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TRADUCCION Acryaov, Revista de Filosofia, 2°12, 1956, 5-10 Estética y hermenéutica HANS-GEORG GADAMER ‘Si se considera que la tarea de la hermenéutica consiste en tender un puente que salve la dis- tancia histrica o humana entre espirtu y espiriu, parece que la experiencia del arte cae fuera de su ‘campo, 2No ¢s la experiencia del ar, entre todo lo que nos sale al encuentro en la naturaleza y en la historia, aquello que nos habla del modo més inmediato ‘que alcanza a todo muestro ser, como si no huibiese después de todo ninguna distancia entre ella y ‘nosotros y todo encuentro con una obra de arte significara un encuentro con nosotros mismos? En elacién con esto, hay que remitirse a Hegel. El incluy6 el arte entre las figuras del espiritu absoluto, es decir, vio en el arte una forma del autoconocimiento del espirit ‘GRURGESEIVABE, ninguna contingencia de lo real, nada del cardcter incomprensible de 10 meramente dado. En efecto, entre 1a obra y quien en cada caso la contempla existe una simultaneidad absoluta que sigue siendo indiscutible (pesah@ Ia Gretel COnCIenCialHistOHite. La realidad de la obra de arte y su fuerza expresiva no Se pueden limitar al horizonte hist6rico criginario en el que el especta- dor fue realmente contemporéneo del creador de la obra. Més bien parece ser propio de la experien- cia del arte el hecho de quellalelbtalartistica siempre tiene sil propia actualigAd, que s6lo muy limita- damente se atiene a su horizonte histérico y que es expresién peculiar de una verdad que de ninguna ‘manera coincide con aquello que propiamente habia pensado para si el autor espiritual de una obra. ues bien, ya se le llame a esto a se atienda, desde el punto de vista del ‘en cualquier caso la conciencia estética s6lo puede remitirse al hecho de que la obra de arte da parte de sf misma. Por otro lado, el aspecto hermenéutico es tan amplio que necesariamente incluye la experien- ‘cia de lo bello en la naturaleza y el arte. Si la constituciGn fundamental de la historicidad de la exis tencia humana consiste en mediarse consigo misma comprendiéndose, y esto significa necesaria- ‘mente mediarse con el todo de la propia experiencia del mundo, entonces toda tradicién tiene esa misma constitucién fundamental. La tradiciGn incluye mo s6lo textos, sino también instituciones y formas de vida. Pero es e! encuentro con el arte el que, sobre todo, tiene relacién con el proceso de integracién que est encomendado a la vida humana inmersa en tradiciones. En efecto, se puede pre- guntar - GRIESE TATIOED. Priense 10 que piense el creador de una obra o, en su caso, el iiblico de su épocallliaiténtiGe| sede SalObra/es logue Ella ism alcanaaTalUEGiR, y esto sobrepa- sa por principio cualquier limitacién histrica, En este sentido, la obra de arte posee un presente intemporal. Pero eso no significa que no plantee una tarea de comprensién y que no se pueda hallar cen la obra su pracedencia histérica. Lo que legitima la pretensién de una hermenéutica histérica es 6 Hans-Georg Gadamer Precisamente que la obra de arte, 2s/ com (HOIGSed Se EMIGnCIGMNISOHERMER y se ofrece en un Presente plenogtamipoed tolera interpretaciones arbitarias sino que, aun aceptando que el campo de Juego de sus posibilidades interpretativas esté abierto, permite ¢ incluso requiere la aplicacién de una znorma de adecuacién. Con todo, puede ser dudoso y quedar en suspenso que la correspondiente pre- tensiOn de adecuacién que formula la interpretacién sea correcta. Lo que Kant dijo con razén del jui- de gusto, a saber, que se le exige validez universal a pesar de que su reconocimiento no puede ser jobtenido por la fuerza de las razones, es vélido también para toda interpretacién de obras de arte, tanto para la interpretaciGn activa del artista reproductor o del lector como para la del intérprete cien