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La psicología clínica es una subdisciplina dentro de la psicología que estudia todos los elementos
implicados en los trastornos mentales y, de forma más genérica, la salud mental.
Así, la psicología clínica lleva a cabo todas las tareas de evaluación, diagnóstico, prevención e
intervención terapéutica en personas con algún tipo de afectación mental o de conducta
desadaptativa, con el fin de restaurar el equilibrio psicológico y eliminar todo el sufrimiento.
Los psicólogos que se dedican al ámbito clínico pueden tener formación en distintas escuelas,
como por ejemplo la cognitivista, la conductista, la psicoanalista, la humanista, la gestalt o la
terapia familiar sistémica, entre otras.
Los psicólogos clínicos son los profesionales de la salud mental que se encargan de atender a esas
personas que sienten algún tipo de malestar psicológico. En este sentido, los psicólogos clínicos se
encargan de diagnosticar ciertos trastornos psicológicos, para posteriormente ofrecer una
intervención personalizada mediante la psicoterapia.
Aunque este es el principal aspecto en el que intervienen, los psicólogos también participan en el
ámbito de la investigación (por ejemplo, aportando sus conocimientos en distintos estudios
científicos), en la docencia (ejerciendo como profesores en instituciones públicas o privadas), e
incluso en otros ámbitos minoritarios como la psicología deportiva, la psicología escolar o como
expertos en psicología clínica y forense.
Si recurrimos a los manuales de Historia de la Psicología, se suele señalar que el inicio de lo que
hoy conocemos como psicología clínica se produjo en Estados Unidos durante los últimos años del
siglo XIX. En esa época, un psicólogo llamado Lightner Witmer (discípulo de Wilhelm Wundt) abre
la primera clínica psicológica para atender a personas aquejadas de problemas de índole
psicológica, en la Universidad de Pensilvania.
En Europa, el honor de ser considerado el precursor de la psicología clínica suele recaer en el
ínclito Sigmund Freud. Aunque muchos académicos suelen poner en duda la conveniencia de
declarar a Freud como uno de los artífices de la psicología clínica (puesto que el psicoanálisis
despierta una larga controversia), lo cierto es que el austríaco fue uno de los primeros neurólogos
que se acercaron al estudio y a la intervención terapéutica de las personas con afectaciones
psicológicas.
Freud, ya en 1895, lidiaba con defensores y detractores. Su visión de la intervención terapéutica y
sus bases teóricas se centraron en tres niveles: estudio, intervención terapéutica directa y
formulación de teorías. Esta metodología fundó los criterios básicos de la psicología clínica
aplicada.
Siglo XX
Durante los primeros decenios del siglo XX, el ámbito de la psicología clínica se centró en la
evaluación psicológica, pero puso poco énfasis en las metodologías de intervención. Es después de
la II Guerra Mundial cuando hay un auge de la revisión de los tratamientos, debido al alto número
de personas que quedaron perjudicadas psicológicamente tras el conflicto bélico.
A raíz de esta etapa histórica, el interés y la necesidad de dotar de medios al ámbito de la
psicología clínica se hace evidente. Surgen facultades de psicología y se abren consultas y
gabinetes dedicados a tratar los problemas mentales. Desde el mundo académico hasta las
instituciones públicas coinciden en la necesidad de promover el estudio y la intervención clínica,
por sus positivos efectos en la calidad de vida de las personas.
La psicología clínica ha ido estudiándose y perfeccionándose a lo largo del siglo XX y en los últimos
años, y ha sido objeto de estudio de muchos profesionales y académicos de la conducta humana.
Desde los primeros años con Wilhelm Wundt en su laboratorio de Leipzig, en que trató de hallar
todas las variables observables y medibles de la conducta, la psicología clínica ha ido
propagándose hasta ser la rama “por excelencia” entre los licenciados o graduados en psicología.
De hecho, y aunque la psicología se desarrolle en ramas claramente diferenciadas (empresarial,
educativa, forense, social…), la psicología clínica siempre ha sido la rama más popularmente
reconocida.
Con todo, existen múltiples enfoques y herramientas que usan los profesionales de la psicología
clínica, que trabajan enfocándose en distintos campos de estudio según distintos criterios, como
pueden ser los siguientes:
Intervención en familias
Terapia de personas adultas
Psicología clínica infantil
Neuropsicología clínica
Rehabilitación neuropsicológica
Atención e intervención en determinados trastornos
Evaluación
Psicooncología
Personalidades destacadas
Muchos psicólogos clínicos nos han dejado impagables teorías y enseñanzas que han servido de
inspiración académica para edificar el conocimiento de esta disciplina.
Se podrá decir, acertadamente, que muchos de ellos no eran psicólogos de formación, sino
psiquiatras. Sin embargo, es posible considerarlos psicólogos en la medida en que fueron
personajes que contribuyeron enormemente a la base teórica y práctica de la psicología clínica.
