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“Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA

FACULTAD DE INGENIERIA DE MINAS

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERIA DE MINAS

DEPARTAMENTO DE INGENIERIA DE MINAS

EL SISTEMA Q DE BARTON PARA LA SELECCIÓN DEL


SOSTENIMIENTO EN LA EXCAVACIÓN DE TÚNELES

 CURSO: TUNELES Y MOVIMIENTOS DE TIERRAS


 CICLO: VIII
 CICLO ACADEMICO: 2018 - 0
 ALUMNO: VELEZ REA MARTIN
 DOCENTE: DR. ING. BADAJOZ LOAYZA RAUL
 FECHA: LUNES 19 DE MARZO DEL 2018

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“Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional”

INDICE

1. INTRODUCCIÓN…………………………………………..……Pág. 03

2. EL SISTEMA Q DE BARTON DE CLASIFICACIÓN

DE LOS MACIZOS ROCOSOS………….……………………Pág. 04

3. EL CÁLCULO DEL ÍNDICE Q DE BARTON EN LA

PRACTICA………………………………………………………Pág. 11

4. EL FACTOR SRF EN ROCAS DURAS…...…………………Pág. 16

5. INFLUENCIA DEL METODO DE EXCAVACIÓN……......…Pág. 20

6. RECOMENDACIONES DE SOSTENIMIENTO

SEGÚN EL SISTEMA Q ACTUALIZADO……………………Pág. 21

7. APLICACIÓN DEL SISTEMA Q EN PROYECTOS

DE EXCAVACIÓN DE TÚNELES MEDIANTE TBM……..…Pág. 29

8. CONCLUSIONES……………………….……………….………Pág. 33

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1. INTRODUCCIÓN
Desde tiempos remotos, en el sector de la excavación de túneles se
fundamenta en la experiencia acumulada durante años tanto por empresas,
como por los encargados de prestar asesoramiento técnico a las empresas
en procesos de investigación, diseño y preparación de ofertas para distintas
obras subterráneas.

La utilización del hormigón proyectado con fibras de acero aplicado por vía
húmeda, así como la clasificación geomecánica cuantitativa de los macizos
son dos características comunes a todos los proyectos de obras
subterráneas, constituyendo los pilares básicos de lo que se ha dado en
llamar como Método Q de Barton de Excavación de Túneles.

La clasificación cuantitativa del macizo rocoso se basa en el denominado


Sistema Q, que es un sistema de clasificación de las rocas basado en el
índice Q, desarrollado por Barton en 1974, a partir de un conjunto de datos
procedentes de distintos casos reales, en los que se contrastó la calidad de
las rocas existentes y los sostenimientos aplicados en las distintas obras.
El índice Q se popularizó rápidamente, llegando en la actualidad a constituir
una referencia esencial, junto con el índice RMR de Bieniawski, en el diseño
de toda obra subterránea.

En 1994, 20 años después de su creación, se realiza la última actualización


del Sistema Q, basada en las correlaciones empíricas entre el espesor de
hormigón proyectado, el espaciamiento entre bulones y la calidad del
macizo rocoso de un total de 1.050 nuevos casos registrados, procedentes
en su mayoría de los principales túneles de carreteras construidos durante
los últimos diez años.

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2. EL SISTEMA Q DE BARTON DE CLASIFICACIÓN DE LOS


MACIZOS ROCOSOS

Después de un extenso período de ensayos y tanteos ejecutados en el año


1973, se consideraron finalmente un total de seis parámetros y un conjunto
de categorías dentro del Sistema Q. De acuerdo con este sistema de
clasificación, la calidad del macizo rocoso puede definirse mediante la
expresión:

El rango de valores numéricos que puede tomar el índice Q de calidad de


la roca oscila entre 0,001 (excepcionalmente mala) y 1.000
(excepcionalmente buena). Los seis parámetros pueden estimarse a partir
de la cartografía geológica de la zona y de la descripción de los testigos
procedentes de los sondeos de investigación, pudiendo verificarse, o bien
corregirse, posteriormente, durante la excavación. Los seis parámetros
vienen definidos en la Tabla 1.

El amplio rango de valores que puede tomar el índice Q (seis órdenes de


magnitud) constituye una característica muy importante del Sistema Q y
refleja la variación en la calidad de la roca de manera probablemente más
rápida que mediante la escala lineal del índice RMR. Debido a esta
característica, se logra de manera más fácil la correlación con el resto de
parámetros físicos de la roca.

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La calidad del macizo rocoso, Q, se correlaciona con el sostenimiento


instalado, de forma que los resultados obtenidos con esta correlación se
resumen en tablas detalladas, Tabla 2, o simplificadas, tal y como se
muestra en la Fig. 7.

TABLA 2. Tablas de valores de los seis parámetros característicos


del sistema Q (Barton, Grimstad; Actualización 1994).

