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Mamo Senchina realizó un diagnostico al Teopantli Kalpulli:

“Necesitan una casa de pensamiento, de unión, para


aprender a escuchar”.
Sábado 10 de marzo, Teopantli Kalpulli

Esta fue la propuesta que el mama Senchina presentó a la comunidad del Kalpulli. Él viajó
desde la sierra Nevada de Santa Martha en Colombia hasta México, donde acudió a varios
lugares siguiendo un itinerario establecido ritualmente antes de su peregrinaje. En el
Teopantli Kalpulli presentó dicho diagnóstico después de realizar una consulta tradicional
con tutuma mediante el uso ritual del agua en un guaje y con la utilización de objetos de
cuarzo. La ceremonia inicio desde las nueve de la mañana el sábado 10 de marzo. Al evento
asistieron alrededor de treinta personas. El Mamo Senchina conoció las cuatro direcciones
de la comunidad y en el centro, en la ceiba inicio su enseñanza hablando sobre la palabra
de origen. Explicó que los seguidores de un camino espiritual deben cuidar a su pareja, su
matrimonio y evitar cambiar o separarse sin una reflexión verdaderamente profunda.
Presentó su legado y su herencia iniciática, habló sobre el origen del mestizo y de lo que
esperaba realizar durante el ritual en una velación, y con una caminata al venero de agua
zarca al noroeste de la comunidad realizó un trabajo de curación al territorio.

1El Mamo Senchina y sus asistentes, Esteban y Valentina en el árbol guardián del Kalpulli
En la segunda parte del ritual se compartió una bebida de cacao por los asistentes del
Mamo, Esteban Yépez y Valentina, quien se unió al atardecer y también ayudo a traducirlo
e interpretarlo. También se compartió la hoja de coca y el ambil, un tabaco realizado
ceremonialmente por los muiskas, kogis y huitotos. Después de un largo periodo de cantos
que los asistentes realizaron, el mamo Senchina expuso los resultados de su meditación
con la tutuma. Para el mama, su viaje a América del norte fue visionado, “soñado” por su
abuelo. Relato varios mitos de origen, entre ellos, el origen del camino espiritual del mestizo
por medio del mito del zorrillo (mapuritu), también compartió varios cantos para los
ancestros.

Para el mamo, levantar una casa ceremonial implicaría que la comunidad logre acercar los
lazos. Eso permitiría generar unión y produciría una regeneración de relaciones al interior
de la comunidad. Para conseguir esto, manifestó la importancia de aprender a escuchar,
de encontrar acuerdos y consensos en la diferencia. Manifestar las divergencias con
respeto, pero dando énfasis a los puntos en común. Una casa de pensamiento podría ser
el elemento con el que se inicie un proceso para mejorar la comunicación entre los
participantes.

El Mamo y sus asistentes hablaron acerca del proceso de levantar una casa ceremonial.
Explicaron que existen muchos tipos de casas sagradas tanto en la sierra Nevada como en
el Amazonas, así que expusieron como es el levantado de estas. También mencionaron
que acá, en el norte, nosotros podríamos llegar a un acuerdo de diálogo en el que le demos
vida a un modelo propio del territorio.

Es importante mencionar que el lenguaje del Mamo fue siempre muy sencillo, simple. El
tono de sus palabras nos recordaba al de un niño inocente, puro. Sin embargo, al contarnos
y cantarnos los mitos de origen, transmitía un conocimiento lleno de acertijos de profundo
valor como un reto para descifrar.

El mamo y sus asistentes no durmieron, varios de los participantes se retiraron a descansar,


pero él siguió haciendo sacrificio. Al amanecer sus asistentes Esteban y Valentina ayudaron
a cerrar el acto dirigiendo un trabajo de purificación mediante visualizaciones. Luego siguió
la caminata al venero de agua, ahí entregaron una ofrenda para la comunidad con la
intensión de acercar los pensamientos entre norte y sur. No se trato de objetos de mucho
valor económico, sino de un gran valor en intensión y voluntad de acercamiento. En una
cazuelita de barro, nos dijeron, varios mamos en reunión ceremoniaron el viaje y pensaron
la ofrenda para el Kalpulli. Esteban nos explicó lo que cada mamo enviaba, por cada hoja
de coca, por cada caracol, por cada medicina vertida ahí mencionó a los mamos que lo
enviaban.

