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Plegarias

Desde los senderos mexicanos


Abdiel Espinoza González
(Compilador)
Antonio Altamirano Trujillo
Priscila Barredo Pantí
Abdiel Espinoza González
Diana León Hernández
Alejandra Ortiz Chacón
Carmen Pérez de Camargo
Samuel Rodríguez Tapia
Aarón Daniel Ruiz González
Andrés Emiliano Sierra Martínez
Ruth N. Valencia Arona
Damaris Juárez Bendito
Plegarias. Desde los senderos mexicanos.

© Nos y otros, 2017


Tecate, Baja California, México

Diseño: Diana León Hernández

Las fotografías de esta obra son libres de derechos


de autor.

Nos y otros es un esfuerzo editorial virtual y comunitario.


Introducción
E l año 2017 inició particularmente agitado económica y políticamente para
México. Al alza de los costos de la gasolina, y la posterior inflación, se agregó
al descontento social acumulado en los últimos años del sexenio en turno.
Ayotzinapa, la Casa Blanca, la guerra contra el narcotráfico, el abuso que
sufren los inmigrantes centroamericanos en México, la violencia contra las
mujeres, la criminalización de la protesta y las reformas estructurales forman
parte de la lista de puntos en contra que han desgastado a la administración
federal actual.
Como resultado, la sociedad civil ha reaccionado. Son destellos que nos
permiten imaginar el comienzo de un proceso de organización para exigir al
gobierno federal y a los gobiernos estatales, rendición de cuentas y gobiernos
en favor de la ciudadanía y no de los intereses personales o partidistas.
Por si no fuera poco, la situación empeoró a raíz de los cambios en la política
exterior de los Estados Unidos. La presión directa y violenta que la nueva
administración estadounidense comenzó a ejercer a México, y la tibia
respuesta del titular del Ejecutivo, exhibió la aparente incapacidad del
gobierno federal para enfrentar la crisis satisfactoriamente. A consecuencia de
todo esto, la aceptación presidencial cayó a límites históricos jamás visto.
En medio de este contexto brevemente expuesto ¿Qué hacer como pueblo de
Dios en un país como México? ¿Será que estas realidades triunfarán a pesar de
todos los esfuerzos por frenarlas? Como discípulos y discípulas de Jesús
decimos no. Creemos y proclamamos a Jesús como el Señor, no sólo de
nuestras vidas en términos privados o espirituales, sino en toda la complejidad
de nuestra realidad. ¿Pero eso qué significa?
Las Escrituras nos ayudan a mantener la perspectiva y nos ofrecen un marco
para cómo vivir a la luz de la fe en Jesús. Previo a lo que conocemos como la
“Gran Comisión”, Jesús dice a sus discípulos primero: “Toda autoridad me ha
sido dada en el cielo como en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las
naciones”. 1 Puesto que Jesús es el Señor de todo, el Reino de Dios ha llegado y
está entre nosotros. Como escribió Pablo a los Corintios: “Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los
hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la
reconciliación”. 2 El Reino
…es Jesucristo y, a través de la iglesia, la reconciliación de todas las
cosas con él. Para el presente, es el crecimiento en el mundo de la gracia,
el gozo, la salud, la paz y el amor vistos en Jesús. […] Sus verdades y
valores son aquellos que enseñó y vivió Jesucristo, y que entregó al
núcleo de sus seguidores. Este reino se manifestará completamente
cuando Jesucristo regrese a la tierra en poder y en gloria. 3.

1 Mateo 28,18-19.
2 2 Corintios 5,19.
3 Howard A. Snyder, La comunidad del Rey. (Buenos Aires: Ediciones Kairós, 2005), 6. 5
¿Cuál es el papel de la iglesia como agentes del Reino? Definitivamente no es la
pasividad, el escapismo o la evasión de estos problemas. Al contrario, es el
compromiso activo con Jesucristo mismo a ser sus testigos, por el poder del
Espíritu, en nuestro contexto inmediato con lo que decimos, somos y hacemos.
En el Evangelio según Juan, leemos: “Jesús les dijo otra vez: “Paz a ustedes;
como el Padre Me ha enviado, así también Yo los envío.” 4 ¿Cómo vivir este
llamado a la luz de nuestros contextos donde la violencia, la injusticia, la
corrupción, el abuso y la impunidad imperan? Haciendo la misión como Jesús,
encarnándonos en el lugar que Dios nos ha puesto en este país para testificar
como iglesia a nuestros vecinos, familiares, amistades, compañeros de escuela
y trabajo la esperanza que tenemos en Jesucristo nuestro Señor. ¿Cómo? La
respuesta es tarea de cada individuo y congregación local.
Como iglesia, no podemos negar que también hemos padecido por los
problemas que afectan a nuestro país y ciudades. No estamos exentos de sufrir
los estragos de la sociedad. Aunque nuestra confianza está en Dios, en su
cuidado y sustento, somos también parte de la sociedad y estamos llamados y
llamadas a ser agentes del Reino en ella. En este libro asumimos que la misión
de la iglesia es integral, lo que significa:
“Cuando la iglesia se compromete con la misión integral y se propone
comunicar el evangelio mediante todo lo que “es”, “hace” y “dice”,
entiende que se propósito no es llegar a ser grande en número, o rica
materialmente, o poderosa políticamente. Su propósito es encarnar los
valores del Reino de Dios y testificar del amor y la justicia revelados en
Jesucristo, en el poder del Espíritu, en función de la transformación de la
vida humana en todas sus dimensiones, tanto a nivel personal como a
nivel comunitario” 5.
En medio del contexto mexicano, con sus matices regionales, hay cristianos y
cristianas que han decidido involucrarse y comprometerse, como parte integral
del llamado a ser agentes del Reino, con los diferentes movimientos y
organizaciones civiles en busca de cambios que traigan paz, justicia y cuidado
de los más indefensos. También es cierto que hay quienes han preferido
mantenerse al margen y continuar sus vidas privadas, familiares y eclesiales
como si no pasara nada. Como consecuencia de estas dos posturas, podemos
encontrar, lamentablemente, algunas ocasiones fricciones entre miembros de
la iglesia. Sin embargo, en este libro queremos dar un salto en busca de unidad
por medio de la oración. Reconociendo la necesidad de orar para que el Señor
siga extendiendo su Reino y actuar en nuestro contexto acorde a esa realidad.

Esperamos que Plegarias desde los senderos mexicanos ayude al pueblo de


Dios que desea orar pero no saben cómo o por donde iniciar. Este texto no
pretender convertirse en un manual rígido sino una invitación a orar con
hermanos y hermanas que ya lo están haciendo. A cada una de las plegarias le
antecede un texto bíblico, cada participante eligió una porción de las Escrituras
para orar. Una fotografía enmarca los versículos ayudándonos como puente
entre texto-contexto-oración.

