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Ignacio Ellacuría.

Ignacio Ellacuría Beascoechea S.J. (Portugalete, 9 de noviembre de 1930 -


San Salvador, 16 de noviembre de 1989) fue un filósofo, escritor y teólogo
español, naturalizado salvadoreño, asesinado por militares salvadoreños
durante la guerra civil. .

Vida.
Inicios.
Nació en Portugalete, provincia de Vizcaya (España), el 9 de noviembre de
1930, donde realizó sus estudios primarios. Cursó el bachillerato en el Colegio
de los Jesuitas de Tudela (Navarra). Y, desde muy pronto, la autoridad y
disciplina de su padre, oftalmólogo, marcó la pauta de su educación severa y
recia, de cierto estilo elegante y austero, común a sus otros cuatro hermanos,
todos varones. .

Años de formación.
A los 17 años, el 14 de septiembre de 1947, ingresó en el noviciado de la
Compañía de Jesús en Loyola, Santuario y Centro de Estudios cercano a
Azpeitia (Guipúzcoa). En 1949 fue enviado a El Salvador al noviciado de
Santa Tecla, siendo entonces su maestro el P. Miguel Elizondo, donde realizó
su primera profesión de votos. Completó sus estudios de Humanidades y
estudió Filosofía en Quito, donde conoció al P. Aurelio Espinosa Pólit y al P.
Ángel Martínez Baigorri, poeta. En 1955 se licenció en Filosofía. Y, entre
1955 y 1958 ejerce de formador de seminaristas diocesanos en el Seminario de
San José de la Montaña (San Salvador).

En Innsbruck (Austria), estudió Teología. Uno de sus maestros influyentes fue


el profesor Karl Rahner. Ordenado presbítero en Innsbruck, el 26 de
septiembre de 1961, hace sus últimos votos como jesuita en 1962, en su
pueblo natal.

De 1962 al 1965 realizó los estudios para el doctorado en Madrid, en la


Universidad Complutense, bajo la dirección de Xabier Zubiri quien siempre le
consideró como el continuador de su obra. Su tesis doctoral en la Universidad
Complutense (Madrid, 1965) lleva por título: La principialidad de la esencia
en Xabier Zubiri —obra todavía inédita, que requiere una edición crítica—.
Hace también los cursos de doctorado en teología pero no presenta tesis,
aunque sabemos que su principal preocupación era Dios y la realidad
histórica. .

Actividad académica.
En 1967 regresa a El Salvador para incorporarse a la Universidad
Centroamericana (UCA) "José Simeón Cañas" como profesor. Mantiene la
colaboración con Xavier Zubiri y viaja a menudo a España. Pero la
Conferencia de Medellín (IIª Conferencia del Episcopado Latinoamericano, de
1968) marca también su reflexión y producción teológica orientada hacia la
liberación.

Desde 1968 hasta su muerte será miembro del equipo rectoral, denominado
"Junta de Directores" de la Universidad de la UCA, de la que será un
cualificado motor incluso antes de ser el Rector. Ya en 1969 logra que la UCA
asuma la revista de Estudios Centro Americanos (ECA), en la que publica
muchos de sus artículos filosóficos, teológicos y políticos. De 1970 a 1973 se
hace responsable de la formación de los jóvenes jesuitas de la Provincia
Centroamericana, cargo que le lleva a conocer al padre Arrupe, General de los
Jesuitas, defensor del principio de la encarnación en el trabajo pastoral, con
quien siempre mantendrá una relación de afinidad.

En 1972 es nombrado Director del Departamento de Filosofía (pues la UCA


no tiene Facultad de Filosofía), y en 1973 publica su libro Teología política,
obra que será editada posteriormente en inglés, en Nueva York, en 1976, bajo
el título Freedom Made Flesh: The Mission of Christ and His Church.

En 1974 funda el Centro de Reflexión Teológica en la UCA. En 1975


participa en el homenaje a Karl Rahner, sintetizando en un ensayo las
denominadas "Tesis sobre posibilidad, necesidad y sentido de una Teología
Latinoamericana". .

Golpe de Estado en El Salvador.


