Sei sulla pagina 1di 2

LOS PUENTES ENTRE LA EDUCACION SEXUAL Y LAS

EMOCIONES

La educación sexual y la psicología de las emociones, pueden


parecernos difusos cuando en realidad, los puentes entre los dos
ámbitos son múltiples. Ambas disciplinas son jóvenes, rescatadas de
un baúl donde ciertas tendencias culturales los habían desterrado,
protegidas por cierto velo que impedía su estudio científico. Los
errores de nuestra mente hasta bien mediado el siglo XX. Por otra
parte, la educación sexual también resultaba asunto inamovible y
ajeno al estudio.

Por tanto, sólo recientemente se ha podido apartar estos velos de


ambos objetos de estudio, y como con otros tantos casos se ha roto
el encantamiento que hacía imposible el estudio de ambas realidades
y se ha podido comenzar a incorporar el análisis de la educación
sexual y el estudio de las emociones al ámbito científico. “Nueva
Psicología de las Emociones” es una forma de denominar la
extraordinaria cantidad de conocimiento que en los últimos años
hemos acumulado en torno a la emoción, podemos diferenciar tres
grandes ámbitos en los que ha fructificado el esfuerzo por entender la
afectividad humana: el estudio del cerebro y la fisiología de la
emoción, la observación del funcionamiento de la emoción en
psicoterapia, ofrecen implicaciones relevantes para la educación
sexual.

Ofrecer una definición de emoción que sea común a los tres ámbitos,
Una definición consensuada en diferentes ámbitos, la emoción como
un patrón de respuestas, fundamentalmente innato, disparado por
determinados estímulos pertinentes, que prepara al individuo para la
acción. Se concreta en cuatro tipos de respuestas: la reacción
fisiológica (capas internas de la piel, cambios cardiorrespiratorios,
cerebrales, endocrinos), una reacción conductual (cambios en la
expresión facial, en la posición del cuerpo), cambios en la cognición
(limitación o ampliación de diferentes recursos, ya sean atencionales,
perceptivos, de la memoria) y cambios subjetivos (existe una
percatación, un darse cuenta de que la emoción tiene lugar).

De esta forma, los sentimientos pueden diferenciarse según la


connotación hedónica (valencia positiva o negativa) y el grado de
activación (desde la excitación a la calma), situaciones relacionadas
con la sexualidad suelen ser escenarios propicios para la aparición de
intensas emociones. Los temores, los sentimientos de vergüenza y
culpabilidad, o el éxtasis y el placer son aspectos emocionales. Las
emociones también omnipresentes en los padres, en los maestros, en
los diseñadores de planes de educación sexual (el miedo a ciertas
conductas impulsivas de los jóvenes, conductas que despliegan, o el
afecto y el aprecio hacia los adolescentes que suele estar presente en
la escucha empática), sexualidad y emociones están también
vinculadas a las necesidades psicológicas humanas. En las
experiencias emocionales y sexuales con las que el ser humano lidia.
Las relaciones sexuales como en las emociones están implicadas una
dimensión evolutiva, una dimensión personal, una dimensión
comunicativa y una dimensión social. Es decir, ambas son
herramientas extremadamente útiles para la supervivencia.

De lo anterior, tanto las emociones como la sexualidad conllevan


impulsos para actuar, que buscamos regular en conformidad al
contexto específico y a una ética personal y social, es objetivo común
tanto de la educación sexual como de la educación emocional, la
percatación del impulso sexual, el corazón mismo de la subjetividad
de nuestra tendencia sexual, es en realidad un sentimiento. Es decir,
la experiencia del impulso sexual es indistinguible del proceso
emocional, la sexualidad es fundamentalmente emocional, los
conocimientos y habilidades de lo que ha venido denominándose
“Inteligencia Emocional” son por derecho propio aplicables a la
educación sexual.

Potrebbero piacerti anche