4
Juan 20,21.
5 René C. Padilla, “¿Qué es la misión integral?”, Serie DEL CAMINO, Número 1 (2006): 15-16. 6
Cada una de las treinta plegarias compiladas en este texto han sido escritas
desde el caminar cotidiano por personas que representan un amplio espectro
del panorama evangélico mexicano, hombres y mujeres de diversas ciudades
del país. Estas oraciones son un testimonio de la búsqueda de Dios en desde
los diferentes contextos regionales. Son oraciones hechas a un Dios que
escucha, ve el mundo y que actúa en la historia. Oran pidiendo que Dios
intervenga frenando la maldad, proteja a los desamparados y juzgue a los
opresores y violentos. Aquí también hay oraciones de arrepentimiento por la
insensibilidad de la iglesia ante el dolor del país, por las actitudes que nos han
hecho cómplices de los males que nos aquejan y por no ser testigos y testigas
de Jesús fieles en este tiempo. Otras son oraciones pidiendo dirección para que
Dios nos ayude a discernir las mejores decisiones como iglesia e individuos en
nuestro contexto local. Finalmente también hay plegarias solicitando fuerzas
al Señor para que, por medio de su Espíritu, seguir firmes y fieles a él en
nuestras actividades sin caer en las tentaciones del poder, la corrupción o
indiferencia. En el fondo de todas estas oraciones también hay ecos de un
clamor que ora y dice: “Ven Señor Jesús, ven”. .

Abdiel Espinoza González

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9
Y perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores.
Mateo 6:12 (RVR1960)
“Tú nos escuchas”

P adre nuestro, que estás en los cielos, a ti


clamamos hoy. Acerca tu cielo a la tierra. Tú
conoces las cargas de nuestro corazón, los
motivos de nuestro dolor y angustia. Has visto la
injusticia de los que desobedecen tus caminos, y
la indiferencia de los que dicen temerte. Tú
conoces, Padre, las deudas que tenemos frente a
ti. Perdónalas. Restáuranos, ayúdanos a
descubrir la esperanza de un nuevo comienzo
contigo. Sin rencores, sin pena, sin la culpa por
lo mucho que te hemos ofendido. Restituye a los
agraviados, y llénanos de fuerza, porque
nosotros también restituiremos. Nosotros
también perdonaremos las deudas, pero no
olvidaremos las ofensas. Nosotros también
restauraremos las relaciones que han sido
rotas, buscando tu reino y su justicia. Libéranos,
quita el yugo de la deuda, y nosotros también
quitaremos las cargas que oprimen a los
pobres. Así buscaremos un mundo nuevo,
enderezaremos nuestro andar. Guíanos en el
camino del perdón, de la renovación y de la
justicia. Sabemos que cuando clamamos Tú nos
escuchas, que nos acompañas y estás con tu
pueblo. Por eso pedimos, Padre Nuestro,
acércate a nosotros, restitúyenos y acerca tu
cielo a la tierra. Amén.

AESM

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¿Hablan ustedes en verdad justicia, oh poderosos?
¿Juzgan rectamente, hijos de los hombres?
No, pues en el corazón cometen iniquidad;
La violencia de sus manos reparten en la tierra.

Salmos 58-1-2:12 (NBLH)


“Tú sigues al control”

S eñor, mira nuestro país, escucha nuestra


voz, comparte nuestro dolor. ¡Estamos hartos de
las injusticias de los poderosos!
Estamos hartos, incluso de nuestras propias
injusticias que como nación hemos cometido
hacia Ti.
Queremos ver tu justicia plenamente en la
tierra, pero ayúdanos a entender que se trata
de TU justicia y no la nuestra. Ayúdanos a
entender como los sucesos diarios que leemos en
el periódico y en las noticias no son el fin, ni
tienen la última palabra y que Tú sigues al
control de tu mundo, de la historia, de la
creación y del cosmos.
¡Sigue siendo Señor! Hazte visible en medio
nuestro y de las circunstancias.
Muéstrate Poderoso en medio de los poderosos,
engrandece Tu nombre. Ayúdanos a entender
como encajamos en este mundo y ayúdanos a
ser valientes y estar del lado de Tu justicia.
Dirige nuestro corazón a la honestidad, el
perdón y la fe. ¡Sigue siendo Señor!
Amén

RNVA

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Nuestras tierras y nuestra patria
han caído en manos de extranjeros.
¡Hasta el agua y la leña tenemos que pagarlas!

Lamentaciones 5: 2 y 4 (TLA)
“Alienta la esperanza y la fe”

A mado Dios, eres nuestro protector, la roca


que nos da refugio, nos libras del temor y la
injusticia. Te alabamos y glorificamos. Nos
acercamos a ti, exponiéndote la situación de
nuestro país, para clamar por tu orientación y
ayuda. Nuestras niñas, niños, adolescentes y
jóvenes no cuentan con un futuro prometedor.
Nuestros yacimientos petroleros y mineros,
nuestras tierras, nuestro viento, la producción
de energía eléctrica son vendidos o alquilados a
países extranjeros. Las ganancias se reparten
entre los miembros de la clase gobernante y las
pérdidas tienen que ser pagadas por la clase
trabajadora. Nuestra patria se ha convertido en
un mercado que vende al mejor postor, reduce
o niega servicios básicos a quienes más los
necesitan, eleva costos y afecta el patrimonio de
toda la ciudadanía. Señor guíanos para saber
qué hacer, enséñanos a ser promotores del
cambio en lugar de víctimas. Muéstranos la
salida, danos las capacidades necesarias para,
sin recurrir a la violencia, recobrar la vida en
abundancia que tú hiciste posible al hacerte
humano y al regalarnos esta abundante tierra.
Refuerza entre nosotros la ayuda mutua y
solidaria. Alienta la esperanza y la fe en ti en
toda la población. Eres Dios con nosotros. Amén

CPC

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“Así dice el SEÑOR Todopoderoso: Practiquen la justicia,y sean
verdaderamente justos. Que haya bondad y compasión entre
ustedes.”

Zacarías 7:9 (PDT)


“Nuestra justicia”

D ios, te damos gracias porque no te


limitaste a hablar en contra de las injusticias,
sino que enviaste a tu Hijo para demostrar
cómo combatirlas. Nos ponemos en tus manos
para que hagamos lo que debemos respecto a la
justicia en nuestro tiempo y en nuestro entorno.
Te pedimos que nos sensibilicemos ante el dolor
ajeno a causa de las injusticias, y nos
solidaricemos en sus cuitas cotidianas. Oramos
para que las personas en función de
administrar y ejercer la justicia, en todos los
niveles y poderes, cumplan a cabalidad su
encomienda, que la entiendan como convicción
y vocación de vida, y no un simple trabajo
administrativo y/o vía de enriquecimiento.
Intercedemos para que las fuerzas del orden
público no vean en los necesitados y
demandantes de justicia a enemigos a quienes
combatir, sino a hermanos con quienes
empatizar y unirse a sus justas demandas.
Suplicamos por quienes legislan, para que su
labor se oriente hacia el servicio y atención de
quienes representan, y no de las élites que
oprimen. Gracias por enviar a Jesús a ser
nuestra justicia. Amén

JAAT

17
18
Los delitos de Israel han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Venden al justo por monedas,
y al necesitado, por un par de sandalias.
Pisotean la cabeza de los desvalidos
como si fuera el polvo de la tierra,
y pervierten el camino de los pobres.

