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Trabajando con adolescentes

Siete requisitos para trabajar con


adolescentes
1. Debe tener un llamado:
Muchas veces estamos como líderes porque no había alguien más que pudiera llevar este
título. Si no está nuestro corazón con los adolescentes quizás no es el mejor lugar donde
deberíamos estar.

2. Visión:
Tener visión, tener metas para los adolescentes y vivir en la certeza de que se cumplirá la
visión aunque tarde un poco es la clave. (Habacuc 2: 2-3).

3. Plan:
Cada guerra tiene una estrategia. ¿Cuál será tu estrategia? (Prov. 24:1).
No podemos ir a la guerra con las armas del pasado, tenemos que usar armas
actualizadas que puedan derribar a nuestro enemigo del presente. Organícense, no
lleguen a la reunión sin preparación. Los adolescentes saben cuándo uno se prepara o lo
haces a última hora. Nuestras actividades tienen que llamarles la atención y que sea
algo que les ministre y les guste.

En la reunión seamos originales y no religiosos, ellos quieren invitar a sus amigos no


cristianos a la reunión.

4. Persistencia:
No se desesperes, ya que no a todos los adolescentes les gusta trabajar. Dales palabras de
aliento en lugar de quejas. El tiempo llagará cuando ellos serán los líderes. ¿Cuánto oras
por ellos? Diles que ellos tienen mucho valor.

5. Paciencia:
Debemos entender que estamos trabajando con diferentes caracteres y que cada uno de tus
adolescentes es un mundo diferente. Ellos están pasando por una de las etapas más
difíciles en la vida y están experimentando muchos cambios hormonales y psicológicos.
Si logramos que un adolescente se quede en la iglesia de la edad de 12 a 18 años, ellos
servirán al Señor.

Nuestra meta en el ministerio es mantenerlos aunque ellos no sean los más espirituales.
Su tiempo llegará y el Espíritu Santo los tomará y transformará.
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6. Espiritual:
Darle de comer carne y no sólo tiempos de juegos. Los juegos son muy importantes para
los adolescentes, pero también la palabra proclamada adecuadamente a su nivel, para la
mentalidad de los adolescentes, nunca debe faltar.
Mostrarle a Jesús como su único ayudador en este tiempo difícil. Decirles que él los
entiende y los ama a pesar de sus imperfecciones y fallas.
Discipular y desarrollar líderes entre ellos.

7. Fe:
Tengamos certeza de que Dios está con nosotros. Creer en los cambios de cada uno de tus
adolescentes. Por ello, es importante pasar tiempo con ellos y conocerlos. Esperar lo mejor
del grupo. Recordemos que Dios diariamente está perfeccionando la buena obra que ha
comenzado en tu vida y en la de cada uno de tus adolescentes.

¿Cómo piensan los adolescentes?


Para muchos adultos el pensamiento del adolescente puede resultar
inmaduro, esto no es por simple antojo o capricho; más bien se debe al
hecho de que el proceso de desarrollo intelectual aún se encuentra en
una etapa muy temprana, esto desde múltiples puntos de vista, ya sea el
biológico, el psicosocial o el espiritual.

Los adolescentes no sólo se ven diferentes a los niños, sino que piensan
muy distinto. Mientras los niños piensan en forma muy concreta, los
adolescentes al llegar a esta etapa se topan por primera vez, con la
capacidad de razonar en forma abstracta y de tener pensamientos
idealistas.

Los aspectos biológicos en esta etapa de la vida influyen fuertemente en


el pensamiento y la conducta de los muchachos y muchachas. Los
adolescentes a diferencia de los adultos no han alcanzado la madurez
del córtex prefrontal, es decir, la parte del cerebro encargada de tomar
juicios sosegados y racionales. Mientras el sistema límbico que se
encuentra relacionado con las emociones se encuentra en esta etapa de
la vida en plena hiperactividad. Mucho de esto explica el por qué muchos
jóvenes parecen disfrutar del peligro y de las sensaciones extremas.
También algunos científicos sugieren que el aumento de testosterona
durante la pubertad puede influir considerablemente en el desarrollo de la
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amígdala (tejido del sistema límbico implicado en el control de las
emociones) lo que puede explicar la mayor irritabilidad y agresividad que
muestran muchos adolescentes.

Por otra parte, el proceso de revestimiento de las células nerviosas no es


completado sino hasta los 18 años; un proceso estrechamente
relacionado con la madurez intelectual. Con respecto a esto, algo
interesante es el hecho de que muchos creen que las mujeres terminan
este proceso antes que los varones, pudiendo ser está la razón por la
cual las chicas tienden a ser más maduras que los chicos de su misma
edad.

