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Bilbao

H a publicado el T aro t de Euskalerria

Maritxu GuUer, siempre en el infinito


E1 tiempo se queda en el aire, porque el tiempo no exis­
te, «es una creación del hombre», y lo crees. Y en ese creer,
llegas a aceptar — com o dogma de fe— cada palabra, cada
silencio, cada mirada de Maritxu. Dicen que de cien en cien
Carmen Torres Ripa años nace un ser distinto capaz de trascender el espacio y la verticalidad? L as p lan tas m ágicas: ru-
d a-b eleñ o o tx a n tx a rra , belladona, la
las mil pequeñeces que enredan la vida cotidiana. Quizás, m a n d ràg o ra sim bolizando la fecundidad
u i e n es M arítxu? A pe­ cuando termine el siglo X X , se escriba con letras de oro un que h a d ad o lugar a supersticiones y prác­

Q nas queda nadie de esta


tierra que n o halla oído
hablar de la b ru ja de
U lía. L a b ru ja blanca
que conoce el lenguaje
nombre que quedará en la memoria de la historia: Maritxu
Erlanz de Güller.
ticas de m ag ia... y rosas, lilas, lirios, m ar­
g aritas, iris, crisantem os, cosm os am apo­
las, vio letas... Sím bolos del principio pa­
sivo. El lis de los cam pos, d e los valles,
crece entre espinas. E n el serm ón de la
de las flores desde niña «S entí, viví la n a­ M o n tañ a, Jesús h abla del Lis de los cam ­
turaleza y enam orada de m ontes, rocas, pos. L e he vuelto loco a M intxo p ara que
ñ o res, río s... escuché; así intuí p ro fu n d i­ encuentre cad a flo r q u e yo le decía antes
dades invisibles, penetrando el m aravillo­ de pin tarla.
so universo sin horizontes tem porales. Y
vi que si som os sensibles al sím bolo, nos L a v ía d e la sa b id u ría
conocem os a nosotros m ism os, a los de­ El T a ro t de E uskalerria tiene 78 lám i­
m ás, al universo y a los dioses». nas — 22 llam adas A rcan o M ayor (dibu­
C on ese conocim iento tran sp aren te es­ jo s m odernos) y 56 llam adas A rcano Me­
crito en su m ente, M aritxu ha publicado n o r (floreados).
el prim er T a ro t de Euslcalerria. Los ex­ Los A rcanos M ayores son figuras her­
pertos en cartom ancia, creen que posible­ m osísim as «cargadas de experiencias hu­
m ente sea el más bello de E u ro p a. Las m anas, son arquetipos; lo que revelan no
cartas son etéreas, con belleza de línea, son secretos, sino lo que debem os saber,
colores p u ro s, imágenes herm osas que h a ­ p ara ser fecundos en nuestras creaciones,
blan de la unidad del m undo, de la ener­ em presas, trab ajo s; y ello tam bién en
gía b rillante, del sol y la lu n a dorm idos cualquier cam po de la vida espiritual».
en el aire, de la fuerza de la m ujer, del p o ­ N in g u n a carta es fru to de la casuali­
der del a m o r... El tra b a jo h a sido lento, d ad . Los A rcanos M enores siguen las
hecho en colaboración con el a rtista A l­ fuerzas cósm icas, energías, m odalidades
fre d o F erm ín C am illán —«M intxo»— del m ovim iento inm anente. El Fuego y la
que, con in finita sensibilidad, h a sabido T ierra; Bastos y O ros; el A ire y el Fuego:
p in tar con los hilos de los sueños de M a­ E sp ad as y C opas. «El Rey es el hom bre,
ritxu E rlanz el m isterio que esconden los la R eina la M adre, el C aballero el ser in ­
arcanos del T aro t. dividual y la S ota representa al h ijo y al
servidor del Rey».
L a h is to r ia d e la h u m a n id a d
L a m an o de M aritxu es insólita, tiene
u n a estrella m enuda en la m ano q ue se ex­
tiende en surcos p ara hacerse sabiduría en
la m ente. N ació con ella en el R oncal y
□ «Los Arcanos Mayores
se g rabó p a ra la eternidad — no a fuego, son arquetipos; lo que
p o rq u e el fuego quem a y extingue— en el revelan no son secretos,
principio del seno m atern o . E n aquel
sino lo que debemos
saber, para ser
\I\ Los expertos en fecundos en nuestras
cartomancia, creen que creaciones».
posiblemente sea este
Tarot —editado por P a ra los bastos M aritxu ha elegido una
Heraclio Fournier—el preciosa m akila, p ara las copas u n a pieza
ro m án ica, la espada es un arm a noble de
más bello de Europa. caballeros que recuerda E xcalibur y el o ro
