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La Cultura Romana, sucesora de la Cultura Griega en la Historia Universal, se

desarrolló en la península Itálica. Esta península se encuentra al sur de Europa,


penetrando en forma de bota el Mar mediterráneo.
Sus límites en la antigüedad fueron: por el norte con los Alpes; por el sur con el
Mar Jónico y el Mar mediterráneo; por el este con el Mar Adriático y por el oeste
con el Mar Tirreno.

Fue el resultado de un importante intercambio entre civilizaciones diferentes:


la cultura griega y las culturas desarrolladas en Oriente (Mesopotamia y Egipto),
que contribuyeron a formar la cultura y el arte de los romanos. Uno de los factores
que más contribuyó a la universalización de la cultura romana, que de pronto fue
la de todo el imperio, fue el uso del latín como lengua común de todos los
pueblos sometidos por la Roma.
La historia de Roma es la historia de la ciudad como entidad urbana y la historia
de los estados e instituciones de los cuales ha sido capital o sede a lo largo del
tiempo. Se puede dividir en prehistoria, Roma Antigua, Roma Medieval, Roma
Moderna y Contemporánea; o bien en Roma Antigua, Roma Pontificia y Roma
italiano contemporánea.
El período más fecundo de la historia de Roma en términos políticos,
económicos, sociales y culturales fue su desarrollo en la Antigüedad. Fue
la cabeza de un gran estado imperial y sede de una nación establecida en tres
continentes. En su momento de mayor desarrollo el imperio creado por Roma
alcanzó los 3,5 millones de kilómetros cuadrados y unos 70 millones de
habitantes, entre ciudadanos y no ciudadanos. Roma fue, y sigue siéndolo, una
de las ciudades más importantes de la historia. Se le ha llamado la «Ciudad
Eterna». Roma, junto a Grecia, ha sido la madre cultural de las modernas
nacionalidades occidentales.

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Con casi 3000 años de historia, la ciudad es un buen ejemplo del desarrollo
cíclico que puede tener una entidad urbana: un desarrollo geográfico y
demográfico hasta el límite de lo posible (Roma Antigua), el estancamiento y el
declive hasta casi desaparecer (Edad Media), y un nuevo desarrollo
(Edades Moderna y Contemporánea). Pocas ciudades han tenido tal evolución y
jugado a la vez un rol tan importante en la Historia universal, ya sea como crisol
de civilizaciones o sede de importantes movimientos artísticos y de instituciones,
tanto civiles como religiosas. La persistencia de esta ciudad y de su población,
en medio de tantos avatares históricos, constituye un hecho destacado.

ARQUITECTURA ROMANA:

El mundo griego fue fundamental para el desarrollo del arte romano junto a las
aportaciones de la cultura etrusca. Sin embargo, también tuvo una indiscutible
personalidad, manifestada principalmente en la arquitectura.

Posteriormente el arte romano repercutió enormemente en las culturas


occidentales, siendo la base cultural de Occidente hasta nuestros días.

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CARACTERÍSTICAS DE LA ARQUITECTURA ROMANA:

 Es una arquitectura caracterizada por la monumentalidad, no sólo por el


espacio que ocupa sino también por su significado. Esto viene dado
también por la idea de la inmortalidad del Imperio.
 Es una arquitectura utilitaria, práctica, funcional. Por esto y también por la
propia estructura del Estado, aparecen nuevas construcciones, con un
gran desarrollo de la arquitectura civil y militar: basílicas, termas, etc.
 Es una arquitectura dinámica., como consecuencia del empleo de algunos
elementos constructivos como el arco y la bóveda.
 Los materiales utilizados son muy variados: piedra cortada en sillares
regulares y dispuesta a soga y tizón, hormigón, ladrillo, mampuesto,
madera... Cuando el material era pobre se solía revestir con estucado,
placas de mármol o con ornamentación de mosaicos o pintura.
 ÓRDENES DE LA ARQUITECTURA ROMANA: Se usa el orden toscano
y también el jónico, el corintio y el dórico. Aunque lo más significativo fue
el uso del elegante orden compuesto. También fue muy frecuente la
superposición de órdenes en edificios muy altos. Normalmente en el piso
bajo se empleaba el orden toscano, en el medio el jónico y en el superior
el corintio. Los capiteles, en general, presentan motivos con mayor
libertad que en Grecia y hay algunos con figuración.

ORDEN COMPUESTO
El orden compuesto es un orden clásico mixto que
no pertenece al grupo de los órdenes
arquitectónicos griegos (dórico, jónico y corintio),
sino que, con el toscano, es una de las aportaciones
romanas a los órdenes clásicos.

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La arquitectura romana adoptó con frecuencia la superposición de un orden
arquitectónico a otro diferente en un mismo edificio, quedando el más sencillo y
robusto debajo del más elegante y delicado, según es de notar en el
grandioso Coliseo romano.

El Coliseo (en latín: Amphitheatrum Flavium Romae) es un anfiteatro de la


época del Imperio romano, construido en el siglo I d. C. y ubicado en el centro
de la ciudad de Roma. Originalmente era denominado Anfiteatro
Flavio (Amphitheatrum Flavium), en honor a la dinastía flavia de emperadores
que lo construyó, y pasó a llamarse Colosseum por una gran estatua que había
cerca, el Coloso de Nerón.

La fachada se articula en cuatro órdenes, cuyas alturas no se corresponden con


los pisos interiores. Respecto a los aspectos estéticos, vemos la combinación de
arco y dintel y la superposición de órdenes toscano, jónico y corintio. El último
piso tiene un estilo indefinido que fue catalogado en el siglo
XVI como compuesto. Era corriente superponer estilos diferentes en pisos
sucesivos, pero no era habitual hacer edificios con cuatro órdenes superpuestos.
Las comunicaciones entre cada piso se realizaban a través de escaleras y
galerías concéntricas.

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Principales diferencias entre la Arquitectura Romana y la griega

Las principales diferencias entre la arquitectura romana y la arquitectura griega


son:

 La romana es una arquitectura más ornamentada.


 Hay novedad de los temas decorativos.
 Mayor perfección de los monumentos.
 Los edificios tienen un gran utilitarismo.
 La arquitectura es fundamentalmente civil y militar, frente a la arquitectura
básicamente religiosa de Grecia.
 Se trata de una arquitectura más dinámica frente a la griega, más estática.
 El arco, la bóveda y la cúpula son más utilizados frente al dintel de Grecia.

Pese a estas diferencias, existen muchas semejanzas con el arte griego ya que
Roma asimiló numerosos elementos artísticos y arquitectónicos de los países
que incorporaba a su imperio. También fue frecuente emplear artistas nacidos y
formados en otros territorios, siendo los principales originarios de Grecia.

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Los Templos Romanos

El templo romano se conformó en base


a la tradición de dos mundos: el etrusco
y el griego. Estaban atendidos por
sacerdotes adscritos que
administraban el templo y todo lo
concerniente a los ritos con sus dioses.

En el Imperio Romano existió una gran


relación entre el mundo religioso y el
político, de manera que el Sumo
Pontífice será el propio emperador.

Otras figuras destacadas en el templo


fueron las vestales, figuras femeninas
dedicadas a los templos,
especialmente a aquellos que estaban
dedicados a diosas femeninas.

El templo romano se levanta sobre un podio y para acceder a la cella existía una
escalinata en la parte delantera. En los templos se utilizaban especialmente los
órdenes compuesto y corintio. Los frontones solían ser lisos con inscripciones en
la parte delantera del entablamento.

Progresivamente se fue imponiendo la bóveda para la cubrición interior de la


cella. También hubo templos circulares, generalmente dedicados a Vesta. En
etapas tardías se construyeron templos de estructura más complicada, como
templos dobles, de planta poligonal, etc.

TIPOS DE TEMPLOS SEGÚN SUS COLUMNAS

 Próstilo

Es un tipo de templo de la Antigua Grecia. Es un


término arquitectónico que define columnas libres,
espaciadas ampliamente en una fila. Designa
también al edificio que sólo tiene columnas en
su fachada anterior.

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 Pseudoperiptero

Un edificio pseudoperíptero tiene columnas en


el pórtico delantero, pero cuyas columnas de los
lados están encastradas o adosadas en las
fachadas laterales del edificio. Los romanos
preferían estos edificios con un pórtico en la parte
delantera, con columnas encastradas a lo largo de
los lados y muros en traseros en la cella(es la
cámara interior de un templo).

 Dístilo

Edificio que tiene dos columnas o pilastras en una o


más fachadas.

 Tetrástilo

Edificio que tiene dos columnas o


pilastras en una o más fachadas.