Los adolescentes como parte de todo este proceso que se está dando en
sus vidas llegar a darse cuenta que los adultos que una vez admiraron se
quedan muchas veces cortos para sus ideales, pueden notar fácilmente
con sus nuevas capacidades de razonamiento, las debilidades y las
inconsistencias en los adultos; algo que cuando niños no podían notar
tan fácilmente. Las personas para el adolescente caen de su pedestal y
ellos proceden a decirlo en alto y con frecuencia.

Los padres y líderes no deben tomar estas críticas a título personal sino
verlo como parte de esta etapa de desarrollo y tomarlo con sentido del
humor. Se espera que el adulto comprenda está característica del
adolescente y tenga paciencia, pero en ningún momento debe tolerar
ningún tipo de irrespeto. El adolescente tiene derecho a criticarnos, el
problema puede estar en la forma en que lo hace y en las actitudes y
acciones que preceden esa crítica. Los mandatos bíblicos de honrar a los
padres y sujeción a las autoridades deben establecerse con claridad en
las mentes de los adolescentes. Claro, puede ser que la crítica que esté
haciendo el adolescente sea cierta, por tanto, tengamos cuidado porque
Dios podría estarnos mostrando algo a través de ellos. Sí es así,
reconozcamos humildemente que el adolescente o la adolescente tiene
la razón.

Ahora en muchos casos las críticas van a ser infundadas y lo mejor que
puede hacer un líder es reconocer que estás siempre se van a dar.
Aunque recomiendo que el líder que ministra en este período de vida se
esfuerce en sumo grado en que su vida sea consistente, es decir, en vivir
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lo que enseña. No se demanda perfección sino consistencia, esto
implica, una actitud humilde de saber reconocer nuestros errores y poder
disculparnos sincera y genuinamente cuando fallamos.

Debido a que son más conscientes de la multiplicidad de opciones que


ofrece la vida, a los adolescentes les cuesta ajustar sus mentes, y
presentan un cierto grado de indecisión aún en cosas que pueden ser tan
simples como salir de paseo con un amigo o hacer una tarea escolar.
Son frecuentes en ellos preguntas como: "¿a dónde voy?", "¿qué me
pongo?", etc. Es normal que un adolescente no sepa realmente que es
lo que quiere y que en muchos casos este realmente confundido.

A muchos pueden parecerles hipócritas debido a que no reconocen


muchas veces las diferencias entre expresar un ideal y vivirlo. Por
ejemplo, pueden estar en un grupo ecológico y al mismo tiempo botar
basura en la calle, o querer ser deportistas y al mismo tiempo fumar,
tomar licor o hacer cualquier otra actividad que atente contra su físico.
Parte del crecimiento incluye comprender que pensar no hace que las
cosas se hagan, que se debe hacer vivencial lo que se propugna con los
labios, y que esto debe ser consistente en todo momento.

Por otro lado, al adolescente le encanta discutir, es su manera de


practicar nuevas destrezas. Es común que se discuta por las cosas más
comunes como el uso del teléfono, permisos para salir, citas con el sexo
opuesto, el volumen de la música, etc. Los padres deben animarles a
acrecentar sus capacidades de razonamiento sin crear riñas familiares; y
dejar en claro los límites de las cosas no negociables.
El líder eclesial debe aprovechar este aspecto para ayudar al crecimiento
espiritual de los jóvenes y las jóvenes presentándole en clase casos y
problemáticas donde pueda dar sus puntos de vista, valorar las
posiciones de otros, incluyendo la perspectiva cristiana (que debería ser
más madura) del líder eclesial. Debido a que su pensamiento moral está
íntimamente ligado al área espiritual, debemos darles la oportunidad de
hablar, interpretar y representar dilemas morales y exponerles

Ante las diversas formas de pensamiento, ayudándoles a hacer una


síntesis de su fe y la realidad en que vivimos. Empleemos el humor,
elogiemos sus análisis; escuchemos (y no nos escandalicemos por
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alguna posición que nos resulte contraproducente), preguntemos sus
opiniones, desafiemos, formulemos preguntas y contradigamos; sin
olvidar que en todo esto debemos depender del Señor, es mucha la
responsabilidad que nos ha puesto en nuestras manos.

