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ENCOPRESIS

1. Definición
El DSM-IV define la encopresis funcional como la evacuación repetida e involuntaria (y
raramente intencional) de las heces en lugares inadecuados para este propósito (por
ejemplo, en armarios y el suelo). (Toro, 1987).
Aunque no lo indica de forma explícita, cabe inferir que también entra aquí la defecación
sobre la propia ropa, ya sea completa, ya en forma de “lamida”. La encopresis puede ser
primaria (se considera que la edad normal de control se extiende hasta los 4 años), y
secundaria si empieza más tarde y después de un periodo de control; normalmente, entre los
4 y los 8 años en la mayor parte de casos.
Es clásico considerar (por ejemplo, así los hace Ajuariaguerra en su obra “Manuel de
Psychiatre de l´énfant”, Parìa, 1970, que durante muchos años ha sido algo así como la
bíblica de la Psiquiatría Infantil) que la encopresis es un problema cuya dificultad aumenta
con el nivel de inteligencia del niño, por cuanto a mayor inteligencia mayores (y mas
complejos) son los mecanismos psicológicos del niño que mantienen el trastorno, en el caso
de que éste produzca algún beneficio secundario inconsciente.
Cuadros afines a la encopresis están descritos en la bibliografía psiquiátrica infantil. Así
Woodmansey (1968) describe el “defecador con incontinencia”, caracterizado también por
una defecación retrasada”. En los casos descritos por dicho autor, los niños no lograban
evacuar en presencia de la madre o en circunstancias que les recordasen los esfuerzos del
aprendizaje esfinteriano. El autor atribuye el problema a perturbaciones de este aprendizaje
en forma de presiones excesivas o de exigencias inadecuadas a una edad demasiado
temprana. En estas condiciones, el niño se defeca encima, o sobre la cam, etc., lejos de las
circunstancias propias de la defecación normal.
Berg y Jones (1965) describen el “defecador plácido”: un niño procedente de un hogar
tranquilo, no angustiante, y cuyo trastorno principal es no emplear el WC. Los mismos
autores han hallado casos de lo que denominan “defecador negativo”, en quien la
encopresis es un claro acto punitivo hacia unos padres con quienes ha entrado en conflicto.
Hemos visto casos de encopresis como forma clínica de un estreñimiento crónico, sin
patología psicológica demostrable. En estos casos existe una incoordinación involuntaria en
la defecación, que suele cursar con dolor. Pueden ser tratados con laxantes (lactulse) y con
reeducación de los hábitos defecatorios.
Los tratamientos de psicoterapia individual no han demostrado unos resultados brillantes a
corto o medio plazo. A largo plazo los resultados de la psicoterapia pueden confundirse con
las mejorías espontáneas que se presentan aún en el caso de no hacer ningún tipo de
tratamiento. También pueden considerarse medidas psicoterápicas que involucren a la
madre, y que emplean técnicas lúcidas que signifiquen una simbólica manipulación de
heces: pintura de dedos, modelación con barro, etc.
Vale la pena considerar también una serie de normas encaminadas a conseguir que la
encopresis no se constituya en demanda de protección o de atención y que permitan
prevenir o corregir el beneficio secundario. De hecho, serían dos las normas necesarias:
a) No prestarle al niño atención en e momento de la encopresis, ni por causa de ella. No
hacerle caso; ni siquiera para reconvenirle. Mostrarle una actitud de serena indiferencia y
de neutralidad afectiva.
b) Imponerle, como norma inamovible, la obligación de responsabilizarse de la limpieza de
su ropa cuando tenga problemas encopréticos. Ni siquiera será necesario que avise:
simplemente, debe ir al lavabo o al fregadero y lavarse la ropa interior sucia después de
haberse limpiado en el bidet y de haberse mudado.
La encopresis puede estar asociada a malos hábitos de aprendizaje de la higiene
evacuatoria, como puede ser el empleo de exigencias angustiantes en los primeros intentos
del niño por aprender a defecar voluntariamente. También, en encopresis secundaria, se
suelen invocar mecanismos regresivos ante traumas ambientales (nacimiento de su
hermano, inicio de la escuela).
Hay que tener en cuenta una posibilidad nada despreciable: la encopresis puede ser el
síntoma de una depresión infantil. En el capítulo de depresión hablamos de que, en muchas
ocasiones, la sintomatología depresiva infantil incluye elementos acompañantes,
aparentemente no depresivos, y que a veces son los más evidentes en la clínica. La
encopresis puede ser uno de ellos. Siempre, ante un caso de encopresis, es necesario
evaluar el estado de ánimo y/o validar el diagnóstico explorando la respuesta a la
medicación.
La encopresis consiste en que el niño hace sus deposiciones, repetidas e involuntariamente,
en lugares que no son adecuados para ello, a una edad en la que se espera que haya control
al respecto, es decir, más allá de los 3-4 años.
Es un cuadro clínico que aparece en niños mayores de cuatro años, caracterizado por una
evacuación repetida e involuntaria de heces en la ropa o en lugares inapropiados desde el
punto de vista cultural. Para que sea considerado como tal, no tiene que existir ningún
cuadro de tipo orgánico, toma de medicamentos u otros factores identificables, capaces de
desencadenar este cuadro.
Cuando el niño nunca pudo controlar su defecación se la considera como primaria, pero si
aparece luego de un año de continencia fecal previa se la denomina secundaria.
La encopresis produce una gran repercusión en la vida cotidiana del niño y en su vida de
relación con las personas que lo rodean y su entorno familiar.
Se la observa en aproximadamente el 2% de los niños entre los 6 y los 8 años de edad,
siendo muy frecuente su ocultamiento. En el 20 al 30% de los casos está asociada a
enuresis.
Generalmente, desde que aparece hasta que se consulta con su especialista pueden llegar a
transcurrir hasta dos años.

