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Desarrollo del Sujeto Proletario

Revolucionario y del Capitalismo.

X~W

Dr. JORGE VERAZA URTUZUÁSTEGUI

México, D. F., 2008


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Desarrollo del Sujeto Proletario Revolucionario y del Capitalismo (desde los


Manuscritos de 1844 a El Capital y frente a los Obreristas y Autonomistas
Italianos)

Capítulo 1. Un Aforismo Rigurosamente Libertario ........................................4


1. Introducción: Imperio, los obreristas y “Propiedad Privada y Comunismo de 1844”
...................................................................................................4
1.1 Recuperando la significación total del aforismo .....................................5
Esquema 1. Secuencia del manuscrito de Marx ..............................................6
Excurso I ..............................................................................................6
E x c u r s o I I .....................................................................................6
1. .......................................................................................................6
2. .......................................................................................................6
3. .......................................................................................................6
4. .......................................................................................................6
5. .......................................................................................................6
7. .......................................................................................................6
6. .......................................................................................................6
Prólogo ................................................................................................6
P r o p i e d a d P r i v a d a y C o m u n i s m o NPDT El Dinero CDFHG .....................6
2. Propiedad Privada y Comunismo y el aforismo de Marx..............................7
3. El aforismo en cuanto tal .................................................................8
CAPÍTULO 2. El Imperio Aprisiona la Mente del Obrerismo .............................. 10
4. La historia de la lucha obrera análoga al aforismo de Marx de 1844 (Mario Tronti
y Sergio Bologna) ............................................................................ 10
5. El error fundamental de los obreristas italianos .................................... 12
6. Imperio y la reorganización y reestructuración del capital producto de la lucha
obrera autónoma. ........................................................................... 13
7. Imperio recoge tesis autonomistas .................................................... 15
7.1 Imperio y sujeto autónomo ........................................................... 17
8 Objetivismo, subjetivismo o su combinación: falsas salidas (La Sagrada Familia)18
9.3 Panzieri y Tronti autonomizan la política (y a la clase obrera) ................. 23
CAPÍTULO 3. La Dominante Equivocidad en la Óptica Rebelde de Mario Tronti...... 25
10.1 ¡Sorpresa! Tronti conoció el aforismo de 1844 ................................... 26
11. Los tres acercamientos de Tronti a la clave........................................ 27
11. 1 Tronti acerca de “Trabajo enajenado” y Althusser ............................. 27
11.2 La Sagrada Familia sin Manuscritos de 1844 ...................................... 28
11.2.1 Obrero creador de todo ¿sin enajenación? ...................................... 28
11.2.2 Capital y trabajo sin dominancia del capital ................................... 29
11.3 Propiedad privada y comunismo malversada...................................... 31
11.3.1 Primer error de Tronti: socialistas superiores que comunistas .............. 32
11.3.2 Segundo error: partido=partido comunista ..................................... 34
11.3.3 Tercer error: igualitarismo comunista sin propiedad privada ............... 35
CAPÍTULO 4. Desarrollo Histórico Capitalista y Lucha Revolucionaria o el Significado
Pleno del Aforismo de 1844 para Toda la Obra de Marx.................................. 36
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12. El aforismo de Marx: la fórmula general del desarrollo histórico capitalista . 36


12.1 Y la fórmula general del capital: D-M-D´ .......................................... 38
12.2 Zirculation del capital social en el tomo II ........................................ 38
12.3 Sometimiento histórico y sometimiento funcional ............................... 40
12.4 Sometimiento funcional, tecnológico e histórico de la clase obrera.......... 40
12.5 K1 Rp K2 y el capítulo final del tomo III de El capital ....... 42
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“La superación de la autoenajenación


hace el mismo camino que la autoenajenación”

CAPÍTULO 1. Un Aforismo Rigurosamente Libertario

1. Introducción: Imperio, los obreristas y “Propiedad Privada y Comunismo de


1844”

Todo lo que sigue girará en torno a esta idea. Cómo discurre en Marx, su actualidad o
cómo discurre en la realidad y, finalmente, cómo ha sido malentendida o no asumida por
el obrerismo italiano desde Rainaro Panzieri hasta Imperio de Negri y Hardt.

En el tercer Manuscrito de 1844 bajo el título de propiedad privada y comunismo


Marx piensa la estructura del proceso de desarrollo de la clase obrera y sus luchas bajo
el capitalismo hasta la abolición de éste. Por su parte, Imperio de Negri y Michael Hardt
(H+N) tiene detrás de sí una larga historia de desarrollo intelectual de la izquierda
autonomista italiana i de la que Antonio Negri formó parte protagónica desde mediados
de los sesenta del siglo XX. En 2001 el libro fue bien recibido por la tecnocracia y la
derecha, pero no por la izquierda, sobre todo en América Latina. ii No obstante, los
aportes previos de la izquierda italiana autonomista tuvieron y siguen teniendo una
buena recepción en la izquierda no reformista mundial, así como en sectores selectos de
la misma en América Latina sobre todo porque Rainaro Panzieri, Mario Tronti y Antonio
Negri etcétera intentaron enfocar el desarrollo de la historia de la clase obrera
considerándola como poder autónomo, como sujeto histórico, y no como mero ente
pasivo que sufre el sometimiento del capital. Y utilizaron esta reflexión histórica sobre
las luchas obreras y su impacto en la reestructuración del capitalismo para plantear la
política de izquierda del día de otro modo que plegada a las directrices del capital y a la
defensiva, cual había sido la práctica de la socialdemocracia y de los partidos
comunistas en todo el mundo durante toda la segunda posguerra mundial.
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Lo dicho es el lado positivo de la cuestión, alimentado por un rescate muy valioso


de El capital de Marx por estos autores. Pero estos hitos no arribaron por casualidad o
por error a la figuración falaz del capitalismo mundial como imperio sin imperialismo,
según aparece en la última obra de (H+N), sino que arribaron allí con alto grado de
consecuencia en lo específico de sus planteamientos autonomistas sobre el desarrollo de
la clase obrera y su política. He aquí sólo indicado el lado negativo de la cuestión y que
tematizaremos en lo que sigue. Criticaré el planteamiento autonomista desde tres
flancos distintos. Primero por su incoherencia interna; segundo, confrontándolo con el
Marx tanto el de El capital como el de los Manuscritos de 1844; tercero, confrontándolo
con la realidad. Esto es, por su relación con sus propios conceptos; por su relación con
Marx y por su relación con la realidad; en fin, por incoherente, por falaz respecto de
Marx y por no verdadero respecto de la realidad.

Lo cual nos servirá para demostrar la actualidad de la reflexión de Marx en


“Propiedad privada y comunismo” sobre el desarrollo de las luchas obreras, su historia y
la política proletaria del día.

Recuperando la significación total del aforismo

Si bien nos fijamos, el aforismo que nos ocupa contiene la idea del desarrollo total de la
sociedad burguesa y la precisión acerca de la forma de su revoluncionamiento. Por eso
es que pudo promover en el texto de Marx una larga exposición (casi todo el tercer
manuscrito) que podemos considerar como un comentario en siete pasos sobre dicho
aforismo.
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Esquema 1. Secuencia del manuscrito de Marx

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Prólogo

Los primeros cinco se refieren al desarrollo político y teórico del comunismo, o


“superación de la autoenajenación”; el sexto, es la crítica de la filosofía y la
dialéctica de Hegel, esto es, esencialmente a su modo de entender la “superación”;
lo que lo conduce a quedar preso de la sociedad burguesa, limitándose a reflejarla
filosóficamente o, en otros términos, la negación de negación en Hegel es sólo una
pseudosuperación, por lo cual su dialéctica no es apropiada para la revolución
comunista a menos de ser invertida críticamente; de donde el séptimo paso: la
reflexión crítica sobre la enajenación de las necesidades bajo el capitalismo. Esto es,
la condición global de la “autoenajenación”; la cual es correspondiente con la
estructura de la filosofía de Hegel, que es su clave. Por eso es que Marx intercala en
su crítica a Hegel los pasajes de este séptimo paso de crítica a la enajenación de las
“necesidades, producción y división del trabajo” capitalistas. Así titularon los
editores este pasaje pero desafortunadamente lo extirparon de la crítica a Hegel y lo
antepusieron a ella, rompiendo la secuencia de pasos argumentales generados por el
luminoso aforismo que nos ocupa.

Esquema 2. secuencia de la edición de los Manuscritos de 1844

Excurso Excurso II
I
1. 2. 3. 4. 5. 7. 6. Prólogo
Propiedad P r i v a d a y C o m u n i s m o NPDT El Dinero CDFHG

Y, aún peor, desvinculando, con ello, la crítica a Hegel (6) respecto de la


reflexión sobre el comunismo (1-5) y a ésta respecto de la enajenación total de la
sociedad burguesa (7).
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Sin embargo, esos siete pasos son simplemente la explanación del hecho de que
“la superación de la autoenajenación hace el mismo camino que la autoenajenación”.
Aforismo que contiene toda una nueva racionalidad superadora de la burguesa y, aún, de
la de Hegel basada en la dialéctica de la sociedad burguesa, o de la autoenajenación,
siendo este su horizonte; mientras que la de Marx se basa en la dialéctica de la lucha del
proletariado, la de la superación de la autoenajenación, esto es, se basa en la
superación de la sociedad burguesa. Por eso, la tesis X ad. Ludwing Feuerbach siendo
válida su aplicación también para el idealismo hegeliano ⎯con base en lo expuesto por
la tesis I iii ⎯ la tesis X informa puntualmente que “El horizonte del viejo materialismo es
la sociedad civil o burguesa; mientras que el del nuevo [el de Marx] la sociedad humana
o la humanidad socializada”

Del tal manera, el aforismo sobre el desarrollo de la lucha de clases en el


capitalismo hasta sepultarlo contiene dentro de sí implícitamente –o si se quiere germina
en su interior- ese otro aforismo con el que Marx revoca de parte a parte a toda la
filosofía hegeliana simplemente cambiando una palabra de una célebre formulación de
Hegel. A saber, aquella que dice: “la autoconciencia es simismática” pues Marx dice no
que la autoconciencia lo sea sino que “el hombre es simismático”. Aforismo en el que se
asienta toda otra captación del ser y de la historia, no sólo otra política proletaria.
Ambos aforismos son correspondientes: uno reconduce al otro y viceversa.

2. Propiedad Privada y Comunismo y el aforismo de Marx

Si preguntamos cómo es que transcurre la lucha de clases hasta sepultar al


capitalismo, Marx contestaría que siguiendo la veta que el propio capitalismo impone,
pues la lucha depende de la forma en que el enemigo se presenta; que el salto ⎯no
importa en que estilo se haga⎯ depende del obstáculo, pues el cómo depende del qué a
superar. iv Y bien, antes (en el excurso I) de escribir la luminosa idea que estamos
comentando (con la cual inicia el Excurso II) Marx señala el qué que la condiciona: la
relación del capital con el trabajo a través de la que aquel se enriquece a costa de éste
es contradictoria, y por su propio dinamismo “impulsa enérgicamente a su disolución”
esto es, a una solución que la destruye. Ahora bien, ¿cómo ocurre esta superación a
favor del trabajo y contra el capital? Y Marx contesta: “la superación de la
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autoenajenación hace el mismo camino que la autoenajenación” y, luego, pasa a ilustrar


con algunos hitos históricos del socialismo y del comunismo esta afirmación: aludiendo a
los socialistas Proudhon, Fourier y Saint Simon y, luego, al comunista Graco Babeuf no
precisamente en orden cronológico sino lógico, pues Proudhon es posterior a todos ellos
y Babeuf anterior a los socialistas. No obstante, ese orden lógico corresponde con uno
histórico: el del desarrollo de la economía política burguesa, a su vez correspondiente
con el desarrollo histórico del capitalismo. En efecto, la posición política de Proudhon
enfrenta al capital como cosa a abolir en correspondencia con el metalismo de la
primera economía política burguesa, la mercantilista, obsesionada en acrecer los fondos
monetarios de la nación; y la posición agricolista de Fourier corresponde a la de los
fisiócratas, dice explícitamente Marx ⎯mostrando su clave interpretativa⎯ tal y como
la de Saint Simon corresponde a la del industrialismo, digamos, de la economía clásica
burguesa de Petty, Smith y, sobre todo, David Ricardo.

Ahora bien, también la posición comunista ⎯comenzando con la de Babeuf y


terminando con la del propio Marx, expuesta por él en el tercer manuscrito⎯ se
corresponde con la economía política clásica inglesa pero en vista de abolir la
propiedad privada plenamente.

