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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

Escuela Técnica de Artes Visuales “Cristóbal Rojas”

Dibujo Analitico.

Sandro
Botticelli

Alumnas: Gleymi Barboza (19) y Naidymar Antequera (21)

Año y sección: 4 años “A” A-G

Grupo: #2

Caracas, 22 de febrero del 2018


Hemos seleccionado entre tantos artistas plásticos, a este grande de nombre
Sandro Botticelli, con estilo personalísimo, con elegancia, de carácter melancolico
y fuerza expresiva, el cual aplica los simbolos y arquetipos femeninos en su
pintura.

“Los símbolos como método de expresión más antiguo y fundamental tiene la


virtud de contener en unas cuantas líneas convencionales el pensamiento de las
distintas épocas, y los sueños del genero humano. Enciende la imaginación y nos
lleva al reino del pensamiento no verbal”. (Lin Yu-Tang)

Los arquetipos, quieren decir el tipo más antiguo, la forma más antigua de un
complejo psicológico, algo desconocido pero poderoso, que influye sobre la
psiquis, sobre el alma de todos nosotros tanto
individual como colectivo. Son imágenes y
emoción. “Trozos de vida misma, imágenes
íntegramente unidas al individuo vivo por el
puente de las emociones” (Carl Jung)

En sus obras se observa una gran mayoría de


los símbolos y arquetipos que se conectan con
el principio femenino-pasivo de contención,
creación, oscuridad y misterio, por eso este tema nos parecio bastante
interesante, cuando en estos tiempos dominados por la racionalidad y la
técnología, el hizo que el espíritu humano se ha vuelto hacia una búsqueda de lo
ancestral queriendo conectarse con la tierra, inconsciente y con escénica divina.

Su verdadero nombre era Alessandro di Mariano Filipepi.

Fue muy destacado en el renacimiento florentino, se carácteriza por su estilo,


elegancia en sus trazos, su carácter melancolico y la fuerza expresiva se dud
líneas.

Botticelli, hijo de un curtidor, nació en Florencia. El nombre por el que se le conoce


(diminutivo italiano de palabra botijo) era probablemente el apodo de su hermano
mayor o el nombre del orfebre del que fuera aprendiz. Más tarde fue discípulo de
Fra Filippo Lippi. Trabajó con el pintor y grabador Antonio del Pollaiuolo, del que
aprendió el cominio de la línea y tamién recició gran influencia de Andrea del
Verrocchio (pintor, escultor y orfebre cuatrocentista italiano).
Hacia 1470 Bottcelli ya tenía su propio taller. Dedicó casi toda su vida a trabajar
para las grandes familias florentinas, especialemtnte los Médicis, para los que
pintó retratos, entre los que destaca su Retrato de
Giuliano de Medici (1475-1476, Galería Nacional de
Arte, Washingyon, D.C). La adoración de los
Magos (1476-1477, Galería de los Uffizi, Florencia)
no fue encargado de los Médicis pero en él pintó a
los personajes con sus rasgos muy parecidos a los
de dicha familia. Como integrante del brillante círculo
intelectual y artístico de la corte de Lorenzo de
Médicis, Botticello recibió la influencia del
neoplatonismo cristiano de ese círculo, que pretendía conciliar las ideas cristianas
con las clásicas. Esa síntesis se expresa en La primavera (c. 1478) y en El
nacimiento de Venus (posteriores a 1482), dos obras realizadas para una de las
villas de la familia Médicis, que hoy se hallan en la Galería de los Uffizi y que,
probablemente, son las obras más conocidas de Botticelli. Aunque los expertos no
han llegado a la interpretación definitiva de estos dos cuadros, sus elegantes
personajes, que forman diseños lineales abstractos bañados por una suave luz
dorada, podrían representar a Venus como símbolo del amor tanto cristiano como
pagano. Dentro de este ámbito profano también destaca la serie de cuatro cuadros
Natasgio degli Onesti (Museo del Prado, Madrid), donde recrea una de las
historias del Decamerón, de Bocaccio, Botticelli también pintó temas religiosos,
principalmente tablas de Vírgenes, como La Virgen escribiendo el Magnificart
(década de 1480), La Virgen de la granada (década de 1480) y la coronación de la
Virgen (1490), todas ellas en los Uffizi, y Virgen del niño y dos santos (1485,
Staatliche Mussen, Berlín). Entre sus otras obras de tema religioso destacan San
Sebastían (1473-174, Staatliche Mussen) y un fresco sobre San Agustín (1480,
Ognissanti, Florencia). En 1481 Botticelli fue uno de los artistas llamados a Roma
para trabajar en la decoración de la Capilla Sictina del Vaticano donde pintó los
frescos las pruebas de Moisés, El castigo de los rebeldes y La tentación de Cristo.
En la década de 1490, cuando los Médicis fueron expulsados de Florencia y el
monje dominico Girolamo Savonarola predicaba la austeridad y la reforma,
Botticelli sufrió una crisis religiosa, aunque no abandonó la ciudad, donde moriría
el 17 de mayo de 1510. Sus obras posteriores, como la Pietá (principios de la
década de 1490, Museo Poldi Pezzoli, Milán) y sobre todo la Natividad mística
(década de 1490, National Gallery, Londres) y la Crucifixión mística (c. 1496, Fogg
Art Museum, Cambridge, Massachusetts) expresan una intensa devoción religiosa,
y un retroceso en el desarrollo de su estilo.
Siendo lo anterior una corta reseña de lo que este hombre recorrió para ser uno de
los grandes del renacimiento, pasaremos a especificar sus obras, religión lo cual
se ve muy influyente en las mismas, reconocimientos posteriores y nombramiento
de diferentes obras.