tifico. Cabria preguntarse escépticamente si ese concepto de obra de arte, segtin el cual ésta esté siem- pre abierta a una nueva interpretaciéa, no pertenece ya a un mundo cultural estético de segundo ‘orden. {No es la obra que denominamos obra de arte, en su origen, portadora de una funci6n vital sig- nificativa en un espacio cultual 0 social y tiene su pleno y justo sentido s6lo dentro del mismo? No obstante, me parece que también se puede invertir Ia pregunta, ;Ocurre realmente que una obra de arte, que procede de mundos vitales pretéritos o extrafios y que es transplantada a nuestro mundo for- ‘mado histéricamente, se convierte en mero objeto del disfrute estético-hist6rico “Decir algo”, “tener que decir algo”, gson s6lo metéfo- ‘ras cuya verdad intrinseca se basa en un indeterminado valor estético de configuraci6n? 20, por el contrario, ocurre que aquella cualidad estética de configuracién s6lo es la condicién para que |: love su significado en st misma ying algo gue deri AAD (GEUDIRRRRABATIED 1 nevis do vendaero tabs de pote 1a evesin planteaa rsldaconsletement el yrolena startco dela NED la re gunta pordaeaencianelior®, Es cierto que el verdadero surgimiento de la estética filosdfica e inclue 80 la fundamentacién de la misma en la Critica del Juicio de Kant abarcé un campo mucho més amplio, inchuyendo lo bello en Ja naturaleza y el arte y, en efecto, incluso lo sublime. Tampoco hay ‘que discutir que lo naturalmente bello tiene una primacta metodol6gica para las determinaciones fun- damentales del juicio de gusto estético en Kant, especialmente para el sent nto de placer desi resado. Pero, por contra, se tendré que admitir ‘creadas por y para los hombres, a las 5 ras de at. Se pudedeir con rzén que GTS SRTSEE Tag MC TTS eae en el mismo sentido en que lo hace una flor 0, acaso, un omamento. Refiriéndose al arte, Kant habla de un sentimiento de placer “intelectualizado”. Pero esto no ayuda nada: este “impuro”, por intelectualizado, sentimiento de placer que suscita la obra de arte es, no obs- tante, lo que verdaderamente nos interesa en cuanto que pensamos sobre estética. Efectivamente, Ia més sutil reflexi6n que Hegel ha hecho acerca de 1a relaci6n entre lo bello de la naturaleza y i lo de! arte ha conduido aun resto adn: BEd Mea eSEIG AOI oIO (GB. Como algo en ta naturaleza se ve y se disfruta como bello no es un dato intemporal y extra- mundano del objeto “puramente estético”, cuyo fundamento se muestra en la armonia de formas y historia estética de un paisaje, por ejemplo el de los Alpes, o el fendmeno pasajero de la jardinerta, son un testimonio concluyente de esto mismo. Est, por consiguiente, justficado partir de la obra de arte, si se quiere determinar la relacién entre la estética y 1a hermenéutica. En cualquier caso, no tiene un sentido metafGrico, sino otro acertado y mostrable, que se afir- Estticay hementetica 7 2: ED 3 2, de ese modo, en cusnto(@lgO/GUE SIEM, forma parte CE pT ite reac or orm GUE Sale a eeeItro en La tradici6n, don- dequiera que no sea inmediatamente comprensible. Entretanto, este arte de fildlogos y préctica de seriren cease ha elope oto Int del eo ol aeenaamat ‘rue, desde entcnces SMEARED ha necho consciente la equivocidad y la posible incomprensibilidad de toda tradicién y, ademés, !a destruccién de la sociedad cristiana de Occidente ~contimando im proceso de indvidulizacén que haba comencado con la Reforma ha dejado que tlindividoo se haya coaverido en un mise inaleni SPSS De manera que, desde el] romanticismo alemén, la tarea de la hermenéutica es: evitar el malentendido. Con ello, se -extiende por principio tan lejos como la manifestaciGn de sentido en general. Manifestaciones de sen- tido son, en primer lugar, todas las expresiones lingi—sticas. Como arte de transmitir lo dicho en una Jengua extrafia al entendimiento de otro, “hermenéutica” procede no sin raz6n de