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—Octavia Hill, cuando mira hacia —Si, déjeme. La segunda y tercera in-
atrás su Vida tan llena de acanteci- fluencia las atribuyo a ella y a mi padre,
mientas y personas, ¿de quién se por diferentes razones. Mientras el
siente deudora? ¿Cómo nace esa abuelo Thomas se ocupaba de la refor-
fuerza en una mujer de su época? ma sanitaria, su hija Caroline —mi ma-
Dígame algo de sus primeros re- dre— escribía sobre teorías de la edu-
cuerdas. cación, siguiendo la escuela de
—Reconozco en mi carácter tres gran- Pestalozzi, aquel pedagogo suizo del
des influencias. La primera, la de mi siglo XVIII que sostenía que la obser-
abuelo materno, Thomas Southwood vación era la base más segura del
Smith, nacido en 1788. Becario del aprendizaje y que el desarrollo del niño
Bristol Baptist College fue expulsado debia seguir su curso natural. Un viu-
por sus ideas, lo que le impidió llegar a do, James Hill, comerciante de maíz y
ser un predicador baptista. Rechazado banquero, admirador de sus artículos,
por su familia, fundó la suya. Ahí nació le pidió que fuera el ama de llaves de
mi madre, Caroline, en isog. Mi abue- su casa y la preceptora de sus hijos
la moría en 1812 y entonces mi abue- (cinco chicas y un chico> resultado de
lo, a sus veinticuatro años, dejó a mi sus dos matrimonios anteriores. El
madre y a su otra hija con la familia de compromiso de mi madre acabó en
su mujer, marchando a Edimburgo a matrimonio con el viudo James. La pa-
estudiar medicina. Como no soportaba reja se estableció en Wisbech, en una
la separación, al poco tiempo volvió a casa de estilo georgiano de noble apa-
Bristol a recoger a mi madre (tenía cua- riencia. Mi madre me recordaría, años
tro años). Fue un experimento maravi- más tarde, la fortuna del que sería mi
lIoso entre padre e hija, un legado que padre, su talento para los negocios,
yo he recibido de simpatía humana y sus aventuras en la política, sus inicia-
de la firme convicción de que la volun- tivas de periodista y publicista (el pe-
tad puede mover montañas. El abuelo riódico “The Star in the East”>. Se am-
Thomas combinó los estudios con la plió la familia: mi hermana Miranda
predicación. Ya entonces decía que la nació en 1836, Gertrude en 1837 y mi
doble capacitación de médico del cuer- madre seguía acompañando a su mari-
PO y del alma no es incompatible y el do en todas sus batallas. El periódico
éxito solo puede demostrarse por la ex- era la empresa familiar y el barómetro
periencia. Se casó de nuevo, empe- de las actividades de los Hill.
zando a practicar en Londres, en el —¿Y usted?
East End. Practicar la medicina no era —Nací en un momento financiero de-
suficiente y sus cualidades de predica- sastroso para mis padres. Era el 3 de
dor las empleó en una reforma de la diciembre de 1838. Y mi nombre no fue
sanídad pública y una adecuada legis- muy original: al ser la octave hija de Ja-
lación sanitaria, convirtiéndose en líder mes Hill me pusieron Octavia. Con el
de la reforma social y sanitaria. prestigio de mi padre por tierra, tuvi-
—Hermosa experiencia de hija la que mos que establecernos en Essex y ahí
disfrutó su madre. ¿Algo más de ella? nació mi hermana Emilia. Seguimos el
guardar las cuentas y advertir sobre las atrás, se obligaba así misma a no in-
reparaciones. Además, los que eran terferir, sabiendo que sus alumnas
completamente responsables de las tenían que aprender de sus propias
casas necesitaban un conocimiento equivocaciones. Sin embargo, su
técnico de las ciencias sanitarias y de material de trabajo eran las vidas hu-
las leyes relativas a los propietarios e manas, no resultando fácil observar
inquilinos. Aunque los trabajadores a desde las filas de atrás. Perseveró:
tiempo parcial necesitaban saber me- —Es un principio de la vida moderna en
nos que los otros, nunca pensé en di- los países libres que no somos dirigi-
ferencias en su actitud hacia el trabajo. dos desde arriba, como una herramien-
