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Introducción

Nuestra cosmovisión antropocéntrica está maltratada


desde la era científica. De hecho, más la ciencia
explica el universo que nos rodea, hasta la aparición
de la vida y más el hombre parece ser un fenómeno
común. El hombre que estaba en el centro de la
creación, en una Tierra bendecida por los Dioses, en
el centro del universo, pierde poco a poco su estatus.
Desde el siglo 20, la materia de la que está hecho, es
una materia común, que la vida viene desde el
espacio, y por lo tanto también de que nuestro planeta
no es que una isla perdida entre miles de millones de
islas en el espacio infinito.
"La ciencia, como una expresión atribuida a Freud,
infligió varias heridas a la autoestima de la
humanidad, haciendo estallar el marco
antropocéntrico para localizar al hombre en un
pequeño lugar en el Cosmos y confinado en el más
breve instante de tiempo tan corto que improbable". (
Pascal Picq , le monde a-t-il été créé en sept jours ?).
El hombre siempre ha estado fascinado por la belleza
del cielo y del universo. Ante tal complejidad, es
normal tener una visión falsa.

Sitúa al ser humano como medida de todas las cosas y lo biocentrico designa a los seres
vivos que merecen respeto moral

También en al dimensión antropo… los seres humanos debemos respetarnos los unos a los
otros.

Pretende reenvidicar el valor primordial de la vida.


Otro aspecto importante radica en comprender este concepto en su real magnitud y no tomarlo
como un retroceso (tomar las lenguas nativas para usarlas en el Estado o retornar a la constitución
del Tawantinsuyo). Según Idón Chivi, director general de Administración Pública Plurinacional, la
descolonización es un proceso que implica por un lado recuperar la afirmación identitaria de las
naciones y por el otro liberarla de las formas perversas del capital, que representa la forma
contemporánea de dominación colonial. Esta última, afirma la autoridad, se presenta mediante la
geopolítica del conocimiento, con una matriz euro-anglo-céntrica; la tecnología del poder, de corte
liberal; y horizontes de vida individualizantes y reticentes a la solidaridad.

La Constitución, por su parte, entiende a la descolonización como un fin esencial de Estado para
construir una sociedad justa y armoniosa, sin discriminación ni explotación destinada a consolidar
las identidades plurinacionales. En esta línea, Chivi asegura que toda la institucionalidad estatal,
empresas públicas e incluso mixtas, tienen este mandato y afirma que "toda actividad
gubernamental o personal que resalta la dignidad humana es un acto de descolonización".

El horizonte "descolonizador"
El Viceministerio de Descolonización, a fin de respaldar esta política, se ha trazado 3 metas:
visibilización las relaciones de dominio colonizador, desestabilización y puesta en crisis de estos
órdenes y la transformación de estas relaciones sociales de dominio para construir una sociedad
justa y armoniosa. Y aunque se trata de una tarea que no tiene recetas fijas, de hecho la creación
de este Viceministerio en 2009 es innovadora en América Latina, hay algunos avances.
Desde el Estado, la creación del Viceministerio de Justicia Indígena, de Medicina Tradicional,
deCoordinación con Movimientos Sociales, de Planificación Estratégica, la Escuelala de Gestión
Pública Plurinacional y la Unidad de Control Social del Banco Central de Bolivia, y desde la
sociedad civil, grupos de intelectuales como José Luis Saavedra, quién trabajó una malla curricular
sobre descolonización, Carlos Mamani y Reynaldo Conde, así como grupos de reflexión asentados
en el Café Semilla Juvenil, en Cocahbamba; colectivo Jaina, en Tarija; Fundación Siglo XXI, en
Santa Cruz, entre otros.

También figuran la presentación del anteproyecto de "Ley de Equivalencia Constitucional", que


profundiza los mecanismos para la designación paritaria de los niveles jerárquicos de los órganos
del Estado, y el "Plan de Matrimonios con Identidad, Casa y Proyectos Productivos", que recupera
modelos de composición familiar de base indígena y añade la transferencia de un domicilio y un
proyecto productivo a las familias, ambas iniciativas del Gobierno.