Hermes, del intér- retell ers evn Enviado al los|hoMBAESS! uno tiene en cuenta esta explicacién etimol6gica del concepto de hermenéutica, resulta inequivocamente claro que aqui se trata de un acontecer lin- Bisco, do a taduccn de un lengua 20, por consigueal, doa relacn entre doe lnguajes ery en cum quo sto 9 pod reucir de ua eagua ach ceando uno ha compwendido pot do de lo dicho y lo construye nuevamente en ¢] medio de la otra lengua, tal acontecer lingiifstico pre- sepia cept, Estas evidencias resultan decisivas para la pregunta que aquf nos ocupa, la pregunta por el engi del as y pars lepiia del pute devs bementuco me a exprncia ee. Sn _ enpe ‘GBGWSHED Toda la experiencia del mundo se transmite linglfsticamente; se delimita a partir de ello tun concepto més amplio de tradi que como tal no es linglistico, pero que, sin embargo, es sus- ceptible de interpretacién lingifstica. Alcanza desde el “uso” de herramientas, éenicas, etc, pasan~ 40 por la tradiciGn artesanal en la produccién de distinas clases de utensilios, joyas, etc, por el cul- tivo de usos y costumbres, hasta la creaci6n de arquetipos, etc, {También forma parte de esto la obra de arte u ocupa una posicin especial? En cuanto que no se trate precisamente de obras de are lin- siisticas, la obra de arte parece formar parte de tal tradiciGn no lingistca. Y, sin embargo, experi- ‘menlar y comprender una obra de arte no equivale a saber utilizar herramientas o seguir costumbres ‘que nos son transmitidas por el pasado. i segnimos una vieja definicién de 1a hermenéutica droyseniana, podemos distinguir entre aun :.: restos son fragmentos de mundos pasados, que se han conservado y que nos ayu- dan a reconstruirespiritualmente el mundo cuyos restos son. Las fuentes, por el contratio, forman la ‘adiciGn lingiistica y sirven, por tanto, para comprender un mundo lingiisticamente interpretado. Poss ben, 8 qué orden erence un lo arcaeo? (Es un reo como cualquier tensile? ;0 una Jos inscribe bajo una forma mixta de fuentes y restos, y en este orden de cosas incluye, junto a docu- ea ew ccc cognates ni segin su intenciéa, ni segin el significado ‘que alcanza en a experiencia del arte. Es cierto que se habla de monumentos atisticos, como si la Produccién de una obra de arte inctuyera una intencién documental. Hay algo de verdad en que a cualquier obra de arte le es esencial la permanencia (alas artes temporales naturalmente sélo en la 8 Hans-Georg Gadamer forma de la repeticién). La obra lograda “se tiene en pie” (como puede decir incluso el artista de variedades de su mimero). Pero con ello no est4 dado el propésito de evocar a través de una exhibi- Son uly come conesponde dl verdadero doce Scho mene apela a una gaan de Su permanena, QUES ePERSDEAIEONSENSS SEED april sentido dela calidad de generaciones posteriores. Pero precisamente esta depen- dencia de una voluntad que la conserva significa que la obra de arte es ‘transmitida en el mismo sen- tido en que se realiza la transmisién de nuestras fuentes literarias. En cualquier caso, no “habla” sélo ‘como los restos del pasado hablan al investigador de la historia, ni tampoco s6lo como los docu- ‘mentos hist6ricos lo hacen, fechando y fijando un acontecimiento. Pues eso que denominamos ¢] len- fgunje de la obra de arte, por mor del cual es conservada y transmitida, es el lenguaje que sostiene a la obra de arte misma, sea o no de naturaleza linguistica. La obra de arte le dice a uno algo, y no lo dice tinicamente como el documento histérico le dice algo al historiador, sino que le dice a cada uno Se aca ic hee reainene dicho a aiSSNSEGSIPERMERARE. st, planica area de comprender el sentido de lo que ella dice y de hacerlo comprensible para uno mismo y para los demés. La obra de arte no lingiifstica pertenece también, pues, a la esfera de acciGn propia de la her- aac En este sentido envolvent La hermenéutica tiende