Sigmund Freud
Lightner Witmer
Carl Gustav Jung
Fritz Perls
Albert Ellis
Aaron Beck
PSICOLOGIA FORENSE
Este tipo de psicología es pericial y se aplica a los tribunales. Este profesional elabora informes que
son una prueba en un proceso judicial. Es algo que seguro que has observado en alguna serie o
película sobre resolución de casos. Un psicólogo forense puede trabajar tanto en funciones
periciales, como asesor de un jurista y también, como especialista. Puede realizar un informe
forense en distintos tipos de judirdicciones.
Esta disciplina tiene su origen en la psicología clínica. El profesional elabora un análisis psicológico
de personas implicadas en casos de criminalidad. Por su esencia, esta rama resulta una
combinación de psicología y derecho.
De este modo se pone en conexión la ley con el comportamiento del acusado. El Poder Judicial del
Estado se apoya como en un eje importante en la psicología forense que ofrece una fuente de
información vital.
Como disciplina, la psicología forense también tiene herramientas valiosas propias. Por ejemplo,
técnicas psicométricas. Pero además, el profesional tiene el conocimiento necesario para
interpretar estas pruebas y obtener resultados concluyentes en relación con el móvil del delito
cometido.
EL HOMBRE COMO UNIDAD BIOPSICOSOCIAL
El estudio de los seres humanos puede hacerse con enfoques sobre estas tres dimensiones: la
biológica, que hace énfasis en el estudio de la estructura y funciones del organismo; la psicológica,
que estudia la personalidad y las relaciones interpersonales y el de las ciencias sociales, que
estudia las sociedades y las culturas, es entonces cuando se habla del hombre como una unidad
psicosocial En este sentido tenemos, el hombre, entre sus múltiples definiciones y características
es un animal biológico. Cada persona es definida por las circunstancias específicas y cualidades
que presenta, tenemos condiciones como especie que están determinadas desde que nacemos,
como por ejemplo la estructura del cuerpo humano, ciertas características fenotípicas, el
temperamento, entre otros; pero también el ordenamiento de ciertas cosas están determinadas
por la herencia. No podemos escapar a nuestra mente y al pensamiento, y en todo momento
hacemos uso de él. Si bien es cierto que nuestro cuerpo es un sistema biológico compuesto de
células y órganos complejos que funcionan juntos para darnos la vida, también es cierto que las
funciones de nuestro cuerpo afectan profundamente nuestros pensamientos y estados de ánimo.
Sobre esta estructura biológica, se desarrolla una estructura psicológica a través de la cual
penetran y se instalan las estructuras culturales, educativas y sociales; sobre tales dimensiones se
desarrolla una nueva realidad integrada, denominada dimensión psicológica, y por ella y a través
de ella, se involucran las realidades sociales y culturales que redimensionan, en un contexto
específico, al individuo. Por otra parte, todos estamos bajo la influencia del ambiente social en el
que hemos crecido. El individuo vive en un contexto social que lo pone en contacto desde su
nacimiento con otros seres humanos de los cuales depende para conservar su vida, formar su
carácter y aprender el modo de ganarse el sustento. Estas interacciones con otros y con todos,
pueden ser directa o indirectamente; yaparte de tener compañía al hombre le gusta que toda
compañía se preocupe por él y le brinde lo mejor de su ser. Todas las sociedades grandes y
pequeñas, simples o complejas definen ciertas pautas de conducta necesarias para el
funcionamiento dela sociedad, y las prescriben a los individuos. Las pautas prescritas de conducta
son los papeles sociales. Toda sociedad desarrolla su propio conjunto de papeles para lograr sus
fines y mantener la propia forma adecuada de organización y orden. Para concluir, los tres
enfoques representan distintos niveles de abstracción y aunque utilizan distintos conceptos y
métodos, tienen el mismo objeto de estudio, el hombre; sin embargo, hasta épocas relativamente
recientes, biólogos, psicólogos, antropólogos, culturalistas y sociólogos han trabajado con escasa
vinculación entre unos y otros. Es sólo en las dos últimas décadas que a través del mayor
intercambio y de la colaboración más estrecha entre los exponentes de estas distintas disciplinas
se ha llegado a la conclusión de que el hombre sólo puede ser entendido como una unidad bio-
psico-social y es generalmente aceptado por unos y otros el criterio de que la comprensión de los
fenómenos relativos a los seres humanos requiere la utilización de conocimientos que provienen
de esas tres ciencias.
El hombre debe ser considerado como un ente biopsicosocial, pero para hacer esto primero se
debe definir cada uno de los términos que se encuentran en esta afirmación: Bio: Significa vida.
