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PORTADA “MEMORIAS DE UN MATRIMONIO” falta la foto.

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Dedicatoria:

A Dios todopoderoso: Por haber puesto mi corazón el deseo de escribir lo poderoso que es el
Amor, y testificar de sus maravillas para quienes confían en El.

A Mi esposo Daniel, sin él; este libro no podría ser; por ser parte de mis anhelos logrados como
mujer: novia, esposa y madre.

A mis hijos Cesar, Daniel y Eduardo: el fruto de mi amor con Daniel y mis razones para vivir, la
mejor herencia recibida.

A Mis padres Victoria y Ramón; como muestra de honra a ellos por haberme formado y guiado
con principios y valores para desempeñar mi papel de mujer en la vida.

A mis hermanos: Juan, Irma, Yany, Carlos, Mario, Nelson; por creer y confiar en mí, gracias por
ayudarme.

A Mi suegra Elena, por su apoyo y amor incondicional hacia mí siempre.

A mis sobrinos y sobrinas: Por sus muestras de cariño hacia nuestro matrimonio.

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Introducción:

Después de 25 años de matrimonio llenos de experiencias de toda clase, por la misericordia de


Dios y el amor, seguimos juntos, quiero expresar en este pequeño libro, parte de la historia de
nuestra vida matrimonial, El poder del Amor en nuestras Vidas, la cual esperamos sea de
provecho y de alguna manera, sea ejemplo a nuestros hijos y amigos que piensan casarse o
están recién casados, para que puedan mantenerse juntos “Hasta que la muerte los separe”,
que en cada situación vivida los votos que hacemos el día de la boda resuenen en la mente y se
repitan cada vez que pasan las experiencias. “Memorias de un Matrimonio” espero sea de ayuda
a cada uno de ustedes.

¿Qué es el matrimonio? La unión de un hombre y una mujer con un mismo Amor, un mismo
sentir hacia una misma meta: “Hasta que la muerte los separe”; dirigidos por un solo Dios.
Nuestro Señor Jesucristo, A Él Sea la Gloria por siempre.

Nuestra historia de amor empieza hace 30 años, en una de las épocas y etapas más lindas del
ser humano, la época de colegio , el amor de estudiante, el amor de juventud; donde las penas
y preocupaciones no existen para la juventud, a nuestras edades de 18 o 20 años todo es
tranquilo. La relación surge allí en el colegio, una maestra joven, y un estudiante. En el mismo
colegio que estudiamos, allí nos conocimos, Daniel el alumno, Yolanda su maestra. Con el
pasar del tiempo la relación de colegio cambia, por separado empiezan a trabajar en diferentes
lugares y allí inicia la relación de noviazgo, esa etapa que los novios experimentamos a diario,
donde las mariposas vuelan en nuestro estómago, esperando la hora de salida del trabajo
porque de seguro afuera esta nuestro Romeo esperando para ir a cenar, ir al cine, o
sencillamente caminar por la ciudad. Muy emocionados siempre al final del día nos
encontrábamos a veces después que Yolanda salía de la universidad o del trabajo; Ambos
empezamos a trabajar siendo aún muy jóvenes; Yolanda de 19 y Daniel de 19. Pasamos 2 años
de amigos, 4 años de noviazgo (como la mayoría de noviazgo durante un periodo largo nos
enojábamos y volvíamos a reconciliarnos, esto pasó 3 veces; solo que la tercera vez, era la
última porque allí decidimos casarnos o separarnos, concluye nuestro noviazgo.

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NUESTRA BODA
Daniel va directamente a casa de mis padres a pedir mi mano para casarnos, ya que no hubo
ceremonia de pedirme para novia, eso solo entre los dos lo decidimos mucho tiempo antes, lo
cual no debe ser así, hay que hablar con los padres y vivir una vida de noviazgo en la cual la
familia de ambos conozca de cada uno. En un principio mi papá se opone, debido a que piensa
que muy poco tiempo de novios, pero al contarle la historia de tanto tiempo de conocernos;
acepta que nos casemos; no en la fecha que nosotros fijamos, sino que nos atrasa tres meses
más, ya que él, como todo padre de familia sabe que casarse conlleva gastos, detalles, tiempo,
etc. Nos dejamos orientar y guiar y así programamos la boda para posterior fecha.

Muy emocionados Iniciamos nuestros preparativos de boda un año antes de la fecha señalada;
en este tiempo ahorramos, comprábamos las cosas poco a poco, los anillos, el vestido, las
invitaciones, la fiesta y todo cuando se ocupa el día de la boda, la mayoría lo coordinamos juntos,
nuestras familias no tenían muchos recursos económicos para ayudarnos, al final tuvimos apoyo
de nuestros padres en algunas cosas, llegó el día y realizamos nuestra boda Civil en el mes de
Septiembre, pocos días después un 19 de octubre de 1991. Nos presentamos ante Dios y
realizamos la boda por la Iglesia, Inicia nuestra vida juntos para siempre.