un puente que salva la distancia entre espiritu y espiritu y penetra la extrafieza del espiritu extrafio. Penetracién de lo extrafio no s6lo quiere decir aqui, sin embargo, reconstruccién histérica del “mundo” en que una obra de arte tuvo su significado y su funci6a originarios, sino que quiere decir ‘también que percibamos lo que se nos dice. También esto es siempre mucho mas que su sentido espe- Shab ceacebible SGuEREAMIGU, gual que quien le die algo a uno, un exraio en el sentido de que nos sobrepasa. En esa medida, en la tarea de la comprensién se da una doble extrafie- aera ca Coral er ue sle Ea como om So caro ‘@gORUMD La comprensién del discurso no es la comprensi6n literal de las palabras dichas, la cap- tacién, paso a paso, del significado de las palabras, sin la realizacidn del sentido unitario do dicho, y éste sobrepasa siempre lo que enuncia lo dicho, aunque esté inserto en él. Cuando se trata de una iengua extranjera o antigua, puede ser dificil comprender lo que se dice. Pero més dificil es, incluso cuando uno entiende lo dicho sin la menor dificultad, dejerse decir algo. Ambas cosas son propias de Ja tarea de la hermen¢utica. (Oe piiede!Comprender siniquerer/comprender, @8/decin sin querer) (Ggjarse Wesir Ago, Seria una abstraccién inadmisible creer que hay que producir primero la simulta- ‘neidad con el autor 0 con el lector originario a través de ta reconstruccién de su completo horizonte hist6rico para después comenzar a percibir el sentido de lo dicho. Lo que, de tal manera, es valido de cus iscurso, es valido, en un sentido eminente, para la experiencia del arte. En ella se da algo més que una expectativa de sentido, se da lo que me gus- ficho. Cualquier experiencia del arte no s610 ‘comprende un sentido reconocible, tal y como acontece en el negocio de la hermenéutica historica y ‘en su trato con los textos. La obra de arte que dice algo, nos confronta con nosotros mismos. Esto quiere decir que enuncia algo que, tal y como se dice en ell, es un descubrimiento, es decir, des- cubrimiento de algo encubierto. De ello depende aquel verse afectado. ‘Taiiverdaderoneanente’tes ‘GpaagusrusenleAGcRDTaEtGenee. Excede todo To concico.Comprendr lo qu a obra de are 1 En ent sentido, be critcado en Verdad y método (Salamanca: Sfgueme, 1977, p 137) el concrpto keskezgardiano de leesttico (con el mismo concepto) Entcn yhermenstica 9 te ce 2.20 cs QUENTIN. pro cn como encurzo con o propio Sols pees gp acces EAA. weinystc coy pecaa el as oe ea tido auténtico, una experiencia y tiene en cada caso que domeiiar nuevamente la tarea que la expe- cena planes integrate eno todo ela propia duenacin el mundo y de la compresion po. pia de uno mismo. Asf pues, lo que distingue al lenguaje del arte es que le habla 2 (i- (GGAIPROPLATGETERRTEMBR 10 hace como acta en cada caso y a través de su propia actualidad. Sin duda, precisamente su actualidad permite a la obra convertirse en lenguaje. Todo depende de cémo se dice algo. Pero esto no quiere decir que sea reflejado en el medio del decir. Por el contrario, cuan- {Simis convinces os design tno tall ideo fur paca ccs aay Wie iid a ae ecucied e Oo ececidy plon ce ok eal elas Age Mowe centre completamente en lo que se le dice y le prohibe pasar a una distincién estética diferenciada. Lareflexién sobre el decir es, en verdad, secundaria frente a la alencién puesta en lo dicho, y no apa- rece allf donde los hombres, en presencia real, se dicen algo unos a otros. Pues lo dicho no es, de nin- ‘gin modo, lo que se presenta como una especie de contenido judicativo en la forma légica del juicio, Se refiere més bien a lo que uno quiere decir y a lo que uno debe dejarse decir. No comprende quien considera que, ya de antemano, capta lo que alguien le quiere decir, afirmando que ya lo sabi ‘odo vio cs vido de un mado enizent paral icnpuae cl 1c ‘Sin duda, es objeto de un posible