En 1976 es nombrado director de la revista de Estudios Centroamericanos
(ECA). La publicación del famoso editorial "A sus órdenes, mi capital"
ocasionó la retirada del apoyo económico del Gobierno salvadoreño a la UCA,
provocando además una clara violencia paramilitar contra la Universidad, a la
que siempre Ignacio Ellacuría quiso autónoma, respecto del poder civil y del
poder eclesiástico, sobre todo a partir del año 1979 en el que es nombrado
Rector, dos años después del asesinato del P. Rutilio Grande cuando Ellacuría
estaba en España. El hecho sacudió espiritual e intelectualmente a la
comunidad de los jesuitas y produjo una transformación interior en la persona
del arzobispo Óscar Romero. Ellacuría vive su "primer destierro". Desde el 12
de marzo de 1977 todos los jesuitas son amenazados de muerte. Ellacuría
volvió a El Salvador en agosto de 1978.

En 1979 se produce un Golpe de Estado de la Junta de Gobierno en El


Salvador. Fracasa este intento y se desencadena una cruel violencia y guerra
en el país. En 1980, el 24 de marzo, es asesinado el arzobispo Óscar Romero
durante la eucaristía. Y, a finales de ese mismo año de 1980, Ellacuría sale de
nuevo, esta vez "desterrado" a España, bajo la protección de la Embajada
Española. Desde entonces, Ellacuría aprovecha los viajes a España para dejar
oír su voz en Europa y activar la publicación de algunas obras de Zubiri.

Entre 1980 y 1983 se publica la trilogía de Xavier Zubiri Inteligencia sentiente


(Alianza Editorial, Madrid 1980), Inteligencia y logos (Alianza Editorial,
Madrid 1982) e Inteligencia y Razón (Alianza Editorial, Madrid 1983). Desde
1980, El Salvador vivirá una larga guerra civil de doce años, en los que la
guerrilla se enfrentará permanentemente al Ejército Nacional. Y ya en 1981
Ignacio Ellacuría planteó abiertamente la solución negociada al conflicto.

Tras la muerte de Zubiri (1983), Ellacuría es nombrado Director del Seminario


Xavier Zubiri. El año siguiente (1984) publica en España un libro que
interpela a la Iglesia como institución: Conversión de la Iglesia al Reino de
Dios. Con Jon Sobrino funda la Revista Latinoamericana de Teología. En
1985, con monseñor Rivera y Damas, media para lograr la liberación de la hija
del Presidente Duarte, secuestrada por la Guerrilla, y de 22 presos políticos. Y,
en 1986, sigue insistiendo en la necesidad de una salida negociada al conflicto
civil de El Salvador.

En España, con motivo del primer encuentro de religiones abrahámicas


celebrado en Córdoba, en 1987, expresó públicamente la necesidad de
encontrar una perspectiva y bases comunes para superar positivamente los
conflictos. Su ponencia en aquel encuentro fue un "Aporte de la teología de la
Liberación a las religiones abrahámicas en la superación del individualismo y
el positivismo". De hecho, ese mismo año durante el verano, con motivo de
unas Jornadas de reflexión y diálogo celebradas en la Biblioteca de la
Universidad Iberoamericana de La Rábida (Huelva), sobre las implicaciones
sociales y políticas de la Teología de la Liberación, Ignacio Ellacuría volvería
a reiterar públicamente la misma idea, instando a la reconciliación, con el fin
de hacer posible un proceso de democracia real y de convivencia pacífica. En
esos momentos, España y Europa eran el lugar idóneo para expresar en alta
voz su pensamiento, con el fin de que llegara a los centros de decisión y de
poder internacional.

A primeros de noviembre de 1989 Ellacuría recibía en Barcelona el Premio de


la Fundación Comín, otorgado a la UCA de San Salvador. Mientras, el
Gobierno de aquel país temía no poder frenar la presión de la guerrilla en la
propia capital de San Salvador. .

Regreso a El Salvador y asesinato.


Ellacuría adelantó su regreso a El Salvador sobre el 13 de noviembre, para
intentar mediar en pro de la paz y la convivencia. Pero, como defensor de la
Teología de la Liberación, dado su prestigio intelectual y su denuncia de la
situación del país, se había granjeado la enemistad de algunos sectores
financieros y militares que le amenazaron con insistencia para acallar su voz.

El 16 de noviembre de 1989 fue asesinado por un pelotón del batallón Atlácatl


de la Fuerza Armada de El Salvador, bajo las órdenes del coronel René Emilio
Ponce, en la residencia de la Universidad, junto con los jesuitas Ignacio
Martín Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno, Joaquín
López y López. Fueron también asesinadas Elba Julia Ramos, persona al
servicio de la Residencia, y la hija de ésta, Celina, de 15 años. En la
actualidad, el cuerpo de Ignacio Ellacuría yace enterrado en la capilla de la
UCA. .

