
nos reciba en la eterna herencia de su reino, de esto se sigue evidentemente lo que poco antes
hemos dicho: que es imposible llegar al verdadero conocimiento de Dios sin Cristo, y que por
esta razón desde el principio del mundo fue propuesto a los elegidos, para que tuviesen fijos
en Él sus ojos y descansase en Él su confianza.

En este sentido escribe Ireneo, que el Padre, que en sí mismo es infinito, se ha hecho finito
en el Hijo, al rebajarse hasta adoptar nuestra pequeñez, a fin de no absorber nuestros
entendimientos en la inmensidad de su gloria. No comprendiendo esto, algunos fanáticos
retuercen esta sentencia para confirmación de sus fantasías erróneas, como si se dijera en ella
que sólo una parte de la divinidad derivó del Padre a Cristo, cuando es evidente que Ireneo no
quiere decir otra cosa sino que Dios es comprendido en Cristo, y en nadie más fuera de Él.
Siempre ha sido verdad lo que dice san Juan: “Todoaquel que niega al Hijo, tampoco tiene al
Padre" (1 Jn. 2,23). Porque, aunque muchos antiguamente se gloriaron de que adoraban al
supremo Dios que creó el cielo y la tierra, como quiera que no tenían Mediador alguno fue
imposible que gustasen de veras la misericordia de Dios y de esta. manera se persuadieran de
que Dios era su Padre. Como no tenían a la Cabeza, es decir, Cristo, el conocimiento que
tuvieron de Dios fue vano y no les sirvió de nada; de lo cual también se siguió que habiendo
caído en enormes y horrendas supersticiones, dejasen ver claramente su ignorancia. Así por
ejemplo, actualmente los turcos, quienes, por más que se gloríen a boca llena de que el Dios
que ellos adoran es el que creó el cielo y la tierra, sin embargo no adoran más que a un pobre
ídolo en lugar de Dios, puesto que rechazan a Jesucristo.
Iglesia de Cristo Ebenezer Honduras - Prosperados Por La Palabra

Debemos Esforzarnos

Proyecto Templo

Próximas Transmisiones En Vivo


DEBEMOS ESFORZARNOS

Martes 29-04-08

1 Crónicas 28:10) Ten presente que el Señor te ha escogido para que le edifiques un templo
como santuario suyo. Así que ¡ anímate y pon manos a la obra !»

Dios se da a la tarea de desarrollar un plan y para realizarlo tiene que elegir a una persona,
note que en el cielo estaba el plan de edificar un templo, y elige a una persona, usted ya
conoce la historia fue SALOMON.

No hay un solo plan de Dios, que no se realice.

Dios escoge a Sansón para cumplir un propósito, pero el realizo cosas que le fueron prohibidas,
y termina ciego, sin visión, pero resalta en el algo muy importante, ya en el final de sus días
mata mas filisteos que en toda su vida, mato tres mil personas, pero usted se preguntara pero
porque hasta el final de su vida, porque ya estaba trazado un plan con el, en el cielo ya esta
estipulado las personas que él mataría. Pero no esperemos hasta el final para cumplir nuestro
propósito existencial.

A Salomón le dice el Señor…..tu eres el elegido para edificarle casa a Jehová. A David su padre,
le dicen esfuérzate, pero porque le dicen esto a David si su hijo Salomón era el elegido para
edificarlo, sencillo, porque todo requiere de un esfuerzo. Todos y cada uno de los planes que
Dios vaya a desarrollar requieren de un esfuerzo. Todo está en esforzarnos para cumplir el
propósito existencial, no te detengas en el camino.

Dios ya tenia los planos del templo y escogieron a Salomón para edificarlos, le dijeron
esfuérzate y lo lograras, note que consejo y guianza tan llena de sabiduría.

¿Conoces ya tu comisión a desarrollar en este paréntesis de la eternidad?

Si ya la conoces entonces prepárate y esfuérzate para que la desarrolles, estas mismas


palabras fueron las que le dijeron a Josué el conquistador de Canaán.