3. El aforismo en cuanto tal

Resalta el que en el aforismo que nos ocupa Marx diga autoenajenación por decir
capital. Pero es que así va al fondo del problema en vista de resolver la pregunta
implícita ⎯que hemos restablecido y⎯ que conecta el primer párrafo de propiedad
privada y comunismo (excurso I) si, conecta ese párrafo cuyo final habla de la “relación
energética que impulsa a su disolución” ⎯que eso es el capitalismo, la relación
capitalismo, la relación capital-trabajo⎯ si, esta idea, este qué es conectado por una
pregunta implícita con la exposición del modo en que se supera la contradictoria
relación capitalismo. Y bien, el capital ha sido producido todo él por el trabajador y ha
quedado en manos ajenas a éste, en propiedad del burgués. El obrero ha desplegado,
pues, un trabajo enajenado, nos dijo Marx al final del primer manuscrito v . Y él, el
trabajador, es por su parte el sujeto de ese trabajo; así que con la actividad del obrero
se trata de una autoenajenación (Selbstentfremdung) la cual resulta en un producto
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igual cada vez: el capital. Todo él es el resultado de la autoenajenación del obrero, es


de parte a parte la autoenajenación puesta en pie. Por eso, Marx puede nombrar al
capital con el nombre que alude a su esencia: autoenajenación. De esta manera indica
⎯borrando todo misterio⎯ cómo y por qué es que existe. Y si los seres humanos
sometidos al capital que así se autoalienan quisieran liberarse ⎯como obligadamente
quieren pues que su autoenajenación, el capital los niega⎯ no harán al actuar su
autoliberación sino deshacer lo que han hecho, seguir el camino de su propia
autoenajenación. vi El capital no es sino un pseudosujeto, vii todo él no es sino
autoenajenación del obrero; quien es el sujeto auténtico.

Pero obsérvese, el trabajador es el sujeto auténtico no sólo de su autoliberación o


“superación de la autoenajenación” sino también el sujeto auténtico, el único, de su
propia autoenajenación. El obrero hace el doble camino. Por eso es que no debe
traducirse que se “sigue el mismo camino que la autoenajenación” (Wenceslao
Roces) o que se “recorre” ese camino (José María Ripalda) sino tal y como Marx
dice viii de modo completamente coloquial recuperando en este punto la sabiduría del
sentido común, que aquí atina en lo esencial. Y Marx dice no que recorre ni sigue
sino que “la superación de la autoenajenación hace el mismo camino que la
autoenajenación” si, que el obrero hace al capital ⎯hace la autoenajenación⎯ y
hace la superación del capital. Que el obrero es la autoenajenación y hace también
el camino. Y esto último no sólo en el sentido de que sigue una ruta preexistente
como lo indicaría la metáfora espacial “recorrer el mismo camino” o seguirlo, sino
que el camino o la ruta no existe, sino que el obrero la pone, la hace, y sólo porque
la hace la recorre. La fuerza de la praxis humana es lo que Marx ha intentado que
luzca en plenitud en la respuesta a cómo es que los obreros luchan contra el capital
y triunfan sobre él luego de haberlo también producido. Por eso es que habla de este
modo dialéctico esencialista: “la superación de la autoenajenación hace el mismo
camino que la autoenajenación” donde tenemos a la praxis ubicada tanto en la
acción de superación, como en la de autoenajenación.

El singular camino que se hace o se sigue es por cierto un doble producto, un


doble hecho, un doble hacer del obrero: por un lado de la acción de superación y,
por otro lado, de la autoenajenación, esa acción del obrero que redunda en ser
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capital y que condiciona materialmente a la acción superadora, esto es, a la lucha


revolucionaria.

Debo señalar que pormenorizo en estas ideas no sólo porque los obreristas
italianos al rescatar a la clase obrera como sujeto histórico ⎯lo que constituye un
progreso para el análisis histórico del capitalismo⎯ retoman esta idea de Marx pero
sin todo lo que involucra y la sostiene, así que construyen un despropósito, se
autoenajenan, digamos, y obligan a criticarlos para superar esa enajenación de la
conciencia comunista. Pero pormenorizo no sólo para comentar o discutir ese
despropósito sino, sobre todo, porque al pormenorizar restablezco directamente la
coherencia de la conciencia comunista acerca de su propia praxis. Y bien, me mueve
la fascinación de ese aforismo de formulación luminosa tan concentrada y rica. Cuya
fuerza impulsa a que se la libere para que vitalice a todos.

CAPÍTULO 2. El Imperio Aprisiona la Mente del Obrerismo

4. La historia de la lucha obrera análoga al aforismo de Marx de 1844 (Mario Tronti y


Sergio Bologna)

Mario Tronti ix (y Sergio Bologna) x establecieron una idea fundamental del obrerismo
italiano: que la organización de la clase obrera dependía cada vez más de la
composición de la clase. Esto es, cuando los trabajadores no son calificados les
corresponde una forma de organización diversa que cuando lo son etcétera. Idea que
constituye un aspecto de la más general de Marx y que venimos comentando: “la
superación de la autoenajenación ⎯ aquí la forma de organización⎯ hace el camino
(o depende) de la autoenajenación misma” ⎯aquí la composición de clase⎯. Pero
Mario Tronti añade un corolario equivocado. Pues ⎯según él la anterior idea implica
convalidar las formas previas de organización que ha mostrado la clase (el
sindicalismo, la socialdemocracia, y el leninismo etcétera) a la vez que obliga a
criticarlas hoy como ya obsoletas. Ambos aspectos establecen para él la
especificidad histórica de esas formas de organización. Dimensión efectivamente
decisiva a establecer. Pero se trata por un lado, de una especificidad formal y
burocrática porque no incluye azar en la historia; y, de otro lado, es una
pseudoespecificidad por ser doblemente oportunista: tanto porque convalida para el
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pasado las formas de organización previas sin criticarlas para su momento,


presuponiendo que no se cometieron errores; mientras que, de otro lado, las revoca
para el presente por decreto o sólo porque fueron pasadas sin demostrar que todavía
son vigentes o que no lo son.

Este modo de considerar la superación (aquí de la autoenajenación) o negación


de negación (aquí la forma de organización niega o sale a la defensa de la
composición de clase establecida por la división del trabajo para explotar a la clase
obrera en un momento dado) este modo de considerar a la negación de negación o
superación, digo, es análogo al de Hegel puntualmente criticado por Marx en el
inciso 6 del Tercer Manuscrito de 1844, mismo que constituye un complemento a la
reflexión de Marx sobre el comunismo y, en general, de la idea de que “la superación
de la autoenajenación hace el mismo camino que la autoenajenación”. xi En efecto,
también Hegel convalida todas las formas de enajenación pasadas como momentos
necesarios del desarrollo del espíritu; y aunque los crítica desde los momentos
posteriores y desde la actualidad, los mantiene vigentes; así que la forma de
enajenación presente ⎯por ejemplo el Estado burgués⎯ aparece como forma
desenajenada de afirmación del espíritu. Al modo en que en cada ocasión ⎯pero
precisamente para no criticar un ápice la forma de lucha actual⎯ la lucha obrera es
a priori trascendente y autónoma, así que determinante de las formas de
reorganización del capital ⎯sin que la condición previa de éste la determine a su
vez⎯.

Tanto en Hegel como en Tronti hay sólo una pseudohistoria ⎯en Tronti del
desarrollo capitalista⎯ en la que se escenifica el decurso necesario de las formas del
espíritu en Hegel y de las de organización de la clase obrera en Tronti.

El caso personal de este es aleccionador porque a mediados de los sesentas del siglo
XX sale del Partido Comunista Italiano para formar parte de la izquierda
extraparlamentaria, precisamente en el tiempo en que lleva a cabo las reflexiones
antecedentes, pero para volver al Partido Comunista Italiano en 1970 ¿cuál es el
verdadero Tronti? ¿El del Partido Comunista Italiano o el extraparlamentario
enfrentado virulentamente con ese partido? Ninguno de por si sino los dos; porque,
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en realidad, Tronti ⎯en su reflexión sobre la historia de la lucha obrera⎯ no ha


hecho una crítica sólida del Partido Comunista Italiano sino sólo aparente por lo que
resultó ser doblemente oportunista. Y es ilustrativo su caso porque estas
determinaciones teóricas implícitas en su discurso llegó a realizarlas
biográficamente, pasando a establecer la justificación “histórica” de los programas
socialdemócratas del Partido Comunista Italiano de entonces, basándose en el éxito
salarial del sindicalismo norteamericano de los treinta.

El esquema general es como sigue:

1. Intenta ir más adelante que la otra izquierda y por tanto


2. retoma a Marx
3. a quien le añaden un nuevo trazo pero que no es compatible con Marx sino que lo
niega ⎯aunque intenta ser su desarrollo⎯ precisamente porque se construye en
vista de denegar a la otra izquierda
4. Por un tiempo son marxistas y radicales pero pronto se abre paso la denegación
implícita de Marx que hicieran sin percatarse. Innúmeros marxistas de los setenta
ochenta y noventa siguieron pauta análoga en diversos diapasones

5. El error fundamental de los obreristas italianos

Los obreristas italianos consideraron a la clase obrera como fuerza de trabajo


sometida al capital; pero una vez que lucha contra éste en tanto fuerza revolucionaria,
captan a la clase obrera siguiendo a Marx en la idea de que es el único sujeto auténtico
pero viéndolo, a la vez, como sujeto autónomo, factor de su autoliberación pero ya no
⎯como Marx lo hace⎯ como factor de su autoalienación. Es decir, que en la economía
el obrero es sometido pero en la acción política ⎯sólo por no ser económica⎯ lo
consideran ya autónomo como si no hubiera política obrera alienada; sobre todo la de
base. Los obreristas italianos cometieron el error fundamental de asumir al obrero como
sujeto autónomo no obstante considerarlo dentro de la relación capitalismo. Supieron
dialectizar al capital no viéndolo como cosa sustantiva sino producida por el obrero, al
tiempo que como relación producida por este; pero a costa de cosificar al obrero al
proponerlo como sujeto sustantivo y autónomo no obstante incluirlo de palabra en la
relación capitalismo, confundieron sujeto auténtico (Marx dixit) con sujeto autónomo
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(Tronti dixit) xii ; pero es auténtico en tanto sometido o bien, no obstante encontrarse en
una relación de sometimiento es posible descubrir su autenticidad. Sin embargo los
obreristas parecen olvidar esta relación. Pero un sujeto así ⎯sin relación real con la
objetividad que produce⎯ es una mera fantasía, un sujeto meramente ideal aunque los
autonomistas italianos lo quieran material y colectivo como clase obrera autónoma.

Cierto que la clase obrera es el único sujeto auténtico de la sociedad burguesa pues
produce la totalidad de la riqueza del modo de producción capitalista; pero es un sujeto
materialmente determinado. Lo que para el caso significa que no sólo está atado a su
elección tal y como Sartre xiii habla de la conciencia libre (pero obligada a elegir).
Además está atado a sus actos materiales y a los productos materiales de los mismos, a
la riqueza burguesa que produce. Y aún está atado a los actos materiales de los otros
hombres ⎯de cada obrero singular y del capitalista⎯ que responden a aquellos actos y a
la riqueza burguesa producida por ellos. Y está determinado por los actos de los otros,
así sea que esos otros ⎯es decir, del capitalista y de su ejército antiobrero ideológico y
práctico material⎯ hayan sido suscitados precisamente por la existencia material de la
riqueza producida por la clase obrera. Único sujeto auténtico de la relación capitalismo
pero sometido al capital. Por lo que la clase obrera como sujeto autónomo sólo puede
ser un resultado histórico del despliegue de esa misma clase, no una premisa o un a
priori como sucede en el discurso de los obreristas autonomistas italianos. xiv Veamos
algunos de sus planteamientos decisivos: expuestos en publicaciones tales como
cuaderni rossi (1960-1966 clase operaia (1964-1967) laboro zero (1975) contropianno
(1967-1972) primo maggio (1973 en adelante) y cuaderni del territorio (1976 en
adelante)

6. Imperio y la reorganización y reestructuración del capital producto de la lucha


obrera autónoma.

Pottere operaio, il manifesto y Lotta continua fueron las organizaciones


extraparlamentarias que forjaron el obrerismo autonomista italiano ocupándose del
estudio de la lucha de los trabajadores de base. Considerándola como autónoma, toda
vez que querían zafarla de la tutela del Partido Comunista y de la Socialdemocracia; así
como de la idea kautzkiana leniniana de que la conciencia de clase no era espontánea e
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inherente a los obreros sino importada de fuera en tanto hecha por intelectuales no
obreros; combatiendo contra esta idea zafaron ⎯sin percatarse⎯ a la clase obrera de su
condición sometida al capital; sobre todo cuando se ocuparon del estadio de la lucha de
clases de la clase trabajadora; donde quisieron ver que esta no había sido mera víctima
y que no propone sino que sólo reacciona y defiende sus intereses sólo ante el ataque
del capital.