Nos casamos muy emocionados, ya con algunas metas en mente, En el mes de noviembre del
mismo año tuvimos la visión de adquirir una Casa para vivir juntos con los hijos que Dios nos
daría. En los planes de Daniel estaban 2 hijos, en los planes de Yolanda 4 hijos; ambos veníamos
de familias sin bienes habitacionales, nos propusimos ser diferentes y fijamos la meta de
adquirir una vivienda propia; la cual obtuvimos por medio de un crédito juntos, el primer año de
casados habitamos con la suegra Elena, un año valioso; recibimos su apoyo y aprendí como
esposa, que cuando amamos a nuestro esposo; también debemos amar a su familia, ya que las
familias son un gran apoyo, ella fue mi mejor compañera y amiga desde ese momento. Tengo la
suerte de tener una buena suegra. La casa que habíamos adquirido aún no estaba lista. Hacían
falta detalles para habitarla y mientras la arreglábamos vivimos con ella, compartiendo tiempo y
un mismo hogar. Siempre trabajábamos y seguíamos viviendo como un noviazgo, pero ya
casados. Pasamos un año lleno de aventuras y alegrías. El mejor año, sin duda alguna, sin penas,
sin preocupaciones, todo encaminado en proyectos, disfrutamos nuestro matrimonio saliendo a
paseos, fiestas, compartíamos con amigos en común. Inconscientemente la alegría se reflejaba
en nosotros, como toda pareja recién casada.

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NUESTRO PRIMER HIJO
Poco tiempo después de casados, el fruto de nuestro amor empieza a tomar vida y el primer
embarazo surge con alegría, un bebé deseado y esperado con ansias. Un embarazo y parto
normal sin ninguna complicación. Nuestro primogénito vino a completar el matrimonio en
octubre de 1992. Un bebé muy sano. Para Yolanda era el tercer año de trabajo en la misma
empresa y recuerda con emoción el Baby Shower ofrecido a su hijo, toda la compañía en aquel
entonces, casi 50 compañeros compartieron regalos de bendición para el bebé, la familia
también muy contenta nos regalaba presentes para el niño. Una bendición llegó a nuestras vidas
la cual nunca dudamos que Dios era quien lo enviaba en el mejor momento. Sin embargo el
cuido del bebé me hace suspender la Universidad; 2 años de estudios superiores quedan en
segundo plano debido al tiempo que es necesario para atender al niño, sobre todo al final del
día; ya que contábamos con la dicha que nos lo cuidaran durante nuestras jornadas de trabajo.
Aconsejo a los jóvenes a pensar muy bien y analizar su matrimonio cuando recién se casan, en
qué momento vendrán los hijos; porque muchos dejan sus estudios y se dedican al hogar, a los
hijos, y son responsabilidades que tienen prioridad, pero con una buena organización y apoyo en
la pareja; se puede continuar estudiando; claro; con mucho sacrificio hasta alcanzar la meta.
Cuando tienes hijos todo cambia, tu tiempo se reduce; las noches se sienten cortas, te cuesta
dormir noches completas como cuando solteros. Si eres responsable, las ocupaciones cambian.
Mis principios y valores decían que debía cuidar de mi hijo y hogar; mi madurez de la vida no
alcanzaba a visualizar más de lo que en ese momento sucedía, así que decidí dejar la universidad
y seguir trabajando. Con el pasar de los años analizo que fue una decisión de la cual no me
arrepiento, sin embargo mejores cosas hubiese logrado si el esfuerzo y continuidad en la
universidad llegara a su fin.

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NUESTRA CASA.
Cuando el bebé tenía cuatro meses, la casa estaba lista y nos trasladamos al hogar que juntos
habíamos adquirido y soñado, hasta hoy es nuestra bendición habitacional; por supuesto quien
cuidaría de nuestro bebé, era la abuela Elena con quien ya teníamos confianza y a quien
desinteresadamente se dispuso a cuidarlo permanentemente hasta los 7 años mientras sus
padres trabajaban, una labor que marca y deja huella en la vida. Cesar hasta hoy en día a sus
veinticuatro años, sigue apegado a su abuela como el primer día.

El nuevo hogar empezó a tomar vida, otra forma, nosotros comprábamos y cubríamos nuestras
necesidades materiales hasta completar y amueblar la casa, lo cual nos llevó más diez años. Con
nostalgia recuerdo cuando llegamos a casa, nuestros muebles eran pocos, teníamos lo
necesario; abundaba el espacio; llenábamos con plantas, las macetas adornaban nuestra sala
comedor y patio, este era tan grande que el primer años hasta sembramos maíz, cosechamos
elotes y otras frutas, recuerdo las hermosas papayas que nos dio la tierra; con el pasar del
tiempo en veinticinco años; ya no hay espacio!! El terreno todo construido, cada habitación
completa; hay un espacio especial, una habitación para la abuela Elena, quien nos visita cada
año, después de haber emigrado a EE.UU hace 15 años; nuestro hogar también es para ella.
Justo 20 años después de casados Dios nos da la bendición de cancelar nuestra casa, habíamos
tomado un plan en el cual no queríamos vernos afectados económicamente y como pensábamos
pasar el resto de la vida juntos, no teníamos urgencia en cancelar de inmediato. Es necesario
adquirir compromisos juntos, tener visión y obtener algo que les cueste a los dos, para que así
mismo lo valoren, lo compartan y sobre todo se sientan satisfechos de haber alcanzado una meta
que juntos iniciaron. Nosotros logramos obtener nuestra casa con el esfuerzo y como resultado
de nuestro trabajo continuo; nos sentimos muy contentos el día que recibimos la escritura de la
casa, por fin, un logro juntos.