Amós 2: 6-7 (NVI)


“Rogándote que intervengas”

D ios Creador, Dios de todo lo que existe, con


agradecimiento por el regalo de la diversidad
venimos ante ti reconociendo la riqueza que nos
has dado en este país con más de 60 grupos
étnicos que constituyen 15 millones de
mexicanas/os, y los 65 idiomas y lenguas
indígenas que nos representan. Con todo,
admitimos que como sociedad no hemos
honrado ni valorado a nuestros pueblos, que
hemos menospreciado sus aportes,
conocimientos y espiritualidades y que, de
distintas maneras, hemos sido cómplices de la
desigualdad e injusticia que viven nuestras
hermanas y hermanos indígenas a causa del
racismo, la discriminación y el clasismo
también presente en nuestras iglesias. Por esto,
pedimos perdón, y asumimos nuestro papel
como voz profética, rogándote que intervengas
en las luchas por quienes han sido despojados y
desplazados de sus tierras; por la liberación de
hombres y mujeres indígenas que han sido
encarcelados/as injustamente; por el
esclarecimiento de hechos violentos,
desapariciones y asesinatos contra nuestras
hermanas/os en las zonas rurales; por la
igualdad de oportunidades para las niñas y
niños de estas regiones. También te pedimos
que nos acompañes para que, como tu iglesia,
sembremos esperanza en cada persona, cada
pueblo, cada lugar de nuestro país que ha sido
herido y olvidado. ¡Acompáñanos, Dios de todos
los pueblos! Camina a nuestro lado,
¡fortalécenos! Amén.
PBP

20
Concebimos, tenemos dolores de parto,
pero damos a luz puro viento;
ninguna liberación hacemos en la tierra.
Isaias 26:18 (RVR1960)
“Confiar y perseverar en ti Señor”

C omo un joven que hace alardes


de la potencia de su auto
frente a la quietud de las aves,
así hemos sido delante de ti Señor.

Construimos refugios secretos para


nuestras tinieblas
que luego nos sorprenden.
Son nuestros anhelos,
nos enredamos con ellos.
Es nuestra visión inconsistente de la vida:
mascota tierna que se vuelve bestia
incontrolable, dolor agudo;

¿Debemos escondernos por un tiempo


y cerrar las puertas, hasta que pase la
indignación?
¿Debemos identificar cuando tu mano alzada
signifique azote, juramento o recompensa?
¿Debemos desear tu juicio antes que la rutina?
¿Debemos aprender a buscar justicia,
a guardar verdades
a concebir y tener dolores de parto?
¿Debemos esperar a que demos a luz alguna
liberación
y no tan solo viento?
Necesitamos confiar y perseverar en ti Señor:
¡fortaleza de los siglos!

SRT

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Pisotean a los pobres, robándoles el grano con impuestos y
rentas injustas. Por lo tanto, aunque construyan hermosas
casas de piedra, nunca vivirán en ellas. Aunque planten
viñedos exuberantes, nunca beberán su vino.
Amós 5:11 (NTV)
“…que nuestro vivir sea
un reflejo de tu amor”

P adre nuestro ¡clamamos a ti! En este día,


escucha nuestro gemir por el dolor de nuestro
pueblo, un pueblo que ha sufrido tanto, por la
opresión y la avaricia de poder, donde más de la
mitad viven en pobreza, sin poder siquiera
imaginar un escenario diferente a su realidad.
Señor trae justicia a esta nación, mientras
gobernantes comen en banquetes a expensas
del esfuerzo e impuestos del pueblo, éste padece
de hambre. Padre nuestro, perdónanos porque
también hemos participado con nuestra
manera de vivir, por buscar nuestra comodidad
sin voltear a ver el costo social, por favor,
mueve a tu iglesia a actuar, no podemos seguir
siendo indiferentes ante tal injusticia, porque
nos has mandado a hacer juicio y justicia, y
librar a la persona oprimida de mano de quien
la esclaviza. Ayúdanos a establecer tu reino en
esta tierra, ayúdanos a luchar por la restitución
de los derechos que les han sido quitados y que
nuestro vivir sea un reflejo de tu amor. ¡Sí Seño
ayúdanos! Amén

DJB

24
Yo, el Señor, he dicho: Practiquen la justicia y el derecho.
Libren de sus opresores a los oprimidos. No engañen ni roben
al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda. No derramen sangre
inocente en este lugar.
Jeremías 22: 3 (RVC)
“Que tu justicia brille como
el sol de mediodía”

S eñor de señores, Fuente de amor, ¡A ti


clamamos! Venimos ante tu presencia
implorando que tu justicia brille como el sol de
mediodía en medio de la creciente maldad e
impunidad que impera en las esferas de poder
de nuestro país. Mira las redes de corrupción
que se han tejido de punta a punta en esta
nación, redes hechas por el Estado, el
narcotráfico, y los dueños del dinero que han
construido sus reinos sobre el dolor y necesidad
de nuestro pueblo. Sol de justicia, alumbra
nuestro caminar, trae esperanza en medio de la
angustia y la desesperación; escucha los ruegos
y gritos de quienes claman por sus
desaparecidos, sus muertas, sus tierras, sus
hijos e hijas. Atiende las plegarias de quienes
han sido privados de su libertad injustamente,
de los perseguidos políticos, de las y los
periodistas que viven bajo amenaza, de todas
las personas migrantes que llegan a nuestras
tierras y que viven vejaciones por parte de las
autoridades. Dios de verdad, no dejes que los
opresores, los gobernantes, los poderosos
prosperen; ayúdanos a resistir, a levantar la
voz, a luchar contra este sistema de dominación
que nos hiere; no nos dejes caer en tentación,
¡líbranos del mal! Porque tu reino ha venido ya,
y te necesitamos. Amén.

PBP

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27
“No se asusten —les dijo—. Ustedes buscan a Jesús el nazare-
no, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Miren
el lugar donde lo pusieron. Pero vayan a decirles a los discípu-
los y a Pedro: “Él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán,
tal como les dijo”.”
Marcos 16:6 (NVI)
“Perdón Señor, perdón”

¡A y Señor!, ¿Por qué, si tú también las escogiste


para servirte, nosotros las excluimos? y, ¿Por qué, si tú
les diste vida y sanidad, nosotros las matamos y somos
indiferentes ante sus asesinatos y enfermedades? ¿Por
qué, si tú las hiciste testigos y mensajeras de tu
resurrección, nosotros las silenciamos? ¡Ay, Jesús!,
¡Estamos haciéndolo todo mal!

Perdónanos, mamá, por menospreciar tu maternidad;


perdónanos, hermana, por pensar que somos
superiores; perdónanos, maestra, por ignorar tu
autoridad; perdónanos, mexicana, por no respetar tus
derechos. Por favor, perdónenos a nosotros a los
hombres, mujeres quien quiera que sean, por no seguir
el ejemplo de Jesús. Y, sobre todo, perdónanos, Dios
justo, por no entender que humanidad es hombre y
mujer y no sólo hombre.