Sabemos bien que para 1470 Botticelli tendría taller propio. Lo que hizo, que en el
entonces su obra se caracterizará por una concepción de la figura como vista
en bajo relieve, pintada con contornos claros, y minimizando los fuertes contrastes
de luz y sombra que indicarían formas plenamente modeladas. Para ese mismo
año realizó La Virgen con el Niño y dos ángeles. Es la primera obra de altar que
realizó que se conserva. Con esta obra crea una especie de escenario-teatro que
muestra el contexto histórico del Renacimiento.
Fue pronto tenido en cuenta por los Médici, de quienes recibió numerosos
encargos. Pero su cercanía con la familia es anterior. Fue recomendado a Pedro
de Médici, padre de Lorenzo, por Filippo Lippi. De esta época data el Retrato de
hombre con la medalla de Cosme el Viejo (1474). Realizó en la casa de
los Médici muchas obras para Lorenzo de Médici. En los personajes de la la
Adoración de los Magos (1475), «están retratados Cosme el Viejo, arrodillado ante
el Niño, su hijo Pedro de Médici abajo en el centro, Juliano de Médici y Lorenzo de
Médici en el grupo de la izquierda, a su lado Poliziano y Pico della Mirandola y, en
el extremo derecho, mirando al espectador, lo que se considera un autorretrato de
Botticelli», según Vasari en su Vita de Botticelli. Esta obra, que pintó para la iglesia
de Santa María Novella, llamó la atención de los Médicis. Comenzó a trabajar para
ellos pintando un estandarte para el torneo de Juliano de Médici (1475), ensalzado
por Poliziano en sus Stanze. Sus contactos repetidos con esta familia fueron sin
duda alguna, útiles para garantizarle
protección política y crear las
condiciones ideales para la
producción de sus numerosas obras
maestras.
Recibió en 1470 un importante
encargo: La fortaleza. Una de las
pinturas sobre Virtudes para la Sala
del Tribunal de los Mercaderes, para
la serie de las Virtudes ejecutadas
por Piero Pollaiuolo. Esto indica que
para entonces, con unos 30 años de
edad, ya debía haber ejecutado obras
destacadas. Ese mismo año recibió el
encargo de pintar dos pequeñas
obras, Historias de Judit. Esta historia fue una de las más empleadas durante el
quattrocento. Giovanni Boccaccio la incluye en su Historia de las mujeres
famosas.
En 1472 entró a formar parte de la Compañía de San Lucas, gremio de pintores.
En los años siguientes Botticelli se hizo muy famoso, hasta el punto de ser
llamado a Pisa para pintar un fresco en su catedral, hoy perdido.
Hacia 1474 realizó el San Sebastián, para decorar una columna de la iglesia
florentina de Santa María la Mayor.
En 1478 tuvo lugar la conjura de los Pazzi (1478), en la que murió asesinado el
hermano de Lorenzo el Magnífico, Juliano de Médici. Sandro pintó al fresco sobre
la Puerta de la Aduana los retratos de los conjurados Jacopo, Francesco y Renato
de Pazzi y del arzobispo Salviati, ahorcados, fueron borrados en 1494. De esta
época datan varios retratos conmemorativos del fallecido Juliano de Médici.
Debido a la cercana relación de Lorenzo y Botticelli, este le encargó dos obras de
tipo político. Realizó Palas y el Centauro para conmemorar el triunfo de la facción
Médici sobre la facción Pazzi. Esta pintura es mencionada por Vasari en su vita de
Botticelli. Después de estas pinturas políticas Botticelli pasó a Roma para decorar
la capilla Sixtina, entonces recién construida. En 1481, el papa Sixto IV llamó a
toda una serie de artistas prominentes florentinos y umbríos, entre ellos a
Botticelli, para que pintasen frescos en las paredes de la capilla Sixtina.