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LA PAREJA
Cuando nos casamos como repito: muy emocionados, y al pasar los años empezamos a darnos
cuenta que el verdadero amor no había llegado a nuestras vidas, nos enamorábamos más cada
día que convivíamos juntos, las atenciones del uno hacia el otro eran diferentes a las del
noviazgo, pues la madurez que se va adquiriendo hace que las cosas se vean distintas; el amor de
mariposas, el sentirse en las nubes, aquellos sueños, el nerviosismo; todo es diferente y
empezamos realmente a valorar mucho de lo que se va experimentando, empezamos a poner los
pies sobre la tierra, a tener solidez como pareja. El verdadero amor se desarrolla y crece a
medida que convives con esa persona todos los días, amas a quien ves, tocas, sientes. No es
costumbre, de ninguna manera; es Amor por tu conyugue.

Sin embargo, El trabajo de nuestra época como hoy era absorbente, los horarios siempre igual,
pero ambos nos veíamos al mediodía para compartir los alimentos y ver a nuestro hijo, y por las
noches siempre juntos. Los principios familiares con los que Yo había sido formada eran fuertes y
eso hacía que se mantuviera firme y con la convicción que la familia es lo primero. Gracias a Dios
y por la niñez en que crecí con mis seis hermanos siempre unidos, hacía que ese patrón se
mantuviera en mi mente para que mi hogar en ese sentido también fuera estable.

Con el tiempo, los fines de semana después de 5 años empezaron a cambiar; ya que la vida
familiar empezaba a dividirse pues los pasatiempos empezaron a ser diferentes, empezamos a
ver diferente el matrimonio, para Daniel el futbol y los amigos eran prioridad en el fin de
semana, Yolanda con su hijo y visita a sus padres y hermanos. Pero el lunes todo volvía a su
normalidad, y empezó un poco de rutina. Trabajo, más trabajo y empiezan ya las diferencias
marcadas y primeras discusiones, aquellas palabras y votos que hicieron en el altar, al parecer
como que se olvidaban por algún momento y el cansancio de la vida, el estrés empezaba a
desequilibrar el matrimonio. Daniel empezó a caer en vicio de alcohol y eso le causo malas
consecuencias, pues debido a eso empezó a perder su empleo, encontraba otro y a los años
volvía a perderlo; al hogar se le avecinaba una dificultad fuerte, la economía; uno de los aspectos
muy importantes que juntos se debía afrontar en el matrimonio. Por mi parte me mantenía
firme en el trabajo con el cual estabilizaba los gastos del hogar cuando Daniel no podía, el
tiempo avanzó y todo esto estaba deteriorando el matrimonio. Pero cada vez que había pleito y
discusión, se intentaba la reconciliación, se lograba pues, el amor era lo principal en la pareja, y
eso hacía que llegara el perdón, a pesar que los corazones se lastimaban. Cada vez superábamos
esos momentos duros, los altibajos seguían; pero era más grande el Amor y eso nos mantuvo
unidos.

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MAS HIJOS
En medio de este ambiente, ya un poco dolido y con ocho años de matrimonio, nuevamente la
bendición de vida llega al hogar, Dios bendice al matrimonio con un Embarazo Gemelar, Daniel y
Eduardo los gemelos que vinieron a cambiar la vida de la familia; un giro de 180° en todo. Al
Igual que su primogénito, el segundo embarazo también fue deseado; pensando en que un
segundo Hijo haría cambiar la vida de Daniel y sus actitudes fueran diferentes. Estábamos en la
etapa de Resistencia, nuestro matrimonio resistió al venir más miembros a la familia,
seguidamente Daniel se esforzó y logró encontrar un nuevo empleo, algo que le resultó muy
fructífero, un empleo que le generaba muchos ingreso y recién nacidos los gemelos ayudaba
mucho al hogar, en lo material volvíamos a ser prósperos, pero en lo sentimental las cosas
cambiaban, el tiempo como pareja era mínimo, debido a su trabajo muy lejos, tenía que viajar
de madrugada y llegar hasta la noche, el cuido de los bebes por la noche era agotador, no
dormíamos mucho; nos turnábamos para su cuido, pero así fueron creciendo, por otro lado en
Daniel había aquel deseo de continuar bebiendo alcohol y esta vez las cosas cambiaron, ya que
sus amigos eran otros, sus nuevos pasatiempos otros, sus compañías no muy buenas lo llevaron
a caer en drogas, con dos vicios fuertes en su vida, el hogar era más difícil; con tres hijos a quien
atender era desesperante los gastos y consumos en el hogar cada día crecían. Después de cuidar
un hijo, se hicieron tres; todo gasto se multiplicaba y el tiempo para atender a los hijos era más
corto, pues había que dividirse para no descuidarles. Sentí por un momento como un tsunami,
nuestro hogar a simple vista se veía que arrastraba nuestras vidas, con fuerza; llevándose todo
aquello que en los primeros años habíamos construido sentimentalmente hablando; nos
desgastábamos mucho, la paciencia parecía desaparecer, todo se sentía como cuando el clima
está caliente, no habían olas de frescura, los vientos se sentían calientes siempre, pero
seguíamos juntos. Fue en esta etapa que mi carácter se transformó de alguna manera, es decir
me esforcé para superar todo de alguna manera sola; en casa hice muchas veces el papel de
mamá y papá; soportando muchas pruebas, obteniendo fuerzas de donde ya no habían, el diario
vivir era cansancio, trabajo, rutina pesada.