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Templo Maison Carrge

Se encuentra en Nimes,
(Francia). Se encuentra
muy bien conservado. Es ya
de época imperial,
probablemente de tiempos
de Augusto. Es un templo
próstilo, hexástilo y
pseudoperíptero. Tiene una
única cella. El orden
utilizado es el corintio. En la
parte frontal una inscripción
hoy desaparecida indica
que el edificio estaba
dedicado a Cayo y Lucio César, hijos de Marco Vipsanio Agripa y nietos del
emperador Augusto

Templo de Venus y Roma

También de época imperial, se encuentra en los Foros Imperiales de Roma. Se


trata de un templo doble. Las dos cellas están afrontadas con una exedra
(construcción descubierta, de planta circular, con asientos y respaldos fijos en la
parte interior de la curva), lo que serían las cabeceras. En las exedras es donde
se situaría la estatua de las diosas. Son templos próstilos y están apoyados
sobre una krepis (elemento de transición entre el suelo natural y el edificio), ya
que tienen gradas alrededor de todo el templo. Todo el conjunto está rodeado
por un patio porticado con columnas.

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El Panteón

No fue lugar de enterramiento, sino


un templo dedicado a todos los
dioses. Fue realizado en el 27 a.C.
por Agripa. Sufrió un incendio en el
80 d.C. y en el 125-128 lo
reconstruyó Adriano, pero
manteniendo la inscripción de
Agripa. Ha llegado a nosotros
gracias a que un emperador
bizantino le cedió el templo al Papa
y se le dedica a Santa María de
Todos los Mártires. Actualmente
también están enterrados dos reyes
italianos y Rafael.

Tiene una planta centralizada que se corresponde con el alzado. Está realizado
en hormigón y ladrillo y está recubierto al interior por placas de mármol y al
exterior con estucado (pasta de grano fino compuesta de cal apagada) y pintura.
El hormigón se utilizó para los arcos de descarga que son los que permiten
sostener la gran cúpula que cubre toda la cella.

Al interior el muro se aligera con hornacinas (Hueco practicado en una pared en


el cual se coloca una estatua, una imagen o un adorno), alternas rectangulares
y semicirculares, en las que se coloca la estatua de un dios, entre cada una de
ellas se sitúan dos columnas que soportan un entablamento que sólo se rompe
en la puerta de entrada y en la hornacina central. Sobre este entablamento se
situaba la cúpula, de 43 m. de diámetro y de altura. Estaba recubierta por
casetones cuadrados que se van haciendo trapezoidales según se sube en altura
para dar una mayor sensación de profundidad. En el centro tiene un óculo abierto
de unos 9 m. de diámetro que está bordeado de bronce.

El Ara Pacis de Augusto

Fue realizado en el 13 a.C.


para conmemorar la paz tras
la guerra de las Galias y de
Hispania. Es muy
importante no sólo por su
arquitectura, sino
especialmente por su
escultura. Se realizó para
que todos los años las
vestales hicieran una
conmemoración de esta
paz. Se encontró

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fragmentado y se reconstruyó tal y como se pensaba que era. Ahora se
encuentra junto al mausoleo de Augusto, en Roma.
El altar está cercado por una construcción ligeramente rectangular de unos 10 u
11 metros. Todo ello está realizado en mármol. No hay techo. Tiene una puerta
principal en la parte delantera y otra secundaria en la parte de atrás. El muro está
decorado con relieves narrativos e historiados, tanto en la parte interior como en
la exterior. El altar está situado sobre unos escalones y también hay en él
decoración en relieve en relación al sacrificio que se realizaba.
En el exterior hay dos frisos: en la parte baja hay decoración floral con roleos
entre los que hay minúsculos animalillos. En la parte superior donde aparece una
magnífica procesión, en la que se encuentra Augusto con su familia, cortesanos,
etc., con una gran riqueza en actitudes, posiciones y vestimentas. Hay hombres,
mujeres y niños en distintos planos, que dan profundidad y crean un excelente
espacio. Una cenefa clásica separa los frisos.

Las Tumbas

En líneas generales, las tumbas romanas derivan de las etruscas, aunque con el
tiempo fueron adquiriendo una mayor libertad y complejidad. Todas las tumbas
se encontraban fuera de la ciudad. El rito funerario podía ser por inhumación o
por incineración.

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Hubo tumbas colectivas, llamadas columbarios, que podían estar en una roca o
en construcciones con nichos donde se colocaban las urnas.

Los mausoleos son enterramientos que suelen ser circulares, grandes y,


generalmente, cubiertos por un túmulo donde se va a colocar vegetación,
estatuas, etc.

También hubo enterramientos con otras formas: de templo, de torre, de


monumento, etc.

Mausoleo de Augusto

Es del siglo I d.C. y hoy apenas quedan restos. Estaba formado por un anillo
circular coronado por un túmulo de tierra con cipreses y coronado por una
escultura del emperador. En su interior había tres cámaras: una para el cuerpo
de Augusto, otra para el de su esposa, Livia, y otro para su familia. Ya en la Edad
Media fue reutilizado como fortaleza y en el siglo XIX como circo y teatro. Es
posible que sobre el túmulo hubiese un templete circular coronado por una
estatua.

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Enterramiento de Cayo Sexto

Es de época republicana. Tiene la estructura de una pirámide. Se encuentra en


Roma. Demuestra la influencia de Egipto en Roma, especialmente en un
momento en el que se estaba conquistando este país. Está realizado en piedra
cortada en sillares y tiene una estructura muy simple, con sólo una cámara.

Torre de los Escisiones

Se encuentra en Tarragona. Está relacionada con la familia Cornelio, hacia el s.


I a.C. Parece una torre de carácter militar pero se trata de un enterramiento. Está
realizada con sillares de piedra. Tiene tres cuerpos y probablemente le falta el
remate, que seguramente fuera piramidal. En uno de los lados hay dos figuras
masculinas de carácter protector.

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El desarrollo del urbanismo en Roma fue un
proceso ininterrumpido. Todos los
emperadores de Roma, en especial del siglo
I se preocupaban mucho por urbanizar la
ciudad, y con mayor ímpetu Claudio y
Augusto. La llamada Pax Augusta traída por
el triunfo de Augusto en el plano económico
llevó a la posibilidad de un desarrollo mayor
en la reconstrucción del imperio.

INFLUENCIADOS POR LOS ETRUSCOS


Los romanos aprendieron el urbanismo de los etruscos que gobernaron Roma
en el s. VI a.C., convirtiéndola en una gran urbe, con alcantarillado, puentes,
edificios públicos y murallas.
Sin embargo, el modelo de plano geométrico que adoptaron los romanos
procede de los griegos. Cuando los persas destruyeron Mileto los griegos
encargaron su reconstrucción al arquitecto Hipodamo que la planificó siguiendo
una estructura reticular. El éxito de este modelo fue inmediato, los griegos lo
aplicaron en sus nuevas fundaciones o ampliaciones urbanas (puerto del Pireo).
Posteriormente, los romanos lo descubrieron, a través de los etruscos, y lo
emplearon tanto en sus campamentos militares como en las ciudades que
fundaron. En España por ejemplo Emérita Augusta, en África Timgad, Palmira
en Asia.

EMPLAZAMIENTO DE UNA CIUDAD ROMANA

La ciudad, de vital importancia para la civilización romana, tenía como centro


neurálgico el foro, claramente inspirado en el ágora griega, que reunía la
actividad política, económica, administrativa, social y religiosa (integrada, a
diferencia de la griega, en el contexto urbano), donde se construían los edificios
más fastuosos y relevantes. No existe ciudad romana, por insignificante que sea,
que no tenga su foro. Las ciudades importantes tenían también teatros,
anfiteatros y odeones; y las mayores podían albergar circos y estadios.

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INCIDENTE EN EL VALLE DEL PO
El trigo y la uva que cultivaban las pequeñas aglomeraciones humanas que se
extendían a lo largo del valle del Po se enviaban a Roma para su consumo. Pero
en el año 26 A.C. una gigantesca riada destruyó no sólo todos los poblados que
se alineaban a lo largo de las orillas del Po, sino también un puente que era
imprescindible para las comunicaciones entre el Norte y el resto de Italia.
Cuando el Emperador Augusto recibió la noticia, mandó que le trasladaran
inmediatamente a las zonas siniestras 45 ingenieros militares, entre urbanistas,
arquitectos e ingenieros de caminos, a fin de que procedieran a la construcción
inmediata de un nuevo puente, de una nueva carretera y de una nueva ciudad
que sustituyera a todos los poblados que habían sido destruidos.

¿QUE FACTORES DIRECCIONABAN UN EMPLAZAMIENTO?