Todos eran necesarios. ¿Entiende mi ta, sino que cada uno tiene que pensar
“plan de estudios”? qué es lo mejor que hay que hacer, ca-
Afortunadamente, Octavia Hill no tu- da uno en su propio trabajo. El trabajo
yo que estar en nuestras actuales con la pobreza, tomado invididualmen-
batallas universitarias, nuestras te (es decir, con “cada” pobre> es lento,
pugnas interdepartamentales o pero es el único camino. Algunos hom-
nuestros curricula y diplomas. En su bres se sientan en sus mesas e imagi-
empresa formativa Octavia se mira- nan un mundo completamente diferen-
ba a sí misma. Su objetivo era hacer te o especulan si, en caso de que ellos
a sus ayudantes independientes de pusieran todo al revés, la confianza en
ella, y eso sólo podía lograrse otor- sí mismos no podría desaparecer ante
gándoles una responsabilidad real la llegada del confort. Nosotros no sa-
sobre el terreno- Cada trabajador te- bemos lo que sería este mundo si fue-
nía que tomar sus propias decisio- ra puesto del revés, lo que sí sabemos
nes y enfrentarse a sus propios erro- es que Dios nos lo ha dado a nosotros,
res. No había reglas inflexibles para a los que Él ha puesto cerca de noso-
ser mecánicamente aplicadas, algo tros, donde Él nos ha llamado, la fuer-
que pudiera parecerse a un sistema. za que Él nos ha concedido.
En su propio distrito cada trabajador Yo le hablaba desde el futuro. Le ex-
era soberano. Decía: “Tomad voso- ponía las obligaciones del Estado de
tros la iniciativa, fijad los detalles por Bienestar en la garantía de los dere-
vosotros mismos, pensad en los chos de los ciudadanos, en la prose-
problemas por vosotros mismos, cución de mayores niveles de igual-
porque vosotros solos podéis. Cuan- dad, el compromiso público con las
do os hayáis hecho tolerablemente necesidades de los ciudadanos, las
independientes de nosotros, enton- obligaciones de solidaridad manifes-
ces —y solamente entonces— voso- tadas en los sistemas fiscales, la fi-
tros o nosotros podremos ampliar losofía del ‘servidor público” al ser-
nuestro campo de acción, pero no vicio del ciudadano. Octavia seguia
hasta ese momento”. en su discurso. ¿Solamente porque
La educación femenina no contem- era otra época? ¿Ninguna observa-
plaba entonces la asunción de res- ción válida para hoy? Adivinando
ponsabilidades. Octavia, desde mis pensamientos, comienza:
que solamente se puede entrar por la cias oficiales y voluntarias que tratan
dulzura, una sutil simpatía humana y el los casos de las leyes de pobres. Mi
poder del amor humano. Nada de esto objetivo último era más amplio: cam-
tiene que ver con la interferencia buro- biar la población pobre de Londres en
crática en la vida de los pobres, sino una población, cuando fuera posible,
que es lo característico del trabajo indi- de trabajadores autónomos, partiendo
vidual, preferentemente de los volunta- de una masa de pobres totales o semi-
nos que puedan aportar tanto pacien- pobres.
cia y conocimientos como firmeza. Comenzamos con la supresión de los
—Dejemos de lado, Sra. Mill, al Esta- vales para carbón, las comidas gratui-
do y a sus burócratas. Considero tas y cualquier forma de asistencia en
—usted misma lo ha insinuado en dinero. Toda situación de necesidad
nuestra conversación— un grave pe- fue cuidadosamente investigada a tra-
ligro la falta de coordinación de todo vés de los recursos de la familia, ofre-
el sistema de ayuda que una socie- ciendo trabajo y retirando cualquier
dad puede poner en marcha para ayuda financiera, si el trabajo no se ha-
responder a las necesidades de la cia. ¿Resultados iniciales? Me ganó la
población. Incluso, ¿no podría coor- hostilidad de aquellos a los que quería
dinar mejor el Estado? Más aún, ayudar. Lo que buscaba era un poquito
¿acaso no es posible que aparezcan de educación de adultos, un trabajo
diferencias, perjudiciales para los reformador para una población corrom-
pobres, entre las organizaciones pida por los donativos indiscriminados.
