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Mqnuel Rodríguez Alonso

HISTORIA de lo

LITERATURA
GALLEGA

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CENI
i
rc
i
Contenido
1
Introducción. Etapas y contexto
sociolingüÍstico de la literatura gallega, Z
2
El esplendor de Ia literatura gallego-
portuguesa medieval, 16
3
La escuela lírica gallego-castellana. Los
Séculos.Escuros, 81
4
Prerrexurdimento y Rexurdimento, 42
j
5
I

I
El tránsito al siglo ¡o<. El esplendor de la
literatura gallega desde 1916 a 1986:
generación Nós, vanguardias, 61
6
La literatura gallega tras la guerra civil: el
exilio exterior y el interior. T,a recuperación
de los años cincuenta y el grupo Galax,a,74
7
La variedad de la lÍrica en los años
cincuenta y en los primeros sesenta, 28
Colección coordinada por Vicente Martfnez a
Los setenta. Continuidad y renovación en la
Diseño: Pablo Núñez
narrativa. La pOeSia social. La recuperación
del teatro, 85
O
O
Manuel RodrÍguez Alonso, 2002
AceDto Editorial, 2002
I
Los ochenta: ¿década dorada de la lengua y
Joaquin T\rrina, 39 - 28044 Madrid
la literatura gallegas?, 91
Comercializa: CESMA SA - Aguacate, 43 - 28044 Madrid 10
La consolidación de la literatura gallega en
ISBN: 84-483{682-1 la década de los noventa, 110
Depósito legal: M-24300-2002
heimpresión: Gra.fi lia, SL 11
Impreso eD España I Printod in Spain Una literatura para el nuevo siglo y el
Imprenta SM - Joaquin Turina, 39 - 28044 Madrid nuevo milenio: tradición y renovación en la
No d Fdtida la reprcducción lotd o pdciBl de esle librc, ni su tnt&
literatura gallega actual, 181
denb Ho@¿i¡ico, ni la truúión d€ Dinguna foma o po¡ cuaJquier Ee
dio, F s eleffidco, becfuico, po¡ fotocopia. por regisho u ohs méte Índice onomástico y de títulos, 1BB
dc. sh el p€@i8o pdo y po¡ *cdto d€ los titüsos del copJaigáú.
fF
 lntroducción. Etopos
y lonfexlo sociolingüísrico
de lo literqturo gollego

El esplendor medieval

Desde los siglos vr¡r-u<, el latín hablado en la

antigua provincia romana de Gallaecia va da,n-
do lugar a una lengua romance nueva llamada
por los filólogos gallego-portugués, por ser el
origen de estas dos lenguas. En tiempos del rey
don García de León (106b-10?1) y hasta el si-
glorcr, Galicia, integrada en el reino de León,
no estaba separada de Portuga.l y llegaba por el
sur l¡asta las márgenes del rÍo Duero.
Será Alfonso VI quien los separe: nombra
condes de Ga,licia, en 1088, a su hija doña Urra-
ca y a su marido, don Raimundo de Borgoña, y
condes de Portugal, en 1098, a su otra hija doña
Teresa y a su marido, don Enrique de Borgoña.
Era el comienzo de la separación política y lin-
güistica de Galicia y Portugal. En 112g, Alfonso
Enríquez se proclama rey, y se constituye el rei-
no de Portuga,l. Galicia, por su parte, se integra
en el reino de Castilla-León y queda separada
políticemente de Portugal.
Con Ia separación política, marcada funda-
mentalmente por el río Miño, se va,n a ir acen-
tuando las düerencias lingüÍsticas entre a.mbos.
Estas diferencias, aún leves en el siglo>crr, au-
mentarán en los siglos ><rv y xv. De este modo,
gallego y portugués aparecerán convertidos, al
ñnal del sigloxv, en dos lenguas düerentes.
En Ia etapa medieval, especialmente durante
los siglosrcr, )qrr y )cv, se desarrolla, pues, la
literatura ga.llego-portuguesa. Su fouto m¡is con-
 seguido son los célebres cancioneiros, antolo-
gias de poemas destinados al canto -cantigas-.
Los cancionei¡os, como las actuales antologias,
recogían los considerados mejores poemas de
los poetas o trovadores más notables de la es-
cuela lÍrica gallego-portuguesa. IJa cantiga más
antigua conservada en ellos parece ser la, Ora
Ía,z ost'o senhor de Navarra, del trovador Johán
Soarez de Pavia, que se fecha en 11g6. El fi.nal
de esta escuela lírica suele situarse en 1854, a
la muerte de don Pedro, conde de Barcelos, que
fue el último gran mecenas de los trovadores y
juglares de la escuela gallego-portuguesa. por
otra parte, el conde habla en su testamento de
un ürr¡'o das cantigas. que reunirÍa, a mod.o de
antología, Io m¿is granado de la producción de
esta escuela y del que procedenan, como co-
pias, los manuscritos que nos conservan más
cantigas: los cancioneiros de la Biblioteca Na-
cional de Lisboa y de la Vaticana.
Los corrienzos de la decadencia
y de la diglosia gallego-castellano.
Los Siglos Oseutos
El gallego, en los siglos )tr-xv, era la lengua de
todo el pueblo y una lengua hasta cierto punto
normalizada, es decir, se usaba en el ámbito ad-
ministrativo, en los contratos, testamentos y
otros documentos jundicos. Los gremios tam-
bién lo utilizaban en su documentación, y lo
propio hacía la Iglesia. Sin embargo, muy pron-
to comienza la penetración del castellano como
lengua de la Administración, bajo el impulso de
Fernando III (1230-1252) y especialmente de su
hijo y sucesor, Alfonso X. Toledo sustituirá tam-
bién a Santiago como gran centro político y cul-
tura.l. Segrin los lingüistas, la famosa diglosia
gallega -utilización del gallego solo como len-
gua oral y coloquial y el castellano para la Ad-
ministración, la enseñanza y demás usos con-
siderados elevados- tiene aquí su origen.
En el siglo ><rv, en las luchas civiles entre pe-
dro I y Enrique II, Ia nobleza gallega opta por el
primero, que será el derrotado. Como conse_
cuencia, la nobleza y el alto clero ga,llegos se_
r¿ín sustituidos por otros de fuera de Galicia,
que traerán como lengua propia el castellano,
el cual se convierte así en la lengua propia de
la Administración, la Iglesia y la cultura. El ga-
llego comienza a quedar reducido a una lengua
oral y rural. Por otra parte, el fracaso en el si-
glo xv de las célebres revueltas irmandiñas
-campesinos, burgueses, artesanos, bajo clero,
etc., aliados contra el poder de la nobleza_ tam_
bién va a suponer un duro rrrraoza;zo para Galicia.
En la contienda civil entre Isabel la Católica
y Juana la Beltraneja, de nuevo Galicia se alia
con el bando perdedor. Los Reyes Católicos,
aprovechando esa coJruntura, impondrán su po.
lítica centralizadora, manifestada, entre otros
aspectos, en el empleo del castellano como len_
gua única. Órganos básicos para el gobierno de
Galicia, como la Real Audiencia de A Coruña,
usarán el castellano como única lengua oficia,l.
Los escribanos y notarios gallegos han de aban_
donar su lengua y formularios para adaptarse a
la no¡rna, de 1480, promulgada por los Reyes Ca_
tólicos, que obligaba a examinarse en Va.llado-
lid para obtener el tÍtulo correspondiente gue
permitiese ejercer estas profesiones, en las que
se exig'ía el dominio del castellano y la utiliza_
ción de formularios en esta lengua. El funcio-
nariado civil o las autoridades eclesiásticas pro_
ceden de Castilla y son castellanohablantes. Los
gallegos que quieran acceder a estas profesio-
nes de relieve han de mostrar su aptitud en cas_
tellano. Se cita siempre, como anécdota revela_
dora, que, de los 144 obispos que gobernaron
las diócesis gallegas entre 15b0 y 1800, solo 16
fueron gallegos.
En esta situación del gallego, reducido a len_
gua oral de labradores, pescadores y artesanos,
la literatura escrita prácticamente desaparece.
Solo permanece como lengua literaria en la lÍ_
rica y la narrativa populares, de transmisión
oral y anónima. De ahí que se conozca esta eta_
 . '%
pa, que abarca los siglos x\,'r, xvfi y xvrrr, como
Ios ,Slg:los Oscuros de la literatura gallega.
La recuperación del gallego como lengua
escrita y de cultura. El Rexurümento
La invasión francesa de 1808, las Cortes de Cá-
diz, la propaganda de las nuevas ideas del li-
beralismo, la reacción de los absolutistas o los
comienzos de la propaganda política van a po-
sibilitar que el gallego vuelva a aparecer como
lengua escrita: y es que hay que dirigirse al
pueblo llano para convencerlo, y este habla
abrumadoramente en gallego. De este modo,
durante Ia invasión napoleónica surgen textos
en gallego para animar a alistarse contra el
francés. También aparecen escritos a favor o en
contra de los principios del liberalismo y de la
Constitución de Cádiz de 1812. Ca"davez el pue-
blo va teniendo más participación en la üda pú-
blica, de ahí el interés y la necesidad de poder
comunicarse con é1.
EI movimiento de recuperación, iniciado de
esta forma, cobra mayor ímpetu a partir de
1840, con eI asentamiento del liberalismo, por
tibio que fuese, de forma que a la etapa que va
de 1840 a 1863 se la conoce con el nombre de
Prerrexurdimenúo (Frerrenacimiento), por lo
que supone de recuperación de Ia literatura ga-
llega culta y escrita.
La etapa que signiñca la recuperación plena
de la lengua y Ia literatura gallegas se inicia en
1863, con la edición del primer libro que se pu-
blica íntegramente en esta lengua, Cantares ga-
llegos, de Rosalía de Castro, que será conside-
I
rado clásico fundacional de Ia nueva literatura
gallega renacida. Por esto se denomina esta eta-
pa Rexurdimento -es decir, Resurgimiento, Re-
nacimiento-. Junto con RosalÍa, los otros dos
grandes autores del R exurdimento serán Eduar
; do Pondal y Manuel Curros Enríquez.
La etapa de las lrmandades da FaJa
(Hermandades de la Lengua o Habla),
de Ia generación Nós y de los vanguardismos:
la definitiva consolidación de la lengua
y la literatura gallegas
En 1916 se inicia en A Coruña el movimiento
de las Irmandades da Fala, que serán las ver-
daderas consolidadoras del -Rexu¡dr'm ento. Las
Irmandades ya no se conforman con que eI ga-
llego sea, una lengua usada en la literatura, sino
que solicitan su cooficialidad juntamente con el
castellano y proponen Ia existencia de un Go-
bierrro autónomo gallego que se ocupe de la
educación y que asuma muchas otras compe-
tencias. Comienzan con la lengua, pero termi-
nan elaborando un completo plan de autonomía
y de modernización para Galicia, d.el que po-
demos decir que inspira el actual proceso au-
tonómico.
Esta potenciación de todo lo gallego, espe-
cialmente de la lengua, va a tener su reflejo en
el desarrollo de la literatura. La generación
Nós, que se manifiesta públicamente en 1g20
con la fundación de la revista del mismo nom-
bre, será la gran impulsora de la prosa gallega
moderna y hará que la literatura gallega supe-
re defi.nitivamente el costumbrismo decimonó-
nico.
Los miembros más caracterÍsticos de esta ge-
neración serán Otero Pedrayo, Risco y Castelao.
Recordemos que la primera traducción d,eI UIi-
ses a una lengua peninsular, aunque solo sea
de un fragmento, se debe a Otero pedrayo, que
la publiea en la revista lVós en 1926. El deseo
de modernidad, así como el de superar el cos-
tumbrismo que atenazaba en gran medida Ia
prosa gallega del xrx, no podía ser más patente.
La difícil posguerra y la recuperación
de los años cincuenta
Como fruto de toda la labor anterior, el Estatuto
de Autonomía de Galicia de 1986 reconocía el
 gallego como lengua cooficial con el castellano.
Sin embargo, el estallido de la guerra ciül hace
que el Estatuto nunca llegue a entrar en vigor.
Entre julio y agosto de 1936 mueren fusiladas
importantes flguras de la lengua y la cultura ga-
llegas, como Bóveda, Camilo Díaz Baliño o el
propio editor de Nós, Ánxel Casal.
Otros escritores e intelectuales han de tomar
el camino del exilio, como Castelao, que morirá
en 1950 en Buenos Aires. Los escritores galle-
gos del interior padecen el llamado exilio inte-
rior, y hasta sufrirán cárcel o perderán sus
puestos de funcionarios, al ser juzgados bajo la
Ilamada Ley de H,esponsabilidades Políticas, ya
que la simple defensa del gallego o su cultivo
eran considerados en esos años cuarenta y cin-
cuenta como delitos que atentaban contra la
unidad de España. AsÍ, Carballo Calero sufrirá
prisión, y el propio Otero Pedrayo perderá su
cátedra de Geografía. Se clausura el célebre Se-
minario de Estudos Galegos, centro emblemá-
12 tico en el estudio de Galicia y de todo 1o galle-
go, abierto en el periodo anterior, y llega a
prohibirse la reedición y hasta la difusión de la
obra de Curros Enríquez. En los años de la pos-
guerra circulaba por Galicia la siguiente octa-
villa: uHeer,s srÉN. Sea patriota - No sea b¿írbaro.
Es de cumplido caballero que Vd. hable nuestro
idioma oflcial, o sea, eI castellano. Es ser pa-
triota. Vrv¿' Esp¡ñ¿' Y r,A Drscrpr-rNA y NUEsrEo
IDIoMA CERVA¡rrINO. ¡¡Annrna ESpeÑe!! Imprenta
Sindical."
En este ambiente, entre 1936 y 1946 prácti-
camente no se publica un solo libro en gallego.
La recuperación, humilde y limitada, de la len-
gua y la literatura se producirá en los años cin-
cuenta con la fundación de editoriales como Bi-
bliófllos Gallegos, Monterrey, Xistral y especial-
mente Gala¡ria. Esta última, a partir de los
cincuenta, empieza a publicar, poco a, poco, clá-
sieos gallegos y también nuevos valores.
Sin embargo, la literatura, en los años cua-
renta, va a pervivir gracias a la labor de los exi-
liados en Amériea. Ca^stelao estrena en 1941 en
Buenos Aires la obra teatral más famosa de Ia
literatura gallega, Os vellos non deben de na-
motarse,y en 1944, en esa misma ciudad, el en-
sa,yo Sempre en Galiza, considerado obra básica
de la literatura y Ia cultura gallegas actuales.
Luis Seoane dirige, también en la capital argen-
tina, colecciones como Dorna, Hórreo... Lo mis-
mo ocurre con revistas corno Gaiicia Emigtante
o Vieiros. Aún a finales de los cincuenta o en
Ios sesenta se publican en América obras fun-
damentales que tuvieron problemas para publi-
carse en España por topar con la censura, como
es el caso de A esmorga (1959), de Blanco Amor
-para algunos críticos, la mejor novela gallega
contemporánea,-, o Memoria,s dun neno labrego
(1961), de Neira Vilas, uno de los besú-seller de
la literatura gallega de posguerra.
De los cincuenta a lo¡ setenta:
recupera,ción lenta pero sin pausas
de la lengua y la literatura gallegas
En los años cincuenta, la lengua y la literatura
va,n a aproveclrar las medidas liberalizadoras
propiciadas por el ingreso de España en la ONU
o la UNESCO para ir poco a poco recuperando
el espacio y el prestigio perdidos.
Ya hemos visto que se fundan editoriales. Es
de señalar la importancia de Gala,>cia, que, como
ya hemos visto, no solo publica los clásicos,
sino también nuevos valores, y hasta inicia la
publicación de una revista cultural, Gria,l, to-
davÍa hoy una de Ias publicaciones gallegas
más prestigiosas. En los sesenta y setenta sur
gen nuevas editoriales y revistas, y movimien-
tos a favor del gallego y de la literatura gallega
en todos los medios, desde Ia Iglesia a Ia Uni-
vesidad, desde los sindicatos a los colegios pro-
fesionales. A flnales de los sesenta son llama-
tivas las campañas Falemos galego y GaIego na
escola. Cientos de coches y puertas de estable-
cimientos públicos exhiben pegatinas con estos
dos lemas. Realmente, en esos años se ponen
las bases de 1o que será el reconocimiento de
 la lengua gallega en la Constitución de 19Zg y más jóvenes, la poca atención que a veces los
en el Estatuto de Autonomia de Galicia de 1981 medios de comunicación de masas prestan a la
como lengua cooficial, juntamente con el cas_ literatura, el poco espacio que las grandes li_
tellano, en el territorio de la Comunidad Autó_ brerías o centros comerciales conceden a los li-
noma de Galicia. bros gallegos en la propia Galicia, la falta de
campañas para promover la lectura o la ausen_
La lengua y la literatura gallegas, hoy cia de programas dedicados a la literatura en
las televisiones. Sin embargo, la mejora es in-
Desde el restablecimiento de negable, y el futuro de la lengua y la literatura
la democracia, y gallegas puede verse hoy con bastante más op-
especialmente a partir de la promulgación del
Estatuto de Autonomía de Galicia en 19g1, la timismo que hace tan solo veinticinco años.
lengua y la literatura gallegas, con todos los
problemas que pueda haber aún de diglosia o
de pérdida de hablantes, entran en una nueva
etapa. El gallego no solo es lengua cooficial con
ei castellano, sino que entra como asignatura
en el sistema de enseñanza,. En 19g2, la Real
Academia Galega publica unas lVorma s ortogj:á_
ficas e morfoló><icas do idioma galego, que son
ratiflcadas por el parlamento gallego. En 19g8,
14 este mismo parlamento aprueba una Lei de

luchar contra la diglosia y para que el gallego

se use en la Administración, los medios de co_
municación y, en general, en todos los ámbitos
considerados elevados o de la actividad pública.
A partir de los ochenta, la lengua y la litera_
tura, gracias a la nueva situación legal y social,
van adquiriendo un desarrollo cad.avez mayor,
que se maniflesta en la publicación de cada.vez
más libros en gallego, televisión en gallego, dic-
cionarios y gramáticas gallegas, etc. Algunos
escritores entran ya en el mundo d.el best_seller,
como puede ser el caso de Manuel Rivas, que
en poco tiempo vio cómo se vendían 85.000
ejemplares de su novela O lapis do carpinteiro.
Por otra parte, muchos autores ven cómo sus
obras se traducen al castellano, pero también al
inglés, francés o alemán, o son adaptadas para
el cine, y consiguen una difusión fuera de Ga_
licia casi imposible de prever hace bien pocos
años. Evidentemente, sigue habiendo proble-
mas, como la pérdida de hablantes, especial_
mente en las ciudades y entre las generaciones

qrÍs
2
El esplendor de lo liferqturo
gollego-portuguesq
medievql
- de Portugal van a quedar, por
Galicia y el norte
su situación geográflca, muy pronto al margen
de la primera lÍnea de lucha de la Reconquista.
En la retaguardia gallega, aunque sus nobles
participen en la Reconquista cuando su rey los
reguiera, tanto en la corte real como en las cor
tes nobiliarias y ectéliáitiCeló én iñ'ñi¿a; dé
los pueblos y fiestas populares hay li"emp_a pará
el ocio, el canto, la música y la poesía.
ló Además, Santiago de Compostela se convierte
en punto de llegada del famoso Camino: una
riada de peregrinos atraviesa el norte peninsu-
lar para llegar a Compostela y visitar la tumba
del Apóstol Santiago, que rivaliza ahora como
centro de peregrinación con las mismas Iloma
y Jerusalén. Por el Camino circulan gentes va-
riopintas y de diversa ext¡acción social: santos
y pÍcaros, reyes y mendigos, trovadores y sal-
timbanquis. Con ellos viajan también la cultura,
el arte, las nuevas ideas e incluso los medios
económicos, que permiten el florecimiento de
la literatura, la música, y todo tipo de espectácu-
los y actividades lúdicas.
De este modo, G-alici:t, en,loq siglosr<rr, xrrr y
)Ív, se convierte en un gran centro ecónomico
y cultural europeo. Por ello, se desarrolla una
importante cultura, que hunde sus raÍces en lo
tradicional, pero que también, gracias al Cami-
no, se abre a las nuevas corrientes que se dan
en Europa.
Los dos hechos anteriores, Galicia retaguar
dia de la ReconqUista y foco ae peñgri-ná-cio-
.-
nes, con una prosperidad económica y cultural
impcirtante, explican el desl!¡rollo y esplendor
de la literatura gallega e-n- est& etqpa y de Ia
vida gallega en general.
Ls lírica gallego-portugr¡esa
El esplendor de la literatura medieval gallega
se concreta en los cancioneiros. Los cancionei-
ros son recopilaciones o antologias de los me-
jores poemas lÍricos de los trovadores más re-
conocidos de la lírica gallego.portuguesa medie-
val. Los poemas de esta escuela lÍrica reciben
el nombre de cantigas, ya que estaban destina-
dos al canto. Incluso se nos conserva la nota-
ción musical de alguno de ellos. Eran compues-
tos habitualmente por trovadores y cantados
por juglares, que se acompañaban con instru-
mentos como la cítara, o cítola. Su interpreta-
ción se realizaba en las cortes reales -especial-
mente esplendorosas fueron las de Alfonso X de
Castilla-León o don Denís de Portugal- y seño-
riales, pero también en fiestas y romerías po-
pulares.
Ta escuela lírica gallego.portuguesa se extien-
de desde 1__!99, año en que parece datarse su
primera cañga conservada, hasta 18b4, año de
la muerte de don Pedro, conae diEircelos e
hijo de don DenÍs, que fue el último gran me-
cenas de los trovadores de esta escuela.
l¿ lírica gallego-portuguesa está muy influida
por la provenza,l y por el llamaao ambfiór{és,
propagadó¡ór-la ésc¡rglg, próúenzal. En esta lí-
rica, la mujer era cantada óomo un ser ideal y
per{ecto por el trovador; su relación con ella re-
produce la relación señor.vasallo: la dama era
el señor, y eI trovador, su servidor desinteresa-
do. Esta influencia provenzal puede explicarse
por el hecho de que el Camino de Santiago fue
ruta frecuentada por trovadores de esta región.
Por otra parte, en las cortes poéticas de reyes
como A-lfonso X convivían trovadores y juglares
no solo de toda España, sino de diversos luga-
res de Europa, desde Provenza a ltalia. Con
t;
t:
todo, tanto en los géneros líricos cultivados
como en los temas y las técnicas, la lÍrica galle-
go-portuguesa presenta una originalidad y unas
caracteristicas propias innegables.
La poesía gallego-portuguesa se divide en dos
grandes bloques. Por un lado está la llamada
lÍrica profana, de la que se nos conservan unos
1.680 poemas, que son atribuidos a unos 158
trovadores y juglares. Por el otro, la Iírica reli-
giosa, representada por los 420 poemas religio-
sos, fundamentalmente marianos, de las Canti-
gas de Santa Maria, de Alfonso X el Sabio.
Géneros de la lírica profana y cancioneiros.
Cantigas d.e amigo y de amor. Canfigas de
eeca,llaio y maldicil
En la lirica profana destacan tres géneros o ti-
pos caractensticos de cantigas:
l8 - I'a cantiga de amigo es el poema de tema
* amoroso desde la perspectiva femenina. El
trovador pone en boca de una muchacha el
dolor por la ausencia del amado, abandono o
desprecio de este, alegrra por el encuentro,
conñdencias a la madre, hermanas o amigas
sobre la experiencia amorosa, etc.
- La cantiga de amor es el poema de tema amo-
roso, pero esta vez desde la perspectiva mas_
culina.
- I-'a,s cantigas de escarnio y maldicir son poe.
mas satiricos que critican algún vicio, mal
comportamiento o incluso a alguna persona
concreta que presenta estos vicios o malos
comportamientos.
Estos poemas han llegado a nosotros funda-
mentalmente a través de tres cancioneitos,pero
también se conservan otros testimonios aisla-
dos de interés:
- Cancioneiro de fiuda: conservado en el pa-
lacio real de Ajuda, en Lisboa, compilado a
finales del siglo ¡crr, contiene 3IO cantigas de
amoÍ.
- Cancioneiro de ]a Biblioteca Vaticana: con-
servado en esta biblioteca. Fue copiado por
orden del humanista italiano Angelo Colocci,
en el siglo xvr, de un cancionero portugués
hoy perdido. Contiene 1.205 cantigas perte-
necientes a los tres géneros y atribuidas a
más de 100 autores.
- Cancioneiro de ]a Biblioteca Naciona,l de Lis-
boa: copiado también en el siglo xv¡ en ltalia,
por orden de Colocci, fue encontrado en la
biblioteca del conde Brancuti y adquirido por
el Gobierno portugués en 1924. Hoy se con-
serva en la Biblioteca Nacional de Lisboa.
Contiene 1.647 composiciones de los tres gé-
neros y w Arte de trovar, en el que, entre
otras cosas, se caracterizan los tres tipos de
cantigas citados.
Bl Pergamino Vindel es un pergamino que
-
debe su nombre al anticuario Pedro Vindel,
que dio con él en 1915, y que contiene las
siele cantigas de amigo de Martin Codax, con
la notación musical de seis de ellas.
- EL Pergamino Sha,rcer debe su nombre a su
descubridor, y contiene siete cantigas de atni-
go del rey don Denís, también con la nota-
ción musical.
La importancia de los pergaminos Vindel y
Sharrer es fundamental para la música, pues
los cancioneiros no contienen la notación mu-
sical para interpretar las cantigas. Gracias a es-
tos dos testimonios sabemos cómo era la mú-
sica con la que se interpretaban las cantigas
profanas.
L* cantíga de amígo
Como ya vimos, la,s cantigas de amigo son poe-
mas ¿unorosos destinados a,l canto puestos en
boca de una muchacha que expresa Ias distin-
tas emociones y sentimientos relacionados con
el amor. En todas estas cantigas aparece la pa-

