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EL PRIMER TATUAJE DE DAMIÁN

Por Enrique Castiblanco


Comité editorial de Cuento Colectivo.

Desde pequeño, a Damián le enseñaron el respeto por el idioma y el amor por la literatura,
que sumado con su inteligencia y orden, lo llevaron a convertirse en un editor impecable.
No había error ortográfico o incongruencia en el sentido que se le escapara a este ojo
milimétrico.
Por otra parte, la vida social de este personaje era muy agitada y aunque nunca había estado
muy seguro de hacerse un tatuaje, por alguna extraña razón (tal vez porque ya estaba
llegando a sus 30 años), tenía en el fondo de su cabeza hace algunos meses hacerse uno.

Después de vacilar por días, por fin se decidió por la frase de uno de sus escritores
favoritos, Albert Camus, que dice: “No es vergonzoso preferir la felicidad”. Lo quería en su
espalda, cerca del hombro izquierdo, por si se llegaba a aburrir, no tendría que verlo todos
los días de frente.

Llegó al establecimiento de tatuajes y su instinto lo llevó a dar instrucciones exactas acerca


de la frase que quería y el estilo de letra. Ese día estaba algo distraído por una serie de
acontecimientos en la oficina que lo habían agarrado fuera de base. El artista de tatuajes
empezó con su labor, pero Damián sentía que la faltaba dar otra especificación.

Estaba a punto de recordarse cuando le entró una llamada al móvil, era de la oficina, a
deshoras, por el mismo lío de la mañana. La preocupación que quedó después de la llamada
no solo le disminuyó el dolor de la aguja, hizo que el tiempo de llevar a cabo la “tinta”
fuera corto. Salió disparado del establecimiento, no tuvo tiempo ni de revisar bien el
tatuaje.

Tras llegar a su casa y resolver el problema desde su computador portátil, tuvo la intención
de ver cómo había quedado su obra permanente del cuerpo. Fue el baño, se miró al espejo y
levantó un poco el algodón que protegía su piel. Era un poco difícil leer al revés, pero
estaba seguro que el tatuaje decía: “No es vergonsoso preferir la felisidad”.

El tatuaje, un arte y estilo de vida que va más allá de la piel


COLPRENSA
@ElUniversalCtg
Bogotá
12 de Noviembre de 2017 08:26 pm

“El tatuaje para mí representa arte, libertad. Sobre todo libertad, porque es el punto desde
donde parte todo. Para amar tienes que ser libre, para hacer lo que te gusta también”, dice
Marcos Silva, tatuador de Portugal invitado a la Undécima Convención de Tatuadores en
Bogotá.

Como él fueron cientos de personas amantes de este arte los que se dieron cita desde el
viernes pasado hasta este domingo en este evento que cada año toma más fuerza. En la
Convención se realizaron diferentes actividades en torno al mundo del tatuaje.

Era frecuente ver personas caminando por el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de
Quesada, mientras exhibían obras fijadas en sus cuerpos. Algunas recién hechas y otras
viejas pero que mostraban a través de los tamaños, colores y gustos la identidad de quienes
las portaban. La música era el complemento perfecto para este ambiente en el que se
escuchaban los ruidos de las máquinas que simultáneamente imprimían sus tintas a
diferentes personas que habían ido para ser tatuadas por reconocidos exponentes de este
género artístico.

El primer tatuaje de Marcos fue la imagen de tres mundos en movimientos que representan
la trilogía de los colores cálidos, fríos y medios. La energía para él. Se lo hizo cuando tenía
21 años y era un muchacho tímido e introvertido pero con una gran pasión por el dibujo.
“Tenía claro que no quería ser Ingeniero, Matemático o Doctor. Mis padres no lo entendían
pero yo sentía algo interior que me decía que ese no era mi camino, aunque no sabía cuál
era en ese momento”, afirma Silva.

Un africano, quien hoy es uno de sus mejores amigos, fue el que le plasmó ese dibujo de los
tres mundos en movimiento en el abdomen. Fue él la persona que más adelante lo ayudó a
incursionar en mundo del tatuaje y del que nunca se irá.

Cuenta Marcos que ese día se sintió diferente. “Caminaba por la calle y me sentía distinto.
Era un gran dolor, casi como un trauma, pero a la vez, nacía una relación distinta con el
dolor. Me sentía grande, fuerte y sentía que así me percibían las personas, pese a que nadie
sabía que debajo de mi camiseta llevaba un tatuaje recién hecho”.

Luego de eso, se decidió a mostrar sus dibujos de años a su tatuador y de ahí no ha parado
de aprender cada día para mejorar la técnica y plasmar verdaderas obras de arte en los
cuerpos.

“La gente no ve lo que hay detrás, no ve por ejemplo, que muchas veces nos pasamos las
noches en blanco dibujando un tatuaje, esforzándonos, estudiando anatomía, arte, porque
eso es, arte”, agrega Silva.

