Reflexión sobre los textos de Max Weber: capítulo 1 y 2 de Ensayos sobre metodología sociológica Uno de los principales problemas para encontrar una identidad epistémica en las ciencias sociales o en “la ciencia social” es su competencia; sus delimitaciones y alcances; su objeto. A partir de la lectura de estos textos se puede deducir un alcance bien definido, una aproximación a una epistemología de “la ciencia social” incluso de un arché en las causales del estudio que le es propio y que para Weber se centra en “la economía” en su concepción sui generis del término, no como un sistema de conocimientos, es decir como una ciencia, sino más bien como un punto de partida para su comprensión y competencia. Ahora bien, no es solo el objeto lo que Weber pone de manifiesto en estos escritos, se aventura a demostrar la legitimidad, por ocupar un término weberiano, de la ciencia social, a través de una argumentación, que no una comparación canónica, de la “objetividad posible” en el estudio de los fenómenos sociales, aunque hay que aclarar que para fines de acotaciones y precisiones Weber se deslinda mucho de este adjetivo [social] y se decanta por una abstracción tan problemática como lo es la cultura, claro está haciendo todas las apostillas conceptuales necesaria para evitar confusiones. Este desglose de cada uno de los conceptos que nos llevarán a entender la estructura propia de los estudios sobre la ciencia social o lo fenómenos culturales y nos permiten pensar en todas las fuentes de las que abreva, además de la marcada crítica y deslinde que hace del marxismo, ya que replantea la importancia del materialismo sin embargo entendido desde una óptica muy particular que se desmarca de cualquier lectura simplista. En este sentido también construye una forma propia de conceptualizar muy alejada de la tradición hegeliana donde los conceptos son fieles espejos de lo real y si no es así peor para lo real, de lo cual los marxistas tienen escuela. Para Weber esta concepción debe ser más flexible y se debe entender como una aproximación ideal; que no idealista, totalitaria o dogmática; sino más bien como la estructuración de abstracciones (conceptos) objetivos en el sentido de posibilidad y no en la forma en la que son absolutamente indiscutibles, sino como una serie de características imputables y específicas a un fenómeno pero que de ninguna forma pueden desprender explicaciones por analogía a toda la realidad, “tipos” como él les llama que servirán de esquema de trabajo que además de didáctico dote de rigor y especificidad a lo descrito. Describir a partir de relaciones de conceptos válidas, y no a partir de conceptos que no están interrelacionados, de manera que estas relaciones den cuenta de que cada fenómeno es específico y que tiene una naturaleza compleja de relaciones y significatividad, no como un conjunto de causalidades que tienen un decurso necesario y que no podrían explicarse de otra forma. Ver la naturaleza del hecho social en la lógica de “espíritu” y no de la phisis que explican las ciencias naturales y que se ha querido adoptar como único camino científico. Dota a este estatus científico que caracteriza a la ciencia social de una lógica no logicista-axiomática- matemática, de abstracción a partir de modelos que se legitiman en una objetividad que permite grados de certeza para su comprobación a través de la propia experiencia.