“Es un acertijo, pero también una responsabilidad una exigencia para que nos acerquemos
más y de una mejor manera”.

Nos quedamos con las semillas que dejó el Mamo Senchina: “Aquí todo dejando semilla,
conejo semilla, mapuritu semilla, Mamuba semilla, Kaskuama semilla, Ñoña semilla, cacao
semilla. Todo para vivir bien. Porque mi abuelo así me dio, para vivir bien”.

A continuación, les presentamos todo lo que el mamo y sus asistentes hablaron con
respecto la construcción de las malocas o casas de sabiduría.

2Realizando la consulta con el yatukwa

Esteban: Aquí está el mama Senchina, aquí estamos con él porque ya antes han estado
los muiskas aquí, ya antes pasó el hilo del tejido por aquí, por eso venimos al Teopantli.
Hace diez años estuvo Ignacio Suaye con Chapito, como ahora nosotros también fuimos
con él. Si uno empieza a tirar el hilo para atrás pasa por nosotros mismos. Esta sucediendo
a pesar de nosotros mismos. Por eso se comparte así, porque dentro de la visión muiska
ya no es un tema étnico, racial, de una tribu; sino de un legado, de gente-gente. No digo
muiska, porque uno a veces dice muiska en algún lugar de Bogotá y hay alguien de un
cabildo que le dice a uno “pero muéstreme cuál es su apellido”. Entonces, lo que hay que
entender, que lo que nos dejan es un hilo de pensamiento que nos lleva hacia algo que no
sabemos que es lo que es, pero que esta sucediendo.

Rescatar las malocas es la manera de rescatar la cultura.

Mamo Senchina: Entonces porque aquí yo contento, con fuego, con casa natural. Casa
natural ¿Por qué? Esta palabra es pa enseñar, pa danzar todo. Sin casa no puede, sin casa
¿mucho frío aquí? ¿Todo frio no, sin casa? La casa no frio, con fuego adentro no frio nada,
contento, danzando contento, hablando contento, mambeando hayu contento. Así no hay
casa, mucho frío; carajo, cuanto más a dormir se va gente pensando, mucho frío. Yo sé que
aquí natural casa necesita aquí pa unión, pa enseñar llega, aquí.

Esteban Yépez: La consulta que había que hacer en la tutuma desde la mañana, el mamo
la está terminando ahorita, es un diagnóstico que le está haciendo a la comunidad. La casa
de pensamiento no es montar unos palos y levantar una paja y ya. Ellos para levantar la
casa, cantan la casa, pisan la casa, siembran la casa. Entonces lo que dice el mamo, que
lo que necesitan hacer es sembrar una casa espiritual, pero solamente la comunidad es la
que puede decidir si eso se hace una realidad. Entonces, lo que acaba de decir en este
instante es “Aquí necesitan una casa”.

Mamo Senchina: Pensamiento casa, pa danzar casa, para sentar, sí.

− ¿Eso lo hacen las personas mayores, los jóvenes? ¿cómo levantan casa?
−Aquí unión grande, aquí, con cuatro fuegos, un fuego, como cien personas, doscientas
personas en unión.

−Lo que está sugiriendo el Mamo es que la


levanta el consenso, la unión; que se levanten
cuatro fuegos, que vengan todos jóvenes, niños,
ancianos.

−Todo preguntó, antes aquí muchos abuelos


llegando [en referencia al kanto de la tierra
realizado en el kalpulli]. Entonces ahora yo lo
mismo mirando. Antes este [señala a varios
asistentes] lo vi en Chapala, este lo vi en
Chapala y en Colombia.

−Para poder levantar una casa, tienen que estar


los mayores. Los jóvenes ya quieren hacerlo,
pero si el mayor no tiene fuerza, ¿cómo todos
van a aprender? Mayor unión, joven también
llegan, pero si mayor no unión, joven cómo
llega, cae, el esuama [la energía del lugar] se
queda sin fuerza. Entonces aquí lo mismo
necesita unión, una maloca natural. Así casa
bonita, bonito (de material) yo no quiero nada
así. Sólo natural con ese (fuego) junto. yo así
contento.