Analizaremos a ciertos hombres, a los cuales Dios les encomendó diversas comisiones y
tuvieron que esforzarse:

· Jacob

· Josué

· Daniel

· Zorobabel
DESARROLLO

(Génesis 48:2) Cuando le avisaron a Jacob que su hijo venía a verlo, hizo un esfuerzo, se sentó
en la cama

Jacob tendría unos ciento cuarenta y siete años para ese entonces, pero recordemos que el fue
un hombre que tuvo un proceso muy fuerte, se accidenta con un ángel y queda dañado de la
cadera, por lo que usaba un bastón para caminar, había sufrido bastante, pues perdió a un hijo
durante trece años (su hijo José), pero estando ya muy viejo y cansado en su lecho de muerte
viene a verlo su hijo José (el que añade) y el hace el mayor de los esfuerzos para recibirlo.

Recordemos un poco quien era Jacob, su nombre viene del Hebreo Yaaqôb [del verbo âqab,
"tomar del talón"; "ser más listo", "suplantar"], "tomador del talón", "el que suplanta
[suplantador]"; Era el segundo hijo de Isaac, mellizo de Esaú, padre de los 12 patriarcas y
progenitor del pueblo hebreo. Rebeca, la esposa de Isaac, dio a luz a Esaú y Jacob 20 años
después de haberse casado con Isaac. Ella no había tenido hijos, e Isaac intercedió por ella
ante Dios cuando tenía unos 60 años de edad. Antes del nacimiento de los gemelos, el Señor
le dijo a Rebeca que el mayor serviría al menor, con lo que indicaba que Jacob había de
heredar la primogenitura. El nombre "Jacob" nos recuerda que nació tomado del talón de
Esaú, un incidente que los padres notaron y que más tarde tomaron 598 como un signo de la
relación futura de los 2 hermanos (Gen_25:26; 27:36; Mientras Esaú se dedicó a la aventurera
vida de cazador, en la que se distinguió, Jacob creció como un hombre tranquilo que prefería la
rutina doméstica y pastoral del campamento. Se desarrolló una rivalidad entre los 2
hermanos, porque Isaac favorecía a Esaú y Rebeca a Jacob. Isaac parece que nunca estuvo
totalmente reconciliado con la idea de que Jacob debía llegar a ser su heredero, como lo
implicaba la comunicación prenatal de Dios a Rebeca (Gen_25:23), sino que aparentemente
prefirió a Esaú, porque admiraba sus rasgos atrevidos, aventureros y masculinos. Rebeca, por
otra parte, fue leal a la advertencia prenatal, y sin duda apreciaba la disposición práctica e
industriosa de Jacob, recordemos como logra quedarse con la bendición de su padre y obtiene
la primogenitura, Jacob prepara una comida de lentejas cuando Esaú, débil y desanimado
después de una expedición de caza infructífera, se acercó y le pidió una porción del potaje.
Aferrándose a lo que consideraba una oportunidad para obtener la primogenitura, Jacob exigió
codiciosamente que Esaú le vendiera su derecho de primogenitura antes de darle la comida.
Esaú, manifestando su falta de sentido de los valores y de estabilidad emocional, renunció a la
primogenitura por un plato de lentejas (Heb_12:16). Posiblemente a la edad de 137 años,
Isaac le sugirió a Esaú que había llegado el momento para la transferencia formal de la
bendición patriarcal a él como primogénito (Gen_27:1-4). El rito se debía realizar sobre una
comida de venado que Esaú había de traer del campo. Sin embargo, por iniciativa de Rebeca,
Jacob aceptó disfrazarse de Esaú ante el casi ciego Isaac con el fin de asegurarse la bendición
mediante subterfugios, en la creencia errónea de que la promesa prenatal de preeminencia se
perdería si no hacía algo. Vestido con las ropas de Esaú y cubiertas las manos y el cuello con
cueros con mucho pelo para parecerse más a Esaú, que era muy velludo, Jacob le llevó al padre
una comida rápidamente preparada por Rebeca, y recibió la bendición. La intriga apenas
disimulada al comienzo lanzó a Esaú a la desesperación, la que, sin embargo, poco después se
transformó en odio y deseos de venganza (v 41). Rebeca supo de su plan para matar a Jacob,
y con el pretexto de encontrar una esposa adecuada para Jacob, hizo los arreglos para que éste
saliera temporalmente de Canaán para hallar seguridad en el hogar de su infancia, en Harán .-
En camino a los 20 años de exilio, durante los cuales Rebeca murió, Jacob, que ya tenía 77
años, por primera vez tuvo un encuentro personal con Dios como heredero de los privilegios y
las responsabilidades del pacto, y prometió hacer su parte si podía regresar a su hogar
(Gen_28:10-22).