Según Vasari, Botticelli se encargó de dirigir y coordinar el conjunto de pinturas al
fresco de la capilla Sixtina. El programa iconológico era la supremacía del papado.
Para realizar la obra, los pintores tuvieron que aceptar unas convenciones
representativas comunes a todos, de manera que la obra final resultara
homogénea: usaban la misma escala de dimensiones, la misma estructura rítmica
y representación paisajística, una sola gama cromática con adornos de oro que
hiciera resplandecer las pinturas con la iluminación de las antorchas y las velas.
En esta obra común la contribución de Sandro fue moderadamente exitosa,
realizando tres recuadros: Castigo de Core, Datan y Abiram, Hechos de la vida de
Moisés y La tentación de Cristo (1481-1482). Pertenecen a su taller la mayoría de
las figuras de pontífices situadas en los nichos. Aunque solo son suyas tres de las
historias. Después de su estancia en Roma (1481-1482), Botticelli volvió
a Florencia, y continuó con su carrera de pintor cortesano.
Tomó afición a la lectura de Dante. «Siendo de mente sofisticada, allí escribió un
comentario sobre un pasaje de Dante e ilustró el Infierno que él mismo imprimió,
dedicándole mucho tiempo, y esta abstención al trabajo condujo a serios
desórdenes en su vida». Así hablaba Vasari del primer Dante impreso (1481) con
las decoraciones de Botticelli, no imaginándose que el nuevo arte de la impresión
pudiera interesarle a un artista. Botticelli como dibujante ofrece una interpretación
personal, que transciende al humanismo.
Los cuatro paneles de La historia de Nastagio degli Onesti (1483) fueron un
encargo de Lorenzo el Magnífico. Estos eran un regalo de boda de Lorenzo
para Giannozzo Pucci, con ocasión de su matrimonio con Lucrezia Bini. Narraban
la leyenda extraída del Decamerón de Giovanni Boccaccio.
Entre 1478 y 1486, realiza Los frescos de la Villa Lemmi. Fueron descubiertos en
1873. Recoge ideas neoplatónicas de Ficino sobre el Amor. A mediados de
los años 1480 Botticelli trabajó en un gran ciclo
de frescos con Perugino, Ghirlandaio y Filippino Lippi para la villa de Lorenzo el
Magnífico cerca de Volterra; además, pintó muchos frescos en iglesias florentinas.
En 1491 Botticelli formó parte de un comité para decidir la fachada de la catedral
de Florencia.
Las últimas obras que hasta ahora se conocen de Botticelli son Historias de
Lucrecia, Historias de Virginia y Vida de San Cenobio (1500-1504). Las dos
primeras estaban, según Giorgio Vasari, destinadas al palacio de Giovanni
Vespucci.
Basó los temas de sus cuadros alegóricos en el idealismo neoplatonismo de
los Médici. Un ejemplo es La primavera, obra de madurez realizada hacia 1478
para la casa de Lorenzo di Pierfrancesco de Médici, discípulo
de Poliziano y Marsilio Ficino, en la ciudad de Florencia. Tiene inspiración clásica.
Pero los personajes presentan la
reinterpretación propia del pensamiento
renacentista.
Unos de sus cuadros más famosos es El
nacimiento de Venus, (1484) de
tema mitológico, que forma parte de la
misma serie realizada para los Médici, junto
con La primavera y Palas y el Centauro. En
esta obra, Botticelli consigue poner fin al
problema de cómo distribuir las figuras.
Este problema se debe al concepto de
hacer del cuadro un espejo de la realidad.
Botticelli lo resuelve tomándose libertades
con la Naturaleza, para dotar de belleza y
armonía a la obra. Esto se aprecia en el
tamaño antinatural del cuello de Venus, en la pronunciada caída de sus hombros y
en el extraño modo en que cuelga su brazo izquierdo. 7 Así pues, el arte de