− La gran prueba que descubrimos en nuestra


comunidad, [las comunidades que están
levantando en el sur] ha sido saber distinguir
entre lo emocional, la parte laboral, la parte
personal y la diferencia entre comunidad y 3Realizando ofrenda de pensamiento en el venero de agua
comuna. Comuna, todo mundo cree que todo es todos. Comunidad, cada uno tiene su
espacio donde todos se encuentran. Y Ahí comienzan a poner acuerdos: “Esto es suyo,
esto es mío, aquí convergemos, aquí somos divergentes. Yo respeto su divergencia, pero
me permito decir que tampoco comparto esto”.
Esos son los confiesos, eso lleva tres años sucediendo allá, con nosotros y es un nodo, una
parte de la ahuyama del tejido de la laguna de sembrar semilla.

Antes de venir, levantamos una casa de pensamiento, nosotros los jóvenes no sabíamos
como hacerlo. Pero queríamos que nuestra casa de pensamiento fuera portátil, porque el
terreno donde la instalamos no es nuestro, además pensamos en movernos dentro de un
tiempo, así que la pensamos como casa itinerante. Entonces, un hermano ya había
estudiado las casas del medio oriente, con base en esos diseños de la yurta con telas medio
sintética, medio porosas, con eso levantamos nuestra casa de pensamiento. Pero para
levantarla surgieron muchas pruebas. Pero en el momento en que decidimos levantarla fue
cuando invitamos a los mayores y a los mamos. Entonces llegó Suaye con Asuinikan, llegó
Wibi, el hate y la haba. Lo primero que unió para hacer la casa fue un sancocho, como un
pozole. Hicimos un pozole comunitario y una chicha. Después de levantar eso. Ya Suaye
dio la instrucción de que todos salieran de la casa y primero entrara la mujer para
Sahumarla. Se hizo el acto ritual de pisar la casa, ósea poner espíritu a la casa. El mamo
lo hizo.

Una vez adentro se inicio el mambeadero para indagar porque era que se estaba
levantando la casa. Entonces ahí cuando se indaga se pone en evidencia.

−Entonces aquí ¿quieren tomar yagé o peyote? −Nos preguntó el mayor−.

−Ha no, aquí queremos poner un aula de pedagogía viva. Que aquí vengan a poporear,
que aquí vengan a tejer, que aquí vengan a hacer biodanza, yoga, ahí se visiona para qué
es la casa.

−Entonces yopo y yagé dejémoslo para luego, en el congelador, porque entonces ahí es
cuando se empieza a idealizar la casa. Como ahí en la comunidad no hay nadie que tenga
esa autoridad de usar esas plantas se tomó la decisión de no hacer una maloca, sino un
aula de pedagogía. Así Suaye hizo la lectura, “lo que aquí se está mostrando es que esta
es una casa para que vengan los niños”.

Entonces ahí también, indagando en el mambeadero se van poniendo las pautas y los
instructivos. Porque cuando se ponen normas, cuando se ponen leyes ya se está
prohibiendo. Más que eso, se ponen pautas, porque todos están en consenso. Así se
pusieron pautas para alimentar el fuego. Se pensó en consultar a ciertas personas, pero el
que quiera puede ir a prender el fuego. Se pensó en hacer talleres, pero no cualquiera
puede llegar, sino que tenemos una página en Google docs. donde la gente se inscribe y
es donde los mundos se unen, donde emergen dos formas de pensamiento; una es la
orgánica y otra es la organizativa o administrativa, que es como la aseguranza del
occidental que son como calendarizar, la planeación, los grupos y redes sociales, la parte
más administrativa, el mantenimiento de la casa, etc.

Entonces esto lo ponemos como ejemplo para decir que las casas de pensamiento también
pueden surgir de una entremezcla, no idealizada. Preguntar ¿Qué tenemos? Y de acuerdo
a lo que tenemos ¿hasta dónde nos alcanza? Pero sin duda tienen que estar los mayores.

− ¿Pero ¿qué pasaría si los mayores te dicen que no?