Sin embargo, pese a estos avances, Bolivia continúa siendo un Estado colonial. Esa es la
percepción del sociólogo Félix Patzi, quién afirma que las estructuras sociales institucionales, como
el Ejercito o la Policía, han sido trabajadas en función de las pertenencias étnicas, que divide a las
razas, lo que no está cambiando, y que las iniciativas del Gobierno, por ejemplo ejemplo en
la elaboración de las 5 leyes fundamentales, asumen a los indígenas como grupos étnicos y no
como un sistema, que realmente constituyen.
Por su parte, Raúl Prada, viceministro de Planificación Estratégica, señala que Bolivia sigue con las
viejas normas, prácticas y administración de políticas públicas. "No hemos cambiado la mentalidad
de los funcionarios públicos, esto significa que no hay una descolonizaicón, sino una re-
colonización del Estado", señala y afirma que un acercamiento entre el Estado y la participación
abierta de los movimientos sociales puede ayudar en ello.

Diálogo intercultural
El intercambio equitativo, así como el diálogo entre las civilizaciones,
culturas y pueblos, basados en la mutua comprensión y respeto y en la
igual dignidad de las culturas, son la condición sine qua non para la
construcción de la cohesión social, de la reconciliación entre los pueblos
y de la paz entre las naciones.
Una reflexión entre lo Intercultural y lo
Intracultural | HERMAN BASHIRON
MENDOLICCHIO
La similitud que existe entre el macrocosmos y el microcosmos hace que cada uno
de ellos sea la imagen del otro, y la correspondencia entre los elementos que los
componen demuestra que el hombre debe conocerse a sí mismo primero para
poder conocer después todas las cosas.

René Guenón

Una de las cuestiones más interesantes relativas al tema del diálogo, es el


desarrollo de su carácter, no sólo intercultural, sino también intracultural.

El conocimiento de las culturas otras se basa también en el reconocimiento de las


culturas propias y más próximas; es decir, una investigación cuanto más profunda
y atenta, tiene que reflexionar tanto sobre el factor espacial (intercultural) como
sobre el factor temporal (intracultural).

Según Norbert Bilbeny: “El diàleg extern entre les cultures prospera, així, en la
mesura que ho fa el diàleg intern dins de cada una d’ellas, és a dir quan som
capaços de preguntar-nos, abans que l’esperat “qui són els altres”, el sempre
obert què volem de nosaltres . El diàleg entre cultures és, en aquest sentit,
interminable”. 1

La cuestión sería recuperar la frase más antigua de la historia de la sabiduría, que


supera también el dominio de la filosofía, o sea “conócete a ti mismo” 2 , e
interpretar su inmenso valor como una posible base y punto de partida para el
desarrollo del diálogo entre culturas y finalmente para conocer al Otro.

Considerar el elemento humano, la relación entre seres humanos, es también de


fundamental importancia a la hora de abordar el tema del diálogo. Como explica
Lucio Guerrato, primer director de la Fundación “Euro-Mediterránea Anna Lindh
para el Diálogo entre Culturas”: “Entre las ambigüedades del término «diálogo
entre culturas», se encuentra el aspecto antropomórfico. Es evidente que las
culturas no dialogan entre sí, sino que los hombres deciden dialogar con otros
hombres que pertenecen a otras culturas. En último extremo, podríamos decir que
las estructuras fundamentales de una cultura son más o menos permeables a
elementos que provienen de otras culturas. En realidad, son los individuos y los
grupos sociales quienes deciden dialogar, o no, adaptando su actitud a la
identidad cultural que se han otorgado. La identidad cultural es un elemento social
ineludible; permite que el individuo pueda identificarse dentro de un grupo con el
que se siente solidario. Pero al mismo tiempo que este individuo se reconoce
como miembro del grupo, percibe su alteridad con respecto a otros miembros de
otros grupos”.3

La realización de este diálogo entre culturas, que considere ese aspecto


antropomórfico y que reflexione de la misma forma sobre los elementos
interculturales y los intraculturales, pasa necesariamente por la labor y las
actividades de artistas y creadores: “Parece fundamental la idea de que en el
marco del diálogo entre Europa y sus vecinos mediterráneos debe tenerse en
cuenta el papel y liderazgo de los intelectuales, creadores plásticos, cineastas y
escritores”. 4

La creatividad, el obrar artístico, nace a menudo por una necesidad de búsqueda


introspectiva, íntima, reflexiva. Una excavación interna/interior que en algunas
ocasiones (el arte no-visible supera lo visible) se traduce en una expresión, una
manifestación, externa/exterior. Ese camino de exploración pasa por las
profundidades del yo (intracultural) y se completa con el descubrimiento
del Otro (intercultural). Un camino a doble sentido, retroactivo e interactivo, que
abraza todas las fases del conocimiento.