Lo primero que hicieron los proyectistas fue elegir el punto sobre el que debía
edificarse la ciudad; para ello buscaron una zona llana con una ligera inclinación
a fin de que quedara asegurado un correcto drenaje de las aguas. La zona,
además, se encontraba situada a suficiente altura respecto al nivel del río para
evitar posibles inundaciones.
Los urbanistas decidían el
espacio necesario para las
casas, las tiendas, las plazas y
los templos, para ello,
estudiaban el volumen de agua
que se iba a necesitar, el
número y la anchura de las
calles, de las aceras y de las
alcantarillas: mediante este
sistema de planificación
intentaban satisfacer las
necesidades de todos los
habitantes, fueran ricos o
pobres.
Los ingenieros trabajaron
durante todo el invierno sacando
relieves, dibujando y calculando,
hasta que en la primavera del año 25 a.C. el plano general estaba ya acabado.
Toda la superficie había sido calculada para albergar un máximo de 50000
personas.
Los romanos utilizaron el diseño de las ciudades griegas que estaba basado en
el plano hipodámico, aunque concebido de forma más rígida al estar muy
influidos por la configuración de los campamentos militares (de origen etrusco).

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Igual que los griegos, los urbanistas romanos tomaron como unidad para
estructurar las calles la insulae, manzana de casas (viviendas colectivas de
varios pisos, organizadas en torno a un pequeño patio central, como nuestros
bloques de pisos o apartamentos, vaya). Este tipo de plano tiene la ventaja de
que su parcelamiento es más fácil por la regularidad de la forma de sus
manzanas
Inmediatamente después de su llegada, los soldados, auxiliados por los esclavos
que les acompañaban, se aprestaron a alzar un campo militar, el castrum, que
reproducía a escala reducida la planta de la ciudad y que se construía con arreglo
a un método idéntico.
Este trazado urbano tenía tres finalidades: podría ser el desarrollo de poblados
indígenas, como Numancia, que luego fueron ampliados o magnificados; tal vez
erigirse como ciudades helenísticas romanizadas que habían continuado la
tradición hipodámica; o podían ser en último caso, ciudades de nueva
implantación, como las que provenían de antiguos campamentos militares como
León y Timgad.
Sea como fuere, estas tres finalidades pueden estar relacionadas, y la fórmula
ortogonal se remonta a un pasado mucho más antiguo: la encontramos en el
Medio Imperio egipcio (hacia el 2000 antes de nuestra era). Las necrópolis del
Antiguo Imperio que rodean las grandes pirámides (hacia el 2600 a. C.) indican
ya, que la ciudad de los vivos también se podía organizar según un trazado
perpendicular.

HIPPODAMOS DE MILETO
Con su organización perpendicular, este trazado es a la vez heredero del
urbanismo «hipodamiano» -del griego Hippodamos de Mileto que, en el siglo V
antes de nuestra era, reconstruyó su ciudad, trazó el plan del Pireo, y pasa por
ser el creador de la ciudad lineal-, y de la ciudad Etrusca. Estas dos influencias
se conjugan posiblemente en la disposición adoptada por los campamentos

¿COMO INICIABAN LA CONSTRUCCION?


Para la creación de un nuevo trazado urbano en la ciudad de Roma, El fundador
trazaba un “surco primordial” o templum, que le permitía conocer la voluntad de
los dioses: se trataba de la inauguración. El surco era trazado con un arado tirado
por una vaca y un toro blanco; donde cortaban el cielo y la tierra en líneas
perpendiculares; pero es evidente que sólo se trataba de un ideal, realizable en
la medida en que el terreno se prestaba a ello y cuando se creaba una ciudad de
nueva planta. Tenía cuidado de levantar la reja en el emplazamiento que estaba
previsto para las puertas. La franja de terreno que se encontraba al lado del surco
era el pomoerium, recinto sagrado y ficticio.
El segundo acto era la orientatio: el fundador, siempre asistido por un augur (un
intérprete de la voluntad de los dioses) y por un agrimensor (era el encargado de

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dividir y repartir las tierras), determinaba el decumanus maximus y el lugar en
donde sería cortado perpendicularmente por el cardo maximus: este cruce era el
centro de la ciudad donde se situará el foro.
Los agrimensores cuadriculaban la ciudad trazando decumani y cardines
secundarios, paralelos al decumanus maximus (que iba de Este a Oeste, “vía
sagrada”) y al cardo maximus (de Norte a Sur, constituido por el Argileto y la calle
de los etruscos), dividiendo así la ciudad en islotes y preveían las calles
principales.
Después se hacía la limitatio (línea de fortificaciones que bordeaban la frontera
exterior de una provincia). Luego, lo que hicieron fue excavar una trinchera de
protección de forma rectangular y levantar en torno a ella por la parte interior una
empalizada. Se proyectó una elevada muralla que debía rodear toda la cuidad,
con cuatro puertas fortificadas con torreones que se abrían en cada uno de los
extremos de las dos calles principales de la ciudad. A lo largo del interior de las
murallas se dejaban una franja de terreno de 9 metros de anchura, que constituía
el confín sagrado de la ciudad y que se encontraba bajo la protección de los
dioses.
Finalmente el último momento era el de la consecratio, acto religioso que
consistía en sacrificios y oraciones. Toda la superficie quedó dividida por las
calles dispuestas paralela y equidistantemente unas de otras, formado por
manzanas de 70 metros de lado cada una. Cuando el terreno era accidentado,
preexistía un pueblo y había crecido irregularmente o estaba situado sobre las
pendientes de una colina, los romanos se contentaban con adaptar más o menos
bien sus técnicas a las condiciones locales.
Una vez realizado todo lo anterior, se fijaban los emplazamientos donde se
elevarían los diferentes monumentos necesarios para la vida de la ciudad: se
escogía una altura sobre la cual se construiría el templo de tres capillas
consagrado a Júpiter, Juno y Minerva; si no existía una altura se construía una
elevación. Los emplazamientos de los monumentos se determinaban tomando
como referencia el foro (plaza en donde se celebraban reuniones políticas y
juicios además de ser el punto en que cardo y decumanus se cruzan).
Ademas se ordenó que ninguna edificación privada tuviera una altura superior a
dos veces la anchura de la calle, a fin de que ni las casas ni la propia calle se
viera privadas de la luz del sol. Los propietarios de los edificios que se alineaban
a lo largo de las calles principales estaban además obligados a construir una
marquesina sobre la acera que protegiera del sol y la lluvia a los viandantes.
No obstante, aun cuando ya habían sido fijadas anteriormente las normas a la
que debía atenerse la construcción privada, se dejó bastante libertad a los
habitantes a la hora de elegir la forma y la distribución de sus casas según las
posibilidades económicas de cada uno.
Gracias a estos sistemas racionales de urbanización, que dejan su huella en la
geografía, Roma “humaniza” el entorno y afirma su obra, que pretende inspirar
seguridad y favorecer el desarrollo humano. La ciudad de crecimiento anárquico

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pasó por ser una maldición a los ojos de los censores republicanos. A partir de
ahora, la ciudad, gracias a su esmerada urbanización, será considerada como
una panacea, capaz de aportar bienestar y riqueza a los ciudadanos romanos.
Además de la herencia griega, la ciudad romana desarrolla su propia morfología.
Los romanos tratarán de hacer del entorno urbano un lugar digno para vivir, por
lo que son necesarios el alcantarillado, la traída de aguas (acueductos), las
fuentes, los puentes, las termas, los baños, el pavimento, el servicio de incendios
y de policía, los mercados y todo aquello que es necesario para que viva la gente
lejos del campo y con todos los refinamientos posibles para mejorar la salud
pública.
La técnica
Materiales y sistemas de construcción
Los romanos asimilaron los modelos etruscos, los estilos arquitectónicos de
Grecia y el arco, la bóveda, la cúpula y el uso del ladrillo cocido de los pueblos
de Oriente.
 Los patios y espacios abiertos con pórticos de columnas, arcadas y
fuentes.
 El suelo, en algunas villas además de pavimentarse se decora con
mosaicos de motivos geométricos, vegetales o humanos.

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Suministro de agua y evacuación de residuos

Los romanos tuvieron a lo largo de su historia una gran preocupación en mejorar


las condiciones de vida y seguridad de sus ciudadanos. Se empleó el material
más resistente la piedra, tallada en sillares (excepto en las termas que son de
ladrillo u opus caementicium)
La perfección de estas obras de ingeniería se manifiesta en que muchas de ellas
están hoy en día en pié, incluso algunas de ellas activas.
Generalmente, las ciudades romanas estaban bien provistas de
agua. Arquitectos e ingenieros mostraron sus capacidades en la construcción de
puentes, acueductos, sistema de alcantarillado y termas.