Por lo que no quisieron restringirse a considerar con Marx que el poder de los
trabajadores para derrotar finalmente al capital depende de su lucha cotidiana ⎯esa a
la que están forzados⎯, la cual obliga al capital cada vez a reorganizarse para
contrarrestarla. Es decir que, según Marx es una víctima activa y que se autoenajena,
pues al provocar la reorganización del capital produce su propio sometimiento en forma
más desarrollada. Mientras que los obreristas captaron triunfalista y voluntaristamente
el efecto producido necesariamente por las luchas obreras ⎯la reorganización del
capital⎯ y la captaron como proviniendo de ninguna acción reactiva de los obreros
contra el capital sino por una básica acción libre y trascendente de éstos.

Es decir, que no captaron que también la trascendencia debe ser producida por la
clase obrera; es decir, que ésta debe probar con hechos que ha logrado producirla en
lugar de partir de ella como de premisa siempre ya dada.

De tal manera, el desarrollo mundial capitalista no sólo es producto de la


economía sino de las luchas obreras contra el capital y la reacción de éste contra las
mismas. Los obreros aparecen en la escena política de la lucha de clases como fuerza
productiva (procreativa) que confrontan a las relaciones de producción capitalistas y a
las formas de organización previas de la clase obrera que corresponden a esas
relaciones. De tal modo las fuerzas productivas procreativas obreras producen una
situación capitalista posterior a partir de combatir la situación capitalista previa.

Evidentemente cabe la posibilidad ⎯en esta dialéctica sometida⎯ de que el


capital no logre reorganizarse eficazmente ante el ataque obrero, así que la situación
capitalista posterior no ocurra. Pero el que tal posibilidad general se verifique o
actualice particularmente en este o este otro evento, debe ser probado con hechos.
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Entonces la trascendencia histórica ha sido producida efectivamente. Pero es esta


prueba precisamente la que los autonomistas olvidan; y borran la referida posibilidad
histórica precisamente porque no la consideran como posibilidad sino ya como hecho
consumado cada vez. Es así como Antonio Negri y Michael Hardt dicen en Imperio que
este es el producto no del desarrollo capitalista sino de las luchas obreras.

Decir lo cual es un despropósito completo si no se añade que se trata de un


producto enajenado, mismo que la burguesía pone a su favor y contra la clase obrera. Es
decir, que el imperio es un producto del desarrollo capitalista toda vez que este somete
a la fuerza de trabajo para producir plusvalor y también a la fuerza revolucionaria de la
clase obrera para producir historia capitalista... a menos que esta clase pruebe lo
contrario en los hechos. xv

En mi El siglo de la hegemonía mundial de Estados Unidos. Guía para comprender


la historia del siglo XX. Muy útil para el XXI xvi . he intentado representar teóricamente
el desarrollo capitalista precisamente de este modo ⎯siguiendo a Marx a partir de sus
conceptos de subsunción formal y subsunción real del proceso de trabajo inmediato bajo
el capital⎯ como desarrollo de la subsunción formal y real de la historia bajo el capital.
E incluso la Revolución de Octubre de 1917 la considero como acto político autoalienado
al desarrollo del capital mundial. Toda vez que no probó fácticamente haber trascendido
a esta relación histórica. Con lo cual la URSS se convirtió en un hito del desarrollo
mundial del capitalismo del siglo XX, precisamente sometido a un proceso de capitalismo
más basto: la forja secular de la hegemonía mundial de EU etcétera.

7. Imperio recoge tesis autonomistas

En Imperio el esquema teórico de (H+N) establece que: “Necesitamos identificar


[...] la subjetividad de los movimientos sociales del proletariado en el centro del
escenario de los procesos de globalización y constitución del orden mundial”. xvii

Pues allí tenemos “el motor realmente eficiente que conduce el desarrollo
capitalista desde su núcleo más profundo”: los movimientos y luchas del proletariado
...” xviii Postura acorde con la de Marx sobre la praxis humana y proletaria en
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particular. xix Pero HN le dan aún el siguiente sesgo: “la historia posee una lógica sólo
cuando la subjetividad la dirige, sólo cuando (como decía Nietzsche) la emergencia de la
subjetividad reconfigura causas eficientes y causas finales en el desarrollo de la
historia”. xx Esta misma idea Marx la matiza así: “los hombres hacen la historia pero en
condiciones determinadas independientes de su voluntad” pero HN recurren a Nietzsche
precisamente, para deshacerse de esas condiciones determinadas independientes de la
voluntad de los actores.

Pero, además de por las premisas, se puede criticar la tesis de HN asintiendo con
su formulación resultante pero añadiendo: si, claro que ese es el alto papel de la
subjetividad, “de los movimientos y luchas del proletariado” pero sólo en tanto los
consideramos como sometidos bajo el capital, con base en la sf y sr pti/k. xxi

Antonio Negri fue leninista así que el subjetivismo y voluntarismo del partido
revolucionario de Lenin fue su punto de arranque; pero desde mediados de los sesenta
del siglo xx criticó esta postura a favor, sin embargo de otro subjetivismo: sin
“maduración o aprendizaje revolucionario de la clase obrera” que la lleva de ser clase
en si a ser clase para sí; paso que Lenin resolvía en la relación de la clase con el partido.
No es este el caso de Negri y Hardt para los cuales la constitución del sujeto no depende
de esta conquista sino que sus condiciones para la liberación están siempre dadas a
priori. xxii

“De ahí que cuando los autores de imperio se enfrentan con la situación de
comienzos de los ochenta y la mayor parte de los noventa donde se consolida el auge
neoliberal, donde el sujeto real se encuentra fragmentado y en retirada, lejos de las
“llamas constituyentes” de los años setenta su matriz teórica se vuelve absolutamente
incapaz de explicar la realidad”. xxiii Por aquí, llegan a la sorprendente y fantástica tesis
de que la hegemonía de EU está realmente sostenida por el poder antagónico del
proletariado de EU”. xxiv Y aunque en Europa la representación sindical y partidaria de los
trabajadores es reformista y sometida a la burguesía, constituye un “sinsentido” lo que
hacen HN: “celebrar la debilidad de la organización sindical y la ausencia de la más
mínima representación de clase en el sistema político bipartidista norteamericano como
una muestra de fortaleza...”. xxv
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El autonomismo y su método de análisis ultrasubjetivista ⎯dicen Juan Chingo y


Gustavo Dunga⎯ tuvo su origen histórico en “la euforia de las luchas sesentistas y
setentistas combinada con el (justificado) disgusto de muchos intelectuales de la
izquierda marxista con el estructuralismo y el antihumanismo de Althusser”. xxvi Pero
olvidan Juan Chingo y Gustavo Dunga que la enérgica negación teórica del sujeto por la
escuela althusseriana a partir de 1964 xxvii refiguraba de modo sofisticado una negación
práctica del mismo forzadamente instaurada por la socialdemocracia y los partidos
comunistas desde años atrás y que fue contestada en Italia a inicios de los sesenta
(1960-62) xxviii por los autonomistas tanto teórica como prácticamente. Así que Althusser
ya fuerza sus propios conceptos ⎯entre otras cosas⎯ para intentar desvirtuar los de
aquellos y su práctica. Salidos de las filas de leninismo y, aún, del PCI, compartían con
Althusser su inclinación a poner a El capital ⎯texto que conocen mucho mejor que
Althusser y su escuela⎯ en contra del joven Marx, aunque saben tomar del activismo de
estas xxix sugerencias enjundiosas, xxx también a diferencia de Althusser.

Así que se le enfrentaron y, aún, al PC; pero en un nivel básico quedaron presos
de las premisas voluntaristas del stalinismo contra cuyos efectos se alzaron contra la
intención antiestalinista de los obreristas italianos cuya grave paradoja consiste en
situar al sujeto en el centro pero denegándolo ¿cómo? Pues al exaltar su autenticidad
como autonomía olvidan su sometimiento así que lo que el obrero hace como sometido
creen que lo hace por liberado así que el camino de la liberación auténtica de éste se les
escapa de las manos. Su voluntarismo libertario los esclaviza correlativamente al
voluntarismo burocrático estalinista contra el que se alzaron.

7.1. Imperio y sujeto autónomo

Y bien, si el capitalismo está determinado menos por sus contradicciones


objetivas estructurales y más ⎯al final únicamente⎯ por la acción rebelde de la clase
obrera según HN, contra la que el capital reacciona y, así, se reconfigura cada vez,
tenemos que hoy se reconfigura sin contradicciones imperialistas ⎯fantasean
cómicamente HN⎯ y, sí, como imperio que expresa en su unicidad coherente la del
único sujeto que lo produce con creciente racionalidad: el proletariado.
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Antonio Negri y los autonomistas comenzaron exaltando la acción política rebelde


del sujeto proletario aún por sobre la objetividad del capital o, precisamente, por sobre
ella, y llegaron ⎯hoy sorprendentemente Negri con Hardt⎯ a proyectar en el objeto al
sujeto puro que desearon, cayendo, así, en brazos del enemigo al que llamaron Imperio.
Y lo vieron puro así que lo calificaron de inmaterial y desterritorializado. Por ningún
motivo se crea que ese imperio es EU y que ellos se abrazaron a un enemigo impuro.

7.2 . Hardt y Negri autoenajenan a la clase obrera

En realidad, la fábula del sujeto puro ⎯ya vimos como Tronti la repitió a lo
Hegel⎯ no la aprehendieron en Marx. Las cátedras de esa materia las imparte el
capitalismo, pues el valor que se valoriza es esa ígnea pureza que devora a todo valor de
uso para acrecerse, sobre todo, al de la fuerza de trabajo y, aún, al de la fuerza
revolucionaria del proletariado mientras puede. Y bien, esto que ha sucedido
históricamente por siglos Hardt y Negri lo vuelven a escenificar imbuyendo al imperio
con esa fuerza, al tiempo en que figuran falazmente la acción histórica de la clase
obrera enajenada al capital tanto laboral como políticamente. Si, ⎯creyendo hacerle un
favor⎯ han figurado falazmente a la clase obrera de carne y hueso a imagen y
semejanza del valor que se valoriza en toda su libre pureza. Mientras que la clase obrera
cargada de materialidad, miseria, contrafinalidad y sometimiento redoblado se aliena y
se realiena cada vez. Pues hasta que no se sube la cuesta y se llega realmente a la
cumbre no se ve el valle del otro lado ni menos se desciende la cuesta. Pero eso sí, hay
que decirles a HN que la clase obrera alienada y que se realiena es el único sujeto
auténtico, mientras que el capital sólo pseudosujeto. Y ellos lo han escogido a él para
encapuchárselo a la clase obrera para que ésta se vea mejor, para que la jeta de pobre
de esta no se mire; así que en medio de su alienación y reenajenación le reexpropian la
capacidad (subjetiva) y la posibilidad (objetiva) de llegar a liberarse realmente (no sólo
en la fantasía). No obstante que en esto ⎯y únicamente en esto⎯ consiste el hecho de
que la clase obrera es el único sujeto auténtico aunque se encuentre alienado y su
alienación sea un proceso histórico precisamente.

8. Objetivismo, subjetivismo o su combinación: falsas salidas (La Sagrada Familia)


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Pero no se crea que salimos del atolladero si le damos todo al objeto, al capital y
a sus contradicciones, sepultando al sujeto bajo sus propias cadenas y pasando a
desconocerlo como sujeto ⎯ya Louis Althusser de la mano de Heidegger lo hizo⎯; o
simplemente siendo indiferente a él como en el objetivismo de Giovanni Arrighi en su
Largo siglo XX donde el capital se derrumba en el siglo XXI por arte de magia de un ciclo
sistémico de acumulación; pero tampoco se resuelve el problema tratando a la clase
obrera como sujeto pero como sujeto pelele que sólo el partido sabe como guiar, según
fue la práctica staliniana y antes la socialdemocrática (y, en medio, la de Lenin
esforzándose en zafarse de la trampa sin lograrlo). El objetivismo sepulta a la revolución
de entrada y el subjetivismo la exalta de entrada para sepultarla resultantemente, como
lo ilustra Imperio de HN.

Y la salida tampoco es la combinación del objetivismo y el subjetivismo, como


quien mira cara a cara las contradicciones de la realidad; como quien capta las
contradicciones objetivas del capitalismo y, a la vez, la contestación obrera al capital
como factores de la historia. xxxi

Con un solo factor unilateralizado se está preso tanto como con otro. Y con dos
factores combinados en paralelo también pues que ya uno unilaterizado remite de todos
modos implícitamente al otro; así que queriendo zafarse del error de Negri se recae en
él o en el de Arrighi, y queriendo salvar el de Althusser o el del PCI se recae en ellos
como le sucedió a Negri teóricamente. xxxii Tal es el círculo dialéctico de la enajenación.

La dialéctica revolucionaria no se conforma con constatar las contradicciones


pues esto la reduce a lo ya dado: un mundo de contradicciones. Ni se salva con sólo ver
un aspecto de la contradicción (por ejemplo el subjetivo) porque entonces se condena a
sufrir la contradicción sorpresivamente cada vez. Sino que determinar ambos polos de la
contradicción es apenas el comienzo de la labor de la dialéctica revolucionaria; misma
que se completa sólo cuando establece la función que cada polo cumple en la
contradicción. Uno ⎯cuál y como⎯ en tanto polo dominante; el otro ⎯cuál y cómo⎯
en tanto dominado pero con potencia para liberarse.

