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Según Villegas (2002) el pago de un tributo es el cumplimiento de la prestación que constituye el objeto de
la relación jurídica tributaria principal, lo que presupone la existencia de un crédito por suma liquida y exigible
a favor del fisco. A su vez, el Código Orgánico Tributario (2014) en el artículo 40 establece que el pago de los
tributos debe ser efectuado por los sujetos pasivos correspondientes. También puede ser efectuado por un
tercero, quien se subrogará en los derechos, garantías y privilegios del sujeto activo, pero no en las
prerrogativas reconocidas al mismo por su condición de ente público.
En este mismo orden de ideas, el artículo 41 del Código Orgánico Tributario (2014) expone que el pago debe
efectuarse en el lugar y en la forma que indique la ley o reglamentación. Asimismo, este deberá efectuarse
en la misma fecha en que deba presentarse la correspondiente declaración, a menos que la Ley o su
reglamento establezcan lo contrario. Los pagos realizados fuera de la fecha dispuesta, incluso provenientes
de ajustes o reparos, se considerarán inoportunos y generarán intereses moratorios. De igual modo, la
Administración Tributaria podrá establecer plazos para la presentación de declaraciones y pagos de los
tributos para determinados grupos de contribuyentes o responsables. A tales efectos, los días de diferencia
entre los distintos plazos no podrán exceder de quince (15) días hábiles.
Resulta oportuno exponer que el impuesto sobre la renta será liquidado o pagado sobre los enriquecimientos
netos y disponibles obtenidos durante el año gravable. A pesar de lo anteriormente descrito, el artículo 84
de la Ley de Impuesto sobre la Renta (2007) indica que mediante resolución del Ministerio de Finanzas, podrá
ordenarse que los contribuyentes determinen sus enriquecimientos, calculen los impuestos correspondientes
y procedan a su cancelación en las Oficinas Receptoras de Fondos Nacionales, en pocas palabras, que realicen
una autoliquidación del impuesto sobre la renta. Dicha resolución señalará las categorías de contribuyentes
a los cuales se aplicará el procedimiento de autoliquidación, los plazos que se fijen para el pago de los
impuestos derivados de las declaraciones de rentas estimadas o definitivas y las normas de procedimiento
que deban cumplirse.
Por su parte, Candal (2005) basándose en el artículo 136 del Reglamento de Impuesto sobre la Renta (2003),
expone que para efectuar el pago o autoliquidación del impuesto sobre la renta, los contribuyentes deberán
presentar la declaración del impuesto y podrán emplear formularios o formas impresas, o formatos
electrónicos, que sean autorizados por el Servicio Nacional de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT).
Al mismo tiempo, Garay (2014) fundamentado en el artículo 172 del Reglamento de Impuesto sobre la Renta
(2003), establece que el contribuyente, si es una personas jurídica, deberá presentar su declaración de rentas
dentro de los tres (3) meses que sigan a la terminación de su ejercicio y dentro de ese mismo plazo se deberá
pagar el impuesto de una sola vez, al momento de hacer la declaración.
Mientras tanto, el artículo 171 del Reglamento de Impuesto sobre la Renta (2003) determina que los
contribuyentes y responsables que opten por presentar declaraciones a través de medios electrónicos,
ópticos o magnéticos, una vez autorizados por la Administración Tributaria, podrán usar para pagar el
impuesto de forma electrónica, transferencias electrónicas de fondos, manteniendo activa una cuenta de
transacciones con algunas entidades bancarias con las que mantenga convenios de recaudación con la
Administración Tributaria, tarjetas de crédito y tarjetas de débito. Todo esto con el objetivo de pagar
oportunamente mencionado tributo.
Villegas (2002), expone que una retención es la obligación que tiene el comprador de bienes y servicios de no
entregar el valor de la compra al proveedor, sino de guardar o retener un porcentaje en concepto de
impuestos. Este instrumento legal de recaudación radica en asegurar para el fisco, la percepción periódica
del tributo que causan determinadas rentas. Por otra parte, Moya (2009) define la retención del impuesto
sobre la renta como un pago anticipado que el beneficiario de un determinado enriquecimiento debe efectuar
al Fisco Nacional, el cual podrá ser compensado al momento del cálculo en la autoliquidación definitiva del
impuesto sobre la renta del ejercicio fiscal que corresponda.