ACUEDUCTOS ROMANOS

Para traer el agua construyeron inmensas


conducciones que han sobrevivido hasta
hoy. Resulta admirable que tuvieran los
conocimientos de ingeniería hidráulica para
realizar sifones y adecuar la resistencia de
los materiales a cada tramo de la
conducción. Destacan los acueductos de
Segovia y de Mérida (España). Este último
sirvió de inspiración en el sistema de
arquerías superpuestas de dos colores de la
Mezquita de Córdoba.
Trasladaban el agua desde embalses
alejados varios kilómetros de las ciudades.
Salvaban las ondulaciones del terreno con
tuneles y con arcadas.

Los romanos construyeron numerosos acueductos para proporcionar agua a las


ciudades y lugares industriales en su imperio. Estos acueductos estaban entre
los mayores logros de ingeniería del mundo antiguo y establecieron un estándar
no igualado durante más de mil años tras la caída de Roma. Hoy en día muchas
ciudades mantienen y usan los antiguos acueductos aunque los canales abiertos
han sido, normalmente, reemplazados por tuberías.
Proporcionaban agua potable, numerosos baños y fuentes en la ciudad y,
finalmente, se vaciaban en serrerías, donde desempeñaban su última función, la
de remover los desperdicios. Los métodos para la construcción fueron bien
descritos por Vitruvio en su obra De Architectura, escrita en el siglo I a. C. Su

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libro fue de gran ayuda para Frontino, un general que fue nombrado, a finales
del siglo I, para administrar los muchos acueductos de Roma. Descubrió una
clara diferencia entre la toma de agua y la suministrada, que era causada por las
tuberías ilegales insertadas en los canales para distraer el agua; dio cuenta al
emperador Nerva, en su obra De aquae ductu Urbis Romae (que recoge a los
nueve acueductos existentes por aquel entonces) de finales del siglo I, de sus
esfuerzos para mejorar y regular el sistema.
PROCESO DE DISTRIBUCION
Un acueducto arrancaba en un sistema de captación del agua. El agua pasaba,
de forma controlada, a la conducción desde un depósito de cabecera (caput
aquae). La construcción de un acueducto exigía el estudio minucioso del terreno
que permitiría escoger el trazado más económico para permitir una pendiente
suave y sostenida, sin alargar demasiado el recorrido de la obra. Se usaban
canales abiertos (riui) siempre que resultaba posible y únicamente en contadas
ocasiones se recurría a la conducción bajo presión.
Luego, mediante unos tuneles escalonados se controlaba la velocidad con la que
bajaba el agua, además permitia utilizar óptimamente la pendiente. También
contaban con depósitos de decantación, los cuales retenían los materiales
sólidos.
Cuando se encontraba en el recorrido con depresiones geológicas, se podían
optar por dos alternativas, la construcción de puentes o sifones, que permitían
superar este obstáculo.
• Sifón.- El objetivo de estas construcciones era hacer descender el agua
aprovechando la depresión para que, luego esta pueda ascender.
• Puentes.- Eran construidos para atravesar de manera directa las
depresiones, manteniendo el ritmo de la pendiente establecida.
Finalmente se llegaba a una dársena de distribución, encargada de almacenar
el agua y distribuirla en la ciudad romana

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El canal se acomodaba al terreno por distintos procedimientos. Cuando era
posible, transcurría sobre el suelo apoyado en un muro (substructio) en el que
se practicaban alcantarillas para facilitar el tránsito normal de las aguas de
superficie. Si el terreno se elevaba, el canal quedaba enterrado (riuus
subterraneus) y formaba una galería subterránea (specus) excavada
directamente en la roca o construida dentro de una zanja. Cuando había que
vencer una fuerte depresión, se recurría a la construcción de complicados
sistemas de arcos (arcuationes) que sostenían el canal y lo mantenían al nivel
adecuado.
En todo caso, siempre que el agua se destinaba al consumo humano, el canal
estaba cubierto por bóvedas, falsas bóvedas, placas de piedra o tégulas.
Según Isabel Rodà, catedrática de Arqueología de la Universidad Autónoma de
Barcelona, se construyeron 507 kilómetros de acueductos, de los cuales 434 km
eran subterráneos, 15 km de superficie y solo 59 km, es decir, el 12 %, discurría
por arquerías.

EL CANAL DE SEGOVIA
 Traía el agua dese la sierra, a unos 18 kilómetros.
 La parte conservada tiene 728 metros de largo por 30 en la parte más
alta.
 Son dos arquerías superpuestas sobre pilares de base rectangular, con
44 arcos en la parte baja y 119 en el alta.
 Cinco tramos de arquería, cuyos vanos tienen una luz de 4,5 metros.
 El material es granito, en sillares y concreto en la parte superior para
canalizar el agua

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PUENTES ROMANOS

La construcción de puentes siempre ha sido un acontecimiento singular y de un


coste económico y técnico elevado incluso en época romana. Requiere la
presencia de personal especializado que generalmente estaba encuadrado en el
ejército, con mucho oficio y sometido a una precisa normativa oficial. Sus obras,
paradigmas de buena construcción, las ejecutaron de manera sólida y estable,
sin concesiones a la ligereza y con una clara intención de que sus obras durasen
toda la eternidad. El arquitecto del puente de Alcántara Caius Iulius Lacer así lo
dejo inscrito pues levantó la obra para que durase “por siempre en los siglos del
mundo”.

Un puente romano, a simple vista, se caracteriza por su carácter práctico, el


gusto por las cosas sencillas y bien ejecutadas, la rapidez y la economía. Y se
puede distinguir de uno de la Edad Media (es muy fácil confundirlos) por que en
el romano los arcos no son apuntados, los sillares están muy elaborados y
muchas veces almohadillados, la calzada mide más de 5m de ancho que
además es horizontal o ligeramente inclinada y los pilares son rectangulares.
Para los romanos un puente era en realidad la continuidad de un camino, era un
camino sobre el agua que se juntaba con los caminos de la tierra, para ellos era
una unidad y su objetivo era salvar un obstáculo.
Los puentes romanos fueron construidos con piedra en su mayoría, otras veces
con materiales menos duraderos y de estos apenas quedan restos.
Utilizaban estructuras arqueadas o abovedadas de forma semicircular y a veces
con directriz relajada. Fueron prácticamente los primeros en construir este tipo
de estructuras, así que no tenían muchos ejemplos sobre los que basarse.
Antes de realizar la obra había un planteamiento inicial. Primero había que
pensar en la ubicación, la cimentación, los materiales y el modelo de puente.
Tenía que ser una obra lo más económica y rápida posible así que se utilizaba
aquello que tenían más cerca de ellos, primero comprobando el buen firme de
las orillas donde iba a ir ubicada la construcción y luego la abundancia de
materiales que se iban a utilizar. Vitrubio aconsejaba que todas las edificaciones
cumplieran tres exigencias: firmitas, utilitas, venustas (solidez, utilidad y belleza).
Los elementos de un puente: cimientos, cuerpo de sustentación (estribas y pilas),
arcos o bóvedas, tímpanos y la plataforma.
- Los cimientos

Para construir los cimientos primero se


desviaba el curso de río lateralmente
durante el estiaje mediante presas
provisionales o bien se construían
recintos secos para así poder colocar
la sillería sobre la capa firme del
terreno.

21
- Las pilas y estribos

Se construían sobre los cimientos, estas son las


que soportan el peso del puente y transmiten las
cargas al terreno. Los estribos reciben el empuje
inclinado de la bóveda que está sobre él. Las pilas
reciben empujes equilibrados horizontales que se
contrarrestan entre sí, esto permitía disminuir el
espesor y por tanto utilizar menos materiales de
construcción.

- Las bóvedas o arcos


Los arcos más característicos eran los de medio punto
aunque con el cambio de era también se empelaron
rebajados. Estaban construidos con dovelas de tamaño
uniforme y estaban dispuestas a soga y tizón.

- La plataforma
Construida sobre los arcos y era la
continuación de la calzada, es decir, sobre ella
se iba a circular.

22
EL PUENTE DE ALCÁNTARA
Posiblemente estemos ante el puente romano más relevante de los que quedan
en el mundo. De hecho, su nombre, Alcántara (Al Qantarat), quiere decir "el
puente" en árabe, suficiente para comprender la importancia de esta obra. Fue
construido entre los años 105 y 106 por el arquitecto romano Cayo Iulio
Lacer en la Vía que comunicaba Norba -actual Cáceres- con Conimbriga - hoy
Condeixa-a-Velha-, por lo que no es un acceso a ninguna ciudad.

Está compuesto por seis arcos que salvan una distancia de 214 m. sobre el río
Tajo y que se apoyan en cinco pilares y dos estribos en sus extremos.