La relación, el encuentro y el diálogo con el Otro comportan, como definen


filósofos, antropólogos y pensadores, la base para conocer a nosotros mismos:
“En su filosofía del drama Tischner escribió el siguiente pasaje: «Ya en el origen
de la conciencia del yo está la presencia del tú, o tal vez incluso del nosotros.
Sólo en el diálogo, en la discusión y la contraposición, así como en la aspiración a
crear una nueva comunidad, surge la conciencia de mi yo como ser autónomo,
diferente al otro. Sé que existo porque se que existe este otro». No es sino la
necesidad de elevar esa experiencia, esa vivencia, a un principio generalizador lo
que hace surgir la filosofía del diálogo”. 5

Las herramientas válidas para emprender este camino son múltiples. El viaje, por
ejemplo, se propone como un ejercicio necesario para llegar al conocimiento:
“Heródoto sabe que para conocer a los Otros hay que ponerse en camino, ir a
buscarlos, llegar hasta ellos, salir a su encuentro; por eso no para de viajar (…)
anhela conocer a los Otros porque comprende que el hombre lo necesita para
6
conocerse a sí mismo”.

El arte y la creatividad lo son por sus funciones, entre otras, de investigación y


comunicación.

Las constantes tensiones generadas por las dinámicas de la vida contemporánea


y por la rápida aparición/agresión de lo que comúnmente llamamos globalización,
hacen necesario el retorno de un arte participativo.
La puesta en común de experiencias distintas, el desarrollo de plataformas de
encuentro, de debate y de intercambio, un contacto mayor entre arte y sociedad,
son necesidades cada vez más sentidas tanto por parte de los artistas como de la
sociedad.

Un ejemplo a destacar podría seguramente ser lo de AS_TIDE (Art for Social


Transformation and Intercultural Dialogue in Europe), 7 un proyecto realizado a
través de la colaboración entre cinco centros de arte de cinco países
distintos, 8 cuyos objetivos principales son implementar el arte y la creatividad
como herramientas de cambio y de transformación social.

La difícil tarea del camino al conocimiento, intercultural e intracultural, halla en el


arte, en su heterogeneidad y libertad, mucha inspiración. De lo reflexivo y
contemplativo a lo interactivo y participativo. La creatividad impulsa diálogo y el
diálogo pensamiento.

En todo caso es importante fortalecer el medio comunicativo que tiene la creación


artística contemporánea; implementar su utilización en el proceso de diálogo entre
las culturas y valorar su difusión también a través de las nuevas tecnologías,
gracias sobre todo a la evolución de Internet como medio de intercambio de
informaciones.

1 Bilbeny, Norbert. “La possibilitat d’un diàleg entre cultures”, en: Bilbeny, Norbert
(ed), Per una ètica intercultural. Reflexions interdisciplinàries. Editorial
Mediterrània. Barcelona, 2002. Pág. 36

2 Guenón, René. Conócete a ti mismo. Traducido del Cap. VI de la 1ª parte


de Mélanges, París, Gallimard, 1976. En
línea: http://www.servisur.com/cultural/tradicional/rguenon/conocete.htm

3 Guerrato, Lucio. “Un balance crítico del «diálogo entre culturas». ¿Demasiada
acciones, pero todavía ninguna estrategia?”. En: Quaderns de la Mediterrània N.
10 – El diálogo intercultural entre Europa y el Mediterráneo. IEMed – Icaria
Editorial. Barcelona, 2008. Pág. 316

4 Roque, Maria-Àngels. “Los retos del diálogo intercultural”. En: Quaderns de la


Mediterrània N. 10 – El diálogo intercultural entre Europa y el
Mediterráneo. IEMed – Icaria Editorial. Barcelona, 2008. Pág. 262

5 Kapuscinski, Ryszard. Encuentro con el Otro. Editorial Anagrama. Barcelona,


2007. Pág. 77-78.

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