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Serie de Sermones – El Dios que Adoramos

Sermón N°1: Adoramos a un Dios que se nos ha dado a


conocer
Por: Jorge Betancur

Éxodo 15:2 La Biblia de las Américas (LBLA)

“Mi fortaleza y mi canción es el Señor, y ha sido para mí salvación; éste es mi Dios, y le glorificaré, el
Dios de mi padre, y le ensalzaré.”

1.- El objeto de nuestra adoración

Pregunta de Inicio: ¿De qué depende nuestra adoración?

El significado de la palabra hebrea y griega traducida más a menudo como "adoración" tiene el sentido
de "postrarse delante" o "arrodillarse delante." Es así, que la adoración es una actitud del espíritu.

La meta de la adoración no está determinada por lo que nos gusta o lo que sentimos sino en Dios
mismo. No está centrada en una atmosfera, un canto o una sensación. Este es el punto elemental de la
verdadera adoración espiritual.

William Temple, pastor anglicano, arzobispo de York dice al respecto.

“Adorar es avivar la conciencia mediante la santidad de Dios, alimentar la mente con la verdad de
Dios, purificar la imaginación con la belleza de Dios, abrir el corazón al amor de Dios, dedicar la
voluntad al propósito de Dios”. – William Temple

La esencia de nuestra adoración es el enfocarnos en Dios – amarlo, conocerlo, desear lo que él desea y
participar en lo que él está haciendo.

Necesitamos redescubrir el anhelo de la presencia de Dios en cada aspecto de nuestra vida. Esto es algo
que no debería suceder solamente el domingo por la mañana, sino que debería estar presente en todas
las facetas de nuestra vida.

Entonces, el Dios que adoramos es un Dios que se nos ha dado a conocer por medio de Su revelación.

Su Revelación

Podemos adorar a Dios solamente si lo conocemos y lo que conocemos de Dios es porque está en su
naturaleza revelarse. Si no fuera por la revelación no tendríamos manera de conocer a Dios.

Entonces, la revelación de Dios tiene que ser «autorrevelación» ya que nadie puede descubrir a Dios por
sus propios métodos. Dios mismo es quien se descubre. Si no lo hace no estaría disponible para nuestro
conocimiento.

Lo que Dios mismo comunica sobre su Ser al hombre y pone en lenguaje humano para que este lo pueda
comprender hace posible nuestra adoración. Podemos afirmar que Dios al revelarse determina la forma
en que le adoramos.

El significado inmediato del término “revelación” viene dado por su misma etimología: re-velar, es decir,
quitar el velo, des-cubrir o des-tapar. Por lo mismo, el cristianismo es una religión revelada, no es una
religión creada por el ser humano.
Históricamente los teólogos para abordar el tema de la Revelación de Dios lo han divido en dos partes.
La revelación general y la revelación especial.

La revelación general se refiere a las verdades generales que pueden ser conocidas de Dios a través de la
naturaleza. La revelación especial se refiere a las verdades más específicas que pueden ser conocidas de
Dios a través de Su Palabra.

En el salterio encontramos tres Salmos que se titulan “Los Salmos de la Ley; Los Salmos de la Torah”, son
Salmos que destacan la Palabra de Dios, estos son el Salmos 1; 19; 119.

En esta mañana, estaremos abordando por medio del Salmo 19 los tipos de revelación de Dios y como
debe ser nuestra respuesta en adoración hacia esta revelación.

a. La Revelación General

Salmos 19:1-6 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

“1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. 2 Un día emite
palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. 3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni es
oída su voz. 4 Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso
tabernáculo para el sol; 5 Y éste, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para
correr el camino. 6 De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada
hay que se esconda de su calor.”

Este Salmo se introduce un salmo de alabanza a Dios, un salmo de gratitud a Dios por Él haberse dado a
conocer por medio de esta revelación general que es por medio de la naturaleza creada por Él.

Algunos piensan que cada descubrimiento científico pone en jaque la revelación bíblica, pero, por el
contrario, la confirma. El ser humano ha encontrado claramente desde un microscopio hasta un
telescopio la obra de Dios.

Wayne Grudem

“Para poder conocer a Dios, de alguna manera es necesario que Él se revele a nosotros”

Pablo dice que la naturaleza eterna de Dios y su deidad «se perciben claramente a través de lo que él
creó» (Romanos 1:20). Esta amplia referencia a «lo que él creó» sugiere que en de alguna manera todo
lo creado da evidencia del carácter de Dios.

No obstante, es el hombre mismo, creado a imagen de Dios, el que da más abundante testimonio de la
existencia de Dios: cada vez que nos encontramos con otro ser humano debemos darnos cuenta de que
una criatura tan hábil, comunicativa y viva solamente pudo haber sido creada por un Creador infinito y
omnisciente.