Como un mes después de su llegada, hizo los arreglos para casarse con Raquel ofreciendo sus
servicios a su padre, Labán, durante 7 años (29:14-20). Al fin de ese período, Jacob, el astuto
engañador, fue engañado, pues le dieron a Lea, la hermana mayor de Raquel, y se le pidió que
sirviera 7 años más por Raquel (vs 21-30). Durante los segundos 7 años le nacieron 11 hijos y
una hija: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón y Dina, de Lea; Gad y Aser, de Zilpa, la
criada de Lea; José, de Raquel; y Dan y Neftalí de Bilha, la criada de Raquel (29:31-30:24).
Después de 6 años más de servicio, durante los cuales Jacob formó sus propios rebaños de
ganado y de ovejas, lo que despertó los celos de Labán y de sus hijos y sospechando que
tenían un plan para privarlo de su propiedad, partió silenciosamente hacia su hogar en Canaán.
Al saber de la huida, Labán y sus hijos siguieron a Jacob y lo alcanzaron 7 días más tarde.
Advertido por Dios durante su persecución, Labán se limitó a reprender a Jacob, y los 2
hombres hicieron un pacto de no agresión antes de separarse, pero en el segundo encuentro
personal con el Señor, experimentó una completa conversión y un cambio de corazón
(Gen_32:9-30. También se le dio un nombre nuevo -Israel, "Dios contiende" o "Dios gobierna"-
en señal de su sumisión bajo la relación del pacto.

Durante este tiempo, Jacob manifestó la misma parcialidad imprudente en favor de su hijo
José (Gen_37:3) , como la que su padre Isaac había mostrado hacia Esaú, con resultados
funestos semejantes. -José fue vendido como esclavo a Egipto por sus hermanos mayores.
Privado de José durante aproximadamente 22 años , a quien pensaba muerto desde entonces,
al principio reaccionó con incredulidad cuando le contaron que su hijo no sólo estaba vivo, sino
que era el príncipe de la tierra de Egipto . Por invitación de José, y por causa de la severidad
de la sequía que entonces azotaba Palestina (vs 9-15), emigró a la tierra de los faraones (45:27,
28; 46:1) a la edad de 130 años (47:9), y pasó los 17 restantes de su vida allí. A los 147 años
llamó a sus 12 hijos para bendecirlos, y murió.

Cuando José llega a verlo, encuentra aun padre cansado, envejecido, sin visión, estaba ciego,
pero en medio de su debilidad le dice ESFUÉRZATE, aunque estés débil, le dice el Señor, aun
tengo un José, una añadidura que darte. Déjame decirte algo, si ya lograste muchas cosas en
Dios, no te detengas, esfuérzate, aun hay mas bendiciones para ti, solo esfuérzate.

2.- JOSUE

(Hebreos 4:10) porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así
como Dios descansó de las suyas…. (4:11) Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo, para
que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de desobediencia.
El desierto que el pueblo de Dios iba a atravesar estaba programando para hacerlo en quince
días, pero se tardaron cuarenta años, y porque tardaron tanto, pues porque no se esforzaron.

En los días de Josué muchos se quedaron postrados en el desierto y el diseño de Dios era para
que obtuvieran bendiciones sobreabundantes, pero tenían que esforzarse y no lo hicieron.