Desde su inicio el movimiento socialista ha experimentado la dialéctica de la


enajenación en carne propia. Así que el joven Marx ya la testificó en los estragos que
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aquella causó en el movimiento socialista. Por eso diseñó su discurso crítico comunista
precisamente para resolver el enigma, cuando también otros lo intentaron sin lograrlo.
Él pudo diseñar la CEP precisamente de acuerdo con la clave descubierta a tal fin. Y aún
la expuso ⎯casi dialogadamente como preguntas y respuestas⎯ en La sagrada familia o
Crítica de la crítica crítica de Bruno Bauer y Consortes. Lo cito: “Proletariado y riqueza
son términos antagónicos. Forman, en cuanto tales, un todo. Ambas son modalidades del
mundo de la propiedad privada. De lo que se trata es de la posición determinada que
una y otra ocupan en la antítesis. No basta con decir que se trata de los dos lados de un
todo.

La propiedad privada en cuanto propieda privada, en cuanto riqueza, se halla


obligada a mantener su propia existencia, y con ella la de su antítesis, el proletariado.
Es éste el lado positivo de la antítesis, la propiedad privada que se satisface a sí misma.

Y a la inversa, el proletariado en cuanto proletariado está obligado a destruirse a


sí mismo y con él a su antítesis condicionante, que lo hace ser tal proletariado, es decir,
a la propiedad privada. Tal es el lado negativo de la antítesis, su inquietud en sí, la
propiedad privada disuelta y que se disuelve”

9. Panzieri y el desarrollo tecnológico mediante lucha obrera (de la subsunción


formal a la subsunción real)

En “plusvalor y planeación: notas de lecturas de El capital” xxxiii Raniero Panzieri


reconoció que el desarrollo tecnológico ocurre como respuesta de los capitalistas a la
lucha de la clase obrera contra la explotación (no sólo pero sí principalmente, habría
que matizar) respuesta caractarizada por introducir niveles crecientes de planeación
objetiva, de modo que la explotación de plusvalor dependa cada vez menos del humor
de los obreros.

Los diversos capitales enfrentados por la clase obrera se ven obligados a


cohesionarse y responder reorganizando la producción en la fábrica de modo cada vez
más planificado.
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Karl Marx expone en el Tomo I (secc. IV) de El capital los hitos de este proceso
contradictorio a trav´s del que ocurre una modernización creciente del proceso de
trabajo, desde su figura artesanal heredada por el capital hasta la maquinaria gran
industrial en desarrollo. Así que el paso de explotación del plusvalor absoluto a la del
plusvalor relativo y luego, la creciente explotación de este ocurre por medio de la lucha
de clases. El paso de la sfpti/k en la que se explota plusvalor absoluto a la SRPTI/K ⎯en
la que se explota plusvalor relativo⎯ ocurre sólo en segundo lugar como resultado de la
competencia entre los capitales (o contradicción capital-capital) por obtener
plusgancias, xxxiv pero es, en primer lugar, resultado de la contradicción capital-trabajo
en la que la lucha política de la clase obrera contra el capital obliga a éste a desarrollar
la tecnología como reducto final mediante el cual termina este por apaciguar la lucha
obrera después de intentos varios: jurídicos, represivos, distractivos, etcétera. xxxv Pero
Panzieri viendo que el desarrollo tecnológico capitalista depende de la emergencia de la
lucha obrera y no de decisiones libres sino obligadas de los capitalistas, ensalza la fuerza
progresista de tales luchas y las señala como “lucha autónoma de la clase trabajadora”,
como quien olvida que son luchas obligadas por el sometimiento que el capital le impone
a dicha clase. Confunde pues el arrinconamiento con libre elección heroica y la carencia
con virtud, y, en fin, el logro posible de la lucha ⎯la autonomía real⎯ con su premisa;
por eso ⎯antes de ver cualquier resultado⎯ nombra autónoma a la clase obrera que
lucha.

He aquí un curioso triunfalismo que más se ufana cuantas más derrotas sufra y si
tiene éxito no lo distingue de aquellas; todo se confunde en la embriaguez del triunfo
fantaseado. Así que el triunfo real en verdad se aleja o se imposibilita francamente
porque nos negamos a ver la realidad de la lucha. Este motivo se heredará al resto de
autores obreristas.

9.1 Mario Tronti autonomiza a la clase obrera y eterniza al capital

En 1963 Mario Tronti xxxvi deriva de la tesis de Panzieri, que, entonces, el capital
no es algo independiente de la clase obrera. Son polos dialécticos interpenetrados en la
misma relación. Pero como simultáneamente ⎯y aquí lo incoherente de su
planteamiento⎯ capto este vínculo a propósito de la lucha política de la clase obrera
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contra el capital ⎯calificada por Panzieri de entrada como autonóma⎯ Tronti no sólo
pone en dependencia al capital respecto del proletariado sino que olvida que éste
depende así mismo del capital; y, más bien, ve los esfuerzos del capitalista por someter
aún más a la fuerza de trabajo como si fueran sólo por someterla; mientras que ensalza
el que, por otro lado, la clase logre independencia en su lucha. Así que de la dialéctica
entre el capital y el trabajo llegamos a la unilateralidad autonomista del sujeto
proletario del que depende el capital pero aquel no depende de éste. Así que el
sometimiento cada vez mayor de la clase obrera al capital producto precisamente del
paso ⎯mediado por la lucha de clases⎯ de la SF a la SRPTI/K y luego de los diversos
estadios de subsunción real, no son registrados como de mayor y más perfecto
sometimiento sino como triunfos a través de los que la clase obrera obliga al capital a
reorganizarse (al parecer sin el efecto de resometerla perfeccionadamente).

El “hubo historia pero ya no la hay” con el que Marx ironiza a la ideología


burguesa en general y, en particular a Hegel y a Proudhon, xxxvii se convierte aplicado a
Tronti y los autonomistas en el “hubo dialéctica pero ya no la hay, hubo sometimiento
pero ya no se lo percibe; todavía hay historia, pero ya dejamos de entenderla; y como
hemos pasado a eternizar al capital sin quererlo... ya no hay historia”.

9.2. Esclavo sin amo y x cero

Los marxistas previos ⎯presos en la escolástica estaliniana y en la de la


socialdemocracia⎯ observaban el desarrollo del capitalismo ateniéndose a la forma del
capitalismo y sus contradicciones objetivas; y a la forma de organización de la clase
obrera ambas tomadas como algo dado para siempre. Mientras que Panzieri y Tronti
etcétera, se enfocaron en el desarrollo de la clase obrera y, por allí, intentaron captar
la relación dialéctica capital-trabajo. Sólo que en observándola hipostasiaron al trabajo
y perdieron la relación a observar: la relación capitalismo al interior de la cual está
sometida la clase obrera. Los autonomistas pasaron del idealismo metafísico craso de los
stalinistas al idealismo dialéctico de entrada y metafísico resultantemente.
Reencontraron el actus purus en la visión triunfalista de un enjundioso y combativo
esclavo sin amo.
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En realidad amo y esclavo, patrón capitalista y obrero, son términos


interdependientes uno del otro. Y si descubres que el capital no es autónomo como
pretende, debes entender que no los es sólo porque tampoco lo es la clase obrera. Pero
los autonomistas quieren la magia de que siendo dependiente en realidad no lo es sino
autónoma. Como quien dice algo así como que “no es dependiente sino tiende a serlo sin
jamás llegar a serlo por completo”. Marx criticó la notación matemática xxxviii de la
derivada cuando se la expresa como que X 0 por mágica y falaz, sustituyéndola por
la elegante ecuación racional X=0. Única a partir de la que se demuestra que el capital
constante nada produce ⎯sobre todo plusvalor⎯ y sólo la clase obrera es sujeto
productor, por ejemplo de plusvalor; xxxix y, también, de revoluciones. Pero para que las
produzca debemos considerarla como completamente necesitada de hacerlo, como
completamente dependiente y “con cadenas radicales” y no como ya autónoma. xl

9.3. Panzieri y Tronti autonomizan la política (y a la clase obrera)

El enredo denunciado se combinó con otro que le fue previo. Pues si bien nos
fijamos, Panzieri dice lucha autónoma de la clase obrera por decir lucha política; toda
vez que ésta es autodecidida. Mientras que si se dice lucha económica “esta parece
obligada por las circunstancias de la explotación impuesta”. La dicotomía lucha
económica/lucha política se cruzó con la dicotomía/heteronomía (o lucha obligada) y
autonomía (o lucha autodecidida) y cada término de una dicotomía se adscribió
unilateralmente al de la otra dicotomía. Así que ya no se vió que la lucha económica
también es decidida por el combatiente, ni que la lucha política de la clase obrera está
obligada por las condiciones de explotación y opresión que aquella vive. Sin embargo hay
una superación de un nivel a otro de lucha; pero no de la heteronomía básica a partir de
la cual tu decides cómo, cuándo y con qué luchar etcétera.

Y es precisamente Marx quien ensalza ésta superación de la lucha meramente


económica y local por el salario en lucha política nacional de toda la clase obrera contra
el capital en vista de imponerle a éste cierta regulación legal de la jornada de trabajo xli .
Pero Marx no imagina que esta lucha política es autónoma, la ve aún presa de
sometimiento aunque muestra a la clase zafándose de las formas más básicas del mismo.
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Panzieri leyó el capítulo VIII de El capital “La jornada de trabajo” ⎯donde al


final del mismo⎯ Marx aborda así el tema y lo malversó en el sentido autonomista
antedicho. Más adelante, y sobre la base de los anudamientos ya expuestos, Tronti llego
a la conclusión de que el nivel político de la sociedad bajo el capitalismo gozaba de
autonomía. xlii

Así que la autonomía de la clase obrera se complementó con la autonomía de lo


político en doble remisión reciproca. La curiosa simetría no le hizo dudar a Tronti de lo
dicho sino que creyó confirmarlo ahora con el casual nuevo descubrimiento: la política
también era autónoma ¡vaya!. En realidad, el enredo de la clase obrera autónoma se
había cocinado antes en la equivocidad de la lucha política que supera a la economía y
porque la supera ya se la cree autónoma etcétera.
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CAPÍTULO 3. La Dominante Equivocidad en la Óptica Rebelde de Mario Tronti

10. El aforismo de 1844, la subsunción formal y la subsunción real y Tronti

Según vemos, los autonomistas pensaron la lucha autónoma del proletariado a


propósito de El capital, en pasajes definidos: el capítulo VIII “La Jornada de Trabajo” y
el capítulo XIII “Maquinaria y gran industria”. El primero pertenece a la sección III “El
plusvalor absoluto”. Y, entonces, al momento de la subsunción formal del proceso de
trabajo inmediato bajo el capital mientras que el capítulo XIII a la sección IV “Plusvalor
relativo” correspondiente al de la subsunción real del proceso de trabajo inmediato
bajo el capital. Y precisamente la lucha obrera propicia el paso de la subsunción formal
a la subsunción real, el desarrollo técnológico del capitalismo. La fuerza de trabajo se
encuentra enajenada al capital, sometida, subordinada o subsumida a la explotación que
éste ejerce sobre ella. Los autonomistas visualizan la lucha obrera como contraria a este
sometimiento o enajenación, expresión de autonomía. Trasmutan el sometimiento en
autonomía cada vez que la clase obrera se despliega contraria al capital. No ven que el
propio capital es contradictorio y que lo que se le opone forman parte funcional de él.
Es lo que los diferencia de Marx. Quien obtiene la revolución sólo como tercer
movimiento: la fuerza de trabajo transformada en fuerza revolucionaria se le opone al
capital y lo desarrolla pero al volver a asimilársele ⎯o ser parte funcional del mismo⎯
lo crea como su opuesto de suerte que de nuevo desde su posición de fuerza de trabajo
se alza como fuerza revolucionaria en un nuevo nivel y en una medida mayor ⎯en gracia
al desarrollo general habido⎯ que ya le es imposible integrar al capital. Pues como toda
dialéctica auténtica la del capital tiene límite. xliii

En esta ocasión la fuerza revolucionaria produce su autonomía toda vez que vece
realmente al capital que la sometía.

Esta dialéctica la expresó Marx en 1844 en su aforismo “La superación de la


autoenajenación hace el mismo camino que la autoenajenación” o, en otros términos,
Karl Marx desarrolló el concepto de enajenación y autoenajenación de 1844 hasta
decantarlo en 1867 (en El capital) en los de cosificación, explotación, subsunción formal
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y subsunción real etcétera. Conceptos a los que les imprimió análoga dialéctica que al
de enajenación.

Así que si los autonimistas pensaron la lucha obrera a partir de los conceptos de
explotación de la fuerza de trabajo y de subsunción formal y subsunción real del proceso
de trabajo inmediato bajo el capital etcétera, experimentaron la dialéctica propia de
estos; aunque desafortunadamente la malinterpretaron.