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TABLA 2. CONTINUACIÓN

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3. EL CÁLCULO DEL ÍNDICE Q DE BARTON EN LA PRACTICA

Una manera adecuada de registrar los parámetros que definen el índice Q


cuando se realiza la toma de datos a pie de obra, por ejemplo, en un túnel,
o cuando se evalúa el índice Q a partir del análisis de testigos de sondeos,
es la que se muestra en la Fig. 3.

Este gráfico de datos contiene los valores de los parámetros básicos


descritos en la Tabla 2. Cuanto más a la derecha aparezcan los
histogramas mejor será la calidad de la roca que representan, mientras que
cuanto más a la izquierda se sitúan, peores son las condiciones. Este
gráfico es muy práctico para resumir los datos obtenidos in situ. Las
funciones de distribución estadísticas aparecen con bastante rapidez y
confirman la elección particular del método de sostenimiento a aplicar en la
excavación, es decir, el sistema basado en el Nuevo Método Austríaco de
Túneles (NMAT), el sistema empleado en el Método Noruego de Túneles
(MNT), u otro tipo de alternativas.

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Figura 3. Gráfico de registro de datos que refleja los resultados


estadísticos de los parámetros del índice Q.

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La forma recomendada de aplicar el Sistema Q dentro del Método Noruego


de Túneles (MNT) consiste en diseñar el sostenimiento en función del
avance (design-as-you-drive), lo cual requiere un registro geológico-
ingenieril sobre las condiciones de excavación antes de aplicar el hormigón
proyectado. En este caso, es conveniente utilizar un registro gráfico como
el que se muestra en la Fig. 4. Se puede observar que las recomendaciones
de sostenimiento permanente proporcionadas en la parte izquierda de la
figura se componen de S(mr)+B. Estos datos son anteriores a 1980. El
hormigón proyectado reforzado con fibras, S(fr), no fue comercializado en
Noruega hasta 1978. Los dos túneles mostrados pertenecen a una galería
de alimentación del Proyecto Hidroeléctrico de Ulla-Førre (izquierda), de 10
m × 16,7 m de sección, y al túnel submarino de desagüe de Bjerkås
(derecha), de 4 m de anchura.

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4. EL FACTOR SRF EN ROCAS DURAS

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6. RECOMENDACIONES DE SOSTENIMIENTO SEGÚN EL


SISTEMA Q ACTUALIZADO

El modelo inicial de recomendaciones de sostenimiento a partir del Sistema


Q, que data de 1974, estaba dispuesto en forma de tablas, y el
sostenimiento era seleccionado de entre 38 categorías de sostenimientos
posibles, después de representar el índice Q y la anchura equivalente del
túnel en un diagrama cartesiano Anchura-Índice Q. Las pequeñas
variaciones en el sostenimiento que aparecían dentro de una categoría
dada eran función de los factores condicionantes RQD/Jn (tamaño relativo
de los bloques) y J (fuerzas de rozamiento entre bloques). Estos factores
también merecen ser estudiados cuando se utilizan los gráficos de diseño
del Sistema Q actualizado, Fig. 6

Figura 6. Actualización de 1986 del gráfico de diseño del Sistema Q


para túneles y cavernas, basado en los principios de sostenimiento
permanente del MNT (Grimstad et al., 1986).

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La Fig. 6 es una introducción muy adecuada al Sistema Q de diseño del


sostenimiento, proporcionando la distribución aproximada de los métodos
de sostenimiento final en función de la anchura equivalente del túnel y la
calidad de la roca. El parámetro ESR (que modifica el valor de la anchura
real de la excavación) constituye un método para la modificación o
integración del nivel de seguridad requerido en la obra, de forma que
cuando se exija un mayor nivel de seguridad, se tomará un menor valor del
factor ESR, esto es, se sobredimensionará el sostenimiento recomendado
originalmente. Una galería de alimentación de una central hidroeléctrica
lejana puede admitir caídas ocasionales de piedras (se utilizará por tanto
un factor ESR. 1,6 - 2,0), así como en el caso de galerías y pozos mineros
de carácter temporal (se utiliza un factor ESR. 2 - 5). Por otra parte, en
excavaciones más importantes como puedan ser túneles ferroviarios o de
carreteras principales, o el caso de las propias centrales hidroeléctricas, se
requerirán garantías absolutas para evitar la caída de piedras (se utiliza un
factor ESR. 0,9 - 1,1).

Ocasionalmente, se pueden utilizar valores aún más bajos para este factor,
por ejemplo, ESR = 0,8 en el caso de pabellones deportivos públicos, o
ESR = 0,5 en el caso de túneles submarinos para tuberías de gas, que
aporta un porcentaje significativo o del P.I.B. de Noruega. Los valores
inferiores a ESR = 1,0 pueden considerarse como muy conservadores y
provocan un significativo, y a menudo innecesario, aumento de los costes.