2. Clasificación
La encopresis puede ser:
Primaria: si nunca se ha logrado el control.
Secundaria: si se produce después de un período de control.
Este trastorno suele estar asociado a:
Unos malos hábitos de aprendizaje: presiones excesivas o rigidez al exigir que el
niño controle a una edad aún temprana para hacerlo.
Al estreñimiento crónico, que provoca una distensión del colon y la consiguiente
pérdida del tono muscular, con lo cual se producen esas pérdidas.
También puede ser síntoma de depresión infantil u otro trastorno.
Será pues lo más importante identificar la causa que la produce.
El tratamiento también dependerá de si algo ocasional o más recurrente. Lo primero
será ser visitado por el pediatra, quien determinará cómo proceder y si es necesario
o no la visita a un especialista.
Según la personalidad del niño, se optará por quitar importancia al tema o por
insistir al niño en que sea más cuidadoso. Eso sí, jamás se le ridiculizará ni castigará
por ello.
La encopresis funcional durante el día es más común que la encopresis nocturna. En la
mitad de estos pacientes, el control intestinal no está todavía aprendido, por lo que el
síntoma puede ser considerado como un reflejo de una fijación evolutiva temprana
(encopresis primaria).
En la otra mitad, los niños aprendieron inicialmente el control intestinal, han sido capaces
de contener al menos durante un año, y luego se ha producido la regresión (encopresis
secundaria). La encopresis secundaria empieza normalmente hacia los 8 años.
La encopresis sin estreñimiento ni rebosamiento puede implicar una variedad de fuentes,
incluyendo una falta de conciencia o un pobre control. En caso de que el episodio ocurra
después del baño, la estimulación física puede ser la causa. Si el episodio es deliberado, el
niño es generalmente hostil o agresivo; debe entonces tenerse en cuenta el trastorno
antisocial o un trastorno psiquiátrico mayor. El hecho de ensuciarse puede ser accidental (el
niño trata de ocultarlo) o deliberado incluyendo falta de atención, hiperactividad,
impulsividad, baja tolerancia a la frustración y descoordinación.
Los problemas de comportamiento tales como los trastornos de conducta son comunes en la
población infantil psiquiátrica referida por problemas de encopresis, pero
comparativamente pequeños en la muestra vista por pediatras. En población psiquiátrica, el
25% de los niños con encopresis funcional también presenta enuresis funcional.
Algunos niños ocultan tanto la orina como las heces, y pueden tener megavejiga y
megacolon. Se observan con frecuencia dolores de estómago, largos períodos sentados en la
taza del lavabo y estreñimiento crónico. En las niñas son frecuentes las infecciones del
tracto urinario y la pielonefritis crónica. A menudo, los niños con encopresis funcional
tienen vergüenza y turbación y presentan una baja autoestima. Pueden sufrir acusaciones de
los padres y hermanos, pueden tener miedo a ser descubiertos por los compañeros, y se
esconden física y emocionalmente.
Entre el 75 y el 90% de los casos implican el subtipo que el DSM-IV designa como “con el
estreñimiento e incontinencia por rebosmaiento”. Estos casos retentivos incluyen una baja
frecuencia de movimientos intestinales, impactación, rebosamiento de líquido alrededor del
asiento habitual, y manchas de líquido en la ropa. Esta tipo de encopresis puede ser debido
a estreñimiento crónico, entrenamiento de los hábitos de higiene inadecuado
(excesivamente coercitivo o perfeccionista), dolor (debido a fisura anal) o evitación fóbica
de los lavabos. Estos episodios retentivos generalmente se extienden durante varios días y
son seguidos de defecación dolorosa.
La encopresis funcional es menos común que la enuresis. La prevalencia es
aproximadamente del 1.5% después de los cinco años, disminuye con la edad, y se produce
raramente en los adolescentes. Las tasas ligeramente superiores están asociadas con las
clases socioeconómicas mas bajas. Existe un predominio masculino de 4:1. Se da una
aparición familiar en la encopresis funcional, con el 15% de los padres que han sufrido
encopresis en su niñez. Se han observado tasas más altas entre los individuos con retraso
mental, especialmente en los casos moderados y graves. (Ollerick y Hersen, 1986).