−Pues no hubo consenso, porque para que los mayores te digan que no, tienen que ser los
mayores de esa casa. Si llega un mayor que dice que no, ese mayor se tiene que sentar
con los mayores que estuvieron en el acuerdo para decir por qué no se puede. Eso no
significa, que el que llegue se puede meter a la casa, sino que hay que estar
constantemente refrendando el acuerdo y eso parte de decir cuál es el mayor que
acompaña. Y lo mejor para que no haya decisiones egocéntricas o cuestiones personales
es tener a varios mayores y desde el consejo de ellos, que sean parejas.

− Mama Senchina: Si aquí casa natural, namás, necesita aquí. Yo así pensando, sí. Pa
unión, pa unión, sí. Entonces mi suegro levanto casa natural en Ráquira levanto, pero ahí
casa cayó; ahora levantar una mejor.

En la sierra es una gran escuela para eso, porque hay muchas casas, hay casas de hombre,
casa de mujeres.

−Entonces el Mamo puede hacer consulta para dónde será el lugar más adecuado para
hacer la casa. Naturalmente ustedes deberán antes pensarlo y dialogarlo en comunidad.
Esto que trae el mamo es un consejo, no es una palabra que manda. Entonces, cuando
ustedes decidieran, vendría el mamo con la mujer. Pero para eso les da tiempo para llegar
a un acuerdo si quieren esa casa, de como la sueñan.

− Es que nos parece que una casa de unión es lo que realmente se necesita aquí

− y en todas las comunidades que comienzan a levantarse un trabajo tradicional o espiritual,


o de una nueva pedagogía de vida; para ello se necesita unión

−Mamo Senchina: Si yo aquí vi mucho frío, carajo viejito, mucho sufriendo, mejor vaya.
Entonces pa unión namás, maloca necesita, sí.
−En Bogotá cuanto componiendo: Montessori colegio componí.

−En el Colegio Montessori el mamo levanto una casa de pensamiento ahí, va a contar todas
las casas que ha levantado en Colombia.

−Mamo Senchina: Niños pa estudiar (en el colegio Montessori), coca señora levantó, Ana
María levantó, Octavio, David, tierra yo levantó; Sisquile, Richi levantó. Nevogá un señor
levantó; casi como diez casas. Ahora voy a levantar con Papu, ahora con Mateo y con
Cacho. Genge en Bogotá, todas casas quieren, yo les ayuda a levantar. Pero aquí kalpulli
gente también necesita, bueno, yo ayudo, cojo avión, pero con mujer, haba, sólo ya no más.
Ahora hay más preguntando Cuchavita, Suaye preguntando. Mañana yo preguntando, con
yatukwa para dónde levantar su casa de aquí

− Poco a poco, porque ellos primero tienen que hablar primero si quieren levantar esa casa,
y después.

− La ciencia de la casa es mediante estantillos o columnas. Hay de uno, dos y tres


estantillos. La primera casa es de uno, cuando esta comienza a querer caerse se ponen
dos estantillos y luego tres, después cuatro. Pero hay veces como sucedió con la venida
del Maestre de la Ferriere que es un proceso que se abre y es muy grande. Entonces ya no
hay que esperar mucho, porque espiritualmente ya están dados los permisos. Pero lo que
da la claridad para levantar la casa es el consenso.

− El consenso es que ¿forzosamente todos tienen que estar de acuerdo?

− Pues ahí uno tiene que entender como trabajan ellos. Pues eso sería la democracia. En
la sierra es teocracia y en el pueblo muiska se habla de la cosmogeocracia. Es como
entender que nosotros no tomamos decisiones, sino es que obedecemos. Cosmos porque
son decisiones que vienen de las estrellas, geo porque son energías de la tierra, y cracia
porque al final nosotros tomamos la decisión. Desde la cosmogeocracia, aunque uno no
esté de acuerdo, pero si arriba están de acuerdo y abajo están de acuerdo, pues el trabajo
se tiene que hacer. Desde la democracia había que lograr adaptarse a esas desiciones.

− ¿Qué es lo que se haría en una casa de pensamiento de unión, en una maloca como la
que propone el mamo Senchina?