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El gráfico de la Fig. 7 constituye la actualización más reciente del Sistema


Q, y muestra las recomendaciones de sostenimiento final, tras realizar la
síntesis de más de 1.050 registros de nuevos casos procedentes de los
principales túneles de carretera excavados últimamente en Noruega. Cabe
resaltar la especificación precisa del espesor de hormigón proyectado, el
espaciamiento entre bulones y la longitud de los mismos, que se basa en
abundantes datos procedentes de distintos casos registrados y la
experiencia ingenieril adquirida.

6.1. Espaciamiento entre bulones

Se observará que el espaciamiento entre bulones es entre un 20 % y un 40


% mayor cuando se utiliza el hormigón proyectado que cuando se utilizan
exclusivamente los bulones para roca. El efecto arco del hormigón
proyectado, particularmente cuando está reforzado con fibras, es obvio.

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Figura 7. Actualización de 1993 del gráfico de diseño del Sistema Q


para túneles y cavernas, basado en los principios de sostenimiento
permanente del MNT (Grimstad y Barton, 1993).

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Figura 8. Arcos armados reforzados con hormigón proyectado (RRS).

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6.4. Revestimiento de hormigón encofrado

En rocas excepcionalmente malas (condiciones de fluencia o


hinchamiento) y en excavaciones amplias será necesario utilizar múltiples
galerías temporales, paraguas, preinyecciones y medidas de drenaje, y
complementar el sostenimiento temporal RRS (o su equivalente) con un
revestimiento de hormigón en masa a sección completa (Cast Concrete
Arches, CCA), encofrándolo mediante planchas de acero. Dependiendo de
la cantidad de sobreexcavación que ha tenido lugar previamente a la
colocación del sostenimiento temporal formado por B+S(fr), el espesor del
CCA varía por término medio desde 30 cm hasta 1 m o más en zonas muy
localizadas. Una contrabóveda rígida, preferiblemente con forma convexa,
será esencial en este tipo de terrenos propensos a la fluencia o al
hinchamiento. La vigilancia y control del sostenimiento temporal B+S(fr) ó
RRS antes de la colocación del encofrado del revestimiento final es
esencial.

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6.5. Sostenimiento de los hastiales

Aunque el gráfico del Sistema Q se desarrolló específicamente para el


sostenimiento de la bóveda (y a partir de registros de estas características),
también puede utilizarse como orientación para el sostenimiento temporal
aplicable y el sostenimiento de los hastiales, tal y como puede comprobarse
en la Tabla 5.

TABLA 5. Métodos para la selección del sostenimiento temporal


aproximado y el sostenimiento de los hastiales en cavernas
utilizando los valores registrados del índice Q (Barton et al., 1977).

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7. APLICACIÓN DEL SISTEMA Q EN PROYECTOS DE


EXCAVACIÓN DE TÚNELES MEDIANTE TBM

En los túneles excavados con TBM, la sobreexcavación se produce


cuando, por ejemplo, Jn es demasiado elevado (con multitud de familias de
diaclasas) o cuando la relación J es demasiado baja (con un grado de
rozamiento muy pequeño), o cuando la presión creada por la presencia de
agua actúa conjuntamente con estos factores. Esto es lo que ocurría
normalmente en el Túnel del Canal de La Mancha, excavado sobre margas
cretáceas, en ciertos tramos de los primeros kilómetros excavados desde
el extremo británico. Por supuesto, si se puede controlar la
sobreexcavación (mediante la instalación de pernos por medio de
bulonadoras de cola, inmediatamente detrás de las TBM, o mediante anillos
prefabricados de hormigón dispuestos en el interior del back-up del escudo)
entonces, un delgado revestimiento circular, ya sea de hormigón
proyectado o bien de elementos prefabricados de hormigón, puede ser
capaz de soportar grandes presiones.

Los recientes desarrollos de los topos abiertos o TBM para rocas duras,
con instalaciones para el bulonado y la proyección de hormigón situadas
en dos o más emplazamientos por detrás de la cabeza de corte, hacen que
el uso de los métodos de clasificación de rocas y la perforación de sondeos
de reconocimiento sean extremadamente reveladores a la hora de
optimizar el sostenimiento del túnel. En algunos de los túneles más
profundos situados bajo los Alpes, que fueron excavados con TBM, no se
pueden realizar las funciones de sostenimiento mediante la colocación de
elementos prefabricados de hormigón debido a la falta de uniformidad y a
la innecesaria alta concentración de presiones que ejercen los citados
elementos en la roca circundante al túnel. Las rocas con solicitaciones muy
grandes pueden exigir una redistribución de las cargas a mayor distancia
del perfil del túnel mediante el control de la deformación y un exhaustivo
bulonado de la roca.