—ev o cad o r del sol— está representado
con herm osas m onedas antiguas.
claustro de silencios se fue haciendo el C a d a c a rta lleva su explicación p ara
universo de M aritxu E rlanz. U n universo q u e «el h o m bre solo fren te al m u n d o bus­
que, cu an d o abrió los ojos, ella vería di­ q u e la vía de la sab id u ría p o r la adquisi­
ferente a to d o s los m ortales, p o rque Dios, ción de u n a doble enseñanza: la del m un­
en su in fin ito albedrío y capricho, la h a ­ do exterior y la del universo interior. Lo
bía creado p ara siem pre distinta. U nas racional y lo m ístico, com o lo m asculino
gotas de polvo de oro para el corazón, un y lo fem enino, se o p o n en y se com ple­
soplo de aire celeste p ara la m ente y llu­ m en tan dos a dos. E l M ago en busca de
via de d im inutos m eteoritos m ágicos p ara la Iniciación, co n tra sta con la S acerdoti­
cad a p o ro de su piel. sa (arcan o II) g u ard a d o ra de los secretos
N o es ech ad o ra de cartas, ni b ru ja , es del m u n d o ; p ara leer en su L ibro hace fal­
u n a investigadora del m ás allá que intuye ta la inteligencia de la E m peratriz (arca­
con fuerza el fu tu ro . «M i m arid o G iova­ n o III) y del E m p erad o r (IV ). C o n el
ni G üller m e llevó a viajar p o r to d o el P a p a (V), la iniciación se vuelve efectiva
m undo, él m e in tro d u jo en el m undo de o rg an izarlo he seguido las leyes trad icio ­ y ...» .
la m ente. Investigué el T a ro t en todos sus
aspectos, así que por m edio de los ca rto ­ □ «Va adornado con
nales, q u e son riquísim as. T eniendo en M aritx u G üller sigue h ab lan d o , le es­
cuenta la sim bologia de los colores, nú­ cu ch o envuelta en u n a ensoñación y,
nes, c a rtas, barajas, ta ro ts, nos en fren ta­
m os a esa am bición h um ana del conoci­
árboles, plantas y flores m eros, nom b res de las fig u ra s... Va a d o r­ m ientras vuelvo a la realidad, m e dice:
n ad o con árb o les, p lan tas, hierbas, flo­ «T ú tam bién puedes ap ren d er a leer el T a ­
m iento del fu tu ro . Yo diría que estam os porque nuestro pueblo res, fru to s, m an ifestan d o el a m o r a la N a­ ro t de E uskalerria. Se lo h e dedicado a to ­
an te un m u ndo excesivam ente com plica­
d o p ara quienes piensan q ue es un tem a
es amante de la turaleza. L as p lan tas poseen sensibilidad, d as las m ujeres p ara que lo interpreten sa­
se alegran, se entristecen, llo ran . Ellas biam ente. Las cartas del T a ro t ofrecen la
frívolo im puesto po r planteam ientos b a­ Naturaleza». sim bolizan la energía so lar, co nd en sad a y o p o rtu n id a d de utilizar nuestras actitudes
nales. P a ra m anejar el T a ro t hace falta m an ifestad a. conscientes e inconscientes con el fin de
u n a estricta m oral». facilitar un m odo de considerar la vida en
— ¿ P o r q u é el p ro tag o n ism o de las
— ¿Q ué es el T arot? presentación de la h isto ria del m u n d o , y el presente y las posibles extensiones y di­
p lan tas y las flores?
— Es u n a o b ra m aestra de la im agina­ su s c o m b in a c io n e s ex p resan el ju e g o recciones que existen en el fu tu ro . Es
ción h u m an a. Dicen que el pensam iento atra ctiv o , diverso de las fuerzas univer­ — N u estro pueblo es am an te d e árb o ­ ag rad ab le saber q u e existen nuevas fro n ­
activo fu n cio n a con conceptos y el pen­ sales. les, p la n ta s , h ie rb a s, flo re s, fru to s ... teras interiores, tal com o existe el espacio
sam iento de la fantasía funciona con im á­ — ¿C óm o es el T a ro t de E u sk alerria? ¿Q uién n o conoce el roble, el árb o l sagra­ ex terio r, por co n q u istar» .
genes. El T aro t funciona con sím bolos. — L o hem os hecho com o c u ltu ra, com o d o , el p in o , ab eto , la acacia, el nogal, Si M aritxu lo dice, ap ren d eré ese extra­
Las lám inas del T a ro t constituyen u n a re- u n sistem a sintético de p ensam iento. P a ra etc., árboles evocando el sim bolism o de ño m u n d o de sabiduría.

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