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UNA PRUEBA MUY DURA
A la edad de 4 meses de vida, los gemelos son afectados por una enfermedad delicada
“Meningitis” es una inflamación en la capa que rodea del cerebro y medula espinal, causando
infección en el cerebro, una enfermedad grave y mortal, los médicos nos decían que era algo tan
delicado y que difícilmente sobrevivirían; y que las secuelas si nuestros hijos vivirían serían
irreversibles, sin embargo en ese tiempo y según nuestra fe, que era débil, decidimos como
pareja unirnos más y dejar nuestros hijos en las manos de Dios, quien con su amor y misericordia
para nosotros; permitió superar en los niños ese enfermedad, sometidos a tratamientos largos,
complicado y doloroso, hospitalizados por catorce días consecutivos y sometidos a exámenes
cada día, aplicando medicamentos fuertes, en esos días experimenté lo duro que es dormir en
hospitales, el piso frío, las noches largas, sin ninguna protección, ya que los catorce días cuidé
por la noches a mis hijos, el amor de las madres hacia los hijos es tan grande que nos hace vivir y
hacer cosas que con el tiempo nosotras mismas nos sorprendemos. Recuerdo cuando por las
madrugadas en el hospital mis hijos lloraban mucho y yo caminaba largos y helados corredores
hasta llegar a la sala donde preparaban las pachas, no importaba la oscuridad, la soledad,
recuerdo que la señora de servicio en turno, muy amable platicaba con ella unos momentos y
me daba fuerzas para terminar la noche, siempre me decía, le voy a regalar dos pachas y una
extra para que aguanten hasta la mañana siguiente. Al salir del hospital continuamos con la
vacunación contra esa enfermedad, vacunas muy caras que no estaban en hospitales públicos,
esa época la medicina era bastante cara; tuvimos que comprar en clínicas privadas cada mes
gastábamos $400.00 por cada uno, hasta finalizar el tratamiento de vacunas de seis meses; la
provisión estaba, adquiríamos compromisos económicos por la salud de nuestros hijos, la cual no
tiene precio; hasta hoy no sé cómo, pero superamos esa prueba dura; Nuevamente El Amor en
la pareja se deja ver, ahora son nuestros hijos quienes nos motivan a seguir unidos. En esta
época recibimos el apoyo de nuestras familias y amigos cercanos. Los pocos ahorros que
teníamos quedaron a cero, como dijimos el día de la boda: en riqueza y pobreza hasta que la
muerte nos separe.

Cuatro meses después de esta prueba, La perseverancia de Yolanda de mantener su hogar y


empleo, causaba un desgaste físico y mental en ella, la salud se vio afectada fuertemente y una
operación de emergencia en su vesícula hace que sea ingresada en un hospital por 23 días
debido a la complicación física que se dio. En este momento el matrimonio tambalea, la
inestabilidad viene a sus vidas, los niños son separados de sus padres, quedando al cuido de su
tía Yany, la menor de tres hermanas de Yolanda, durante todo el periodo de hospitalización,
Daniel desequilibrado emocionalmente y viviendo un alcoholismo fuerte, se queda en la casa,
mientras pasa esta etapa dura en la salud. Ahora decíamos en la salud y en la enfermedad, hasta
que la muerte nos separe.

En esa misma época ambos sufrimos la pérdida familiar de un hermano cada uno; el dolor
familiar nos unió por mucho tiempo de nuevo, en medio de una dificultad que meses antes se
presenta en nuestras vidas; los niños vuelven a casa y aparentemente todo es normal. De nuevo
hacemos el esfuerzo de seguir adelante, siempre mostrando Amor el uno por el otro; aunque un
amor ya sufrido, después de soportar tantas dificultades. En alegrías y tristeza hasta que la
muerte nos separe.
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ALGO EXTRAORDINARIO
Habían transcurrido casi diez años de matrimonio, Dios nos había mantenido juntos y siempre
recordábamos en momentos especiales el día de nuestra boda, los votos que hicimos en la iglesia
de cuidarnos y aceptarnos uno al otro en la salud, enfermedad, pobrezas, riqueza, alegrías, de
apoyarnos en todo. Después de tantas dificultades y con agotamiento como pareja.