Yo, por mi parte, familiarizado con el aforismo de Marx de 1844 registre de


inmediato el contraste entre éste y los autonomistas. Así que exploré primero en qué
habían malinterpretado el capítulo VIII y el XIII de El capital; pero, luego, además,
contrasté la idea de autonomía en la lucha obrera de estos autores con el aforismo de
Marx, para que resaltara globalmente el equívoco de aquellos.

Allí me dije: leyeron El capital en acuerdo a su interés político coyuntural ⎯de


inicios y mediados de los sesentas del siglo XX— y lo pudieron malinterpretar por no
poder limitar la perspectiva de ese interés coyuntural que se proyectaba en la lectura,
sí, por no poder limitarlo, digo, con una enérgica afirmación de Marx de en qué sentido
preciso correspondería interpretar la relación entre fuerzas de trabajo y fuerza
revolucionaria; función económica de la clase obrera y lucha política de la misma. En
síntesis, por que no tuvieron a mano la clave que al respecto ofrece el aforismo de 1844.
Por eso mi interés de comentarlo ante el lector.

10.1. ¡Sorpresa! Tronti conoció el aforismo de 1844

Con esta idea en mente y releyendo textos obreristas, me surgió la curiosidad


¿Quizá sí conocieron esa clave pero no creyeron que lo era o la malinterpretaron
también, así que me pusé a buscar y encontré que Mario Tronti en 1966 publicó un
brillante ensayo en el que aborda el tema de la enajenación en los Manuscritos de 1844
etcétera precisamente como parte de su libro Obreros y capital. Se trata del capítulo
VIII de este libro, titulado “Marx, fuerza de trabajo o clase obrera”. Y precisamente a
propósito de buscar el origen del término marxiano de fuerza de trabajo, reencontró el
concepto de 1844 de “trabajo enajenado” y de autoenajenación ¿como los observa?
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11. Los tres acercamientos de Tronti a la clave.

Mario Tronti se acerca al tema y aún más a la clave, en tres ocasiones. Primero
incursiona en el pasaje titulado “Trabajo enajenado” y el titulado “El salario”
pertenecientes al primer manuscrito. Aquí la enajenación hace referencia a la función
económica de la clase obrera para el capital.

Pero Mario Tronti incursiona, además, en el pasaje “Propiedad privada y


comunismo” del tercer manuscrito, allí justamente a donde pertenece el aforismo de
Marx que nos ocupa, en donde la enajenación y la superación de la autoenajenación
hacen referencia a la función política de la clase obrera bajo el capital y aún al
rebasamiento de esta función. Insisto, no sólo al rebasamiento —como interpretan los
autonomistas— sino también, a la función política de la clase obrera para el capital.

Finalmente, Tronti explora La sagrada familia; allí donde Marx reflexiona la


dialéctica del proletariado y del capital. Vayamos por partes.

11. 1. Tronti acerca de “Trabajo enajenado” y Althusser

El texto de Tronti está fuertemente marcado por Althusser, así que ideologiza lo
que lee, por ejemplo cuando dice: “Bajo la forma fuertemente «ideológica» de los
Manuscritos se descubre arduamente nada más que la dirección […] de la investigación
futura” de El capital “totalmente correcta tan sólo en El capital” xliv

No obstante Mario Tronti logra rescatar en “aquella inicial e insuficiente crítica


de la economía política que son los Manuscritos de París de 1844” xlv la circularidad entre
propiedad privada (capital) y trabajo enajenado, según que —dice Marx— se causan el
uno al otro recíprocamente. xlvi

Pero esta postura de Mario Tronti althusserianamente ideologizada y pedante


frente a los Manuscritos de 1844 es menos exitosa al leer “Propiedad privada y
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comunismo” y al leer a La Sagrada familia. Comenzaremos por abordar su lectura de


éste texto.

11.2. La Sagrada Familia sin Manuscritos de 1844

La lectura de Mario Tronti de La Sagrada Familia es buena aunque deficiente.


Comenzando porque no la relaciona esencialmente con los Manuscritos de 1844 —en
especial con “Propiedad privada y comunismo” sino con la Introducción de 1843 a la
Crítica de la Filosofía del Derecho y del Estado de Hegel, texto con el que guarda por
supuesto relación esencial pero general; mientras que La Sagrada Familia se generó casi
a la par con los Manuscritos de 1844 y los continua postulando tematizadamente
conclusiones metodológicas y políticas de estos. xlvii

Mario Tronti inicia recordando que ya Lukács xlviii citaba la Sagrada Familia en
aquello de que “No se trata de saber que se propone temporalmente como meta este o
aquel proletario, o incluso el proletariado en su totalidad. Se trata de saber qué es (was
ist) y qué estará obligado a hacer históricamente en acuerdo a su ser. xlix

11.2.1. Obrero creador de todo ¿sin enajenación?

Mario Tronti nada comenta al respecto y pasa a figurar a su modo la autonomía a


priori del proletariado, arreglando a tal efecto otras citas de La Sagrada Familia: “el
obrero es mostrado como aquel que «crea todo»” etcétera. Idea que sirve a Marx para
llegar a través de su negación dialéctica y la negación de negación de ésta a la
producción de una auténtica autoconciencia. Mientras que Mario Tronti parte
metafísicamente de su autonomía como un a priori dogmático simétricamente opuesto
al dogmatismo objetivista del economicismo socialdemócrata y del stalinista.

En realidad, la cita de La Sagrada Familia usada por Lukács en 1922 en su


Historia y Conciencia de clase expresa esa negación dialéctica de la actividad creadora
del obrero y su autoenajenación, así como la revuelta contra ésta última. Expresa la
autoenajenación del obrero y aún de toda la clase, pero, por ello, expresa su ser
práctico creador, así que su necesidad de revelarse contra la autoenajenación
precisamente por fuerza de esa misma autoenajenación: o en otros términos, la idea es
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una tematización del aforismo de los Manuscritos de 1844 “La superación de la


autoenajenación hace el mismo camino que la autoenajenación”

11.2.2 Capital y trabajo sin dominancia del capital

Mario Tronti reúne el argumento de Marx en La Sagrada Familia y lo cita a


continuación pero pierde argumentos decisivos en ese resumen. Vamos a citarle:

“La forma de esta rebelión surge al principio de la manera más evidente, más
estridente, más repugnante del hecho de la pobreza, de la esencia contradictoria de la
propiedad privada. Decíamos la forma de esta rebelión [del proletariado]. Proletariado y
riqueza son de hecho términos antitéticos, que se hayan en un único todo que los
comprende. «la propiedad privada en cuanto propiedad privada, en cuanto riqueza, está
forzada a conservar [erhalten] su propia existencia y con ello a conservar la de su
término antitético, el proletariado. Este es el aspecto positivo de la antítesis, la
propiedad privada que se satisface a sí misma. El proletariado, a la inversa, está forzado
en cuanto proletariado a suprimirse (aufheben) a sí mismo y, con ello, al término
antitético que lo condiciona, que lo convierte en proletariado, a la riqueza. Es este el
aspecto negativo de la antítesis, su perturbación interior (Unruhe), la propiedad privada
disuelta y que se disuelve»” l .

El caso es que entre el resumen (deficiente) del argumento de Marx y la cita que
escoge Mario Tronti quedó fuera un asunto decisivo para Marx, precisamente para
conectar ambos extremos (la cita y lo resumido por Mario Tronti)

En efecto, a Mario Tronti se le olvida —o bien suprime— señalar lo que precede a


la afirmación de Marx acerca de que proletariado y riqueza (capitalista) constituyen un
«único todo».

Marx critica la idea de Edgar Bauer de buscar la clave o el significado del todo
fuera de ese todo. li Mientras que Marx dice que si el todo lo es, lógicamente contiene la
razón de si mismo (su clave o significado) dentro de sí. Y bien, la sociedad burguesa es
un todo contradictorio de proletariado y capital, un “único todo”.
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Edgar Bauer al respecto constata la contradicción entre ambos términos y los


desprecia luego de formularlos como contradicción entre el “tener” (la riqueza
capitalista) y el “no tener” (el proletariado).

Pero marx señala que esta contradicción es esencial no meramente vulgar como
la desprecia Edgar Bauer. Esencial, porque entrega la razón del todo.

Aún más Marx subraya que no se trata simplemente de constatar la contradicción


de la sociedad burguesa así sea que se la tome como esencial. Eso significaría reducirse
a lo que la propia sociedad burguesa ya es. Pero es lo que hacen –desafortunadamente–
muchos luchadores proletarios comunistas: insistir en la lucha de clases por la
contradicción y subrayarla. Pero de lo que se trata es de superarla. Y para superarla se
requiere captar el papel que cada polo de la contradicción cumple. Por eso es que Marx
expone luego lo correspondientemente al burgués y al proletario y Mario Tronti lo cita
puntualmente.

Pero olvida plantear lo inmediatamente antecedente decisivo para Marx en el


contexto de su argumentación según la he reconstruido y se pierde en el resumen de
Mario Tronti.

Lo decisivo es establecer el papel de los polos de la contradicción, de la


enajenación; y, precisamente, el del proletariado es ser sometido y el de la burguesía el
ser dominante. No lo debe olvidar jamás un revolucionario porque sólo esta franqueza
permite establecer la estrategia de superación del dominio, la auténtica superación
definitiva de la autoenajenación. Pero Tronti se resiste a asumir que “la superación de
la autoenajenación hace el camino de la autoenajenación” precisamente porque ésta
como propiedad privada capitalista cumple el papel de polo dominante.

Se ilusiona en creer que la lucha obrera desde que inicia es autónoma. Cito a
Marx: “Proletariado y riqueza son términos antagónicos. Forman, en cuanto tales, un
todo. Ambas son modalidades del mundo de la propiedad privada. De lo que se trata es
de la posición determinada que una y otra ocupan en la antítesis. No basta con decir que
se trata de los dos lados de un todo” lii . Tronti cita los dos párrafos siguientes sin atender
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suficientemente a la determinación de la posición de cada polo, cuestión que Marx


redondea en el párrafo siguiente a los que Tronti citó: “La clase poseedora y la clase del
proletariado representan la misma autoenejanción humana. Pero la primera clase se
siente bien y se afirma y confirma en esta autoenajeanción, sabe que la
autoenajenación es su propio poder y posee en él la apariencia de una existencia
humana; la segunda, en cambio, se siente destruida en la enajenación, ve en ella su
impotencia y la realidad de una existencia inhumana.” liii Ahora, abordemos el tercer
acercamiento a la clave de la lucha de clases bajo el capitalismo:

11.3 Propiedad privada y comunismo malversada.

Mario Tronti inicia con el pie izquierdo, pues titula su apartado “3. Crítica de la
ideología” sin asumir que la “crítica del comunismo y la crítica del socialismo” —según
matiza luego Mario Tronti— es una cuestión teórico práctica del desarrollo del
capitalismo.

Pero en el siguiente párrafo mejora diciendo: “El manuscrito de 1844 sobre


Propiedad Privada y Comunismo encierra una crítica de la propiedad privada desde el
punto de vista del comunismo, pero también contiene, conjuntamente, una crítica del
comunismo desde el punto de vista de la propiedad privada” liv .

Aunque para añadir sin fundamento ninguno para ello: “Este último punto [la
“crítica del comunismo desde el punto de vista de la propiedad privada” no ha sido
correctamente abordado [por Marx]. lv

En realidad, ni siquiera tenemos en este pasaje de los Manuscritos una “crítica


del comunismo desde el punto de vista de la propiedad privada” sino una crítica de
formas de socialismo y de comunismo presas todavía de uno u otro modo en la propiedad
privada llevada a cabo desde la posición comunista plena, la que propone Marx bajo el
inciso 3 de su escrito. Esas formas las reseña Mario Tronti y saca alguna enseñanza útil.
Antecede esta exposición con una cita de Marx sobre el desarrollo de la propiedad
privada en relación con el trabajo hasta la disolución de tal relación. También Marx ha
expuesto las cosas en este orden. Según dijimos: comienza con un Excurso I, que es de
donde Mario Tronti saca su cita y pasa a un Excurso II: la exposición del desarrollo del
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punto de vista y del movimiento obrero o del socialismo y el comunismo. Pero,


precisamente, el vínculo entre ambos excursos está al inicio del segundo y Mario Tronti
ni lo cita. Es el aforismo “La superación de la autoenajenación hace el mismo camino
que la autoenajenación”, dicho después de afirmar que la relación propiedad privada-
trabajo es una relación que apunta a su autosuperación definitiva o disolución.