Extradición y juicio en la Audiencia Nacional de España.


El 1 de diciembre de 2011 el Consejo de Ministros del Gobierno de España, a
propuesta del ministro de Justicia, Francisco Caamaño, ha solicitado la
extradición de 13 militares a El Salvador y de otros dos militares a los Estados
Unidos. Se solicita la extradición a El Salvador del coronel Guillermo Alfredo
Benavides Moreno, del teniente José Ricardo Espinoza Guerra, del
subteniente Gonzalo Guevara Cerritos, de los sargentos Tomás Zarpate
Castillo y Antonio Ramiro Ávalos Vargas, del cabo Mariano Amaya Grimaldi,
del comandante Óscar Alberto León Linares, del coronel y viceministro de
Defensa Nacional Juan Orlando Zepeda Herrera, de Francisco Elena Fuentes,
de Rafael Humberto Larios López, del general y comandante Juan Rafael
Bustillo Toledo, del coronel Carlos Mauricio Guzmán Aguilar y del coronel
Joaquín Arnoldo Cerna Flores; a Estados Unidos se solicitó la extradición del
coronel Inocente Orlando Montano Morales y del teniente Héctor Ulises
Cuenca Ocampo. El 15 de noviembre de 2017 la Corte Suprema de Estados
Unidos rechazó la última apelación posible del exviceministro de Seguridad
salvadoreño Inocente Orlando Montano para evitar su extradición a España.
En España será la Audiencia Nacional quien le juzgue una vez extraditado.
Están acusados una veintena de militares salvadoreños. .

Ediciones póstumas de su obra.


Su obra Filosofía de la Realidad histórica fue editada post mortem por el
profesor de filosofía Antonio González, y publicada por UCA Editores de El
Salvador en 1990. En ella queda patente "a modo de conclusión" que "la
verdad de la realidad no es lo ya hecho; eso sólo es una parte de la realidad. Si
no nos volvemos a lo que está haciéndose y a lo que está por hacer, se nos
escapa la verdad de la realidad..." El texto reproduce lo dicho en un ensayo de
Ellacuría sobre "el objeto de la filosofía". Para Ignacio Ellacuría "hay que
hacer la verdad... hacer aquella realidad que, en juego de praxis y teoría, se
muestra como verdadera."

En definitiva esa fue la constante intelectual y práctica de Ignacio Ellacuría: el


tener claro que "la realidad y la verdad han de hacerse y descubrirse, y que han
de hacerse y descubrirse en la complejidad colectiva y sucesiva de la historia,
de la humanidad". .

La obra de Ellacuría.
Este autor publicó en vida análisis coyunturales de la realidad salvadoreña y
artículos sobre filosofía y teología. Se negó a publicar libros en la editorial
universitaria, pues consideraba antiético hacerlo, dada su posición en la UCA.
Sus libros fueron publicados póstumamente: Filosofía de la realidad histórica,
Veinte años de historia en El Salvador. escritos políticos (tres volúmenes),
Escritos filosóficos (tres volúmenes), Escritos teológicos (tres volúmenes) y
Escritos universitarios, son, en su mayoría, compilaciones de escritos
dispersos, bien agrupados temáticamente. Bajo el título Voluntad de
liberación, el filósofo salvadoreño Héctor Samour sistematiza las
características principales del pensamiento ellacuriano. En su obra, La
teología histórica de Ignacio Ellacuría, el teólogo español José Sols Lucia
presenta en profundidad el pensamiento teológico de Ellacuría, en su doble
versión de Teología Sistemática y de Teología Fundamental. Una presentación
breve y sintética de la vida y pensamiento de Ignacio Ellacuría se encuentra en
un cuaderno de este mismo autor, José Sols Lucia, El legado de Ignacio
Ellacuría.

Ellacuría no es simplemente el discípulo o el divulgador de Zubiri. Su


originalidad radica en la aplicación de la filosofía de la realidad de Zubiri al
problema de la liberación de los pueblos iberoamericanos. .