Botticelli alcanza la plenitud con El nacimiento de Venus.
La primavera y El nacimiento de Venus dieron a Botticelli prestigio como artista.
Pero las obras más rentables fueron sus madonas. Obtuvo grandes riquezas
gracias a su obra.
Más en lo religioso debemos tomar en cuenta que a finales del siglo XV, el
ambiente florentino cambió. Savonarola es la mejor personificación de este cambio
en el ambiente de la época. Este predicador, que en una estancia anterior no
había hecho mella en los florentinos, regresó a la ciudad en 1490, y esta vez sus
tremendas predicaciones sobre el Juicio Final tuvieron éxito debido a una serie de
circunstancias, como la pérdida de poder que sufrieron los Médicis debido a las
guerras franco-italianas, la expansión de la sífilis, llamado «mal francés», y el
ambiente de milenarismo conforme se aproximaba el año 1500. Savonarola,
partiendo de Florencia como Nueva Jerusalén, propugnaba lograr una humanidad
sin pecado, que influyó en los pintores florentinos. Debido a sus ataques contra el
paganismo, desapareció prácticamente el tema mitológico.
En 1492 murió Lorenzo de Médici el Magnífico. El rey Carlos VIII de
Francia invadió Florencia en 1494, expulsando a Pedro de Médici. Savonarola se
hizo el líder de la ciudad, estableciendo una República que abominaba de todo
aquello que representaban los Médicis como los objetos de lujo y los cuadros
pintados por Botticelli. Sandro era intensamente religioso. En estos últimos años
de su vida su producción se caracteriza por la «inquietud». Giorgio Vasari afirma
que Botticelli fue un piagnone ('llorón' o 'lloraduelos'), nombre con el que se
designaba a los seguidores de Savonarola, y que por ello abandonó la pintura
como vanidad terrenal. Hoy en día esta afirmación se pone muy en duda,
considerando que no fue un verdadero seguidor de Savonarola, a diferencia de su
hermano Simone, con quien vivía el pintor. Lo que sí puede afirmarse es que en
las últimas obras de Botticelli se siente la influencia del clima de crisis política y
religiosa.
En plena época de la República se data su obra La calumnia de Apeles (1495), un
cuadro alegórico extraído de Luciano en el De Calumnia y mencionado en el
tratado de Alberti. Se ha relacionado la obra con predicaciones de Savonarola. No
muestra una composición perteneciente al modelo clásico, ya que es más
característica del pasado medieval. La calumnia de Apelesmuestra la crisis
presente en la República de Savonarola. Esto provocó que cambiara su
orientación en la que recreaba elementos del expresionismo gótico. Un ejemplo de
ello es la Natividad mística. Esta obra es la única firmada y fechada por Botticelli.
Menciona en la inscripción que se inspiró en el capítulo XI del Apocalipsis.
También se muestra el cambio de estilo que experimentó en la Anunciación de
Cestello (1489). Obra encargada por Francesco Guardi. El 7 de
febrero de 1497Savonarola y sus seguidores llevaron a cabo la más
célebre Hoguera de las vanidades (Falò delle vanità): reunieron objetos que
representaban la relajación moral con el fin de hacerlos arder en la Plaza de la
Señoría. En esta hoguera ardieron unas cuantas obras de Botticelli. El 4 de
mayo de ese mismo año, el ejército papal acabó con el dominio de Savonarola,
quien murió el día 23 en la hoguera, entregado por gran parte de los ciudadanos
de Florencia. Sin embargo, el ambiente intelectual había cambiado
irremediablemente.
El biógrafo de Botticelli Ernst Steinman investigó el desarrollo psicológico del
artista a través de sus numerosas Vírgenes. En la «profundización del
