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I IV VII X
Recuerde el alma dormida, INVOCACIÓN Si fuese en nuestro poder Pues la sangre de los godos,
avive el seso y despierte hacer la cara hermosa y el linaje y la nobleza
contemplando Dejo las invocaciones corporal, tan crecida,
cómo se pasa la vida, de los famosos poetas como podemos hacer ¡por cuántas vías y inodos
cómo se viene la muerte y oradores; el alma tan gloriosa, se pierde su gran alteza
tan callando, no curo de sus ficciones, angelical, en esta vida!
cuán presto se va el placer, que traen yerbas secretas ¡qué diligencia tan viva Unos, por poco valer,
cómo, después de acordado, sus sabores; tuviéramos toda hora, ¡por cuán bajos y abatidos
da dolor; aquel sólo invoco yo y tan presta, que los tienen!;
cómo, a nuestro parecer, de verdad, en componer la cautiva, otros que, por no tener,
cualquiera tiempo pasado que en este mundo viviendo dejándonos la señora con oficios no debidos
fue mejor. el mundo no conoció descompuesta! se mantienen.
su deidad.
II VIII XI
Pues si vemos lo presente V Ved de cuán poco valor Los estados y riqueza,
cómo en un punto se es ido Este mundo es el camino son las cosas tras que andamos que nos dejen a deshora
y acabado, para el otro, que es morada y corremos, ¿quién lo duda?
si juzgamos sabiamente, sin pesar; que, en este mundo traidor No les pidamos firmeza,
daremos lo no venido mas cumple tener buen tino aun primero que muramos pues son de una señora
por pasado. para andar esta jornada las perdemos: que se muda.
No se engañe nadie, no, sin errar. de ellas deshace la edad, Que bienes son de Fortuna
pensando que ha de durar Partimos cuando nacemos de ellas casos desastrados que revuelven con su rueda
lo que espera andamos mientras vivimos, que acaecen, presurosa,
más que duró lo que vio, y llegamos de ellas, por su calidad, la cual no puede ser una
pues que todo ha de pasar al tiempo que fenecemos; en los más altos estados ni estar estable ni queda
por tal manera. así que cuando morimos desfallecen. en una cosa.
descansamos.
III IX XII
Nuestras vidas son los ríos VI Decidme: La hermosura, Pero digo que acompañen
que van a dar en la mar, Este mundo bueno fue la gentil frescura y tez y lleguen hasta la huesa
que es el morir, si bien usásemos dél de la cara, con su dueño:
allí van los señoríos como debemos, la color y la blancura, por eso no nos engañen,
derechos a se acabar porque, según nuestra fe, cuando viene la vejez, pues se va la vida apriesa
y consumir; es para ganar aquel ¿cuál se para? como sueño;
allí los ríos caudales, que atendemos. Las mañas y ligereza y los deleites de acá
allí los otros medianos Aun aquel Hijo de Dios, y la fuerza corporal son, en que nos deleitamos,
y más chicos, para subirnos al cielo, de juventud, temporales,
y llegados, son iguales descendió todo se torna graveza y los tormentos de allá,
los que viven por sus manos a nacer acá entre nos, cuando llega al arrabal que por ellos esperamos,
y los ricos. y a morir en este suelo de senectud. eternales.
do murió.
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JORGE MANRIQUE: Coplas por la muerte de su padre
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JORGE MANRIQUE: Coplas por la muerte de su padre
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JORGE MANRIQUE: Coplas por la muerte de su padre
XXXVII XL
»Y pues vos, claro varón, FIN
tanta sangre derramasteis
de paganos, Así, con tal entender,
esperad el galardón todos sentidos humanos
que en este mundo ganasteis conservados,
por las manos; cercado de su mujer
y con esta confianza, y de sus hijos y hermanos
y con la fe tan entera y criados,
que tenéis, dio el alma a quien se la dio
partid con buena esperanza, (el cual la dio en el cielo
que esta otra vida tercera en su gloria),
ganaréis.» que aunque la vida perdió,
dejonos harto consuelo
XXXVIII su memoria.
[RESPONDE EL MAESTRE]
XXXIX
[ORACIÓN]