labra "amigo", amado; de ahí el nombre dado
al género.
Historiadores de la literatura, críticos y poe-
tas actuales han alabado la cantiga de amigo
por Ia sensación de f¡pggur_a, ingenuidad y pri_
mitivismo que emana de ella. La muchacha que
habla en eilas suele'ser una joven llena de vi-
talidad e ingenuidad, y las cantigas se desarro-
llan en un paisaje idealizado, no urbano, domi-
nado por el color verde de la hierba, el agua, eI
mar, las flores silvestres, los ciervos que van a
-
beber a las fuentes y atroyos o los bosques de
awellanos. Incluso a veces, la muchacha, que no
tiene con quien dialogar, comparte sus senti_
mientos con estos elementos de la naturaleza.
Se ha relaeionado este carácter ingenuo y po_
pular de la, ca,ntiga de amigo con las canciones
de mujer, que eran cancioncillas, difundidas
por toda Europa, propias de la lÍrica popular
anónima, que expresa,ban sentimientos amoro-
20 sos puestos en boca de una mujer.
Sin embargo, no debemos olüdar que las can_
tiga,s de amigo, pese a esta apariencia de espon_
taneidad e ingenuidad, mantienen las conven_
ciones del amor cortes piélénzai y q,r" ."u,r,
muy apieciadas'en las cortes de los reyés don
Alfonso X de Casillla-León y don DenÍs de por-
tugal, pues el ambiente cortesano gustaba de la
recreación idealizada de lo popular. por otra
parte, conviene recordar que, pese a, q:ue Ia can-
tiga de amigo esté en boca de una mujer, real_
mente es un trovador ma,sculino el que habla,
poniéndose en lugar de ella y recreando lo que
cree que siente esta ante el amor.
Subgéneros d.e la, cantiga de amigo
y técnicas literarias
Dentro de la, cantiga, d.e amigo, Ia critica esta_
blece distintos subgéneros o tipos de cantiga,
atendiendo a los diferentes motivos o temas
que estas presentan:
I
- mariñas o ba,rca,rolas, que se desarrollan
I-,a,s
en un paisaje marino. Dentro de este grupo
son de destacar las del almirante Paio Gómez
Chariño -en una de ellas, la, amiga muestra
su alegna porque el amado ya no es almiran-
te y eso lo libra de peligros-, las siete canti-
gas de MartÍn Codax, que transcurren en el
paisaje marinero vigués, y, especialmente, la
que pasa por ser una de las más célebres can-
tigas gallegas, Seíame eu na ermida de san
Simión, en la que la amiga expresa su desa-
zón porque el amigo no llega, mientras ella
lo espera en la isla de san Simón -en la ria
de Vigo, en Redondela,- y va, siendo cercada
por las olas de Ia tempestad, que incluso pue-
den producir su muerte.
- La cantiga de romaría, que presenta un asun-
to amoroso que se desarrolla en eI marco de
una romería popular: la muchacha, que se en-
contrará con eI amado en la romeria, pide
permiso a la madre no tanto para ir a la ro-
mería como para verse con é1. Airas Nunes,
A-fonso Lopez de Baian, Pero Viviaez o Johan
Servando destacaron en el cutivo de este sub-
género.
- La" eantiga dialogada, en la que la muchacha
dialoga sobre sus sentimientos amorosos con
la madre, las hermanas, las amigas o incluso
con elementos de Ia naturaleza, como ocurre
en las cantigas de Pero Meogo, en las que la
madre pregunta a la hija por su tardanza, o
esta pregunta a los ciervos o a las fuentes del
monte si han visto a su amigo o cuánto tar-
dará: Al ceÍvos do monte, uinvos preguntar:/
fois' o meu amigo e, se aIá, tardar, / que farci
velidas? En una célebre cantiga del rey don
Denís, la muchacha pide nuevas de su amigo
a 1as flores del verde pino: Aj flores, ai flores
do verde pino,/ se sabedes novas do meu
amigo! / Ai Deus, e u é?
- La cantiga de alborada, en la que la joven la-
menta la ausencia del amigo o la separación
al amanecer. Es célebre la de Nuno Fer-
r:.ár:dez Torneol Levad', amigo, que dormides
 ':%'
as manhaas frÍas; / tódaLas aves do mundo
d'amor dizían: / leda m'and'eu.
- La bailada, en la que la joven, sola o con sus
amigas, baila mientras espera la llegada del
amigo. Es céIebre la de Airas Nunes en la
que las jóvenes bailan bajo los avellanos en
flor: Bailemos nós ja todas tres, ai amigas, /
so aquestas abelaneiras froiidas.
Los historiadores de la Iiteratura hablan tam-
bién de Ias cantigas de discutpa, en las que la
muchacha se defiende de las murmuraciones
que dicen que ya no quiere a,l amigo; las can-
tigas de panegírico, en las que ella alaba la her-
mosura o incluso la habilidad del amigo como
trovador; Ias cantigas de telar, en las que Ia
amiga aparece hablando de sus amores mien-
tras teje o cose; la.s cantigas de separación, en
las que se termina la relación amorosa porque
el amigo prefiere a otra, por despecho, por can-
sancio, por indiferencia, etc.; la,s cantigas de
22 amigo morales, que presentan, además de la re-
lación amorosa, una meditación moral o filosó-
flca sobre el amor.
La cantiga de amor
La cantiga de amor expresa un sentimiento
amoroso puesto en boca masculina. Está muy
influida por la cansó a,morosa de la lírica pro-
venza,l. El amor que anima estas cantigas es el
ya citado amor cortés provenzal. La lírica pro-
venzal y su espíritu se extendieron por el Ca-
mino de Santiago; trovadores provenzales vinie-
ron no solo por el Camino, sino que üvieron en
cortes reales como Ia de Alfonso X; el rey por-
tugués Alfonso III se educó en Francia, y con él
trajo, además de nobles, maestros y poetas fran-
ceses que se ocuparon de Ia educación de su
hijo don DenÍs, futuro rey de portugal y extraor-
dinario trovador y protector de trovadores y ju-
glares en su corte poética; los monjes franceses
de Cluny se establecieron en Galicia; la presen-
cia de guerreros y colonos franceses era habi-
tual en la Reconquista; Ios comerciantes fran-
ceses llegaron a Santiago y a otras muchas ciu-
dades y pueblos del Camino...
La, cantiga de amor presenta, sin embargo,
rasgos que le dan una indudable originalidad.
En la lírica corlesana provenzal, el amante pasa
por cuatro estadios: el de fenhedor, o tímido,
que se Iimita a admirar a la señora y apenas se
atreve a comunicarle su amor; el de precador,
o suplicante, que conflesa su amor a la señora;
eI de entendedor, estado en que la dama acepta
el amor y los poemas del trovador, y flnalmente,
el de drudo, estadio en que se produce la total
unión amorosa, incluso carnal, entre poeta y
amada. La manifestación de Ia aceptación amo-
rosa es la joi, o alegría de amor. Sin embargo,
en la canción de amor gallego-portuguesa no se
llega aI estado de drudo, que solo se documenta
en la,s cantigas de escarnio y maldicir1 con pro-
pósito satÍrico. No suele alcanzarse tampoco la
correspondencia amorosa de la dama o la ale-
gría de amor. .El gran tema d.e la, cantigT de L:-
amor es Ia, coita, es decir. la cuita o pena de
amofno coiiespondido: el poeta sufre las penas
o males de amor, que se maniflestan en la falta
de apetito, el deterioro físico o, incluso, la Io-
cura o Ia muerte por amor. EI verbo morrer
-morir- funciona a veces como sinónimo de
amar. Frente a esta coita, o pena de amor, la
señor, es decir, Ia dama cortejada por el trova-
dor, aparece imperturbable y ajena.
En la lírica provenzal, Ia dama aparece des-
crita con detalle, y la relación amorosa se de-
senvuelve en una fratlrraleza primaveral; en la
gallego-portuguesa no hay habitualmente una
descripción detallista de Ia seño¡, sino alusio-
nes genéricas a su hermosura tanto fisica como
espiritual, siempre dentro de una línea de idea-
Iiza,ción. La señor -también llamada dona, mol-
her, moga, amiga, dama...- es siempre, de una
forma inconcreta, la fremosa senhor, mansa, de
bon parecer, de falar o rir melhor... EI espacio
y el tiempo de la relación amorosa tampoco
aparecen precisados.
 Por todas estas razones,las cantigas de amor
se convierten en extraordinarias cantigas de Ia
soledad.
Airas Nunes, pero da ponte, paio Gómez Cha_
riño, Xoán Airas, el rey de portugal don Denís
o el propio rey Alfonso X compusieron hermo_
sas cantigas de amor.
Las cantiga,s de escarnio y maldicir
La poesía satírica está representada por la,s can-
tigas de escarnio y matdicir, que podemos con_
siderar comparables a los sj.rvenúés satírico_mo_
rales de Ia lírica provenzal. La,s cantigas de es-
cat:nio son sátiras encubiertas: los vicios o
incluso las personas concretas satirizadas son
citados no directamente, sino por palabras de
doble sentido, por lo que se hace preciso un es_
fuerzo por parte del receptor para comprender
la crítica; las eantigas de maldicir son sátiras
en las que los vicios o las personas criticados
r- 24 sÍ aparecen citados con total claridad. En la
práctica, no resulta tan fácil distinguir unas de
otras, por lo que Ia crítica prefiere agrupar las
alrededor de 400 cantigas satíricas conservadas
por temas.
Uno de los temas más característicos es la crí_
tica a los nobles por su mal comportamiento, o
incluso cobardÍa, en las guerras de la época.
Destacan las que critican la actitud desleal de
los nobles portugueses con Sancho II y el apoyo
dado a su hermano Alfonso III, que terminará
por arrebatarle el trono, o las surgidas en la
corte del rey Alfonso X de Castilla-León, que sa_
tiriza,n la cobardía y falta de patriotismo de mu-
chos nobles en las campañas de la guerra de
Granada. Especial interés tiene en este aparta_
do la crítica a los infanzones arruinados que in_
tentan simular una riqueza que no tienen.
Además de a los nobles, también se critica a
los clérigos por su falta de generosidad, codicia
o incluso ausencia en su comportamiento de
las virtudes cristianas que, sin embargo, en pú_
blico afirmaban defender. Asimismo ocupan un
lugar importante las sátiras literarias de unos
trovadores contra otros, especialmente por su
falta de pericia para componer, como también
los ataques a juglares por su ineptitud para el
canto, la interpretación musical o incluso por
su vida desordenada.
Por fin, mención especial merecen aquellas
cantigas que son verdaderas reflexiones fllosó-
fico-morales de carácter abstracto sobre la men-
tira, la deslealtad, la avaricia, el desorden del
mundo... Martín Moxa, que medita sobre el de-
sorden de un mundo en el que echa en falta la
justicia, vencida por Ia codicia, o Airas Nunes,
inca,paz de encontrar la verdad hasta en los
conventos que parecen más piadosos, son dig-
nos representantes de estas cantigas filosófico-
morales.
Las cantigas de escarnio y maldicir constitu-
yen en cierta medida la antitesis de las delica-
das e idealista,s cantigas de amor y de amigo.
Presentan con total crtdeza, en muchas ocasio-
nes, y a veces hasta con un léxico violento y
proca,z, los vicios y defectos de la sociedad me-
dieval, pero constituyen, al margen de sus gran-
des valores literarios, un documento único para
conocerla, con sus problemas e injusticias.
Otros géneros en los cancioneiros
La riqueza de los cancioneiros no se agota en
estos tres géneros líricos, sino que aparecen
también otros, aunque mucho menos represen-
tados: el pranto -planto- ensalza las virtudes de
una persona muerta, y son célebres los cuatro
que se nos conservan de Pero da Ponte, espe-
cialmente los dedicados a las muertes del rey
don Denís o de la esposa de Fernando III de
Castilla, doña Beatriz de Suavia; la, pastorela
presenta el clásico encuentro entre Ia pastora
hermosa y el caballero que se siente atraÍdo por
su belleza; la,tenzón es un debate entre dos poe-
tas sobre cualquier tema, de manera que cada
trovador va escribiendo alternativamente cada
una de las estrofas del poema.
 La lÍrica religiosa
La lírica religiosa está representada por Ias 426
cantigas dedicadas a la Virgen María de las
Cantigas de Santa María, del rey Affonso X el
Sabio. Alfonso X no solo fue mecenas de trova-
dores y juglares -en su corte poética había ju-
glares del reino de Castilla-León, pero también
catalanes, provenzales y hasta italianos-, sino
que él mismo fue un importante trovador, del
que se conservan los Cancioneiros,44 compo-
sieiones, de las cuales 39 son de escarnio y mal-
dicir, género profano al que don Alfonso era
muy aficionado.
Sin embargo, Ia gran obra de Alfonso X son
las ya citadas Cantigas de Santa, María, que han
llegado hasta nosotros en cuatro códices, que
ofrecen además extraordinarias miniaturas, asi
como la música de las cantigas. El rey compuso
por sí mismo muy pocas de las 426 cantigas que
forman este cancionero mariano, pero actuó
26 como coordinador aI frente de un equipo de tro-
vadores, miniaturistas y músicos dedicados a la
composición de Ias Cantigas de Santa María,
corrigiendo, dando ideas, mejorando textos y
realizando todo tipo de sugerencias.
Las Cantigas de Santa Mat:ía se ordenan en
dos grupos. El primer grupo está formado por
la,s narrativas, que relatan milagros de la Vir-
gen tomados de diversas fuentes -latinas, tra-
dicionales, populares, etc.- de una forma inge-
nua: la Virgen protege al pintor que pinta feo al
demonio y muy hermosa a esta; reprende al
obispo que intenta castigar al clérigo devoto de
la Virgen que, sin embargo, dice mal Ia misa,
etc. Es, por tanto, una religiosidad sencilla y po-
pular. Famosa es la cantiga CIII, en Ia que un
monje pide a la Virgen ver el Paraíso: la con-
templación dura trescientos años, viendo y es-
cuchando a un pajarillo, y eI monje cree que
tan solo ha transcurrido un breve instante; al
regresar al monasterio, nota todo cambiado y ni
siquiera el abad sabe de dónde ha salido.
El segundo grupo, 66 cantigas, son cantigas
líricas que constituyen oraciones, alabanzas o
cánticos a la Virgen. Dentro de este grupo des-
tacan las llamadas cantigas de loor, para alabar
a la Virgen; en ellas, el rey aparece caracteri-
zado como un trovador de la Virgen.
L,as Cantigas de Santa María, no solo por la
música y las miniaturas que en sus códices apa-
recen, sino también por los oficios que en ella
se reflejan, la lengua, Ias costumbres o las for-
mas de vida y creencias de la Edad Media, son
un monumento histórico de extraordinario va-
1or.
La prosa medieval
A Ia altura del siglo )ü, latín y gallego eran ya
dos lenguas muy diferentes, de forma que la po-
blación que no tenía una formación en latín ya
no entendia los textos escritos en esta lengua.
De este modo, eI gallego empieza a usarse no
solo como lengua poética, sino también como
lengua funcional para redactar contratos, tes-
tamentos, documentos de compraventa, libros
de cuentas, ordenanzas de gremios, etc. Suelen
darse como primeros textos gallego-portugue-
ses en prosa el Testamento de Afonso II de Por-
tugal y Ia Noticia de Torto -especie de borrador
para iniciar una reclamación judicial:, de tracia
1214. Los primeros documentos conservados y
redactados en gallego-portugués aI norte del río
Miño aparecen entre 1234-1255. Suele citarse el
documento de una donación de Petrus Cipriaes
al monasterio de Samos, de 1227, como el pri-
mer documento que contiene frases gallegas,
aunque el texto aún sea latino. La administra-
ción de a¡runtamientos, conventos o gremios se
rea,liza,ba también en gallego. Siempre se citan
como ejemplos de reglamentos gremiales redac-
tados en gallego el de los cambeadores de San-
tiago, hidalgos encargados de velar por la no-
che el sepulcro de Santiago y de aJrudar a los
romeros que llegaban, o eI de Ios azabacheros
de esta misma ciudad. La Iglesia también utili-
za,ba, el gallego para sus sermones: se habla de
un posible libro de sermones, datado en 1226'
 hoy desaparecido, propiedad del arzobispo de
Santiago don Bernaldo II. Hay también traduc-
ciones al gallego de importantes obras jurídicas
medievales, de las que solo han llegado a no-
sotros fragmentos, como los del Fuero Juzgo, el
Fuero Real de Alfonso X o de las Partidas. No
faltan incluso los tratados científicos en galle-
go-portugués: el Tratado de Albeitaría, del si-
glo xv, es una especie de manual de veterinaria
centrado básicamente en dar instrucciones so-
bre eI cuidado y cría de Ios caballos. Vemos,
pues, cómo en los siglos >crr-xv eI gallego iba
sustituyendo al latín y ocupaba espacios desde
la Administración hasta la justicia, desde los
testamentos hasta los reglamentos de los gre-
mios, y estaba presente también en la Iglesia,
como lengua apropiada para los sermones, que
instruían a un pueblo que ya no entendÍa el la-
tín. La abundancia de documentos de todo tipo
en gallego es tan grande en esta época que den-
oa tro de la Peninsula solo es superada por Ia pro-
ré ducción en catalán. Lógicamente, junto con este
cultivo de la prosa gallega funcional y utilitaria,
también se produce un cultivo no menos im-
portante de la prosa gallega literaria.
La hagiografía
La Edad Media es una época fundamentalmen-
te teocéntrica y religiosa. Por ello, tiene una
gran importancia la hagiografÍa. En gallego se
nos conservan fragmentos de una traducción de
una obra latina de vidas de santos, o Flos sa,nc-
torum, y, especialmente, los Mit:agres de Santia-
go, Iibro de exaltación de las peregrinaciones a
Santiago de Compostela; como su título indica,
su parte fundamental es la narración de mila-
gros del Apóstol, pero también el relato de la
supuesta expedición a España de Carlomagno y
la muerte de Roldán en Roncesvalles, la vida y
pasión de Santiago Alfeo, la destrucción de Je-
rusalén e incluso una narración sobre la Epi-
fania y Asunción de la Virgen, amén de una se-
rie de consejos útiles para eI romero que se
acerque a santiago en peregrinación.
La historia
En gallego se nos conservan distintas crónicas
que, en gran medida, traducen o siguen el mo-
delo de las crónicas castellanas que ordenó re-
dactar el rey Alfonso X eI Sabio:
- La Crónica galega de León e Castela es bási-
camente una traducción de Ia, Ctónica Gene-
.ra] de Alfonso X y de la Crónica de Castillay
es, como esta, un relato de la historia de Es-
paña y del reino de Castilla-León.
- La, General Estoria traduce la obra de Alfon-
so X del mismo tÍtulo, e intenta ser una his-
toria universal.
- La Crónica Geral de 1344 intenta, de nuevo,
ser una historia de España dentro de Ia tra-
dición de las crónicas alfonsíes. 29
- La, Crónica de 1404 compila la historia de Es-
paña hasta el reinado de Fernando III.
- La Crónica de Santa María de Iria, copia"da' o
compuesta por Rui Vaasques de Marzaricos,
clérigo de santa Baia de Chacin, trata sobre
el traslado del Apóstol Santiago a Compos-
tela.
Narrativa de ñcción
La narrativa de flcción aparece representada
por la llamada ma'teria de Troya, relatos basa-
dos en Ia guerra de T?oya y en los que aparecen
las hazañas de los mÍticos Aquiles, Héctor, Aga-
menón o Ulises.
Dentro de esta materia de Troya tiene un gran
valor la Crónica Troiana, elaborada, al parecer,
por Fernáns MartÍns, por encargo del conde
Fernán Pérez de Andrade, que narra la célebre
guerra de Troya a partir de una traducción cas-
tellana del célebre Roman de Troie francés de
Benoit de Saint Maure. La Crónica Ttoiana es

la novela gallega más antigua -parece que fue
concluida en 1373- que ha llegado completa a
nosotros.
El mismo tema de la guerra de Troya aparece
en la fragmentaria y menos importante Historia
Troiana.
La mateña de Bretaña preser¡ta las aventuras
del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Re-
donda. Recibe este nombre porque sus escena-
rios son la Bretaña francesa o la isla de Gran
Bretaña. El tema central de estas narraciones
son las aventuras caballerescas de los caballe-
ros de la Tabla Redonda para encontrar eI
GraaL o GriaL cá\iz de la última cena de Jesús
y en eI que José de Arimatea recogió la sangre
vertida por Cristo en la Pasión. En gallego-por-
tugués se conserva el Libro de Xosé de Añma-
tea, fra,gmentos del Libro de Merlín -el célebre
mago de Ia Tabla Redonda- y la, Demanda do
Santo Graal (Busca del Santo GriaI).
También se conserva de este ciclo un frag-
.*--g mento del Libro de T?istán, relato de los amores
' trágicos de Tristán e Isolda.
'fs
3
[q escuelo líricq
gollego-cqstellqno.
los Séculos Escuros
En el siglo xrv, en las luchas civiles entre Pe-
dro I y Enrique II, como ya vimos, la nobleza ga-
Ilega se alía con el derrotado Pedro I. El nuevo
rey, Enrique II, el de las mercedes a los que lo
a¡,rrdaron en la guerra contra su hermano, des-
pojará de sus tieffas a los nobles gallegos anti-
guos partidarios de su hermano Pedro, y los
sustituirá por los que le apoyaron, procedentes
de fuera de Galicia. Estos nobles traen consigo
como lengua el castellano, considerado ya mo-
delo de elegancia y poder. Lógicamente, con
ellos vienen clérigos, abades, autoridades ecle-
siásticas, escribanos, corregidores, etc., que
usan también como lengua habitual eI caste-
llano.
Las difíciles condiciones de vida que la no-
bleza feudal gallega imponía a campesinos y ar-
tesanos lleva a estos a sublevarse. Son las cé-
lebres rebeliones r'rmandiñas. Los artesanos y
campesinos fundaron irtnandades para defen-
derse de los atropellos de la nobleza, tanto laica
como religiosa. Se levantaron contra ella en dos
ocasiones: en 1431, dirigidos por el mÍtico Roi
Xordo, y en 1467. Los irmandiños acabaron ven-
cidos. Se dice que esta derrota tuvo unos efec-
tos psicológicos devastadores: la derrota fue tan
gtande y eI castigo tan fuerte -Ios sublevados
tuvieron incluso que levantar piedra a piedra y
uno a uno todos los castillos y palacios nobilia-
rios que habÍan derribado- que dejó un poso de
resignación y de desengaño que llevó a la po-
blación gallega, a partir de entonces, a aceptar
 .-
en silencio y de forma sumisa cualquier tipo de
gobierno o legislación, por más que atentase
contra lo propio o fuese perjudicial para ella.
Los Reyes Católicos, defensores de Ia monar-
quia autoritaria y unificadora, no estaban dis-
puestos a tolerar más revueltas de nobles ni del
pueblo. Tampoco toleraban ningún poder nobi-
liario que pusiese en duda la autoridad real.
Por ello, aprovecharon el hecho de que algunos
nobles gallegos habían sido partidarios de La
Beltraneja, que había disputado el trono de Cas-
tilla a Isabel, para imponer su autoridad sobre
lo que quedaba de una nobleza gallega discola
y que proclamaba su autonomía frente al poder
real fuerte y centralizado. EI mariscal pero par-
do de CeIa, sÍmbolo de esta vieja nobleza feudal
gallega refractaria al poder central, será ejecu-
tado por orden de los Reyes Católicos en Mon-
doñedo en 1483. El mariscal se convertirá a par-
tir de entonces en todo un símbolo para los de-
fensores de la autonomÍa gallega en los si-
32 glos xrx y ).x. Sin embargo, la fecha de su ajus-
ticiamiento marca el comienzo de la decadencia
de la lengua, la cultura, la literatura y la vida
gallega en general, que no comenzará su recu-
peración clara hasta la década de los cuarenta
del siglo xrx, con lo que se conoce con el nom-
bre de Prenexurdimento.
En el proceso unificador llevado a cabo por
los Reyes Católicos, eI castellano se convierte
en Ia lengua oflcial de sus reinos. Los ejércitos
de los nobles gallegos son sustituidos por la
Santa Hermandad. La Real Audiencia de A Co-
ruña, creada como m¿íximo órgano jurÍdico, usa
el castellano como lengua oficial. Los escriba-
nos y notarios deben demostrar su dominio del
castellano, como indica la orden de 14g0, que
establece que el que quiera ejercer estos cargos
debe examinarse para ello en Valladolid y de-
mostrar su suficiencia en el dominio de los for-
mularios castellanos. Incluso los monasterios
gallegos pasarán a depender de provinciales si-
tuados en Valladolid o en otras ciudades cas-
tellanas. Además, Galicia perderá el voto en
Cortes y será representada por Za,rnota'. Ya he-
¡aos señalado que, de 144 obispos que hubo en
ras diócesis gallegas entre 1550 y 1800, solo 16
eran gallegos.
En el momento en que las lenguas romances
sustituÍan deflnitivamente al latín, a partir del
siglo xv, puesto que la Administración, la justi-
cia o Ia literatura culta las empleaban ya como
lengua de los nuevos Estados centralizados de
Francia, España o Portugal, el gallego se queda
fuera de este ámbito. AI no ser lengua de nin-
guna Administración estatal ni tampoco carac-
terÍstica de ningún nuevo Estado centralizado,
no dispondrá de gramáticas que lo fijen, como
ocurre con Ia de Nebrija para el castellano
Qa92) o con la de Fernáo de Oliveira (1536)
para el portugués, y queda, lógicamente, tam-
bién fuera del ámbito de la imprenta, gran fija-
dora de las normas de corrección de las nuevas
lenguas romances, así como propagadora de
todo Io escrito en ellas, tanto literario como ju-
ndico o cientifico. El primer libro publicado ín- 33
tegramente en gallego será Cantares gallegos,
de Rosalía de Castro, y para ello tendremos que
esperar nada menos que hasta 1863.
Entre 1483 -muerte de Pardo de Cela- y 1840,
fecha a partir de la que se comienzan a reivin-
dicar los intereses de Galicia como comunidad
y su lengua y cultura de una forma coherente y
continuada, transcuffen los llamados Séculos
Escuros (Siglos Oscuros). No hay realmente
una literatura culta, no aparecen libros publi-
cados en la imprenta y, realmente, al no ser
tampoco lengua de la Administración, eI galle-
go pervive como lengua de campesinos, artesa-
nos y marineros, que eonservan, sin embargo,
una rica literatura popular de transmisión oral.
La escuela lírica gallego-castellana
La lírica gallega, tras la muerte del rey don De-
nís de Portugal (1325) o de su hijo natural, eI
conde de Barcelos (1354), sus dos últimos me-
cenas, se refugia en los siglos xrv y xv, y, para
 vivir su decadencia, en la corte de los reyes cas-
tellanos de la dinastía de los Trastámara, Enri-
que II, Juan I, Enrique III y Juan II. Esta lÍrica
ya no tiene el prestigio de la vieja lÍrica gallego-
portuguesa de la corte de Alfonso X. Es una es-
euela que se bate en retirada ante los nuevos
poetas cortesanos que escriben en castellano,
como Mena, Santillana o Manrique.
Los poemas de esta escuela gallego-castellana
aparecen sobre todo en los cancioneros caste-
llanos del xv que recogen esta poesía cortesana.
EI más famoso es el de Juan Alfonso de Baena,
que reúne unas 600 composiciones de la época
de Juan II de Castilla (1406-1454). De estas 600
composiciones, unas 24 pueden considerarse
gallegas, y pertenecen a un periodo que abarca
de 1350 a 1450.
Podemos agrupar los poemas conservados en
tres géneros:
- Cantigas, poemas amorosos destinados a ser
34 cantados y herederos de la, cantiga de amor,
en ellos, el tema fundamental es la coita, o
pena de amor.
- Dicires, poemas de tema filosófico o moral.
destinados a ser recitados o leÍdos.
- Preguntas y respuestas, en los que un poeta
se dirige a otro en forma de pregunta sobte
cualquier tema -amoroso, fllosófico, moral,
etc.-, al que este contesta con la respuesta.
El gallego de estos poemas aparece ya muy
deturpado por la influencia del castellano (mu-
chos de sus autores eran poetas bilingües galle-
go-castellanos) e incluso en algún caso pode-
mos decir que son poemas en castellano con
algunas palabras o giros en gallego.
Destacan como poetas de esta escuela lilvarez
de Villasandino, Fernández de Gerena,, Górnez
Manrique -sobrino del marqués de Santillana y
tío de Jorge Manrique, que pasa por ser eI úl-
timo poeta de la escuela- y, especialmente, Ma-
cias el Enamorado, nacido en padrón y conver-
tido por la leyenda en símbolo del amor cortés,
pues se cuenta que murió en el castillo de San-
ta Catalina de Arjonilla (Jaén) atravesado por Ia
'lanza del caballero Hernán Pérez de Padilla,
que no podía soportar los celos que le provo-
caban los poemas cortesanos que Macías diri-
gía a, la esposa del citado caballero.
Escritores gallegos en latín y castelleno
durante la Edad Media
Sabido es que el latin, durante Ia Edad Media,
era la lengua de cultura por excelencia, y se
mantendrá esta situación incluso hasta el si-
g1o xv'rrr. Como no podía ser menos en Galicia,
se da durante Ia Edad Media una interesante y
rica literatura en latín cultivada por gallegos,
de la que citaremos los ejemplos más sobresa-
lientes. Se atribuye a Ia monja gallega Eteria,
del siglo ñ, la eélebre Peregrinación de Eteria,
relato autobiográfico de su peregrinación desde
Galicia a Jerusalén para visitar los Santos Lu-
35
gares. Otras obras religiosas en latin de escri-
tores gallegos se citan a lo largo de la Alta Edad
Media. Al siglo xlr pertenecen, sin embargo, las
dos grandes obras de la latinidad gallega me-
dieval: La Histofia Compostelana (1107-1149),
de autoría sucesiva de Nuno Afonso, Hugo do
Porto, eI capellán Pedro, Xiraldo de Santiago y
Pedro Marcio, fue escrita por encargo del céIe-
bre arzobispo GelmÍrez, y refiere la historia de
las iglesias de Iria y Compostela, pero sobre
todo los hechos de Gelmírez. El Liber Sancti
Jaeobi o Codex Calixtinus (Libro de Sa,ntiago
ApóstoJ o Códice Cali.><tino), atribuido a Aime-
rico Picaud y redactado entre 1135 y 1140, con-
tiene un manual de liturgia jacobea, los mila-
gros de Santiago -atribuidos al papa Calixto II,
de ahí su tÍtulo de Códice Calixtino-, una his-
toria de la traslación del cuerpo de Santiago a
Compostela, la supuesta entrada y guerra de
Carlomagno en España y, lo más interesante
para eI lector actual, una descripción del San-
tiago de la época y una guía para los peregri'
nos.
 I
. I
Al producirse la ya mencionada decadencia
del gallego en el final de la Edad Media, escri-
tores nacidos en Galicia rea,lizarán su obra en
castellano. Entre ellos conviene destacar al poe-
ta y narrador Juan Rodnguez de la Cámara (o
del Padrón), uno de los creadores de la novela
sentimental, que tanto éxito tendrá en la lite-
ratura castellana, con su famoso Siervo libre de
amor (L44O).
El mantenimiento de la tradición de la
literatura escrita en los Séculos Escuros
Los siglos xw y xv'rr son épocas de esplendor en
las literaturas vecinas de Ia gallega. La castella-
na vive su Siglo de Oro, y Camoens publica en
1572 Os Lusiadas, gran clásico de la literatura
porluguesa. La imprenta, como ya di.jimos, di-
funde estas obras y resulta decisiva para la ele-
vación de las lenguas vulgares romances a la
misma categoría que el propio latín. Frente a
3ó
esto, la literatura gallega queda prácticamente
al margen de la literatura escrita y de la difu-
sión de la imprenta. Solo algunos pocos textos
en gallego mantienen Ia tradición de la litera-
tura gallega escrita:
- Los üIlancicos gallegos, que, como de cos-
tumbre, se cantaban en iglesias y catedrales
no solo de Galicia -Santiago, Mondoñedo...-,
sino también de otros lugares -Valladolid, To-
ledo, Coimbra, Lisboa...-. La moda tuvo es-
pecial auge en el siglo xvrr. Los autores de es-
tos villancicos jugaban con la paronomasia
Galicia-Galilea y presentaban una Galicia ru-
ral, pastoril y atrasada, especialmente apta
para recrear en ella el nacimiento de Cristo.
Destacan como autores de villancicos Carlos
Patiño y fray Francisco de Santiago.
- En 1612 se publica una colección de poemas
en los que se lamenta la muerle de la reina
doña Margarita de Austria. Allí aparecen,
dentro de una lÍnea barroca de obsesión por
la muerte y el paso del tiempo, dos poemas
en gallego: el Soneto con faJda -es decir, con
esr¡a,mbote-, de Gómez Tonel, y el Soneto ga'
lJego, de Pedro Vázquez de Neira.
- Martín Torrado escribió, en 1617, unas déci-
maq para defender que Santiago fuese el úni-
co patrón de España y para que no compar-
tiese este patronazgo con santa Teresa de Je-
sús.
- Doña Isabel de Castro y Andrade es la pri-
mera escritora que aparece en la literatura
gallega (pues Eteria escdbió en latin). De ella
se conserva un soneto en alabanza de A]onso
de Ercilla, el conquistador de Chile.
- I-os siete romances en gallego de las Fiestas
Minervales de 1697. Desde 1536 se celebra-
ban en Santiago de Compostela las llamadas
Fiestas Minervales, en honor de Alonso de
Fonseca, fundador de la Universidad de San-
tiago. Se imprimieron los poemas publicados
con motivo de las fiestas de 1697, y entre
ellos aparecen siete romances en gallego so-
bre el tema de si Galicia debe más a Fonseca,
como fundador de la universidad, o el propio
37
-t
Fonseca a Galicia.
Conservamos también un entremés, posible-
mente de 1671, Entremés famoso sobre da pesa
no río Miño, de Gabriel Feixoo de Araúxo, que
presenta humorísticamente las luchas entre ga-
ilegos y portugueses por el turno de pesca en
eI rÍo Miño en la zona fronteriza de Caldelas.
Escritores gallegos en castellano y latín
Los Siglos Oscuros tampoco fueron propicios
para la creación en castellano de los nacidos en
Galicia. Suelen citarse, no obstante, en estos si-
glos xvr y x\,'rr la obra dramática de fray Jeróni-
mo Bermúdez (1530-1539), que en sus tragedias
Nise lacrimosa y Nise laureada trató la figura
de Ia desdichada gallega Inés de Castro, que fue
coronada reina de Portugal tras su muerte, y Ia
obra lírica de Francisco de Trillo y Figueroa
(1627-1680), que publica en 1652 slrs Poesías va-
 ria,s, heroica,s, satíricas y amorosas (epitalamios
y paneg'iricos).
Por otra parte, continúa una producción culta
en latÍn. Dentro de esta obra latina de los galle_
gos hay que destacar la obra del fi.Iósofo escép-
tico Francisco Sánchez euod nihil scitur.
La Ilustración y la recuperación del gallego
El siglo xvrrr es el último de los llamados Sécu-
los Escuros y supone una centralización mayor
que la de los siglos anteriores. La nueva dinas_
tia Borbón importa de Francia muchos de los
principios centralizadores. De este modo, el
creto de Nueva Planta (1202) establece que to_
dos los reinos de España debían obedecer a las
mismas leyes, costumbres y tribunales. En esta
lÍnea, Carlos III promulga la Real Cédula cte
Aranjuez (1768), que ordena que en todos los
reinos de España y en todas las actividades _en_
señanza, Administ¡ación, justicia- se emplee el
.38 castellano como <idioma general de la Nación
para su mayor armonía y enlace reciprocor. En
1780, una Real Cédula indica que en todas las
escuelas de España ha de enseñarse Ia lengua
castellana siguiendo la gramática publicada por
la Real Academia Española. Sin embargo, a pe_
sar de este espíritu centralizador y unificador
del xwrr, dos grandes ilustrados van a dedicar
sus esfuerzos a la defensa de la lengua y la li_
teratura gallegas.
Fray Benito Jerónimo Feijoo
rea,liza, una
fensa del gallego al indicar que no es una co-
rrupción del castellano, sino una lengua que
procede del latÍn. pero el mayor defensor del
gallego va a ser el también ilustrado y fraile
Martin Sarmiento (169I-IZZZ). Este d.edica va_
rias obras al estudio del gallego, como eI Catá_
Jogo de voces y frases de la lengua gallega o el
Onom¿í,stico etimológico de la lengua gallega;
pero sobre todo prueba la relación latin_gallego,
descubre la existencia de una rica literatura
medieval y deflende, con criterios racionales y
utilitarios, el uso del gallego en la enseñanza,,
h predicación religiosa, la justicia o Ia Admi
i:*ación: era ilógico rea,liza,r estas tareas en
¡as¡elle.no si la población era absolutamente ga-
iiegohablante. Propone que se use eI gallego
:omo lengua de enseñanza y que se acceda al
:-dn en Galicia desde el gallego; también llegó
¡ proponer la redacción de una gramática galle-
ga y de una Historia Natural. La obra más re-
presentativa de Sarmiento son las 1.201 cuar-
:etas gallegas de su Coloquio de 24 gallegos
ri.sricos, escritas para explicar la lengua galle-
ga. y no con propósito literario: cada una de las
pa.labras gallegas usadas en estas más de mil
cu¿¡tetas aparece explicada en st Colección de
De_
Yocesy frases gallegas.
En cuanto a la producción estrictamente li-
reraria, como en el siglo anterior, las voces son
escasas, pero permiten mantener viva la llamita
de la literatura gallega culta escrita. El econo-
mista ilustrado Xosé A. Cornide nos dejó un so-
neto que, por su esmerada técnica, es una pe-
queña obra maestra; Diego Antonio Cernadas y 39
Castro, cura de Fruime, compuso unos 15 poe- '¡
mas en gallego de rico léxico y profundo sentir
popular, así como de defensa del gallego; tam-
bién cultivaron el gallego los hermanos del pa-
dre Feijoo, y a Anselmo Feijoo debemos un her-
moso Pranto da flota por unha ninfa galega
(Uanto de la flota por una ninfa gillega), en eI
que lamenta el célebre hundimiento de la es-
cuadra española en Rande, cargada de plata
americana, en 1702, por obra de la flota inglesa.
de_
En este siglo alcanzó gran fama por su cultura
y preparación la dama ilustrada MarÍa Francis-
ca de Isla y Losada, autora de un bello romance
humorístico.
La literatura popular oral y tradicional
El gallego desarrolla, sin embargo, una litera-
tura de carácter anónimo, tradicional y de
transmisión oral de gran riqueza. Esta literatu-
ra senrirá de inspiración y hasta de grría a los
autores del Re:rurdt'menúo del xrx.
 La lÍrica popular está representada por com-
posiciones sencillas de rima asonante y versos
de arte menor, muchas veces destinadas al can-
to y que tratan de sentimientos sencillos como
el amor, los trábajos agrícolas y marineros, las
fiestas, etc. En esta lírica podemos distinguir
los siguientes géneros:
- Las cantigas, poemas breves destinados al
eanto, formados generalmente por una cuar-
teta asonantada y que tratan temas amorosos,
sociales o humorísticos.
- Los romances, que relatan algún hecho his-
tórico o histórico-fantástico, como el que re-
lata la ejecución del mariscal Pardo de Cela,
la peregrinación de don Gaiferos -que muere
al llegar ante el altar del Apóstol-, el saqueo
de Cangas por los piratas turcos en 1612, etc.
- Los poemas de fiesta y reunión, corno alalás,
foliadas y muiñeiras. para cantar en el tra-
40 bajo, en las fiestas, en los banquetes o en las
faenas, como la molienda.
Escritores gallegos en castellano
en la Ilustracion
Figura señera de la literatura castellana del
xvrrr, Fray Benito Jerónimo Feijoo, benedictino
de Casdemiro (Ourense), se convertirá en el
gran difusor de los principios de la Ilustración
en España. Su obra fundamental, con la que po-
demos decir que se inicia el ensayo en castella-
no, está constituida por los ocho tomos del Tea-
tro erítico universal y los cinco volúmenes de
Ia,s Cartas eruditas. Ambas obras están forma-
das por una serie de artÍculos y disertaciones
que propagan la ciencia y la Ilustración desde
una perspectiva católica.
4l --_

La narrativa popular de transmisión oral está

representada por los cuentos que se relataban
habitualmente al calor del fuego en las largas
noches del invierno. Se clasifican en varios gé-
neros:

- Cuentos sentenciosos y morales, que ofrecen

alguna enseñanza moral o religiosa.
- Cuentos de burlas, que presentan de forma
ridículay humorística vicios y defectos hu-
manos. El personaje que tiene el vicio o mal
comportamiento siempre termina ridiculiza-
do en el desenlace.
- Cuentos de animales, en los que estos poseen
caracterÍsticas humanas. Sirven para criticar
vicios humanos.
- Cuentos fantásticos, en los que aparecen lo
fantástico y lo maraülloso en forma de apa-
riciones, hadas, fantasmas, brujas, duendes,
seres míticos, etc.