− El principio es aprender a escuchar. Una casa se debe abrir para aprender a escuchar.

− Mamo Senchina: Entonces aquí, namás natural casa necesita, namás.


− El dice es lo único que necesitan.

− Mamo Senchina: Así si unión, no frio nada, ahí todos contentos danzando. A su mayor
hablando escuchando, así sin frio. Así yo pensando.

− Se levanta como con 20 personas.

− También se podría indagar como sería una casa de pensamiento propia del territorio de
aquí, buscar en libros, preguntarles a los abuelos, por ejemplo, con una forma muy
edificante es preguntarles a los campesinos, ellos son los que más saben de
bioconstrucción. Allá tienen la tapia, el bahareque, como hacer las canaletas, como curar
la madera. Puede que todavía exista un modelo replicable o puede que haya indicios y
ustedes digan, tomen esos indicios de varias casas para hacer la suya propia. Como tomar
de la casa wixárika, de los modelos de otros lugares, etc.

Entonces una comitiva, al principio nosotros hicimos comisiones, que, de financiamiento,


que, de seguridad, que, de ecología, etc. Pero nos dimos cuenta que eso no estaba
funcionando, que era sólo organizativo y así fue como decidimos hacer mochilas que es la
unión de lo orgánico y lo administrativo. Entonces, como la mochila esta tejida, en las
mochilas se teje el que siente, el que quiere, el que le toca. Porque por comisión se
designaría a un arquitecto para la construcción, pero si no lo desea…

También es importante sostener la casa. Porque sino se mantiene activa se puede caer, el
espíritu se va. Por ejemplo, el mamo vio muchas casas y dijo que el pasto estaba seco
porque no se prende fuego ahí.

− Mamo Senchina: Casa natural yo gente todo preguntando, casa sólo no tiene fuerza.
Persona junto, tiene fuerza, fuego junto, tiene fuerza. El fuego no prende, la paja daña, el
horcón daña. Entonces este (el fuego) prendido, no daña nada. Entonces el que no prende,
teepe daña, paja daña. Aquí todo enseñando llegando ¿no? Entonces, yo aquí consultando
en la noche, natural casa visitando aquí, pa unión. Entonces allá en la sierra, la unión con
cuatro fuegos. En la sierra este abuelo no paga nada. Toda la noche este así, todo el día
así. Este abuelo no paga nada. Pero aquí este abuelo no cuida nada. El magre este dejó
para cocinar, para calentar, para vivir bien. Entonces, este abuelo mucho sufriendo este.
Diciendo: “Yo necesito comida” ¿cuál comida, cuál carne? Otra vez voy a preguntar.

Porque antes Kalashe [el ancestro de los palos]

− ¿Qué significa mantener ese fuego, ¿cuál es la importancia del fuego de la casa?
− Lo que hace que la casa se muera es que pasen lapsos muy largos y que no haya un
compromiso comunitario de que se sostenga ese fuego. Entonces, pasa por todo de que,
hay quien traiga la madera física cada cierto tiempo. Pero también de que toda la comunidad
esté de acuerdo de que en ese fuego es de encuentro de diálogo y de escucha.

− El Mamo cuenta la historia de Kalashe que es el papá del palo y la mama Kalawi. Cuando
canta está comunicándose con los padres de los elementos para pedir permiso y ofrendar
para tomar de la tierra esos elementos, en este caso es el palo para alimentar el fuego.
Kakawigú es el que antes tomó sin permiso, pero después, aprende y compone y aprende
a ofrendar y tomar de Kalashe y mantener el alimento del fuego.

Entonces dice ¿Cuál es el alimento del fuego? Pues el palo, pero para tomar alimento del
palo se hace ofrenda y ese alimento es como la carne de la que se alimenta el fuego, con
pensamiento ¿no mamo?. Esos fuegos los mantienen vivos, encendidos sin apagar, por
generaciones y generaciones, son fuego muy antiguo que nunca se han apagado.