Algo extraordinario sucede en nuestras vidas, Yolanda toma la decisión de entregar su vida a
Cristo, de rendir todo a sus pies, ya sin tanta fuerza física y emocional; una decisión que era el
inicio de un cambio, algo inimaginable, como Dios tomaría el control de su vida a partir de ese
momento. Una etapa diferente y totalmente nueva se acerca al matrimonio. Ella inicia sola el
caminar junto a Jesús, llevando a sus tres hijos al templo, los gemelos muy pequeños de ocho
meses y Cesar más grande, la vida empieza a cambiar, es evidente que todo lo que hasta ese
momento había pasado; Dios lo había permitido con un propósito: llegar a Él, y decirle que de
aquí en adelante, Cristo sería el centro de nuestras vidas, de nuestro hogar, cada día el Señor
fortalecía y daba sabiduría para ir guiando el hogar, para seguir trabajando, seguir cuidando de
nuestros hijos, a superar muchas cosas que le avergonzaban, que le hacían sentirse apenada, hay
cosas que no pueden ocultarse ante la gente, y algunos vecinos siempre pendiente de su vida,
en algunos momentos fue motivo de burlas, de críticas, etc. Sin embargo la decisión de entregar
su corazón a Cristo hizo un cambio total para enfrentar la vida.

Después de esa decisión hasta hoy, la vida no fue más fácil, por el contrario las pruebas
continuaron; solo que hoy había alguien que las hacía más livianas: Cristo Jesús., por seis años
asistí sola con mis hijos a la iglesia, orando en todo este tiempo por la vida de Daniel; una de las
herramientas que Dios me dio fue la Oración, hablar con Él y presentarle mis dificultades hacían
superar muchas cosas; aprendí a contarle todo, a pedirle y depender de Él, muchas madrugadas
las dedicaba a Jesús para presentarle mis necesidades, otras madrugadas fueron dedicadas
para adorarle porque veía su respuesta, fluía el poder de su espíritu santo sobre mi vida, por eso
dos años después de estar en la iglesia, tomé la decisión e inicié el ministerio de servir al Señor
en el área de los niños, fui capacitada y formada para enseñar la palabra de Dios, EL me regaló
ese don que hasta hoy lo práctico; ”La enseñanza”; dar a conocer la palabra de Dios es una de
las formas de expresar mi agradecimiento a Dios por todo lo bueno que hizo en mí. A la luz de la
palabra, cada día aprendí a permanecer en El, entendiendo que la buena relación con Dios , mi
mejor comportamiento para ser ejemplo a mis hijos y a mi esposo era lo que con el tiempo daría
fruto, aprendía que dar el primer lugar a Cristo en mi vida, antes que a mi esposo, que a mis hijos
y que a mi familia era suficiente para salir adelante.

Hay muchos caminos que llevan al éxito en la vida, muchos libros que hablan de prosperidad y
superación, decidí seguir la senda que está trazada en la biblia; glorificar el nombre de Dios en
todo, todos los libros existentes pasaron a segundo plano, el manual de mi vida es la biblia. Allí
está escrito como debemos ser las mujeres en cada etapa de nuestra vida, ya sea como hijas,
empleadas, administradoras, madres o esposas; aprendía a Amar y aceptar a Daniel tal como es,
con sus defectos, debilidades. En ese momento, la compasión por mi esposo vino a mi vida, y lo
acepté totalmente así, por sobre todo y con todas las inconveniencias que pasábamos, El amor
por él era diferente, en mis oraciones pedía a Dios que lo cambiara, que lo transformara, pero lo
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extraordinario es que Dios me cambió a mí. Me dio una fuerza increíble para cuidarlo y atenderle
lo mejor que podía, a pesar que mi tiempo era corto, mis horarios de trabajo muy llenos y la
atención para mis hijos consumía; Dios me hacía fuerte y me daba la sabiduría para organizarme,
es una cualidad que Dios me ha regalado para salir a tiempo en las diferentes áreas de mi vida.
Me gusta escribir y organizar todo cuanto puedo y siempre he tratado de cumplir y llevar a cabo
lo que planifico. Eso es bueno para las mujeres hijas de Dios.

Cuando vinieron las etapas difíciles por el alcoholismo avanzado en Daniel, el tener que cuidarlo
y estar pendiente de su enfermedad fue algo que solo con la ayuda de Dios podía lograrlo; para
mí era muy duro el tener que internarlo constantemente en las clínicas para alcohólicos, hacer
esto varias veces era doloroso, cada vez que lo ingresaba me dolía dejarlo, pero era parte del
proceso a seguir para su recuperación física. Invertía tiempo, dinero, fuerzas; pero el Amor hacia
mi esposo no moría, y esa pequeña llama que por momentos parecía apagarse, se mantenía
encendida. Agradezco a Dios por el apoyo que recibí en esos años de parte de dos varones de
nuestra congregación que me ayudaban, así como el apoyo y consejería de nuestro pastor José
Dolores Palma. Él fue nuestro guía espiritual con la ayuda de su esposa Mercy; al igual en la
empresa después de diecinueve años de trabajo, la confianza y consideración hacia mí era
notable, siempre me permitían espacios y permisos para atender a mi esposo; en Cristo se tiene
la libertad de hablar de nuestras preocupaciones y necesidades con los hermanos en Cristo y
algunos amigos; eso Dios lo permite, yo lo entendía así. La necesidad de verle recuperado me
hacía pedir ayuda sin ninguna pena; el cambio que Jesús había hecho en mi vida me permitió
abandonar algunos complejos que muchas veces me impedían acercarme a las personas y pedir
de su ayuda; el sufrimiento silencioso dejó de ser complejo. Sin embargo ser reservada en otras
cosas me ayudó a salir adelante; también es otra cualidad que Dios me regaló y como repito; solo
a Él contaba mis preocupaciones.