Dios dijo:…… quiero que mi pueblo viva en abundancia, pero para ello tienen que esforzarse,
pero tenían que cruzar el desierto , sin cometer los cinco pecados que se mencionan en 1
(1Co 10:6) Todo eso sucedió para servirnos de ejemplo, a fin de que no nos apasionemos por
lo malo, como lo hicieron ellos.(10:7) No seáis idólatras, como lo fueron algunos de ellos,
según está escrito: «Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se entregó al desenfreno.»(10:8)
No cometamos inmoralidad sexual, como algunos lo hicieron, por lo que en un sólo día
perecieron veintitrés mil.( 10:9) Tampoco pongamos a prueba al Señor, como lo hicieron
algunos y murieron víctimas de las serpientes.( 10:10) Ni murmuréis contra Dios, como lo
hicieron algunos y sucumbieron a manos del ángel destructor.

Estos son pecados que nos impiden recibir la bendición, tal como le aconteció al pueblo de
Dios:

· Codiciar lo malo

· Ser idolatras
· Cometer fornicación, inmoralidad sexual.

· Provocar al Señor

· La murmuración

Esforcémonos por buscar la santidad en Dios, porque estos pecados nos pueden detener la
bendición, siendo pueblo de Dios. Podemos ser elegidos de Dios, y podemos correr el riego de
quedarnos postrados, solamente esforcémonos para alcanzar las bendiciones, el reposo y
cumplir nuestro propósito existencial.

3.- DANIEL

(Daniel 10:19) al tiempo que me decía: “¡La paz sea contigo, hombre altamente estimado!
¡Cobra ánimo, no tengas miedo!”»Mientras él me hablaba, yo fui recobrando el ánimo y le
dije: “Ya que me has reanimado, ¡háblame, Señor!”

A Daniel le dieron la revelación de las cosas que iban a suceder, de las situaciones que se iban
a dar políticamente, de que iban a quitar a los reyes babilónicos, y que venia a reinar Alejandro
el grande y que con el vendrían una serie de cambios.

Usted se preguntara, ¿Que hacia Daniel para tener esas revelaciones?


Hay cosas que Dios las otorga sin esforzarnos son regalos, pero otras EL las da cuando nos
esforzamos.

Daniel decidió cambiar sus hábitos y durante veintiún días no comió la comida del reino, y
después de esto se le aparece ese ángel que nos menciona en el capitulo 10 verso 19, y le da
una gran revelación, hay algo precioso en hacer algo por ese periodo de tiempo, dicen los
entendidos que una práctica continua de algo por 21 días se convierte en habito.

Esfuérzate y se valiente, se vana levantar grandes contrariedades, pero Dios está con
nosotros, el pele como poderoso gigante. Comienza con un hábito en Dios y veras las
bendiciones, revelaciones y experiencias que recibirás.

4. ZOROBABEL

(Hageo 2:4) Ahora pues, esfuérzate, oh Zorobabel, dice Jehova; esfuérzate también tú, oh
Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote. Esfuércese todo el pueblo de la tierra, dice Jehova, y
actuad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehova de los Ejércitos.

En este libro nos hablan de la restauración de un templo y les dicen: trabajad porque YO estoy
con vosotros…..les dicen en esfuérzate. Ellos empezaron de decir no es tiempo de levantar un
templo, pero el Señor les dice: esfuércense, trabajen porque Yo estoy con ustedes, y se lo
dicen a Zorobabel.

Zorobabel….su nombre significa, "nacido en Babilonia" o "esparcido [disperso] en Babilonia";


fue el primer gobernador de Judá después del exilio. Se lo nombró en ocasión de la
dedicación del templo . De manera que estuvo en ese cargo por más de 20 años. Era hijo de
Pedaías y nieto del rey Jeconías de Judá.- Otros textos, que se refieren a su "padre", dicen que
era hijo de Salatiel,* el hermano de Pedaías .

