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El componente ético no es ajeno al ejercicio profesional, sino que forma parte del mismo. Por lo
que una formación integral de profesionales debe incluir al menos 3 componentes:
Moral: Conjunto de normas (implícitas en su mayor parte) presentes en una sociedad. Señala
los valores y deberes que deben guiar las acciones humanas.
Valores: Marcos preferenciales de orientación del sujeto, que se especifican y expresan en
normas éticas o morales (criterios o pautas concretas de actuación) y forman códigos morales
(conjunto de normas o principios y de leyes morales en una sociedad o profesión).
Ética: Reflexión crítica de segundo orden sobe los valores o comportamientos previos.
Proporciona razones que justifican o no las acciones.
Ética profesional: conjunto de principios morales y modos de actuar éticos en un ámbito
profesional.
La enseñanza de la ética tiene como objetivo proporcionar instrumentos y claves relevantes para
tener criterios propios y capacidad de elección propios de ciudadanos que participan en los
asuntos públicos. Contribuir a formar ciudadanos más competentes cívicamente y comprometidos
en las responsabilidades colectivas.
La profesionalidad incluye entre sus componentes, en primer lugar, una ética profesional y, más
ampliamente, el compromiso activo con el servicio a la ciudadanía.
En el proyecto de responsabilidad moral y cívica (Colby et al., 2003) se delimitan tres grandes
dimensiones:
Las teorías del desarrollo moral han enfatizado en la infancia y adolescencia, dejando en segundo
plano la etapa adulta.
¿La universidad prepara para reconocer y practicar los aspectos éticos del ejercicio profesional o
las dimensiones morales de la profesión forman parte del “currículum nulo”?
Resultados:
Los estudiantes de las distintas carreras analizadas suelen coincidir en que éstos otorgan gran
importancia a la ética profesional en su formación. Sin embargo, estiman que la atención
prestada a la enseñanza de estos principios éticos y deontológicos durante su formación es
escasa o nula, salvo en Derecho, Enfermería y Trabajo social.
Hay una ausencia generalizada del carácter moral de la educación y de la ética profesional
docente, por predominio de enfoques técnico-academicistas, en que se tiende a proveer a los
futuros maestros más de contenidos y competencias técnicas, que de conciencia social crítica.
Conclusiones:
Los modos de operación curricular van desde los más restringidos (deontología) a los más
comprehensivos (desarrollo de valores en la institución universitaria para la formación de una
ciudadanía crítica), pasando por formulaciones intermedias, como la ética profesional (presente
transversalmente en todo el currículum universitario).
Ambos niveles debe ser complementarios, ya que educar a los ciudadanos y comprometer a los
estudiantes se juega dentro y más allá del aula (dar un sentido ético a todo lo que se hace en la
universidad).
Se requiere construir una cultura universitaria donde el desarrollo moral y del ciudadano estén
inmersos en la forma de organizar el trabajo y en la vida cotidiana de la institución.
La acción docente debe promover la reflexión ética de los saberes transmitidos (no sólo los que se
dedican enseñar ética profesional).
Hay una responsabilidad en educar a los universitarios como ciudadanos activos, comprometidos
en el servicio a otros y en la mejora de la comunidad, lo que supone reconocer la obligación de
que ciertos valores (morales y cívicos) deben estar explícitamente en los objetivos y prácticas de la
institución.
La ética profesional está basada en los principios y relaciones éticas que deben mantener los
profesionales con sus clientes, con el público en general o con las instituciones. No obstante, para
actuar éticamente en el ámbito profesional, se ha de ser una persona ética. Por tal razón, no cabe
una ética profesional al margen de la general.
“Ética profesional” y “deontología” suelen usarse de modo intercambiable en el ámbito
anglosajón, pero:
- Ética profesional: pone el acento en lo que es bueno hacer, aquello que es propio de cada
profesión en el plano del comportamiento moral.
- Deontología: se refiere más específicamente a deberes y obligaciones, que se articulan en
un conjunto de normas o códigos que cada profesional debe observar, compartidos por un
colectivo profesional y fijados en un texto normativo aceptado (aplicable sólo a los
miembros de una profesión).
Un código deontológico o código de ética, es un documento formal que establece los valores,
reglas éticas y comportamientos adecuados que deben seguir los profesionales. Son grandes
principios que funcionan como guía de la acción (no solucionan situaciones específicas).
Principios:
1. Beneficencia: los profesionales deben actuar para beneficiar a sus clientes y nunca en su
perjuicio.
2. Autonomía: se requiere el respeto a la autonomía y la decisión de los clientes. Es
necesario tener en cuenta el punto de vista del cliente, sus derechos o preferencias.
3. Justicia social: satisfacer dichas necesidades de cumplir con ciertas pautas sociales de la
profesión de un modo justo.
Las actividad profesional como una actividad social cooperativa, que proporciones a la sociedad un
bien específico e indispensable para su supervivencia
Toda actividad profesional tiene metas internas que apuntan a satisfacer determinadas
demandas sociales.
El profesional en cuestión debe poseer las virtudes propias de su ejercicio de modo excelente.
La profesión se ejerce de modo colectivo, estableciendo reglas y deberes que determinan las
prácticas adecuadas para el bien social
Los profesionales forman una cierta comunidad, aportando con un sentido de identidad y
pertenencia.
Que los estudiantes sean personas con criterio, que tengan la capacidad de reconocer las variables
a considerar en el momento de afrontar un problema de tipo ético y sabiendo distinguir lo que
está bien de lo que está mal. Que estén dispuestas a optar siempre por la vía de una actuación
correcta, de acuerdo con su conciencia y apegados a los principios de verdad, libertad y justicia.