Psico: Significa alma, mente o actividad mental. Social: Perteneciente o relativo a una compañía o
sociedad, o a los socios o compañeros, aliados o confederados. El hombre es una unidad, porque
existe y su componente bio se refiere a que es un organismo vivo que pertenece a la naturaleza.
Su componente psico se refiere a que además de ser un organismo vivo tiene mente, lo que le
permite estar consciente de su existencia. El hombre es un ente social porque recibe influencias
favorables y desfavorables como resultado de la interacción con la sociedad (constituida por
semejantes a él) que lo rodea y con el medio ambiente físico, en el cual lleva a cabo su vida. Por lo
tanto, se establecen interrelaciones complejas de los seres humanos con los seres humanos y con
su entorno, dando como resultado que el hombre es un elemento más de la comunidad social y de
un ecosistema. Que permite enmarcar a la salud como la correcta aptitud para dar respuestas
armónicas que sean acordes y ajustadas a los estímulos del ambiente (físico y la comunidad) y que
garanticen una vida activa, creadora y una progenie viable, lo que conlleve al hombre a
manifestarse en el óptimo de su capacidad. Entre los más antiguos escritos donde se advierte la
influencia y responsabilidad del ambiente en la salud, se encuentra el tratado de Los Aires ,Aguas y
de los Lugares, redactado por el filósofo griego Hipócrates, quién vivió a mediados del siglo V
hasta el primer tercio del siglo IV y que es reconocido como Padre de la Medicina; el cuál, hace
mención de la relación permanente de la tierra, el agua y el aire con los padecimientos del
hombre, y muestra una visión ecológica. Y toda la frase "EL HOMBRE COMO SER BIO-PSICO-
SOCIAL" quiere decir que el humano en general (ambos sexos) es un ser vivo con un organismo
complejo y con una mentalidad muy compleja basada en muchos aspectos
(valores,conciencia,ética,motivaciones,deseos,personalidad, etc), los cuales le permiten estar en
una organización social (familia ,amistades, comunidad, municipio, nación, grupos sociales, etc.) y
comportarse de acuerdo sus intereses psicológicos y a los límites que le presente su cuerpo y su
aprendizaje.
En conclusión que el hombre es un ser complejo que posee gran estructura en su organismo y
mental que le permite relacionarse o no con otras personas y seres vivos, y tener un
comportamiento muy distinto al de los otros seres vivos. El crecimiento humano es un fenómeno
biológico complejo, y representa una parte vital en el desarrollo normal de todos los niños. Se
refiere a los cambios cuantitativos en el tamaño y la masa corporal a partir de la transformación
de una célula inicial en un organismo pluricelular. El crecimiento es especialmente rápido en la
niñez, y especialmente durante el primer año de vida; en este tiempo puede triplicarse el peso en
relación con el peso al nacer, y también se produce un aumento del 50% o en longitud.
Quizá la definición más conocida y usual de hombre es la del filosofo griego Aristóteles, la cual
dice: “el hombre es un animal racional”, definición que resulta muy ilustrativa porque alude la
doble naturaleza humana, por un lado, el hombre es un animal biológico con necesidades de
supervivencia, que se conduce primitivamente por los impulsos derivados del instinto y que se
expresan en los actos que realizamos para conservar la vida y la salud corporal, por otro lado,
como producto de la evolución y de una muy compleja organización de la materia (el cerebro
humano), de la existencia biológica ha ido emergido, en un largo proceso de perfeccionamiento, el
ser racional, la conciencia de las cosas, que es la que le otorga al individuo la dimensión
propiamente humana y espiritual. Esta combinación de existencia biológica y ser espiritual le
confiere al individuo un doble tipo de necesidades, debe atender su alimentación, descanso,
reproducción, esto nos indica que cuando la necesidad biológica no se encuentra satisfecha,
difícilmente puede el sujeto concentrarse en cavilaciones para determinar cuál es su misión en el
mundo o dedicarse a escribir su propia historia y la de la humanidad. Pero para su gran fortuna,
después de satisfecha la parte biológica, con él estómago lleno y la confianza de que habrá
alimento para el día siguiente, el hombre reposa momentáneamente para luego preguntarse: ¿de
dónde vengo ¿quién soy? ¿Hacia dónde me dirijo? Y la necesidad de tener respuestas
convincentes lo deciden a buscar para encontrarle razón y propósito a su existencia, a partir de
aquí, adoptara una conducta congruente con las respuestas que hayan satisfecho esta necesidad
racional. A lo anterior se suma un tercer aspecto de importancia equivalente: la necesidad de la
socialización. Tan importante resulta este tercer aspecto de la vida que una definición alternativa a
la ya citada de Aristóteles es la que dice “el hombrees un animal social” poniendo de relieve que lo
que distingue a la especie humana de las del resto del reino animal es precisamente la asociación
de los individuos, ¿por qué se asocian? Se dice al respecto que la causa principal radica en la
necesidad de dividir el trabajo y de esta manera reducir el esfuerzo que le costaría aun solo
individuo conseguir un fin determinado, un producto. Pero al margen el modo de producción de la
vida material determina el proceso social político e intelectual de la vida en general. No es
coincidencia de los hombres lo que determina su ser, sino, por el contrario, es su existencia social
lo que determina se conciencia.” Esto indica que la organización social, las reglas que debemos
respetar para una convivencia provechosa (el derecho), así como las formas de participación de los
miembros de la sociedad en la conducción de esta (la política) están determinadas por el avance
que la propia sociedad haya alcanzado en los recursos productivos, la tecnología y las formas en
que se asocian y organizan para producir. Finalmente, resulta claro que el hombre es un ser
biopsicosocial que tiene integradas en su persona tres grandes dimensiones la biológica, la
psicológica y la social, dimensiones que están estrechamente ligadas y son las partes entre las que
el individuo debe distribuir su atención para desarrollarse armónicamente.