4 Inquisición (1813), del sacerdote liberal Manuel
Prerrexurdimenlo
y Rexurdimenlo
El gallego, la Guerra de la Independencia
y la propaganda política
La invasión francesa convierte en decisiva la
participación del pueblo en la lucha. Había que
hacer propaganda para que el pueblo llano se
aprestase a luchar contra el francés. Como en
Galicia eI pueblo hablaba gallego, la mejor for-
ma de llegar a él era usando esta lengua.
i El romance anónimo Un labrador que foi sar-
xento ós soldados do novo alistamento (1808)
,t- 42
anima a la lucha contra los franceses. Fernán-
dez Neira publica Proezas de Galicia (1810), tex-
to dialogado en el que dos labriegos, Chinto y
Mingote, relatan hazañas de los gallegos en su
lucha contra las tropas francesas.
Por otra parte, las Cortes de Cádiz de 1812 y
Ia Constitución liberal de ese mismo año mar-
can el comienzo del debate político en la Es-
paña moderna. Absolutistas y liberales quieren
convencer aI pueblo llano de la bondad de sus
respectivos sistemas polÍticos para lograr su
apoyo. En Galicia, entre 1812 y 1840, dentro de
esta polémica entre liberales y absolutistas,
aparecerán toda una serie de textos a favor o
en contra de ambas ideologías. Son de destacar
los textos en forma de diálogo o tertulias entre
supuestos labriegos, o incluso cartas que de-
fienden los principios del liberalismo y de la
Constitución de 1812, habitualmente anónimas.
Entre los más célebres de estos diálogos defen-
sores del liberalismo eslán Tertulia na Quinta-
na (1820), Tertulia de Picaños (1836) y Segunda
Tertulia de Picaños. También dentro de este cli-
ma de defensa de los principios de la Consti-
tución del 12 hay que destacar el romance con-
tra la Inquisición Rogos dun escolar galego á
Virxe do Bo Acerto para que libre a terra da
Pardo de Andrade.
-Déñño
Aef espÍritu de defensa de la libertad. que
trae la Constitución de Cádiz y el ambiente pre-
rromántico hay que situar el sainete rtlral A ca-
sq,ryenteir4 primera obra teatral gallega de la épo-
ca moderna, del periodista liberal Antonio Benito
Fandiño, terminada en el año de 1812, en la que
cAtica ta costumbre de Ios casanlientos urdidos
por interés por una celestina rural y deflende Ia
libertad de los jóvenes para elegir pareja.
La poesía en los comienzos del x¡x
En el primer tercio del siglo xrx sigue viva Ia
tradición de componer o cantar las panxoliñas,
o villancicos gallegos. Destacan los compuestos
y cantados en la catedral de Mondoñedo, siendo
43
=-
autores importantes dentro de este género An-
tonio MarÍa de Castro y Luis Corral.
Asimismo sigue viva Ia costumbre de com-
poner poemas gallegos de circunstancias para
cantar hechos llamativos del momento. Citemos
en este sentido los poemas de Vicente Turnes y
Luis Corral con motivo de Ia boda dé Fernan-
do VII y doña María Cristina (1829) o los sone-
tos de Arias Teixeiro para celebrar eI nombra-
miento como cardenal del obispo don Pedro de
Quevedo (1817).
Sin embargo, dentro de este primer tercio del
>o<, la flgura más destacada de la poesía gallega
será Nicomedes Pastor Díaz, que en su juventud
cultivó este género. La crítiea considera a Pas-
tor Die.z autor del primer poema culto gallego
con calidad literaria de la época moderna, A aJ-
boiada (1823). EI poema trata el clásico tema
del aiba en dieciséis estancias de endecasílabos
y heptasílabos: el enamorado, al amanecer, es-
pera que su amada salga a Ia ventana para con-
templarla. También se Ie atribuye Ia Égloga de
 Belmiro e Benigno, en la que el pastor Belmiro
llora la muerte de su amada.
Los Precureores o Prerrexurdimento
Establecido el sistema liberal tras Ia muerte de
Fernando VII, entre 1840 y 1868 -fecha de inicio
del .Re:ru¡dr'mento e,l publicarse Cantares galle-
gos, de Rosalía-, se desarrolla un movimiento
de recuperación de la lengua y la literatura ga-
llegas que se conoce con el nombre de los pre-
cuÍsores, o Prerrexurdimento, por ser antece-
dente y preparación del Rexurdimento.
En su tiempo, el movimiento del prenexur
dimento se englobaba dentro del llamado pro-
uincialismo, un movimiento de defensa de los
intereses y las características de Galicia que
toma cuerpo en la década de los cuarenta del
siglo xrx. Los provincialistas criticaban como
sumamente pe{udicial para Galicia la división
de esta en cuatro provincias en la célebre or
L.M
ganización provincial realizada por Javier de
Burgos en 1833. Frente a esta división, defen-
dían la exisiencia de una proüncia única, he-
redera del antiguo reino de Galicia.
Dentro de los hitos del Prouincialismo ha,y
que citar el levantamiento de Solís en 1g_46: ese
año, en Lugo, el comandante SolÍs se pronuncia
contla Narváez y su polÍtica conservadora y
centralista. El gran inspirador ideológico del
movimiento fue Antolín Faraldo, ya que el pá-
rrafo más famoso del manifiesto reproduce casi
al pie de la letra un artículo publicado por este
en El Recreo Compostelano, en el que se afirma
que Galicia se levanta porque no quiere seguir
en la uhumillación y oprobio de que la có'nsi-
deren una colonia de la corter.
Los sublevados fueron derrotados en Caral,
y sus dirigentes, fusilados, como el propio Solis,
o tuvieron que partir hacia el destierro, como
Faraldo.
Carral, sin embargo, se convertirá en uno de
los símbolos del galleguismo. ya en 1g56, para
celebrar su décimo aniversario, unos estudian-
tes de Santiago -entre los que se encuentra eI
que será uno de los grandes poetas del -Reru¡-
dimento, Eduardo Pondal- organizan el célebre
banquete de Conxo, localidad próxima a Santia-
go. El homenaje consiste en un banquete bajo
los robles de esta aldea, en el que se sientan a
la mesa alternando un estudiante y un obrero o
artesano, para simbolizar la unión entre el tra-
bajo intelectual y el manual en la sociedad ideal
soñada por los progresistas.
Otro hito dentro del movimiento del Prerre-
xurdimento es Ia celebración de los
"ruegos Flo-
rales de A Coruña de 1861. A imitación de ios
juegos florales provenzales y, sobre todo, si-
guiendo los cátalanes de 1859, el estudioso An-
tonio MarÍa de la lglesia, subvencionado por el
millonario y fllántropo López Cortón, convoca
los citados Juegos Florales de A Coruña. Al cer-
tamen podían concurrir poemas en gallego y en
castellano, y se adjudicarra un premio a la me-
jor composición en gallego que Ilevase como ti-
tulo A Galicia. Este premio quedó desierto, pero -45 'L-
se concedió un accésit al poema A Galicia, de
Francisco Añón, uno de los grandes poetas del
Prénexurdimento.
Los poemas del certamen fueron publicados
en el famoso Ñbum de la Caridad. Juegos Flo-
rales de La Coruña (1862), titulado así porque
el dinero conseg'uido con su venta se dedicaría
a la beneficencia. El Álbum no solo contenia los
poemas del certamen, sino que llevaba un apén-
dice titulado Mosaico poético de nuestros vates
gallegos contemporáneos, formado por poemas
en gallego y castellano de poetas gallegos de la
época. Allí aparecen unos cuarenta autores, en-
tre ellos la propia liosalía y Pondal, y puede de-
cirse que el Mosaico es la primera antología de
la poesía gallega moderna.
El movimiento del -&or¡tncia,lismo, Prerrexur-
dimento o de los Precutsores -este último nom-
bre se debe a Manuel Murguia, el marido de Ro
sa,lia y gran historiador y animador del movimien-
to regionalista en el Rexurdimento, que dedica un
übro con el título de I¿s Precutsores a las per
 sonalidades más relevantes de esta etapa-, es si-
milar a otros movimientos que por esos años sur-
gen en Bretaña, Provenza, Cataluña, etc., para rei-
vindica¡ la propia identidad frente a los Estados
centraJizados del roc, y que se apoyaban no solo
en una lengua o literatura propias, sino también
en un pasado histórico autónomo, que en el caso
de GaJ.icia será el mundo celta prenomano que
no acepta de buén grado la conquista roman-a, el
reino suevo, el reino gallego med.ieval de don Gar
cía, etc. Historiadores como Verea y eguiar, Vl-
cetto y especialmente Manuel Murguía recons-
truirán este pasado.
La literatura d,el PrerrexuÍdimento
En este periodo, que va de 1840 a 1863, no se
publica todavra ningún libro completo en gall6:
go. Algunos crÍticos señalan que puede consi-
derarse como el primero A gaita gallega (1858),
de Xoán Manuel Pintos. Sin embargo, el libro
;,: 46
rrrezcla. textos en gallego, en castellano y en la-
tín. Habrá que esperar hasta 1863 para que se
publique el primer libro íntegramente escrito
en gallego: Cantares gallegos, de Rosalía. De
ahÍ que se considere esta fecha como punto de
partida del verdadero F,exurdimento.
El género más cultivado es la poesía, que par-
te habitualmente del folclore, suele ser costum-
brisia, exalta la naturaleza y hermos-ürá dé C¿-
llgi" y {emues_trá.qran simpatÍa por las clases
campesinas y populares, ,cuyos derechos defien-
-dé
dé déiitró üna ideología demo crátió a. Realiza,
además una apología del gallego y de Galicia e
intenta rechazar lós prejuicios exte;didos en
los Siglos Oscuros: fealdad de la Iengua y del
ipaisajé, rudeza, falta de intbligéricia y ñlira de
los gallegos, etc.
Autores y obras del Prerrexurdimento
I Iibro escrito íntegramente en gallego, Cantares
Francisco Añón (1812-1S^Z$tue una de las gran-
t-
des--figtriás' dé-Ta -ép6éa5e vida aventurera y
romántica, participa en la sublevación de 1846,
por lo que sufre destierro. Morirá en Madrid,
pobre y abandonado por todos. En su obra des-
taca el poema A GaLicia, accésit en los ya cita-
dos Juegos Floráléé'dé A Coruña. Son céIebres
sus poemas costumbristas A pantasma (El Ían-
tasma), O magosto (La castañada), y A leiteira
(I'a lechgra). . _ ..
--* "l
r Alberto Camino (182G1S61) res autor del poema
niál ié-p¡ódüAiAb-de-it iiteiátura gallega en esa
época, O.desconsolo (EJ desconsuelo), en el que
un enamorado llora la muerte de su amada en un
paisaje triste y tmculento. También alcanzó justa
fama Nar chorosa (Madre llorosa), en eI que una
madre llora Ia muerte d-"' .-*--**i
i xosé. Ga¡ci1 ""y..Ir-lj_q,
M:" qg-y-91a,:ilQl.1:1.8?6t destaca
por -Éu poema A uida do campo (La uida deJ
campo), paráfrasis del célebre poema de Hora-
cio Beatus ilLe.
I Xoa-n,-Itfg,nuel Pintos (1811-1826) escribió la
obiá más famosa de este periodo, A gaita galle-
ga (1853). Publicada en libro, es una obra mis- -47 .--
celánea que mezcla verso y prosa, así como ga-
llego, castellano y latÍn. En su parte fundamen-
tal, un gaitero gallego intenta enseñar la lengua
gallega a su tamborilero castellano. Conocedor
y difusor de la obra de Sarmiento, Pintos de-
flende eI gallego como lengua propia de Galicia
y su uso en la Administración, la enseñanza o
la justicia. Propone una reunión de estudiosos
del gallego de las distintas zonas geográficas de
Galicia para normativizarlo y dotarlo de una
gramática y una ortografía. El gran valor de ,4,
gaita gallega reside en su defensa del gallego
como lengua propia de Galicia y de los galle-
gos.
El Eexurdimento
Entre 1863, fecha de la publicación de1 primer
y 1916, fecha de
gallegos, de Rosalía de Castro,
la creación de las Irmandades da Fala. se de-
 sarrolla el Rexurdimenúo, verdadero renaci-
miento de Ia lengua y la literatura gallegas.
Los cambios politicos y económicos del nue-
vo Estado liberal centralizado no benefician al
gallego, pues imponen leyes y ámbitos econó-
micos comunes y centralizados. La Ley Moyano,
de 1857, impone como lengua de alfabetización
el castellano, y un decreto de 1902 establece
que serán sancionados los maestros o maestras
que enseñen en otra lengua que no sea esta, de
tal forma que la sanción incluso puede suponer
la pérdida de su puesto. Así pues, los organis-
mos del Estado, Ia justicia o la enseñanza. de la'
España liberal decimonónica serán centralistas
y castellanizadora,s, siguiendo el modelo del
centralismo francés. De este modo, Ia entrada
en la Administración, la enseñanza o el ascenso
social se asociaban con eI castellano, mientras
que el gallego era Ia lengua del campo, del atra-
so, del mundo rural.
Sin embargo, al calor del federalismo repu-
F. 48 blicano de 1873, el provincialismo va a conver-
tirse en regionalismo: defensa de Galicia como
comunidad dentro de un Estado federal que dé
amplia autonomía a cada comunidad. Periódi-
cos como La OLiva, El Defensor de Giliciay, es-
pecialmente, El Heraldo Gallego, dirigido por eI
célebre escritor y gran periodista ValentÍn La-
mas Carvajal, defienden estas ideas. Este úItimo
periódico propone, en 1876, que cada periódico
gallego, en Ia época escritos en castellano, in-
serte una vez por semana una sección dedicada
a textos en gallego.
Podemos considerar como formulaciones teóri-
cas de este regionalismo gallego la obra de Alfre
do Brañas El regionalismo gallego (1890) o los to-
mos de la Historia de Ga,licia (1865) de Murguía,
que reivindican el celtismo y la lengua gallega
como signos de identidad de Galicia.
En 1891 se funda la Asociación Regionalista
Gallega, con su órgano periodístico, Ia Patria Ga-
lJega,, en el que colaboran Brañas y Murguía, para
defender los principios del regionalismo. Esta
convocará los célebres Juegos Florales de T\ri de
1891, que tíenen como lengua oficial el gallego:
hasta el menú del banquete ofieia,l se redacta en
esa lengua. Estos juegos floraJes fueron así un
hito en la norrnalización de la lengrra.
En esos años van a surgir por primera vezpe'
riódieos y revistas publicados íntegramente en
gallego. La primera de estas publicaciones será
O Tío Marcos da Portela (1876), fundado y diri-
grdo por Lamas Carvajal. El éxito de esta pri-
mera publicación gallega será mítico. El año de
su fundación tiraba 4.000 ejemplares de cada
número, cuando el periódico gallego de más ti-
rada publicado en castellano apenas a"lca'nza'ba
los 2.000 ejemplares. Tras O Tío Marcos surgen
otros órganos periodísticos en gallego, como O
Galiciano (1886), A Fuliada (1888), A Montetua
(1893), etc. Por fin, como defensor de los inte-
reses regionalistas, surge en l9O7 A NosaTetta,
publicación que, tras diversos avatares, conti-
núa hoy siendo órgano fundamental de la pren-
sa gallega, y que tendrá una gran importancia
49
en eI periodo 1916-1936, al convertirse en ór-
gano de la"s lrmandades.
Los intelectuales del regionalismo no se con-
formaban con que eI gallego fuese una lengua
Iiteraria, sino que querían, como ya hemos üs-
to, que fuese una lengua normalizada y se uti-
lizase en la enseñanza, la Administración, la
Iglesia o Ia ciencia. El historiador Vicetto pide
en 1873 la introducción del gallego en la ense-
iaanza", petición que reitera EI Heraldo Gallego
de Lamas en 1874. El gallego será utilizado por
primera vez ert un discurso oflcial público en
1888 por el escritor Francisco de la Iglesia en
el homenaje que se tributa en A Coruña a Wal-
do A. Insúa. Se consideraba en la época que eI
gallego podíi valer para la lÍrica. pero no para
lbs actos oficiales o la ciencia. De ahí el valor
que toma la actitud de estos pioneros en su uso
en ámbitos extraliterarios.
En esta lÍnea normalizadora del gallego, Lu-
grís Freire pronunciará el primer mitin politico
en gallego en 1907, y Manuel de Comellas pu-
blicará a lo largo de todo 1875 una serie de ar-
 ticulos de divulgación de temas científicos con
el propósito de demostrar que el gallego es una
lengua válida para la disertación científica.
El estudio de Ia lengua gallega también cobra
importancia en este periodo. En 1868, Saco y
Arce publica st Gramática gallega, la primera
gramática cientifica de la lengua gallega. Se
publican diccionarios como eI de Francisco
Rodríguez (1863), Cuveiro (1876) y Valladares
(1884). Don Antonio María de ta Iglesia publica
los tres tomos de EI idiama gallego, su antigüe-
dad y uida (1886), en los que recoge textos de
toda la historia de la lengua gallega, incluidas
cantigas de los trovadores medievales.
Por fin, en el año 1906, gracias a los esfuerzos
de Manuel Curros Enriquez, de los emigrados
en La Habana y de Fontenla Leal, con su Aso-
ciación Iniciadora y Protectora de la Academia
Gallega, se inaugura la Real Academia Galega
para el estudio del gallego, asÍ como de otros
muchos temas relacionados con Galicia. Su pri-
,50 mer presidente será Manuel Murguía.
Rosalía de Castro, la gran figura
d,el Rexurdimento
Rosalía de Castro, nacida en Santiago en 183?,
t
va a ser la gran protagonista del Rexurdimento
y de la literatura gallega. Hija ilegítima de una
hidalga venida a menos y de un sacerdote, pasa
su infancia entre Castro de Ortoño, al cuidado
de una hermana de su padre, y Padrón, donde
reside con su madre soltera. Hacia 1850 o 1853
se establece con su madre en Santiago. En Cas-
tro de Ortoño o incluso en Padrón se va a em-
papar de la dura vida rural de aquellos años y
I
de la lengua gallega, y oirá las cantigas y cantos
I
populares que tanto influirán en su lengua y
i obra.
En la etapa compostelana frecuenta el Liceo
;
de la Juventud, institución cultural a la que
I
también acudÍan estudiantes progresistas con
I
:
inquietudes literarias y polÍticas, como Aurelio
t"
Aguirre o el propio Eduardo Pondal, y donde se
fraguaría eI proyecto del ya citado banquete de
Conxo de 1856. Rosalía abandona Santiago pre-
cisamente en este año 1856 para trasladarse a
Madrid. ¿Huía RosalÍa de los efectos del ban-
quete de Conxo, y más siendo mujer? No olvi-
demos que Pondal fue procesado por defender
Ia revuelta en el célebre Brindis -poema social
Ieído en el banquete-, aunque posteriormente
fue absuelto.
Rosalía se establece en Madrid en 1856, y allí
contraerá matrimonio, en 1858, con Manuel Mur-
guía, que se convertirá con el paso del tiempo en
el gran historiador de Galicia, patria,rca de las le'
tras gallegas y primer presidente de Ia Real Aca-
demia Galega hasta su muerte, en 1923.
El matrimonio tendrá siete hijos, de los que
mueren dos. Cambian de domicilio en diversas
ocasiones: así, Rosalía vive en Madrid entre
1861 y 1864, pero con frecuentes estancias en
Galicia, donde dará a" lluz a" su primera hija en
1861; entre 1864 y 1865 se establecen en Lugo,
donde el impresor lugués Soto Freire publicará 5l
el primer tomo de \a Historia de Galicia de Mur-
guÍa, en 1865. Entre 1868 y 1874, Murguía ejer-
ce como archivero en Simancas, y RosalÍa va a
vivir en el periodo 1869-1871 entre Madrid y Si-
mancas. Desde 1875, Rosalía vive prácticamen-
te entre Lestrove y Padrón, definitivamente en
Galicia, donde muere en 1885.
AsÍ pues, la vida de RosalÍa fue una vida con
poco de extraordinario, a no ser el origen de su
nacimiento. Además de escribir, tenía que ocu-
parse, como las mujeres de la época, de su casa
y de sus cinco hijos; tuvo que salir de Galicia
en distintas ocasiones, como cuando se mudó a
Simaneas o a Madrid siguiendo el trabajo de su
marido, lo que Ie hará experimentar en sus pro-
pias carnes Ia saudade de la tierra nativa, al
igual que cualquier otro emigrante. Lo que re-
sulta extraordinario es que esta mujer -agobia-
da por problemas económieos en muchas oca-
siones, con una salud a menudo precaria, ocu-
pada con cinco hijos- nos dejase una obra
Iiteraria de tan gran calidad.
 Cantares gallegos: Ia reivind.icación
de Galicia
Canta,res gailegos (1863) inaugura eL Rexurdi-
mento, siendo el primer libro publicado Íntegra-
mente en gallego, y se convertirá en libro sim-
bolo.
Rosalía, en el prólogo en prosa, explica que
ha escrito los poemas para la rehabilitación y
defensa de Galicia, de su lengua, de sus gentes
y de sus paisajes, frente a aquellos que los mo-
tejan de feos, sucios y zafios, como venía ocu-
rriendo en los Siglos Oscuros. Rosalía añade
que todos sus poemas, como hizo Antonio True-
ba en su Libro de cantares, parten de una can-
tiga popular, que ella glosa a lo largo del poe-
ma. De ahí el título de la obra. Por otra parte,
Rosalía tiene conciencia en este prólogo de su
carácter de pionera en el uso del gallego, pues
dice que escribe en una lengua que todawÍa no
tiene gramática ni reglas de ninguna clase, por
52 lo que puede incurrir en errores que tal vez di-
suenen a los oídos de un purista, pero que
siempre ha puesto el mayor cuidado en repro-
ducir el verdadero espÍritu popular gallego.
- prólogo en prosa en el que la autora expone sus
Dentro de los temas de Cantares es necesario
destacar los siguientes:
- Rosalía tiene el deber de cantar a Galicia, a
sus gentes, a su lengua, para acabar con los
tópicos sobre su fealdad o su tosquedad: Can-
tarte hei Galicia/ na lengua gallega, / consolo
dos males / aliuio das penas.
- El paisaje gallego de la infancia de RosalÍa
-comarcas del Ulla y el Sar, el pazo de Arre-
tén, Padrón...- es recreado y hasta mezclado
con la saudade o nostalgia que se siente por
é1 desde la lejanía de Ia emigración o la au-
sencia. Estos paisajes muchas veces se con-
funden con el paraiso perdido de la infancia,
que se intenta recuperar desde la madurez o
la emigración. Por otra parte, en el marco de
este paisaje aparecen idealizadas costumbres
populares, romerÍas, historias de amor, todo
tipo de sentimientos, desde el amor a Ia so-
ledad, que demuestran que el pueblo gallego
es un pueblo sensible y delicado, frente a los
que lo presentan como vulgar, materialista,
insensible y zaño.
- En el libro tampoco falta Ia denuncia de la in-
justicia social, y aparecen las duras condicio'
nes de vida de los campesinos, la emigración
que obliga a la separación de los a;mantes o a
sentir nostalgia por la tierra propia abando-
nada y, sobre todo, la defensa contra los que
insultan o desprecian a Galicia o la dejan
abandonada a su suerte: Probe Ga'Licia, non
debes / chamarte nunca española, / que Espa-
ña de ti se oluida / cando eres ta,n hennosa. /
Naide porque te levantes / che alarga a man
bondadosa; / Ga'Licia, ti non tes patria, / ti uives
no mundo soia, / i a prole fecunda túa / se es'
pdla en errantes hordas, / Por eso anque en
son de festa / alegre a gaitiña se oia, / eu podo
dicirche: / non canta, que chora. ¡
!
5Jj
I
La madurez de FoIIas novas i
Follas novas (1880) va precedido también de un
propósitos. Rosalía destaca que el poeta no pue-
de ser ajeno a su tiempo y tiene que exponer
las penas que afligen a sus contemporáneos,
tanto aquellas que puedan ser de origen per-
sonal e intimo (como la soledad, eI desamor, la
angustia ante Ia felicidad que puede trocarse en
desgracia o dolor, ante una vida que el poeta
no acierta a explicar o ante eI mal) como las
que pueden ser de origen social: la pobreza, la
injusticia, la explotación o la emigración. A Io
largo de las cinco secciones del libro van des-
granándose los siguientes temas: Vagaedás ex-
presa el dolor íntimo de RosalÍa ante un mundo
que ve falto de sentido; Do íntimo presenta mu-
chas veces paisajes desolados que son reflejo
de la desolación interior del yo lírico; Varia da'
entrada a temas variados, como la nostalgia por
el paisaje perdido o la emigración; Da terrapre-
senta temas similares a los de Cantares galle'
 .%
€tos -costumbres, tradiciones, paisajes...-, pero
siempre con un fondo de amargura y tristeza;
As uiúvas dos uivos e dos mortos trata de las
mujeres de Galicia, verdaderas "viudas de vi-
vos", pues el marido o el novio están en la emi-
gración americana o en la siega en Castilla.
Como resumen, podemos decir que Follas no-
yas es eI gran libro de la, saudade, entendida
como el sentimiento objetivo de dolor por algún
bien eoncreto perdido -la propia tierra o pai-
saje donde se ha nacido, un amor, los amigos-,
pero sobre todo de la."saudade ontológica,', que
no tiene un objeto concreto y que se maniflesta
en un sentimiento de soledad ontológica de las
personas en un mundo que no aciertan a expli-
car. Esa es la negra sombra que acompaña a
RosalÍa, el cravo que no puede arrancar de su
corazón: Cando pensas que te fuches, / negra
sombra que me asombras, / ó pé dos meus ca-
beza,les / tornas facéndome mofa. / / unha vez
tiven un cravo / cravado no corazón, / i eu non
54 me acordo xa, si era aquel cravo / de ouro, d.e
ferco ou de amor.
Con el paso del tiempo, distintas lecturas fue-
ron enriqueciendo la obra de RosalÍa. para
unos es la reivindicadora de Galicia, de sus pai-
sajes, de su lengua, de sus costumbres; para
otros, es la gran poeta social que deflende a los
labriegos o denuncia la emigración; para otros
más, es la gran poeta de la angustia existencial
y de la saudade; también es la poeta que se ade-
lanta al feminismo moderno. Como todos los
clásicos, sus lecturas son múltiples, y cada épo-
ca o movimiento aporta las suyas.
Eduardo Pondal, el bardo del pueblo gallego
Eduardo Pondal (1835-1912) será el gran poeta
del celtismo. Estudiante de medicina en Santia-
go, será protagonista indiscutible, como ya vi-
mos, en el célebre banquete de Conxo de 1gb6.
Pondal abandona muy pronto el ejercicio de la
medicina y se establece en A Coruña para de-
dicarse al cultivo de Ia poesía.
En esta ciudad, Pondal es contertulio habi-
tual de la librena del erudito y editor A¡rdrés
MartÍnez Salazar. Este, archivero profesional,
funda la Biblioteca Gallega, editorial que publi-
carála obra de los escritores gallegos más ples-
tigiosos del momento. En su librería se reunía
una famosa tertulia en Ia que eran figuras re-
Ievantes Murgrría y Pondal, y que fue humorís-
A Cova Céltica (La
ticamente designada como
Cueva Céltica) por su defensa del celtismo
como rasgo diferenciador de Galicia. En ella,
MurguÍa era el patriarca, el historiador que
daba los argumentos científicos a esta teoría
del celtismo; pero Pondal era el bardo, el que
tenía que mover con sus poemas al pueblo ga-
llego para recuperar Ia libertad y los valores de
los antiguos celtas.
De la tertulia de la Cova Céltica salieron ini-
ciativas tan importantes como Ia fundación de
ta Liga Gallega -a imitación de la organización
política catalana de1 mismo nombre-, el apoyo
decidido a la fundación de Ia Real Academia É=-
Galega o la publicación de la R'euista Gallega.
Pondal, en vida, solo publicó un poemario en
gallego, Queixumes dos pinos (1886), que, sin
embargo, Io convierte en un clásico. En dicho
poemario, Galicia es interpretada como un pue-
blo celta que se opuso a los romanos para de-
fender su libertad y su concepción del mundo
y de la vida basada en el sentimiento, el lirismo
y la, saudade. Pondal se ve como el bardo que
recuerda ese pasado prehistórico brillante, mí-
tico, independiente y auténtico, y anima al pue-
blo a recuperarlo. Los árboles, como los pinos
o los robles, simbolizan a los guerreros celtas o
incluso las ansias de libertad, pues crecen ha-
cia el cielo, símbolo de libertad y elevación mo-
ral. Del mismo modo, el paisaje abrupto y agres-
te del Bergantiños natal del poeta simbolíza el
esfuerzo épico por recuperar el pasado perdido,
que llega a adquirir tonos espartanos. Pondal
emplea una lengua poética en la que abundan
Ios helenismos y cultismos, palabras esdrúju-
las, símbolos y epÍtetos cultos que lo convierten
I
.-
en un poeta claramente comparable con los
simbolistas y parnasianos de fin de siglo xrx.
Recientemente se publicó su Iargo poema épi-
co inacabado C)s Eoas, que relata la conquista
de América por los españoles.
Pero Pondal no solo es el poeta del celtismo
o del aliento heroico. Muchos de sus poemas
muestran una vertiente intimista de huida de
las tensiones del mundo urbano y de fusión con
la naturaleza de su Bergantiños natal, símbolo
del paraÍso perdido de la infancia o de una mí-
tica e idÍlica edad de oro, sin tensiones ni lu-
chas, incluso con un sentimiento panteista de
fusión con esta naturaleza. por otra parte, su
contribución a la creación del lenguaje literario
gallego es ya un tópico. Lugrís Freire cuenta
una anécdota sobre las últimas palabras que
pronunció Pondal en su lecho de muerte, que,
si no es verdad, bien podría serlo. El bardo,
poco antes de morir, afirmó: qDécheme unha
lingua de ferro, e déixoche unha lingu.a de
5ó ourou (uMe diste una lengua de hierro, y te dejo
E--,
una lengua de oror).
Hoy podemos decir que los deseos de pondal
de convertirse en el bardo del pueblo gallego se
vieron satisfechos, pues su poema Os pinos,
musicado por Pascual Veiga, se convirtió en el
himno gallego, y coirro tal fue estrenado en
1907 en el Gran Teatro de La Habana, ante un
auditorio compuesto mayoritariamente por emi-
grantes gallegos.
Curros Enríquez, o el rebelde
Curros Enríquez (1851-1908) es el gran repre-
sentante de la poesÍa social. Su biografía está
marcada por Ia rebeldÍa desde la propia infan-
cia: Curros llega desde su Celanova natal (Ou-
rense) a Madrid en los últimos años del reinado
de Isabel II, huyendo de un padre que lo mal-
tra,ta" y cuyo ideario ultraconservador no sopor-
ta. Curros se establece en Madrid en los turbu-
lentos años de La Gloriosa, protegido por su
paisano orensano Modesto Fernández y Gonzá-
Iez. En este ambiente madrileño de conspiracio-
nes, clubs republicanos y progresistas se forma
Curros, que pasará a la historia como el gran
cantor del progresismo y del republicanismo.
No termina Ia carrera de Derecho, pero se con-
vierte en escritor y periodista en el Madrid pos-
terior a La Gloriosa. En el a"íto 1874 ingresa
como periodista en el prestigioso diario madri-
Ieño -EI Imparcial.
Sin embargo, Curros no se olvida de Galicia.
Inicia su producción en gallego en 1869, siendo
estudiante de Derecho, con uno de los poemas
que, musicado, será de los más célebres y di-
fundidos de la literatura gallega, Cántiga:. No
xardín unha noite sentada / ó refrexo do branco
Jua4 / unha nena choraba sen trégoLas / os des-
dés dun ingrato galán./ 1...1 / Lonxe deJa, de pé
sobre a pope/ dun aleve negreiro vapor, / emi-
grado, camiño de América/ vai o probe, infelís
amador.
Participa en 1876 en el certamen literario 57
que, convocado en ourense, premiafá los poe-
mas que mejor canten una tradición popular,
una costumbre y un tipo literario. Curros gana
eI certamen con sus poemas A uirxe do Cristal,
O gueiteiro de Penalta y Unha voda en Einibó,
obras maestras del costumbrismo.
Curros se establece por esos años en Ourense
y publica en 1880 Aires da miña teÍra, que Io
consagra como eI gran poeta social gallego. El
libro contiene los poemas antes citados y otros
nuevos, especialmente poemas sociales en los
que Curros presenta el atraso e injusticia en
que vive el campesinado gallego, ataca eI caci-
quismo o considera a Ia Iglesia culpable de esta
situación, por haber olvidado el verdadero es-
pÍritu evangélico. El obispo de Ourense de la
época cree que algunos de estos poemas son un
ataque contra la religión católica y denuncia a
Curros, que es condenado en primera instancia
por la Audiencia de Ourense, pero que será ab-
suelto al recurrir ante la Audiencia Territorial
de A Coruña. Este proceso le da a Curros una
f!
aureola de poeta progresista, volteriano, social
y anticlerical que le acompañará de por vida.
Curros canta desde la llegada de la primera
locomotora a Ourense, como símbolo del pro-
greso y de los nuevos tiempos, hasta la aboli-
ción de la pena de muerte; critica a una lglesia
preocupada por el poder temporal o zahiere al
caciquismo; pero es también el costumbrista ex-
traordinario de los poemas ya citados del con-
curso de 1876 o el lírico intimista que escribe
poemas inigualables, como los dedicados a la
muerte de uno de sus hijos o a la de su madre.
Las heridas mal cicatrizadas del proceso lle-
varon de nuevo a Curros a Madrid en 1883. Pu-
blicará en 1888 O diuino sainete, poema extenso
y parodia de la Diuina Comedia en triadas oc-
tosílabas asonantes, en el que eI poeta, guiado
por el mítico Añón, flnge peregrinar a Roma
para asistir al jubileo de León XIII como sacer-
dote y viaja en el tren de los siete pecados ca-
pitales. La obra, además de ser una dura crítica
58 anticlerical, que ataca el poder temporal de Ia
Iglesia de la época, es una descarnada sátira so-
cial y una crítica a la injusticia con técnicas de-
g1adatorias que nos hacen pensar en el Valle-
Inclán de los esperpentos.
Aunque Curros fue coronado por dos veces
como gran poeta de Galicia -en Madrid en 1893
y en A Coruña en 1904-, su espiritu rebelde e
inconformista 1o llevó a la emigración a La Ha-
bana, donde falleció en 1908 convertido en el
símbolo de la rebeldía ante Ia injusticia social.
Narrativa, teatro, literatura popular
en el ftexurdimento
En 1880 se publica la primera novela gallega,
Maxina ou a filla espurea, de Marcial Vallada-
res. Cuenta la historia romántica y folletinesca
de Otilia, que, en el desenlace, enloquece des-
pués de pasar por toda una serie de desgracÍas
y desventuras. Destaca en la novela que los per-
sonajes urbanos o de clase alta se expresan en
castellano, mientras que los rurales emplean eI
gallego. Es un buen testimonio de la diglosia
gallego-castellano de Ia época. La narrativa, en
esta etapa, se ve continuada por Ia también fo-
Iletinesca A cruz do salgueito (1893), de Xesús
Rodriguez López, o ¡A besta!, de Patricio DeI-
gado Luaces, alegato contra las injusticias del
periodo de la Restauración desde Ia óptica can
lista de su autor.
La aportación más importante que se rea,liza a
Ia na¡rativa gallega en este periodo es la novela
histórica de Antonio López Ferreiro. Este cano'
nigo compostelano, erudito y prestigioso historia-
dor, recrea en sus novelas momentos decisivos
del pasado histórico gallego. A tecedeira de Bo'
naval (Ia, teiedora de Bonaval) (1894) presenta Ia
vida de Santiago durante eI reinado de Ca¡Ios I,
en plena política centralüadora y anticomunita-
rta; O castelo de Pambre (81 ca'stillo de Pambre)
(1895) recrea la etapa de las luchas civiles Pedro I-
Enrique II en eI siglo rv, que tanta trascendencia
tuüeron para Galicia, como ya hemos señalado;
O niño de pombas (El nido de pdomas) (1906)
59
tra,nscurre en Ia época gloriosa del obispo GeI-
mirez, en el siglo rcr.
EI relato corto aparece bien representado por
Pérez Placer, Alvarez de Novoa, Lamas Carvajal
o la propia Rosalía, que escribió un Conto ga'
lJego, publicado póstumamente en 1923.
El teatro renace de la mano de Francisco Ma-
ría de la lglesia, con A fonte do xuramento
(1882): escrita en romance heroico, presenta el
castigo de un muchacho forastero que seduce a
una joven de otra aldea. Emilio lilvarez Gimé-
nez, Ga"lo Salinas o Lugrís Freire realizarán in-
teresantes aportaciones al teatro gallego, géne-
ro que se encuentra con múltiples trabas para
consolidarse, que van desde la prohibición con-
tenida en la Real Orden de 1867 de representar
obras teatrales en cualquier lengua que no sea
Ia castellana hasta el recha,zo, por motivos di-
glósicos, del gallego en eI teatro por el público
urbano y de clase media-alta, que era en la épo-
ca el destinatario del teatro. Por otra parte, tam-
poco se contaba con actores y actrices, direc-