La manera en que Dios me cambió hizo ver la vida desde una óptica diferente, con proyecciones
espirituales para mi familia, con prosperidad y cambios en nuestro hogar; y sobre todo mantener
la unidad en nuestro matrimonio; a pesar de las pruebas como pareja nunca hablamos de
separarnos, nunca mencionamos la palabra divorcio, en el fondo de nuestro corazón había una
esperanza, hoy le llamo Fe, una acción de amor, de llegar juntos hasta nuestra vejez; ahora
entiendo y me gozo en leer su palabra en 1ª. Corintios 13:13

Primera Corintios 13:13

Ahora permanecen, la fe, la esperanza y el amor; estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor.

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OTRA ETAPA
Entre tantas preocupaciones por Daniel, Dios era fiel cada día más en mi vida, siempre sentí su
respaldo, nunca me dejó. Los niños crecían cada día más, No es fácil criar adolecentes ni jóvenes,
mis hijos se acercaban a esa etapa; Cesar llegó a su adolescencia, una etapa difícil; en medio de
este ambiente aun así hasta sus catorce años todo salió bien, luego a inicios de su secundaria las
cosas cambiaron y el ejemplo o descuido de su padre afecto sus estudios, fue un tiempo difícil
para mí, dedicar más tiempo y estar muy pendiente y muy cerca de mi hijo mayor, motivándole,
apoyándole y sobre todo tratando de hacer el papel de padre, ya que Daniel no estaba muy de
cerca, llegó a su juventud continuando sus estudios con esfuerzo se graduó de Bachiller, en su
aplicación no calificó para ingresar a la Universidad Nacional, se alejó de la iglesia, busco amigos
fuera de casa; y eso fue bastante duro y desgarrador; ya que las malas influencias en él, lo
llevaron a consumir alcohol y otros; yo le preguntaba a Dios, ¿por qué? No entendía en ese
tiempo, me preguntaba si el tiempo dedicado en su niñez, el haber sembrado la semilla del
evangelio en su vida; estaba dando ese fruto, no encontraba respuesta… nuevamente acudía a
hablar con Dios, mis oraciones ahora eran más fuertes y largas en las madrugadas, oraba por
todo y muy especialmente por mi hijo Cesar, no aceptaba en mi corazón que mi hijo al igual que
su padre padeciera de alcoholismo, gracias a Dios y como respuesta a mi constancia de hacerle
ver que se preparara académicamente para su futuro hizo que Iniciara sus estudios superiores en
una Institución semi-privada, la cual le exigía mucho estudio, le consumía la mayoría del día, eso
era beneficioso; porque yo estaba siempre trabajando y confiada que la ocupación en sus
estudios lo mantenía distante de sus amigos que no eran de muy buen testimonio y su conducta
como todo joven; era bastante complicada. A la luz de la palabra entendía que debía perseverar,
que no debía desmayar, a veces me sentía sin fuerzas para cuidarle y entenderle; cada domingo
le invitaba a ir a la iglesia de nuevo, invitaciones que no tenían respuesta, o mejor dicho su
respuesta era No. Con el pasar del tiempo nuevamente Dios responde a mis oraciones y mi hijo
reconcilió con el Señor, recibió la disciplina de Dios y vuelve al redil, se cambió a otra Iglesia, yo
agradecida con Dios le apoyaba y algunas veces le acompañaba, en mi corazón estaba la petición
de estar un día como familia juntos en la misma Iglesia. Por eso siempre glorifico a Dios, por su
fidelidad en todo…. este año Dios nos permite asistir como familia juntos en la misma Iglesia.
Igualmente Después de tanta lucha y tres años de constancia y dedicación atendiendo en
oración; Cesar logra egresar de su carrera y graduarse.. Ese día anhelado llegó, verle con su
título en la mano; lo que siempre desee, lo que por días dudaba, llegó. Ese día como padres nos
sentimos muy contentos y agradecidos con Dios. Ahora inicia en Cesar una nueva etapa, la cual
no dudo que Dios abrirá puertas y tendrá el control, buscar un empleo, dedicarse a trabajar ,
seguir el camino de Cristo y hacer lo que como todo joven hace, formar una familia; aunque
nunca se está listo para volar, es necesario dejarle que empiece su vuelo y tome el mejor camino,
lo que con ejemplo le enseñamos. Formar su propia familia; solo que él tiene la libertad y la
alegría de estar en Cristo, eso es un buen inicio. Ahora le pido al Señor que dé buenas esposas a
mis hijos, mujeres temerosas de Él, y estoy confiada que todo lo demás viene por añadidura. Yo
solo debo prepararme para hacer el papel de buena suegra, como lo hicieron conmigo. En la vida
hay que dar de lo que recibimos, hay que compartir, ayudar, aconsejar; tantas cosas que las
mujeres podemos devolver a nuestros hijos.