¿Por qué Mario Tronti no comenta siquiera ese aforismo? No lo comprende y,


además, incomoda a su punto de vista sobre el desarrollo de las luchas obreras;
precisamente porque aborda este desarrollo de forma opuesta práctico objetiva y
dialéctica no como Mario Tronti sujetivo pseudopráctica y por ende pseudosodialéctica.
De hecho, Mario Tronti ha traducido sin decirlo el aforismo de Marx que piensa el
desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado —o “superación de la
autoenajenación”— con base en el desarrollo de la relación capitalismo, o
autoenajenación misma, Mario Tronti lo ha sustituido por su idea incorrecta de que en
“Propiedad privada y comunismo” el dialéctico Marx se ocupa de criticar a la propiedad
privada desde el punto de vista de comunismo y a éste desde el punto de vista de
aquella. De tal manera sobre la base de no entender el escrito de Marx, Tronti quiere
criticarlo. Explícitos comete tres errores que paso a señalar; pero el error más grave
queda implícito: no comprender el aforismo de Marx, no comentarlo ni citarlo y, más
bien, transformarlo en un juego formal pseudodialéctico entre propiedad privada y
comunismo que se le ocurrió a Tronti que era de lo que Marx se ocupaba.

La única enseñanza que saca Tronti es por demás justa: “todo el movimiento
organizado [en 1966 y a la fecha, añado] vive una existencia premarxista lvi pues usa “el
comunismo crítico-utópico como ideología del socialismo práctico” esto es, de los
partidos comunistas y socialdemócratas que “desechan” la acción revolucionaria y se
reducen al afán de “mejorar la situación existencial de todos los miembros de la
sociedad”, etcétera. lvii

11.3.1. Primer error de Tronti: socialistas superiores que comunistas

El primer error de Tronti acerca de “Propiedad privada y comunismo” consiste en


decir con total desfachatez: “Aquí Marx parece situar al comunismo en una posición
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subordinada respecto al socialismo”. Desfachatez por eso del “parece” y no obstante


atreverse a criticar. Sin el parece la idea de Tronti no es ambiguamente falsa sino ya
simplemente falsa. En realidad Marx asume un doble punto de vista respecto de la
relación entre el comunismo y el socialismo; precisamente porque ha sido dual su
desarrollo histórico.

En primer lugar, los comunistas constituyen un movimiento práctico superior al


de los socialistas en tanto que llegan al principio de abolición de la propiedad privada, lviii
el cual expresa francamente el punto de vista de la nueva clase revolucionaria: el
proletariado. Pero el socialismo ha intentado figurar el futuro posterior a la sociedad
burguesa; y es superior en este intento que el comunismo de entonces.

Pero esta diferencia es, en realidad, el síntoma de otra que es la que le interesa
sobre todo a Marx. A saber, los socialistas hacen esta rica descripción del futuro porque
parten de la idea correcta de que este futuro es socialista aunque no logren fijar el
principio correspondiente de abolición de la propiedad privada asumido de entrada por
los comunistas. En efecto, el progreso de la humanidad consistirá en socializarse lix , esto
es, vivir en acuerdo a su esencia genérica: social; así que coincidir consigo misma en vez
de estar enajenada viviendo como suma de propietarios privados etcétera.

Por efecto de la propiedad privada al socialismo le ha sido alienado su principio


teórico y práctico auténtico: la abolición de la propiedad privada: pero lo han logrado
hacer valer los comunistas. A quienes la propiedad privada también ha alienado, toda
vez que piensan el futuro aún presos de lo que intentan abolir y sólo lo piensan afanados
en contradecirlo; por ello son aún dependientes de la propiedad privada. De ahí que
Marx llegue a analogar el comunismo con el ateismo como negación de Dios, ente
enajenado.
La posición de Marx es, pues, la siguiente: el movimiento revolucionario teórico y
práctico de superación auténtica de la sociedad burguesa es el comunista. Por eso Marx
sitúa en el terreno del comunismo su propuesta personal para superar los errores de
socialistas y de comunistas previos. Como movimiento teórico práctico revolucionario el
comunista es superior al movimiento socialista; pero como futuro de la sociedad, el
socialismo es la posición autónoma, positiva o que ya no depende de la sociedad
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burguesa, de la propiedad privada ni en negarla, pues ésta ha dejado de existir por la


acción de los comunistas.

En la “Crítica al Programa de Gohta” (1875) Marx señalará una primera y una


segunda fase de la sociedad comunista. La primera aún presa de la ley del valor; la
segunda expresa en sus banderas la idea del socialista fourierista Considerat: “A cada
quien según sus necesidades y de cada quien según sus capacidades”.

La idea de los Manuscritos de 1844 es, pues, correspondiente.

11.3.2 Segundo error: partido=partido comunista

Mario Tronti reprocha a Marx haber “reducido a medio” el comunismo, sí, “ a


instrumento, a momento real y necesario para llegar al socialismo”, mera “fase de
transición dentro del capitalismo”. lx Todo lo cual no hace sino abundar su error primero;
pero Mario Tronti añade: “No es una paradoja [esto] si se piensa que, apenas algunos
años después, Marx reducirá el comunismo a partido comunista”. lxi Lo cual no es cierto.
La idea de partido del proletariado de Marx es muy compleja lxii e irreductible a la
interpretación leninista del mismo que es la que Mario Tronti asume para reprochársela
al Manifiesto del Partido Comunista. “El partido del proletariado en el sentido histórico
universal del término” (partido) dice Marx lxiii para aludir a la clase misma como un todo
a todo lo largo del desarrollo capitalista, con lo que todas las formas posibles de
organización que se suscitan en la lucha contra el capitalismo conforman el partido al
que Marx se refiere sin excluir la forma leniniana de partido o la socialdemocráta.
Llegando al extremo de que la frase “el partido de la clase obrera” llego a significar
para Marx y Engels a momentos que éste estaba integrado por sólo dos personas: ambos
amigos. Lo que subraya cuán alejado del clisé del aparato de partido se encuentra la
idea de Marx y Engles sobre lo que es el partido de la clase obrera; como también se
subraya el desamparo fundamental de la clase obrera mientras el capitalismo exista. Por
lo cual sería torpe asumir como el “partido de la clase obrera” no a todas las formas de
organización que la clase va pudiendo darse conforme lucha sino sólo a una muy peculiar
y escogida que a alguien puede parecerle la superior, caso del partido leninista.
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La reducción de Mario Tronti para criticar a Marx apunta, no obstante, a otra


cosa. Y allí Mario Troti comete un nuevo error.

11.3.3. Tercer error: igualitarismo comunista sin propiedad privada

El tercer error de Mario Tronti consiste en el siguiente reproche a Marx: “no es


cierto que el igualitarismo social comunista [que Marx critica en el inciso 1 de
“Propiedad privada y comunismo”] sea una extensión ilícita del igualitarismo político
burgués”. lxiv Esta crítica es de profundo interés para Mario Tronti aunque no la expresa
enfáticamente sino de pasada y casi como sin especificar que se endereza contra
afirmaciones expresas de Marx. Quien hace depender de la propiedad privada la
emergencia del igualitarismo comunista, según la regla del aforismo de que “la
superación de la autoenajenación hace el mismo camino que la autoenajenación”.
Mientras que Mario Tronti quiere que la lucha obrera sea autónoma en tanto expresión
de la situación de la clase obrera; así que sugiere que el igualitarismo político burgués
ya copia al comunista proletario nacido de la situación de miseria de esta clase.

De tal manera, Mario Tronti está criticando el aforismo de Marx pero sin decirlo
ni citarlo sólo porque cree tener razón Mario Tronti en este caso particular; esto es, sin
discutirle a Marx todos los casos para los que la regla es válida ni discutir la formulación
general y aforística de la misma. Buen truco para salirse Tronti con la suya.

Pero ni eso, porque tampoco para esta único caso tiene razón contra Marx. Quien
sabe perfectamente que el igualitarismo social comunista antecedió al político burgués
y que expresa la situación de “eterna miseria” ⎯dice Mario Tronti⎯ de la clase obrera.
Así que Mario Tronti no le puede enfrentar a Marx lo que este ya asume; pero Mario
Tronti ha leído de prisa ⎯según se denuncia en aquel curioso “parece que Marx” que ya
denunciamos⎯ y creyó que Marx decía lo contrario.

En realidad, la crítica de Marx al comunismo igualitario no es porque copia al


político burgués y porque no sea la expresión de la vida de la clase obrera. Sino porque
siéndolo ello no garantiza que sea expresión autónoma de la clase. Más bien, la clase se
ha autoexpresado contra la enajenación capitalista y para superarla; pero al hacerlo la
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supera sólo particularmente pero la confirma al generalizarla; esto decir, no supera a la


propiedad privada sino que la expresa; confirma con ello la regla del camino de la
superación de la autoenajenación, ni más ni menos. El igualitarismo comunista y el
político burgués, ambos son expresión de la propiedad privada. El segundo para
confirmarla tal cual se haya; el primero para negar esta configuración a favor de otra
pero de la propiedad privada aún.

Esto es lo que Mario Tronti no entiende. Y aún más, se niega a entender y


escamotea de diversos modos el hacerlo o tener que enfrentarse directamente con Marx
a este respecto, según lo escenifica la exposición de Mario Tronti en estas páginas

CAPÍTULO 4. Desarrollo Histórico Capitalista y Lucha Revolucionaria o el


Significado Pleno del Aforismo de 1844 para Toda la Obra de Marx.

12. El aforismo de Marx: la fórmula general del desarrollo histórico capitalista

Cabe desglosar la idea de Marx para estimarla en todo lo que vale. La lucha
obrera expresa la situación de su clase, su elección aunque obligada por las
circunstancias impuestas por el capital. La clase obrera busca superar esta circunstancia
económica con un movimiento político. Marx dice que esta superación intentada lo es,
en efecto, pero sólo parcial así que confirma en lo general a la propiedad privada. De
hecho, el movimiento político superador de la clase obrera arranca de una situación
capitalista (K1) para llegar a otra (K2) producida por efecto de la acción política obrera.
(Rp revuelta o revolución proletaria)

Puede darse el caso de que la acción obrera destruya la situación capitalista (K1)
sin que reponga otra sino construya una sociedad nueva, comunista donde este abolida
la propiedad privada y, aún, su generalización. Pero esta posibilidad ella misma depende
del desarrollo de la autoenajenación no del acto mismo de intentar superarla bajo
cualquier configuración sino sólo en su Máximo desarrollo. “Máximo desarrollo” que
como en todos los fenómenos ofrece contrarrestos y condicionamientos relativizantes.
Como los que Marx señala para la posible revolución social en Rusia en 1881 en su
célebre carta a Vera Zazulich a través de complementar la revolución social rusa (aún no
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socialista) con una revolución socialista en Europa; para que, así, y sólo así la rusa
devenga socialista.

Desafortunadamente ese no fue el caso tampoco de la Revolución de Octubre de


1917 lxv . ahora bien, esquematizando lo dicho tenemos que el desarrollo histórico del
capital se ofrece así:

K1 Rp K2
Y el mismo esquema sigue el desarrollo tecnológico capitalista, toda vez que
forma parte del desarrollo histórico general de la sociedad burguesa: a través de la
revuelta obrera pasa de la subsunción formal a subsunción real del proceso de trabajo
inmediato bajo el capital.

SF Rp SR

O en su caso de SR1 a SR2

La forma general de expresarlo es: K1 Rp K2

Esta es la regla de desarrollo histórico del capitalismo y el siglo XX es su mejor


ilustración; pues contiene dentro de si la paradoja de la Revolución de Octubre 1917 y la
emergencia de la URSS con su final debacle en 1991. lxvi .
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12.1. Y la fórmula general del capital: D-M-D´

Esta forma general de expresión del desarrollo histórico capitalista puede


formularse como “la superación [RP] de la autoenajenación [K2] hace el mismo camino
de la autoenajenación [K1]” lxvii .

Evidentemente la fórmula general del desarrollo histórico capitalista


K1 Rp K2
lxviii
Es similar a la fórmula general del capital D-M-D´

Donde el dinero que quiere funcionar como capital (K1) si se intercambia por
mercancía (M) que sabemos es de dos tipos: 1) fuerza de trabajo y 2) medios de
producción cuyo consumo productivo (p) permite explotar plusvalor y plasmarlo en una
nueva mercancía (M´) que es vendida por dinero incrementado (K2).
Según nos esclarece la sección I del tomo II de El capital la fórmula general del capital
con la fórmula del capital dinero: lxix

fuerza de trabajo...
D´-M〈 P.....M´-D´
medios de producción...

En la fórmula del capital dinero se evidencia la presencia de la fuerza, de trabajo


de la clase obrera que la fórmula general del capital (D-M-D´) ocultaba, pero que en la
fórmula general del desarrollo histórico capitalista se revela y precisamente en rebeldía
política:

K1 Rp K2

Esta fórmula donde la clase obrera rebelde media dos situaciones capitalistas
distintas, recuerda la manera en que el capital social circula. Veamos.