Sus proporciones son impresionantes, de 48 m. de altura máxima en sus dos


arcos centrales. La luz de estos arcos es de 27,34 para el 3º y 28,60 m para el
4º, y son los que permiten el paso habitual del agua. El anterior y el siguiente -el
2º y 5º- miden 22,5 m. y por fin, los dos extremos, el 1º, 28,6 m. y el 6º- 14m.
Estas medidas no son producto del capricho, sino de la necesidad de salvar un
profundo cauce con crecidas de caudal importantes. Los arcos tienen dos filas
de dovelas, la superior más pequeña.

Los pilares rectangulares miden aproximadamente


12,20 m. por 8,3 m. y tienen tajamares triangulares
adosados de 8,3 m. de base y 7 m. cada uno de sus
otros lados, formando así una forma pentagonal.
Descansan directamente sobre la roca de pizarra, que
fue alisada para soportar los sillares a la perfección.

La calzada tiene una anchura de 8 m., 6,70 metros


para el ándito y 1,30 metros a los dos pretiles.

23
En su centro, y sobre la calzada, tiene un Arco de Triunfo de un vano que ha
sido modificado en sucesivas ocasiones. Mide 13,15 m. de altura, con una planta
rectangular de 11,5 m. por 2,60 m. y descansa sobre el pilar central de la
construcción. En él se observan dos placas de mármol, una por lado, donde
aparece la inscripción con la fecha de su construcción y la dedicación al
emperador Trajano.
En otras placas que flanquean el arco en su lado norte posiblemente aparecerían
los municipios que contribuyeron a su construcción. Actualmente en su lugar
aparecen otras inscripciones que referencian otras actuaciones. Una en época
de Carlos V que consistió en la colocación de un Águila bicéfala

24
Ha sido varias veces cortado en las guerras uno de los arcos y reconstruido
luego, debido a su situación fronteriza. Por primera vez en 1213, fue
parcialmente destruido por los musulmanes. En 1475, en las luchas
de Castilla y Portugal, cuando pensaban derruirlo para evitar que Alfonso V lo
cruzara, se salvó por la gallardía del rey portugués que mandó decir a su
enemigo, el duque de Villahermosa, que él daría un rodeo, pues «no quería el
reino de Castilla con aquel edificio menos».
En septiembre de 1969, para construir el embalse de Alcántara, cuya presa se
encuentra 600 metros aguas arriba del puente y cuya capacidad es de 3137
hectómetros cúbicos, se desvió el caudal del río a través de unos túneles y el
lecho del río cauce abajo quedó completamente seco en varios kilómetros. Se
observó entonces que una de las pilas estaba descalzándose, y se procedió a
su reparación. El puente romano quedó por primera vez en su historia sin río.
El puente romano de Alcántara es una obra de ingeniería única en el mundo por
sus dimensiones, estado de conservación y su uso continuado durante casi 2000
años. Sin embargo, desde la restauración realizada en tiempos de Isabel II, hace
más de 150 años, no se ha realizado ninguna obra importante de conservación,
salvo la ya mencionada de 1969, y existen algunas partes que necesitan urgente
atención. Los romanos expresaron claramente su mentalidad en la realización
de obras públicas.
Existen en la actualidad muchas asociaciones que solicitan una intervención
urgente, así como su declaración como Patrimonio de la Humanidad.3 Fue
declarado Monumento Nacional el 13 de agosto de 1924.

EL PUENTE DE SEGURA
Piedras Albas es una localidad cacereña
situada en el Oeste de la provincia. En su
término, a unos 8 kilómetros siguiendo la
carretera Ex-207, se alza el denominado
Puente del Segura o Puente Internacional,
puente tendido para superar el rio Erjas,
sobre el que en la actualidad se ubica la
frontera entre España y Portugal. El puente
del Segura fue realizado por el imperio
romano, entre los siglo I y II d. C., de su obra
original conserva el primer arco de cada
extremo y los pilares. Se realizó la obra mediante sillares de granito labrados y
presenta un almohadillado en éstos a modo de decoración semejante a otros
puentes romanos coetáneos en Extremadura, como pueden ser los de Alcántara,
Alconétar y Mérida. El puente tiene cinco arcos con cinco bóvedas de luces
comprendidas entre 10,50 y 7,50 m., dos de ellas, las únicas que son originales
y situadas en ambos extremos, de medio punto perfecto, y ligeramente
peraltadas las tres restantes, el arco central está elevado en altura.

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La rasante del puente es horizontal en la actualidad. Las pilas de sillería
almohadillada, con huellas de grapas en forma de cola de milano para unir los
bloques, tienen un ancho casi constante de 2,85 - 3,00 m., cimentadas todas
ellas en el afloramiento rocoso del lecho del río. Los pilares poseen tajamares de
planta triangular, característicos de los puentes romanos, coronados por
sombreretes piramidales de época moderna. Su remate se produce a 1,20 m.
por encima de los arranques de las bóvedas romanas. Dentro de la evolución de
esta obra arquitectónica, tal y como ahora se encuentra, nay que destacar que
se aprecian tres momentos cronológicos clarísimamente definidos, no sólo por
técnica, sino también por forma y hasta por material; La construcción original es
la romana pero posteriormente, en época medieval, y probablemente debido a
su destrucción, se procedió a su reconstrucción, obra que se aprecia en los tres
arcos centrales, que apoyan sobre los pilares romanos. Las diferencias están
marcadas por la pátina, que es ligeramente más clara, y por las marcas de los
canteros que se pueden apreciar en Puente Romano del Segura Departamento
de Griego del ies Vegas Bajas Ángel Luis Gallego Real la labra de los sillares.
Los arcos ya no son de medio punto perfectos, son peraltados, siendo el central
más alto, lo que propiciaría una rasante a dos vertientes, quizás para evitar una
sobrecarga en el centro, logrando así una mayor sección de desagüe. Por último,
en época moderna, se realizó una tercera remodelación que se aprecia en la
parte superior del puente, marcada por el cambio de material a pizarra, los
sombreretes piramidales que coronan los tajamares y la adecuación de la
rasante superior, otra vez en horizontal, adaptándose para el tráfico rodado
actual.

CALZADAS ROMANAS

Los ingenieros romanos aportaron mejoras significativas en la construcción de


carreteras, principalmente por dos razones: una, que se creía que la
comunicación era esencial para conservar un imperio en expansión, y la otra,
porque se creía que una carretera bien construidas duraría mucho tiempo con
un mínimo de mantenimiento.
El crecimiento sostenido del sistema romano de caminos siguió un esquema
lógico. Las vías principales se construyeron por y para el ejército, por lo que
muchas iban más allá del dominio romano, hasta territorios hostiles cruzando las
fronteras. Al mismo tiempo, la construcción de nuevos caminos y el reemplazo
de los antiguos senderos mejoraron las comunicaciones dentro del Imperio tanto
para el ejército como para el gobierno, el comercio y la población en general
La calzada romana era la red viaria o de caminos utilizados por el Imperio
Romano para la vertebración de su territorio.

26
El Imperio Romano se preocupó de construir una extensa red de carreteras, la
mayoría de las cuales siguieron en uso durante el siguiente milenio, o más.; esta
red de transportes abarcaba un enorme recorrido desde el Océano Atlántico al
Mar Rojo, pasando por las Islas Británicas o el Mar Negro.
Moverse por ellas no era sencillo, ni barato. Se construyeron originalmente para
el transporte de soldados y contribuyeron al auge del comercio y al esplendor del
Imperio. Esta gran red viaria fue utilizada por el ejército ya que les permitía una
ágil y rápida movilidad, también era la red comercial por donde discurrían las
mercancías por todo el Imperio. Gracias a las calzadas, las tropas podían
trasladarse de un extremo al otro del imperio con una velocidad insólita para la
época. La red de caminos del Imperio llegó a tener nada menos que
cuatrocientos mil kilómetros de longitud en el siglo III de nuestra era.
Las calzadas eran sólidas construcciones que unían las principales ciudades y
puestos más avanzados del Imperio.
Las calzadas romanas más importantes, las pavimentadas, eran construidas y
mantenidas por el Estado, con la colaboración de las ciudades y propietarios de
los terrenos que atravesaban. Son las llamadas Viae Publicae, las vías
públicas. Podían tener anchuras de hasta 12 metros. La gestión de las calzadas
estaba dirigida por el curator viarum, un funcionario del Estado encargado que
la ejecución de la obra se llevara a cabo según el proyecto y también de la
conservación y reparación de la misma. Estas vías recibían también el nombre
de Vías Pretorianas, Consulares o Militares. Una de las Vías Públicas más
conocidas es la Vía Apia que unía Roma con Brindisi.