Tienen una forma especial de egocentrismo. Creen que son especiales,


que su experiencia es única y que no están sujetos a las reglas que rigen
el resto del mundo. Piensan que se hallan protegidos de los peligros. Ej.
"yo no voy a quedar embarazada", "a mí no me van a asaltar", "yo no
voy a volverme alcohólico", etc. Hay una supuesta inconsciencia de
invulnerabilidad "estás cosas les suceden a otros pero no a mí",
debido a esto los adolescentes muchas veces se comportan en forma
destructiva y arriesgada.
Pocas veces acepta los principios del libro de Proverbios que nos llaman
a la sana prudencia, por esto considero que este valor bíblico debe ser
enseñado aún con mayor intensidad a nuestros adolescentes.

Entre más hablen los jóvenes creyentes acerca de sus propias teorías y
escuchen las de otras personas, más rápido llegarán al nivel de personas
maduras. A medida que los adolescentes maduran en sus procesos de
pensamiento, son más capaces de ser lo que Dios quiere que sean,
establecer relaciones adultas, ajustarse dentro de la sociedad para servir
al prójimo y darle la gloria a Dios y tener una ética cristiana que está
basada en las Sagradas Escrituras y que por tanto es consistente con los
principios observados en la naturaleza divina.

Algunas características de los adolescentes


postmodernos
1. El número de jóvenes que crecen en familias disfuncionales aumenta de
forma constante.
2. Son hijos de una generación que se ha esforzado por darles un mayor
confort y prosperidad económica.
3. Se dan cuenta que las generaciones previas fallaron en sus intentos por
cambiar el mundo, por tanto, ellos han desistido de ese empeño y tratan
de sacarle el mayor provecho posible a la situación actual.
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4. La “era de la literatura” como principal medio para transmitir las
verdades bíblicas es para ellos algo del pasado.
5. No procesan la información en la misma forma que las generaciones
anteriores. No olvidemos que son hijos de la sociedad de la
comunicación.
6. Para ellos la verdad es algo más experimental que proposicional.
7. Su capacidad para escuchar y seguir sermones y charlas es muy
limitada. Su capacidad de atención es muy corta.
8. Son hijos de la era electrónica.
9. Están mucho más estimulados que cualquier generación previa:
o Tienen acceso a mucha más información.
o Mucho más acceso a diferentes opciones y estilos de vida.
o Están sobre estimulados, especialmente por los medios de
comunicación
o Son, sin embargo:
 Menos sabios aunque más informados.
 Más desorientados aunque con más opciones.
10. Consideran como simple ruido y se desconectan de todo aquello que
perciben como irrelevante.
11. No hay grandes esperanzas de que el futuro vaya a ser mejor para
ellos. No creen en el mito del progreso constante.
12. Tienen muy poca autoestima.
13. En muchos casos sus vidas están tremendamente organizadas debido a
las necesidades de padres que trabajan.

14. Viven para el presente. Mañana es un futuro lejano para ellos. La falta
de claras perspectivas de futuro ayuda en este sentido.
15. Buscan el placer y la gratificación. Muchas de sus decisiones son
tomadas en base a estos parámetros.
16. La edad de iniciación al consumo de tabaco, alcohol, drogas e incluso
las relaciones sexuales desciende constantemente.
17. Les molestan las reglas y las estructuras.
18. La rigidez de los géneros es menos específica para ellos (los
muchachos llevan pendientes y colas de caballo y las chicas visten como
chicos y hacen cosas hasta ahora consideradas “masculinas”)
19. La diversión y el entretenimiento pueden llegar hasta extremos
obsesivos.
20. Los compromisos con relación a la fe se toman en edades más tardías.
21. Estas expuestos a muchos estilos de vida diferentes, no sólo a través
de los medios de comunicación, sino también por medio de sus
compañeros.
22. La fe se imparte más por medio de relaciones interpersonales que por
las estructuras tradicionales.
23. La dificultad para orientarse y tomar decisiones morales es creciente.
24. A pesar de todos los mitos, la familia, cuando esta ejerce como tal
sigue siendo la principal influencia en sus vidas.
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25. Desconfían de los adultos pero al mismo tiempo buscan relaciones
significativas con ellos.
26. Los jóvenes se fragmentan en grupos cada vez más definidos.
27. Los amigos continúan siendo una de las cosas más importantes.
28. Carecen de héroes, tan sólo tienen ídolos.
29. Su cosmovisión puede ser muy ecléctica, sosteniendo en ocasiones
valores opuestos y contradictorios.

Evaluación de nuestra propia iglesia


¿En qué medida estas características están presentes en los adolescentes
de nuestras congregaciones?

Implicaciones para el trabajo con adolescentes


 Ayudarles a clarificar la experiencia de conversión.
 Ayudarles a relacionar la Biblia con su vida cotidiana
 Ayudarles a participar, preguntar, dudar, cuestionar y no estar de
acuerdo.

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