¡Esto no debe seguir así!, ni en nuestras escuelas, ni en


nuestros hogares, ni en nuestros lugares de trabajo, ni
en nuestros medios de comunicación, ni en nuestras
iglesias; ¡Ya no más! Mujeres, ¡resistamos la opresión,
porque Jesús defiende su causa!, y hombres,
¡cambiemos nuestra perspectiva, no nos dejemos llevar
por la cultura!, y pueblo de Dios, ¡obedezcamos al Señor
en esto!

¡Ay, Señor, ayúdanos!, ayúdanos a mirar el dolor, a


darnos cuenta de la opresión y despierta nuestros
corazones, llénanos de valor para enfrentarlo.
Confiamos en que tú estás con nosotros, todos los días,
hasta el fin; entonces dirígenos y acompáñanos en esto
también.

ADRG
29
Pero los hombres no quisieron escucharle, así que el levita tomó a su
concubina y la trajo a ellos. Y ellos la ultrajaron y abusaron de ella toda
la noche hasta la mañana; entonces la dejaron libre al amanecer.
Jueces 19:25 (LBDLA)
“Tú conoces cada vida de
las desaparecidas y violentadas.”

S eñor, este es uno de los versículos más


desgarradores de una de las historias más
desconcertantes de la Biblia. Y también
representa la realidad de muchas mujeres en
nuestro país, víctimas de violencia doméstica e
institucional, de marginación y sin voz. Estas
cosas suceden cuando cada quien hace lo que
quiere y nadie te reconoce a ti como Señor y
Rey. Cuando vivimos bajo nuestros propios
valores, es fácil abusar de los y las más
vulnerables. Cada semana leemos o
escuchamos de historias de desapariciones de
niños y mujeres, de feminicidios y de violencia.
¡Señor, detén tanta muerte y maldad!

Señor, a ti te duele cada historia, tú conoces


cada vida de las desaparecidas y violentadas.
Padre, tú las acompañas en medio del dolor y
les harás justicia. Hazte presente en la vida de
las que hoy están sufriendo. Sensibiliza a tú
Iglesia y que no permitamos más abusos.
Haznos parte de los cambios para tratar a todas
las mujeres con dignidad, así como Jesús nos
enseñó. Danos valentía, amor e integridad para
sostener a quienes están sufriendo y para orar
solidariamente por las desaparecidas. Tú las
amas y las conoces, permítenos ser más como
tú. Amén.

AOC
31
Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer,
sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús

Gálatas 3:28 (NVI)


“Romper el silencio”

N uestro amado Jesús, gracias porque tú,


através de tu sacrificio en la cruz quitaste todo
muro de separación, gracias porque tu viniste a
romper un sistema social que discriminaba a la
mujer y nos reivindicaste como tus hijas,
gracias porque tú amas igual tanto a hombres
como a mujeres. Enséñanos a luchar por la
justicia social, desde donde nos encontremos,
que logremos ser agentes de cambio, ser luz en
medio de este mundo caído y que tu nombre sea
glorificado a través de nuestro vivir, abre
nuestros ojos a la violencia de género que el
mercado ha publicitado, viendo a la mujer
como un objeto y no como sujeto. Que el
gobierno ha perpetuado con un sistema
patriarcal y que culturalmente se ha arraigado
en el machismo, pero tú nuestro Salvador
quieres liberarnos de este yugo opresor. Que tu
pueblo escogido marque una diferencia en su
pensar y actuar, ayúdanos a romper el silencio
de esta realidad. Gracias porque tú ya nos has
dejado el perfecto ejemplo, gracias porque has
traído unidad y porque tu gracia es
sobreabundante para cada persona. Amén.

DJB

33
Hazme justicia, oh Dios,
defiende mi causa
contra gente sin piedad,
ponme a salvo
del hombre traidor y malvado
Salmos 43:1 (BP)
“Dios de Abraham, Sara y Agar”

D ios de Abraham, Sara y Agar, escucha


nuestro clamor, ¡nuestros gritos de impotencia
que inundan los aires! Dios de justicia, mira
nuestro profundo dolor, ¡nuestras lágrimas que
empapan los suelos! Mira nuestro lamento por
ellas, por nosotras/os, por las que hoy sufren y
las que ya no están. Dios de amor, con suma
tristeza, te pedimos que te acuerdes de todas las
mujeres que cada día son víctimas del abuso, la
explotación, la exclusión, la discriminación, de
las distintas violencias surgidas de un sistema
de dominación que las oprime y denigra. Amigo
amado, con gran indignación, te pedimos que
hagas justicia, que defiendas la causa de todas
las niñas, adolescentes, y adultas víctimas de la
violencia de género. Que nos pongas a salvo de
los hombres que, en las calles de regreso a casa,
nos acosan, agreden y violan. Que nos protejas
de aquellos que en la casa nos abusan y
maltratan de diferentes maneras, legitimando
su violencia en el seno familiar. Que nos
resguardes de quienes nos discriminan y
explotan; de los que bajo la trampa del “amor
romántico” nos lastiman y asesinan; de los
hombres que con su poder político, religioso,
institucional nos controlan, amenazan y
persiguen. Diosa de la vida, a ti venimos,
clamando por las mujeres que, a manos del
Estado corrupto y de las redes de explotación
impunes en nuestro país, han sido
invisibilizadas, encarceladas, desaparecidas,
asesinadas. Diosa de justicia, a ti clamamos en
memoria de nuestras hermanas en Ciudad
Juárez, y de todas las que no sobrevivieron:
¡Justicia! ¡Esperanza! ¡Amor! Amén.
PBP
35
37
“Dios le respondió a Jonás: —Estás preocupado por una planta
que no sembraste ni hiciste crecer. En una noche creció, y en
la otra se secó. ¿No crees que yo debo preocuparme y tener
compasión por la ciudad de Nínive? En esta gran ciudad viven
ciento veinte mil personas que no saben qué hacer para
salvarse, y hay muchos animales.”
Jonás 4:10-11 (TLA)
“Tu voluntad y no la nuestra”

J esús, llevamos todo un mes despertándonos


enojados, tenemos todo un mes enfurecidos
durante el día, porque no importa a dónde
vayamos, ahí están los mentirosos comerciales y
la infame propaganda de estos corruptos y
sinvergüenzas que intentan justificar sus
crímenes. Ellos hundieron a los invisibles hasta
la muerte, a los pobres hasta la invisibilidad, a
la clase media hasta la deuda de por vida; pero
a los ricos, los llevaron hasta la cima de
montañas de dinero.

A veces quisiéramos que lloviera fuego del cielo


para quemarlos como ellos nos dijeron qué pasó
con nuestros 43 estudiantes, o que bajaran osos
salvajes y los deshicieran, junto con todo lo que
han robado; o que la tierra se abriera y se los
tragara con todo el desastre que han hecho.
Pero Señor, a veces no se nos ocurre
preguntarte lo que Tú quieres.