Teología de la liberación.
Las conclusiones principales que Ellacuría extrae para la Teología de la
Liberación son:

El Jesús histórico, indefenso aunque juzgado, no fue muerto por confusión de


sus enemigos (como tampoco ocurrió con el asesinato de Ignacio Ellacuría),
sino porque era una amenaza contra el orden social establecido.
El Jesús histórico no predica un Reino de Dios abstracto o trasce
ndente, en el más allá, sino concreto, en la Realidad, en medio de un mundo
estructuralmente contradictorio e injusto.

Lo que fue la vida de Jesús (también la de Ignacio) representaba una oposición


al mundo y a los poderes de su tiempo. La fe en ese tipo de vida implica
seguimiento y compromiso, implica mantener la antorcha del amor y la
justicia frente al odio y la opresión.

Hay, pues, una denuncia, un anuncio y un testimonio hasta la muerte. En


definitiva, y como diría el propio Ignacio Ellacuría en ¿Por qué muere Jesús y
por qué lo matan?: "La conmemoración de la muerte de Jesús hasta que vuelva
no se realiza adecuadamente en una celebración cultual y mistérica ni en una
vivencia interior de la fe, sino que ha de ser celebración creyente de una vida
que sigue los pasos de quien fue muerto violentamente por quienes no aceptan
los caminos de Dios, tal como han sido revelados en Jesús". Hay, pues, una
invitación al seguimiento como opción ética, que lleva al compromiso. Vivía
como pensaba. Pensaba como vivía en consonancia con la opción evangélica y
se hizo realidad en él lo que el mismo expresara sobre Jesús y su muerte. De
ahí que su memoria lleve sobre todo a celebrar el testimonio excepcional en la
búsqueda de la verdad.

Con Ignacio Ellacuría, si queremos comprenderle "desde dentro" y desde su


propia opción y experiencia, tenemos que adentrarnos en tres grandes
preocupaciones suyas: la defensa de las mayorías populares y los pueblos
oprimidos, la Universidad como un instrumento al servicio de las mayorías, y
la función liberadora de la Filosofía. .

Trabajos más generales.


En este sentido, los trabajos fundamentales, para la comprensión global de su
obra, son los ensayos siguientes:

Filosofía y Política, de 1972.


Universidad y Política, de 1980.
El objeto de la Filosofía, de 1981.
Función Liberadora de la Filosofía, de 1985.
Centroamérica como problema, de 1986.

Ellacuría definió "la historia como actualización de posibilidades",


concluyendo que:

En la praxis histórica es el hombre entero quien toma sobre sus hombros el


hacerse cargo de la realidad, una realidad deveniente, que hasta la aparición
del primer animal inteligente se movía exclusivamente a golpe de fuerzas
físicas y estímulos biológicos. La praxis histórica es una praxis real sobre la
realidad, y éste debe ser el criterio último que libere de toda posible
mistificación: [...] de una espiritualización que no tiene en cuenta la
materialidad de la realidad y... de una materialización que tampoco tiene en
cuenta su dimensión trascendental. La consideración unitaria de todos los
dinamismos que intervienen en la historia muestra a las claras la complejidad
de la praxis histórica y los supuestos requeridos para que sea plenamente
praxis histórica.

En definitiva, la realidad histórica, dinámica y concretamente considerada,


tiene un carácter de praxis que, junto a otros criterios, lleva a la verdad de la
realidad y también a la verdad de la interpretación de la realidad [...].

La realidad histórica es, además, la realidad abierta e innovadora por


antonomasia. Si hay una apertura viva a la trascendencia es la de la historia...
Se dirá que esta apertura es propia de la persona. Y así es. Pero ninguna
persona puede, desde sí misma, dar cuenta de toda la apertura de la realidad.
Filosofía de la realidad histórica.

Dios no queda excluido del objeto de la Filosofía de la realidad histórica. Pero


no cabe sino partir de la realidad y volver a la realidad compleja, dinámica y
abierta. Y es esa realidad histórica la que es objeto de la Filosofía, filosofía
que tiene una función liberadora respecto de la cultura establecida opresora y
respecto de las estructuras injustas. .

Premio "Ignacio Ellacuría".


Artículo principal: Premio «Ignacio Ellacuría» de cooperación para el
desarrollo
En 2008 el Gobierno Vasco de España creó el Premio «Ignacio Ellacuría» de
cooperación para el desarrollo en memoria de Ignacio. Se trata de una
reformulación del Premio a la persona cooperante vasca, instituido en 1991
con el nombre Premio al Cooperante Vasco.