tores, etc., formados para representar teatro ga-
Ilego y en gallego.
La literatura popular, e incluso podríamos decir
que de masas, dentro de los lÍmites que impone
la condición del gallego como lengua minorizada,
tiene su figura en Valentín Lamas Carvajal. La-
mas Carvajal no solo dirigió El Heraldo GdJego
y O Tío Matcos da PorteJa, sino que fue poeta y
autor de relatos breves. En 1888 publica en las
páginas de O Tío Marcos su célebre Catecismo do
Ia,brego, su gran éxito editorial. I-a, obra paxodia
la estructura del catecismo del padre Astete, y su
estructura pregunta-respuesta sirve para describir
la dura vida de los campesinos en la Restaura-
ción, marcada por la miseria y la injusticia. Ante
el éxito obtenido en eI periódico, se publica como
Iibro en 1889 y en treinta dÍas agota dos edicio-
nes. Podemos considera¡lo el primer best*ellet:
de la literatura gallega.
60
Escritores gallegos en castellano durante
el siglo xrx
Nicomedes Pastor Díaz es un extraordinario
poeta en castellano, precursor de Bécquer.
Como prosista, a él corresponde una de las no-
velas más caracterÍsticas del Romanticismo es-
pañol: De Villahetmosa a Ia China. Coloquios
íntimos (1858).
RosalÍa es un clásico de la poesía gallega,
pero también de la castellana con su En las ori-
llas del Sar (1884). Contribuye a la novela cas-
tellana con obras corno La hija deJ ma4 Flauio
y El caballero de las botas azules, que la cntica
está hoy revalorizando, pues estaban oscureci-
das por el brillo de Rosalía como poeta.
En la etapa del realismo-naturalismo destaca
como uno de los grandes clásicos de la novela
española Emilia Pardo Bazán. En .f,os pazos de
U1loa (1886) y La madre naturaleza (1886) retra-
ta el mundo rural gallego con técnica realista-
naturalista, mientras que en La tribuna (laa?)
hace lo propio con A Coruña decimonónica.
t
I'l
t "?,i**i¡-.i.".1.1ti-;r-:.f,..it'.:,.. ;i;i.::¿i_:1;¡;:,.:ii1 :
5
El trónsifo ol siglo XX. EI
esplendor de lo literoturE
gollego desde l9l6
q 193ó: generqción Nós,
vqnguqrdiqs
Podemos decir que el siglo ><rx termina con el
{es;g*rg,_{9t 9.8,, Los puertos gallegos recibirán
entonces nada menos que 28.261 repatriados de
11 s¡1"9ry1d-e.9g9+
Por otra parte, Galicia sigue siendo una so-
ciedad eminentemente rural y marinera: en
1900, el 86 % de los gallegos vive de la agricul- ól
tu-ra o-de la pesca; solo u_n 6 % trabaja en la in-
dustria y un 8 % en los servicios.
El campo seguía dóminadci por eI fo{g, con-
tribución que los Iabriegos debÍan abonar a los
propietarios direetos de la tierra. Surgen gru-
pos como So-li-daridad Gallega (1907) o, espe-
cialmente, Acción Gallega (1910), liderada por
el célebre sacerd.ote Basilio Áfvarez, y también
Unión Campesina, Antiforistas de Teis, etc., que
durante las décadas de 1910 y 1920 van a luchar
por mejorar Ia situación del campo, eliminar el
foro o terminar eon el caciquismo, y que mar-
carán en gran medida la vida social y politica
de Galicia en estas dos primeras décadas del
siglo:o<. Conseguirán la desaparición del foro
en 1926. Es eI célebre movimiento agrarista.
Se produce asimismo una ilLsigiel-t__e..indus¡
trialización en ciudades como Vigo, A Coruña o
Ferfél :óóléeñáÁ iié pesóabo, astilleros, indus-
trias de equipamiento urbano, carreteras, ferro-
carril o alumbrado. Sin embargo, la emigración,
especialmente a Argentina y Cuba, va a ser el
destino de muchos en eI primer tercio del siglo:
 entre 1911 y 1930 emigran a América más de
700.000 gallegos. Las remesas de dinero envia-
das por los emigrantes superaban el principal
ingreso gallego de la época: la venta de ganado
bovino.
En cuanto a la lengua, paradójicamente, enla
etapa del Rexurdimenúo, pese al desarrollo li-
terario, el gallego pierde prestigio y hablantes.
pues la Restauración potenció el castellano en
la enseñanza, la Administración o Ia justicia. La
extensión de la Administración liberal o la in-
clusión de Galicia dentro del ámbito económico
estatal en esos años suponen un aumento de la
diglosia: Ia lengua del ascenso social, burocrá-
tico o económico era el castellano.
Ante esta situación de desprestigio de la len-
gua, surge el movimiento de las lfg?n.ag!g:!g
Fala, ideado por el periodista, escritor y polÍtico
Antón Villar Ponte. Villar Ponte creía que en
cada ciudad y hasta aldea de Galicia debÍa sur-
gir la correspondiente lrma,ndade para luchar
62 por la lengua gallega. Ét funda la primera en A
L ¡á_
Coruña, en 1916, y le seguirán las de Santiago,
Monforte, Pontevedra, Ourense... A Nosa Terra,
ya citada, se convertirá en su órgano periodís-
tico. Las Irmandades defienden Ia normaliza-
ción del gallego y su empleo en todos los cam-
pos y actividades, desde la enseñanza a la Ad-
ministración. Pronto superan el ámbito lin-
güístico para realizar propuestas claramente
políticas. En su asamblea de 1918 pr_opgngn,Ia
cooficialidad de gallego y castellano, Ia existen-
cia de un poder autonómico que se ocupe de
los asuntos e intereses propios de Galicia y has-
ta esbozan un plan de industrializacíón, comu-
nicaciones, etc., que puede considerarse un ver-
dadero programa político. Con el movimiento
de las Irman dades da comienzo Ia etapa del na-
cionalismo, que, tras múItiples avatares, con-
ducirá a la aprobación del Estatuto de Autono-
mía de Galicia de 1981, actualmente vigente.
EI periodo 1916-1936, dentro de este ambiente
promovido por las lrmandades, va a ser un mo-
mento de esplendor para Ia lengua y la litera-
tura gallegas. Los esfuerzos normalizadores
cristalizarán en el Estatuto de Galicia de 1936,
que no llegó a entrar en vigor por el estallido
de la guerra civil, pero que reconocÍa la coofl-
cialidad de gallego y castellano en Galicia.
En esta etapa 1916-1936, los escritores de la
.generación Nós -Castelao, Otero Pedrayo, Ris-
co, Cuevillas- van a ser los grandes creadores
de Ia prosa gallega moderna, y su labor en los
géneros en prosa es comparable a la que en el
Rexurdimento realizaron para Ia poesía Rosalía,
Curros o Pondal. Por otra parte, la literatura
tampoco permanece al margen del movimiento
renovador de las vanguardias, con figuras de
tanto relieve como eI poeta Manuel Antonio.
La grrerra civil cortará este desarrollo de la
Iengua y Ia literatura, y cerrará el periodo 1916-
1936, considerado por algunos como un segun-
do Ret<urdimenúo, porque en él a)canza su ma-
durez la prosa gallega.
ó3
La literatura gallega entre el xrx y el >o<:
tradición y renovación
En Ios primeros años del siglo )o< continúa la
tradición del Re><urdimento, tanto en temas
como en técnicas, pero se advierte un agota-
miento temático y estilístico. Poetas como Lei-
ras Pulpeiro. Vaamonde Lores, etc., continúan
Ias líneas intimista, costumbrista, social o he-
roica abiertas por Rosalía, Curros o Pondal,
pero su originalidad y valor son escasos. En la
prosa, narradores como Francisca Herrera Ga-
rrido continúan la línea costumbrista y folleti-
nesca que privaba en el Rexurdimento. Sin em-
bargo, dos poetas marcarán la unión en este co-
mienzo de siglo entre el Rexurdimenfo y los
nuevos vientos que traen a la literatura gallega
la generación Nós y los vanguardistas: Noriega
Varela y Ramón Cabanillas.
Noriega Varela (Lq99-1-?47) toma de los sau-
dosistas portugueses y de Teixeira de Pascoáes
el lirismo sencillo y la emoción poética pura: en
Do ermo (1920; edición deflnitiva, t947) carrtala
 t
il
naturaleza humilde de la montaña lucense: ro-
cas desnudas, Ia niebla, el rocío sobre las flores
silvestres, Ia flor de aliaga..., en la que nadie se
había fijado antes. Sus sonetos paisaj!.qticos de
Ia humilde montaña son una de las cimas de Ia
lirica gallega del siglo >o<.
Ramón Cabanillas (1876-1959) será conside-
rado eI heredero de los grandes poetas del Re-
xurdimento. Su larga vida Ie permitió participar
en el agrarismo de Basilio Ñvarez, en la fun-
dación de la revista Nós o en la recuperación
de la lengua tras la guerra civil. Emigrado en
La Habana, publica allÍ su primer poemario, JVo
desterro. Visións galegas (1913). Los poemas so-
ciales se mezclan con los costumbristas e inti-
mistas. Su siguiente obra,, Da terra asoballada
(1917), combina de nuevo poesÍa social y liris-
mo intimista. Basilio Alvarez 1o saluda como el
sucesor de Curros, y se convierte por esos años
en el poeta del agrarismo. En A rosa de cen fo-
llas. Breuiario dun amor (LSZZ) prósenta el
64 amor como un sentimiento puro, muy en Ia lí-
nea del saudosismo de Teixeira o de Rosalia de
Castro.
Cabanillas fue también un extraordinario poe-
ta narrativo. Su gran obra, el poema largo Na
noite estuelecida (1926), escrito ya dentro de la
exaltación celtista de Vicente Risco y el grupo
Nós, sitúa la historia del grial y del rey Arturo
en Galicia, donde este duerme un sueño del que
despertará para llevar hacia la gloria a los pue-
blos celtas.
La generación Nós
La generación Nós está formada por un grupo
de escritores -Losada Diéguez, Vicente Risco,
Castelao, Cuevillas, Otero Pedrayo- que serán
los verdaderos fundadores de la prosa gallega
moderna.
Nacidos en la década de los ochenta del si-
glo xu<, se encuentran con una sociedad que no
Ies gusta por su materialismo y por la primacía
dada a los intereses económicos. Se sienten
unos inadaptados en la sociedad burguesa,
pues aspiran a, la, beIleza., a la flnura del espíritu
y al arte por el arte. Así, en un primer momento
se evaden hacia culturas apartadas, como las
orientales, o teorías irracionales, como el ocul-
tismo. No existe en ellos ningún tipo de com-
promiso social ni galleguista. Sin embargo, ha-
cia 1918, especialmente por iniciativa de Losa-
da Diéguez, curtido en eI carlismo y en la lucha
agrarista, vuelven los ojos hacia Ia Galicia rural
y marinera: esta vieja civilización reúne las ca-
racterísticas de belleza, paz, solidaridad y espi-
ritualidad de las antiguas culturas campesinas.
Desde ese momento, Galicia será el objetivo de
sus preocupaciones y de su obra literaria.
Tras un intento fallido de participación direc-
ta en la política en 1918, de acuerdo con las teo-
rías de Risco, orientarán su labor hacia Ia cul-
tura. Su fracaso electoral, según este, fue debi-
do a que los gallegos no tienen conciencia de
su singularidad y derechos. Por ello deciden
fundar la revista .lVós, que sale en 1920 y da 65
nombre a la generación, para crear esta con-
ciencia de galleguidad. Hasta su desaparición,
en 1936, Nós se convertirá en el órgano de Ia
intelectualidad gallega, y en eIIa el gallego aI-
ca,nzará su mayoría de edad como lengua no
solo de la prosa literaria, sino también del en-
sayo y de la ciencia. Al lado de su dedicación a
Galicia, sobresale su vocación universalista.
El ensayo
Personalidades unidas a' las lrmandades, como
Antón Villar Ponte o Johán Vicente Viqueira,
iniciaron eI camino del ensayo en gallego. Sin
embargo, serán los miembros de Nós los que
lleven el ensayo gallego a su mayoría de edad.
Vicente Risco (1884-1963) sintetiza en las cua-
renta y siete páginas de su Teoría do naciona-
lismo galego (1920) los principios de este mo-
vimiento político y cultural: se convertirá en
esos años en el gran ideario galleguista. En Mi'
teleuropa (Impresións dunha uia'xe) (1934) rtez.
 I
cla el libro de viajes con el ensayo, pues pre-
senta las impresiones de su viaje de estudios
por Ia Europa de 1930, especialmente por Ale-
mania, con reflexiones sobre la actualidad eu-
ropea, para terrninar con una interpretación ne-
gativa de Ia Europa de la época, según éI en
decadencia por eI triunfo de la uniformidad,
que iguala a todos los paÍses, y del materialis-
rno. Leria reúne ensayos breves, algunos apa-
recidos en lVós, y allí figura el célebre iVós, os
inadaptados, en que Risco analizay cara,ctetiza
su propia generación.
Otero Pedrayo (1888-1976) publicó una exten-
sísima y variada obra ensayistica. Pelerinaxes
(1929) mezcla el ensayo etnográfico, histórico y
geográfico con eI libro de viajes, al presentar eI
viaje que el autor rea"lizó a pie desde Ourense
al céIebre santuario de San Andrés de Teixido
(A Coruña) con Risco y Ben-Cho-Sey. El Libro
dos amigos (1953) realiza el retrato de amigos
Iu. y maestros desaparecidos, de forma que resulta
un gran testimonio para comprender el ambien-
te de los escritores de ntrós. La crítica literaria
aparece bien representada en Romanticismo,
saudade e sentimento da raza en Pastor Díaz,
Rosalía de Castro e Nieomedes Pastor Díaz
[- (1931). Sintetiza su interpretación de Galicia en
Ensaio histórico sobre a cultura galega (1930),
a la que cara"ctetiza" por su europeísmo, senti-
miento de unión a Ia tierra nativa, saudade y
I romanticismo, celtismo y cristianismo.
Alfonso Daniel Rodríguez Castelao (1886-
1950) se convierte en la posguerra en la gran
figura del ensayo con Ia publicación, en el exi-
I Iio, de Sempre en Galiza (1944). El libro es real-
mente una compilación de textos escritos en
distintas épocas. Su libro tercero presenta Ga-
I licia como una comunidad diferenciada por
contar con lengua, cultura y pasado histórico
propios.
I La novela
I
Hacia 1920 se produce el intento de atraer a un
público amplio para la literatura en gallego.
I
Surgen colecciones populares y económicas, es-
pecialmente de novelas cortas y cuentos, que
tratan de popularizar el relato en gallego entre
un público urbano, en Ia línea de la's lrmanda-
des. Son colecciones como Terra a Nosa, Célti-
ga o Lar. Dentro de este ambiente favorable se
va a desarrollar la gran labor narrativa de Nós'
Con los narradores de 1Vós, la novela y el re-
lato corto gallegos superan deflnitivamente eI
ruralismo costumbrista decimonónico. Muchas
de estas novelas, ambientadas en un ambiente
urbano, presentan un protagonista intelectual,
a veces trasunto del propio autor, que expone
sus ideas a lo largo de la novela, especialmente
sobre el pasado, presente y futuro de Galicia'
con lo que Ia novela se convierte en una espe-
cie de novela-ensayo. Para Ia publicación de es-
tas novelas va a ser fundamental la fundación
de la editorial también llamada Nós, en 1927,
por linxel Casal.
Otero Pedrayo, en Os camiños dauida (1928)'
a.na,\íza,la decadencia de dos familias hidalgas
dentro de los cambios históricos que el libera-
67 ,
lismo del >cx trajo a Galicia: el protagonista, eI
hidalgo Paio Soutelo, encuentra un sentido a su
vida en la dedicación a Galicia, ejerciendo la
medicina al serr¡icio de los labriegos de su co-
marca. En Arredor de si (1930), Otero, a través
del protagonista, Adrián Solovio, trasunto del
propio autor, relata su evolución ideológica y Ia
de su generación: Adrián, tras peregrinar por
diversos lugares y culturas, encuentra un sen-
tido a su vida en la wuelta a Galicia y en el com-
promiso con eI ideario galleguista. La produc-
ción narrativa de Otero se completa con nove-
las históricas como A romeiría de Xelmirez
(1934), intelectuales como Fta Vernero (1934) o
Devalar (1936), así como con extraordinarios
cuentos, como los reunidos en Contos do ca'
miño e da rúa' (1932).
Vicente Risco, en O potco de pé (1928), sati-
riza,la figura del inculto y avariento tendero en-
riquecido D. Celidonio, que llega a ser alcalde
de Oria, mientras su antagonista, el cultivado
doctor Alveiros, fracasa en sus intentos de opo-
sición al antiguo tendero, convertido ahora en
político famoso. La sátira y la caricatura hacen
de esta novela de Risco una obra maestra.
Castelao inicia su trayectoria narrativa con el
relato corto Un ollo de uidro. Memorias dun es-
quelete (1922). Echando mano del humor negro,
Castelao presenta diversos tipos en el cemen-
terio: el poeta, el fllántropo... y, sobre todo, el
vampiro, que sale por las noches para chupar
la sangre, y que en vida fue un famoso caci-
que... Cousas (1926) es una colección de cuen-
tos que aprovecha técnicas de la narrativa po-
pular -humorismo, anécdota llamativa, lirismo,
brevedad- mezcladas con la reflexión fllosóflca
así como con un desenlace sorprendente. Ade-
más, podemos decir que Castelao crea un gé-
nero narrativo nuevo que mezcla mensaje lin-
güístico y dibujo: cada relato se inicia con un
dibujo que completa y condiciona el mensaje
del texto escrito. Retrincos (1934) recoge cinco
relatos cortos autobiográflcos; en Os dous de
sempre (1934) Castelao presenta el aprendizaje
y formación de dos personajes antitéticos: el
conformista Pedro y el inquieto Rañolas. La no-
vela es una reflexión fiIosófico-humorística so-
bre estas dos formas diferentes de enfrentar la
vida -la del conformista y la del incorformista-,
pero también presenta problemas de la Galicia
de la época, como la emigración, el caciquismo
o el mal funcionamiento de la Administración.
El teatro
El teatro, hasta la llegada de los modernos me-
dios de entretenimiento, como la radio o la te-
levisión, era el género del espectáculo por ex-
celencia. Su público, formado habitualmente
por las clases urbanas con cierta formación y
nivel económico, hacia que fuera especialmente
apto para prestigiar una lengua. Desde comien-
zos del siglo >o< hay una serie de intentos de
crear un teatro gallego urbano, con buenos ac-
tores y actrices. Su éxito reportaría un induda-
ble prestigio a Ia lengua gallega. Así, Lugrís
Freire lleva adelante en 1906 una Escola Rexio-
nal de Declamación para formar actores y ac-
trices en gallego. La,s lrmandades da Faia re-
cogerán eI testigo y promoverán el Conservato-
rio Nacional de Arte Galega (1919), dirigido por
el actor Fernando Osorio. Cabanillas será el au-
tor elegido para proveer de obras al grupo, y así
escribe su A man de Santiña (1919), obra que
supera en lengua y personajes el ruralismo del
teatro del Rexurdimenúo; o, en colaboración con
el propio Villar Ponte, O Mariscal (1926), re-
creación de la figura mÍtica del mariscal Pardo
il de Cela, símbolo de la autonomía gallega frente
a la politica centralizadora de los Reyes Católi-
cos.
Vicente Risco, gran admirador del teatro sim-
bolista de Maeterlinck, publica en 1928 O bufón
d'eL Rei. La acción se sitúa en una corte medie-
val, y presenta la figura de un bufón repulsivo
físicamente, pero que posee una gran sensibi-
lidad e inteligencia. Se enamora de la reina,
que, sin embargo, prefiere mantener su relación
amorosa con el caballero Guindamor. Celoso, el
bufón acusa a la reina ante el rey, que condena
a muerte a Guindamor. En el desenlace, el bu-
fón, arrepentido, implora el perdón del caballe-
ro, que resulta ser su hermano. Risco escribe
una obra simbolista que opone a la fealdad fí-
sica del bufón su extraordinaria inteligencia y
sensibilidad, exalta los valores de las sociedad
caballeresca medieval, y sus diálogos ingenio-
sos recuerdan los del teatro de Oscar Wilde.
Otero Pedrayo publica en 1928 A lagarada,
tragedia romántica con una acción que trans-
curre en el ámbito sensual de la vendimia en el
Ribeiro y que presenta el asésinato de un rico
y anciano propietario agrícola a manos de su
amante y el novio de esta, movidos por la ava-
ricia, ya que piensan ser los herederos del an-
ciano. La obra es una acertada rnezcla de na-
turalismo, romanticismo, pasiones desatadas y
simbolismo. Castelao estrena en el exilio bonae-
rense, en 1941, la que es posiblemente la obra
I
más famosa del teatro gallego: Os vellos non de-
ben de namorarse. La obra presenta la muerte
triste de tres personajes masculinos que se ena-
moraron, ya viejos, de tres jóvenes. Este amor
senil fue la causa de su muerte. La obra integra
baile, color, máscaras, elementos costumbris-
tas, simbólicos y mágicos. El desenlace se tiñe,
además, de lirismo, pues los tres viejos dialo-
gan en el cementerio, ya muertos, sobre su üda
y muerte por amor y, si en algún momento pa-
recieron ridículos, ahora cobran grandeza, al re-
conocer que murieron por no haber sabido
aprovechar su juventud e intentar recuperarla
en la vejez, cuando ya no era el momento del
amor.
El espíritu renovador de ,IVós
La generación Nós y su revista fueron funda-
mentales en la lengua, la cultura y la literatura
gallegas. Recuperaron el gusto por Galicia y lo
un^J gallego, desde la lengua a la etnografÍa o la li-
teratura popular, pero estaban aI mismo tiempo
abiertos a la universalidad y a la modernidad.
Dentro de este talante de estudio de Galicia que
ellos trajeron surgirá en 1923 el célebre Semi-
nario de Estudos Galegos, con secciones de
Historia, Geografía, Literatura, etc., pero tam-
bién de Pedagogra o Ciencias Naturales. Publi-
carán su célebre revista Arquivos do Seminario,
y con esta institución el gallego será ya defi-
nitivamente lengua de la ciencia. El Seminario
también fue pionero en Ia normativización del
gallego, pues en 1933 elaboró unas normas or-
tográflcas que debían seguir sus investigadores
y las publicaciones de la institución. Los miem-
bros de Nós se integraron en eI Seminario y di-
rigieron algunas de sus secciones: F,isco, la de
etnografía; Otero, la de geografía; Cuevillas, la
de prehistoria; Castelao, la de arte.
La apertura de Nós al mundo hizo que se
crease en Galicia un ambiente favorable a las
nuevas vanguardias literarias que surgían en la
Europa de entreguerras. El propio Risco difun-
dió algunas de ellas, tanto desde Nós como des-
de A Nosa Terca.
Vanguardia gallega y continuadores de JVós
El propio Risco, o también Eugenio Montes y
Correa Calderón, difunden desde A Nosa Terca
o lVós las vanguardias. Surgen también revistas
en diversos Iugares de Galicia que divulgan las
estéticas vanguardistas, como Alfar, Ronsel,
Crista\ Yunquq Reso\ etc. EI poeta Manuel An-
tonio y el pintor Álvaro Cebreiro publican en
1922 el gran manifiesto del vanguardismo galle-
go, Máis aLá. En éI piden una nueva literatura
y critican a aquellos que escriben eomo en el
siglo xix.
Manuel Antonio Pérez Sánchez (1900-1930) es
el gran representante de la vanguardia poética
gallega. Su poemario De catro a catro (1928) es
obra fundamental de la poesía gallega contem-
poránea. Compuesto por tan solo 19 poemas,
71
lleva el expresivo subtÍtulo de Follas sen data
d'un diaüo d'abordo. El libro, en una línea van-
guardista, huye del autobiograflsmo y la anéc-
dota, para presentar una visión del mar con
imágenes creacionistas. El mar es considerado
como la aventura, la busca del ideal, la huida
de la vida burguesa. Sin embargo, esta aventura
concluye con una sensación de fracaso: en el
mar, el poeta tampoco encuentra la plenitud,
sino que vuelven la soledad, el deseo de nuevas
singladuras, aunque sabe de antemano que
nunca alca,nzalá esa plenitud vital.
Luis Amado Carballo (1901-1927) es creador
de la llamada escuela hilozoísta, especialmente
a partir de su poema,rio Proel (1927). El hilo-
zoísmo es una poesía eminentemente paisajÍs-
tica, de gran ingenuidad y sencillez, que mezcla
Ias metáforas e imágenes creacionistas con los
temas y recursos de la lírica popular gallega.
El neotrobadorismo es un movimiento nacido
al calor del ambiente erudito del Seminario de
Estudos Galegos, que intenta conciliar temas y
técnicas delos cancioneiros medievales con las
 imágenes atreüdas del creacionismo. Bouza En teatro, el ciclo de las Comedias bárbaras
Brey, con Nao senlleira (1933), y .Éilvaro Cun- presenta una Galicia mítica habitada por unos
queiro, con Cantiga nova que se chama riveira personajes dominados por la avaricia, la lujuria
(1933), son grandes figuras de esta escuela. y la muerte. Por fln, en Luces de bohemia (192O)
A la renovación de la lírica gallega en este crea el esperpento teatral, que se maniflesta en
ambiente vanguardista contribuyen otros poe- su madurez en las obras reunidas en Martes de
tas de indudable calidad: Aquilino Iglesia A1- Carnaval
variño, con Cotazón a,o vento, acertada rnezcLa, La novela o relato humorístico tiene sus gran-
de clasicismo latino, saudosismo e hilozoísmo; des cultivadores en Wenceslao Fernández FIo-
.lilvaro Cunqueiro se acerca al sunealismo con rez y los hermanos Camba. El ensayo y la no-
Poemas do si e non (1933); Blanco Amor publi- vela intelectual cuentan con la aportación del
ca el neopopula"r Romances galegos (1928); Ma- coruñés Salvador de Madariaga. Y no podemos
nuel Luís Acuña ofrece en Fírgoas (1933) una olvidar la contribución a la filología y a la his-
poesía de vanguardia. En fin, el propio Garcia toria del también coruñés Ramón Menéndez Pi-
Lorca, gran admirador de Galicia y de los poe- dal, o al teatro la de Manuel Linares Rivas.
tas gallegos del momento, ofrece sus Seis poe-
mas galegos (1935).
Dentro de los continuadores de la prosa y es-
píritu de Nós es necesario citar a Rafael Dieste
(1899-1981). Su libro de cuentos Dos arquivos
do trasno (1926) continúa la renovación de la
72 narrativa iniciada por JVós, y en muchos de es- 73 F;
tos cuentos m.ezcla, atinadamente lo maravilloso
con lo realista, por lo que en cierto modo po-
demos incluirlo dentro del realismo mágico. Su
obra teatral A frestra valdeira (1928) es una de
Ias obras maestras del teatro gallego, alrnezcla,r
adecuadamente personajes y ambientes popu-
lares con simbolismo.

Escritores gallegos en lengua castellana

anteriores a 1936
La figura más representativa de los escritores
nacidos en Galicia que escriben en castellano
es Valle-Inclán. En la"s Sonatas se revela como
eI gran creador de la prosa modernista. Su tri-
logia de novelas La guerca, carlista supone la
revisión de esta lucha civil desde una perspec-
tiva carlista, tras la interpretación liberal de
Galdós. Qon Tirano Banderas (1926) fija el sub-
género de Ia llamada, novela, de dictador. Su tri-
logía inacab ada EI ruedo ibéri.co es una presen-
tación esperpéntica de la España de Isabel II.