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Como padres siempre dispuestos a apoyarles en lo se pueda. Esperando en el Señor un día ver
nuestra descendencia por medio de nuestro hijo Cesar o los Gemelos Dany y Eduardo. Han
pasado varios meses después de su graduación y la petición de trabajo por mi hijo fue
respondida por el Señor, nunca dudo que todo lo hace Dios a su tiempo. Mi hijo ahora trabaja y
empieza a proveer para los gastos familiares. Empieza a ser independiente en algunas cosas;
nosotros estamos contentos y agradecidos con Jesús por eso.

Justo tres meses antes de nuestro 25º aniversario y cuando todo parece estar tranquilo,
nuevamente Dios nos presenta una prueba en la salud, el año del 25º aniversario lo llamo “el
año del quirófano” tres miembros de la familia somos intervenidos quirúrgicamente y Dios nos
ayuda a superar juntos.. Mi esposo, Dany y yo fuimos sometidos de emergencia a operaciones
diferentes. Agradezco a Dios por cada enfermedad superada en nuestros cuerpos. Todo esto
ayudó a que nos sirvamos el uno al otro, por primera vez en nuestros 25º años, Dios permite que
compartamos días y noches juntos enfermos los dos a la vez, encamados; con el apoyo y cuidado
de nuestros hijos logramos superar dicha situación. Sin duda alguna la palabra se cumple: A los
que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien.

Después de esta prueba y convencidos los dos que el Señor Jesucristo nos sostiene con su mano
derecha y nos ayuda, sabemos que está con nosotros en cada momento. Decidimos darle la
gloria y honor por medio de un Culto de acción de Gracias por nuestro aniversario. Y ahora
nuevamente y con alegría empezamos después de 25 años, a emocionarnos estamos otra vez,
organizándonos los detalles que ahora será para Renovar votos y celebrar nuestro 25 aniversario,
Gloria a Dios. Sin duda alguna y confiados que Dios nos dará la provisión para la celebración.

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EL TRATO DE DIOS CON DANIEL. Otro
cambio extraordinario
En todo este caminar y a los 17 años de casados, la misericordia de Dios se muestra en la vida de
mi esposo y la respuesta del Señor Jesús se manifiesta en la vida de Daniel. Oré diez años por
él, después de ser golpeado fuertemente en la vida por sus vicios y diferentes experiencias; con
mucha debilidad física, espiritual y emocional; toma la decisión más importante de su vida
“Rendir su vida a los pies de Cristo” Gloria a Dios!!

Es un hombre diferente, para testimonio de todas aquellas personas que un día no confiaban ni
creían que un día podía cambiar, puedo ver la mano de Dios en su vida, su interior es distinto, El
Espíritu Santo ha tomado control de su vida. Al igual que yo sigue teniendo debilidades, pruebas
y dificultades, pero, Cristo esta siempre a su lado para sostenerle y dar fuerzas. La
transformación que Dios hizo en su vida es notable, en nuestro hogar todo es diferente, su apoyo
y responsabilidad como hombre de la casa ha tomado el rumbo que debe tomar cada
matrimonio, las mujeres debemos ser solamente ayuda idónea, quien dirige y lleva el
sostenimiento de la casa es el hombre y depende de su buen trabajo que el hogar e hijos se
mantengan en armonía, protegidos, así mismo debe ser el provisor en las diferentes áreas de la
casa; como hombre conocedor de la palabra de Dios, las actitudes son diferentes. Las esposas
debemos valorar y agradecer en gran manera lo que el esposo hace por el hogar, esto debe
motivarnos a ser mujeres sumisas con nuestra pareja; sé que es algo bastante delicado de
cumplir, más cuando algunas también trabajamos y aportamos al hogar; pensamos que esto nos
da la libertad de hacer o actuar como queremos; no es así. El perfil bíblico dice que siempre
debemos ser sujetarnos a ellos. Me ha llevado varios años poder entender y aplicar esto en mi
matrimonio; ya que por haber llevado algún tiempo el control del hogar, no ha sido fácil el
cambio; sin embargo me esfuerzo cada día por vivir la palabra de Dios en esta área.

Dios es bueno y le ha permitido trabajar independiente, a lo largo de su vida y la necesidad de


suplir al hogar hizo que Daniel desarrollara habilidades diferentes las cuales le permiten ganar el
pan de cada día y proveer para la casa cuanto necesitamos.

En los últimos dos años yo he padecido de salud, y gracias a Dios por la vida de mi esposo; tengo
el apoyo y cuido personal completo en mis momentos de debilidad, cuando mi salud se afecta;
siempre está a mi lado para ayudarme, es importante la ayuda de la pareja, creo que Dios me
devuelve lo que un día hice por Daniel: Cuidarle en su enfermedad y debilidad; me siento
confiada en que tengo a alguien que me protege y cuida en momentos de quebrantamiento en
mi salud física y emocional; como todos los matrimonios en diferentes momentos de la vida
siempre se necesita de la pareja que Dios nos dio. En los momentos difíciles de mis operaciones,
creí morir alguna vez, por un momento creí no llegar a los 25 años, en mis oraciones solo decía a
Dios, no me puedo morir, ayúdame a tener unos días más; mis hijos me necesita, mi esposo
también; así que experimenté nuevamente la misericordia y amor de Dios en mi vida, aprendí a
valorar mi salud y la de los míos, a dar gracias a Dios solamente por tener vida, por ponernos en
pie cada día… eso es grande.

