Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
"Recorrió Jesús toda Galilea enseñando, proclamando la Buena Nueva del Reino, curando
toda dolencia y enfermedad en el pueblo." Mt 23. Jesucristo ayer, hoy y siempre. No se ha
agotado su poder sanador.
SANACIÓN INTERIOR
Lo más hermoso que he encontrado en la Renovación Carismática es lo que se llama
"la sanación interior". Así como nuestro cuerpo es atacado por diferentes
enfermedades, también interiormente podemos estar enfermos de complejos,
miedos, rencores y todo tipo de inseguridades.
Multitud de casos físicos son sólo síntomas de desajustes psicológicos que, al ser
curados, desaparecen.
Si nuestros sentimientos fueron heridos, nos volvemos desconfiados.
Si recordamos que alguien nos traicionó, sentimos rechazo contra todos.
A veces hemos sido defraudados en el amor, y desde entonces nuestro corazón se cierra
a toda manifestación de cariño.
Sin embargo, Jesús ha venido a curar los corazones destrozados y nos ofrece un
corazón nuevo. Es maravilloso descubrir cómo el Evangelio está lleno de este tipo de
sanaciones.
¡Cuántas veces queremos mejorar, pero no podemos!.
Nos falta fuerza de voluntad y nuestro carácter no puede superar las adversidades.
Otras veces creemos que son los otros lo que deben cambiar y se lo exigimos, sin
resultados.
Al contrario, parece que se acentúa más el problema. Todos estamos heridos y por
eso no tenemos fuerzas para superar nuestras limitaciones.
Muchos condenan a los demás diciendo: "Es un hombre perverso". Pues bien, no
hay perversos: lo que hay son hombres y mujeres que luchan con problemas que los
aplastan.
Jesús vino a romper nuestras cadenas y a darnos la libertad. Lo que nos parecía
perverso era simplemente algo que Jesús tenía que sanar.
JESÚS CURÓ TODAS LAS ENFERMEDADES
Hay cuatro clases de enfermedades:
La de nuestro espíritu, causada por el pecado personal.
La emocional causada por las heridas y sentimientos del pasado. Abarcan nuestra
vida psíquica.
La enfermedad física del cuerpo.
Puede darse también la opresión del maligno.
UN FALSO DIAGNÓSTICO:
Orar por sanación física cuando se requiere sanación interior del mal que causa la
enfermedad física. Orar por sanación interior cuando hay problemas físicos o se necesita
liberación especial.
No ir al médico como medio de Dios para curar. El médico y las medicinas son los
medios que ordinariamente usa Dios para sanarnos.
No usar los medios naturales para no enfermar: Descanso, higiene, prudencia. Si no
empleas los medios ordinarios para conservar la salud, no pidas recobrarla por medios
extraordinarios.
Falta de constancia. Recordemos que la "oración asidua es muy poderosa". Muchas
curaciones no se completan por falta de perseverancia en la oración.
EL TIEMPO DE DIOS
Unas veces el Señor nos sana al instante. Otras veces lo hace gradualmente. Otras
no lo hace nunca por razones que Él sabe. Perseveremos orando.
Quizás no es aún la hora de Dios
Quizás quiere que sea otra persona el instrumento para curarle.
Nuestra oración tiene buen éxito sólo cuando Dios nos llama para que oremos por
una persona concreta.
Puede ser que el ambiente lo impida. Si allí no hay paz, amor, oración, sino odio,
frivolidad, etc. no se da la sanación.
Cuidado con decir que falta la fe. Cuando alguien no es curado pueden darse otras
razones, que expliquen su no curación. La sanación es un misterio del amor divino.
IMPOSICIÓN DE MANOS
La oración de sanación cuando va acompañada de la imposición de manos tiene una fuerza
especial por varias razones:
· Porque el gesto de imponer las manos es profundamente bíblico
· Esta imposición de manos es un gesto de comunión fraternal que hace experimentar al
enfermo la auténtica compasión del que lo acompaña.
· Con frecuencia, este contacto es el medio que usa el Señor para hacer llegar al enfermo su
poder de sanación