6 La poesía det exilio mezcla' la nostalgia por la
[q |iferoturq gollego frqs
lo guerrq civil: el exilio
exterior y el inlerior. Lq
recuperoción de los qños
cincuenfo y el grupo
Golqxio
El proceso de normalización de la lengua y la
literatura gallegas que hemos analizado se verá
truncado dramáticamente por la guerra civil.
Escritores e intelectuales gallegos en los duros
años de la contienda y de la inmediata posgue-
74 rra serán fusilados -como linxel Casal, el editor
de .ltrós- o marcharán al exilio -el propio Cas-
telao-. Los que permanecen van a sobreüvir en
un exilio interior -Otero Pedrayo se ve despo-
seído de su cátedra-. Entre 1936 y 1946 no se
publica prácticamente ningún libro en gallego.
La pervivencia de la lengua y la literatura
qallegas en el exilio
En Galicia, la lengua y la literatura gallegas
vuelven prácticamente a un nivel de oralidad.
Sin embargo, los exiliados en América, espe-
cialmente en Buenos Aires, van a mantener el
gallego como lengua escrita. El propio Castelao
da a conocer en el exilio, como ya vimos, ,Sem-
pre en Galiza u Os vellos non deben de namo-
rarse. Sociedades de emigrantes gallegos, como
el Centro Gallego de Buenos Aires o el patro-
nato de Cultura Galega de México, van a im-
pulsar Ia publicación de revistas como Galicia
Emigrante o Vieiros. También se desarrolla una
importante labor editorial, que publica clásicos
y nuevos autores, en la que es fundamental la,
labor de Luis Seoane, director de colecciones
de libros gallegos como Hórreo o Dorna, en su
exilio bonaerense.
Galicia perdida con la llamada cívica y la pro-
testa social, como queda reflejado en las obras
de Lorenzo Varela y el propio Luis Seoane.
La narrativa gallega del exilio está marcada
por las figuras de Neira Vilas y Blanco Amor.
El primero publica Memorias dun neno labrego
(1961), novela en forma de memorias o incluso
diario de un niño labriego que rememora su
vida de pobreza e injusticia en el campo: se con-
vertirá en los años sesenta en un gran éxito edi-
torial. EI segundo prrblica en 1959 A esmorga:,
la novela narra las veinticuatro horas que dura
la juerga de tres personajes a partir de la decla-
ración que uno de ellos realíza ante el juez,
pues la flesta de alcohol desembocó en violen-
cia gratuita y muerte. La novela presenta el sub-
mundo urbano gallego de comienzos del si- 75
glo >cr, y para algún cntico literario es Ia mejor
novela gallega de posguerra.
La recuperación de la lengua y la literatura
gallegas en los años cincuenta
Hacia eI flnal de la década de los años cuarenta
surgen actividades que hacen ver una humilde
recuperación de la lengua y Ia literatura galle-
gas. Suele ponerse como fecha para el inicio de
esta recuperación Ia publicación en 1947 del
poemario Cómaros ve des, de Iglesia Alvariño'
poeta ya consagrado en Ia preguerra.
Se fundan editoriales como Monterrei, Biblió-
fiIos Gallegos, Benito Soto o Xistral. Entre oc-
tubre de 1949 y enero de 1950, el gallego apa-
rece como lengua periodística en el suplemento
cultural del vespertino compostelano La Noche.
Este suplemento cultural será una especie de
ensayo general para el lanzamiento de la edi-
torial que llevará a cabo 1a recuperación de la
lengua y, Iiteratura gallegas en la década de los
 cincuenta: la editorial Galaxia, nacida en 1gb0.
Gala¡<ia crea, además, la revista cultural Gria,I,
que será fundamental para la difusión del pen_
samiento y de la literatura galtegas desde los
años cincuenta hasta tra actualidad.
La narrativa se recupera, en la década de los
cincuenta, con la publicación de la que pasa
por ser la primera novela publicada en la pro-
pÍa Galicia tras Ia guerra civil Xente da Barrei-
ra (1950), de Carballo Calero, que presenta la
decadencia de una familia hidalga rural desde
los tiempos de la invasión napoleónica a la
I Guerra Mundial. En esta década se consagra-
rán dos grandes figuras de la narrativa gallega
contemporánea: Álvaro Cunqueiro (19 1 1-19g 1) y
.Éinxel Fole (1903-1986). Cunqueiro publica su
Merlín e famili"a (19bb), rrrezcle. acertada de fan-
tasÍa lúdica, realismo y humorismo, al presen-
tarnos al célebre mago Merlín, de la Tabla Re-
donda, retirado en la tierra lucense de Miranda
y resolviendo con sus poderes mágicos diferen_
76
tes problemas. La obra de Cunqueiro se eom_
pletará con As crónicas do sochantre (1956), ,Sj
o vello Simbad volvese ás illas (1961), Xente de
aquí e acolá (197I) y Os outros feirantes (1929):
la mezcla de humor, fantasia y realidad de estas
obras convierte a Cunqueiro no solo en un clá-
sico de la literatura gallega, sino de la literatura
hispánica en general.
La narrativa de Fole se enraíza en la tradición
popular, y su colección de quince cuentoi Á lus
do candil. Contos a earón do lume (19b8) lo con-
vierte en un clásico del relato corto, con su
acertada rnezcla, de tradición popular, aventura,
fantasía, humor y realismo. Terca brava. Contos
da solaina (1955) continúa la misma lÍnea.
El teatro, en cuanto a representaciones, tiene
por esos años una presencia meramente testi_
monial. Sin embargo, Cunqueiro aportará uno
de los clásicos del drama gallego contemporá-
neo: O incerto señor don Hamlet, principe d.e
Dinamarca (19b9), que recrea de una forma in-
telectual y existencialista a Hamlet, angustiado
porque no sabe quién es realmente e ir:ca'pa'z
de encontrar la verdad y la justicia absolutas.
Tras la recuperación que supuso para la lírica
gallega de posguerra el ya citado Cómaros ver-
des (1947), de Aquilino Iglesia Alvariño, la poe-
sÍa renace también a flnales de los cuarenta y
a lo largo de los cincuenta. Este renacer se con-
creta en las aportaciones de autores ya conoci-
dos en la preguerra: lilvaro Cunqueiro continúa
su quehacer lírico con Dona do corpo delgado
(1950), y Carballo Calero publica Anxo de terra
(1950). Asimismo destaca la obra de un poeta
que ya habia participado en los movimientos lÍ-
ricos de pregueffa, pero que ahora publicará su
obra maestra: Luis Pimentel (1895-1958). Tras
su muerte, se publica s! Sombra do aire na her
ba (1959), que deja ver una fina sensibilidad he-
rida por Ia dureza de la vida en los difíciles
años de la inmediata posguerra.
De gran importancia es el grupo de ensayis-
tas unido a Gala,>ria. Con su labor, desde flnales
de los cuarenta y durante los cincuenta van a _!L, ,
recuperar el gallego para el ensayo y la ciencia. {-
-
En este sentido son los herederos y continua-
dores de la prosa ensayística e incluso cientÍfl-
ca y técnica de los escritores de Nós y del Se-
minario de Estudos Galegos. Su labor será fun-
damental para demostrar que el gallego no solo
es una lengua literaria, sino también una len-
gva ca,paz de ex¡rresar, por medio del ensayo o
del articulo científico y técnico, toda la comple-
jidad del mundo moderno. Dentro de este gru-
po, Ilamón Piñeiro (1915-1990), el gran anima-
dor de Galaxia y del galleguismo de posguerra,
a,n:aliza, distintos aspectos fl losófi cos, lingüísti-
cos, históricos y culturales relacionados con
Galicia, en obras que ya son clásicos del pen-
samiento gallego, como Sigttitrcado metafísico
da saudade, A saudade en R'osalía, A lingoa'xe
e as lingu.as t Olladas no futuro. Hasta su muer-
te, en 1990, Piñeiro se convertirá en la gran fi-
gura del galleguismo. Dentro de este grupo des-
tacan también Fernández del Riego, Fernández
de la Vega y García-Sabell.
::::-
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7 años de falta de libertades del periodo 1936-
[q voriedod de lq lírico
en los qños cincuenfq
y en los primeros sesentq
Dentro de esta recuperación de la lengua y la
literatura gallegas en los cincuenta, que algu-
nos consideran como un nuevo Rexurdimento
tras la guerra civil, en Ia década de los cincuen-
ta y primeros sesenta conviven varias genera-
ciones poéticas.
Poetas de la llamada generación de 1986 -na-
cidos entre 1910 y 1920- publican ahora obras
fundamentales de la lirica gallega contemporá-
nea. Destaca en esta generación Xosé María
Díaz Castro (1914-1991), que en su poemario
Nimbos (1961) medita de forma angustiada so-
bre el sentido de la vida o la presencia de la
rnuerte. En la misma línea meditativa ofrece el
ya citado Aquilino Iglesia Alvariño Lanza de so-
ledá (196I). Pero sin duda la figura más popular
de esta generación poética será Celso Emilio
Ferreiro (1912-1979). Celso Emilio había sido
uno de los directivos de la colección d.e poesía
Benito Soto al flnal de Ios cuarenta, y p.ublica
en 1955, O soño sulagado, su primer libro poé-
tico, en el que combina los temas intimistas
con los sociales. Sin embargo, su consagración
se producirá con Longa noite de pedra (196p),
la obra poética más famosa y difundida de la
poesía gallega de posguena. El tema central d.el
Iibro pertenece a la poesía social. El poeta de-
nuncia la falta de libertad y la injusticia de los
años de la posguerra, con un extraordinario ma-
nejo de la sátira y el humor cntico. Muchos de
sus poemas a,lcanzarán una extraordinaria di-
fusión, al ser musicados y cantados, a partir de
1966, por el grupo de cantautores gallegos de
Voces Ceibes. El tÍtulo Longa noite de pedta,
título también del primer poema del libro,,pa-
sará a designar metafóricamente los cuarenta
1976. La obra de Celso Emilio continúa con
obras en las que la crítica social se aúna con el
humor y Ia sátira, e incluso trata de recuperar
el espíritu y técnicas de las ca'ntigas de escar-
nio y maldicir medievales en sus Cantigas de
escarnio e maldicir (1968). Su última obra,
Onde o mundo chámase Celanova (1975), olvida
el tono social para centrarse en eI tratamiento
del amor, el paisaje o el retorno a la infancia
como paraíso perdido, lo que prueba que Celso
fue un poeta total.
La segunda generación poética que se da a
conocer por esos años es la llamada generación
de enlace, ya que supone el lazo de unión entre
aquellos que vivieron Ia guerra civil como adul-
tos y los que ya no tuvieron una ex¡reriencia di-
recta del conflicto. Ellos viven la guerra cotno Lr-
adolescentes. Nacidos en la década de los años
veinte, su poesía se caracteriza en sus comien-
zos por eI tono intimista y un cierto pesimismo
vital.
Dentro de este grupo, Antonio Tovar (1921),
en Arredores, toca temas como la soledad, la
busca angustiada de Dios o la melancolía, sin
que falten tampoco poemas sociales. Luz Pozo
Gama, (1922) cultiva una poesía intimista, a ve-
ces desarraigada y con influencias del surrea-
lismo en O pa,xaro na boca (1952); volveremos
a hablar de Luz Pozo, pues será figura funda-
mental en Ia renovación poética de los ochenta.
Por estos años se da a conocer la primera ge-
neración ya propiamente de posguerra, formada
por poetas nacidos en la década de los treinta,
que vivieron la guera como niños de corta
edad o incluso nacieron durante los tres años
de la contienda. Muchos de ellos coinciden
como estudiantes en la Universidad de Santiago
durante los años cincuenta, y se dan a conocer
en el concurso literario que la universidad com-
 ' ' ' ': .-
postelana convoca por estos años, las Fiestas
Minervales. Son conocidos como Ia generación
de los cincuenta, por haber publicado sus pri-
meras obras en esta década, aunque también se
les conoce como generación de las Fiestas Mi-
nervales, por su participación en el citado con-
curso literario, o incluso como Escola da Tebra
(Escuela de la Tiniebla), por el profundo tono
existencialista de su primera obra. Este existen-
cialismo tiene su antecedente en dos poemarios
publicados a comienzos de los cincuenta que
en cierta medida ejercieron de modelos en los
comienzos de esta generación: Fabulario novo
(1952), de Manuel Cuña Novás, y Muiñeiro de
brétemas (1950), de Manuel María. Cabe desta-
car en este grupo a Méndez Ferrín (19b2), con
Voce na néboa (1957); Franco Grande (1936),
corr Entue o si e o non; Bernardino Graña (193p),
con Poemas dun home que qui.xo uÍuir (lg5g);
Salvador Garcia Bodaño, con Ao pé de cada
hora (1967); Uxío Novoneyra (1980-2000), con Os
eidos (1955); Xohana Torres, Alexandre Cribei-
ro, etc. Muchos de estos poetas volveremos a
tratarlos, ya que sus contribuciones entre 19Z6
y 2000 serán fundamentales.
La nueva narrativa
Desde mediados de los cincuenta y a lo largo
de los años sesenta se desarrolla el movimiento
de renovación conocido como JVorza Narcativa.
Los narradores pertenecientes a este grupo na-
cieron entre 1930 y 194O y tienen una formación
universitaria. Pretenden renovar Ia narrativa ga-
llega introduciendo en ella las técnicas y temas
de la narrativa contemporánea de Kafka, Faulk-
ner, Joyce, el nouveau Íoman francés, etc.
Las narraciones se sitúan en espacios urba-
nos o incluso fantásticos, que en muchas oca-
siones no pueden identiflcarse con ningún lu-
gar concreto. Se abandona el narrador omnis-
ciente tradicional, sustituido por monólogos
interiores o por un narrador objetivo en tercera
persona, que sigue al personaje como una cá-
mara cinematográfica. Se evitan los anáIisis psi-
cológicos tradicionales y, de acuerdo con el
conductismo, se muestra la psicología del per-
sonaje. De igual modo, pierden importancia la
intriga y el argumento entendidos al modo tra-
dicional. Así pues, asistimos a una profunda re-
novación formal, que destruye el personaje tra-
dicional, muchas veces sustituido por antihé-
roes o personajes sin biografÍa, que se mueven
en un mundo absurdo para ellos. No falta tam-
poco el perspectivismo, que presenta Ia misma
realidad desde puntos de vista diferentes.
Gonzalo Rodríguez Mourullo (1935) presenta
en Memorias de Tains (1956), por medio de una
estructura epistolar, un mundo angustiante a
través de la historia de la fantástica ciudad de
Tains, destruida por una guerra enigmática y de
Ia que solo quedan siete cartas eseritas por al-
guno de sus habitantes.
Camilo González Suárez Ilanos (1931), en
Como calquera outro día (1962), trata doce ho-
8l
ras de la vida de un joven que se despide de i-
sus amigos antes de retornar a Galicia; desta-
can la ausencia de intriga y hechos llamativos
en Ia vida gris de estos personajes.
María Xosé Queizán (1939), en A orella no bu-
raco (1956), recrea el deambular sin rumbo de
un vagabundo hasta su muerte. El protagonista,
en el fluir de su conciencia, retrocede al pasado
y aparecen referencias a una infancia traumá-
tica, posible causa de su marginación.
Xosé Luis Méndez Ferrín (1938) recupera, en
Percival e outras historias (1958), el mundo de
los caballeros de Ia Tabla Redonda, que hace
convivir con objetos cotidianos; el absurdo, la
violencia, las relaciones opresor-oprimido, son
temas característicos del libro. El conjunto de
relatos cortos contenidos en O crepúsculo e as
formÍgas (1961) reitera estos temas, ta.n carac-
teristicos en su obra. En la novela Arrabaldo do
norte (1964), un enigrnático hombre del sur bus-
ca algo que Io trajo a ese suburbio, pero que no
sabe Io que es, mientras otro personaje lo ob-
serva con miedo desde una ventana.
 Xohana Torres (1931) presenta en Adiós, Ma-
rta G97l), a través del monólogo interior de su
protagonista, la adolescente Maxa, la dura vida
del suburbio vigués en los años sesenta, mar-
cada por el paro y Ia emigración, así como por
la marginación de la mujer por aquellos años.
Carlos Casares (194I-2002), en los relatos cor-
tos de Vento feriro (1967), presenta unos per-
sonajes marcados por el dolor, el absurdo y la
injusticia. En Cambio en tres (1969), con distin-
tos monólogos interiores, ofrece Ia vida de O
Cachorro, un joven orensano que muere en un
accidente de tr¿ífico en la emigración francesa.
Los narradores de este grupo, como veremos
más adelante, seguirán aportando obras maes-
tras a la narrativa gallega en las décadas si-
guientes del >o<.
La digniflcación y recuperación de la lengua
gallega
La fundación de Gaia¡ria y de otras editoriales,
la publicación de revistas como la ya mencio-
rrada GúaL las colaboraciones en gallego en Ia
prensa, etc., fueron creando a lo largo de los
cincuenta una sensación de recuperación de la
lengua y la literatura. En los años sesenta se
producirán ya con toda claridad hechos que no
solo buscan la recuperación del gallego, sino
que esta sea una lengua normalizada y que se
emplee en la enseñanza,, la, política, los medios
de comunicación social o la Iglesia. Se fundan
en los sesenta asociaciones culturales como O
Facho, O Galo, Asociación Cultural de Vigo,
etc., que no solo rea,lizan actos culturales y li-
terarios en gallego, sino que piden su plena
I
normalización. Emisoras de radio como La Voz
de Vigo o Radio Nacional de España de A Co-
i
ruña inician progTamas oulturales en gallego.
Por otra parte, también en los sesenta surgen
campañas como Falemos ga,lego o Galego na es-
cola. A finales de la década, el gallego también
penetra en la música juvenil y en la protesta
estudiantil de aquellos años: el grupo de can-
tautores de Voces Ceibes populariza la poesía
de Celso Emilio Ferreiro. Por su parte, la Real
Academia Galega crea en 1963 el Día das Letra,s
Galegas, para exaltar anualmente, el 17 de
mayo, aniversario de la publicación de Cantares
gallegos, la lengua y la cultura gallegas. A fi-
nales de esta década se publica un semanario
bilingüe de información genera,l: Chan.
El estudio de Ia lengua también progresa, al
crearse la sección de Filología ll,ománica en la
Universidad de Santiago en 1962 y la cátedra de
Lengua y Literatura Gallegas en 1965, y ven la
luz obras que serán fundamentales en el estu-
dio del gallego, como la Gramática Elemental
del Gallego Común, de Carballo Calero; el Dic-
ciona,rio galego-castelán, de Franco Grande, u O
que cómpre seber da, lingua galega, de Alonso
Montero. Incluso el periódico coruñés EI Ideaj
Gallego va a publicar un curso para el apren-
dizaje del gallego preparado por las asociacio-
nes culturales O Facho y O Galo.
Por otra parte, y al calor del concilio Vatica- 83 .-,
no II, en el año 1965 se celebra Ia primera misa
en gallego.
Tras esta preparación de los sesenta, los años
setenta pueden considerarse como eI ensayo ge-
neral de los actuales procesos de normativiza-
ción y normalización.
La publicación en 1974 del libro Informe dra-
mático sobre la lengua gallega, del profesor y
académico X. Alonso Montero, suscita Ia discu-
sión sobre la pervivencia del gallego: el autor
defiende la tesis de que la supervivencia del ga-
llego sin presencia suficiente en la prensa, en
los medios de comunicación o en la enseñanza,
en definitiva, en una situacién de diglosia, está
en peligro. Surgen voces a favor y en contra de
esta tesis, pero lo cierto es que en esos años se
impone la necesidad de que el gallego se nor-
malice, supere su situación de diglosia y se con-
vierta en lengua cooficial con la castellana. En
este sentido se reafirma, consolida y aumenta
el movimiento de recuperación de Ia lengua
que ya vimos en los años sesenta. A comienzos