entendimiento y expresión en la interpretación de la fisonomía de María»,
Steinman cree ver una prueba de la influencia de Savonarola sobre Botticelli. Esto
significa que el biógrafo necesitaba alterar las fechas de una serie de Vírgenes
para apoyar su teoría; específicamente, las data en fechas muy posteriores a las
que tradicionalmente se consideran. Steinman se muestra en desacuerdo con la
afirmación de Vasari de que Botticelli no produjo nada después de caer bajo la
influencia de Savonarola. Cree que las Vírgenes espirituales y emocionales
representadas por Sandro provienen directamente de las predicaciones del monje
dominico.
Vasari atribuye a Botticelli una pintura herética de carácter gnóstico por encargo
de Matteo Palmieri en una capilla en San Pedro Mayor. Es un error de Vasari,
pues dicha pintura, ahora parte de la Galería Nacional en Londres, es del artista
Botticini, un error del propio Vasari que confundió los nombres de dos pintores
similares en apellido.
Sandro se convirtió en el máximo intérprete del neoplatonismo de la época, con su
fusión de temas cristianos y paganos y su elevación del esteticismo como un
elemento trascendental en el arte. Para dar forma a esta nueva visión del mundo,
Botticelli opta por la gracia; esto es, la elegancia intelectual y exquisita
representación de los sentimientos. En estas obras la influencia del
realismo gótico está atemperada por el estudio que Botticelli hace de la
Antigüedad. Pero aunque pueda comprenderse desde el punto de vista pictórico,
los temas en sí siguen siendo fascinantes por su ambigüedad. Los complejos
significados de estas pinturas siguen recibiendo atención de los eruditos,
centrándose principalmente en la poesía y la filosofía de los humanistas
contemporáneos del artista. Las obras no ilustran un texto en particular; más bien,
cada una de ellas se basa en varios textos para su significado. Sobre su belleza,
caracterizada por Vasari como ejemplificadora de la «gracia» y por John
Ruskin como poseedora de ritmo lineal, no puede
haber dudas. Ruskin (1890) considera que Botticelli
es un claro exponente del romanticismo cristiano.
Es mencionado por Ugolino Verino (1503) en dos de
sus poemas que tratan sobre los florentinos más
ilustres. Aparte de Botticelli, también son
mencionados Leonardo da Vinci, Filippino
Lippi, Giotto y Antonio Pollaiuolo.
Fue olvidado durante tres siglos o, recordado como
un artista de segunda categoría. Por lo que apenas
tuvo influencia. Sin embargo, en la mitad del siglo
XIX, los llamados prerrafaelistas reconocieron su
obra. Comenzó a obtener gran aceptación y fue
reconocido como artista excepcional; inferior
a Leonardo en profundidad de sentimiento, pero no
en intensidad de expresión. Algunos críticos del siglo
XIX sintieron gran admiración por Botticelli.
Como Walter Pater, que afirma que Botticelli «sobrepasó los límites de su
generación al pintar como un visionario», Edward Burne-Jones o Bernard
Berenson, entre otros.
Botticelli realizó entre 150 y 180 obras.Pinta numerosas obras religiosas, así como
grandes composiciones profanas, mitológicas. También ha pintado
varios retratos de sus mecenas, que no cuentan con la belleza, la mística, la
luminosidad y el espíritu de sus otras composiciones.
El principal museo que contiene obras de este artista es la Galería de los
Uffizi de Florencia (Italia), cuyas famosas obras se exponen en las salas 10-14 y
son, para muchos, lo mejor de la galería. No obstante, hay otros museos que
contienen obras de este artista.
Obras:

 Virgen con el Niño y ángel (1465-67) - Spedale degli Innocenti, Florencia


 Adoración de los magos (1465-67) - National Gallery, Londres
 Adoración de los magos (1465-67) - National Gallery, Londres
 La Virgen y el Niño con dos ángeles y san Juanito (1465-70) - Galleria dell
Accademia, Florencia
 Virgen con el Niño y ángel (después de 1465) - Musée Fesch, Ajaccio
 Virgen con el Niño (h. 1467) - Musée du Petit Palais, Aviñón
 Virgen de la galería (1467) - Temple sobre tabla, 72 x 50 cm, Galería de los
Uffizi, Florencia
 Virgen con el Niño y dos ángeles (1468-70), - Museo de
Capodimonte, Nápoles
 La Virgen en la Gloria con serafines (1469-70) - Uffizi, Florencia
 Virgen con el Niño (Virgen del rosal) (1469-70) - Uffizi, Florencia
 Historias de la Magdalena - Comunión y Asunción (1470), - Philadelphia
Museum of Art, la colección Johnson, Filadelfia
 La Fortaleza (1470) - Temple Uffizi, Florencia
 Retrato de un joven (h. 1470) - Palacio Pitti, Florencia
 La Virgen y el Niño con seis santos (Retablo de san Ambrosio) (h. 1470) -
Uffizi, Florencia
 Virgen con el Niño y un ángel (Virgen de la Eucaristía) (1470-1472) - Museo
Isabella Stewart Gardner, Boston
 Díptico Historias de Judit (1470-72), Uffizi, Florencia:
 Regreso de Judit a Betulia
 Descubrimiento del cadáver de Holofernes
 San Sebastián (1474) - Staatliche Museen, Berlín
 La Adoración de los Reyes (1475) - Uffizi, Florencia
 Retrato de hombre con la medalla de Cosme el Viejo (1475) - Uffizi, Florencia
 La adoración de los magos (1475), G. Uffizi
 Retrato de Esmeralda Brandini (h. 1475) - Museo Victoria y Alberto, Londres
 Retrato de una joven (h. 1475) - Palacio Pitti, Florencia
 Retrato de Juliano de Médici (h. 1475) - Accademia Carrara, Bérgamo
 Virgen y Niño (h. 1475) - Art Institute, Chicago
 Catalina de Alejandría, retrato de Caterina Sforza (h. 1475) - Lindenau-
Museum, Altenburgo
 Natividad con san Juanito (1476-77) - Santa María Novella, Florencia
La fortaleza (1470). Galería Uffizi, Florencia.

Las pruebas de Moisés (1481-1482). Pintura mural. Capilla Sixtina, Ciudad del
Vaticano.
La primavera (1481-1482). Uffizi, Florencia: icono de la renovación primaveral del
Renacimiento florentino.

El nacimiento de Venus (1484), Uffizi, Florencia

La Calumnia de Apeles (1495). Galería Uffizi, Florencia.

Esto entre tantas cosas, causaron interes en nosotras, deseamos mostrarlo como un
pintor poco conocido, perdido en el arcaísmo, a pesar de ser un grande, y con este
trabajo de investigación también seas atraido por la expresividad de sus líneas, estilo
personalista y influencia religiosa.
Fuentes

1. GOMBRICH, Ernst H. (1980). Historia del Arte | Madrid: Alianza. p. 217.


2. NIETO, Víctor; CÁMARA, Alicia. El Quattrocento italiano. Madrid: Historia16
3. RAQUEJO GRADO, Tonia. El Arte y sus creadores: Sandro
Botticelli (Cultura y publicaciones edición). Madrid: Historia16. p. 13.
4. PIJOÁN, José (1979). Summa Artis: Historia General del Arte vol. XIII Arte
del Período Humanístico: Trecento y Cuatrocento. Madrid: Espasa-Calpe.
p. 430
5. Patrick, Renaissance and Reformation vol. 1, 2007. Otras fuentes proponen
1446, 1447 o 1444-45, pero el consenso es 1445
6. Enciclopedia Historia del Arte. Tomo 6. Salvat Editores S.A. Barcelona
España, 1976
7. Nuevas Visiones de Viejos Maestros, Alianza Editorial, España 1972.
8. Historia del Arte. Sandro Botticelli, Salvat Editores, S.A. Barcelona, 1981

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