3. Etiología
La encopresis con frecuencia es derivada de una compleja interacción entre factores
fisiológicos y psicológicos. Entre los mecanismos fisiopatológicos se encuentran: una
alteración del movimiento del colon y de los patrones de contracción, elasticidad y
adelgazamiento de las paredes del colon (megacolon) y disminución de la sensación o
percepción.
En la infancia, la encopresis puede ser resultado de una erupción cutánea debida al pañal,
cuando se produce la retención fecal para evitar el dolor rectal. Estas causas médicas de
manchas de heces excluyen el diagnóstico de encopresis funcional. La encopresis puede ser
el resultado de un entrenamiento del control de esfínteres inadecuado o punitivo (doloroso,
coercitivo, agresivo), de una alteración física asociada a una ayuda inadecuada durante el
entrenamiento en el uso del inodoro (si los pies no tocan el suelo), o de un manejo
incorrecto de los miedos relacionados con el lavabo.
Los factores relacionados con el estrés parecen ser la causa de la mitad de los casos de
encopresis secundaria. Existe una gran prevalencia de psicopatología individual y familiar
en la encopresis funcional. Sin embargo, a diferencia de la enuresis, no existe la evidencia
de un factor genético en la etiología de la encopresis, incluso en las formas familiares.
Es necesaria una evaluación médica inicial para descartar enfermedades médicas como el
megacolon agangliónico o enfermedad de Hirschsprung y evaluar posibles anomalías
estructurales (por ej., fisura anal), y puede suponer un enema de bario.
La evaluación psiquiátrica incluye una valoración de los trastornos psiquiátricos asociados,
incluyendo el retraso mental, el trastorno de negativismo desafiante, el trastorno de
conducta, los trastornos afectivos y las psicosis. No existen estudios longitudinales
importantes, pero la psicopatología asociada a los trastornos médicos pueden ser la
principal determinante del pronóstico. El trastorno disocial, el uso de la encopresis como
una expresión directa de la ira y el desinterés de los padres hacia el problema, parecen
predecir un curso complicado.

4. Perfil de los Padres


a) Dinámica Familiar
 La encopresis, resulta ser el síntoma utilizado como una maniobra hostil y de
búsqueda de atención del niño, en el curso de una relación de hostilidad
dependencia dentro del contexto de un entorno familiar específico, es decir, la
ausencia del padre. (Janin Beatriz , 2001)

 Los padres de niños encopréticos tienen estructuras psíquicas perturbadoras y


graves conflictos entre ellos, incluso algunos de ellos llegan al divorcio o la
separación. (Morton Sharne, 1955).

 Puede presentarse encopresis secundaria o regresiva, cuando el niño pasa por algún
incidente familiar en el cuál se ve amenazado con ser separado de sus padres, por
ejemplo, nacimiento de un nuevo hermanito, madre que comienza a trabajar fuera
de la casa, separación de los padres, divorcio, entrada del niño a la escuela. (Kolb,
1985)
 Existen antecedentes familiares ya sea de padre o madre encopréticos. (Kolb, 1985)

