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Universidad del Istmo

Campus Juchitán
Licenciatura en Enfermería

Materia
Historia del pensamiento filosófico

Docente
M.E Rocío Candelario Santiago

Integrantes
 Cruz Perianza Itzel Arantza Ruiz Guzmán Leslie Guadalupe
 Fagoaga Pérez Sara Irlanda Velázquez Márquez Guadalupe
 Girón Antonio Katia del Carmen López Vásquez Juquila
 Pérez Pineda Luis Ricardo Martínez Pineda Carolina
 Ruiz Pérez Sandy Ríos Betanzos Amayrani

Tema

Filosofía del liberalismo


114-A

Juchitán de Zaragoza Oaxaca, 29 de noviembre de 2016.


Introducción
Nace en los años 60 en argentina, en el segundo congreso nacional de filosofía el
pensamiento filosófico del liberalismo. Posteriormente nace como mancipación
nace en Morelia México 1975 se conoce como conocimiento critico liberador.

Dussel busca la autenticidad de la filosofía latinoamericana ante la negación del


sistema de dominación mundial. Posteriormente surge de rotes y contrastes, e
incluso con la metafísica propuesto por Heidegger y Levins que plantea una
filosofía antidocmática hasta llegar a construir una identidad filosófica
comprometida con su tiempo.

La filosofía tiene una evaluación semejante a otros países del continente, tienen
su influencia ejercidas por otros filosos sobre el pensamiento filosófico
latinoamericano, la filosofía latinoamericana corre paralela a la de Europa y
cambia con ésta comenzó de cero después de la conquista, sin tomar en cuenta el
pensamiento indígena.

La negativa

Tiene sentido imitativo de la reflexión, tiene disposición abierta e irrestricta a


aceptar, productos, teorías procedentes de otras culturas occidentales. De tal
manera que existen mitos que impiden reconocer la identidad histórica del ser
latinoamericano.

Con esto Dussel quiere decir que la filosofía se da en circunstancias históricas


concretas, que la filosofía tiene espacios determinados en las cuales se
desarrollan
Leopoldo Zea
El filósofo Leopoldo Zea es recordado por sus aportaciones a la idea de una
Latinoamérica unida, no solo como una utopía sino como un proyecto acorde con
el devenir histórico. Defendió la producción de ideas filosóficas en la región y
además demostró que lo hechos históricos no que son independientes a las ideas,
que de la misma forma, no son algo abstracto sino reacciones a determinadas
situaciones de la vida humana.

Leopoldo Zea nació el 30 de junio de 1912 y falleció el 8 de junio del 2004. Tuvo
una infancia llena de privaciones por su humilde origen.

Termina la primaria en 1924. El joven Zea supo abrirse camino trabajando como
mensajero en los Telégrafos Nacionales, y prosiguió sus estudios hasta ingresar
en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde conoce al filósofo Samuel
Ramos. Su natural inteligencia y aplicación le valen el apoyo de un filósofo llegado
a México con el exilio español, su maestro José Gaos, quien lo recomienda con
Alfonso Reyes y Daniel Cosío Villegas para obtener una beca en la casa de
España en México, que luego será el Colegio de México.

Bajo la influencia de Gaos, en 1942 escribe su tesis de maestría sobre el


Positivismo en México. Posteriormente en 1943 se le otorga la maestría por la
primera parte del trabajo. En 1944el doctorado por la segunda parte.

Dicho trabajo le abrirá las puertas como profesor en la Preparatoria Nacional y


más tarde en la Máxima Casa de Estudios del país. Ese mismo año ocupa la
cátedra de Filosofía de la Historia.

Aportaciones académicas

A partir de 1945 Zea trabaja en su materia por excelencia.

Autor de más de 50 títulos, su línea bibliográfica abarca desde Dos etapas del
pensamiento en Hispanoamérica (1949) hasta Discurso desde la marginación y la
barbarie (1988), pasando por América como conciencia (1953), América en la
Historia (1957), el pensamiento Latinoamericano (1965) y Filosofía de la historia
en América (1976).

En 1947 fundó, en la Facultad de Filosofía y Letras, el Seminario de Historia de las


Ideas en América. En 1954 fue designado investigador de tiempo completo del
Centro de Estudios Filosófico de la UNAM. Vendría luego la dirección de la
Facultad de Filosofía y Letras (1966-1970). Durante su periodo como director
fundó el Colegio de Estudio Latinoamericanos (1966); más adelante funda el
Centro Coordinador y Difusor de los Estudios Latinoamericano de la UNAM
(1978).

Las ideas en Latinoamérica

Paralelamente en sus ensayos sobre la producción filosófica latinoamericana,


escribe otros trabajos en los que expresa la preocupación por insertar el filosofar y
pensar de la región en la auténtica universalidad.