de los setenta empiezan a impartirse voluntaria-
mente en centros de enseñanza cursos de galle-
go. Movimientos potíticos y sindicales que pi-
den la democracia a principios de la década
adoptan como propio eI uso del gallego y su de-
fensa como lengua normalizada. Se publican
métodos para enseñar a leer y a escribir a los
niños, como el Catón Galego (1969)' de Ben-
Cho-Sey, y Picariños (1974)' de la Asociación de
Mestres Católicos da Coruña. Desde 1974' TVE
ofrece un informativo en gallego, Panotama de
Galicia. Las Mostras de Teatuo de Ribadavia in-
tentan crear un teatro popular en gallego' Sur-
ge también en la segunda mitad de los setenta
el semanario de información general Teima: en
el ?? reaparece el clásico A Nosa Tetra'
El estudio y la normativización del gallego
ava,nzalr extraordinariamente con la fundación
del Instituto da Lingua Galega' que entre 1971
y 1974 publica tres métodos fundamentales
para el aPrendizaje de Ia lengua.
84 Tod,o este movimiento de recuperación de la
- lengua y Ia literatura' en consonancia con el
movimiento de recuperación de Ia democracia
que se produce por estos años en España, cris-
taliza con la Constitución de 1978' que reconoce
el gallego como lengua cooficial con el castella-
no, y con el llamado Decreto de Bilingüismo
(1979), que establece de forma obligatoria la en'
señanza de la lengua y Ia literatura gallegas en
los niveles no universitarios.
I
I
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I
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++L+i3,#"1"-;::É-.F;fHÉ":.ifl.,"É :i.i
8
los sefenlq. Continuidod y
renovqción en lq nqrrqfivq.
[o poesíq sociql. [q
recuPeroción del teotro
La década de los setenta supone la conflrma-
ción de los narradores que venían publicando
en las décadas anteriores, e incluso aparecen
nuevos autores que siguen la línea innovadora
abierta por la JVova Narrativa.
Cunqueiro o Fole continúan, como ya hemos
visto, con su obra. Los escritores del exilio van
incorporándose a la vida gallega. Cabe destacar.
en Lg72, la publicación d.e Xente ao lonxe, a" 85
'-,_
un retornado Eduardo Blanco Amor. La novela,
una de las grandes obras de la narrativa gatlega
de posguerra, reconstruye desde una pluralidad
de puntos de vista el tránsito de la niñez a la
juventud de Suso, enmareado en la vida de su
familia y en la lucha sindicalista y política del
Ourense de comienzos del siglo >o<. Gran acier-
to de Blanco Amor es la combinación entre in-
timidad de los personajes y presentación de la
vida social y política.
En la década de los setenta, los novelistas de
Ia Nova Na,rrativa conflrman su calidad. Carlos
Casares, en Xoguetes pra un tempo prohibido
(1975), ofrece el monólogo de su protagonista,
Elías, que reconstruye sus años de adolescen-
cia y juventud, especialmente su etapa de es-
tudiante universitario en el Santiago de los se-
senta, con lo que en eierta medida es la novela
de los que eran jóvenes contestatarios de esa
década. Méndez FerrÍn publica Eletorno a Tagen
Ata (I97L), interpretado por algunos crÍticos
como un relato simbólico sobre la situación po-
 lítica gallega y expresión del ideario del nove-
Iista sobre este tema, o Antón e os iñocentes
(1976), novela que mezcla la historia amorosa
de los protagonistas con las reivindicaciones
nacionalistas y que se desarrolla entre escena-
rios tan apartados como el Vigo de los años cin-
cuenta-sesenta y el Vietnam en lucha contra el
colonialismo francés. Otro miembro de esta ge-
neración, Fernández Ferreiro, trata por esos
años de crear una narrativa gallega popular y
hasta de quiosco, y es de destaear su intento de
acercarse a la novela del Oeste americano con
A morte de Frank González (1975).
A finales de la década de los setenta se dará
a conocer un novelista que publicará una de las
novelas fundamentales de esa década: A¡lxo Rei
Ballesteros (1952). Ilei Ballesteros intenta re-
construir la vida de los estudiantes universita-
rios del Santiago de comienzos de los setenta
en su ambiciosa novela Dos anxos e dos mortos
(1977); la novela destaca por la utilización de
las innovaciones técnicas características de la
'8ó novela del >o<, y se ha señalado su importancia
en la renovación de la novela gallega actual.
La confirmación del ensayo en los setenta
El ensayo eontinúa en estos años Ia línea de
renovación emprendida en los años cincuentay
sesenta. Los miembros del grupo Gala,>ria con-
tinúan consolidando su obra ensa¡ristica, y apa-
recen nuevos nombres. El ensayo económico O
atÍa,so económico de Galicia G972), de X. M.
Beiras, se convierte en un éxito en esos años.
El ensayo feminista tiene una de sus obras de
referencia en A muller en Galicia (1977), de
;
I M. X. Queizán. El pensamiento teológico y reli-
i
gioso se ve maravillosamente representado en
esta década por Recupera-la salvación (1977),
de Torres Queiruga.
De la poesía social a la renovación de finales
de los setenta
La poesía gallega, a principios de los setenta,
vivía bajo la influencia del éxito de la poesía
social de Celso Emilio Ferreiro y su Longa noi-
te de pedra. La antologia de comienzos de 1os
setenta Os nouisimos da poesía galega muestra
bien este predominio de lo social.
Sin ernbargo, hacia la mitad de la década de
los setenta se producían movimientos en la poe-
sia gallega que hacían ver la inminencia de un
cambio de rumbo.
A partir de 1975 surgen colectivos poéticos
que buscan recuperar temas intimistas despre-
ciados por el realismo social, como pueden ser
el amor, el paso del tiempo, Ia soledad. Por otra
parte, muchos de estos colectivos consideran
fundamental la calidad lingüística y literaria
del texto, así como el dominio de una técnica
poética rica. En esta línea se producirá una rei-
vindicación de Ias vanguardias, especialmente
de la figura de Manuel Antonio. Colectivos des-
tacados de jóvenes poetas que trabajaron en
esta lÍnea fueron Cravo Fondo, Lolia, Alén y, es-
pecialmente, Rompente.
8?
Poetas ya consagrados de generaciones ante- "-
riores participan en este movimiento de reno-
vación. El propio Celso Emilio Ferreiro, sin
abandonar el tema social, recupera la poesía in-
timista con eI tratamiento del amor, del paisaje
natal o del paraíso perdido de la infancia en
Onde o mundo cháma,se Celanova (1975).
En esta renovación de la poesía, algunos crÍ-
ticos consideran fundamental el año 1976, fe-
cha de publicación de Con pólvora, e magnolias,
de X. L. Méndez Ferrin, y Mesteres, de Arcadio
López Casanava.. Con pólvora e magnolias es va,-
lorado unánimemente como el libro iniciador
de la poesÍa gallega actual. En é1, Méndez Fe-
rrín no olvida eI tema social, pero se abre tam-
bién al sentimiento amoroso, la angustia que
causa eI deterioro producido por el paso del
tiempo, o el recuerdo nostáIgico de la juventud
pasada y perdida. Por su pa,tte, Mesteres ahon-
da en la angustia existencial, y en este poema-
rio deüene fundamental la atención a la forma.
Otro miembro de la generación de las Fiestas
Minervales, U>do Novoneyra, contribuye a esta
 ' :-- :--- : -- i
renovación con poemas vanguardistas como
Vietnam canto (1968) o Letanía de Galicia
(1970), en la que se une lo social con los pro-
cedimientos vanguardistas o el influjo de Ia ge-
neración b eatni k norteamericana.
Aparecen también en la segunda mitad de la
década de los setenta nuevas voces poéticas
que contribuyen a esta renovación. Entre todas
ellas destaca Alfonso Pexegueiro (1948)' que en
Seraogna (1976) y Mar e naufraxio (1978) com-
bina los tonos épicos, la protesta social y el van-
guardismo.
La recuperación del teatro gallego en los
setenta: la,s Mosttas de Teatto de Ribadavia
A flnales de los sesenta y comienzos de los se-
tenta, grupos de teatro independiente y aflcio-
nado van a estrenar algunas obras gallegas o
traducidas al gallego, e iniciarán el entramado
88
teatral gallego, que se desarrollará ya a partir
de los ochenta con la democracia y el Estatuto
de Autonomía. Son grupos como Teatro Circo
-dirigido por el ya mítico Manuel Lourenzo, y
que se convertirá en 1978 en la Escola Dra-
mática Galega-, Teatro Popular Keyzán, His-
trión ?0, Antroido, Troula, A Farándula'.. En es-
tos grupos se formarán muchos de los que hoy
son grandes fi.guras del mundo teatral gallego'
y hasta profesionales de cine y televisión.
Entre las obras y autores de los sesenta o que
publican en los sesenta, además del ya visto
Cunqueiro, hay que destacar una serie de es-
critores y de textos que mantuvieron vivo el tea-
tro gallego. Carballo Calero, en su Auúo do pri-
sioneiro (1968), mezcla existencialismo y teatro
del absurdo. Blanco Amor, en farsas como Pro-
ceso en Jacobusland, une humor, sátira social
e incluso recursos del teatro del absurdo. Je-
naro Marinhas del Valle cultiva eI teatro social
y comprometido en A revolta (1965). Daniel Cor
tezón escribe dramas históricos corno Ptiscilia-
no (1970), no por afán arqueológico, sino para
entender mejor Galicia. Manuel María Fernán-
dez Teixeiro recupera formas del teatro popular
en Barriga verde (1968). Xohana Torres destaca
en la construcción de personajes femeninos en
obras como Á outra banda do lberr (1965) o un
hotel de primeira sobre o río (1965). Bernardino
Graña, en 20 mil peso crime, ofrece un drama
rural en eI que emplea técnicas del cine negro.
La gran renovación teatral vendrá con Ia ce-
Iebración de la,s Mostras de Teatro de Ribada-
via. Estas se inician en 1973, organizadas por la
sociedad cultural Abrente, y se mantendrán
hasta 1980. En ellas no solo se representan au-
tores nuevos, aparecen nuevos grupos y se ex-
perimenta con las técnicas teatrales novedosas,
sino que también se discute todo lo relacionado
con el teatro, y especialmente con el teatro en
gallego. Las Mostras iban acompañadas de un
concurso de obras teatrales, y suponen para al-
gunos historiadores de la literatura y críticos el
nacimiento del teatro gallego actual, hasta eI
punto de que se habla de una generación de las
Mostras, que incluye dramaturgos, escenógra- 89
fos, actores y actrices que hoy son figuras del
teatro y el cine gallegos.
Dramaturgos de las Mostras
La ct:ílica destaca dentro de este grupo de las
Mostras, grupo de Abrente o Nueva Dramatur-
gia a tres autores: Euloxio R. Ruibal, Iiober"to
Vidal Bolaño y Manuel Lourenzo.
Euloxio R. Ruibal (1945) fue fundador del gru-
po de teatro independiente Obradoiro y pionero
también del cine gallego en los setenta con el
grupo de cine Lupa. Ganó el Premio Abrente en
1973 con Zardigot, y en 1975, con O cabodano.
Las dos obras inciden en la presentación de la
guerra eomo la m:íxima manifestación de la
crueldad del ser humano y en ser una medita-
ción sobre eI poder y la opresión.
Roberto Vidal Bolaño (1950) es un verdadero
hombre de teatro, pues, además de autor, es di-
rector y actor. Consigue el Premio Abrente en
1976 con Laudamuco, señor de ningures, q:ue
 presenta un tirano absurdo y grotesco en su de-
cadencia. En Ladaíñas pola morte do Meco
(1977) recupera las tradiciones parateatrales del
carnaval gallego y convierte el grotesco muñeco
del Meco, que debe ser quemado al final del
carnaval, en símbolo de la contaminación, la
emigración, el atraso y, en general, de los males
que, según eI dramaturgo, aquejaban a la socie-
dad gallega de flnales de los setenta.
Manuel Lourenzo (1943) es también un hom-
bre de teatro y flgura representativa de esta ac-
tividad en la Galicia actual. Fundador, como ya
hemos mencionado, del grupo Teatro Circo y de
la Escola Dramática Galega, recibió en 1997 el
Premio Nacional de Teatro. A¡rteriormente ha-
bÍa ganado el Premio Abrente en 1978 cort Tra-
xicomedia do vento de Tebas namorada dunha
forca, donde recrea el personaje clásico de
Creonte, que se convierte en símbolo del tirano
corrupto.
La generación de Abrente supone la apertura
90 del teatro gallego a las nuevas corrientes del
teatro moderno, pero sin afán elitista, pues al
mismo tiempo sus miembros pretenden escribir
y representar un teatro de calidad, innovador y
accesible a un público mayoritario. No se en-
tiende el teatro gallego actual, ni tampoco el de-
sarrollo del cine y del audiovisual gallego ac-
tuales, sin la puesta al dÍa que supuso la gene-
ración de Abrente. Estos dramaturgos seguirán
aportando en las décadas siguientes, como ve-
remos en su lugar, obras que los confirman
como clásicos.
9
Los ochentqs ¿décodo
dorodo de lq lenguo
y lo |iterqturo gollegos?
Algunos críticos literarios e historiadores de la
literatura gallega presentan la década de los
ochenta como una década dorada de Ia litera-
tura gallega, espeeialmente de Ia poesía.
Las expectativas legales que con la aproba-
ción de Ia Constitución de 1978 se levantaron
al final de la década de los setenta van a con-
solidarse en los ochenta. El Estatuto de Auto-
nomía para Galicia (1981), en su artÍculo 5.", es-
tablece que el gallego es la lengua propia de 9t
.:i-_i
Galicia, que eI gallego y eI castellano son idio-
mas cooficiales en esta comunidad y que los po-
deres públicos potenciarán eI empleo del galle-
go en todos los planos de Ia vida pública.
La Ley de Normalización Lingüística de 1983
concretará más las disposiciones del Estatuto
de Autonomía sobre eI uso de la lengua en to-
dos los ámbitos de actiüdad para superar la tra-
dicional diglosia gallego-castellano. Esta ley re-
conoce, en su artÍculo 4.", al gallego como len-
gua propia de Ia Comunidad Autónoma, de su
Administración, de Ia Administración local y de
las entidades públicas dependientes de Ia Co-
munidad Autónoma. El artículo 10 establece
que los topónimos de Galicia tendrán como úni-
ca forma oflcial la gallega; el artÍculo 12 señala
que el gallego es también lengua oficial en Ia
enseñanza en todos los niveles educativos. A lo
Iargo de los ochenta y en la década de los no-
venta, un conjunto de normas y disposiciones
legales concretará las disposiciones del Esta-
tuto de Autonomia y de la Ley de Normaliza-
ción Lingüística.
 En el año 1985 empieza a funcionar la Radio
y Televisión de Galicia, que emite todos sus pro-
gramas en gallego. Por otra parte, se crean toda
una serie de organismos para velar por el cum-
plimiento de lo establecido en la Ley de Nor-
malización Lingüística, como la Dirección Xeral
de Política Lingüística, el Consello da Cultura
Galega, etc. Muchos ayuntamientos, las univer-
sidades y otras instituciones crean gabinetes de
normalización lingüística. Surgen asociaciones
ciudada,nas para la defensa del gallego y su nor-
malización, como Ia Mesa pola Normalización
Lingüística, o la Asociación de Funcionarios
para a Normalización Lingüística. La Asocia-
ción Socio-Pedagóxica Galega reúne un amplio
colectivo de profesores de todos los niveles
preocupados por la utilización del gallego en Ia
enseñanza. También se realizan campañas a fa-
vor del uso del gallego y de la superación de la
diglosia, como Fálalle en galego, O gaJego é
útiL, Mellor en galego, etc. El gallego entra en
la religión, y se publican el Misal Galego y Ia
traducción de la Biblia. Lo mismo ocurre en el
ámbito judicial, y en el año 1989 se publican en
gallego el Código Civil y el Código Penal.
Ei estudio de Ia lengua progresa en estos
años como no lo había hecho hasta entonces.
En eI año 1982, la Real Academia Galega y el
Instituto da Lingua Galega publican las .Atrormas
ortográficas e morfolóxicas do idioma galego,
que son proclamadas como ofi"ciales por el Par-
lamento autonómico, que también decide que Ia
autoridad competente en la normativización de
la lengua ha de ser la Real Academia Galega.
Sin embargo, estas normas no alcanzaron una
aceptación unánime. Los llamados reintegracio-
nisúas piden una norma ortográflca y lingüÍstica
próxima al portugués, mientras que la llamada
normativa de mínimos propone un consenso
entre ambas tendencias. Esta normativa de mí-
nimos cuenta, por otra parte, con el apoyo de
importantes grupos políticos, profesionales o
universitarios. En noviembre de 2001, Ias tres
universidades gallegas, la Asociación Sócio-Pe-
dagóxica Galega y el Instituto da Lingua Galega
hicieron la propuesta a la Academia de una re-
forma de su normativa oficial para asumir al-
gunas de las soluciones de mínimos y asi con-
seguir la añorada unidad normativa. Sin embar-
go, la Academia rechazó la propuesta por un
escaso margen de votos, Io que ha hecho que
la polémica normativa, que hubiera podido ser
solucionada de una vez por todas, se haya agra-
vado, e incluso la autoridad normativa de la
Academia haya quedado muy dañada, al opo-
nerse frontalmente a las universidades gallegas
o al Instituto da Lingua Galega.
- Como consecuencia de estos cambios, la lite-
ratura gallega puede abandonar la reivindica-
ción de la lengua y la lucha contra la diglosia
gallego-castellano, al haber ya instituciones pú-
blicas y privadas que se ocupan de ello. Por
otra parte, la introducción de la Iiteratura en la
enseñanza va a dar lugar a la creación de un
público lector, y así se explican éxitos editoria-
93
les como eI de la novela O lapis do carpinteiro, -Íi_
de Manuel Rivas, que en poco tiempo consiguió
vender 35.000 ejemplares. No olvidemos que las
tiradas de -l[ós rondaban los 500 ejemplares y
que difícilmente se vendían.
Sin embargo, como veremos, no todo es un
camino de rosas para el gallego en estos años.
No se ha superado todavia la consideración di-
glósica frente al castellano; Ia urbanización de
Ia población gallega ha jugado a favor de Ia cas-
tellanización, y en este sentido, el Mapa Socio-
lingüístico de Galicia, elaborado por la propia
Real Academia Galega, pone de manifiesto que
ios hablantes habituales del gallego siguen
siendo mayoritariamente personas de edad y
habitantes del ámbito rural, mientras que los jó-
venes y Ia población urbana prefieren el caste-
llano. Además, se señala como espeeialmente
grave para el gallego que solo el 43% de los ni-
ños io usen como lengua materna, y que se
haya roto su transmisión intergeneracional, que
ahora, en un 57 oA, se realiza' en Ia escuela. Sin
embargo, Ios pasos dados en la normalización
 nos hubieran parecido un sueño hace tan solo
unos treinta años, a comienzos de la década de
Ios setenta.
I Así pues, en este clima de lucha por la nor-
malización, el ambiente es más propicio que
nunca para el desarrollo de la literatura gallega.
Por eso algunos consideran los ochenta como
una especie de edad de oro o incluso hablan de
un nuevo Rexurdimento.
La lengua y la literatura gallegas se estudian
en colegios, institutos y universidades. Surgen
revistas literarias como Dorna. Escrita, Nó, Lu-
I
zes de Galicia, Coordenadas, La Naval, Tinti'
mán u Ólisbos, y periódicos como A Nosa Terca,
Faro de Vigo, La Voz de Galicia, dedican suple-
mentos a la lengua y la literatura gallegas.
Con la entrada del gallego en la enseñanza y
Ias subvenciones a la creación en gallego sur-
gen nuevas editoriales y aumenta el volumen
I
de títulos publicados, asÍ como las tiradas. Por
estos años aparecen o se consolidan editoriales
como Xerais, Sotelo Blanco, Espiral Maior, etc.
También proliferan los premios literarios, como
el Xerais, eI Blanco Amor, el Barco de Vapor,
etc. Es de destacar el extraordinario desarrollo
de la literatura infantil y juvenil, fundamental
para la creación de un público lector adulto, y
tienen acreditado prestigio, no solo en Galicia,
sino también fuera, colecciones y premios de li-
teratura infantil y juvenil como MerlÍn, A Tar-
taruga, Barco de Vapor, etc.
Desde eI punto de vista de Ia industria edito-
rial, en el año 1997 existían en Galicia 69 casas
I editoriales, que proporcionaban al público una
oferta plural; la tirada de cualquier libro alcan-
za los 2.000 ejemplares. De los 53 títulos dife-
rentes publicados en gallego en el año 1973 se
pasó a los 1.233 diferentes publicados en 1997.
Pensemos que en catalán, en ese mismo año de
1997, se publicaron 6.856 títulos diferentes, y en
vasco, 1.060.
Por otra parte, la lengua y la literatura galle-
l gas no solo cuentan con la crítica periodÍstica
ya señalada, sino que su entrada en la enseñan-
i
t
za y la, Universidad va a propiciar la edición en
los ochenta y los noventa de toda una serie de
manuales, libros y revistas de crítica literaria
de nivel universitario; podemos citar publica-
ciones que ya }ran a,lca,rtzado justo prestigio
dentro de la crítica académica, y no solo en Ga-
licia, como Boletín Galego de Literatura, Anua-
rio de Estudios Literarios GaJegos, etc. Además,
es importante la atención dedicada a la crítica
literaria por revistas culturales corno GrtaI o A
Trabe de Ouro. Asimismo es de señalar la pre-
sencia de la lengua y la literatura gallegas en
Internet, y ofrecen abundante información so-
bre el tema las direcciones electrónicas de Viei-
ros, Culturagalega.org, las universidades galle-
gas, Ciberirmandades, etc. No faltan en estas di-
recciones incluso los cursos de gallego en
línea.
Con todo, el libro gallego todavia representa
tan solo el 13% del mercado gallego, y asocia-
ciones de escritores y otros colectivos se quejan
de la presencia insuflciente del libro gallego en 95
escaparates y lugares de privilegio en librerías
o puntos de venta, o de la atención aún insufi-
ciente que los medios de comunicación conce-
den a la lengua y la literatura gallegas, por más
que se recortozca,Tr los progresos alcanzados.
Sin ernbargo, creemos que el camino recorrido
es mucho desde el año 1975.
El esplendor poético de la década
de los ochenta
Dentro de este ambiente de normalización de la
lengua gallega, los años ochenta van a suponer
Ia plena consolidación de Ia renovación poética
que hemos señalado en Ia segunda mitad de Ia
década de los setenta y un periodo de esplendor
para la poesía, pues poetas de diferentes gene-
raciones van a publicar en esta década obras
fundamenta,Ies.
Las actividades normalizadora,s, la entrada
del gallego en la enseñanza, la atención dedi-
cada a Ia literatura, y en particular a Ia poesía,
 van a propiciar la existencia en esos años de
festivales de poesia en los que los poetas reci-
tan su obra ante el público, como el Festival de
Poesía do Condado; las editoriales más presti-
giosas lanzan colecciones dedicadas a la poe-
sía, como ocurre con Galaxia o Espiral Maior,
y surgen muchos premios y eertámenes poéti-
cos, como el Celso Emilio Ferreiro, Leliadoura
o Esquío.
La poesía de los ochenta va a caracterizarse
por Ia cantidad y calidad de los poetas. Surge
una nueva generación, la llamada generación
de poetas de los ochenta, pronto dada a conocer
no solo por la critica, sino por antologías que
la hacen accesible a un público amplio y que la
canonizan, como las de Luciano RodrÍguez,
X. L. García y C. Bernárdez. Pero lo más carac-
terístico de este florecer es el trabajo conjunto
de distintas generaciones de poetas que, en esta
década, publican grandes obras de la lírica ga-
llega, lo gue lleva a algunos críticos a referirse
96 a los ochenta como una década dorada de la
f-t__-
poesÍa gallega.
Miembros de la generación de 1936, como
Carballo Calero o Álvaro Cunqueiro, siguen en
activo. Carballo Calero publica a,hora Pretérito
imperfeito (1980) y Futuro condicional (1982),
que aúnan sentimiento, hondura y culturalis-
mo. Jilvaro Cunqueiro publica Herba aqui e aco'
lá (1980). El libro se cara,cteriza por su cultu-
ralismo, la recreación nostáIgica de la historia,
la reflexión sobre eI paso del tiempo y la acep-
tación de la muerte como metamorfosis en la
naturaleza. El éxito del libro, especialmente en-
tre los poetas más jóvenes, fue extraordinario,
y algrrnos críticos señalan que este poemario es
uno de los más importantes de la poesía gallega
del siglo >o<.
Los poetas de la ya conocida generación de
enlace colaboran también con generosidad. An-
tón Tovar, en Calados esconxuÍos (1980), pre-
senta temas sociales como el abandono del idio-
ma gallego por los más jóvenes o las conse-
cuencias de Ia guerra civil, y también exis-
tenciales, como la soledad o eI silencio de Dios.
Luz Pozo Garza, realiza una aportación funda-
mental a Ia poesía gallega de este fln de siglo
con Códice cali.xtino (1986). En Códice calixti'
no, la poesía se convierte en una forma de co-
nocimiento y de comunicación; están presentes
también el paisaje, el amor como unión y ple-
nitud, así como la superación de Ia muerte por
el sentimiento religioso.
La generación de los cincuenta, o de las Fies-
tas Minervales, ofrece también en esta década
grandes poemarios. El prolífico Manuel María,
gÍa,n voz de Ia poesía social en las décadas an-
teriores, junto con Celso Emilio Ferreiro, y tam-
bién de la poesía paisajÍstica o infantil -recor-
demos su Te ra chá (1954) y Os soños na gaiola
(1968)-, a,lcanza, ahora una gran calidad, al tra-
tar temas íntimos en obras como Versos do
lume e do vaga-lume (1982) y A luz ressuscitada
(1984). Xohana Torres publica una de las obras
maestras de este periodo: Estacións ao mar
(1981). EI sentimiento de Galicia, la interpreta-
ción de Ia mujer como fuerza telúrica y patrió- 97
tica de Ia comunidad, el paso del tiempo, el re-
cuerdo de la infancia o del mar como símbolo
de esperanza y libertad, son grandes temas de
o
este libro. Bernardino Graña, en Se noso
amor e os peixes Sar arriba andasen (1980), su-
pera eI pesimismo y canta Ia vida, sobreponién-
dose a desengaños y derrotas.
En la década de los ochenta, como ya vimos,
se incorpora a Ia poesía gallega la_ lla,mada ge-
neración de los ochenta. Son poetas nacidos en
Ia década de los cincuenta, que comienzan a pu-
blicar su obra a finales de los setenta y, sobre
todo, en las décadas de los ochenta y los noven-
ta. La mayorÍa de ellos tienen una formación
universitaria, predominand.o aquelloi que han
rea,Iizado estudios de fiIología y se dedican a la
enseñanza del gallego. En cierta medida son
una generación de poetas-fiIólogos o poetas-pro-
fesores. Esta formación y dedicación profesio-
nal explica algunas de las caracterÍsticas más
Ilamativas: culturalismo, preocupación por los
aspectos formales y técnicos de la poesía, aten-
 ción a Ia lengua y a su riqueza, intento de con-
jugar tradición literaria así como vanguardias y
modernidad, amplitud temática que abarca des-
de el sentimiento de la tierra al tratamiento del
paisaje, la angustia por el paso del tiempo, el
amor, la nostalgia de los tiempos pasados, etc.
Podemos incluir dentro de esta generación,
por el tono y tema de su poesía, aunque sea un
poco mayor que los miembros estrictos de la
generación de los ochenta, a Manuel Vilanova
(1944). En su E direi-vos eu do mister das co-
bras (1980) aparecen temas paisajísticos, recrea-
ción de mitos literarios o culturales, así como
una riquísima presentación de la intimidad.
Dentro de los poetas ya estrictamente de la ge-
neración de los ochenta sobresalen voces como
Ia de Ramiro Fonte, que en Pasa un segredo
(1988) o Adeus .ivorúe (1991) cultiva una poesía
I culturalista centrada en el paso del tiempo y en
I
el deseo de recuperar Ia infancia y la adoles-
cencia; Xavier Rodríguez Barrio, en O labirinto
lce
I
¡t|F{_- da xerfa (1985) u Os apousentos silenciados
t.
(1987), canta la soledad radical que trae consigo
el desamor, o poetiza eI sentimiento de Ia au-
i sencia de personas y cosas en Antiga claridade
(1992); Xulio López Valcárcel intenta en Me-
:
I moria de agosto (1993) luchar contra el paso del
tiempo, eternizando en el poema las vivencias
positivas, y en O sol entre os dedos (1993) ana-
liza la vivencia de la paternidad; Xavier Seoane,
en Don do horizonte (1999), que reúne su obra
entre 1976 y 1998, muestra el deseo de inte-
grarse en la naturaleza" a tt¿.vés de la vivencia
amorosa y así superar eI paso del tiempo y has-
ta la muerte; X. M. Ñvarez Cáccamo cultiva la
poesía intimista llena de referencias a la familia
o al paisaje marinero er O lume branco (1991),
pero no se olvida de la protesta social y cívica
en Prego de cargos (1991), y en Calendario per-
petuo (1997) se convierte en un maestro del
poema en prosa, tratando temas tan caracterís-
ticos en su poesia como el mar, la casa familiar,
la naturaleza y las fuerzas telúricas o la infan-
cia como paraíso perdido; Darío Xohán Cabana
se manifiesta como un gran sonetista eL Canto
de cerca a morte (1994); L. González Tosar, en
Remol das travesías (1989), presenta el viaje fí-
sico y el interior como forma de conocimiento
y mejora individual a través de la apertura a
otras culturas y tradiciones; Román Raña cul-
tiva una poesía marcada por el culturalismo, en
la que privan el pesimismo, la tristeza, la sole-
dad y la melancolia en Da muda, primavera
(1988), pues, al contrario de la poesía pura, la
palabra es incapaz de salvar del paso del tiem-
po y de Ia muerte; Xesús ManuelLópez Valcár-
cel explora la intimidad y el recuerdo de la in-
fancia en A porta do lume (1992) y Areas de fon-
do (1992), mientras que Aurum (1996) recoge
toda Ia poesía que escribió hasta ese momento,
que considera como un recorrido poético en la
búsqueda del conocimiento; Cesáreo Sánchez
Iglesias cultiva la poesía simbólica de aliento
mítico en A árbore das sete palabras (1990); Ma-
nuel Forcadela, en Nausicaa (1992) o Profecía
(1992), conjuga el culturalismo con la medita- 99 r,
ción íntima; Fiz Vergara Vilariño se muestra en
Os eidos da Bremanza (1990) como el gran poe-
ta de la soledad y del silencio; Paulino Yázquez
cultiva en A experiencia inglesa una poesía ele-
gíaca en Ia que la existencia aparece marcada
por el paso del tiempo, gran destructor de la
felicidad; Vítor Vaqueiro, en A fi:aga plateada
(1983), intenta meditar sobre el origen del uni-
verso y de la vida; X. Rodríguez Baixeras, en A
gándara da noite, en diez cantos, propone un
viaje poético para encontrar la autenticidad
como ser individual y social; Pilar Pallarés, en
Sétima soidade (1986) o en Livro das devora-
cjó¿s, combina el tema del carpe diem con la,
angustia por el paso del tiempo en una acepta-
ción estoica de la transitoriedad de lo humano;
por otra parte, se apropia de la simbología amo-
rosa masculina, en una IÍnea que será muy va-
Iorada por la nueva poesía de la, generación de
los noventa; Lois Pereiro, en Poesía última de
amor e morte (L995), expresa Ia angustia por Ia
enfermedad y la" a"mena,za de Ia muerte; Rodrí-
guez Fer reúne toda su poesía amorosa y eró-
tica en Vulva (199I). Posiblemente el poeta que
mejor representa a esta generación es Miguel
Anxo Fernán-Vello (1958). Miguel Anxo conjuga
su labor de creador con la de editor. Como edi-
tor ha sido fundamental su labor de difusor de
las nuevas voces poéticas de los ochenta y no-
venta. Como creador nos ha ofrecido grandes
poemarios, corno Memorial de brancura (1985),
Entre auga, e fogo (1987) o Poemas da lenta nu'
dez (1994). Con una gran riqueza de lenguaje y
técnica, Fernán-Vello trata temas como el amor,
la contemplación y la integración plena y go-
zosa con la amada y con el paisaje.
También podemos incluir en esta generación
a poetas que cultivan una lírica más unida a la
realidad cotidiana y que testimonian la oposi-
ción rural-urbano o incluso su combinación en
la sociedad gallega actual, como son Antón Rei-
xa o Manuel Rivas. Señalemos, por último, que
la década de los ochenta supone Ia incorpora-
ción a la lírica gallega de José Algel Valente
(1929-2000), que en su Cantigas de dén (1989)
cultiva una poesía del conocimiento, vacía de
toda retórica, y en Ia que es fundamental Ia me-
ditación sobre el amor, la muerte o Ia poesía
como forma de conocimiento.
La narrativa de los ochenta: riqueza
y variedad
La narrativa de esos años se va" a, ca,ra,cLerizar
en primer lugar por su variedad de géneros: no-
vela histórica, novela testimonio, novela psico-
lógica, novela policiaca, etc. En segundo lugar,
conüven y publican sus obras en esta década
autores que van desde la llamada generación de
1936, la de Cunqueiro o Carballo Calero, a la
nueva generación de nacidos en la segunda mi-
tad de los cuarenta y a Io largo de los cincuen-
ta, que se incorporan a finales de los setenta o
en la década de los ochenta al género narrativo.
Un miembro tan característico de la genera-
ción del 36 como Carballo Calero nos ofrece en
Scorpio (1986) una reconstrucción del periodo
de la II República en Galicia, la etapa del Se-
minario de Estudos Galegos y la guerra civil,
desde una perspectiva eminentemente autobio-
gráfica.
Neira Vilas supera la sencillez técnica del rea-
lismo crítico a la que nos tenía acostumbrados
desde su Memorias dun neno labrego para ofre-
cer en Querido Tomás (1980), además de un
prodigioso doeumento social sobre Ia Galicia de
posguerra, un gran ejercicio de utilización del
monóIogo interior, pues Ia novela es el largo
monóIogo de una maestra que va reconstruyen-
do su vida y su amor por Tomás, que se ve des-
truido por Ia emigración.
Los miembros de la Nova Narrativa confir-
man en esta década su madurez y se convierten
en clásicos. X. L. Méndez FerrÍn, en los relatos
breves Crónicas de Nós, rnezcla, la fantasía con
Ia recreación de hechos históricos del galle-
guismo reciente. En Amor de Artur e nove con-
tos con Tage Ata ao lonxe (1982) retorna aI t0r ''_
mundo artúrico, que tan grato le resulta, y en
el primero de los relatos reconstruye de forma
muy personal el adulterio de la reina Ginebra.
Ferrín también toca eI relato juvenil de aven-
turas en Arnoia, Arnoia (1987). Por fin, su no-
vela Bretaña, Esmeraldina (1987) presenta el
mundo angustioso y absurdo de la cárcel unido
a la represión política.
Carlos Casares, integrante también de la
Nova Narrativa, realiza, un can1o a la tolerancia
en su novela, Ilustrísima (1980), representada
por un obispo que, a comienzos del siglo ro<, no
se opone a la instalación de un cine y recibe
con espíritu abierto todo tipo de novedades. En
Os mortos daquel verán (1987) nos ofrece eI am-
biente de la guerra civil, al reconstruir Ia muer-
te de un boticario asesinado a comienzos de la
gueffa a través de diez informes judiciales que
presentan visiones diferentes del suceso, desde
ia oflcial de muerte por accidente a la del ase-
sinato por motivos de persecución política.
Camilo GonzáIez Suárez-Llanos ofrece en esta
 década la que, según algunos críticos, es una
de las mejores novelas gallegas contemporá-
nea,s: Cara a Times Square (1980). Arnbientada
en Nueva York, presenta unos personajes per-
didos en la sordidez y la soledad de la gran ciu-
dad, en la mejor línea de Ia literatura del ab-
surdo. En A desfeita (1983) trata también el
tema de la guerra civil en una villa gallega.
María Xosé Queizán, en Anantia (1984), re-
crea, desde una perspectiva feminista, la GaIi-
cia del Imperio romano y del priscilianismo.
X. Fernández Ferreiro, el miembro de Ia -lÍorza
Narcativa preocupado por crear una narrativa
popular y hasta de quiosco, continúa en esta lí-
nea; A ceo aberfo (1981) presenta la vida de un
guardia municipal gallego del Ayuntamiento de
Madrid que, desde Ia contaminación de la gran
ciudad, recuerda su vida infantil en eI campo
gallego. En Corrupción e motfe de Brigitte Bar-
doú (1981) muestra la vida de una muchacha
que desde Galicia llega a Madrid para triunfar
1O2 como modelo y a,ctriz y termina asesinada tras
pasar por el mundo de la droga.
Nuevos narradores
En la segunda mitad de los setenta y funda-
mentalmente a lo largo de la década de los
ochenta aparece un grupo de nuevos narrado-
res que conforman una nueva generación en Ia
narrativa gallega. Los caracteriza eI haber na-
cido entre t945 y 1960 y haber tenido, por lo
general, una formación universitaria. Algunos
de ellos, los más viejos, se dieron a conocer ya
a flnales de Ia década anterior. Lo que caracte-
riza, a,l grupo es su variedad: variedad de temas
y técnicas y también variedad ideológica o de
actitudes ante la vida y la literatura. Sin duda
ninguna, esta variedad es una muestra de ma-
durez de la narrativa gallega. Por otro lado, Ios
premios de narrativa que se establecen a finales
de los setenta y en Ia década de los ochenta:
Modesto R. Figueiredo, Xerais, Blanco Amor,
Premio de la Crítica GaIIega, etc., contribuyen
a darlos a conocer. Dentro de este grupo, aun-
que mayor por edad, podemos situar a Xoán
Eernárdez Villar (1936), que reconstruye Ia su-
blevación innandiña en Un home de Vilameán:
anatomía dunha revolución (1976); en No ano
do cometa (1986) recrea la segunda mitad del
siglo xr, especialmente Ia Galicia del Camino y
la Inglaterra de Ia batalla de Hastings. Alfredo
Conde (1945) se da a conocer en los setenta,
pero alcanza su madurez en Ios ochenta con
Breixo (1981) y Memoria de Noa (1984), dos
acertadas novelas de introspección psicológica
que retratan perfectamente Ia mentalidad de los
hombres y mujeres maduros pero todavÍa jóve-
nes y con inquietudes de la década de los
ochenta. Su consagración se produce con Xa
vai o griffon no vento (1984), que en 1986 alcan-
za el Premio Nacional de Literatura. El éxito de
Conde atrae la atención de fuera de Galicia so-
bre la novela y la literatura gallegas, y puede
considerarse precursora del boom que vivirán a
finales de los noventa y claro antecedente ae 9i
Ios éxitos actuales fuera de Galicia de narra-
dores como Manuel Rivas. Xa vai o griffon no
vento, rnezcla de intelectualismo, reconstruc-
ción histórica y profundo análisis psicológico,
gira alrededor de dos personajes y dos tiempos
diferentes: un profesor y escritor actual y un vi-
sitador del Santo Ofi.cio del siglo xvt; ambos en-
carnan Ia libertad intelectual en épocas bien di-
ferentes.
Xavier Alcalá (1947) logm un éxito editorial
con la interesante novela de aprendizaje de am-
biente adolescente y estudiantil A nosa cinza
(1980). Ese mismo año también publica FábuLa,
en la que se mezclan los tiempos de Ia transi-
ción política con los de la guerra civil. En -iVos
pagos de Huinca Loo (1984) se acerca al tema
de la emigración gallega a Argentina. En Ter-
túIia (1985) retrata Ia vida literaria actual desde
una perspectiva crítica.
VÍctor Fernández Freixanes (1951) consigue
con O triángulo inscrito na circunferencia
(1981) uno de los grandes éxitos de la novela
gallega actual, tanto de crítica como de ventas.
La novela transcurre alrededor de 1829 y en-
frenta una Compostela símbolo del absolutismo
con la ciudad mítica y marinera de Vilanova de
Alba, símbolo del liberalismo y del progreso, re-
presentados especialmente por la familia de na'
vegantes de los Mariño. Sin duda debe mucho
Ia novela, tanto temática como estilísticamente,
a La saga/fuga de J.8., de Torrente Ballester.
En O enxova,I da noiva (1988), Freixanes recrea
la Italia renacentista del papa Borgia.
Carlos G. Reigosa (1948) inaugura,, con Crime
en Compostela (1984),la novela policiaca galle-
ga. La novela a,lcartza" gtan difusión, pues, ade-
más, recibe el primer Premio Xerais de narra-
tiva. El género iniciado por Reigosa se conver-
tirá en uno de los más tocados por la novela
gallega actual, y su detective Nivardo Castro es
ya un personaje clásico.
Darío Xohán Cabana (1947) recrea el mundo
artúrico en Galván en Saor (1989), pero el ca-
ballero de la Tabla Redonda, como el Merlín
cunqueiriano, vive ahora en una pensión lucen-
se y sale a la busca de aventuras en su potente
moto. Ursula Heinze, en O soño perdido de El-
uira M. (1982), profundiza en el tema del amor,
como también lo hace Marina Mayoral con O
relo><io na torre (1983).
Martinez Oca (1942) consigue eI Premio Blan-
co Amor con Beiramar (1983), que supone su
confirmación como novelista; en esta novela
rnezcla, Ia reivindicación social y sindical de los
astilleros con Ia historia fantástica de unos mí-
ticos pobladores del mar.
Miguel Suárez Abel (1952) combina las téc-
nicas de la novela policíaca y la novela repor-
taje en ?urbo (1988), que presenta el mundo del
narcotráfico gallego. Los narradores más jóve-
nes de este grupo son los nacidos a partir de
1955, como Suso de Toro (1955) o Manuel Rivas
(1957). El primero de ellos publica en Ia década
de los ochenta obras corno Caixón desastre
(1983), Polaroid (1986) o Land-Rover. La colec-
ción de relatos breves Un millón de vacas
(1989) supone el primer gran éxito de Manuel
Rivas, y en ellos se presentan los cambios que
está sufriendo Galicia. Ambos autores se carac-
terizan por mezclar 1o urbano y lo rural, el hu-
mor y la ternura, y han sido relacionados con
la corriente del llamado tealismo sucio. Cierta-
mente, suponen dos buenos ejemplos de la mo-
dernidad de la narrativa gallega, y, como vere-
mos, su obra se consolidará en la década de los
noventa.
Lo dicho hasta ahora prueba la vitalidad, va-
riedad y riqueza, de la narrativa de los ochenta.
Conviven novelas de técnica tradicional con
otras que combinan tiempos diferentes, monó-
Iogos interiores, etc. La novela policiaca se co-
dea con la histórica o con la culturalista; la rea-
lista comparte éxito y lectores con la fantástica,
y hasta un género tan innovador y aparente-
mente anglosajón como es la novela de ciencia
flcción aparece representado con obras como
Pae s.;cxt. No comezo dunha nova histofia da
humanidade (1982), de Tucho Calvo, o Repor- l05
ta,xe cósmico (1984), de Fernández Ferreiro.
El teatro de los ochenta: entre la esperanza
y el desasosiego
El teatro es un género en crisis en muchas li-
teraturas: la competencia con otros espectácu-
Ios, Ia carestía de sus montajes, la diflcultad de
crear locales y compañías estables, etc., hacen
que tenga una vida difícil en literaturas con
más desarrollo histórico que la gallega. En Ga-
licia, tras los años y siglos de abandono del ga-
llego como lengua escrita o por su situación de
lengrra minorizada y sin noffnalizar, sufre con
todavra más dureza esta situación. Se señalan
como males del teatro gallego la falta de un pú-
blico consolidado, la escasez de medios, el alto
costo de los montajes teatrales o la insuficien-
cia de las ayudas institucionales.
Sin embargo, gracias a los cambios institucio-
nales ya vistos, el teatro gallego va a experi-
mentar una notable mejoría en los años ochen-
ta, y puede considerarse que en esta década se
consolida la labor de iniciación rea"lizada po-r
las Mostras de Ribadavia.
En 1984 se crea el Centro Dramático Galego
(1984), primera compañía estable e institucio-
nal. Se profesionalizan compañías como Teatro
do Atlántico, Uvegá Teatro, O Moucho Clerc,
Tranüa Teatro, Ollomol, Sarabela Teatro, etc.
La Escola Dramática Galega de Manuel Louren-
zo y Francisco Pillado publicará los Cadernos
da Escola Dramática Galega. La revista Don Sa-
turio se ocupa de la actividad teatral. Surgen
concursos para obras teatrales como el Álvaro
Cunqueiro, el de los Cadernos da Escola Dra-
mática GaJega, etc. También se fundan en esta
década colecciones de libros dedicados a obras
dramáticas, como Ia Biblioteca do ArlequÍn, Os
Libros do Centro Dramático Galego, etc. Por
otra parte, la creación de la Televisión de Gali-
cia da a actores y actrices y a gente de teatro
en general unas oportunidades de trabajo hasta
entonces desconocidas.
La generación de dramaturgos de los ochenta
En la década de los ochenta se incorpora al pa-
norama teatral gallego una nueva generación
de dramaturgos. Son autores que ya escriben y
publican en democracia. Nace en gran medida
al calor de los Cadernos da Escola Dramática
Galega, que premian y publiean muchos de sus
textos. Se abandona en gran medida la denun-
cia política, pues ya existen instituciones de-
mocráticas para ello, aunque no por eso dejen
de tratar temas sociales, y aumenta el interés
por la intimidad, el subjetivismo, el culturalis-
mo, el humor o lo onÍrico.
Miguel Anxo Fernán-Vello escribe un teatro
culturalista e intimista en el que destacan te-
mas como eI anáIisis de la vida como teatro, los
problemas de Ia soledad y la incomunicación,
la reflexión pesimista sobre la condición hu-
mana, que aparece marcada por el fingimiento
y Ia falsedad. A tertulia das máscara,s, A extraña
Sta. Lou o A casa dos afogados son buena ex-
presión de estos temas.
Inma Souto aborda en su teatro temas como
el del conocimiento de la propia identidad o el
papel decisivo que en la determinación de la
identidad personal representa la condición fe-
menina. Buenos ejemplos de su quehacer tea-
tral son Como cartas a un amante y Era nova e
sabía a malvaísco.
Joao Guisán Seijas es una de las grandes fi-
guras de esta generación y del teatro gallego ac-
tual. En Un cenário chamado Frederico retoma
el viejo tema teatral del triángulo amoroso, pero
se abre a una reflexión sobre eI propio hecho
teatral o la soledad y Ia alienación humanas.
Roberto Salgueiro, ett O arce no xardín, uti-
liza una intriga policiaca para" rea,Iizar una re-
flexión sobre el propio hecho teatral, y en su
obra no falta el humor innovador y desmitifi-
cador, que se ha relacionado con el de las van-
guardias o el de Mihura.
Xesús Pisón cultiva un teatro de humor, pa- lO7 _
ródico y desmitificador, que tiene una buena
presión en O Pauto. "*-
-!
La aportación de los dramaturgos
de generaciones anteriores en la década
de los ochenta
La década de los ochenta supone Ia consolida-
ción de los miembros de la generación de
Abrente y de las Mostras de Ribadavia.
Manuel Lourenzo se consolida como gran
hombre de teatro con su labor al frente de Ia
Escola Dramática Galega o de los Cadernos da
Escola Dramática Galega. Su obra abarca en
esta década desde la rea,cltalización de mitos
de la tragedia griega, corno Fedra o Electra, a)
teatro histórico, con Xoana, recreación de Ia fi-
gura de Juana la Loca. Por otra parte, cultiva
un teatro que denomina" teatro urgente, que lle-
va a escena problemas de Ia sociedad gallega
actual y del que es buen ejemplo Forzas eléc-
tricas.
 Roberto Vidal Bolaño produce obras emble-
máticas, corno Bailadela da morie ditosa (198O)'
en la que presenta siete formas distintas de
afrontar la muerte con dignidad, y rnezcla téc-
nicas de la nueva dramaturgia con elementos
de la literatura tradicional. En Agasallo de som-
bras (1984) interpreta la figura de RosalÍa de
Castro como victima de los manejos políticos y
culturales de su marido, Murguía' En Cochos
(1988) presta atención aI mundo de la emigra-
ción gallega a Europa y el choque entre la cul-
tura del campo del emigrado gallego y Ia cul-
tura urbana alemana, encarnándose el conflicto
dramático en la flgura del emigrante gallego
que quiere criar un cerdo en eI barracón donde
vive en Alemania.
Euloxio R. Ruibal gana en 1989 el Premio Ál-
varo Cunqueiro de teatro corr Azos de esguello,
obra articulada alrededor de Ia visión esperpén-
tica de Galisindo Lestedo, rico emigrante retor-
nado de América y convertido en importante
, 108 constructor y especulador sin escrúpulos: la
obra pasa por ser una de las mejores visiones
crÍticas de la nueva Galicia de la etapa auto-
nómica.
Pero no solo los miembros de la generación
de Abrente realizaron aportaciones en estos
años. Dramaturgos mayores que los de Abrente'
pero que no habÍan encontrado la ocasión de
estrenar o publicar su obra en los años del fran-
quisrno, lo van a kracer ahora. Así, Tomás Ba-
rros (1922) publica A raíña e o seu bufón (1984),
drama en eI que toca el tema del teatro dentro
del teatro, ya que presenta una compañía que
ensaya una historia de amor entre Ia reina, su
bufón y un capitán. En el desenlace coinciden
ficción y realidad, pues eI actor que representa
al bufón, que muere en Ia obra que ensayan,
muere también cuando la policía lo confun-
de con un peligroso asesino. Agustín Magán
(1918), que habia fundado en los años sesenta
eI grupo de cámara Ditea, presenta Ia Compos-
tela del xvII en Mesmo semellaban bntxas. Da'-
niel Cortezón continúa su análisis del pasado
de Galicia a través de sus figuras históricas con-
vertidas en mito en Pedro Madruga. María Xosé
Queizán reinterpreta los mitos del teatro clásico
griego en clave feminista en Antígona, a forza
do sangue.
La continuidad del ensayo
La nueva situación sociopolítica también es fa-
vorable para el ensayo. Entre las obras publi-
cadas en esta década y también marcadas por
la convivencia de ensayistas pertenecientes
a varias generaciones y distintas ideologÍas
-ejemplo :urra, vez más de la riqueza y variedad
de la literatura y la cultura gallegas actuales-,
se hace necesario destacar Castelao na luz e na
sombra (1982), de Valentín Paz Andrade. El au-
tor, compañero de lucha política y cultural de
Castelao, a,na,liza, la vida, la obra y el tiempo de
Castelao, con una acertada ¡¡rezcla, de autobio-
grafismo, memorias. erudición y documenta-
l@ i
ción histórica. Xosé Chao Rego realiza, una in-
teresante interpretación de Galicia y su evolu-
ción histórica, así como una llamada a Ia re-
cuperación de la galeguidade en obras como -Eu
renazo galego, Ensaio sobre a identidade galega
o Para comprendermos Galicia. Méndez Ferrín,
en De Pondal a NovoneSra. Poesía galega pos-
terior á guerra ciuil, ofrece algo más que un li-
bro de crítica o historia literaria, pues la obra
es realmente un estudio del desarrollo de la li-
teratura y la cultura gallegas desde el Rexurdi-
mento a los años sesenta del siglo >o<. El ensayo
feminista sigue teniendo también una induda-
ble importancia, como bien prueba Euidencias,
de María Xosé Queizán. Por último, conviene in-
dicar que el ensayo socio-polÍtico-económico
aparece bien representado en Por unha Galicia
liberada, de Xosé Manuel Beiras.
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IO
r Lq consolidoción de lo
literqturo gollegq en lq
décodo de los novenfo
l tencia y uso oral de la lengua autóctona: un
En los años noventa se van a empezar a recoger
algunos de los frutos de la política de la década
de Ios ochenta. La introducción del gallego en
la enseñanza, realizada en los ochenta fue un
revulsivo, dígase lo que se diga, para Ia litera-
tura gallega. No solo se venden los libros de li-
teratura de lectura obligatoria en la enseñanza,
sino que se va a ir creando un público lector en
gallego. La prensa también va a colaborar en Ia
difusión de la literatura gallega, y no solo con
las críticas y comentarios de sus páginas de cul-
tura. En 1991, Ios periódicos O Coneo GaJegoy
Diario 16 de Galicia ofrecen con cada ejemplar
una obra literaria gallega seleccionada de au-
tores clásicos y actuales. Hito importante en la
difusión de Ia literatura gallega entre un públi-
co mayoritario fue asimismo la iniciativa de la
empresa gallega de autobuses Castromil, que
en 1992 entregaba a cada uno de sus viajeros
un libro de literatura gallega. Así se distribu-
yerorr 24 titulos que alcanzaban una tirada se-
manal de 15.000 ejemplares. En 2002 es un éxi-
to la Biblioteca 120 de La Voz de GaLicia, que
ofrece 120 clásicos de la literatura gallega al
precio de un euro al comprar este diario.
I
En cuanto a la normaliza"ción de la lengua,
I hay que destacar que el decreto de 1995 sobre
su llso en la enseñanza, no universitaria aumen-
ta su utilización en esos niveles de Ia enseñan-
za, y la convierte en lengua vehicular de mate-
rias como las ciencias sociales, el conocimiento
del medio y otras. Sin embargo, algunas asocia-
.
ciones en defensa de la lengua se quejan del
incumplimiento de este decreto, lo que produce
graves perjuicios a la normaliza,ción.
Por otra parte, en esta década se publica el
estudio sociolingüistico auspiciado por la pro-
pia Real Academia Galega sobre la situación
del gallego, conocido corno Mapa socioling'üís-
tico de GaLicia. Entre los datos que nos ofrece
este completo estudio es necesario destacar que
Galicia es la comunidad bilingüe de España
que presenta los Índices más altos de compe-
88 % de los gallegos se cree ca.paz de hablar el
gallego; pensemos que en Cataluña, respecto al
catalán, este porcentaje es de un 74 o/0. Habla ga-
llego habitualmente el 56 % de la población,
mientras que eI índice del catalán es del 50 %.
Sin embargo, solo un 56% 7o usa en el trabajo,
en tanto que en Cataluña este porcentaje es de
w 67 %. Todaüa no está superada la diglosia
gallego-castellano. Lo que resulta llamativo, se-
gún eI citado estudio, es el aumento portentoso, llI
gracias a la politica educativa iniciada en los
ochenta, de las personas que son capaces de
leer o escribir en gallego. Mientras que solo un
7,6% de los mayores de sesenta y cinco años
dicen saber escribir de forma suflciente el ga-
llego, este porcentaje asciende al 63,9 % en los
gallegos de edad entre los dieciséis y veinticin-
co años, que hasta confiesan saber escribirlo
bien o muy bien.
Sin embargo, eI gallego todavia sigue siendo
una lengua más hablada en el campo que en la
ciudad. En el campo , w 87 ,2 o/o de la, población
es hablante habitual de gallego. Este porcentaje
desciende en las rrillas al 65,40/0. y en Ias ciu-
dades, al 42,7 %. Por otra parte, Ios prejuicios
diglósicos parece que todavÍa no están desterra-
dos entre la generación de los padres. Estudios
sociolingüÍsticos recientes demuestran que em-
pieza, a perderse la transmisión del galiego en
el seno de la familia: solo un 43 % -algunos lo
rebajan ya a un 30 %- de los niños aprenden
hoy el gallego en casa; los padres preñeren co-
 municarse con sus hijos en castellano. De ahÍ
Itlmpordánóia qué-há ádqiiiri¿io É Acuela para
la conservación del gallego. De este modo, en
la juventud actual se está produciendo una pa-
radoja que no dejan de señalar los sociolingüis-
tas: entre los jóvenes de dieciséis a veinticinco
años, solo el 46,5 % son gallegohablantes habi-
tuales; este porcentaje asciende al 84,7 % en los
mayores de sesenta y cinco años. Sin embargo,
en cuanto a la valoración del gallego y la acti-
tud favorable a su uso en todas las ocasiones y
registros, en una puntuación que va del mínimo
de 1 al m¿íximo de 5, la m¿íxima puntuación
(3,?5) se obtiene entre los jóvenes de dieciséis
a veinticinco años, mientras que desciende en
Ios otros niveles de edad.
Ante estos datos sociolingüisticos, los ex¡rer-
tos presentan opiniones encontradas. Para
unos, Ia pérdida de la transmisión intergenera-
cional o que el porcentaje de jóvenes gallego-
hablantes sea ya inferior al de castellanoha-
112 blantes, o incluso que eI gallego continúe sien-
do una lengua más propia del campo que de la
ciudad, es anuncio de un futuro difícil para
nuestra lengua. Otros expertos, fijándose en la
valoración que los más jóvenes otorgan a Ia len-
gua, eI aumento del número de lectores o de Ia
competencia para leer o escribir en gallego, así
como los logros en su normali,.z.ación, se mues-
tran más optimistas. EI tiempo quitará o da-
rá Ia, razón a unos o a otros. No obstante, en
1974, un ensayo del sociolingüista y académico
X. Alonso Montero -Informe dramático sobre la
lengua gallega- predecía la desaparición del ga-
llego en eI siglo >o<r si no se adoptaban unas me-
didas de normalización lingüÍstica. Estamos en
el siglo >oc, y esta desaparición no solo no se
ha producido, sino que pensamos que la situa-
ción es mucho mejor, en cuanto a normaliza-
ción, publicación de libros, enseñanza, etc.,
ahora que hace veinticinco años.
En la época de Internet, el gallego también
está presente en la Red o en el cine, la televi-
sión o el rock. Baste para esto citar eI auge del
audiovisual gallego -¿quién no recuerda eI éxi-
to del programa infantil de televisión Xabarín
cluW-, el número de internautas y direcciones
electrónicas en gallego o incluso la música en
gallego del rock bravú. El gallego, sin duda nin-
guna, tiene problemas, pero también es cierto
que podemos pensar racionalmente que esta-
mos en el camino de asegurar a esta lengua mi-
norizada y minoritaria las "miL 'primaveras
más" qrle para ella pedía, poco antes de su
muerte, Álvaro Cunqueiro.
Dentro de este ambiente, la literatura en la
década de los noventa supone un aflanzamiento
del desarollo vivido en los ochenta, y de nuevo
su caractenstica más sobresaliente vuelve a ser
su riqueza y variedad: variedad de temas, de es-
tilos y especialmente coexistencia de distintas
generaciones de escritores que con su labor
diaria enriquecen la literatura gallega.
La riqueza de la poesía de los noventa
La poesÍa está caracterizada, por la cantidad y
la calidad de los poetas que publican en esta
década. Se ha llegado a decir que, posiblemen-
te, nunca se alcanzó una producción poética
tan variada y tan buena. En la década de los {
l!
noventa conviven y publican en Galicia más de
300 poetas de distintas generaciones, que van
desde los más veteranos de la generación del
36 hasta los jóvenes de la generación de los no-
venta.
Poetas de la generación del 36 siguen en ac-
tivo por estos años. Así, Pura Yázquez publica
en esta década Arte de navegar (1992) o Des-
memoriado rlo (1993). Los poetas de la llamada
generación de enlace ofrecen ahora nuevas
aportaciones, en su línea temática y estilística
ya, a.na"liza.da,. Destaquemos A nada destemida
(1991), de Antón Tovar, y Prometo a flor de loto
{1992), de Luz Pozo Garza,.
La generación de los cincuenta, de la Tebra o
de las Fiestas Minervales ve cómo los más ca-
racterizados de sus miembros se conüerten en
clásicos. Manuel MarÍa. sin olvidar el compro-
miso social que lo hizo famoso en los cincuenta
y sesenta, publica ahora libros que ahondan en
el paso del tiempo o Ia contemplación del pai-
saje, como Compendio de orballos e incertezas
(1991), A primavera de Venus (1993) o Poemas
para diciille a dúas Jagoas (1994).
UxÍo Novoneyra, el gran cantor de la belleza
dura y grandiosa de las montañas del Courel en
el ya comentado Os eidos, maniflesta ahora el
dolor que le producen los cambios en eI paisaje
gallego producidos por la modernidad y el
abandono de formas de vida tradicionales en
Galicia, en su Poemas da doada certeza i este
briJJo premido entre as pálpebras (1994). Xoha-
na Torres publica Tempo de da (1992), conti-
nuador de Ia línea telúrica, intimista o de re-
creación del paisaje marinero unida a la preo-
cupación patriótica de Estacións ao maÍ, peto
además reivindica el derecho de la mujer a ser
igual que el hombre en el poema Penélope, qlue
se ha convertido en verdadero símbolo para la
poesia feminista de los años noventa: Así falou
Penélope: uExiste a ma,xia e pode ser de todos. /
¿A que tanto nobelo e tanta historia? / Eu re-
MÉN NA\EGA-R." En esta misma línea, que con-
tinúa Ia senda abierta por la revista y el grupo
de poetas feministas Festa da Palabra Silencia-
da, creada, en los ochenta, cabe destacar tam-
bién Ia obra poética en esta década de los no-
venta de otro miembro de la generación de los
cincuenta, María Xosé Queizán, que publica
a,hora Met¿í,fora da metá,fora (1991), Despertar
das amantes (199a) y Fóra de mÍn (1994). Mén-
dez Ferrín publica Estirpe (1994), poemario que,
en tonos épicos y pondalianos, recrea la historia
y el paisaje gallegos con la habitual riqueza téc-
nica y tingüística a la que nos tiene acostumbra-
dos; se convierte en libro de referencia para los
nuevos poetas de los noventa. Bernardino Graña
publica Himno verde (1992), exaltación del pai-
saje gallego y del sentimiento telúrico.
Por otra parte, poetas de esta generación se
consagran definitivamente o publican la ver-
sión definitiva de poemarios suyos. Así, Avilés
de Taramancos publica Última fuxida a llarar
(1992), ejemplo de serenidad panteÍsta ante la
proximidad de la muerte; Salvador García-Bo-
daño ofrece la versión definitiva de su ?empo
de Compostela, recrea,ción de Santiago y GaIi-
cia en su pasado, su paisaje, sus personajes his-
tóricos, etc., que tanto supuso como renovador
de la poesÍa gallega en la década de los setental
Manuel Ñvarez Torneiro, en As doa,zóns do in-
cendio (1993) o Rigorosomante humano (1995),
se muestra como una voz cantora del gozo he-
donista de la vida; linxeles Penas, en O santua-
rio intocable (1992), presenta una intimidad lle-
na de motivos míticos relacionados con eI sue-
ño, la oscuridad, el miedo a la falta de luz, etc.
Las nuevas generaciones en el final de siglo:
la generación de los ochenta y los nuevos
poetas de los noventa
I l5
En la última década del siglo )o( surge un nuevo
grupo de poetas, la generación de los noventa,
que en cierta medida cuestiona alguno de los -
presupuestos de la generación anterior. Los jó-
venes poetas de esta década, o al menos algu-
nos de ellos, aunque continúen en la línea de
exigencia estética, técnica y lingüística de los
miembros de la generación de los ochenta, re-
prochan a esta un excesivo culturalismo, elitis-
mo y hasta apartamiento de la realidad cotidia-
na. La generación de los noventa va a buscar
una poesía más próxima a la realidad diaria, in-
cluso sin olvidar los tonos épicos o problemas
sociales, como la identidad gallega en la época
de la globaliza,ción, la condición sometida de la
mujer, la reivindicación del derecho a la dife-
rencia, o el contacto directo con el receptor de
la poesía a través de recitales en lugares de di-
versión y ocio, como pubs, cafés, etc.
Los nuevos poetas de los noventa muestran
incluso su oposición a sus hermanos mayores
de los ochenta, en la lÍnea señalada anterior-
mente, en actos o artículos en los que les re-
prochan ya abiertamente su culturalismo' es-
capismo o tendencia a vivir en la torre de mar-
flI, frente a sus deseos de volver la poesía a lo
cotidiano, o a convertirla fundamentalmente en
comunicación. AsÍ, son de destacar los discur-
sos o artículos del joven poeta Miro Villar' que
ya en 1993 publica el expresivo artículo R'omper
coa, estética dos 8O' El I Encontro de Novos Es-
critores, de 1996, o el I Congreso de Poesía Ga-
lega, también en 1996, celebrado en Composte-
la, pueden entenderse como fechas de consoli-
dación de esta nueva generación poética' Por
otro lado, estos nuevos poetas pronto se verán
d.ifundidos por las antologías que contribuyen a
su canonización, como las de Teresa Seara y Lu-
ciano Rodriguez, Pata saír do século' Nova pto-
posta poética (Igg7), o la reciente de Helena
Go:azález, A trtbo d-as baleas. Poetas de arestota
(2001). Incluso la prestigiosa y clásica revista
Grial dedica en 1998 su número 140 a esta ge-
neración.
Este nuevo florecimiento se üo favorecido
por premios de poesía como el Espiral Maior'
eI Martín Codax, etc. No faltan tampoco revistas
que acogen esta producción: Anima| Clave
Orión, Blas Espín, etc. Las editoriales gallegas
clásicas y consagradas, como Galaxia o Xerais'
incorporan nuevos autores a sus colecciones de
poesía. IJna nueva editorial surgida en los no-
venta, Espiral Maior, también apuesta decisi-
vamente por la nueva poesia en sus colecciones
PoesÍa e Iila Verde' Incluso los mismos poetas
del grupo de los noventa crean su propia edi-
torial: Letras da Cal, que publicará otra de las
antologías que dan a conocer eI grupo, dEfecto
2000 (Iggg). Surgen también grupos poéticos
que imitan eI Rompente de los setenta o eI es-
pÍritu vanguardista y rupturista- del manifiesto
Máis a|á, de Manuel Antonio y iilvaro Cebreiro'
como BIas Espín, Dolmen, Batallón Literario da
Costa da Morte, etc. Destaca entre ellos el co-
Iectivo Ronseltz, que publica la revista del mis-
mo nombre, en la que se dará a conocer en
1994 la creación colectiva del grupo, Unicornio
de cenorias que cabalgas os sábados, donde se
manifi.esta claramente el afán lúdico, rupturista,
humorístico, reivindicador y desmitificador del
grupo, así como su interés por tratar temas de
actualidad y su concepción de la poesía como
comunicación con el receptor, incluso inmedia-
ta, a través del recital, y no solo con la lectura
del poema en la soledad.
La nueva generación está formada por poetas
nacidos en las déca,das de los sesenta y los se-
tenta, que se dan a conocer en los noventa, ha-
bitualmente de formación universitaria, y que
son además la primera generación que se ha
beneficiado de la enseñanza, de Ia lengua y la
literatura gallegas establecida en los centros de
enseñanza a partir de 1981. Por otra parte,
como ya hemos señalado, consideran que la
poesía es fundamentalmente comunicación con
el receptor, por lo que vuelven al recital poético
y al contacto directo con eI público. Sin olvidar
Ios temas intimistas, como el paso del tiempo,
117
el desamor o la soledad, retoman otros que po-
demos considerar sociales, como la reflexión
sobre Galicia, su identidad y situación aI mar-
gen de mitos de cualquier tipo y origen, eI eco-
logismo, el pacifismo, Ia defensa de la condi-
ción femenina, el derecho a Ia diferencia de las
minorías, la crítica al consumismo o a la inco-
municación en la sociedad actual, la margi-
nación del disidente o del diferente, etc. Quie-
ren también retratar el nuevo mundo urbano y
sus problemas, llegando incluso en este tema a
la narratividad lÍrica. Muchos de ellos muestran
también un decidido gusto por el humor des-
mitiflcador y crítico de las vanguardias. Es de
destacar la importante presencia de poetas mu-
jeres, que en la línea del feminismo de la revis-
ta literaria feminista Festa da Palabra Silencia-
da, fundada en los ochenta, defienden los de-
rechos de Ia mujer en todos los campos y que,
simbólicamente, recha,zan el nombre de poeti-
sa, ligado connotativamente a una poesía dul.-
zor,a, y hasta cursi, porque consideran que la
poesía debe desenmascarar también los tópicos

