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2. Visión:
Tener visión, tener metas para los adolescentes y vivir en la certeza de que se cumplirá la
visión aunque tarde un poco es la clave. (Habacuc 2: 2-3).
3. Plan:
Cada guerra tiene una estrategia. ¿Cuál será tu estrategia? (Prov. 24:1).
No podemos ir a la guerra con las armas del pasado, tenemos que usar armas
actualizadas que puedan derribar a nuestro enemigo del presente. Organícense, no
lleguen a la reunión sin preparación. Los adolescentes saben cuándo uno se prepara o lo
haces a última hora. Nuestras actividades tienen que llamarles la atención y que sea
algo que les ministre y les guste.
4. Persistencia:
No se desesperes, ya que no a todos los adolescentes les gusta trabajar. Dales palabras de
aliento en lugar de quejas. El tiempo llagará cuando ellos serán los líderes. ¿Cuánto oras
por ellos? Diles que ellos tienen mucho valor.
5. Paciencia:
Debemos entender que estamos trabajando con diferentes caracteres y que cada uno de tus
adolescentes es un mundo diferente. Ellos están pasando por una de las etapas más
difíciles en la vida y están experimentando muchos cambios hormonales y psicológicos.
Si logramos que un adolescente se quede en la iglesia de la edad de 12 a 18 años, ellos
servirán al Señor.
Nuestra meta en el ministerio es mantenerlos aunque ellos no sean los más espirituales.
Su tiempo llegará y el Espíritu Santo los tomará y transformará.
Trabajando con adolescentes
6. Espiritual:
Darle de comer carne y no sólo tiempos de juegos. Los juegos son muy importantes para
los adolescentes, pero también la palabra proclamada adecuadamente a su nivel, para la
mentalidad de los adolescentes, nunca debe faltar.
Mostrarle a Jesús como su único ayudador en este tiempo difícil. Decirles que él los
entiende y los ama a pesar de sus imperfecciones y fallas.
Discipular y desarrollar líderes entre ellos.
7. Fe:
Tengamos certeza de que Dios está con nosotros. Creer en los cambios de cada uno de tus
adolescentes. Por ello, es importante pasar tiempo con ellos y conocerlos. Esperar lo mejor
del grupo. Recordemos que Dios diariamente está perfeccionando la buena obra que ha
comenzado en tu vida y en la de cada uno de tus adolescentes.
Los adolescentes no sólo se ven diferentes a los niños, sino que piensan
muy distinto. Mientras los niños piensan en forma muy concreta, los
adolescentes al llegar a esta etapa se topan por primera vez, con la
capacidad de razonar en forma abstracta y de tener pensamientos
idealistas.
Los adolescentes como parte de todo este proceso que se está dando en
sus vidas llegar a darse cuenta que los adultos que una vez admiraron se
quedan muchas veces cortos para sus ideales, pueden notar fácilmente
con sus nuevas capacidades de razonamiento, las debilidades y las
inconsistencias en los adultos; algo que cuando niños no podían notar
tan fácilmente. Las personas para el adolescente caen de su pedestal y
ellos proceden a decirlo en alto y con frecuencia.
Los padres y líderes no deben tomar estas críticas a título personal sino
verlo como parte de esta etapa de desarrollo y tomarlo con sentido del
humor. Se espera que el adulto comprenda está característica del
adolescente y tenga paciencia, pero en ningún momento debe tolerar
ningún tipo de irrespeto. El adolescente tiene derecho a criticarnos, el
problema puede estar en la forma en que lo hace y en las actitudes y
acciones que preceden esa crítica. Los mandatos bíblicos de honrar a los
padres y sujeción a las autoridades deben establecerse con claridad en
las mentes de los adolescentes. Claro, puede ser que la crítica que esté
haciendo el adolescente sea cierta, por tanto, tengamos cuidado porque
Dios podría estarnos mostrando algo a través de ellos. Sí es así,
reconozcamos humildemente que el adolescente o la adolescente tiene
la razón.
Ahora en muchos casos las críticas van a ser infundadas y lo mejor que
puede hacer un líder es reconocer que estás siempre se van a dar.
Aunque recomiendo que el líder que ministra en este período de vida se
esfuerce en sumo grado en que su vida sea consistente, es decir, en vivir
Trabajando con adolescentes
lo que enseña. No se demanda perfección sino consistencia, esto
implica, una actitud humilde de saber reconocer nuestros errores y poder
disculparnos sincera y genuinamente cuando fallamos.
Entre más hablen los jóvenes creyentes acerca de sus propias teorías y
escuchen las de otras personas, más rápido llegarán al nivel de personas
maduras. A medida que los adolescentes maduran en sus procesos de
pensamiento, son más capaces de ser lo que Dios quiere que sean,
establecer relaciones adultas, ajustarse dentro de la sociedad para servir
al prójimo y darle la gloria a Dios y tener una ética cristiana que está
basada en las Sagradas Escrituras y que por tanto es consistente con los
principios observados en la naturaleza divina.
14. Viven para el presente. Mañana es un futuro lejano para ellos. La falta
de claras perspectivas de futuro ayuda en este sentido.
15. Buscan el placer y la gratificación. Muchas de sus decisiones son
tomadas en base a estos parámetros.
16. La edad de iniciación al consumo de tabaco, alcohol, drogas e incluso
las relaciones sexuales desciende constantemente.
17. Les molestan las reglas y las estructuras.
18. La rigidez de los géneros es menos específica para ellos (los
muchachos llevan pendientes y colas de caballo y las chicas visten como
chicos y hacen cosas hasta ahora consideradas “masculinas”)
19. La diversión y el entretenimiento pueden llegar hasta extremos
obsesivos.
20. Los compromisos con relación a la fe se toman en edades más tardías.
21. Estas expuestos a muchos estilos de vida diferentes, no sólo a través
de los medios de comunicación, sino también por medio de sus
compañeros.
22. La fe se imparte más por medio de relaciones interpersonales que por
las estructuras tradicionales.
23. La dificultad para orientarse y tomar decisiones morales es creciente.
24. A pesar de todos los mitos, la familia, cuando esta ejerce como tal
sigue siendo la principal influencia en sus vidas.
Trabajando con adolescentes
25. Desconfían de los adultos pero al mismo tiempo buscan relaciones
significativas con ellos.
26. Los jóvenes se fragmentan en grupos cada vez más definidos.
27. Los amigos continúan siendo una de las cosas más importantes.
28. Carecen de héroes, tan sólo tienen ídolos.
29. Su cosmovisión puede ser muy ecléctica, sosteniendo en ocasiones
valores opuestos y contradictorios.