Así organiza en el Instituto Panamericano de Geografía e Historia, el Comité de


Historia delas Ideas, donde coordina los trabajos sobre este tema en América
Latina.

José Gaos al comentar Dos etapas del pensamiento en Hispanoamérica (1949),


de Zea, dice que allí se expresa una filosofía que puede ser propiamente llamada
Latinoamericana, filosofía original deducida de la historia de las ideas de la región,
filosofía de la historia.

Zea enfoca sus esfuerzos en ese sentido, publicando trabajos como América
como conciencia (1953), América en la historia (1957), hasta llegar a los títulos
Filosofía de la historia americana (1976) y Discurso desde la marginación y la
barbarie (1988), entre otros.

Entonces, ¿Qué es el mexicano?, se interroga el filósofo y responde: “el mexicano


es un hombre como todos los hombres, con posibilidades e impedimentos sobre lo
que debe tomar conciencia para estimular unos y vencer a otros”.
Enrique Dussel
Enrique Domingo Dussel Ambrosini nació 24 de diciembre de 1934, departamento
de La Paz, Provincia de Mendoza, Argentina es un académico, filósofo, historiador
y teólogo de origen argentino, naturalizado mexicano. Fue rector interino de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

Enrique Dussel es reconocido internacionalmente por su trabajo en el campo de la


Ética, la Filosofía Política, la Filosofía latinoamericana y en particular por ser uno
de los fundadores de la Filosofía de la liberación, corriente de pensamiento de la
que es arquitecto, habiendo sido también uno de los iniciadores de la Teología de
la liberación. Ha mantenido diálogo con filósofos como Karl-Otto Apel, Gianni
Vattimo, Jürgen Habermas, Richard Rorty, Emmanuel Lévinas y Adela Cortina. Su
vasto conocimiento en Filosofía, Política, Historia y Religión, plasmado en más de
50 libros y más de 400 artículos muchos de ellos traducidos en más de seis
idiomas lo convierte en uno de los más prestigiados pensadores filosóficos del
siglo XX, que ha contribuido en la construcción de una filosofía comprometida. Ha
sido crítico de la modernidad apelando a un "nuevo" momento denominado
transmodernidad. También ha sido crítico del helenocentrismo, del eurocentrismo
y del occidentalismo. Defiende la postura filosófica que ha sido denominada bajo
el rótulo de "giro descolonizador" o "giro descolonial".

Licenciado en Filosofía (Mendoza, Argentina, 1957), Doctor en Filosofía


(Complutense, Madrid, 1959), Licenciado en Ciencias de la Religión (Inst. Católico,
París, 1965), Doctor en Historia (La Sorbonne París, 1967), Doctor Honoris Causa
(Friburgo, Suiza, 1981) y en la Universidad Mayor de San Andrés (La Paz, Bolivia,
1995).

Profesor de Ética y Filosofía Política en el Colegio de Filosofía de la FFyL de la


Universidad Nacional Autónoma de México (definitivo en Ética, con una
antigüedad académica que inicia en 1976) y en la Universidad Autónoma
Metropolitana., México). Entre sus responsabilidades científicas destacan:
miembro investigador del Instituto de Historia Europea (Maguncia, Alemania,
1962-1965); miembro de la Asociación Filosófica Mexicana (1975-); miembro de
Gesellschaft für Interkulturelle Philosophie (Köln, Alemania, 1994-); miembro del
Consejo Editorial de la revista African Philosophy (Lewisburg, PA, USA, 1997-);
presidente de la Asociación de Filosofía y Liberación (miembro de la Federación
Internacional de Sociedades de Filosofía, FISP); Investigador Nacional Nivel III,
del Sistema Nacional de Investigadores (SNI, México, 2004-2014).

Entre 1953 y 1957 estudió filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo. Su tesis


de licenciatura trata la noción del bien común entre los griegos. Radicado en
España, siguió sus estudios filosóficos en la Universidad Complutense de Madrid.
En 1959 presentó su tesis (en la que continuó investigando acerca del bien
común) y obtuvo el doctorado.

Desde 1959 y hasta 1961 vivió en Nazaret, Israel, junto al sacerdote Paul
Gauthier, trabajando como carpintero. Esta experiencia en medio oriente
determinó su futura reflexión, porque allí tuvo la oportunidad de vivenciar al pobre
como excluido.