machistas que se transmiten a través del len-
guaje, que ha sido forjado por y para los hom-
bres. Hay que señalar que este deseo de comu-
nicación e inmediatez, de incardinarse en la
realidad cotidiana, de los nuevos poetas de los
noventa no hace que descuiden la técnica poé-
tica ni la riqueza del lenguaje.
Luisa Castro (1960), en Baieas e baleas (1998)'
presenta Ia adolescencia femenina como deseo
de libertad e independencia y desecha el tema
de la infancia como paraíso perdido; también
señala como nadie la doble alienación de la mu-
jer, explotada en el trabajo y en su vida afectiva'
y en este sentido, su poema A miña nai traba'
llaba nunha fábrica de conservas es antológico'
Ana Romaní (1962), en Atden (1998), tea'liza
una reivindicación de la mujer y exige el dere-
cho d.e esta a ser protagonista en todo, incluso
utilizando símbolos e imágenes como la leona
o la yegua para simbolizar la pasión femenina,
sustituyendo a los masculinos y tópicos león y
lt8 caballo.
María Xesús Pato (1955), aunque nacida en la
década de los cincuenta, debe incluirse en esta
generación por los años de difusión de su obra,
así como por las características de esta. En lVí-
nive (1995) desenmascara el patriarcalismo del
lenguaje convencional y maniflesta su compro-
miso con el galleguismo, Ia condición femenina
y Ia protesta PolÍtica.
"Antón Lopo" (1961), seudónimo de Antón
Rodríguez López, cultiva en obras como Sucios
e desexados, übro dos amados o Pronomest.tna'
Iírica en la que se mezcla vanguardismo y cla-
sicismo, amor y obsesión por la muerte, o inclu-
so el tratamiento de la violencia.
Miro Villar (1965) es un buen ejemplo de poe-
ta de los noventa. Miembro fundador y presi-
dente del Batallón Literario da Costa da Morte,
se convierte, en cierta medida, en portavoz de
los poetas de esta generación frente a los de los
ochenta. Fue cofundador'de una editorial para
difundir Ia obra poética de los más jóvenes' Edi-
cións do Dragón. En Ausencias pretéritas (1992)
¡
L
echa mano del soneto para cantar el amor, y
expresa también la pasión amorosa y el deseo
erótico en las décima"s de 42 décimas de febre.
Abecedario da desolación presenta el fracaso de
la relación amorosa,.
Rafa ViIIar (1968), hermano del anterior, com-
parte con él su a,fán por difundir la poesía, y es
uno de los responsables de la editorial Letras
da CaI, difusora de la poesía de los noventa. La
crítica señala que su obra, -Liques da memoria,
A sotavento dunha singradura, etc.- se carac-
teriza por el tratamiento de tres temas: el mar,
el paisaje y el compromiso político-social con
Galicia.
Xabier Cordal (1965) formó parte de Ronseltz
y es autor de poemarios como Fruto do teixo
(1994) o Afasia (1997), en los que cultiva una
poesía en Ia que el compromiso con la realidad
gallega es fundamental, a veces de tonos épi-
cos, sin faltar el culturalismo, la ironía o la des-
mitiflcación. ll9
Estevo Creus (1975) también participó en el
r
Batallón Literario da Costa da Morte, y es autor
ya de una obra de cierta amplitwd -Poemas da, -.+
cidade oculta: Areados: Na, selva, pola tarde,
ollando os tigres; Teoría do lugar, O libro dos
cans- err la que la intimidad, el amor o las re-
laciones personales aparecen tratados con una
técnica muy influida por el surrealismo.
Olga Novo (1975), en lVós nus o Amar é unha
india, presenta la pasión amorosa desde una
perspectiva femenina y feminista que se desen-
vuelve en muchas ocasiones en un paisaje na-
tural y agrario que simboliza la libertad de los
instintos.
Anxos Romeo (1965) cultiva una poesía carac-
terizada por su ríqueza técnica y lingüística,
que concibe como una forma de conocimiento
o de penetración en el misterio de la vida y del
yo. En su poemario Ollos de sa.l (1996), la con-
dición femenina ocupa un lugar de preferencia,
pues recupera la flgrrra bíblica de la mujer con-
vertida en estatua de sal por haber transgredido

los mandatos de una sociedad patriarcal y ma-
chista.
Emma Couceiro (1977), en Humidosas o As
entrañas horas, a,naliza la intimidad, y en ella
encuentra sentimientos como la soledad, Ia an-
gustia, el miedo, que plasma en imágenes de-
sasosegantes. La intimidad se presenta como
un paisaje desolado Y triste.
Esta lista de nuevos y nuevas poetas se com-
pleta con Antón L' Dobao' Manuel Xosé Neira'
Xosé M. MiIIán Otero, Marta Dacosta, Helena de
Carlos, Yolanda Castaño, Arturo Casas, Manuel
Outeiriño, MartÍn Veiga, Lupe Gómez, etc', a los
que, por razones de espacio, no podemos darles
aquí Ia atención que merecen.
1,,-
'/
La narrativa plural de los noventa
La narativa de los noventa continúa bajo el sig-
no de Ia pluralidad, tanto temática como gene-
racional. Del mismo modo que en la poesía,
también a la narración, junto con las promocio-
nes y generaciones ya conocidas que continúan
su producción, se incorporará en esta década
fi.nal del milenio una nueva promoción o gene-
ración de narradores nacidos a lo largo de las
décadas de los sesenta y de los setenta que ha-
rán ahora sus primeras arrnas en la narrativa'
Los más veteranos, como Neira Vilas, conti-
núan su producción. En O home de pau, ofrece
quince relatos breves unidos temáticamente
por la vida artiflcial que lleva el hombre actual
en la ciudad, olvidando la naturaleza'
La generación de la Nova Nattativa continúa
su obra en esta década. Méndez FerrÍn publica
la colección de relatos breves Artaianos (1991)'
situados en la frontera con Portugal y en los
que, con su habitual maestría técnica y riqueza
lingüística, rnezcla la realidad con la fantasía;
en su novela No ventre do silencio (1999), con
gran destreza técnica, recrea el Santiago de los
años cincuenta, el de su generación de las Fies-
tas Minervales. El propio autor considera que
esta obra debe considerarse como la tercera de
I-
L
una trilogía que estaría formada por Antón e os
iñocentes (19?6) y Bretaña, Esmeraldina' (1987),
ya analízadas en su lugar correspondiente.
Carlos Casares ofrece otra de las grandes no-
velas de esta década en Deus sentado nun si-
llón a,zui (1996). En ella, Casares reconstruye
los tiempos de la República, la guerra civil y la
inmediata posguerra a través de la peripecia
personal y política de un intelectual, en el que
algunos críticos vieron reflejados aspectos y ac-
titudes de la vida de Vicente Risco.
Fernández Ferreiro consigue un gran éxito de
crítica y público con Agosto do 36 (1991), no-
vela sobre la guerra civil en Ia que la lucha po-
lítica se nezclau con las pasiones amorosas.
María Xosé Queizán profundiza en su línea de
novela feminista. En Amot de ta'ngo (1992) re-
crea el Vigo de la República y de la posguena
desde los ojos de una mujer. O sdpor da cuple-
tista (1998) es una evocación de la céIebre bai-
larina pontevedresa la Bella Oteto; por fin, en
'Ien o seu punto a tresca rosa (2000), presenta
l2l i
una historia urbana centrada en el Vigo actual,
cuyas protagonistas son mujeres de distintas
generaciones y niveles sociales.
Los escritores que se habían dado a conocer
a flnales de los setenta o a lo largo de los
ochenta continúan y confirman su valía litera-
ria a lo largo de esta década. Alfredo Conde ini-
cia con la novela Sempre me matan (1995) su
saga sobre la emigración gallega de los cin-
cuenta y sesenta a Venezuela, que continúa en
O fáciL que é matar (1998), que nos presenta ya
enriquecida a la familia de emigrantes gallegos
de los Carou, con innumerables negocios en Ve-
nezuela y Galicia. A¡xo Rei Ballesteros, en la
lÍnea experimental que ya conocemos de él por
Dos anxos e dos mortos (1977), ofrece ahora
una extraordinaria novela. Loaira (1992), en la
que utiliza todos los procedimientos propios de
la moderna narrativa.
Alfonso Afvar.ez Cáccamo cultiva una novela
humoristica, satírica y hasta esperpéntica de in-
dudable encanto, de la que es buen ejemplo As