que se ocupan de la acción social? Más todavía, me encontré con la amar-
Por motivos religiosos, por diferen- ga oposición de las actitudes conserva-
cias políticas, por estilo de las pro- doras: entendían la caridad como una
pias organizaciones...¿no nos en- emoción gratificante y no como un prin-
contraríamos con un desperdicio de cipio racional. Los que deseaban reci-
energías y recursos? bir el agradecimiento de las clases ba-
—Cierto. Déjeme contarle alguna expe- jas encontraron perturbadora la
riencia significativa, aunque altere el actividad de una organización que pe-
orden cronológico de los acontecimien- día ideas claras y no solamente dinero.
tos. Esto fue lo que condujo, en 1868, a
La puesta en práctica de las lecciones fundar la London Association for the
aprendidas en la mejora de las vivien- Prevention of Pauperization and Crime,
das de los pobres se me ofreció en el posteriormente Charity Organization
vecindario más pobre de St. Mary’s Society (COS>.
Church en Marylebone. Preparé un Octavia había podido extender su
cuerpo de voluntarios para conocer experimento a otras parroquias de
personalmente las necesidades de los Londres. Conté con el apoyo de los
solicitantes. Este procedimiento funcio- obispos, aunque el clero fue más re-
nó. El memorandum que escribiría en ticente. Iban a su aire y no les gus-
1874 ya describió ese sistema como taba que su gente fuera investigada
una perfecta combinación de las agen- por un cuerpo ajeno. Se quejaban de
que en la Sociedad todo era organi- ron nuevos flujos de dinero hacia su
zación y no caridad. Y la Sociedad institución. Protesté contra la indiscri-
se defendía acusándoles de senti- minada distribución de recursos, ceo-
mentalismo y de obstruccionismo. trándome en dos críticas principales al
Octavia era tajante: “La COS tiene Ejército de Salvación y su modo de
que asegurar ayuda abundante atender a los necesitados.
cuando sea necesaria y detenerla Respecto a esto último, niego la afir-
cuando resulte injuriosa. Para ello mación de que todo podía ser solucio-
tiene que ganarse la confianza tanto nado con dinero. Esto llevaba a los ri-
de los donantes como da las agen- cos a decir: “Nosotros damos el dinero
cias asistenciales. No se puede en- y el Ejército de Salvación da los conse-
señar cómo ayudar a una persona ni ¡os y la ayuda”. Pero reducir la respon-
siquiera preguntarle qué espera sabilidad de los ricos a un problema de
hasta que no te has hecho cargo de caja era una herejía condenable. Res-
él. Los voluntarios de la COS tienen pecto a lo primero, rechacé la adminis-
que evitar convertirla en algo frío, tración autocrática del General, con-
necesitan ganarse el apoyo del clero vencida como estaba de que el dinero
local y ayudarles en la reforma de solamente podía ser dado y recibido
sus caridades”. sin degradación cuando el donante se
—Señora Hill, ¿algún problema con cuida y entiende la necesidad del que
otras instituciones asistenciales de recibe.
su época? —Hay dos espaldarazos públicos e
—Evidentemente, supongo que se refie- su actividad. Uno, su nombramiento
re a mis discusiones con los métodos en 1875 para formar parte del Conse-
del General Booth. Era aquél un mo- jo Central de la Charity Organization
mento de preocupación. Las pródigas Society. Otro, su designación, en
ayudas distribuidas por la Mansion 1905, para pertenecer a la Comisión
House no solucionaron las angustias Real sobre “Las Leyes de Pobres y el
del invierno del 67-68. Todos los que Auxilio en las Necesidades”. ¿Pode-
trabajaban socialmente en Londres es- mos saber algo respecto a sus reac-
taban profundamente afectados por el ciones? Porque, a nadie hoy se le
pauperismo creciente. Los salarios oculta que sus puntos de vista sobre
eran bajos, el desempleo aumentaba, el papel de la mujer distan mucho de
los ricos eran cada vez más conscien- lo que hoy se entiende por el más
tes de la pobreza que les rodeaba. Pe- elemental feminismo.