¿Quieres que mueran o que se arrepientan?,


¿darnos venganza o misericordia?,
¡Reconocemos que sin tu misericordia, seríamos
nosotros los quemados, deshechos y enterrados!
Te pedimos que nos ayudes, Cristo, a pensar y
sentir cómo Tú, a trabajar para que venga tu
Reino y tu justicia, y a hacer tu voluntad, no la
nuestra. Amén

ADRG
39
“¡Prefiero que se cierren las puertas de mi templo! Ya no me
traigan esta clase de ofrendas, porque estoy muy molesto con
ustedes y no se las voy a aceptar. »En todas las naciones del
mundo hay quienes reconocen mi grandeza, y por eso me
presentan ofrendas aceptables. Pero ustedes los sacerdotes
hacen todo lo contrario: me faltan al respeto, y desprecian mi
altar y las ofrendas que allí se me presentan».”
Malaquías 1:10-12 TLA
“Tu iglesia”

S eñor, a veces miramos nuestras iglesias y no


sabemos qué sentir. Cuentan con edificios
lindos, en medio de barrios pobres; servicios
religiosos, durante protestas que exigen justicia;
personas viviendo excesos, mientras los
migrantes mueren en las calles; música que
habla sólo de nosotros mismos en vez de ti; y
alabanzas que te reduce a un novio o un genio
de la lámpara mágica.

¿Con qué ojos miras nuestras iglesias locales?,


¿Qué sientes cuando nos escuchas cantar esas
canciones ególatras?, ¿Qué piensas de nosotros,
que decimos amarte, pero no amamos a la
gente que está en frente de nuestras casas e
iglesias?, y aún, ¿Qué dices de nosotros, que
admiramos a Juan el Bautista, pero no
seguimos su ejemplo de denunciar
públicamente la inmoralidad de nuestros
gobernantes civiles?

Te pedimos perdón, Jesús, por no amar de


verdad; te pedimos perdón, México, por no
amar de verdad; y aún, te pedimos perdón,
hermano y hermana, por no amar de verdad y
no saber ser prójimo.

ADRG
41
No nos cansemos (No desmayemos) de hacer el bien,
pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos.
Así que entonces,
hagamos bien a todos según tengamos oportunidad,
y especialmente a los de la familiade la fe.
Gálatas 6:9-10 (NBLH)
“Perdónanos”

S inceramente Señor, estamos cansados.


¡Hartos y cansados!

Hartos de seguir viendo el avance del mal, de


cómo el rico se vuelve más rico mientras el
migrante es deportado o violentado. Estamos
cansados de que la palabra democracia en este
país no sea respetada, que sea manipulada y
traspasada. Estamos cansados de las soluciones
de nuestros expertos. Estamos cansados de las
reformas que dicen estar a favor del
desfavorecido, pero que a la larga solo siguen
comprando lujos de unos cuantos.
También estamos cansados de las cortinas de
humo, de los shows y el entretenimiento. Del
consumismo que hemos creado y comprado.

Estamos cansados de nuestro propio


individualismo y pasividad. De que en lo
pequeño y desde nuestras trincheras no nos
importe nadie más.
Perdónanos.

Nuestras fuerzas ya no dan para más. Ven en


nuestro rescate y danos nuevas fuerzas.
Revístenos con el bien. Ayúdanos a verte con
mayor claridad y actuar tiernamente por otros.
Danos nuevas fuerzas, día a día a día. Amén.

RNVA

43
¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve,
O has visto los tesoros del granizo,
Que tengo reservados para el tiempo de angustia,
Para el día de la guerra y de la batalla?
Job 38:22-23 (RVR1960)
“Apresúrate”

M ándanos los tesoros de la nieve


los que tienes reservados para el tiempo de
angustia
Los días de la guerra
ya están aquí
¡Apresúrate Señor!

Andamos como el caballo:


oliendo desde lejos la batalla;
el grito de los capitanes y el vocerío

SRT

45
Ese mismo día llegaron unos fariseos y dijeron a Jesús: — Vete de aquí,
porque Herodes quiere matarte. Jesús les contestó: — Vayan y díganle a
ese zorro: “Has de saber que yo expulso demonios y curo enfermos hoy
y mañana, y al tercer día culminaré la tarea”. Pero entre tanto, hoy,
mañana y pasado mañana tengo que seguir mi camino, porque no es
posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.
Lucas 13:31-33 (BLPH)
“El Reino de Dios ya está aquí”

S eñor Jesús, a tu predicación también


reaccionaron con amenazas los poderes
religiosos y políticos, pero tú no te dejaste
intimidar por ellos. Sabías a qué te había
enviado el Padre y eso te daba la confianza
para seguir tu obra a pesar de la oposición.
Entendías que el Reino es de Dios y los poderes
de este momento no tienen la última palabra.
Señor, ayúdanos a mantenernos fieles a tu
misión en nuestras ciudades. Que tu Espíritu nos
infunda aliento y valor para ser testigos tuyos a
pesar de las dificultades. Porque el Reino de
Dios ya está aquí y será consumado con tu
regreso. Dios, en este país los poderes religiosos
y políticos también se oponen a tu Reino.
Encubren, amenazan y desaparecen a quienes
tienen una voz profética. Perdón porque aveces
nuestras congregaciones prefieren alianzas con
los poderes para conseguir prebendas y
beneficios, en lugar de proclamar y vivir tu
Evangelio. Perdón cuando guardamos silencio
ante las realidades de nuestros vecinos. Perdón
cuando no hacemos nada para amar al prójimo
por miedo a perder nuestra comodidad.
Ayúdanos a ser fieles colaboradores tuyos en
nuestras localidades. Recuérdanos que Tú estás
en el trono y que las amenazas de los poderosos
no deben limitarnos para que tu iglesia nos
mantengamos encarnados, como Tú, en la
misión.
AEG
47
48
Los malvados conciben el mal; están preñados de dificultades
y dan a luz mentiras. Cavan una fosa profunda para atrapar a
otros, luego caen en su propia trampa. Los problemas que
provocan a otros se vuelven en su contra; la violencia que
maquinan les cae sobre su propia cabeza.
Salmos 7:14-16 (NTV)
“Cantar y orar con esperanza”

S eñor, tú eres justo y haces justicia. Aun


cuando en nuestro mundo y en México las
acciones de los malos florecen sin castigo y
nosotros nos desesperamos y creemos que tú no
ves. Pero al contrario, tú eres un Dios justo,
lleno de bondad, que aborrece el mal. Señor,
trae tu justicia y tu reino a nuestro país. ¡Que los
que hacen mal por placer paguen por sus
fechorías! ¡Qué las víctimas sean restituidas!

Señor, ayúdanos a ver la injusticia y la maldad.


El salmista ve lo que sucede a su alrededor y no
lo ignora. El salmista sabe que tú no eres
indiferente y conoce que el final de los malvados
será su propia destrucción.