Para Lorena Bahamón Jurado, de 24 años, y que tiene en el mundo del tatuaje dos años,
plasmar sus dibujos en el cuerpo de alguien es una terapia de relación, una manera de
canalizar los problemas de la vida, un compromiso y sin duda alguna, un arte.

Su primer tatuaje se lo hizo a los 15 años y desde ese momento no ha dejado su fascinación
por ellos ni su lucha para tener un lugar en ellos. “Por ser mujer ha sido difícil porque nos
ven muchas veces como que las cosas nos salen fácil o no confían en nosotras o
simplemente dicen que los clientes llegan más que por nuestro trabajo, porque quieren
coquetearnos”.

Elena Patricia Herrera, una de las asistentes a la convención, es otra mujer amante de los
tatuajes y pese a que fue la primera vez que asistió a un evento como este, le gustaría
hacerse otro.
Para ella tatuarse es “una expresión, una forma de adornar tu cuerpo con cosas que no sean
joyas ni nada, sino que estén directamente en tu piel. Por eso los llevo y me decidí a
hacerme otro, solo que no acá porque hay mucha gente viendo”.

Sebastián Camelo, tatuador y asistente al evento, ve este oficio como una forma de vivir.
“Es la manera en la que me puedo expresar y sentir que vivo. Me gusta hacerme piezas
grandes en mi cuerpo. Pero empecé a hacerlos hace aproximadamente un año y medio.
Creo que a través de ellos me reflejo”.

Otro de los que empezó desde hace poco pero que fue invitado a mostrar su trabajo en el
evento fue Nicolás Maldonado, quien lleva seis años dedicado a este oficio.

“Para mí el tatuaje es arte, cuando tatúo, siento felicidad. Es lo que más me gusta hacer en
la vida y cada vez que hago uno, intento hacerlo más artístico y mejor que el anterior, No
me imagino mi vida sin hacer esto”, agregó Maldonado.

La primera vez que Maldonado tatuó a alguien fue a su hermano. Le hizo una estrella, que
para su concepto, "es muy fea", pero que su hermano no quiere borrar porque tiene un gran
significado y la considera "bonita".

El problema, dice Nicolás, es que la mayoría de tatuadores deben aprender de forma


empírica porque no hay muchas academias que se dedique a enseñar las técnicas de arte.
“Yo aprendí tatuando y viendo a los demás. Poco a poco, porque siempre me gustó el
dibujo”.

Para la mayoría de los tatuadores que asistieron a la convención, dedicarse a este oficio va
más allá de cobrar por plasmar sus trabajos en cuerpos, es una creación en la que dejan
parte de lo que son.

“Tengo una relación muy estrecha con los tatuajes y no creo que sea un trabajo, son
creaciones que me permiten ser auténtico, libre”, concluye Silva.
Para quienes piensan en tatuarse

La revista científica Piel Latinoamericana, recomendada a LA NACION por varios


dermatólogos consultados, publicó una serie de precauciones, convenientes para tener en
cuenta antes de hacerse un tatuaje:
-Evitar el uso de productos que no son seguros para la salud, como la tinta china

-Verificar condiciones de higiene: del sitio y del personal que realiza el tatuaje

-Evitar el uso de instrumentos improvisados (vidrios, puntas o varillas y tornillos calientes)


por el riesgo de infecciones o quemaduras graves

-Verificar que el material a utilizar se encuentre esterilizado y sea de preferencia


desechable antes de su uso

-Realizar un test de alergia al pigmento previo al tatuaje: comprobar la composición de los


colorantes, fabricante, lote, fecha de elaboración y fecha de caducidad.

-Debe existir un consentimiento informado por parte del tatuado o un representante legal en
caso de menores de edad

Con el fin de evitar secuelas posteriores al tatuaje, se recomienda:

-Evitar donar sangre por lo menos un año (OMS).

-Verificar si no padece de alteraciones de la coagulación o cicatrización, hemofilia


-Verificar que no utiliza marcapasos

-Confirmar que no tiene enfermedades infecciosas como SIDA, Hepatitis A-B-C,


infecciones de la piel por bacterias, hongos y virus u otras enfermedades como diabetes,
epilepsia

-Confirmar que posee vacuna antitetánica

-Factor de discriminación al momento de incorporarse a la actividad laboral

-Tiempo: tatuajes permanentes o temporales

-Areas del cuerpo con mayor riesgo: boca, nariz, cuello, y órganos genitales

-No ingerir alcohol las 24 horas previas al tatuaje

-Realizar la depilación del área a tatuarse previamente en caso necesario

-No retirar la costra y esperar la eliminación espontánea de la misma

-Evitar baños de inmersión prolongada, saunas, turcos, baños de vapor durante una semana
posterior al tatuaje

-Lavado diario
-Posterior al baño, seque suavemente la zona del tatuaje sin frotar y solicite a su médico un
antibiótico tópico

-No utilizar ropa de algodón/sintéticos durante las primeras semanas

-No exponerse al sol por lo menos 2 meses posterior al tatuaje

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