 Es más frecuente en niños de condición socio económica baja y en hogares donde


existe deprivación afectiva, desintegración familiar, violencia o maltrato infantil o
conyugal
 Ocasionalmente este problema de ensuciarse comienza con un cambio que produce
tensión en la vida del niño, tal como el nacimiento de un hermanito, la separación o
divorcio de los padres, problemas familiares, o el mudarse a un nuevo hogar o
escuela.
 La presencia de ciertos hábitos peculiares como esconder la ropa manchada, ser
reacio a utilizar el baño escolar o permanecer poco tiempo sentado en el baño
merma la paciencia de los padres, y contribuyen al deterioro familiar.
(www.psicopedagogia.com)

 Los padres pueden sentir culpa, vergüenza, enojo o disgusto ante el problema. El
niño a menudo se dará cuenta de los sentimientos de sus padres y esto lo afectará
emocionalmente aún más.
 En los casos de padres de un niño con encopresis de tipo continuo, la familia lo
toleran por razones sociales en el caso de los niños con encopresis discontínua la
familia es compulsiva y siente temor y vergüenza. (J.D. Ajuriaguerra, 2001).
 La madre es excesivamente coercitiva o punitiva en sus entrenamientos de la
limpieza del niño. (Kaplan,1987)
 La familia es compulsiva, siente temor y vergüenza por la encopresis. (J.D.
Ajuriaguerra, 2001).
 Ambiente de hostilidad-dependencia. (J.D. Ajuriaguerra, 2001).
 Estrés familiar. (R. Wicks y N. Allen C. 2003)
 Alteraciones en la relación entre la madre y el hijo (Bemporad, 1978; Pierce, 1985).
 Grave conflicto entre los padres con o sin separación (Masson y Perrenoud, 1966).
 Los padres son duros y punitivos y castigan severamente los accidentes durante el
período de entrenamiento de los hábitos higiénicos (Kaplan y Sadock, 1998).
 La tensión familiar, es a menudo elevada (Kaplan y Sadock, 1998),
 Situaciones de estrés entre la familia (Wicks-Nelson e Israel, 1997).
 La discordia y el malestar familiar suelen ser comunes (Kaplan y Sadock, 1998).

B) MADRE
Narcisista.
Obsesiva. (L.C. Kolb, H.K. Brodie 1985).
Hostil.
Rechazo.
Fría. No maneja efecto.
Depresiva.
Insatisfacción.
Perfeccionista.
Problemas con la limpieza.
Sobre protectora (Ajuriaguerra, 2001).

Dominante

Ambivalente (Ajuriaguerra, 2001; Bemporad y cols, 1971)

Aprensiva

Posee rasgos anales( Fernández , 2005)


Exigente( Fernández , 2005; Anthony, 1957)
Poco expresiva ( Fernández , 2005)
Inhibe la agresión ( Fernández , 2005)
Rechaza la problemática del niño. ( Fernández , 2005)
Ansiosa (Ajuriaguerra, 2001).
Emotiva (Ajuriaguerra, 2001).
Sentimiento de culpa de la madre por haber fallado (f. H. Stone Psiquiatria para el
pediatra. Prensa Médica mexicana 1982)
Permisiva. (G. Genovard. Y G. Gotzens J. 1987)
Indulgente en cuanto a la crianza (Ajuriaguerra 1973; Bellman, 1966).
Estresadas (Ajuriaguerra 1973).
Punitiva (Berg y Jones, 1964).

C) PADRE
Frío. ( Fernández, 2005; Ajuriaguerra 1973).
Poco Expresivo.
Ausente e inaccesible. (Ajuriaguerra, 2001; Morton Sharne, 1955).
Perfeccionista.
Obsesivo.
Hostil.
Angustiante.
Exigente.
Sobreprotector.
Tímido, reservado

Polar( bueno, malo, limpio, sucio)

Preocupado por la limpieza

Tendencias depresivas (Morton Sharne, 1955; J.D. Ajuriaguerra, 2001).

Pasivo (J.D. Ajuriaguerra, 2001; Bemporad y cols., 1977).

No proporciona recursos cognitivos ( Fernández, 2005)

Crítico ( Fernández, 2005)

Deprimido (Ajuriaguerra, 2001).

Distante (Ajuriaguerra, 2001; Bemporad y cols., 1977).