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EL CARÁCTER
No quiero pasar de largo este aspecto tan importante en el matrimonio. El Carácter, algo tan
difícil de moldear, imposible quizás; solamente en Cristo se puede. Yo recuerdo mucho y me
gusta leer en Gálatas 5: 22-23 , el fruto del Espíritu es: Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza, más claro no se puede decir, Jesús nos manda a que
transformemos nuestro carácter cada día y que fluya de nuestro ser ese fruto hacia nuestra
pareja. Yo he leído y recibido estudios sobre los tipos de carácter que el ser humano tiene, y me
identifico con 2: Colérico – flemático, así describen los estudios, pero si mi manual de la vida es la
biblia, debo apegarme a ella lo más que pueda. A medida que el tiempo ha pasado, Dios ha
obrado en nuestras vidas y ha transformado la manera de comportamiento, aún tenemos
momentos ásperos y fuertes, pero hemos aprendido y sobre todo a practicar la palabra de Dios:
que el sol no se ponga sobre nuestro enojo, somos más dóciles y nos esforzamos para no
lastimarnos. Los hijos ya crecieron y el ejemplo cuenta y pesa mucho en esta etapa de la vida.

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LA MEJOR ETAPA
Después del cambio en Daniel empieza algo diferente; la mejor etapa de nuestro matrimonio:
Los dos en un mismo sentir, hacia una misma dirección, con una misma convicción; adorando y
dependiendo del mismo Cristo. Llevamos ocho años de matrimonio en el Señor, con algunas
dificultades, siempre con necesidades pero juntos las resolvemos mejor.

En nuestra corta fe hace diecisiete años; cuando los gemelos nacieron, decidimos presentarlos al
Señor, consagrarlos para Cristo, a sus tres meses de edad hicimos el compromiso con el Señor
de guiarlos por el único camino, dedicarlos para su gloria. a sus doce años de edad inician a
preparase para servir al Señor, Dios ha regalado a nuestros gemelos el talento de la música, los
hemos encaminado a que aprendan y se preparen en el arte musical, nosotros les llamamos los
guitarristas, fue el primer instrumento que aprendieron a tocar; están en proceso de aprendizaje
de violín y teclado, ellos quieren aprender de todos los instrumentos musicales; iniciaron su
servicio en la obra de Cristo a los 15 años, son parte del grupo de Alabanza de nuestra iglesia y
eso nos llena de satisfacción como padres, pues el compromiso que hicimos delante de Dios se
va cumpliendo, sabemos que como jóvenes tienen el deseo y energía para servir ; y que
presentan dificultades emocionales como todo joven, sin embargo y a pesar del siglo cibernético
en que están creciendo, les enseñamos y guiamos a que puedan servir a Cristo de una manera
sencilla y sincera; con su testimonio ayudar a otros jóvenes, que sean ejemplo, deben mantener
los pies sobre la tierra, les motivamos a aceptar la voluntad de Dios en nuestro hogar, a vivir cada
día con los que el Señor provee y sobre todo a ser agradecidos con Dios y la gente que les ama.

Nuestra prioridad es modelar ante nuestros hijos el servir al Señor y a los hombres, ser
constantes y perseverantes en la obra de Jesús, nos esforzamos por mantenernos unidos en todo
lo que conlleva el evangelio hoy en día. Ya que la visión espiritual que un día tuvimos, no
dudamos que se logrará, sabiendo que el tiempo de Dios es perfecto; siempre les motivamos a
que lleven fruto a que permanezcan y encaminen sus vidas en Cristo para que El conceda todas
sus peticiones. Inculcando Fe y paciencia en sus vidas para lograr sus sueños.

Ahora Dios usa también a Daniel en la iglesia, es parte del ministerio de Servicio como diacono;
un buen año como familia en Cristo, en Enero Dios nos da el privilegio de Servir Juntos , como
matrimonio, al frente del ministerio de comunión en nuestra iglesia, y también nos dan el
privilegio de ser líderes en casas de crecimiento de nuestra iglesia, juntos llevamos la palabra del
Señor a otros necesitados, apoyamos algunos matrimonios que al igual que nosotros en tiempos
atrás, teníamos necesidades emocionales y espirituales. Es bueno dar de lo que recibimos,
muchas veces fuimos atendidos en momentos de crisis matrimonial; ahora con nuestra
experiencia y sobre todo con la ayuda del Espíritu Santo podemos decir a matrimonios jóvenes,
o a quienes estén próximo a casarse, que lo principal en la pareja es el Amor, nosotros hemos
superado tantas cosas por la misericordia de Dios y la fuerza del Amor que nos une. Cuando hay
amor sincero en la pareja, todo se va superando, hay perdón, sabiduría, compasión por nuestra
pareja, el tiempo pasa y cuando vemos, llegaron los veinticinco años. Ahora dejamos en manos
de Dios el resto de nuestros días.

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Primera Corintios 13:13

Ahora permanecen, la fe, la esperanza y el amor; estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor.

Son: 12 páginas: 6, 801 palabras al 31 de agosto-16

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