baleas de Eduardo Reinoso (1990). V. Fern¿índez
Freixanes ofrece en A cidade dos césares (1993)
un retrato de Ia primera emigración gallega a
América, a Ia Patagonia, durante el reinado de
Carlos III. Ramiro Fonte, poeta de la generación
de los ochenta, toca ahora Ia narrativa con Os
leopardos da Lúa (1993), novela de aprendizaje
que mezcla lo policiaco y eI lirismo para presen-
tar la vida de los estudiantes compostelanos del
final del franquismo y de Ia transición; Ia novela
pretende ser un retrato de Ia generación del es-
critor. Carlos G. Itreigosa continúa con las aven-
turas de su detective Nivardo Castro en A guerta
do tabaco (1996) o en JVarcos (2001), sobre eI
mundo del narcotráflco gallego de las Rias Ba-
jas. X. Rábade Paredes reconstruye la Galicia del
siglo xvtr en una historia de brujas e Inquisición
ert Branca de Loboso (1992). Xavier Alcalá pro-
sigue con su producción, y es de destacar el con-
junto de relatos I'aütude austual (1991)' en el que
presenta Ia aventura de Ia exploración de Amé-
l. 122 rica por los gallegos. En C¿írcere verde (1990)
ofrece una interesantísima nowela de aventuras
en el ambiente asfi:riante de la jungla americana.
En Alén da desventura (1998) sitúa la acción de
la novela en el último tercio del siglo xvrr. Ma-
nuel MartÍnez Oca publica Diario de inverno
(1994), novela en Ia que, utiliza¡rdo Ia técnica del
manuscrito encontrado, va descubriendo eI pro-
ceso de enamoramiento de un esquizofrénico.
DarÍo Xohán Cabana mezcla' fantasía y realidad,
campo y ciudad, humor y meditación en Fottu-
nato de T?a,smundi (1990); O cervo na torre
(1994) reconstruye Ia intrahistoria de Galicia en-
tre la realidad y la flcción; en Candido Branco
e o Cabaleiro Negro (1992) retoma eI mundo de
los libros de caballerÍas. Posiblemente su mejor
aportación en esta década sea la novela histó-
ríca, Morte de rei, en la que, con gran erudición,
reconstruye la vida del último rey de Galicia, el
mÍtico don García. Maria Gándara también cul-
tiva la novela histórica, y en Magog (1997) nos
ofrece la niñez gallega del futuro Alfonso VII y
eI ambiente de intrigas y luchas en eI que se
desenvuelve. Úrsula Heinze se acerca a la pa-
sión amorosa,y ala, angustia que produce la en-
fermedad y la inminencia de la muerte en Cul-
pabJe de asasinato (1993).
La década de los noventa va a suponer la con-
sagración en Galicia, e incluso fuera de ella, de
dos de los narradores que se habÍan dado a co-
nocer en los ochenta: Manuel Rivas y Suso de
Toro. Rivas alca,rrza, un extraordinario éxito de
ventas y crÍtica con la colección de relatosibre-
ves 8ué me queres amor (1995), en el que des-
taca el cuento A lingua das bolboretas, que rea-
liza, la, semblanza de un extraordinario maestro
en los tiempos de la llepública y comienzos de
la guerra civil. En O lapis do carpinteiro (1998)
nos presenta una historia de amor ambientada
en los duros tiempos de la guerra civil y basada
en personajes reales. Otras obras de Rivas
como Os comedores de patacas, Ela maldita
alma, A man dos paíños, se han convertido tam-
bién en éxitos por esa acertada mezcla entre
campo y ciudad, progreso y tradición, lirismo y t'3 ¡
realismo sucio que suele aparecer en sus obras
y que convierte a ll,ivas en uno de los grandes
intérpretes de la Galicia actual, que aún oscila
entre la tradición del mundo rural y el cambio
de la modernidad.
Suso de Toro usa una novedosa técnica van-
guardista en Tic-tac (1993), señalada unánime-
mente por la crítica como una de las mejores
novelas gallegas del fln de milenio y que hace
popular a su protagonista, Nano, un marginado
social, que, desde su posición periférica a la so-
ciedad actual, muestra una extraordinaria luci-
dez pa,ra. a,rralizaÉ los problemas de nuestro
tiempo. Círculo, Calzados Lola o Non voftzas nos
muestran ya a Suso de Toro como un valor con-
solidado de la narrativa gallega actual. Al igual
que en Rivas, su rnezcla, entre realismo y fan-
tasia, mundo rural y mundo urbano, tradición y
modernidad, Iirismo y realismo sucio lo con-
vierte en un valor seguro de la actual narrativa
gallega y en un extraordinario testigo de Ia Ga-
licia del cambio de milenio.
 En la década de los noventa se incorpora a la
narrativa gallega una nueva promoción o ge-
neración de escritores. La mayoría de ellos,
como los poetas de la generación de los noven-
ta, han nacido en las décadas de los sesenta y
los setenta, son universitarios y se han aprove-
chado ya de la enseñanza del gallego en cole-
gios, institutos y universidades. Aunque mayo-
res por edad, tenemos que situar en este grupo
a Marilar Aleixandre Q9a7) y Bieito Iglesias
(1957). Marilar Aleixandre maneja con maestria
la intriga y el ritmo en TY¿ínsito dos gramáticos
(1993), como ocurre también en A compañía
clandestina de contrapublicidade, acertada' inez'
cla de técnicas de novela negra, novela repor-
taje, humor y crítica ecologista. Su A e4pedi-
ción do Pacífico (1994) es una extraordinaria
novela de aventuras, muy del gusto de los lec-
tores más jóvenes. Bieito Iglesias (1957) rea'liza',
en la colección de relatos Miss Ourense, una
extraordinaria interpretación del Ourense de
t 124 los años sesenta y comienzos de los setenta con
técnicas muchas veces tomadas de la novela ne-
gra. Su trayectoria se completa, por el momen-
to, con Vento de seda (1993), especie de me-
moria de su propia generación, y O melJor fran-
cés de Barcelona (1999), en la que los motivos
del sexo, la violencia y la lucha por el poder
toman una gran importancia.
Fran Alonso (1963), en Tráiler (1991), ofrece
una novela reportaje sobre la vida de los camio-
neros, y refleja la tensión modernidad-tradición
que se da en la actual sociedad gallega. Xurxo
Borrazás (1963) toca la novela negra con Cri-
minal (L994) y r:rezcla, la aventura con la refle-
xión intelectual en Eu é (1996). Xosé Carlos Ca-
neiro (1963) apuesta por una novela de calidad
sin considerar las exigencias del mercado, lo
que Io convierte en uno de los novelistas más
profundos del actual panorama literario galle-
go, como bien dejan ver O infortunio da soida-
de, Un xogo de apócrifos, Os séculos da lúa y
libora. Xosé Cid Cabido (1959) critica el sistema
capitalista en Panifrcadora (199L) y presenta el
absurdo del mundo actual en la interesantÍsima,
Grupo Abeliano (1999). Xosé Miranda, en .Ffis-
toria dun paraugas azul (1991), renueva la no-
vela histórica, mezclando de un modo muy cun-
queiriano realidad y fantasia. En Morning Star
(1998) combina la técnica de la novela de aven-
turas, la novela histórica y la sentimental para
presentarnos la aventura de un muchacho en
medio de una cuadrilla de salteadores en el am-
biente de la revolución de 1846. Antón Riveiro
Coello logra un éxito de crítica y público con la
intelectual A quinta de Salet (1999), y también
con As rulas de Bakunin (1999), un viaje por el
siglo xrx de Ia mano del protagonista anarquis-
ta. A¡xo Angueira (1961) presenta, en Pensa nao
cómo se viven los cambios de la II República
en una aldea gallega: la emigración, el agraris-
mo, las sociedades sindicales campesinas, etc.,
aparecen retratadas al lado de una historia de
amor; la novela termina con la rebelión del 36
y sus consecuencias para esta comunidad rural.
Ramón Caride Ogando (1957) se decanta por la
ciencia hcción y, en Soños eléctricos (1992), nos
125
ofrece un mundo futuro deshumanizado, cruel I
y robotizado. Anibal Malvar cultiva Ia novela ne-
gra y consigue un gran resultado con Unha noi-
te con Carla (1995). Xosé Manteiga, con fuerte
influencia del cine, da, en Manancial (1997) una
historia en la que el absurdo y la violencia ocu-
pan un gran lugar. Xavier Queipo ofrece en
Ringside once relatos breves de gran universa-
lismo, ya que transcurren en tiempos y lugares
totalmente diferentes. Manuel Seixas (1961)
ofrece en A velocidade do frío (1996) la soledad
y desamparo del hombre contemporáneo. A
esta lista tendriamos que añadir otros nombres,
como Manuel Darriba, Gonzalo Navaza, Núñez
Singala, Marica do Campo, Camilo Franco, San-
tiago Jaureguizar, Miguel Atxo Murado, Pauli-
no Pereiro, Xun<o Souto, Xelís de Toro y otros,
de los que no podemos ocuparnos por la falta
de espacio.
El teatro, entre el desasosiego y la esperanza
En los noventa, el teatro gallego sigue su an-
dadura en una línea claramente continuista con
 los ochenta. Pese a Ia creación del Instituto Ga-
lego de Artes Escénicas e Musicais, a la confir
mación de determinadas compañías estables'
como Teatro do Atlántico, Teatro do Noroeste,
Chévere, Ollomoltranüa', etc., o a la publicación
de nuevas revistas sobre teatro, como Escara'
muza o Reuista Galega de Teatto, sigue desta-
cándose Ia falta de teatros estables, la insufl-
ciencia de las ayudas institucionales o de cam-
pañas educativas para atraer a más público,
especialmente a los jóvenes. Por otra parte, pu-
blicaciones no especializadas en teatro se ocu-
pan de los estrenos y ediciones de obras, como
es eI caso de A lVosa Tera, Grial, Tempos No-
vos, Anuario GaJego de Litetatura, etc. Sin duda
es una polémica que afecta no solo al teatro ga-
llego, sino también a otros, aunque en el caso
de este se ve agravada por su condición de len-
gua minoritaria y todavía minorizada.
Sin embargo, es indudable la riqueza y varie-
dad de dramaturgos. Siguen publicando y estre-
12ó trutr¿o escritores de generaciones anteriores, y
aparece una nueva generación de autores dra-
máticos. Entre los más veteranos, citemos,
como ejemplo, la aportación de Agustín Magán'
con Os Rebertes (1990), recreación de Ia Galicia
medieval de las rebeliones itmandiñas' La ge-
neración de Abrente continúa su labor. Vidal
Bolaño presenta en Sa,xo úenor (1991) un drama
de perdedores que constituye, además, una
dura crítica aI poder político actual; en Dias sin
gloria (1992), al modo del western itinerante,
nos da la visión de un Camino de Santiago de-
gradado y transitado por pícaros, prostitutas y,
en general, por perdedores y derrotados de la
vida. M. Lourenzo continúa su tarea y recibe en
1997 el Premio Nacional de Literatura Dramá-
tica, como reconocimiento a su labor a lo largo
de varias décadas.
Pero también surgen nuevos autores en esta
época, que intentan, siguiendo la línea de los
setenta y los noventa, crear una dramaturgia
propia. Suelen ser no solo literatos, sino hom-
bres de teatro, por lo que se conjuga en ellos, a
veces, el escritor, el actor y el director de es-
cena. Por ello, es una generación consciente de
que el teatro, además de texto, también es pues-
ta en escena, ex¡rresión corporal de los actores
y actrices, etc. Dentro de estos nuevos drama-
turgos, algunos ya han alca"nzado justo renom-
bre: Cándido Pazó (1960) recrea en Raíñas de
pedra (1994) la desgraciada historia de las her
manas Juana e Inés de Castro, desde una pers-
pectiva novedosa en la que la condición de la
mujer o la participación del pueblo toman una
importancia decisiva. Miguel A¡xo Murado
(1965) nos lleva a la Galicia y al Camino de San-
tiago del siglo xvrrr en A grande noite de Fiz
(1992), al ofrecernos la peregrinación a Com-
postela de un capitán que da gracias por su sal-
vación. En Histoüas peregrinas (1995) presenta
la vida de las compañías ambulantes de teatro
que, en los siglos xvr y xwr, recorrÍan la provin-
cia. Xavier Lamas utiliza técnicas esperpénticas
y valleinclanescas en O petegrino erra,nte que
cansou ó demo (199a) y en O serodio remorde- 127 I,
mento do amor (1995). Raúl Dans (1964) presen-
ta, en Lugar (1994) Ios problemas que suscita la
construcción de un embalse en un sitio deno-
minado precisamente "Lugar". Por fln, Andrés
Ñvarez Vila y Xosé Cid Cabido ofrecen en Co-
penhague (1993) una muestra del teatro que
ellos llaman euidencialismo, en el que la trama
pasa a un plano secundario para presentar los
problemas de la sociedad contemporánea a par-
tir del simple diálogo de los personajes. Ni que
decir tiene que la riqueza, teatral gallega de es-
tos años, como ocurre en otros géneros, no se
agota en los autores y obras citados, sino que
podríamos añadir muchos otros, lo que no ha-
cemos por evidentes razones de falta de espa-
cio.
El ensayo del fin del milenio
El ensayo gallego del fin del milenio también
se caracteriza por la coexistencia de ensayistas
de distintas generaciones. Siguen en activo los
 ensayistas de Gala,>ria, que, como hemos visto,
se dieron a conocer en los años cincuenta. Así,
Fernández del Riego nos ofrece en O rio do
tempo (1990) un texto fundamental pa,ra com-
prender Ia Galicia actual en una acertada mez-
cla de autobiografismo y meditación ensayística
propiamente dicha. García-Sabell, otro de los
veteranos fundadores de Galaxia, se enfrenta
con clarividencia a la muerte y a' la, vejez en Pa-
seata arredor da morte (1999).
Se dan a conocer en esta década nuevos en-
sayistas, como Andrés Capelán, que analiza el
desarrollo cultural det Santiago universitario de
los años treinta en Contra a Ca'sa da Thoia
(1994), o Antón Baamonde, que cultiva el ensa-
yo fitosófico en A rosa sen porqué (1997). Por
otra parte, es de destacar Ia presencia en la
prensa diaria o en revistas de ensayistas que
cultivan Ia colaboración periodística y que
cuentar¡ ya con un público que espera cada dÍa
o cada semana con avidez sus artículos. Mu-
128 chos de estos artículos pasan después a formar
libto", como ha ocurrido con rJn país de pata-
- bras, de Carlos Casares; Prosas tecuperadas de
Dosinda Areses, de Méndez Ferrín; Patado na
tormenta, de Suso de Toro, o Galicia, Gaiicia'
de Manuel Rivas.
La literatura infantil y juvenil
A finales de los años sesenta y en los setenta'
movimientos o asociaciones culturales como O
Facho u O Galo tomaron conciencia de la im-
portancia que para la lengua y la literatura ga-
llegas tenía la eaptación de niños y jóvenes, por
lo que comenzaron a convocar premios para na-
rración o teatro dirigidos a este público. Por
otra parte, Ia introducción del gallego como
asignatura obligatoria en la enseñanza primaria
y secundaria, en 1981, dio lugar a la aparición
de un gran número de autores de literatura in-
fantil y juvenil. Hoy en día, este género cuenta
con un elenco de grandes autores y autoras
que, además, son traducidos aI castellano y a
otras lenguas de nuestro contorno cultural. Por
otro lado, también comienzan a proliferar los
premios y colecciones de editoriales dedicados
a los lectores más jóvenes, como pueden ser lir-
bore, Merlín, O Barco de Vapor, etc. En este
sentido podemos decir que son ya clásicos de
la literatura infantil y juvenil escritores como
Paco Martín, María Victoria Moreno, Fernández
Pa,z, Y ázqrez Freire, Alberto Avendaño, Fernán-
dez lN'[.a,r1oínez, Villar Janeiro, X. Docampo, Xoán
Babano, Gloria Sánchez, Fina Casalderrey, Ma-
rilar Al.eixandre, Pepe Carballude y tantos otros.
Escritores gallegos en lengua castellana
en la posguerra
La etapa de posguerra también ve cómo mu-
chos y muy buenos escritores nacidos en Gali-
cia triunfan en la literatura en lengua castella-
na. Camilo José Cela, Nobel de literatura en
1988, pasa por ser uno de los grandes renova-
129 ,
dores de la novela española de posguerra con
su tremendista I'a familia de Pascual Duarte
(L942), o gran referente de la novela social, ob-
jetiva y de personajes colectivos de los cincuen-
ta y sesenta con La colmena (1951). San Camilo
1936, Oficio de Tinieblas 5, Mazurca para dos
muertos, Madera de boj, La cruz de San Andtés,
son también muestras de su valía como novelis-
ta. El ferrolano Gonzalo Torrente Ballester se
consagra ante el gran público con la trilogía
Los gozos y las sombras, cuya versión televisiva
tanto éxito a,Ica,nzó en los setenta y ochenta; su
Saga/fuga de J. B. (1972) pasa por ser obra
maestra de la novela intelectual y formalista de
la posguerra. Su maestría se maniflesta en otras
obras, como La isla de los iacintos cortados,
Fragmentos del Apocalipsis, Filomeno, a mi pe-
sar, etc. Más jóvenes, pero narradores que ya
son clásicos de la literatura castellana, son tam-
bién los gallegos Julián RÍos, José María Meri-
no, Andres Trapiello, Luisa Castro y tantos
otros.
En la poesia castellana de posguerra destaca
 como un gran clásico el orensano José Ángel
Valente, enmarcado en la generación de los cin-
cuenta. Iniciado en el realismo social, evolucio-
na hacia una poética en la que Ia meditación
sobre el amor, la muerte o la poesÍa como for-
ma de conocimiento son temas fundamentales.
Su iVo amanece el amor (1992) constituye una
espléndida ex¡rresión del dolor y del amor. Tam-
bién es un extraordinario ensayista, como pue-
de apreciarse en Vaüaciones sobre el pájaro y
la red. Más jóvenes que Valente, pero gallegos
cultivadores de la poesía en castellano, son Cé-
sar Antonio Molina, Blanca Andreu, Luisa Cas-
tro, etc.
En cuanto a la aportación de los gallegos al
teatro castellano de posguerra, no podemos de-
jar de citar al coruñés JoaquÍn Calvo Sotelo,
que con La muralla (1954) consigue uno de los
grandes éxitos de la década de los cincuenta.
El valdeorrense Lauro Olmo es referencia obli-
gada cuando se habla del teatro social de los
l. 130 sesenta, y sttl- IJa camisa (1961) es, según la crÍ-
tica, una de las cumbres del realismo social en
el teatro. Dentro del teatro innovador y de van-
guardia destaca la figura del pontevedrés José
Fiuibal, con obras tan características de la van-
guardia teatral española de posguerra corno La
máquina de pedir (1966) o El hombre y Ia mos-
ca (1977).
tt
Uno literqturo pqro el
nuevo siglo y el nuevo
milenio: frodiciótt y
renovqción en Io literoturq
gollego qctuql
Por lo visto hasta a,hora, podemos decir que en-
tre el año 1981 y el 2000 Ia literatura gallega ha
tenido un desarrollo en cuanto a la cantidad y
calidad de sus escritores como no sd ha dado
en ninguna otra época y en la que se combinan
armoniosamente tradición e innovación. Tam-
bién hemos señalado las luees y sombras que l3l
rodean la actual situación de la lengua gallega
y de su literatura, como suele ocurrir con las
lenguas minorüadas y minoritarias. Conviene
destacar que, sin embargo, la literatura gallega
empieza a contar con un público flel, que las
obras de algunos de sus escritores son espera-
das por este público entregado que acude a
comprarlas, y especialmente hay que señalar
que hay un interés por la literatura gallega, en
todos sus géneros, fuera de Galicia como cree-
mos que nunca se ha producido. No solo se tra-
ducen las novelas, género rnás traducible, sino
que incluso sus poetas, y ya no los clásicos,
sino los más jóvenes, son vertidos a otras len-
guas. Valga como ejemplo la reciente antología
de la poesía última gallega, de Ia generación de
los noventa, A tribo das baleas. Poetas de ares-
tora (2O0L), en la que los poemas gallegos an-
tologizados aparecen traducidos al castellano y
al inglés. Por otra parte, a la hora de escribir
esto (diciembre de 2001), Amnistía Internacio-
nal acaba de conceder su Primer Premio Lite-
rario a O lapis do carpinteiro, de Manuel Rivas,
que ha sido traducida a dieciséis lenguas, entre 'ffiffi4fl
ellas el japonés, por su defensa de los derechos
humanos. Esto da idea de la difusión que alcan-
za la a"ctua,l literatura gallega.
Además, nuestra literatura también se cultiva ndice onomóstico
fuera de Galicia. En Madrid, el grupo literario
Bilbao, nombre del café donde se reúnen sus
y de títulos
miembros, realiza" una interesante labor de (En redonda, los nombres de autores; en eursiva, los títulos de
creación, y a él perteneeen figuras tan represen- libros.)
tativas como Vicente Araguas o FermÍn Bouza.
En el mismo sentido habría que destacar el gru- 20 mil peso crime:89
po de escritores gallegos de Barcelona, que rea- 42 décimas de febre: I19
A alborada: 43
liza además una gran labor de difusión de la A árbore das sete palabras:99
lengua y Ia cultura gallegas en Cataluña, donde ¡A besta!:59
sobresale la flgura del ensayista, poeta y dra- A casa dos afogados: I07
maturgo Camilo Valdehorras. En esta línea de A casamenteira:43
difusión de la literatura gallega fuera de Galicia A ceo aberto: 702
hay que señalar también el trabajo del poeta y A cidade dos césares:722
A cruz do salgueirc: 59
ensayista rianxeiro afincado en Madrid Antonio A desfeita:102
DomÍnguez Rey, que con su asociación AULI- A esmorga: 73,75
GA, intenta difundir la lengua y la literatura ga- A experiencia inglesa: 99
llegas no solo en el ámbito de la península Ibé- A extraña Sta. Lau:106, 107
rica, sino también en la Romania, tanto la vieja A fiestra valdeira:72
como la nueva, especialmente en América. Pa- A fonte do xuramento:59
A fnga plateada:99
rece, por tanto, que las mil pñmaveras más q:ue A gaita gallega: 46, 47
pedía Cunqueiro para la lengua y la literatura A gándara da noite:99
gallegas están aseguradas, no solo en Galicia, A grande noite de Fiz: 127
sino incluso fuera de Galicia. A guerra do tabaco:722
A lagarada:69
A lingoaxe e as linguas:77
A lÍngaa das bolboretas:723
Á lus do candil Contos a ca-
rón do lume:76
A luz ressuscitada:97
A man de Santiña:69
A man dos paíños: 123
A morte de Frank GonzáIez:
86
A muller en Galicia:86
A nada destemida: !13
A nosa cinza: L03
A orella no bunco:81
Á outra banda do lberr:83
A porta do lume:99
A primavem de Venus: 174
A quinta de Saler: 725
A raíña e o seu bufón:108
A revolta:88
A romeiría de Xelnirez:67
A rosa de cen follas. Brcvia-
rio dun amor:64
A rosa sen porqué: !28
A saudade en Rosalía:77
A sotavento dunha singmdu-
ra:779
A tecedeira de Bonaval:59
A tertulia das m¿íscaras: 106
A tribo das ba'ieas. Poetas de
arestora: 116, L37
A velocidade do frío: I25
A uida do canpo: 47
Ab ece dario da des o lación: 133
119
Acuña, Manuel Luis: 72
Adeus Norte:98 -l
Adiós, María:82
Afasia:779
Afonso, Nuno: 35
Agasallo de sombras: 708
Agosto do 36:127
Aguirre, Aurelio: 50
Aires da miña tefta:57
Album de )a Caridad. Juegos
Florales de In, Coruña:45
A]calá, Xavier: 103, 722
Aleixandre, Marilar: 124, 129
Nén da desventua:122
Alonso Montero, X.: 83, 112
A]onso, F¡an: 124
lilvarez Cáccamo, AIf onso:
121
lilvarez Cáccamo, X. M.: 98
.lÍ,Ivarez de Novoa, Francisco:
59
.lilvarez de Villasandino, A1-
fonso: 34
lilvarez Giménez, Emilio: 59
lilvarez Tornei¡0, Manuel:
115
 Ávarez Vila, Andrés: 127
Ávarez, Basilio: 61, 64
Amantia:702
Amado Carballo, Luis: 71
Amar é unha india:7!9
Amor de Artur e nove contos
con Tage Ata ao lonxe:101
Amor de tango: 127
A¡dreu, Blanca: 130
Angueira, Arxo: 125
Antiga claridade:98
Antígona, a forza do sangue:
109
Antón e os iñocentes:86, 121
Anxo de tena:77
Añón, Francisco: 45, 46, 58-
Ao pé de cada hora:80
Añen:7L8
Arcados: Na selva, pola tarde,
ollando os ügres: IIg
Arcas de fondo:99
A¡ias Teixeiro, Antonio: 43
Amoia, Amoia:701
Anabaldo do norte:87
134 Anaianos:120
Anedor de si:67
Anedores:79
Arte de navega,r:.113
As baleas de Eduatdo Reino-
so: 122
As crónicas do sochantrc:76
As doazóns do incendio:176
As rulas de Bakunin:125
Asociación de Mestres Cató-
licos da Coruña: 84
Aurum:99
Ausencia,s pretéritas: l7g
Auto do prisioneiro:88
Avendaño, Alberto: 129
Azos de esguello:108
Baamonde, Antón: 128
Babarro, Xoán: 129
Bailadela da morte ütosa:
108
Baleas e baleas: ll8
Barriga verde:89
Barros, Tomás: 108
Beinmar:104
Beiras, Xosé Manuel 86, 109
Ben-ChoSey: 66, 84
Berná¡dez, C.: 96
Casares, Carlos: 82, 85, 101, Creus, Estevo: 119
Bernárdez Vilar, Xoán: 103
721,728 Cribeiro, Alexandre: 80
Blanco Amor, Eduardo: 13,
Casas, Arturo: 120 Crime en Compostela: 104
72,75,85,88
Castaño, Yolanda: 120 Criminal:124
Borrazás, Xuno: 124
Castelao, Alfonso Daniel Ro- Crónica de 1404:29
Bnnca de Loboso:122
drÍguez: 11, 12, 63, 64, 66, Crónica de Santa María de
Brañas, Alfredo: 48
68, 69, 70, 74, 109 Iria:29
Breko:103
Castelao na luz e na sombra: Crónica galega de León e Cas-
Bretañ4 Esmeraldina: 701,
109 tela:29
721
Castro, Luisa: 129, 130 Crónica Geral de 1344:29
Catálogo de voces y Írases de Crónica Troiana:29
'babana,
Darío Xohán: 98, 104,
Ia lengua gallega:38 Crónicas de Nós: !07
722
Catecismo .do labrego: 60 Cueuillas, F'lorentino L.: 63,
Cabanillas. Ramón: 63, 64, 69
Cebreiro, Alva¡o: 71, 116 64,70
Caixón desastre:704
Cela, Camilo José: 129 Culpable de asasinato: 723
CaJados esconxuros:96
Cernadas y Castro, Diego An- Cunqueiro, Ñ'¡arc: 72, 76, 77,
Calenda,rio perpetuo: 98
tonio: 39 85, 88, 96, 100, 113, 132
Calvo Sotelo, JoaquÍn: 130
Chao Rego, Xosé: 109 Cuña Nov¿is, Manuel: 80
Calvo, Tucho: 105
Cid Cabido, Xosé: 124,727 Curros Enríquez, Manuel: 10,
Calzados Lola:723
Círculo:123 12, 50, 56, 57, 58, 63, 64
Cambio en trcs:82
Cochos:708 Cuvebo:50
Camino, Alberto: 47
Codarr Martín: 19, 21
Cancioneiro de Ajuda: 18
Codex Calixtinus:35 Da muda primavera:99
Cancioneiro de la Biblioteca
Códice calixtino Q.ttz Pozo Da Ponte, Perc:24,25
Nacional de üsboa: lg
Gana):97 Da terra asoballada:64
Cancioneiro de Ia Biblioteca
Vaticana:79
Colección de voces y frases Dacosta, Marta: 120 -139-'
gallegas:39 Dans, Raúl: 127
Cancioneiros : 8, 17, 78, 19, 25,
Coloquio de 24 gallegos rús- Darriba, Manuei: 125
26,71
ticos:39 De Baena, Juan Alfonso: 34
Candido Branco e o Cabaleiro
Cómaros verdes:75,77 De Carlos, Helena: 120
Negro:122
Comedias b¿í,rbaras: 73 De Castro y Aldrade, Isabel:
Caneiro, Xosé Carlos: 124
Como calquera outro día:87
Canta,res gallegos: 10,33, 47
Como cartas a un amante: De Castro, Antonio MarÍa: 43
Cantiga nova que se chama
107 De Castro, Rosalía: 10,33,44,
rivein:72
Compendio de oúalLos e in- 45,46,47,50, 51, 52, 53, 54,
Cantiga,s de alén:100
certezas: 7L4 59, 60, 63
Cantigas de escarnio e maL-
Con pólvora e magnolias:87 De catro a catrc:71
dicrr (Celso Emilio Ferrei-
Conde, Alfredo: 103, 121 De Comellas, Manuel: 49
ro): 79
Conto gallego:59 De Isla y l¿sada, Maria Fran-
Cantigas de Santa María:18,
Contos do camiño e da rúa: cisca: 39
26,27
ht De Ia Iglesia, Francisco Ma-
Canto de cerca a morte:99
Contra a Casa da TYoia:728 ría: 49, 59
Capelán, A¡drés: 128
Copenhague:127 De Madariaga, Salvador: 73
capellán Pedro: 35
Corazón ao vento:72 De Pondal a Novone¡na. Po*
Can a Times Square:102
Cordal, Xabier: 119 sÍa galega posterior á gue
Carballo Calero, R.: 12,76,77,
Cornide, Xosé A.: 39 na ciuil:, t09
83, 88, 96, 100
Cor¡al, Luis: 43 De Quevedo, Pedro: 43
Carballude, Pepe: 129
Correa Calderón: 71 De Santiago, Francisco: 36
Cárcere verde: 122
Comtpción e moñe de Brigit- De Toro, Suso: 104, 123, 128
Caride Ogando, Ramón: 125
te Bardot: I02 De Toro, Xelís: 125
Cartas eruütas:47
Cortezón, Daniei: 88, 108 De Trlllo y Figueroa, Flancis-
Casalderrey, Fina: 129
Cousas:68 co:37
De Villahermosa a la China.
Coloquios íntimos:60
d'Efecto 2000: 116
Delgado Luaces, Patricio: 59
Demanda do Santo GraaL:30
Desmemoriado río: l!3
Despertar das amantes: 7I4
Deus sentado nun sillón azul:
721
Devalar:67
Diario de invemo:122
Dias sin gloria:726
Díaz Castro, Xosé María: 78
Dic cionario gal e go-c astelán :
83
Dieste, Rafael: 72
Do Campo, Marica: 125
Do ermo:63
Do Porto, Hugo: 35
Dobao, Antón L,: 120
Docampo, X.: 129
Don Denís: 17, tS,20,27,22,,
24,25,33
Don do horizonte:98
Dona do corpo delgado:77
Dos anxos e dos mortos:86,
127
Dos arquivos do trasno:72
E direivos eu do mister das
cobtas:98
Ebora:124
tigloga de Belmiro e Benigno:
43,44
EI caballero de las botas a,zu-
Jes: 60
El castillo de Pambre:59
EI hombre y la mosca:130
El idioma gallego, su antigüe-
dad y uida:50
El nido de palomas:59
El regionalismo gallego:
48
El ruedo ibérico:72
EIa maldita alma:723
En Las orillas del Sar: E0
Ensaio histórico sobrc a cul-
twa galega: 66
Ensaio sobre a identidade ga-
Iega: 109
Entre auga e fogo: 700
Entre o si e o non:80
Entremés famoso sobrc da
pesa no río Miño:37
Era nova e sabla a malvaísco:
107
Estacións ao mar.97, LI4
Eteria:36,37
Eu é:724
Eu renazo galego:709
Euidencias:709
Fabulario novo:80
Fandiño, Altonio Benito: 43
Feixoo de Ararixo, Gabriel: 37
Fernández de Gerena, Garci:
ó+
Fernández de la Vega, Celes-
llno: ¡/ /
Fernández del Riego, Francis-
coi 77, 128
Fernández Ferreiro, Xosé: 86,
102, 105, 121
Fernández Florez, Wenceslao:
73
Fernández Freixanes, Víctor:
703, t22
Fernández Martínez, A¡a Ma-
ría: 129
Fernández Neira, José: 42
Fernández Paz, Agustín: 129
Fernández Teixeiro, Manue1
MarÍa: 88, 89
Fernández Torneol, Nuno: 21
Fernán-Vello, Miguel Anxo:
100, 106
Ferreiro, Celso Emilio: 78, 83,
87, 97
Filomeno, a mi pesar:129
Fírgoas:72
F'los sanctorum:28
Fole, Ánxel: 76, 85
Follas novas:53,54
F'onte, Ramiro:98, 122
Fóra de min: M
Forcadela, Manuel: 99
Fortunato de Trasmundi: 122
Foruas eléctricas:707
FTa Vernero:67
Fragmentos del Apocalipsis.
129
Franco, Camilo:125
Franco Grande, X. L.: 80, 83
Fray Benito Jerónimo Feijoo: La camisa:730
38, 39, 41 La colmena:129
Fray Jerónimo Bermúdez: 37 La cruz de San Andrés:129
Fruto do teixo: I19 La familia de Pascual Dua,rte:
Futuro conücional:96 729
Ia guerra cailista:72
Galicia, Galicia:728 La, hija del ma4 Flauio:60
GaLván en Saor:104 La, isla de los jacintos corta-
Gándara, María: 122 dos: I29
García Bodaño, Salvador: 80 la, madre naturaleza: 60
García Lorca, Federico: 72 Ia, máquina de pedir: 730
García Mosquera, Xosé: 47 La, muralla:730
García, X. L,: 96 Ia, saga/fuga de J. B.: 104
García-Sabell, Domingo: 77, La tejedora de Bonaval:59
728 Ia tribuna:60
General Estoria:29 La vida del campo:47
Gómez Chariño, Paio: 27, 24 Iadaíñas pola morte do
Gómez Manrique, P.: 34 Meco:90
Gómez Tonel, Juan: 37 Lamas Carvajal, ValentÍn: 48,
Gómez, Lupe: 120 49, 59, 60
GonzáLez SuárezLlanos, Ca- Lamas, Xavier: 127
milo: 101 Land-Rover:704
González Tosar, L.: 99 Lanza de soledá:78
Latitude austnl:122
Gramática elemental del ga-
ilego común:83 Laudamuco, señot de ningu-
¡es: 89 137
Gramática gallega:50
Leiras Pulpeiro, Manuel: 63
Graña, Bernardino: 80, 89, 97,
Leria:66
tr4
Grupo Abeliano: 125
Liber Sancti Jacobi (Libro de
Santiago Apóstol):35
Guisán Seijas, Joao: 107
übrc de Xosé de Arimatea:3O
übro dos amados: Il8
Heinze, Ursula: 104, 123
übro dos amigos:66
Herba aquí e acolái 96
Linares Rivas, Manuel: 73
Herrera Garrido, Francisca:
üques da memoña: ltg
oó
üwo das cantigas:8
Himno verde: !!4
üwo das devoracións:99
Hist oria C omp o stelana: 35
üanto de la flota por una nin-
Hi st o ri a d e G aI i ci a (Mur gúa) : fa gallega:39
48,51.
I'oaim: I27
Historia dun paraugas azul: Longa noite de pedra: 78,79,
r25
87
Historia Troiana:30
López Casanova, Arcadio: 87
Historias peregrinas: 127 Lopez de Baian, AJonso: 21
López Ferreiro, A¡tonio: 59
Iglesia Alvariño, Aquilino: 72, López Valcárcel, Xulio: 98
75, 77, 78 Lopo, Artón: 118
Iglesias, Bieito: 124 Los gozos y las sombns:729
Ilustrísima: 101 Los pazos de UlLo¿u 60
Informe dramático sobrc la Losada Diéguez, Antón: 64,65
Iengua gallega:83 Lourenzo, Manuel: 88, 89, 90,
106, 707, 726
Jaureguizar, Santiago: 125 Luces de bohemia:73
 Lugar 127
LugrÍs Freire, Manuel: 49,
59, 69
Macías el Enamorado: 34, 35
Madera de boj: I29
Magán, Agustin: 108, 126
Magog:722
Máis alá:71, 176
Malvar, Anibai: 125
Manancial:725
Manteiga, Xosé: 125
Manuel Antonio: 63, 77, 87,
116
Manuel Maria: 80, 88, 97, 114
Mar e naufraxio:88
Marcio, Pedro: 35
Marinhas del Valle, Jenaro:
88
Martes de Camaval:73
Madín, Paco: 129
Martinez Oca, Xosé Manuel:
t04,722
Martínez Salazar, Andrés: 55
Martíns, Fernán: 29
Maxina ou a filla espurea:58
Mazurca para dos muettos:
Ito
Memoria de agosto:98
Memoria de Noa:103
Memorial de brancura: 100
Memorias de Tains:87
Memorias dun neno labrego:
13, 75, 101
Méndez Ferrín, Xosé Luis: 80,
81,85,87, 101, 109, 174,120.
128
Menéndez Pidal, Ramón: 73
Meogo, Pero: 21
Merino, José María: 129
Merlín e familia:76
Mesmo semellaban bruxas:
108
i O bufón d'el Rei:69
Mesteres:87
Metáfom da metáfora: 174
Millán Otero, Xosé M.: 120
Miragres de Santiago: 28
Miranda, Xosé: 125
Miss Ourense:124
Mit eleurop a (I m p re s ións dun-
ha viaxe):65,66
Molina, César A¡rtonio: 130
Montes, Eugenio: 71
56, Moreno, María Victoria: 129
Moming Star 725
Morte de rei: 722
Muiñeiro de bÉtemas:80
Murado, Miguei Anxo: 125,
r27
Na noite estrelecida: 64
Nao senlleira:72
Narcos: I22
Nausicaa:99
Navaza, Gonzalo:125
Neira Vilas, Xosé: 13, 75, 101,
120
Neira, Manuel Xosé: 120
Nimbos:78
Nínive:778
Nise lacrimosa:37
Nise laureada:37
No amanece el amor:130
No ano do cometa: I03
No destero. Visións galegas:
64
No ventre do silencio:120
Non volvas: 123
Noriega Varela, Antonio: 63
Normas oúográfrcas e morfo.
lórtcas do idioma galego:
74,92
Nós ¡us: 119
Nos pagos de Huinca Loo:
103
Nós, os inadaptados:66
Noticia de Torto:27
Novo, Olga: 119
NovoneSna, Uío: 80, 87, 114
Nunes, Airas: 22,24,25
Núñez Singala, Manuel: 125
O arce no xardín: L07
O atmso económico de GaIi.
cia:86
O castelo de Pambre:59
O cewo na torre: 122
O crepúsculo e as Íormigas:
81
O enxova,I da noiva:704
O ttácil que é matar: 721
O home de pau:120
O incerto señor don Hamüet,
príncipe de Dinamarca: 76
O infortunio da soidade:124
O labirinto da xeda:98
O lapis do carpinteiro: 14,93,
123, 131
O libro dos cans: 179
O lume branco:98
O Mariscal:69
O mellor francés de Barcelo-
na:724
O niño de pombas:59
O Pauto: 107
O pa>;aro na boca:79
O peregrino effante que can-
sou ó demo:727
Oporco de pé:67
O que cómpre saber da lin-
gua galega:83
O río do tempo:128
O santuario intocable: 775
O serodio rcmordemento do
amor: I27
O sol entue os dedos:98
O solpü da cupletista: IZI
O soño sulagado:78
O triánguJo inscrito na
cunfercncia:703
Ofrcio de Tinieblas 5:129
Olladas no futuro:77
OIIos de sal: 719
Olmo, Lauro: 130
Onde o mundo chámase Ce
lanova:79. 87
Onomiástico etimológico de
Iengua gallega:38
Os ap ousento s silenci ado s : 98
Os camiños da uida:67
Os comedores de patacas:723
Os dous de sempre:68
Os eidosi 80, 114
Os eidos da Brcmanza:99
Os leopardos da Iúa: 122
Os mortos daquel verán: 701
Os nouísimos da poesía gale-
ga:87
Os outros feirantes:76
Os Rebertes: 726
Os séculos da lúa: 724
Os soños na gaiola:97
Os vellos non deben de na-
morarse: 73,70,74
Otero Pedrayo, Ramón: 11, 12,
63, 64, 66, 67, 69, 74
Outeiriñ0, Manuel: 120
Pae siglorxl,, No comezo dun-
ha nova historia da huma-
nidade: t05
Pailarés, Filar: 99
Panifrcadora:124
Panorama de Galicia:84
Para comprendermos Galicia:
109
Para saír do século. Nova pro-
posta poética:116
Parado na tomenta:128
Pardo de Andrade, Manuel:
43
Pasa un segredo: 98
Paseata anedor da morte: I28
Pastor Díaz, Nicomedes: 43,
60
Patiño, Carlos: 36
Pato, María Xesús: 118
Pazó, Cándido: 127
Pedro Madruga:109
Pelerinaxes:66
Penas, .lirxeles: 115
cir-
Pensa nao:125 r39
Percival e outras historias:8l
Peregrinación de Eteria: 35
Pereiro, Lois: 99
Pereiro, Paulino: 125
Pérez Placer, Heraclio: 59
Pérez Sánchez, Manuel A¡to-
nio: 71
la
Pergamino Sharrer: L9
Pergamino VindeL:79
Pexegueiro, Alfonso: 88
Hcaúños:84
Picaud, Aimerico: 35
Pillado, Francisco: 106
Pimentel, Luis: 77
Pintos, Xoán Manuel: 46, 47
Piñeiro, Ramón: 77
PÍsón, Xesús: 107
Poemas da cidade oculta:119
Poemas da doada certeza i
este brillo premido entre as
pá)pebras: 714
Poemas da lenta nudez:700
Poemas do si e non:72
Poemas dun home que quixo
uivir:80
Poemas para dicirlle a dúas
lagoas: I14
Poesia úItima de amor e mor
te:99
Poesias varias, heroicas, sati-
ricas y amorosas (epitala-
mios y panegíricos):37, 38
Polaroid: I04
Pondal, Eduardo: 10, 45, 50,
51, 54, 55, 56, 63
Por unha Ga,licia liberada:
109
Pozo Gaua, Luz 79, 97, 113
Pranto da flota pü unha nin-
fa galega:39
Prcgo de cargos:98
Pretérito imperfeito : 96
Prisciliano:88
Proceso en Jacobusland: 88
Proel:77
Proezas de Galicia: 42
Profecía:99
Prometo a flor de loto: 7t3
Pronomes:778
Prosas recuperadas de Dosin-
da Arcses: 728
Qué me queres amor: I23
Queipo, Xavier: 125
Queixumes dos pinos:55
Queizán, María Xosé: 81, 86,
102, 109, 114, 121
Querido Tom¿i,s:107
nihil scitur:38
Suod
Raña, Román: 99
Recup era-la salvación: 86
Rei Ballesteros, Arxo: 86, 121
Reigosa, Carlos G.: 704, I22
Reixa, Antón: 100
Remol das travesías:99
Repoúa)<e cósmico:705
Retomo a Tagen Ata: 85
Retrincos:68
Rigoro s omante human o : 175
Ringside:125
Ríos, Julián: 129
Risco, Vlcente: 11, 63, 64, 65,
66, 67, 69, 70,71, 121
Rivas, Manuel: 14, 93, 100,
103, 104, 105, 123, 128, 131
Riveiro Coello, Antón: 125
Rodríguez Baixeras, X.: 99
RodrÍguez Barrio, Xavier: 98
Rodríguez de la Cámara,
Juan: 36
Rodríguez Fer, Claudio:
100
RodrÍguez López, Xesús: 59
Rodríguez Mourullo, Gonzalo:
81
Rodríguez, FYancisco: 50
Rodríguez, Luciano: 96, 116
Rogos dun escolar galego á
ViBe do Bo Acerto para
que libre a leila da Inqui-
sición: 43
Romances galegos. T2
RomanÍ, Ana: 118
Romanticismo, saudade e Vaasques de Marzaricos, Rui:
sentimenlo da raza en Pas-
tor DÍaz, Rosalia de Castro
e Nicomedes Pastor Díaz.
bb
Romeo, Anxos: 119
Romper coa estética dos
116
Ruibal, Euloxio R.: 89, 108
Ruibal, José: 130
Saco y Arce:50
Salgueiro, Roberto: 107
Salinas, Galo:59
San Camilo 1936:129
Sánchez Iglesias, Cesáreo: 99
Sánchez, Francisco: 38
Sánchez, Gloria: 129
Sarmiento, Martín: 38
Saxo tenor:726
Scorpio: 107
Se o noso amor e os peixes
Sar arriba andagen:97
Seara. Teresa: 116
Segunda Teúulia de Picaños:
42
Seíame eu na ermida de san
Simión:2I
Seis poemas galegos:72
Seixas, Manuel: 125
Sempre en GaLiza: 13, 66, 7 4
Sempre me matan: l2I
Seoane, Luis: 13, 75
Seoane, Xavier: 98
Seraogna:88
Sewando, Johan: 21
Sétima soidade:99
Si o vello Simbad volvese ás
illas:76
99, Signifrcado metafísico da sau-
dade: I (
Soarez de Pavia, Johán: 8
Sombra do aire na heúa:77
Sonatas:72
Soños eLéctricos: I25
Souto, Xurxo: 125
Suárez Abel, Miguel: 104
Sucios e desexados:178
Teatro crítico universal: 41
Tempo de Compostela: 715
Tempo de ría: I74
Teoría do lugar:119
Teoría do nacionalismo gale-
go:65
Tena bmva. Contos da solai-
na:76
Tena chá:97
80.
TertúIia: f03
Tertulia de Ficaños:42
Tertulia na Quintana: 42
l4r Testamento de Afonso II de
Pot'tugal:27
Tic-tac:723
Tirano Banderas:72
Torrado, Martin: 37
Torrente Ballester, Gonzalo:
104, 129
Torres Queiruga, A¡drés: 86
Torres, Xohana: 80, 82, 89, 97,
774
Tovar, Altón: 79, 96, 113
Tráiler: !24
Trapiello, Andrés: 129
Tratado de Albeitaría: 28
Traxicomedia do vento de Te-
bas namorada dunha forca:
90
Trueba, Antonio: 52
Turbo: I04
Turnes, Vicente: 43
Última fuxida a Harar M
Un cenário chamado Frederi-
co: 107
Un home de Vilameán: ana-
tomía dunha revolución:
103
Un hotel de primeira sobre o
río:89
Un labrador que foi salxento
ós soldados do novo alista'
mento:42
Unmillón de vacas: 704
Un ollo de vidro. Memoúas
dun esquelete:68
Un paÍs de palabras: 128
Un xogo de apócrifos:124
Unha noite con Carla: 725
Unicomio de cenorias que ca-
balgas os sábados:116, 117
Vaamonde Lores: 63
2S
Valdehorras, Camilo: 132
Valente, José lingel: 100, 130
Valladares, Marcial: 50, 58
Valle-Inclán: 58, 72
Vaqueiro, VÍtor: 99
Varela, Lorenzo: 75
Variaciones sobre el pájaro y
la red: 130
Vázqüez de Neira, Pedro: 37
Yáaquez Freire, M.: 129
Vázquez, Paulino:99
Veiga, Mafiín: 120
Vento de seda: I24
Vento feriro:82
Vergara Vilariño, Fiz: 99
Vetsos do lume e do vaga-
lume:97
Vidal Bo]año, Robeúo: 89,
108, 126
Vilanova, Manuel: 98
Villar Janeiro, H.: 129
Villar Ponte, Antón: 62, 65, 69
Villar, Miro: 116, 118
Villar, Rafa: 119
Viqueira, Johán Vicente: 65
Viviaez, Pero: 21
Voce na néboa:80
Vulva:100
Xa vai o griffon no vento:103
Xente da Baneira:76
Xente de aquí e acolá:76
Xraldo de Santiago:35
Xoguetes pra un tempo prchi-
bido:35