Nuestra oración es por el arrepentimiento de los


malvados, para que te reconozcan como juez
honrado en defensa de los justos. Señor, que
nosotros estemos siempre del lado de los que
practican la justicia y nuestro clamor sea por
perdón cuando no actuemos rectamente y por
justicia cuando presenciamos la maldad. No
queremos ser indiferentes, sino lamentarnos al
ver la impunidad para después cantar y orar
con esperanza como el salmista: “Daré gracias
al Señor porque él es justo, cantaré alabanzas
al nombre del Señor altísimo.” (v.17)

AOC
50
¡Con tu mano,Señor, sálvame de estos mortales que no tienen más
herencia que esta vida!
Con tus tesoros les has llenado el vientre, sus hijos han tenido
abundancia, y hasta ha sobrado para sus descendientes. Pero yo en
justicia contemplaré tu rostro; me bastará con verte cuando despierte.
Salmos 17: 14-15 (NVI)
“Dependemos de ti”

S eñor, en esta país las noticias de los políticos


y gente poderosa que roba cínicamente es
común. Personas sin temor y conocimiento de ti,
se creen dueños y dueñas de todo. Tu Palabra
no es ajena a estas realidades. Cuando somos
víctimas podemos recurrir a ti como nos
muestra el salmista. ¡Sálvanos de los que sólo
viven para sí mismos y creen que esta vida lo es
todo! Tú permites que hombres y mujeres se
llenen de abundancia, pero eso no los satisface
ni los conduce a ti. Señor, si no se arrepienten tú
los juzgarás y evidenciarás su desnudez.

Los que te buscamos y andamos en tus sendas


confiando en tu obra a favor nuestro queremos
caminar en integridad. Ayúdanos Señor. Aleja
nuestros pasos de procurar el mal y vivir sólo
para este mundo. Guíanos en sus sendas
eternas de vida abundante. Sácianos de ti y
danos nuestro pan diario. Dependemos de ti en
este mundo lleno de desigualdad. ¡Tú serás
nuestra porción y nuestra herencia! Que
aquellos cercanos a nosotros sepan que nuestra
vida es tuya y nuestra satisfacción es conocerte.
Amén.

AOC
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53
¿No volverás a darnos vida,
Para que tu pueblo se regocije en ti?
Salmo 85:6 (RVR1960)
“Danos vida en medio de tanta muerte”

E n este momento clamamos a ti, Señor,


esperando una respuesta a las preguntas que
más aquejan el andar cotidiano. Nos duele ver
nuestras calles llenas de violencia y de egoísmo.
Nos duele ver la impunidad de los corruptos.
Nos duele ver que no estás. Duele la presencia
de todas las cosas que acompañan tu ausencia.
Con tu ausencia se llenan de valor los malvados,
y los rebeldes se atreven a decir que nunca
volverás. ¿Hasta cuándo hemos de aguantar a
quien dice que nos has olvidado? ¿O acaso, si no
nos has olvidado, la realidad es que nos odias?
No tomes en cuenta nuestro pecado a la hora de
pensar en nosotros, Señor, porque somos como
paja que se lleva el viento. Ten compasión de
nosotros, tu pueblo, que fielmente esperamos en
ti. Danos vida en medio de tanta muerte. Danos
luz en medio de esta oscuridad. No tardes, no
demores en regresar para darnos vida en
abundancia. Es difícil caminar todos los días
entre llantos y augurios de muerte. Renueva
nuestro gozo, para que hablemos de ti en
nuestro país. No nos callaremos en las
asambleas. Tú puedes devolver la alegría a
nuestras calles. No tardes más. Amén.

AESM

55
Pero nosotros esperamos, según sus promesas,
cielos nuevos y tierra nueva,
en los cuales mora la justicia.
2 Pedro 3:13 (RVR1960)
“Somos cautivos de esta esperanza”

P adre, clamamos a ti buscando compasión.


Clamamos pidiendo que tengas misericordia de
nuestra tierra. Pero ten misericordia haciendo
realidad tu justicia entre nosotros. El mundo
que vivimos, oh Señor, es un mundo de mentiras
y falsos testimonios. Pero tu Palabra es
verdadera y tus promesas son el fundamento de
nuestra esperanza, como una roca firme en la
que construimos nuestras vidas. Te damos
gracias por tus promesas, por tu Palabra, por
no quedarte callado. Jesús, hermano mayor,
maestro y amigo, eres Tú el cumplimiento de la
gran promesa de redención de nuestro Dios.
Eres Tú la razón por la que seguimos esperando
hasta el final. Según tus promesas, Señor, es que
hoy en día seguimos caminando sin
conformarnos a las mentiras, falsos testimonios
en este mundo. Seguimos luchando cada día
con la certeza de que veremos un cielo nuevo y
tierra nueva en los que more la justicia. Somos
cautivos de esta esperanza, estamos
convencidos por la promesa de tu justicia. No
vamos a detenernos en la búsqueda, Señor, del
mundo que prometes. Condúcenos por este
caminar, Jesús amigo. Enséñanos a descubrir
tus promesas, Jesús maestro. Muéstranos la
justicia del Padre, Jesús hermano mayor. En tu
nombre esperamos, Amén.
AESM

57
No hagan sufrir al extranjero que viva entre ustedes.
Trátenlo como a uno de ustedes;
ámenlo, pues es como ustedes.
Además, también ustedes fueron extranjeros en Egipto.
Yo soy el Señor su Dios.
Levítico 19:33-34 (DHH)
“Aceptas y amas a toda la humanidad”

S eñor, te alabamos porque aceptas y amas a


toda la humanidad, nos has hecho a tu imagen,
te hiciste un ser humano, viviste en carne
propia ser extranjero. Te pedimos perdón por
los malos tratos y las barreras que pone nuestro
gobierno a quienes quieren ingresar a nuestro
país, sea para quedarse aquí o porque van de
paso para Estados Unidos. Perdónanos por la
avaricia, ambición, explotación, despojo,
pobreza existentes que obliga a compatriotas y
a personas extranjeras a salir de su país.
Perdónanos también, como personas y como
iglesias, si hemos sido indiferentes, críticos,
incomprensivos o abusadores con las personas
migrantes. Enséñanos a amarlas y tratarlas
como Tú lo haces. Te damos gracias por las
personas, organizaciones e iglesias que han
abrazado la protección, cuidado y defensa de
migrantes; cuídalas Señor, protégelas y
provéeles para su misión. Intercedemos por
todas las personas y familias migrantes,
pidiendo tu protección, tu abrigo, la confianza
en tu presencia a su lado, la valoración de sus
personas y su trabajo, el trato justo. Te
encomendamos en especial a quienes
pertenecen a pueblos originarios. Anhelamos la
llegada del día en que todos nos tratemos como
iguales. Ven Señor Jesús hoy y siempre. Amén.