Radicado en Francia en 1961, estudió Teología e Historia en La Sorbona. En un


viaje a Alemania en 1963 conoció a su futura esposa, Johanna Peters. Se puso en
contacto con Joseph Lortz, y entre 1964 y 1966 estudió en el Archivo de Indias de
Sevilla. Obtuvo un título en estudios de la Religión en el Instituto Católico de París,
en 1965. Sus conocimientos e intereses por la historia de la Iglesia en el periodo
de la conquista y colonización de América, eclosionaron en su tesis Les Evêques
hispano-americains, defenseurs et evangelisateurs de l' indien (1504-1620), por la
que obtuvo el Doctorado en Historia.

En 1968 regresó a Mendoza para enseñar Ética en la Universidad Nacional de


Cuyo. Entre 1969 y 1973 comenzó una prolífica etapa de su reflexión, cuyo
resultado son importantes publicaciones. Acusaba un profundo influjo de
Heidegger y Husserl, sin embargo, su lectura del libro Totalidad e Infinito de
Emmanuel Lévinas le produjo, según sus palabras, el "despertar del sueño
ontológico heideggeriano". Ocurrió entonces en su pensamiento un
"desquiciamiento de todo lo hasta entonces aprendido".5

Junto con otros filósofos argentinos como Mario Casalla, Carlos Cullen, Osvaldo
Adelmo Ardiles, Juan Carlos Scannone, Rodolfo Kusch, Horacio Cerruti Guldberg,
Arturo Andrés Roig y Julio de Zan crea el movimiento conocido como filosofía de
la liberación, cuya presentación en público ocurrió durante el II Congreso Nacional
de filosofía realizado en la ciudad de Córdoba en 1971. Algunos meses después el
grupo publica el libro colectivo Hacia una filosofía de la liberación latinoamericana,
considerado el primer manifiesto de la filosofía latinoamericana de la liberación.

Sus diferentes actividades derivaron en acusaciones de diversa índole por parte


de los grupos paramilitares surgidos en aquellos tiempos, lo tildaron de marxista y
se convirtió en víctima de frecuentes amenazas de muerte. Estos episodios
finalmente desembocaron en un atentado con bomba en su casa en 1973.

Además, las purgas que se fueron sucediendo en la Universidad Nacional de Cuyo


llevaron a que fuera expulsado de dicha institución en 1976 y, concordantemente,
se prohibió la comercialización de sus libros y se clausuraron las publicaciones
que dirigía.6 se mismo año se exilió en México, donde publicó su célebre libro
Filosofía de la liberación. Allí trabajó como profesor en el Departamento de
Filosofía de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Iztapalapa (1975) y en
la Universidad Nacional Autónoma de México (1976).

Enrique Dussel ha recibido tres doctorados Honoris Causa: por la Universidad de


Friburgo de Suiza en Teología, en 1981, por la Universidad Mayor de San Andrés,
Bolivia, en 1995, y por la universidad santo tomas, de Bogotá, en 2015. Ha
fundado y/o presidido asociaciones como la Comisión de Estudios de Historia de
la Iglesia en Latinoamérica, la Ecumenical Association of Third World Theologians
y la Asociación de Filosofía y Liberación. Ha sido fundador de la Revista de
Filosofía Latinoamericana, de Buenos Aires.

Durante la primera década del siglo XXI Dussel formó parte del Grupo
modernidad/colonialidad, el más importante colectivo de pensamiento poscolonial
en América Latina. En la actualidad escribe en diferentes periódicos y revistas
latinoamericanas.

Aportaciones a la Filosofía

Dussel utiliza el término de la liberación en esta Política de la liberación en el


sentido de tratar de liberar la filosofía de los encubrimientos teóricos occidentales
que ocultan la riqueza histórica, cultural e intelectual de los distintos períodos del
pasado, las distintas formaciones políticas y las múltiples reflexiones de lo político.
Reducir el pensamiento a un estrecho viaje desde Grecia hasta EEUU o a un corto
tiempo desde el mundo Antiguo hasta la Posmodernidad son algunas de las
simplificaciones tradicionales que, todavía hoy, se siguen cometiendo con una
inocencia que tacha de heleno céntrica (por instalar el origen de la filosofía política
en la Gracia antigua), occidentalista (por menospreciar la importancia filosófica de
los textos orientales de Europa, como Bizancio) y eurocéntrica (por el menosprecio
generalizado a todas las producciones del mundo alejadas de Occidente). Dussel
no elabora una mera historia de las ideas políticas, ni tampoco un sistema de
ideas políticas. Antes bien, se trata de un metarrelato (en el sentido de Lyotard),
inevitablemente subjetivo y situado desde una perspectiva latinoamericana. Con
seguridad, se trata del primer libro dedicado a una historia política que incorpora el
pensamiento latinoamericano dentro del marco histórico mundial [4]. Este enorme
relato no sólo desmonta la estructura filosófica occidental, sino que además tiene
una triple intención: demostrar la mundialidad milenaria de la filosofía y la práctica
política, reconstruir el relato filosófico latinoamericano originario desde la
Modernidad en el siglo XVI, y legitimar el estatuto epistemológico de la propia
filosofía del autor, la filosofía de la liberación. Es más, nuestro autor defiende la
universalidad de su filosofía puesto que representa el marco teórico de toda
filosofía que esté, por un lado, contextualizada en una praxis temporal y geográfica
concreta y, por otro lado, elaborada desde una perspectiva no occidentalizada. Su
categoría fundamental, que va a desarrollar posteriormente, es el concepto de
pueblo como fuente del poder político y víctima encubierta por la mayoría de
sistemas políticos de la historia.