5. Área Escolar
Pensamientos operatorios.
Problemas de aprendizaje.
Problemas con el orden.
Limpieza y cuidado con sus trabajos.
Sufre el rechazo de sus compañeros de escuela y tiene que soportar en muchas
ocasiones sus burlas.
Dificultad para concentrarse
Baja tolerancia a la frustración (Ajuriaguerra 1973).
Coordinación pobre
Hiperactividad
El niño experimenta rabia y enojo con sus maestros y compañeros.
Disfruta poco el contacto con sus compañeros sobre todo cuando las actividades son
en conjunto. (J.D. Ajuriaguerra, 2001)
Los compañeros y amigos se burlan de él, los adultos lo evitan
Distracción fácil, bajo nivel de atención baja tolerancia a la frustración,
hiperactividad y baja coordinación motriz. (Kaplan, 1987)
Poco placer en el contacto con sus compañeros sobre todo cuando las actividades
son en conjunto. (J.D. Ajuriaguerra, 2001)
Puede resistirse al aprendizaje por razones de organización de su personalidad.
(Ajuriaguerra 1973).

6. Área Social
Problemas con las relaciones interpersonales.
Rechazo.
Burlas de sus compañeros.
Pleitos.
Aislamiento. (J. Rodriguez 2000)
El niño que la padece parece encontrar dos posibilidades: o bien se inhibe y se aísla,
o el lado opuesto, se olvida de las necesidades de su cuerpo y de lo que los demás
piensen de él en detrimento de su sociabilización y desarrollo.
Disfruta muy poco del contacto con las personas. (J.D. Ajuriaguerra, 2001)
Poco placer para las relaciones sociales. (J.D. Ajuriaguerra, 2001).
Se siente despreciado por sus compañeros. (G. Genovard. Y G. Gotzens J. 1987

7. Área de Sí Mismo
a) PATRÓN CONDUCTUAL
Problemas con la imagen corporal.
Baja autoestima.
Inseguro e inhibido.
Tímido.
Aislado.
Envidioso.
Grosero y desordenado.
Sucio.
Sumiso.
Comportamiento infantil (J.D. Ajuriaguerra, 2001).
Hostil y agresivo.(DSM IV; Ajuriaguerra, 2001).
Indecisos (J.D. Ajuriaguerra, 2001).
Conducta Oposicional
Retadores
Indeciso (Ajuriaguerra, 2001).
Pasivo (Ajuriaguerra, 2001; L.C. Kolb, 1983).
Hiperactividad
Poco tolerante a la frustración (Ajuriaguerra 1973).
Agresivos (Ajuriaguerra 1973).
Inhibidos (Ajuriaguerra 1973).
Egoísta (Ajuriaguerra 1973).
Dependiente (Bellman, 1966).
Demandante (Ajuriaguerra 1973).
Rebelde (Mirel y Solomon, 1976).
Obsesivo (Mazzanti y Bedogni, 1965).
Fácil distractibilidad (Kaplan y Sadock, 1998).
Atención breve (Kaplan y Sadock, 1998).
Lucha por el poder con sus padres sobre cuestiones de autonomía y control (Kaplan
y Sadock, 1998).

b) PATRÓN EMOCIONAL
Sumiso.
Aprehensivo.
Temeroso.
Agresivo. (J.D. Ajuriaguerra, 2001).
Oposicionista.
Problemas con el afecto.
Manejo de la emoción pasiva.
Manejo de la agresión pasiva.
Control de impulsos.
Demandante. (J. Gonzalez 2001)
Deprimidos (Kolb, 1985)
Ira o enojo. (Kolb, 1985)
Frustración
Vergüenza (Anthony, 1957).
Culpa
Ansiedad (J.D. Ajuriaguerra, 2001).
Inseguridad (J.D. Ajuriaguerra, 2001).
Baja autoestima (J. L. Jacobson y A. M. Jacobson ; 2002)
Agresividad pasiva.
Baja tolerancia (J.D. Ajuriaguerra, 2001).
Sentimientos de fracaso (J.D. Ajuriaguerra, 2001).
Depresivo. (L.C. Kolb, 1983; J.D. Ajuriaguerra, 2001).
Angustia (G. Genovard. Y G. Gotzens J. 1987)
Dependiente (Bellman, 1966).
Desvalorización (Genovard, Gotzens, Mantané, 1987).
Estrés (Genovard, Gotzens, Mantané, 1987).

c) TEMORES
Ridículo.
Rechazo.
Abandono.
Desaprobación.
Al baño (J. L. Jacobson y A. M. Jacobson, 2002; Kaplan y Sadock, 1998).
Perder la estimación de sus compañeros. (G. Genovard. Y G. Gotzens J. 1987)
Miedo a la defecación dolorosa (Kaplan y Sadock, 1998).
Miedo a su propia cólera (Ajuriaguerra, 1977).
Separación respecto a la madre (Bellman, 1966).