CPC

59
La tierra no debe venderse a perpetuidad porque la tierra es
mía. Ustedes sólo son inmigrantes y huéspedes míos viviendo
conmigo en mi tierra
Levítico 25:23 ( PDT)
“Nuestro peregrinaje por esta tierra”

D ios de la creación y la transformación de la


nada en todo; Dios del movimiento como
potencia y acto de la humanidad creada; Dios
de las posibilidades y oportunidades para
mejorar en cada movimiento; Rey de reyes y
Señor de señores, damos gracias por la
bendición que traes a nuestra humanidad en lo
general, y a nuestra individualidad en lo
específico. Agradecemos por permitirnos
transitar por este mundo hacia el lugar
preparado y reservado, en tu amor y
misericordia, para ser nuestra morada eterna.
Pedimos de tu gracia para que nuestro
peregrinaje por esta tierra sea productivo para
el extendimiento de tu Reino. Imploramos por
todos aquellos en necesidad de desplazamiento
–migración- en el mundo entero, y en nuestra
patria. Que sus necesidades físicas no nos sean
ajenas, que sus dolores puncen nuestras vidas;
que sus desvelos mantengan nuestros ojos
abiertos hacia arriba, hacia ti en constante
intercesión. Que no hagamos oídos sordos a sus
peticiones y llantos. Oramos por quienes han
sido expulsados de sus lugares de origen o
residencia, para que pronto vuelvan a
reinsertarse en ellos. Dios de las bondades y la
unidad espiritual, mantennos cerca de quienes
están alejados de sus familias y raíces. Lo
imploramos en el nombre de Jesús, también
peregrino en esta tierra. Amén.
JAAT

61
Pero Jesús dijo: -Dejen que los niños vengan a mí y no se lo
impidan, porque el reino de los cielos es para los que son
como ellos.

Mateo 19:14 (BLPH)


“Verles a través de tu mirada”

N uestro amado maestro, gracias por


mostrarnos la importancia que tiene las niñas y
niños para ti, gracias por el ejemplo de cuidado
y amor, porque detuviste tu ocupada agenda
para acercarte, poner tus manos y bendecirles.
En este mundo acelerado y adultocéntrico, qué
importancia toma tu actuar. Recorremos las
urbes y observamos con dolor en aquellas
esquinas una infancia robada. Una realidad
lacerante también son las y los niños indígenas
jornaleros, que migran de sus pueblos para no
morir, de campo en campo trabajando, sus
rostros muestran el dolor de esa injusticia. Una
infancia invisibilizada. Jesús, ayúdanos a verles
a través de tu mirada, que nuestro corazón se
duela y no permita indiferencia o resignación,
detén nuestras agendas, que volteemos para
hacer justicia y misericordia, que no seamos un
obstáculo para que se acerquen a ti, sino que
seamos tus manos que les abrazan y les
bendicen. Jesús nuestra luz del mundo,
alúmbranos hoy con tu esperanza, aquella de tu
reino instalado. Jesús nuestro pan de vida,
sácianos con tu verdad, tu palabra es verdad.
Jesús nuestro buen Pastor, guía nuestro
caminar para actuar según las obras que el
Padre ya ha preparado de antemano. Este es
nuestro clamor. Amén

DJB

63
“El SEÑOR Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del
Edén para que lo cultivara y lo cuidara.”

Génesis 2:15 (NVI)


“Oración por el jardín”

N unca será suficiente, ¡Oh, Dios! nuestro


agradecimiento a ti por la naturaleza que
creaste, y en la cual por gracia nos has
colocado. Enséñanos a no ser esclavos de las
filosofías huecas que someten la creación al
arrogante poder humano; ayúdanos a tener en
perspectiva que el cosmos es obra tuya, y por
ello debemos cuidarlo en todos los sentidos.
Haznos recordar, con asiduidad, la manera
puntual y precisa en la cual cuidas la
naturaleza que nos rodea. De la misma
manera, en cuanto a intensidad, que nos
dolamos por los estragos que
irresponsablemente le causamos a tu perfecta
creación. Que honremos el jardín que nos
entregaste para cuidarlo, que veamos en ello un
aspecto importante, complementario a la Misión
que nos entregaste. Porque esa humanidad que
te necesita, también necesita valorar que tu
creación es para que vivamos en armonía con
ella, porque tuviste cuidado al diseñarla. Padre
eterno, este es nuestro hogar, inquiétanos para
que no le dañemos, y ármanos de valor para
levantar la voz en defensa de su cuidado y
armoniosa preservación. Gracias por poner
todo debajo de nuestros pies, que este
reconocimiento nos impulse a tener un
adecuado cuidado de toda la naturaleza que
nos entregaste..

JAAT

65
¿Rechazará el Señor para siempre?
¿No mostrará más Su favor?
¿Ha cesado para siempre Su misericordia?
¿Ha terminado para siempre Su promesa?
¿Ha olvidado Dios tener piedad,
O ha retirado con Su ira Su compasión?
Entonces dije: “Este es mi dolor:
Que la diestra del Altísimo ha cambiado.”
Me acordaré de las obras del Señor;
Ciertamente me acordaré de Tus maravillas antiguas.
Meditaré en toda Tu obra,
Y reflexionaré en Tus hechos.
Santo es, oh Dios, Tu camino;
¿Qué dios hay grande como nuestro Dios?

Salmos 77:7-13 (NBLH)


“Danos esperanza”

S eñor, Tú no cambias con las circunstancias,


Tú no cambias con el tiempo, Tú no cambias ni
aún con nuestro actuar. Pero nuestro corazón,
cerebro y otras voces nos hacen creer que sí.
Hemos confiado más en nuestras fuerzas y en
nuestro sistema de educación, pero una vez
más, el sistema nos ha fallado. Nuestros niños y
familias están inmersas y sufriendo por culpa
nuestra y nuestro mundo roto.
Muestra tu favor, tu misericordia y compasión.
Ten piedad y rescátanos una vez más de
nuestro propio dolor. Rescátanos no solo del mal
y del maligno, sino de nuestros propios pecados.
No te olvides de nosotros, aunque nosotros nos
hayamos olvidado de Ti.
Ayúdanos a meditar y reflexionar en tus obras.
Reorienta nuestro corazón y danos esperanza.
Nuestras soluciones, mejoras educativas y
buenas intenciones solo han agravado el
problema.
Por eso, regresamos a ti. No hay Dios sino solo
Tú. No hay rescate, sino el planeado por Ti. No
hay favor, sino al que Tú eliges para Ti.
Muestra Tu favor, tu misericordia y compasión.
Dios inmutable, a ti elevamos nuestra oración,
cumple Tu promesa y camina con nosotros.
Amén.
RNVA

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Ten misericordia de nosotros, oh Jehová, ten misericordia de
nosotros, Porque estamos muy hastiados de menosprecio.
Hastiada está nuestra alma
Del escarnio de los que están en holgura,
Y del menosprecio de los soberbios
Salmo 123:3-4 (RVR1960)
“Sigue siendo”