EL HOMBRE COMO SER BIOPSICOSOCIAL
El hombre como ser “Bio-Psico-Social”
Quiere decir que el humano en general (ambos sexos) es un ser vivo con un organismo complejo y con una
mentalidad muy compleja basada en muchos aspectos (valores, conciencia, ética, mootivaciones, deseos,
personalidad, etc.), los cuales le permiten estar en una organización social (familia, amistades, comunidad,
municipio, nación, grupos sociales, etc.) y comportarse de acuerdo a sus intereses psicológicos, y a los
limites que le presenten su cuerpo y su aprendizaje.
La concepción del hombre como ser bio-psico-social comprende todos los planos, los que están en constante
interacción, su delimitación es difícil, no se puede separar lo que es producto del pensamiento, creencias,
sentimientos, de su biología, de su entorno social.
Por último, es importante señalar que en este individuo todos estos procesos son dinámicos y cambian a
través de las distintas edades.
El hombre debe ser considerado como un ente bio-psico-social, pero para hacer esto, primero, se debe
definir cada uno de los términos que se encuentran en esta afirmación.
• Social: relativo a una compañía o sociedad o a los socios o compañeros, aliados o confederados.
Modelo bio-psico-social
El Modelo bio-psico-social es un modelo o enfoque participativo de salud y enfermedad que postula que el
factor biológico, el psicológico (pensamientos, emociones y conductas) y los factores sociales, desempeñan
un papel significativo de la actividad humana en el contexto de una enfermedad o discapacidad.
Este enfoque se utiliza en campos como la medicina, enfermería, psicología clínica y la sociología y en
particular en ámbitos más especializados como la psiquiatría, la quiropráctica, el trabajo social clínico y la
psicología clínica. El paradigma bio-psico-social es también un término técnico para el concepto popular de
la conexión mente-cuerpo, que se dedica a aportar argumentos filosóficos entre los modelos bio-psico-
sociales y biomédicos, más que a la exploración empírica y su aplicación clínica.
Sociología Criminal
La Sociología Criminal es la ciencia, que tiene por objeto el estudio del delito en cuanto al
fenómeno social, así como el de los factores sociológicos que intervienen en su producción.
La Sociología Criminal, como disciplina criminológica, se debe al sociólogo y jurista italiano Enrico
Ferri (1856-1929), representante de la escuela positivista del Derecho Penal quien, a partir de la
tercera edición, dio ese título a su famoso libro Los nuevos horizontes del Derecho y del
procedimiento penal (Bolonia-Italia, 1881); Ferri incluyó en la nueva ciencia, no solo a la
Antropología y a la Estadística Criminales, sino a las Ciencias Pedagógicas, la Penología, e incluso al
Derecho Penal del que decía era solo un capítulo de la Sociología Criminal.
La Sociología Criminal, como orientadora de la lucha de la sociedad contra el crimen, concreta sus
conclusiones en la necesidad de atacar las causas generales que favorecen su desarrollo, mediante
métodos de política social preventiva, a los que Ferri llamó substitutivos penales como medios de
prevención social, y que deben comprender toda una serie de medidas de orden económico,
político, administrativo, educativo y doméstico, que puestas en práctica por los gobiernos
conducirían a disminuir y atenuar el porcentaje y la crueldad de la conducta sociopática y de los
hechos delictivos.
Se considera a veces a la Sociología Criminal como una rama de la Sociología, pero, se puede
también identificar con una concepción amplia de la Criminología: es el caso particular de América
del Norte donde la Sociología Criminal se confunde con la Criminología o Criminología Sociológica.
Las concepciones cambian, pero no afectan de manera fundamental al objeto de las
investigaciones; en cambio las conclusiones a las que podemos llegar pueden ser a veces muy
distintas.