12.2. Zirculation del capital social en el tomo II


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En la sección III del T. II Marx expone la circulación del capital social o de toda la
sociedad. Resulta ser idéntica con la reproducción simple o ampliada de capital. Pero si
lo es sin incoherencia ni contradicción ninguna, eso sólo es posible por una operación
general de represión de la reproducción de la sociedad para reducirla a las necesidades
de la reproducción/zirculation de capital. Tal es la existencia completa en un momento
dado de la autoenajenación. Y como tal obliga a una contestación rebelde, a un intento
de “superación de la autoenajenación”. Pero Marx en el tomo II sólo establece el hecho
crítico de la represión social bajo la Zirculation de capital lxx . Pero ya vemos cuánta
relación guarda con nuestro tema.

Ahora bien, esa represión global de la reproducción social ocurre bajo la forma
de la Zirculation del capital social y Marx ofrece los esquemas de su reproducción. En
esencia se trata de que el sector capitalista I productor de medios de producción
intercambia sus mercancías con el sector capitalista II, productor de medios de
consumo, así que circulan mercancías del sector I al II y viceversa.

Los medios de consumo también circulan dentro del sector II que los produce y
tanto los obreros de sector I como los del sector II reciben salarios que gastan en el
sector II productor de medios de consumo. De tal manera el gozne decisivo de estos
intercambios sectoriales lo constituye el que establecen los obreros que trabajan en el
sector I y que reciben su salario que es parte del capital variable de este sector pero lo
gastan en el sector II.

De tal manera: Sector I CVI Sector II

Y bien, con el dinero correspondiente a ese capital variable que proviene del
sector I, el sector II le compra al sector I medios de producción por ese monto:

Sector II Medios de producción del Sector I

Estos 2 segmentos del intercambio entre sectores muestran que se reproduce el


capital y se reproducen los obreros. Pero además, que la reproducción del capital ⎯que
ocurre a costa de reprimir las necesidades y capacidades sociales, la reproducción social
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como un todo, y en especial la de los obreros⎯ sí, que la reproducción del capital,
ocurre utilizando como mediadora de si en intercambio equivalente ⎯sin represión
ninguna⎯ a la clase obrera. Esta pasa de un sector capitalista a otro porque sólo así
obtiene salario y lo gasta en medios de consumo para sobrevivir; pero haciéndolo
garantiza la reproducción del capital social todo. Así que la fórmula del sometimiento
de la clase obrera a la circulación entre los sectores de capital.

K1 CV (ft) K2

Es correspondiente a la fórmula general del desarrollo histórico capitalista:

K1 Rp K2

12.3. Sometimiento histórico y sometimiento funcional

Esto es así porque el desarrollo histórico capitalista es el de la autoenajenación


del obrero y esta condición es la que se expresa en la reproducción del capital social
como Zirculation de capital.

La revuelta política obrera o revuelta proletaria (Rp) media en el tiempo la


transformación de la situación capitalista dada (K1) en otra nueva (K2). De modo análogo
a como la clase obrera para reproducir económicamente su fuerza de trabajo debe
mediar mercantilmente de manera funcional cotidiana al sector I (K1) con el sector II
(K2)

12.4. Sometimiento funcional, tecnológico e histórico de la clase obrera.

El sector I (K1) se manda un mensaje a sí mismo a través de la clase obrera que se


lo da al sector II (K2) para que este se lo entregue a él, esto es, al sector I (K1) o si se
quiere el capital social se manda un mensaje a si mismo a través de la clase obrera
cotidianamente para reproducirse simple o ampliadamente así sea que no haya
desarrollo histórico. Pues los esquemas de reproducción de capital del tomo II excluyen
el desarrollo histórico al excluir el crecimiento de la composición orgánica en ambos
sectores lxxi
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Esta variación dependería del desarrollo tecnológico capitalista. Del que ya conocemos
la fórmula: SF Rp SR

O también:

SR1 Rp SR2

K1 Rp K2

De tal manera el capitalismo funda el sometimiento histórico general de la clase


obrera en el sometimiento de ésta al desarrollo histórico tecnológico bajo la figura de
subordinación real del proceso de trabajo inmediato bajo el capital en clave cada vez
perfeccionada y funda este sometimiento histórico particular, clave del sometimiento
histórico general en el sometimiento cotidiano de la clase obrera a la reproducción del
capital social.

Los esquemas de reproducción del capital al dejar fuera de su consideración el


desarrollo de la composición orgánica no sólo simplifican matemática y lógicamente el
problema para volverlo científicamente; también muestran la cotidianidad capitalista en
reproducción como carente de desarrollo histórico cualitativo, como históricamente
circular girando ad eternum.

Con ello revelan críticamente la condición del desarrollo histórico capitalista: es


cancelación del tiempo histórico real de la humanidad, en particular es superación del
tiempo histórico cualitativo que la clase obrera intenta generar.
La fórmula

K1 CV (ft) K2

O mejor, de capital social bajo cierta situación (K1) a otra (K2) mediada por la
circulación mercantil del capital variable portado por la clase obrera garantiza la
reproducción del capital.

K1 CV (ft) K2
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Esta fórmula es la clave para responder aquella donde la clase obrera se alza
políticamente contra el capital intentando superarlo revolucionariamente, realizarse
autónomamente pero viéndose luego sometida:

K1 Rp K2

12.5. K1 Rp K2 y el capítulo final del tomo III de El capital

La idea esencial de esta fórmula la tuvo clara Marx desde 1844 y sólo hasta 1872
se ocupó de construir unos esquemas de reproducción del capital que exponen
críticamente la comprensión del tiempo histórico a través de la en apariencia inicua y
cotidiana circulación de mercancías y dinero.

Los esquemas de reproducción del capital expresan la básica supresión del


desarrollo histórico que la sociedad capitalista debe operar para reproducirse y
eternizarse.

Cuando el tomo III introduce la variación de la composición orgánica de capital en


la sección tercera en la formulación de la ley del desarrollo capitalista o ley de la
tendencia decreciente de la tasa de ganancia o de sobreacumulación de capital y de
sobreacumulación población obrera excedentaria, el tiempo histórico reintrointroducido
es uno ya falseado capitalistamente no sólo a nivel tecnológico por el paso de la
subsunción real uno (SR1)a la subsunción real 2 (SR2) sino a nivel de la Zirculation del
capital social. Así que cuando al concluir el tomo III con el capítulo final sobre “las
clases” y la reproducción cotidiana e histórica de estas, Marx debía recuperar estos dos
sometimientos ⎯uno del proceso de producción inmediato (TI) y el otro del de
circulación de capital (TII)⎯ en vista de exponer científico críticamente el desarrollo de
la relación entre las clases sociales y de sus luchas sobre la base de la fórmula

K1 Rp K2

de la que ya dio un atisbo en el capítulo XIII de El capital parágrafo 6 (título) donde las
revoluciones campesinas sirven de mediación política para el desarrollo económico del
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capitalismo en las regiones atrasadas del sistema (lo que la revolución mexicana de
1910, la rusa de 1917 y la china de 1949 ilustran perfectamente entre otras muchas).

La figura general de este hecho es la formula general del desarrollo histórico


capitalista. Y su fórmula es la base a no olvidar jamás como condición a superar en el
proceso revolucionario como amenaza que pende constantemente sobre la clase
obrera.

Karl Marx expresó esta amenaza y esta idea crítico científica ⎯pues en el
capítulo XLII “las clases” de El capital quedó implícita toda vez que quedó inconcluso⎯
expresó esta idea, en su análisis de la comuna de París. lxxii

En efecto, la clase obrera destruye a su enemigo y cada vez lo repone de nuevo


modo sólo para poder enfrentarlo de nuevo modo más desarrollado hasta que logra
vencerlo definitivamente.

La clave de este análisis expresado en 1871 lo tenemos en 1844: “La superación


de la autoenajenación hace el mismo camino que la autoenajenación”.

En el contexto del argumento sobre el desarrollo histórico de la lucha obrera


contra el capitalismo, así como de la historia social de éste y de su desarrollo histórico
general, el trazo de Mario Tronti al leer “Propiedad privada y comunismo” así como La
sagrada familia soslayando las tesis decisivas de Marx al respecto y sin embargo
pretendiendo glosarlo para obtener instrumentos de análisis para la lucha de clase
actual, el trazo de Mario Tronti, significa algo así como un asesinato y el encubrimiento
de las huellas del mismo. Precisamente el asesinato de un factor decisivo de la
conciencia histórica de la clase obrera según el cual ésta debía saber que “la superación
de la autoenajenación hace el mismo camino que la autoenajenación”.

CONCLUSIÓN

Los grandes temas que hemos tratado en lo que antecede fueron en primer lugar
(capítulo 1) El multicitado aforismo de Marx en el contexto de “Propiedad Privada y
Comunismo” perteneciente al tercer manuscrito de 1844. Pero sorprendentemente en el
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capítulo 4 retomamos este aforismo que nos permitió establecer lo que denominé: la
fórmula del desarrollo histórico capitalista siguiendo la pista al desarrollo de la
subsunción formal y de la subsunción real del proceso inmediato del trabajo bajo el
capital, a la fórmula general del capital y a la del capital dinero así como a la
Zirculation del capital social (tomo II) y el tomo III de El capital. Pues en todos estos
casos pudimos constatar variantes o tematizaciones del aforismo de 1844. Nuestro
segundo gran tema (capítulo 2) fue evaluar la perspectiva obrerista de Hardt y Negri en
Imperio. Así como también la manera en que el obrerismo y autonomismo italianos
analizan la lucha obrera con base en una peculiar lectura del capítulo VIII y XIII de El
capital. Además pudimos observar en el capítulo 3 que Mario Tronti abordó ex profeso
los textos “Propiedad Privada y Comunismo” (1844) y La Sagrada familia (1844) pero los
malinterpretó y malversó. Frente a lo cual hicimos la observación en reiteradas
ocasiones de que es obligado usar el aforismo de Marx de 1844 para analizar la lucha de
clases actual en particular la política revolucionaria.

En este contexto fue que hice mención de El siglo de la hegemonía mundial de


Estados Unidos, libro escrito por mi pues analiza la lucha de clases del siglo XX y del XXI
con base en ese aforismo (capítulo 1) y las referidas fórmulas (capítulo 4). De ahí su
utilidad para el siglo XXI, como reza el subtítulo de dicho texto.

El resultado general del capítulo 4 en donde el aforismo de Marx se revela como


fórmula del desarrollo histórico general del capitalismo (K1 Rp
K2) puede ser formulado del siguiente modo.

La ley del valor –misma que se desarrolla hasta la ley de la tendencia decreciente
de la tasa de ganancia en tanto ley del valor que se valoriza y que, por ende, preside la
escritura de los tres tomos de El capital– es ciertamente una ley económica
específicamente mercantil. Por ello es necesariamente –por ser mercantil– ley de
socialidad y de socialización; así las cosas tenemos que es también ley de organización
política y por ende no sólo ley de desarrollo del capitalismo sino también ley de su
autodestrucción. De tal manera, el aforismo de Marx “la superación de la
autoenajenación hace el mismo camino que la autoenajenación” no hace sino expresar a
la ley del valor en cuanto ley de constitución histórica del sujeto proletario
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revolucionario ,es decir, la expresa del lado subjetivo, político y trascendente respecto
de la sociedad burguesa y, por tanto, respecto de esa misma ley de enajenación.