Entonces, respecto a la pregunta sobre la importancia del fuego como base para la casa de
pensamiento, justamente es encontrándose en comunidad, dónde lo alimenten en
pensamiento, en acuerdos. Y pues hay fuegos que nunca se apagan, porque los mamos
son los que mantienen esos fuegos. Mientras que pueden existir otros fuegos que se
dejaron durmiendo; ellos tienen las formas para que el fuego duerma en etapas, pero
cuando vuelven a encenderlos, con la misma braza se encienden. Son tecnologías
ancestrales, pero realmente el manejo del fuego es una decisión de la comunidad y para
que se utilice ese fuego, en qué momento se encenderá, hay que reconocer los tiempos
naturales. Según el propósito que se le ponga a la casa de pensamiento.

Por ejemplo, con nosotros, en la matriz muiska, hay como los tiempos naturales y que en
la medida en que nosotros nos sincronicemos con esos tiempos de la luna, de las estrellas
podremos empezar a saber los tiempos propicios para trabajar los aspectos de la
comunidad. Por ejemplo, una parte es el saber silencioso, que es encontrarse primero con
la madre, con la tierra, con el gran espíritu. Y ahí como que llega esa claridad para comenzar
los trabajos espirituales para cuidar el camino, y ahí llega el trabajo de pagar, de ofrendar.

− El diseño de la tulpa para los misak, parecido a como es el teepe. En la sierra Nevada
hay muchas casas de pensamiento. Pero todas las casas de pensamiento parten de un
solo fuego, un fuego central. En la tulpa ocurrió lo mismo, ahí esta el origen de la historia.
En la colonia se tuvo que desarmar todo porque vinieron los españoles y estaba en peligro
de desaparecer el fuego sagrado. Entonces se llevaron el fuego para la cocina. Y Ahí se
cuido por 500 años porque no se podía. Poco a poco las mujeres fueron relevando
entregando y entonces apenas se está mirando cómo es que esos fuegos vuelven a ocupar
el lugar que les corresponde. Entonces la tulpa, la cocina como centro de gobierno del hogar
les puede servir.

Pero entonces dijeron: ya nos dieron un cabildo, ya nos dieron una tierra, ya podemos volver
a dónde éramos, entonces, así como se trabaja en lo mental y en lo espiritual. El elemento
espíritu es el saber silencioso que es el fuego. Después del saber práctico, de como la
comunidad se encuentra, trabaja en pos de eso, hay un esfuerzo por lograr ese saber
silencioso. Enseguida es el saber del agua, que es el saber emocional que representa la
parte ceremonial. Es cuando se va compartiendo la medicina, el cacao, esas plantas. Se
trabaja a nivel de sanación, de limpieza.

Con los mamos en la sierra, si haces un trabajo más de limpieza, es con la historia personal,
es con el proceso, es algo muy profundo, es una medicina parar entregar a una dualidad,
padre, madre; positivo, negativo; se les entrega en pensamiento para abrir el camino, para
estar limpios, para que las generaciones que vienen tengan más oportunidades.

En la historia de mapuritu, se revela ese saber, es un huérfano espiritualmente hablando


que encuentra familia.

− ¿Cómo construiremos la casa? ¿dónde quedó guardado el fuego?


− Pues en la cocina.
− Ha, antes no se podía comer en la maloca
− Pues unamos las cosas, que ahí se pueda cocinar y también se pueda ceremoniar.

La tulpa se define en tres piedras, que parten de ese retorno de la cocina a lo ritual, que
siempre fue ritual en la cocina. Entonces eso queda hecho, al menos en el caso de nuestra
casa, eso humaniza mucho la casa ceremonial, porque es una casa donde están
bienvenidos los abuelos, los niños, los ancianos, como de alguien que simplemente quiere
ir a sentarse, lo que hablábamos del cowboy. La tulpa de la maloca viene siendo como al
norte es el temazcal del tipo cowboy. El temazcal cowboy es aquel temazcal en el que no
se realiza ceremonia bajo un linaje en específico, no se dicen las palabras tradicionales ni
los rezos, es un lugar donde se puede orar en silencio sin aludir a una tradición específica,
o simplemente se puede llegar a tomar un baño de vapor. La tulpa se basa más en el
acuerdo de lo que el grupo estableció como objetivo para su construcción, más que en las
diferencias y en los protocolos. Yo conozco muy pocas, porque uno va al Amazonas y allá
dicen: “No que aquí sólo mambeadero”. Y uno va a la sierra y también dicen: “Aquí sólo
casa ceremonial”. Pero uno va al kauka y todo se cambia ahí en una casa está todo y nadie
tiene que pedirle permiso a nadie. Nadie tiene que luchar por nada.