ro los ríos de dinero que corrían hacia —Dejemos por un momento el tema de
cualquier llamada no eran —ya se lo he la mujer, y hablemos de esas dos ex-
dicho— una medida inteligente. La pu- periencias mías de vida pública. Sí, Tue
blicación del libro “In Darkest London”, en 1875 cuando me pidieron que acep-
del Gral. W. Booth, fundador de la ‘Sal- tase ser miembro del Consejo Central
vation Army” (Ejército de Salvación), de la COS. ¡Cómo podía negarme,
con sus descripciones de la suciedad, después de tantos años de trabajol Yo
la pobreza y la sórdida miseria motiva- desconfiaba de la centralización, prefe-
ría las organizaciones locales más pe- hombres y mujeres llenos de fe a los
queñas y más dependientes del apoyo que Inglaterra pueda inspirar como ser-
de los vecinos más próximos. Pero no vidores convencidos, en medio de sus
podía negar otra evidencia a favor de múltiples actividades”. Tuve más de
la centralización: no era justo que los 200 reuniones, 1.300 testigos, visitas a
distritos más ricos tuvieran que soste- las casas de trabajo (work-houses).
ner solamente a lo pocos pobres de su Los materiales ocuparon cuarenta vo-
vecindario, ni era posible que los distri- lúmenes y el Informe fue el más amplio
tos pobres produjeran bastante para que jamás salió de una Comisión Real.
sus necesidades. Solamente le digo que el resumen de
—Pertenecer a una Royal Commis- prensa tenía tres páginas completas
sion fue un gran honor. ¿Lo sintió del “Times”.
así? El informe tenía dos partes: la adminis-
—Me resistí un poco. Tenía ya sesenta tración de las leyes de pobres y el tra-
y siete años y me había dedicado a los bajo de las agencias de ayuda de los
pobres desde los primeros años de mi voluntarios. Por primera vez se trató el
vida pública. Había fraguado mi estilo, tema del desempleo. Firmé el informe
había asentado mis convicciones. Yo de la mayoría, diferenciándose en algu-
estaba interesada en las personas, no nos puntos. Más que municipalizar las
en las categorías. La organización te- leyes de pobres, añadiendo nuevas
nía un lugar, pero una organización no cargas a gente ya ocupada, prefería un
puede funcionar sin manos humanas. grupo específico de personas elegido
El contacto personal con los pobres en para este propósito. Eso atraería el ser-
sus casas, por voluntarios y por traba- vicio de los interesados en los pobres,
jadores preparados puede, por sí solo, los que fueran capaces de hacer un es-
afectar a la miseria real y previsible. Te- fuerzo indivisible hacia ellos, libres del
nía que mantener principios que hoy peso de los asuntos municipales y no
son lugar común, pero no todos, insis- deseosos de ganancias políticas”.
tir -para la reforma—en el contacto per- —Señora Hill, me admira el tesón que
sonal con los pobres como personas, mostraron las sufragistas de su
prefiriendo los esfuerzos locales a las tiempo, luchando por al voto femeni-
grandes organizaciones centralizadas. no. Usted estuvo en contra de esa
Mi lema era: “Trabajo para los capaces presencia de la mujer en la vida pú-
y pensiones para los viejos, pero nun- blica, y sin embargo nadie como us-
ca pequeños e irregulares donativos”. ted abrió caminos nuevos a las mu-
—¿Cómo trabajaba una Comisión jeres de su tiempo. ¿Sirve la mujer
Real? Mejor, ¿cuál fue su trabajo? solamente para la acción asistencial
—La Comisión todavía buscaba eviden- pública y para la vida privada? En
cias en 1907. Entonces escribí: “La so- unos tiempos de lucha por las igual-
lución no depende de la maquinaria or- dades y contra la discriminación,
ganizativa que la Royal Commission ¿qué se puede aprender de Octavia
pueda recomendar y el Parlamento es- Hill?
tablecer, sino en la muchedumbre de —Octavia Hill tiene una visión de la