El problema de fondo consiste en que –como señala el capítulo 8 de El capital “La


Jornada de Trabajo” –la ley del valor mercantil simple no puede regular
económicamente el valor de la fuerza de trabajo de tal manera que la lucha de clases se
inmiscuye para regular este valor. Lo cual significa que la ley del valor específicamente
capitalista rebasa a la mercantil simple para lograr regular económicamente el valor de
la fuerza de trabajo; por donde la lucha de clases queda incrustada como instrumento
económico regulador de la ley del valor específicamente capitalista. Es decir, no sólo
ocurre que la lucha de clases regula el valor de la fuerza de trabajo sino que
recíprocamente la política (la lucha de clases) se le somete a la ley del valor; de manera
que los sindicatos y partidos políticos aparecen como instrumentos necesarios para el
funcionamiento del capitalismo. Con ello queda superada la antinomia entre
economismo y politicismo (ley del valor frente a lucha de clases) muy resaltada en el
enfoque de Rosa Luxemburgo sobre los salarios –y que Heinrik Grossmann criticara
brillantemente lxxiii – heredado por los autonomistas italianos. De tal manera la ley del
valor capitalista regula a la política y por tanto hace girar a la historia en círculo (El
capital, tomo II) pero, recíprocamente no puede hacerlo sino sobre la base de
transgredir ese mismo círculo poniendo las condiciones para que la revolución obrera
emerja una y otra vez desafiando la capacidad de la sociedad burguesa de reintegrarla
funcionalmente hasta superar dicha capacidad y estos riesgos, peligros, vericuetos,
complicaciones y alternativas reales son los que quedan resumidos en el aforismo “la
superación de la autoenajenación hace el mismo camino que la autoenajenación” .

i
Claudio Albertani. “Las trampas de Imperio. Antonio Negri y la extraña trayectoria del obrerismo italiano”
(Inedito).
ii
Boron, Atilio; Imperio e imperialismo. Itaca, México, 2004.
iii
Tesis I ad. Feuerbach. “El defecto fundamental de todo el materialismo anterior —incluido el de
Feuerbach— es que sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de
contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo. De
aquí que el lado activo fuese desarrollado por el idealismo, por oposición al materialismo, pero sólo de un
modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce la actividad real, sensorial, como tal. Feuerbach
quiere objetos sensoriales, realmente distintos de los objetos conceptuales; pero tampoco él concibe la propia
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actividad humana como una actividad objetiva. Por eso, en La esencia del cristianismo sólo considera la
actitud teórica como la auténticamente humana, mientras que concibe y fija la práctica sólo en su forma
suciamente judaica de manifestarse. Por tanto, no comprende la importancia de la actuación «revolucionaria»,
«práctico-crítica»”.
iv
De ahí que El capital. Crítica de la economía política constituye una teoría del desarrollo capitalista, pues
sólo observándolo puede incidirse revolucionariamente en él, sólo en el desarrollo del capitalismo es que se
ve en qué momento, cómo y por qué amanece la revolución y cómo puede triunfar. El capital se ocupa del
desarrollo capitalista porque es una teoría revolucionaria: crítica de la economía política con perspectiva de
clase.
v
Manuscritos de 1844. “Trabajo Enajenado”
vi
En la Sagrada Familia Marx retoma estas ideas y las expresa más desglosadamente así: CITAR
CAPÍTULO IV PARÁGRAFO 4
vii
Bolívar Echeverría así lo denuncia en El discurso crítico de Marx. Era, México, 1986.
viii
Marx dice: macht; lo que en castellano significa literalmente hace.
ix
Obreros y capital. Akal, Madrid, 2001.
x
Bologna, Sergio; “Composición de clase y la teoría del partido en el origen del movimiento de los consejos
obreros”.
xi
En efecto, esta idea inicia el segundo excurso a la página XXXIX del segundo manuscrito (extraviada) y
abre una sucesión de incisos que del 1 al 3 tratan sobre las formas de comunismo ⎯siendo la tercera la de
Marx⎯ el 4, trata del desarrollo de la ciencia y la filosofía conforme se desarrolla la revolución comunista y
la nueva sociedad; el 5 el destino posible de la religión y el 6 la crítica a Hegel o qué rescatar y qué no de su
filosofía para el movimiento comunista; finalmente, el 7 trata de la enajenación de las necesidades bajo el
capitalismo o la dialéctica total de la sociedad enajenada, de la que el sistema hegeliano es espejo; por ello la
precisión de éste sirve de clave y de guía para entender y aún para criticar aquella sociedad.
xii
Lo cosifican porque es tal sujeto autónomo sólo por quedar desvinculado de la relación con el capital. Pues
si se asume esta relación se reconoce su dependencia. El obrero ha quedado pues como un ente para el que la
relación social no es algo que lo determina esencialmente. Esto es, como cosa.
xiii
Jean Paul Sartre; El ser y la nada (1942). Losada, Buenos Aires, 1956.
xiv
En realidad, los autonomistas italianos, ellos mismos, surgieron posibilitados o determinados por el
desarrollo del sometimiento del mundo bajo el capital, por el progreso del establecimiento del mercado
mundial capitalista hegemonizado por Estados Unidos. En efecto: “Al revés de lo ocurrido en los Estados
Unidos donde el retorno a Marx ocurrió en el marco de la influencia predominante del neomarxismo, en Italia
y Francia surgió del conflicto con el Partido Comunista y los sindicatos dominados por los comunistas. Esta
confrontación surgió cuando la rápida circulación de formas nuevas de las luchas de la clase trabajadora en la
fábrica y en la comunidad empezó a escaparse del control del partido. En Francia el punto de inflexión ocurrió
en los acontecimientos dramáticos de mayo de 1968, cuando millones de trabajadores y centenares de miles
de estudiantes tomaron las fábricas y levantaron barricadas en un levantamiento autónomo que tomó por
sorpresa al Partido tanto como al gobierno. En Italia fue menos dramática la revuelta pero creció rápidamente
durante los años sesenta, escapando al control y el entendimiento de la ortodoxia marxista. cuando, en ambos
casos, el Partido Comunista se unió a las fuerzas capitalistas para tratar de contener los movimientos de
rebelión, reveló su naturaleza como una organización dentro del capital” Harry Cleaver, Una lectura política
de El capital. FCE, México, 1985. pp.46-147
xv
En mi El siglo de la hegemonía mundial de Estados Unidos. Guía para comprender la historia del siglo
XX. Muy útil para el XXI, Itaca, 2004. he intentado representar teóricamente el desarrollo capitalista
precisamente de este modo ⎯siguiendo a Marx a partir de sus conceptos de subsunción formal y subsunción
real del proceso de trabajo inmediato bajo el capital⎯ como desarrollo de la subsunción formal y real de la
historia bajo el capital. E incluso la Revolución de Octubre de 1917 la considero como acto político
autoalienado al desarrollo del capital mundial. Toda vez que no probó fácticamente haber trascendido a esta
relación histórica. Con lo cual la URSS se convirtió en un hito del desarrollo mundial del capitalismo del siglo
XX, precisamente sometido a un proceso de capitalismo más basto: la forja secular de la hegemonía mundial
de EU etcétera.
xvi
Itaca, México, 2004.
xvii
Imperio. Capítulo 3.1 “Los límites del imperialismo” pp.234-235.
xviii
Ibid.
xix
Adolfo Sánchez Vázquez; Filosofía de la praxis. Grijalbo, México, 1968.
http://jorgeveraza.blogspot.com 47

xx
Imperio Loc. cit. Por eso las teorías del imperialismo clásicas ya no les bastan, a Hardt y Negri, porque
ellas se detienen en las contradicciones del capital en tanto objeto.
xxi
Y esto es algo que las teorías del imperialismo no asumieron explícitamente. Así que comparten con HN el
mismo terreno alienado. Aunque estos las vean como antípoda.
xxii
Señalan justamente Juan Chingo y Gustavo Dunga en su “¿Imperio o imperialismo? Una polémica con “El
largo siglo XX de Giovanni Arrighi e Imperio de Tony Negri y Michael Hardt” Publicado en revista
Estrategia internacional no. 17 Otoño 2001 pp. 34-55 Buenos Aires en p.46
xxiii
Ibid.
xxiv
Imperio. Capítulo 3.3 “Resistencia, crisis y transformación” pp 268-269
xxv
Juan Chingo y Gustavo Dunga. Op. Cit. P 47.
xxvi
Ibid. P 47
xxvii
Año de publicación en francés de Pour Marx (la revolución teórica de Marx) ed. SXXI, México, 1968 de
Louis Althusser
xxviii
La revisa Cuaderni rossi se funda en 1960 y el célebre artículo de Mario Tronti “La fábrica y la
sociedad” se publica en el número 2 en 1962, poco antes los de Rainero Panzieri etc.
xxix
Recuérdese el artículo de Karl Korsch “El joven Marx como filósofo y activista” (1931) publicado en
Eduardo Subirats; Karl Korsch o el nacimiento de una nueva época. Anagrama; Barcelona, 1974.
xxx
Véase por ejemplo Mario Tronti; “Marx, fuerza de trabajo, clase obrera” 1966 en Obreros y capital ed.
Cit.
xxxi
Al modo en que los trostkistas Chingo y Dunga lo ilustran redondamente cuando señalan: “ambos
elementos, el desvío y la derrota de la “acumulación de luchas” de los setentas y la respuesta imperialista a la
crisis de acumulación, fueron los que dictaron los términos de la reestructuración capitalista, y no sólo el
primer elemento haciendo abstracción del resultado concreto del combate de clases.” Chingo y Dunga, Loc.
cit. P. 45.
xxxii
Y ya dijimos, también, a Mario Tronti prácticamente
xxxiii
Raniero Panzieri; Lotte opieraie nello sviluppo capitalistico; Einaudi; Italia, 1976.
xxxiv
Cfr. El capital. T.I capítulo X “El plusvalor relativo” y T.III. secc. II “La transformación de valores en
precios de producción”
xxxv
Así lo expone Karl Marx en el capítulo VIII La jornada laboral y, sobre todo, en el XIII “Maquinaria y
gran industria”
xxxvi
En Capital social ⎯o como se tituló después este artículo⎯ El plan del capital” en Obreros y capital.
Ed. cit
xxxvii
K. Marx; La miseria de la filosofía. Parte II
xxxviii
“Escritos matemáticos de Marx”. Comentario a…de JVU
xxxix
K. Marx. El capital. T.I capítulo VI “Capital constante y capital variable”
xl
Lo que Marx señala desde 1843 al final de su “En torno a la crítica de la Filosofía del derecho de Hegel”
(Introducción) “Dónde reside, pues, la posibilidad positiva de la emancipación alemana?
Respuesta: en la formación de una clase con cadenas radicales, de una clase de la sociedad burguesa que no
es una clase de la sociedad burguesa; de un estado que es la disolución de todos los estado; de una esfera que
posee un carácter universal por sus sufrimientos universales y que no reclama para sí ningún derecho especial,
sino el desafuero puro y simple; que no puede apelar ya a un título histórico, sin simplemente al título
humano; que no se halla en ninguna índole de contraposición unilateral con las consecuencias, sino en una
contraposición omnilateral con las premisas del Estado alemán; de una esfera, por último, que no puede
emanciparse sin emanciparse de todas las demás esferas de la sociedad y, al mismo tiempo, emanciparlas a
todas ellas; que es, en una palabra, la pérdida total del hombre y que, por tanto, sólo puede ganarse a sí misma
mediante la recuperación total del hombre. Esta disolución de la sociedad como una clase especial es el
proletariado”. K. Marx, “En torno a la crítica de la filosofía del derecho” en K. Marx, La sagrada familia.
Grijalbo, México, 1958.
xli
El capital, capítulo VIII. La Jornada de Trabajo, parágrafos finales.
xlii
Zull´ autonomía dell político (1977).
xliii
K. Marx; URTEXT 1858. δ5 pp. 901-918 (Tomo III de los Grundrisse de SXXI)
xliv
Ed. Cit. P 132
xlv
Ibid. P. 134
xlvi
Ibid. P 131-133
xlvii
María de la Concepción Tonda Mazón. Tesis de licenciatura
http://jorgeveraza.blogspot.com 48

xlviii
“La cosificación y la conciencia del proletariado” en Historia y conciencia de clase. Grijalbo, México,
1968.
xlix
La Sagrada Familia. Capítulo IV parágrafo 4 Glosa marginal II
l
Mario Tronti, Obreros y capital. p. 197
li
Rosa Luxemburgo cometió este error en su crítica a los esquemas de reproducción del capital de Marx del
Tomo II
lii
La Sagrada Familia. Ed. Cit. p. 100.
liii
Ibid. p. 101.
liv
Tronti, Op. Cit. p. 158
lv
Ibid. p. 158
lvi
Tronti, Op. Cit. p. 161.
lvii
Mario Tronti cita aquí al Manifiesto del Partido Comunista de 1848.
lviii
Cfr. la justificación de Federico Engels y Karl Marx de porque llamaron comunismo y no socialismo a su
doctrina y al Manifiesto del Partido comunista en el prólogo de dicho Manifiesto [citar ad. filantropía de los
socialistas y los comunistas en cambio… proposición de la abolición de la propiedad privada.]
lix
Así lo entiende ⎯siguiendo a los Manuscritos de 1844⎯ la tesis X ad. Feuerbach: “el punto de vista del
nuevo materialismo es la sociedad humana o la humanidada socializada”
lx
Ibid. p. 160.
lxi
Ibid.
lxii
Cfr. el puntual estudio de: Monty Johnstone “Marx y Engels y el concepto del partido” en Teoría marxista
del partido político. PPy P-SXXI, México, 1969, pp. 67-93.
lxiii
Ibid.
lxiv
p. 161
lxv
Citar. Leer nuestro tiempo…
lxvi
Jorge Veraza U. El siglo de la hegemonía mundial de Estados Unidos.
lxvii
O puede sustituirse K1 por Subsunción Formal y K2 por Subsunción Real etcétera para expresar el
desarrollo histórico de la tecnología
lxviii
Cfr. Karl Marx, El capital. Capítulo 4 “La transformación del dinero en capital”
lxix
K. Marx, El capital/t. II, sección I. capítulo 1
lxx
K. Marx, El capital/ t. II, secc. III “La reproducción del capital social en general”. Para hablar de la gran
circulación del capital que coincide con su reproducción, Marx usa el término de origen latino Zirculation que
distingue la circulación entre mercancías y dinero. Por eso he mantenido en el texto el término diferenciador
que introduce Marx.
lxxi
Jorge Veraza U, Reflexiones sobre El capital de Marx, Paradigmas y utopias, en imprenta.
lxxii
Karl Marx, La Guerra Civil en Francia..citar, buscar pasaje
lxxiii
Ley general de la acumulación y el derrumbe…. Capítulo final

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