Las Viae Vicinale, o vías vecinales, que no se pavimentaban y se limitaban a un


prensado de la tierra.
Las Viae Privatae, o vías privadas, que eran vías de carácter exclusivamente
privado que unían las principales propiedades o villae, con las vías públicas o
vecinales. Estas calzadas estaban financiadas en su totalidad por el propietario
quien era el único que tenía derecho a su uso y disfrute.

Las calzadas tienen un sistema de construcción que fue descrito por Vitrubio en
su obra De arquitectura: se abría una fosa que se rellenaba de piedras y
cascotes; luego se aplanaban. El espesor de esta fosa dependía de la calidad
del suelo base. Luego ese lecho se cubría con una capa morterada de cal y
guijarros; y sobre ella se ponía una capa de argamasa más fina que podía ser
de grava o de cal, y por último se colocaban bloques de piedra tallada. El borde
se indicaba con una cinta de piedras...

27
Técnicas de construcción:
Lo primero que se tenía que determinar era el trazado de la ruta, estando
asignado este trabajo los mensores romanos, personas que tenía la función
que actualmente desempeña los topógrafos. Estos mensores se valían de
diversos instrumentos, entre ellos la groma, que les permitían el replanteo de
las calzadas y su alineamiento ya que se procuraba que el trazado fuera lo más
recto posible.
Una vez tomadas todas las medidas, los mensores señalaban la ruta por medio
de hitos y se comenzaba la construcción de la mismas preparando el trazado
con la tala de aquellos árboles que entorpecieran el camino.
La elección del material para construir las calzadas dependía en los elementos
disponibles localmente.
Pequeñas colinas fueron cortadas, y la tierra mojada cubierta por calzadas o
terraplenes de madera.
Los caminos fueron construidos para mantenerlos por mucho tiempo en buen
estado. Se cavaban fosas de tres metros de profundidad y veinte y tres pies de
ancho y se llenaron con balasto (o piedra cortada en trozos medianos) en primer
lugar. Cubrían con una segunda capa de grava grande y arena y piedras grandes
para la fundación.

28
Construían marcadores de millas a lo largo de las vias o calzadas para saber
cuanto se había recorrido.

Los laterales estaban llenas de bloques y piedras talladas a mano. Las piedras
eran a menudo de forma pentagonal (cinco lados) y bien ubicadas una pegada
a la otra para construir la capa superior de la carretera. Los caminos se
construían en pendiente desde el centro para que el agua de lluvia se escurra en
las zanjas a los lados de las carreteras.
Las calzadas romanas que han quedado casi intactas en la actualidad son:
calzada de Wheeldale Moor, al norte de York, Inglaterra
las calzadas de Pompeya

El proceso de construcción de una vía romana era el siguiente:


- Deforestación del área donde estaba proyectada la calzada.
- Explanación: allanamiento del firme o del terreno.
- Delimitación del firme: Se delimitaba la anchura de la calzada mediante la
construcción de los bordillos y que recorrían toda la longitud de la calzada.
- Cimentación: En el espacio comprendido entre los bordillos, lo que será la
calzada propiamente dicha, se extendía piedra en bruto, denominada Herisson,
creándose una capa sólida y resistente para poder soportar el peso que por ella
iba a discurrir (tropas militares, carros de mercancías…). Esta capa de piedras
en bruto evitaba que la calzada sufriera daños o grietas que tuvieran que estar
reparándose con frecuencia.

29
- Capas intermedias: Sobre la capa de cimentación se extendían un relleno de
arena o grava, en una o varias capas que iban disminuyendo su grosor según se
ascendía hasta la más superficial. Después de cada relleno se procedía al
apisonado de cada una de las capas de relleno de arena o grava.
- Capa de rodadura: Era el revestimiento final de la superficie de la calzada
preferiblemente utilizando cantos rodados apisonados mezclados con arenas,
para forma la capa de rodadura. Se utilizaban también materiales de grano fino
como zahorras (áridos no triturados) o jabre (arena natural de granito). Este tipo
de rodadura permitía una suave circulación lo que suponía un ahorro al evitar
perjuicios o daños en las ruedas de carros de mercancías o en los herrajes de
los caballos y carros de combate utilizados por el ejército. En las ciudades o vías
importantes, las calzadas se adoquinaban o se disponían piedras talladas de
forma irregular.

Al igual que en la actualidad, las calzadas estaban marcadas por hitos,


denominados Piedras Miliares que delimitaban las distancias entre hitos. Se
ubicaban en los bordes de las calzadas de las vías públicas y vecinales con el
fin de que los viajeros y transeúntes pudieran ubicarse en el punto donde se
encontraban y supieran “el kilómetro” donde se hallaban para determinar la
distancia y el tiempo que les quedaba por recorrer. Se denominaban Piedras
Miliares porque solían colocarse cada milla, aunque esto no era exactamente
así, ya que en realidad lo que marcaban era la distancia hasta el siguiente hito y
no siempre coincidían cada milla.
Las calzadas romana serán un lugar peligroso. Cualquier viajero que no fuera
bien pertrechado o formando parte de una caravana grande era la víctima
perfecta de las bandas de salteadores y maleantes. De noche, no se viajaba casi
bajo ningún concepto, por lo que a lo largo del camino había pequeños
albergues, a veces con establos, para poder descansar del largo camino. En
torno a las calzadas se levantó una serie de alojamientos para dar cobijo y
comida al viajero, estos alojamientos estaban divididos en diferentes categorías
según la importancia del mismo.
Mutatio, eran paradas que servían para
descansar y prestar servicio a los
animales empleados como transporte.
En ellas se cambiaban los caballos para
tomar otros de refresco mientras se
aprovechaba también para reparar los
vehículos o carros dañados durante el
viaje. También el viajero podía encontrar
medicinas y veterinarios para sus
animales.

30
Caupona, eran como postas donde el viajero podía descansar, dormir, comer y
esparcirse para relajarse después del agotamiento del viaje. Estos alojamientos
estaban destinados a personas de pocos recursos económicos, aunque había
cauponas de lujo (como las de la antigua Grecia), pero eran los menos. La
caupona estaba regentada por el Caupo.
Mansio, las mansio, nombre que deriva del latín manere, significa “lugar donde
pasar la noche durante un viaje", eran paradas obligatorias para personas de
grandes recursos económicos que hacían sus viajes a las principales ciudades
del Imperio, por tanto, estaban ubicadas en las vías públicas. Eran mantenidas
por el Estado romano. Con el tiempo, estas mansio también alojaron a todo tipo
de viajeros.
Las mansió disponían de espacios para recepción, baños termales,
habitaciones, comedor, la cocina con su horno y su fragua, así como el granero
y los establos.
Tabernas, ubicadas en las calzadas eran alojamientos de algo más calidad que
las Cauponas, y servían como alojamiento a los viajeros que tenían mayores
recursos económicos.
Además de peligroso, viajar en la antigua Roma era también caro. Sólo viajaba
quien tenía buenos motivos para hacerlo, ya fueran económicos o, más a
menudo, militares. Un viaje largo por tierra en carruaje podía llegar a costar del
orden de un denario por kilómetro, equivalente a un sueldo de un día de trabajo.
En torno a las calzadas romanas estaba el servicio postal del Imperio romano,
denominado Cursus Publicus y por todo el trayecto de la calzada había
capillas, templos denominados fanum.
Otro de los grandes avances surgidos en torno a las calzadas romanas fue la
publicación de itinerarios que servían para tener un control de las rutas del
Imperio.
La importancia de cada ciudad dependía del nivel de accesibilidad, o sea el
grado de centralidad dentro de la red respecto al resto de ciudades.
Los condicionantes que confluían en la construcción de una determinada
infraestructura de transportes era:
- Localización de las poblaciones.
- El tamaño de las poblaciones.
- La geografía y topografía de la región a atravesar.
- Productos transportados.
- Consideración política y cultural.