d) MECANISMOS DE DEFENSA
Retroflexión. (Kolb y Brodie, 1985).
Confluencia.
Reflexión.
Represión. ( Fernández, 2005)
Proyección.
Regresión. (L.C. Kolb, 1983; H. Bakwin y Ruth Morris 1970)
Deflexión,(Fernández, 2005)
Supresión
Negación

e) NECESIDADES
Expresión de las emociones.
Afecto.
Separación.
Independencia. (J.D. Ajuriaguerra, 2001; Bellman, 1966).
Contacto físico.
Búsqueda del amor.
Relación de las figuras.
Confianza. (Ajuriaguerra, 1977).
Aceptación.
Relaciones Sociales.
Atención (Janin Beatriz , 2001)
De organización sensorial y emocional. (J.D. Ajuriaguerra, 2001).
Confianza y de quitarse el sentimiento de culpa. De afirmación. (J.D. Ajuriaguerra,
2001).
Seguridad, ( Fernández, 2005)
Aceptación, ( Fernández , 2005)
Socialización, ( Fernández , 2005)
Elevar su autoestima (Kaplan y Sadock, 1998).
Autonomía (Kaplan y Sadock, 1998).
Fomentar relación con el papá, para proporcionar una imagen sólida y
tranquilizadora, que haga superar la díada madre-hijo primitiva para desembocar en
la relación triangular edípíca (Launay, 1970; Köhler y Carel, 1971

f) CONFLICTOS
Control de esfínteres.
Limpieza.
Dependencia. (Bellman, 1966).
Independencia.
Manejo de sus emociones.
Figura de autoridad.
Poca tolerancia a la frustración. (J.D. Ajuriaguerra, 2001).
Baja Autoestima (Kaplan y Sadock, 1998)
Aislamiento social (Kaplan y Sadock, 1998).
Contacto perturbado con la madre (Bellman, 1966)
Falta de habilidad para controlar las funciones corporales de eliminación de manera
socialmente aceptable (Bragado, 1984).
Falta de afirmación en sí mismo (Bellman, 1966).
Ansiedad y tensión en el niño (Bellman, 1966).

NIÑO

1. LIMITES Y FRONTERAS DEL YO


Organización sensorial.
Conectar los movimientos y conciencia corporal, con el dar y recibir.
Diferenciación física.
Identificar las sensaciones de agrado – desagrado.
Conciencia interna y conciencia externa.
Control de esfínteres.
Figura de autoridad.
Dependencia.
Independencia.
Que utilice los órganos de los sentidos de manera adecuada:
 sensación, movimiento, emoción.
 Identifique y diferencie sensaciones agradables, desagradables y los ubique en
su cuerpo.
 Contacto físico sin daño.
 Describa en primera persona su experiencia.

2. MANEJO Y EXPRESIÓN DE EMOCIONES


Identificación y diferenciación de las emociones. (J. Rodriguez 2000)
Expresión de las emociones adecuadamente.
Acepte y reconozca sus polaridades.
Tenga control de sus impulsos.
Tolerancia a la frustración.
Resuelva sus resentimientos.
Problemas con las figuras paterna y materna.
Represión de sus emociones.
Resentimientos.
Afecto verbal y contacto.

3. SEPARACIÓN Y AUTONOMÍA
Darse cuenta de las formas adecuadas e inadecuadas.
Diferenciación de su pensamiento al de su mamá.
Reconozca sus roles correspondientes.
Capacidad para tomar decisiones.
Responsabilidad.
Obligaciones.
Figuras de autoridad.
Problemas con la imagen corporal.
Quitar introyectos que obstaculicen el patrón conductual.
Mejorar la relación con el padre (Identidad).
Flexibilidad en pensamiento.

4. RELACIONES INTERPERSONALES
Esperar turno.
Acatar reglas y trabajar en equipos.
Escuchar.
Compartir.
Reconocer límites.
Negociar.
Soportar la presión del grupo.
Con la autoridad.
Figuras materna y paterna.
Rechazo.
No aceptación de sus compañeros.
Desaprobación de los demás.

PADRES

1. MAMÁ
Exprese adecuadamente sus emociones.
Control de sus impulsos.
Manejo de su polaridad.
Demandante.
Agresiva.
Controladora.
Exigente en la limpieza.
Resentimientos.

2. PAPÁ
Contacto físico.
Expresivo de sus emociones.
Control de sus impulsos.
No promueve la separación.
No promueve los recursos cognoscitivos.
Controlador.
Ausente.
Resentimientos.

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