−Y que el fogón es un lugar sagrado. La casa es el fogón donde se cocina el alimento y es


como la escuela de ellos porque todo gira entorno al alimento, al cultivo.

Una parte importante en las reuniones para tomar acuerdo es el trabajo de la mujer, ella
entrega una bebida de piña y almidón de yuka que representa la palabra dulce también. No
está fermentada, sino que cuando el mambeadero con el mambe y ambil que están
pasando, digamos que se empieza a abordar el tema y llega un punto en que se pone muy
caliente, como que la palabra se sube. Entonces la mujer en ese momento comparte la
bebida kawani para endulzar la palabra; es muy importante la presencia de esa bebida
durante el mambeadero para que la palabra permanezca dulce, tranquila y para enfriar.

Aquí todo dejando semilla, conejo semilla, mapuritu semilla, Mamuba semilla, Kaskuama
semilla, Ñoña semilla, cacao semilla. Todo para vivir bien. Porque mi abuelo así le dio, para
vivir bien.

El mamo Ignacio Suaye, nos dijo acuérdense del mama Luka, porque el soñó que esto
sucedería y fue como se dio el tejido con el anciano Días Porta. Pensar en Ráquira que es
un pueblo, que es dónde está emergiendo la comunidad Muiska, que según Suaye,
después de haber venido acá, ahí hay una empatía, un vínculo muy fuerte entre el Teopantli
y Ráquira. Entonces para entender todo eso, un poquito más, lo que sucede cuento lo
siguiente:

Cuando en los 90’s estaban Ignacio, Cunchavita, estaba Wibi, varias personas en Bogotá
con esa curiosidad de despertar lo muiska y encuentran que hay abuelos, que hay cabildos,
pero que hay unos vacíos muy grandes y que no hay lengua, que no hay canto, que no hay
maneras culturales vivas, que están acabándose. Entones los primeros que llegan a
despertarlos son los huitotos del Amazonas. Entonces los huitotos llegan a Bogotá y
levantan una casa ceremonial en un jardín botánico que se llama la casa de la nueva
humanidad. Ahí enseñaron cantos. Con esos cantos le explicaron a Suaye que el día en
que el hombre blanco se sentara en la silla de conocimiento, ese día la humanidad iba a
restablecer su vínculo con la tierra y ellos se incluían ahí. Entonces ellos entregaron cantos,
danzas, pisaron la maloca, conjuraron, les enseñaron a mambear, les dieron la coca y el
tabaco.

Pero llego el momento en que les dijeron hasta aquí les podemos entregar, unas cosas son
de nosotros, otras quedan de ustedes, pero ustedes siguen incompletos. Ustedes tienen
que seguir indagando desde la ciencia del mambeadero como es que se van a levantar
como pueblo. Entones después de eso llegó un abuelo del Kauka, de los mamuy Misak, se
llama Juan Bautista Usan Yune. Un anciano que se hizo muy famosos porque cargaba una
obsidiana muy grande. Él fue reconocido porque iba contando por las universidades la
historia de la piedra del rayo. Él contaba que desde chiquito le comenzaron a hablar en los
sueños, la duenda y el duende del páramo, lo llevaban. Entonces a él toda la vida lo trataron
de loco en la comunidad. Hasta que un día le cayó el rayo y le entregaron esa piedra.
Entonces él hablaba con tata Siro y Tata Tombe que son la nube negra y la nube blanca y
curaba a la gente, comenzó a curar, empezó a aprender mucho de las plantas del páramo.

En un momento los espíritus le dicen váyase para Bogotá y ahí se encuentra con Wibi y
con Ignacio Suaye y les empieza a compartir su historia y se sienta en una universidad en
una lagunita que Valentina cuida y ahí construyen una casita que se llamaba la casita del
telar. Ahí llegó que no era sólo mambear, sino que también era tejer…

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