Esta aparente discrepancia se puede disipar si asumimos que:

1. Uno de los dos hermanos murió sin hijos, como consecuencia de lo cual su esposa llegó a
ser la mujer del hermano sobreviviente de acuerdo con la ley del levirato (Deu_25:5 -10), y
Zorobabel, hijo de esta unión, llevó el nombre del 1er esposo de la madre, aunque el 2º era su
verdadero padre.

2. Cuando su verdadero padre murió, lo adoptó su tío, y de allí en adelante se lo consideró


"hijo" de su padre adoptivo . Convenía que el 1er gobernador del país después del exilio, y el
reconstructor del templo, fuera un representante de la familia real de David. Después de la
conquista de Babilonia por parte de Ciro, rey de Persia, éste adoptó la política de permitir a los
habitantes de los países conquistados por los babilonios que regresaran a sus territorios de
origen. Zorobabel y Josué, el sumo sacerdote, fueron los jefes del grupo más importante de
gente -alrededor de 50.000- que regresaron de Babilonia a su patria. Otros 10 dirigentes les
ayudaron en la tarea.-Después de llegar a Jerusalén, Zorobabel y otros dirigentes
restablecieron los sacrificios diarios, levantaron el altar de los holocaustos y celebraron la
fiesta de los tabernáculos.- Una vez hecho esto, Zorobabel comenzó a hacer los preparativos
para la reconstrucción del templo, pero varias maniobras hostiles de parte de los vecinos de
Judá frustraron sus esfuerzos y detuvieron la obra hasta el 2º año de Darío.
Después que Darío I hubo vencido a sus adversarios y ascendió al trono de Persia, el imperio
volvió a gozar de estabilidad y las circunstancias resultaron más favorables para continuar con
las obras del templo. Al mismo tiempo surgieron los profetas Hageo y Zacarías para instar a
Zorobabel y a Josué que reiniciaran las obras, prometiéndoles la ayuda y la bendición de Dios si
obedecían (Hageo 2:1-9. Estos dirigentes aceptaron el desafío y con la ayuda de una nación
bien dispuesta -y de la actitud tolerante y colaboradora de las autoridades persas, más los
mensajes de ánimo de los profetas de Dios-, la obra progresó y se terminó con éxito en el 6º
año de Darío, Hageo 1:2 Puesto que este 2º templo se construyó bajo su dirección, se lo suele
llamar "templo de Zorobabel".

A este hombre, Zorobabel, nacido en Babilonia, que significa confusión religiosa, le dicen
esfuérzate, tres veces, porque quiero restaurarte: tu alama, tu cuerpo y tu espíritu.- Por eso le
dice trabaja en la restauración de tu templo, ahora nosotros somos el templo de Dios y
muchas veces destruimos nuestro cuerpo, el propósito de Dios es que seamos restaurados,
que edifiquemos, dice la palabra que todo lo que vayamos a edificar que sea sobre los
cimientos del Señor, no sobre nuestras propias ideas.

Dios nos va a restaurar alma, cuerpo u espíritu, pero esforcémonos.- EL tiene planes con sus
elegidos, nos escogió desde antes de la fundación del mundo, para desarrollar a través de
nosotros cosas grandes únicamente necesitamos esforzarnos.

CONCLUSIONES

El señor nos va a restaurar:

· Nuestro matrimonio
· La economía

· La salud

· El alma

· El cuerpo

· El espíritu

· El llamado

· El liderazgo

Únicamente El requiere que nos esforcemos, no te detengas prosigue…. Filipenses 3:14 prosigo
a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Dios desarrollo grandes proyectos en hombres como:

· Jacob: después de su proceso puedo bendecir a todos sus hijos, incluido José.

· Josué: conquisto Canaán y recibieron las bendiciones


· Daniel: recibió grandes revelaciones

· Zorobabel: reedifico templo para Dios.

El Señor tiene grandes proyectos que desarrollar en ti, únicamente esfuérzate, ya que nosotros
debemos hacer nuestra parte y Dios hará la suya, pero has tú la propia, la que te corresponde.

(Josué 1:9) ¿No te he mandado que te esfuerces y seas valiente? No temas ni desmayes,
porque Jehovah tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.

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