31
La ingeniería romana ha sido admirada durante generaciones a lo largo de los
siglos. Algunas de sus invenciones son, en realidad mejoras basadas en ideas o
inventos más antiguos.
La tecnología para llevar agua corriente en las ciudades fue desarrollada en la
zona oriente, pero los romanos la transformaron de una manera inconcebible
para Grecia.
En la arquitectura romana tuvo influencias de griegos y etruscos.
Aunque las vías eran comunes, los romanos mejoraron su diseño y
perfeccionaron su construcción de manera que duraron muchos siglos y algunos
tramos aún se encuentran al día de hoy en perfecto estado.
La arqueología submarina y los antiguos manuscritos de la antigüedad
clásica muestran evidencias de extensas flotas comerciales romanas. Los restos
más importantes de este comercio es la infraestructura como puertos,
rompeolas, almacenes y faros conservados
en Civitavecchia, Ostia, Portus, Leptis Magna, Caesarea Palestina y otros
enclaves portuarios. En la propia Roma el monte Testaccio es un tributo a la
magnitud de este comercio en el Mare nostrum. Como con la mayoría de
la tecnología romana, los buques marítimos romanos no mostraron mejora
importante alguna sobre las naves griegas de los siglos anteriores, aunque el
recubrimiento de plomo de los cascos como protección parece haber sido más
frecuente. Los romanos usaron barcos de vela de casco redondo. La continua
protección «policíaca» del Mediterráneo durante varios siglos fue uno de los
factores principales del éxito del comercio romano, dado que las calzadas
romanas fueron construidas más para los pies o los cascos de los caballos que
para las ruedas, y no podían soportar el transporte comercial de bienes a largas
distancias. Las naves romanas usadas habrían sido presa fácil para los piratas
de no ser por las flotas de galeras liburnasy trirremes de la armada romana.
Las materias primas, como el grano y los materiales de construcción se
negociaban solamente por las rutas marítimas, puesto que el coste del transporte
por mar era 60 veces menos que por tierra. Los alimentos y productos básicos
como cereales para hacer pan y los rollos de papiro para la fabricación de libros
fueron importados del Egipto ptolemaico a Italia de forma continua.

32
PUERTOS

Para el Imperio romano, cuyo


crecimiento y expansión se dio,
fundamentalmente, alrededor
del Mediterráneo, el mar era una vía de
comunicación fundamental. Esto hacía
de los puertos puntos clave para su
crecimiento económico, siendo el nexo
de unión entre las vías de
comunicación terrestres y marítimas.

FUENTE:

La única referencia clásica


escrita, sobre la construcción
de puertos en la antigua Roma
nos la da "Los diez libros de
arquitectura" de Vitruvio, que
documenta parcialmente los
métodos constructivos
empleados en las obras de
nueva planta y en las de
remodelación de los puertos
romanos.

El tratado escrito por Vitruvio, es el único que ha llegado a nosotros y habla sobre
la construcción de puertos. El capítulo 13 del libro V lo dedica a la construcción
en el mar y en los capítulos 4º y 7º del libro I hay alguna referencia sobre puertos.
El resto de las reseñas son de geógrafos como Estrabón, Mela, o Plinio el Viejo;
o de historiadores como Herodoto, Polibio, Quinto C. Rufo, Flavio Josefo, o Tito
Livio que dan pequeños datos sobre puertos y actividades en la costa que pasan
casi desapercibidos.

33
La ingeniería portuaria romana ponía a disposición de los ingenieros diferentes
formas constructivas para un mismo tipo de estructura de acuerdo con los
condicionantes de la obra, entre los que podemos destacar: las solicitaciones del
oleaje de los temporales dominantes en la zona, la calidad geotécnica de los
fondos, el tipo de materiales disponibles para llevar a realizar la construcción.

El concepto de puerto de entonces es el mismo que el de hoy. Los ingenieros


conocían la importancia de una buena comunicación terrestre entre el puerto, la
ciudad y su zona de influencia comercial. Distinguían claramente entre un simple
fondeadero y un puerto, natural o artificial, exigiendo al puerto una serie de
servicios básicos.

La disposición en planta de un puerto se configuraba con una playa en la que a


un lado de ella, o a ambos, se disponían el o los diques exteriores que
proporcionasen el suficiente espacio de aguas abrigadas a los barcos. Sabían
también que tipo de obras auxiliares; almacenes (horreas), pórticos, atarazanas,
y estradas, debía tener todo puerto, natural o artificial.

LAS ESTRUCTURAS UTILIZADAS FUERON

MAMPOSTERÍA. Con este material se hacían estructuras verticales empleando


diferentes métodos constructivos.

34
ESPOLONES. Estas estructuras, formadas por entramados de pilotes clavados
mediante maquinaria de hinca, constituían la infraestructura de todo tipo de obras
portuarias.
El espolón fue inventado por los fenicios en el siglo VIII a. C. Fue usado durante
la antigüedad y era una parte importante de las galeras fenicias, griegas y
romanas. En las naves romanas se denominaba rostrum e iba sólidamente fijado
a la roda a mayor o menor altura de la línea de flotación, aunque casi siempre a
la altura de ésta.
Sus formas eran la de una pirámide, de un cono, de un cuerno o de una lanza.
El material era de bronce o de hierro. Su empleo perduró a través de los siglos,
ya que las contiendas navales, debido a la escasa eficacia de las armas
arrojadizas, tenían por fase decisiva la lucha cuerpo a cuerpo, a la que se llegaba
mediante un abordaje previo. El abordaje era buscado por ambos enemigos y el
espolón jugaba un papel importantísimo. Al aumentar la potencia de la artillería
naval y al distribuirse los cañones en las portas de los costados, el combate
naval se redujo durante mucho tiempo (siglo XVII) a un duelo de artillería, en que
sólo accidentalmente podía caber el abordaje. En consecuencia el espolón
desapareció de aquellos navíos y fragatas que evolucionaron lentamente, dado
que los abordajes en buenas condiciones eran difíciles de lograr. Sin embargo,
el espolón no estaba definitivamente abandonado: el perfeccionamiento de
los motores a vapor marinos, el empleo de hélices como propulsores y, como
consecuencia las grandes velocidades que los buques adquirieron, hicieron
concebir grandes esperanzas de que el abordaje pudiera ser fácilmente
realizado, no para llegar a la lucha cuerpo a cuerpo en que el espolón era un
arma secundaria, quizá útil en la maniobra que necesariamente había que
realizar, sino como un arma aprovechable en un abordaje, al ser el «arma
motriz».

35
ESCOLLERAS. Realizando vertidos
de piedras de diferentes tamaños se
construían estructuras de escollera en
talud similares a los actuales.
En los diques verticales romanos, la
superestructura formada por bloques
alcanzaba una profundidad máxima
de 4 ó 5 metros, colocándose en
pequeñas profundidades, sobre una
cama de escollera o directamente
sobre el fondo.

Tanto para medianos como para grandes calados, terminada la superestructura,


era frecuente verter un escollerado en lado hacia el mar para disipar la energía
del oleaje de forma parecida a como lo hace una estructura de defensa de
escollera en talud.

ESPIGÓN
Un espigón, rompeolas o escollera es una estructura no lineal construida con
bloques de roca de dimensiones considerables, o con elementos prefabricados
de hormigón, (cubos, paralelepípedos, dolos y tetrápodos o quadrípodos), son
colocados dentro del agua, en ríos, arroyos o próximos a la costa marítima, con
la intención de aumentar el flujo en varias direcciones determinadas, reducir el
oleaje o evitar la decantación de arena.

36
Espigones en los puertos
Se ponen espigones en los puertos para la
preservación de los sargos y que no sean arrastrados.

DIQUE:
Un dique es una construcción para
evitar el paso del agua. Puede
ser natural o construido por el
hombre; de tierra, mampostería de
piedra, u hormigón; y
tanto paralelo como perpendicular al
curso de un río o al borde del mar.
Diques rompeolas
Son estructuras artificiales creadas
mediante superposición de capas de
elementos de diferentes granulometrías y materiales encaminada a reducir la
cantidad de energía proveniente del oleaje que entra en un lugar que se quiere
abrigar, por ejemplo un puerto. Contrariamente a los diques de contención, no
tienen una función de impedir la filtración del agua.
Existen diferentes tipologías de diques, también llamados espigones:

 En talud
 Vertical
 Flotante
 etc

37
OBRAS INTERIORES Y AUXILIARES

LOS PÓRTICOS. Formaban el recinto dónde se establecían las "horreas"


(tinglados, almacenes), las oficinas y otras dependencias
portuarias. Frecuentemente se construían alrededor de las zonas de carga y
descarga de mercancías.
Un pórtico es un espacio arquitectónico cubierto conformado por una galería
de columnas adosada a un edificio. Un pórtico es una «galería de arcos o
columnas alrededor de un patio o plaza, o delante de un edificio».

LAS ATARAZANAS. O arsenales, se construían en la zona más al interior del


puerto, frente a las estradas o varaderos, y su estilo no distaba mucho de las
construidas por los griegos.
En esencia constaban de arcadas o columnatas alineadas rematadas con
cimbras y techos de madera o de fábrica. En astilleros importantes los techados
se sustentaban sobre arcos o su peso se descargaba mediante bóvedas. En los
puertos de cierta importancia habría diques secos.
Un astillero o atarazana es el lugar donde se construyen y reparan buques.
Puede tratarse de yates, buques militares, barcos comerciales, y/o otro tipo de
barcos para transporte de mercancías o de pasajeros.
Los astilleros se
construyen cerca
del mar o de ríos
navegables, para
permitir el acceso
de las
embarcaciones.