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En estos casos, la realización de sondeos de reconocimiento y la


colocación de sondas de velocidad sísmica, tal y como ilustra la Fig. 15,
pueden resultar un método alternativo para predecir las calidades de la roca
( y, por supuesto, problemas relacionados con la presencia de agua) 100
m o más por delante de las máquinas de excavación (es decir, se perforarán
estos barrenos durante el turno de mantenimiento). La medición de la
distribución de las velocidades sísmicas después de las debidas
correcciones a realizar a causa de los efectos de profundidad/tensiones
pueden ayudar a realizar una división en clases a través del valor del índice
Q, como se muestra en la Fig. 13.

El método propuesto de aplicación del diseño del sistema de excavación


basándose en los principios del MNT y la relación V - Q, se ilustra en la Fig.
16. En varias excavaciones de grandes dimensiones, se dispone de
máquinas para rocas duras con estaciones para el bulonado y la aplicación
de hormigón proyectado. En el ejemplo mostrado, se ha supuesto una roca
de Clase 4 (es decir, Q = 0,1 - 0,4). La recomendación de q sostenimiento
según el MNT modificado para excavación mediante TBM es S(fr) = 120

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mm y bulonado B = 1,5 m c/c (representando c/c el espaciamiento entre


bulones) para rocas pertenecientes a la Clase 4. Esto se ha obtenido
tomando los menores valores del rango de recomendaciones generales de
sostenimiento para la Clase 4, consistente en S(fr) (120 - 150 mm) y B (1,3
- 1,5 m c/c) , en un rango se diámetros del túnel que oscila entre 0,1 - 0,4
m hasta 10 m. Se ha tomado el sostenimiento más ligero teniendo en
cuenta las características fundamentalmente positivas que ofrece el perfil
circular obtenido mediante la excavación de túneles con TBM.

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Figura 16. Estimación del sostenimiento en el diseño de la


excavación mediante TBM para rocas duras, basada en los ensayos
de Vp, la estimación de Q, el sostenimiento del MNT y el control de la
convergencia producida.

El sostenimiento final recomendado se aplica en etapas adecuadas


teniendo en consideración el número de barrenos que pueden perforarse
durante cada recorrido de la TBM y la prioridad de aplicar hormigón
proyectado, si es posible, por detrás de la cabeza perforadora, es decir, en
la estación B. El control de la convergencia está indicado para confirmar la
clase de roca, o para sugerir posibles correcciones hacia las clases de roca
adyacentes, con la consiguiente aplicación de mayor (o menor)
sostenimiento en la siguiente estación de B+S(fr), que correspondería a la
estación C.

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8. CONCLUSIONES

1. El sistema Q original de recomendaciones para el sostenimiento de


túneles, con 20 años de utilización, estaba basado mayoritariamente en el
hormigón proyectado reforzado con mallazo y bulonado como
sostenimiento final. La reciente actualización del gráfico de sostenimiento,
basada en el registro de 1.050 nuevos casos procedentes de los principales
túneles de carretera excavados, está basada en el principio de
sostenimiento del Método Noruego de Túneles (MNT) donde el
sostenimiento final consiste en hormigón proyectado con refuerzo de fibras
de acero por vía húmeda, S(fr), y un bulonado formado por bulones
totalmente inyectados en cemento y protegidos contra la corrosión.

2. El uso combinado de un sistema de clasificación de carácter cuantitativo


(Sistema Q) y las técnicas de sostenimiento infinitamente flexibles del MNT
se considera que supera al NMAT en el caso de macizos rocosos
fracturados y con presencia de arcillas. La utilización de S(mr) y vigas
reticuladas, que tan bien se ajustan a los perfiles uniformes obtenidos por
las máquinas de excavación de rocas blandas, a menudo, no son
apropiados en los túneles excavados mediante el sistema de perforación y
voladura, dado que la presencia de sobreexcavación ocasiona un aumento
en el consumo de hormigón. Según el MNT, la estructura de sostenimiento
puede construirse eficientemente mediante la construcción de arcos
armados de hormigón proyectado (RRS), que se adapta fácilmente a
perfiles irregulares con aplicación de arcos de hormigón proyectado.

3. La utilización de sondas para medir la velocidad sísmica por delante del


túnel, particularmente en el caso de túneles excavados mediante TBM, se
considera como un método prometedor para predecir la calidad del macizo
rocoso, siguiendo el criterio de correlacionar Vp y el índice Q. El diseño de
la excavación mediante el sistema Q (midiendo la convergencia cuando el
valor de Q sea inferior a 0,01) proporciona al túnel el sostenimiento más
adecuado para enfrentarse con las condiciones de la roca y, por
consiguiente, representa un mínimo coste al constructor de la obra.

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