S eñor,
Aquí estamos
Agazapados en la noche
Como un animalito amedrentado por las
tinieblas, al que en vano se le dicen palabras
tiernas para calmarlo
Estamos entre la visión y el sueño
Recogiendo cada vez más nuestras pequeñas
almas
Queriendo ser nada Señor, sólo clamor en bruto
Así que, en el corazón de la noche te pedimos:
Sigue siendo zarza ardiente
Sigue siendo voz que se pasea sobre el huerto
Sigue siendo columna de fuego en la noche y
nube en el día
Sigue siendo la sangre sobre la puerta y el vino
sobre la mesa
Sigue vaciando nuestras tumbas
Sigue escupiendo sobre el lodo y escribiendo
sobre el suelo
Sigue repartiendo lenguas como de fuego
Sigue calmando las tormentas y echando
nuestros demonios a los cerdos
Sigue sacando monedas de los pescados y
revelaciones de nuestras bocas
Sigue bajándonos de los árboles
Sigue llorando por nuestras muertes
Sigue multiplicando nuestros panes
Sigue recorriendo nuestras calles
Sigue llamándonos por nuestro nombre
Y sigue cambiándonos el nombre
Sigue Señor, sigue
Sigue con tus planes esta noche

SRT

70
Da, pues, a tu siervo un corazón sabio para gobernar a tu
pueblo y poder discernir entre lo bueno y lo malo.
Porque ¿quién, si no, podrá gobernar un pueblo tan grande?
1 Reyes 3:9 (BCJ)
“Prepáranos para hacer
la diferencia y participar”

S eñor y Padre nuestro, guía, amigo, hermano


y consolador. Clamamos a ti por nuestro país:
Un pueblo grande, maravilloso como todo lo
que tú haces, padeciendo ahora el desamparo:
sin trabajo o con salario que no alcanza ni para
lo básico, sin casa, sin seguridad; la mortandad
que incluye a todas las personas sin importar
género o edad: muertes violentas de inocentes, a
gran escala, en cada rincón del país, por
enfrentamientos entre gobierno y narcotráfico,
crímenes por ambición, odio y discriminación,
fallecimientos por no tener acceso al debido
tratamiento médico… En ti confiamos y a ti
pedimos sabiduría -para quienes creemos en ti,
así como para quienes no te conocen, quienes
tienen riquezas mal habidas y quienes
gobiernan políticamente nuestro país y se han
corrompido- a fin de contribuir, por diversas
vías, a impulsar los cambios necesarios para
que reine la justicia, la paz, el amor
incondicional, la esperanza, la fe, la
abundancia en nuestro pueblo. Enséñanos a
discernir entre lo bueno y lo malo, y a optar por
lo bueno. Prepáranos para hacer la diferencia y
participar en el resurgimiento de la vida para
todas y todos. En ti Señor esperamos, a ti la
gloria. Amén.

CPC
72
Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y
la primera tierra habían dejado de existir, lo mismo que el mar. Vi
además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo,
procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida
para su prometido. Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «
¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en
medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y
será su Dios Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte,
ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de
existir».
Apocalipsis 21:1-4 (NVI)
“Tú sigues siendo nuestra roca firme”

D ios, anhelamos que consumes tu Reino ya.


Este país y este mundo sufre y llora por tantas
muertes. Vemos a nuestros alrededores y es
difícil imaginar mejores situaciones para el
futuro, el sufrimiento pesa en los ojos y el
corazón.
La desesperanza nos ronda para destrozar
nuestra confianza en ti. Señor, no nos dejes
perdernos en el abismo de la conformidad. En ti
está nuestra esperanza, a pesar de lo que vemos
queremos confiar en ti. Cuando todas las
instituciones carecen de credibilidad Tú sigues
siendo nuestra roca firme, en ti podemos estar
seguros. Tú estás actuando en la historia para
llevar adelante tu Reino. Que tu Palabra nos
regrese la perspectiva a nosotros, tu pueblo en
este país llamado México. Por favor, que tu
Espíritu nos abra los ojos para verte actuando,
que nos impulse a vivir cada día como Jesús y
nos use como testigos de tu resurrección. Tú
estás haciendo todas las cosas nuevas,
renuévanos el gozo de tu salvación para vivir a
la luz de esa realidad. Que tu Iglesia podamos
vivir tu Evangelio para que otros encuentren la
esperanza perdida. Anhelamos el día en que ya
no habrá más muerte, violencia, corrupción,
enfermedad, crisis ambientales, desigualdad,
pobreza, tráfico de personas, migración ni
dolores. Mientras tanto, ayúdanos para dar
testimonio fiel de ti Señor Jesús.

AEG
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75
Participantes
José Antonio Altamirano Trujillo (JAAT) Carmen Pérez de Camargo (CPC)
Pastor Bautista. Catedrático de la Facultad de Docente en Comunidad de Estudios Teológicos
Humanidades de la Universidad Autónoma de Baja Interdisciplinarios para la Misión Integral
California. Docente de Educación Media Superior.
Ciudad de México
Tijuana, Baja California

Priscila Barredo Pantí (PBP) Samuel Rodríguez Tapia (SRT)


Maestría en Biblia del Seminario ESEPA, y Maestría en Arquitecto y Obrero en Compañerismo Estudiantil A.C
Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional
de Costa Rica (UNA). Coordinadora de Comunicación Zapopan, Jalisco
en la Universidad Bíblica Latinoamericana, y en el
Movimiento Juntos con la Niñez y la Juventud
continental. También es parte del Comité Directivo de
la Fraternidad Teológica Latinoamericana, y del Aarón Daniel Ruiz González (ADRG)
Observatorio Centroamericano de Género y Medios
Licenciado en Ciencias del Lenguaje con acentuación
(GEMA).
en Enseñanza del Francés. Docente de educación
básica.
Originaria de Mérida, Yucatán, México, y residiendo
Monterrey, Nuevo León.
en San José, Costa Rica.

Abdiel Espinoza González (AEG) Andrés Emiliano Sierra Martínez (AESM)


Obrero de Compañerismo Estudiantil A.C. Asistente de investigación del Instituto de
Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional
Originario de Tijuana, Baja California, México. Autónoma de México/Asesor voluntario en
Actualmente reside en Vancouver, British Columbia, Compañerismo Estudiantil A.C.
Canadá.
Ciudad de México

Damaris Juárez Bendito (DJB)


Ruth N. Valencia Arona (RNVA)
Coordinadora del Área de Población Jornalera
Agrícola Indígena Migrante y Consejera Municipal del Obrera en Compañerismo Estudiantil A.C.
Instituto de la Mujer del H. Ayuntamiento de León,
Guanajuato.
León, Guanajuato Mérida, Yucatán

Diana León Hernández (DLH)


Estudiante de Diseño en Universidad Autónoma de
Baja California y líder estudiantil en Compañerismo
Las opiniones expresadas en este
Estudiantil A.C.
Tecate, Baja California documento son responsabilidad
exclusiva de sus autores, y no
representan necesariamente el punto
Alejandra Ortiz Chacón (AOC) de vista de las instituciones
Obrera Regional en Compañerismo Estudiantil A.C. mencionadas.
Originario de Tijuana, Baja California, México.
Actualmente reside en Vancouver, British Columbia,
Canadá.

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