Obras.
Ellacuría, Ignacio. «A sus órdenes, mi capital», en Veinte años de historia en
El Salvador (1969-1989), tomo I, UCA Editores, San Salvador, 1991. .

Bibliografía.
Revista Estudios Centroamericanos 493-494, noviembre-diciembre de 1989,
ISSN 0014-1445.
Recopilación de ensayos y obras de Ignacio Ellacuría:
Ellacuría, Ignacio. Escritos filosóficos. Tomo I (escritos de juventud, de 1956
a 1968). San Salvador, El Salvador: UCA editores, 1996.
Veinte años de historia en El Salvador (1969-1989). Escritos políticos. vol. I,
San Salvador, El Salvador: UCA editores, 1991.
Filosofía de la realidad histórica (A. González Fernández editor). Madrid:
Trotta y Fundación Xavier Zubiri, 1991.
El compromiso político de la Filosofía en América Latina. Santafé de Bogotá
(Colombia): Editorial El Búho, 1994.
Tamayo, Juan-J. (editor y recopilador de los distintos capítulos de la obra):
Ignacio Ellacuría, teólogo mártir por la liberación del pueblo. Madrid: Nueva
Utopía, 1990.
Trabajos en obras colectivas:
Ellacuría, Ignacio. "La Teología de la liberación frente al cambio
sociohistórico de América Latina", y "En torno al concepto y a la idea de
liberación". Implicaciones sociales y políticas de la Teología de la liberación.
Sevilla: Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1989 (pp. 69-89 y 91-109,
respectivamente).
"La superación del reduccionismo idealista en Zubiri". Razón, ética y política.
El conflicto en las sociedades modernas (Palacios, X. y Jarauta, F. editores).
Madrid: Anthropos, 1989.
"Universidad, derechos humanos y mayorías populares" (ECA 406, 1982).
Universidad y Cambio Social (los jesuitas en El Salvador). México: Magna
Terra Editores, 1990.
"Historicidad de la salvación cristiana", y "Utopía y profetismo", en
Mysterium liberationis. Conceptos fundamentales de la Teología de la
liberación, tomo I ( I. Ellacuría y J.Sobrino coeditores). Madrid: UCA y
Trotta, 1990, pp. 323-372, y 393-442.
"La Iglesia de los pobres, sacramento histórico de liberación", y "El pueblo
crucificado". Mysterium liberationis. Conceptos fundamentales de la Teología
de la liberación, tomo II, pp. 127-153 y 189-216, respectivamente.
"Salvación en la historia". Conceptos fundamentales del Cristianismo
(Floristán, C., y Tamayo, J. J., editores). Madrid: Trotta, 1993.
Tres trabajos publicados en Revistas y no recopilados todavía:
Ellacuría, Ignacio. "Filosofía, para qué". Abra (San Salvador ) año 2, 1.11
(1976): 42-48.
"Aporte de la Teología de la Liberación a las religiones abrahámicas en la
superación del individualismo y del positivismo". Revista Latinoamericana de
Teología (San Salvador ) 10 (1987): 3-28.
"Quinto Centenario América Latina. ¿Descubrimiento o encubrimiento?".
Cristianisme i Justícia (Barcelona) 31 (1990): 1-16. También publicado en la
revista Rábida (Huelva) 9 (1991): 25-33.
Sobre Ignacio Ellacuría
Castellón Martín, José Joaquín. "Ellacuría y la filosofía de la praxis", Ed.
Hergué, Huelva, 2003.
Tamayo-Acosta, Juan-J. "Ignacio Ellacuría. Fundamentación filosófica del
método de la teología de la liberación". Para comprender la Teología de la
Liberación. Verbo Divino, Estella (Navarra), 1989. 225-228.
Samour, Héctor, "Voluntad de liberación. La filosofía de Ignacio Ellacuría",
Comares, Granada, 2003.
Senent de Frutos, Juan Antonio. "Ellacuría y los derechos humanos", Desclée
de Brouwer, Bilbao, 1998.
Sols Lucia, José, "El legado de Ignacio Ellacuría", Cristianisme i Justícia,
Barcelona, 1998.
Sols Lucia, José, La teología histórica de Ignacio Ellacuría, Trotta, Madrid,
1999.
Sols, José, "Quan la fe interpreta i transforma", Claret, Barcelona, 2003. (En
catalán).
Sols Lucia, José, "Las razones de Ellacuría", Cristianisme i Justicia,
Barcelona, 2014.

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