Pero la pregunta que debemos responder es ¿El hombre adora a Dios por medio de la revelación general
de Dios?

Romanos 1:18-21 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

“18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que
detienen con injusticia la verdad; 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo
manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles
desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen
excusa. 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que
se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.”

En este texto podemos ver que el hombre detiene la verdad de Dios por medio de la injusticia. Dios
manifestó “se dios a conocer” por medio de lo creado de forma clara y esperaba que el hombre le
glorificara “adorara”, sin embargo el texto nos dice que no le glorificaron, sino que se envanecieron en
su propio conocimiento.

Entonces podemos ver que el problema no está en la revelación, sino que, en la respuesta del hombre a
la revelación.

(Nos da, alimentos, aire, ríos, lluvia, las flores, los arboles pero no le adoramos, no le glorificamos)

Volver al Salmos 19:1

b. La revelación especial

En segundo lugar Dios se revela por medio de Su Palabra por medio de las Sagradas Escrituras.

Salmos 19:7-10 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

“7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio
al sencillo. 8 Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es
puro, que alumbra los ojos. 9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de
Jehová son verdad, todos justos. 10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y
dulces más que miel, y que la que destila del panal.”

Para comprender el tema de la revelación especial, debe aclararse asimismo qué tipo de “Palabra”
pretende ser la “Palabra Revelada”.

La Palabra de Dios se presenta constantemente como “oráculo de Yahvé” o como “palabra de Dios”. El
término hebreo usado es Dabar, que la versión griega de los LXX traduce por Logos.

Ahora bien, la identificación de Dabar con Logos puede presentarse a confusión. En efecto, el concepto
griego de Logos tiene un significado más cognoscitivo. Se trata de una “palabra” cuya función es
informar objetivamente.

En cambio, el concepto semítico de Dabar (al cual corresponde la traducción griega de Logos, usada en
la Biblia) tiene un contenido no sólo informativo, sino sobre todo interpelador. La palabra llama o
interpela.

Por ello, no es accidental que el término hebreo dabar tenga un doble significado: «palabra» y «suceso».

Que una persona conozca la Biblia no significa necesariamente que conozca al Señor. Esto sólo sucede
en el momento en que la palabra de Dios se convierte en una realidad existencial en la vida de una
persona a través del poder del Espíritu Santo, la palabra escrita se convierte en palabra viva.

Dios se revela de forma especial por medio de Su Palabra, Su Ley escrita en nuestros corazones, la cual
nos interpela para adorarlo con nuestra vida, el ser templo de Dios. (Moisés, Torah)

Por medio de la revelación especial de Dios (Su Palabra) conocemos a Dios, su carácter, la forma que él
quiere que le adoremos. (Biblia primitiva, interpela hoy)
c. Nuestra respuesta en adoración al Dios que se revela a sí mismo

Salmos 19:7-10 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

“11 Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón. 12 ¿Quién podrá
entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. 13 Preserva también a tu siervo de
las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión. 14
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y
redentor mío.”

1). La adoración en la vida diaria forma nuestro carácter

La verdadera adoración se hace con integridad y no con hipocresía. Cuando las cosas no están bien entre
Dios y nosotros debemos mostrarnos a Él, arrepentirnos de cualquier cosa que nos aceche y buscar su
perdón.

No se puede adorar a Dios y seguir siendo el mismo, su revelación nos transforma.

2). La adoración en la vida diaria nos impulsa al servicio

A.W. Tozier dijo:

Nadie puede adorar durante largo tiempo a Dios en espíritu y verdad sin que la obligación del servicio
santo no se torne demasiado fuerte para poder resistirse.

La adoración no solo sucede en la Iglesia, sino que debe tener cabida en nuestras vidas todos los días y
en todo lo que hacemos. No debemos confundir el servicio a Dios con la adoración, aunque la adoración
nos llevará a servirle a Él.

Mateo 4:10 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

“Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás”.

Un adorador servirá. Los cristianos no tienen la opción de elegir entre servir o adorar. Es como escoger
entre quedarse con el corazón o con los pulmones, ambos la adoración como el servicio son esenciales
para cada cristiano.

3). La adoración en la vida diaria nos compromete con la Misión de Dios

La obra misionera no es la meta principal de la iglesia, la adoración si lo es. La obra misionera existe
porque no hay adoración.

Cuando se acabe esta era y los millones sin número de los redimidos se postren ante el trono de Dios, la
obra misionera ya no existirá. Es una necesidad temporal. Pero la adoración dura para siempre...”

Apocalipsis 5:9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

“Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú
fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y
nación"
Conclusión

Esta es su misión, que las personas puedan experimentar la adoración a Dios por medio de la revelación
de Él a sus vidas.

Romanos 10:14-17 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

“14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no
han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados?
Como está escrito: !!Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian
buenas nuevas! 16 Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a
nuestro anuncio? 17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”

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