38
LOS ALMACENES. Se construían en la ciudad y en el puerto, y servían de
depósito para las mercancías que esperaban su redistribución por la zona de
influencia comercial, o su estiba en los barcos.

Los almacenes dedicados a los productos básicos de alimentación y los militares,


tenían una importancia especial, normalmente estratégica, y su control lo
monopolizaba el estado.

LAS ESTRADAS. O varaderos, rampas de pequeña pendiente por las que se


elevaba el barco a tierra desde el mar, o se botaba hacia el agua desde tierra.

Se construían colocando dos vigas de madera, paralelas entre sí y dispuestas


transversalmente a la línea de costa sobre travesaños apoyados en la arena de
la playa, o revistiendo la pendiente con losas de piedra o de mortero hidráulico.

39
SISTEMAS DE AGUADA. El servicio de aguada era esencial en los puertos, en
algunos el agua potable se traía mediante acueductos y solían disponer de
depósito de regulación de caudal.

MAQUINARÍA. Para el izado de los barcos a tierra se disponía de la maquinaria


auxiliar del varadero, (grúas)

40
SEÑALIZACIÓN.

Desde muy antiguo se distinguía entre baliza portuaria y faro. La baliza indicaba
la situación de la bocana del puerto y se ubicaba a la derecha de la entrada en
la ruta de acceso a él, y solía constituir una seña de identidad que lo diferenciaba
de cualquier otro puerto. Al otro lado de la bocana se construía, si bien no
siempre, un monumento que daba carácter de identidad, no solo al puerto, sino
también a la ciudad, ejemplo de ello lo tenemos en el famoso Coloso de Rodas.

PUERTO DE OSTIA

Ostia Antica fue una ciudad antigua en la costa del mar Tirreno, en el
antiguo Latium, Italia, que funcionó como puerto de la antigua Roma y quizás su
primera colonia. Estaba ubicada en la boca del río Tíber. Según la leyenda, fue
fundada por Anco Marcio, uno de los reyes de Roma, en el siglo VII a. C. Los
hallazgos arqueológicos, en cambio, sugieren que su pasado remonta hasta
el siglo IV a. C. La mayoría de los edificios visibles más antiguos que se pueden
apreciar hoy día, datan del siglo III a. C., el llamado Castrum(campamento
militar) y el Capitolium de una fecha más tardía, el (templo del
dios Júpiter, Juno y Minerva).
Aunque Ostia quizás fue fundada con el único propósito de defensa militar, ya
que los ejércitos invasores podían entrar por la boca del Tíber y llegar a Roma
por él, con el tiempo, Ostia se convirtió en un puerto comercial y muchas de las
mercancías que Roma recibía de sus colonias y provincias pasaban por Ostia.

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FAROS ROMANOS

Hay muchas referencias a este tipo de faros con la existencia confirmada de más
de veinte. Las fuentes de información son variadas: monedas, grabados,
mosaicos, citas y los restos de los que aún existen. En ellos aparecen torres de
faros de diferentes formas, alimentados con fuegos de leña e incluso lámparas
de aceite.
Las estructuras de las torres no responden a un modelo específico, sino que
varían según un criterio de estabilidad en función a la zona de emplazamiento,
altura y dimensiones.
El sistema de iluminación más corriente era el fuego de leña o lámparas de aceite
de oliva, normalmente usadas en los países meridionales. Los principales
emplazamientos son: España, Italia, Francia, Inglaterra, Grecia y las costas de
Asia y el Norte de África.
De todos los faros romanos, el más famoso es el de la Torre de Hércules en La
Coruña que todavía sigue en funcionamiento. Se le atribuye una antigüedad de
casi dos mil años y ha sido protagonista de numerosas leyendas: galeses e
irlandeses conservan referencias a la luz del faro de Brigancia y los escoceses
hablan del robo de la piedra del faro por el Rey de Escocia. Alfonso X hablaba
en una de sus obras de la fundación de la ciudad y de la torre por Hércules y de
cómo tras la victoria sobre el gigante Gerión enterró su cabeza en los cimientos
de la torre. Además, mandó colocar un espejo de cobre en lo alto de la torre, en
el que se divisaba todo el horizonte con lo que ningún barco podía pasar sin ser
visto.
A medida que el comercio fue creciendo se hacía necesario aventurarse a
mayores distancias, por lo que las marcas ya existentes se hicieron insuficientes.
Para ello, se utilizaban hogueras en puntos de fácil localización nocturna, para
las cuales se construían estructuras, ganando así en elevación al mismo tiempo
que las preservaban de los temporales. Estas estructuras fueron mejoraron
conforme lo hacía la navegación. Más tarde se colocarían superficies reflectoras
para amplificar la luz, lo que permitiría que esta fuera localizable a mayor
distancia, disminuyendo así el riesgo de encallar para las embarcaciones. Esta
mejora llevó consigo la necesidad de que alguien cuidara del funcionamiento de
las instalaciones para asegurar que el navegante estuviera protegido, por lo que
la figura del farero–alimentador de fuegos siglos atrás, técnico de mantenimiento
de sistemas electrónicos más tarde, se nos ha quedado en nuestra retina–,
gracias al Romanticismo, como la de aquel hombre luchando contra la tormenta.
Hoy en día los avances tecnológicos han hecho innecesaria la presencia
permanente de los fareros, que antaño tenían su residencia en la misma
edificación.
Tal era la relevancia de estas señales marítimas, que a veces los marineros les
rendían culto edificando templos en su honor. Numerosas leyendas y
costumbres antiquísimas rememoran la existencia de estos fuegos: los griegos
se basan en su mitología y en la lucha de Hércules con Nexos, Homero los cita
en su Iliada y otras nos hablan de los faros de los árabes o de los celtas galaicos.

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TORRE DE HÉRCULES EN LA CORUÑA

La Torre de Hércules es una torre y faro situado sobre una colina en la


península de la ciudad de La Coruña,
en Galicia (España). Su altura total es de
57 metros, y data del siglo I. Tiene el privilegio de
ser el único faro romano y el más antiguo en
funcionamiento del mundo. Es el tercer faro en
altura de España, por detrás del Faro de
Chipiona (62 msnm) y del Faro de
Maspalomas (60 msnm). El 27 de
junio de 2009 fue declarado Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco.
Hay varias leyendas relacionadas con la
construcción de la torre de Hércules. Una de ellas
cuenta que Hércules llegó en barca a las costas
que rodean actualmente la Torre, y que fue
precisamente allí el lugar donde enterró la cabeza
del gigante Gerión, después de vencerle en combate.

EL COLOSO DE RODAS

El Coloso de Rodas fue una gigantesca estatua que representaba al dios griego
del sol Helios, erigida en la isla de Rodas –Grecia– en el siglo III a.C. por el
escultor Cares de Lindos. Con esta obra llegaron a ser cinco las maravillas del
mundo –de las siete que se conocen– que se encontraban en la faz de la tierra
al mismo tiempo.
Los rodios tomaron la decisión de fundir esta estatua de su dios protector,
después de su victoria sobre el rey macedonio Demetrio Poliorcetes en el siglo
IV a.c. Hay varias hipótesis sobre su situación: una de ellas en el centro de la
ciudad de Rodas y otra en la escollera, que parece la más acertada por ser una
situación estratégica.
Todo lo que se conoce sobre El Coloso es debido a manuscritos dejados por los
escritores antiguos y a las crónicas bizantinas, por lo que no se sabe
exactamente si fue utilizado como faro. La leyenda se justifica porque junto a él
tenían que pasar los barcos que entraban al puerto y además era visible en todo
el horizonte. El Coloso –figura de bronce desnuda– posaba con las piernas
abiertas a la entrada del puerto de Rodas, alzando en su brazo derecho una
copa, donde se colocaba la hoguera, a la que se accedía por medio de unas
escaleras en su interior. Esta monumental obra hecha con placas de bronce
sobre un armazón de hierro, tenía un tamaño de unos 32 metros de altura y un
peso de unas 70 toneladas. Uno de los mayores problemas para su construcción
fue lograr la estabilidad con un centro de gravedad lo más bajo posible.
Cares de Lindos, quién se suicidó por agotar el presupuesto a la mitad de la obra

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–suplantándole Lachus–, comenzó con los primeros bocetos en 291 a.c., que
terminaría doce años más tarde. Se mantuvo en su lugar solamente 56 años, ya
que en el 223 a.c., un terremoto asoló Rodas derribando El Coloso al mar.

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