interés lo que el artista tiene que decir sobre lo dicho en la obra y lo que dice en otras obras. Pero el lenguaje del arte refiere al exceso de sentido que ‘se apoya en la obra misma. En ¢ se basa su inagotabilidad, que lo distingue frente a cualquier tra~ duccién conceptual. Se sigue de aqui que uno ya no puede contentarse, para comprender una obra de je bin Wr aoiaa ia aecabica cog cal a me coca i re de compen Sn qo placa un ‘on Dds be, json a pat Sola exzaion del punto de via henme- néutico hasta e! lenguaje del arte, se ve claro hasta qué punto es insuficiente la subjetividad del opi- nar para caracterizar el objeto de a comprensiGn. Esio tiene un significado fundamental y, en esa medida, la estética es un elemento importante de la hermenéutica general. Haré alusién a esto, para ‘ SOUR 0 0 af 0), (GRAB, sin que comprensién, en general, signifique actualizar nuevamente en uno mismo los pen- samienios de otro. Esto no s6lo nos Jo enseiia con una claridad meridiana la experiencia del arte, tal ¥y como ha sido expuesto més arriba, sino asimismo también la comprensién de la historia. Pues la comprensién de las opiniones, los planes y las experiencias subjetivos de los hombres que padecen_ Ja historia no plantea la verdadera tarea hist6rica. El gran nexo significativo de la historia, al cual Hae ates oa aetnde ego oe as sec ena ent ote escola eee hae gs se ave a proocn desc gv a puter e- ciaci6n histérica de los acontecimientos raras veces 0 nunca confirma él valor que les dieron sus con- Seen Peet Wise oe a adenien ya gece at a ‘cormo se presentan a una mirada histérica retrospective, deja tras de ef Ia mens actoris, igual que ta experiencia de la obra de arte deja tras de sf la mens auctoris. ‘La universalidad del punto de vista hermenéutico es omniabarcante. Alguna vez he afirmado:> cl ser que puede ser comprendido es lenguaje; no se ata de una tesis metafisica, sino de una des- Lill eee epee ape a mop Seatac pcx ral Sp pot ‘mostrar fécilmente que toda experiencia histérica cumple con esta frase, lo mismo que, quizd, Ia 2 Vendad y métedo, 0. cit. p. S67 10 Hans-Georg Gadamer experiencia de 1a naturaleza. En el fondo, el giro universal de Goethe “todo es simbolo” entrafa la formulaci6n més completa del pensamiento hermenéutico. El “todo” de Goethe no ¢s un enunciado sobre cualquier enle que es, sino sobre el modo en que sale al encuentro del hombre. Geistirquelno(puedalSignificanalgopparae) Pero refiere, ademés, a oa cosa: nada se agota en el nificado que en cada momento le ofrece a uno, En el concepto goetheano de lo simbélico radica tanto 1a imposibilidad de abarcar con la mirada todas las referencias como la funcin delegada que tiene el individuo para la representacign del todo. Pues s6lo porque la referencia al todo se sustrae a la mira- a humana, ¢5 neceserio su descubrimiento, La concepciGn hecmenéutica es tan universal, que Se i sin embargo, s6lo se cumple a través de la experiencia del wa (@wrdeFAOAO|EAIEDED comparacién con cualquier otra tradiciOn, linglstica y no lingiistica, hay que "irmar quel obra de arte es abscut presente para el corespondiente presente y tiene dspussa so (GARBER RERSRIGEPRIED. a fasidad con que Ia obra de ane | dzun modo enigmco trastomo ; eee ao even ex exerts y emi adi Ge ae wt Ge ria cuvide". Titulo original: “Asthetik und Hermeneutik”, conferencia pronunciada en el 5* Congreso Intemacional de Estética (Amsterdam, 1964). Primera impresién en Algemeen Nederlands Tijdschrift voor Wijsbegeerte en Psychologie, 56 (1964), pp. 240-246. Ulima impresién en Hans-Georg Gadamer, Gesammelte Werke, vol. 8, Asihetik und Poetik, Tubinga: J.C.B. Mobr (Paul Siebeck), 1993, pp. 1-8. ‘Traduccién: José Francisco ZUNIGA GARCIA* * Direecié: Departamento de Filosofia. Facultad de Filosofia y Leia, Eat, B. Campus de Cana, 16011 GRANADA

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