El proyecto de la Filosofía de la Liberación es, sin dudas, uno de los más


importantes esfuerzos intelectuales elaborados desde América Latina para la
comprensión crítica de los problemas que afectan a los pueblos, en particular de
nuestra región. Este intento de la filosofía de pensar en y desde los oprimidos,
surgió entrado los años sesentas a partir de lo que Dussel, uno de sus fundadores,
identifica como el descubrimiento de la masividad de la dominación que se juega
en los diferentes ejes (centro-periferia, elites-masas, hombre-mujer, etc.) y la
necesidad de un tratamiento filosófico crítico-comprensivo de esa construcción de
la dominación con un horizonte de transformación social emancipadora. En esta
perspectiva la Filosofía de la Liberación comparte un espíritu de la época con el
desarrollo de la Sociología de la Liberación, la Teología de la Liberación, y en
general con el esfuerzo de elaboración de una (o varias) Teoría de la
Dependencia, aunque su desarrollo ulterior haya tomado caminos diferentes a
estas corrientes propiciando un genuino sendero crítico el cual le ha permitido
superarse sin abandonar su intencionalidad ético-política de origen.
Conclusión.
La enajenación de sus circunstancias americanas que Zea notó en los
intelectuales del siglo XIX, de tal manera que el sujeto se encontraba dirimido
entre un "yo" ideal y el "yo" circunstancial, surge de nuevo pero en un sentido más
radical. Porque el "yo" que habla no es, en y para sí, el "yo" circunstancial, es
decir, el horizonte pragmático mío. Es un "yo" circunstancial sólo para el "yo" ideal,
eurocéntrico. Esto introduce un elemento de tensión, una lucha por el
reconocimiento no prevista por Hegel, para quien fue una lucha entre iguales la
que llevó a la desigualdad (la dialéctica de amo y esclavo). En vez de eso, nos
encontramos con una lucha por el reconocimiento entre desiguales, una lucha
asimétrica en la cual o se preserva el status quo o se le transforma incluyendo la
diferencia suprimida, en este caso en el diálogo nacional, de acuerdo a los
términos definidos por esa diferencia (por ejemplo, en nuestro caso, satisfaciendo
las demandas radicales de los grupos indígenas por autonomía) y alcanzando
igualdad material (no simplemente la igualdad formal del mercado y del día de las
elecciones). Pero, así como el "diálogo nacional" no puede aceptar al oprimido
como interlocutor en condición de igual a igual, hay también poca tolerancia por
parte de la máquina capitalista por la igualdad material, ya que eso requeriría un
fin a las privatizaciones y una reconstrucción del estado para garantizar
educación, salud y vida digna para todos.

Dussel también concluyo que: En suma, el método de la ética de la liberación


estaría constituido por tres momentos: a) los ethos concretos y sus
correspondientes éticas existenciales articuladas en torno a un simbólica o
hermenéutica de los símbolos cotidianos; b) la ética ontológica expuesta por la
dialéctica; y c) la ética “metafísica” (en el sentido de Levinas) o analéptica. La ética
parte de una fenomenología hermenéutica (lo simbólico) se piensa dialécticamente
(la totalidad) y se cuestiona analépticamente (la alteridad). Para una ética de la
liberación latinoamericana sintetiza de esta manera las investigaciones anteriores
en torno a una antropología filosófica, a un acceso hermenéutico al ser de América
Latina, y a una ética ontológica, pero ahora interpretados desde el paradigma de
una filosofía que se comprende como postmoderna: “Por encontrarnos más allá de
la totalidad europea, moderna y dominadora, es una filosofía del futuro, es
mundial, postmoderna y de liberación”
Referencias bibliográficas
 Leopoldo Zea, filósofo de la unidad latinoamericana [internet]. Comunicado
No. 975/2010. 30 de junio del 2010. Disponible en:
http://www.cultura.gob.mx
 García, P. Enrique Dussel, la filosofía de la liberación de Enrique Dussel: un
humanismo del otro hombre. Octubre 2006. Obtenido de
http://www.ensayista.org/critica/generales/c-h/mexico/dussel.htm

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