La normativa vigente que regula lo referente a las retenciones del impuesto sobre la renta está contenida en
el Decreto 1.808 del 23 de abril de 1997, publicado en Gaceta Oficial No. 36.203 el 12 de mayo del mismo año,
mediante el cual se dicta el Reglamento Parcial de la Ley de Impuesto sobre la Renta en materia de
retenciones. Este reglamento impone el sistema legal de retenciones del mencionado impuesto y regula todo
lo concerniente a las obligaciones que tienen los deudores y/o pagadores de ingresos brutos o
enriquecimientos netos afectos al impuesto sobre la renta, de efectuar la retención en el momento del pago
o abono en cuenta y a enterarlo en una oficina receptora de fondos nacionales, en los plazos, condiciones y
formas reglamentarias establecidas.
Los deberes formales de las retenciones del Impuesto sobre la renta, de acuerdo con Villegas (2002) son
efectuar, respectivamente, las retenciones del impuesto sobre la renta, en los supuestos establecidos en el
Reglamento Parcial del Impuesto Sobre la Renta en Materia de retenciones, ejecutar el enteramiento de las
cantidades retenidas, dentro de los plazos y condiciones establecidos por las normas correspondiente,
entregar el comprobante de retención indicando el monto pagado o abonado en cuenta y la cantidad retenida
y de la misma forma, entregar a los sujetos retenidos una relación del total pagado o abonado en cuenta y los
impuestos retenidos en el ejercicio. Dicho autor establece que los objetivos de las retenciones del impuesto
sobre la renta son facilitar el cumplimiento de las obligaciones tributarias, permitiendo el pago del impuesto
en forma anticipada y fraccionada y la obtención anticipada de recursos tributarios para el Estado, así como
ejercer un mayor control sobre las rentas obtenidas por los contribuyentes.
Ahora bien, de acuerdo con la Ley de Impuesto sobre la Renta (2007), los enriquecimientos netos o ingresos
brutos objeto de retención de impuesto, son los siguientes:
Los sueldos, salarios, pensiones, obvenciones, comisiones y demás remuneraciones similares, así como los
egresos por concepto de servicios profesionales, que en palabras más sencillas, representan los honorarios
profesionales.
Las comisiones e intermediarios en la enajenación de bienes e inmuebles, es decir, comisiones a
corredores de inmuebles.
Los intereses pagados por razón de actividades económicas o de bienes productores de renta.
Los gastos de transporte, causados o pagados dentro del ejercicio gravable, realizados en beneficio del
contribuyente pagador, con el objetivo de producir la renta.
Los derechos de exhibición de películas y similares para el cine o la televisión.
Las regalías y demás participaciones similares, así como las remuneraciones, honorarios y pagos por
asistencia técnica o servicios tecnológicos utilizados en el país.
Las primas de seguro que cubran los riesgos a que están expuestos los bienes y personas distintas del
contribuyente.
Los enriquecimientos netos de las agencias de noticias internacionales.
Los enriquecimientos de las agencias o empresas de transporte internacional constituidas y domiciliadas
en el exterior o constituidas en el exterior y domiciliadas en la República Bolivariana de Venezuela.
Los enriquecimientos netos de los contribuyentes que desde el exterior remitan al país mercancías en
consignación.
Los enriquecimientos netos de las empresas de reaseguros no domiciliadas en el país.
Los enriquecimientos netos de los contribuyentes no residentes o no domiciliados en el país, provenientes
de actividades profesionales no mercantiles.
Los enriquecimientos netos derivados del transporte entre la República Bolivariana de Venezuela y el
exterior, y viceversa.
Los enriquecimientos de los contribuyentes que desde el exterior suministren asistencia técnica o servicios
tecnológicos a personas o comunidades que en función productora de rentas los utilicen en el país o los
cedan a terceros.
Los enriquecimientos netos provenientes de regalías de personas no domiciliadas en el país.
Los premios de loterías e hipódromos y las ganancias obtenidas por juegos o apuestas.
Los ingresos obtenidos por las personas naturales, jurídicas o comunidades, por la enajenación de
acciones, siempre y cuando dicha enajenación haya sido efectuada a través de una Bolsa de Valores
domiciliada en el país.
Agente de retención y sus responsabilidades
Según Villegas (2002), un agente de retención es un deudor o alguien que por su función pública, ejercicio de
actividad, oficio o profesión, tiene la posibilidad material de amputar una suma dineraria al destinatario legal
tributario, y al cual la Ley confiere tanto la facultad de amputar retentivamente como la obligación de ingresar
al fisco el importe amputado. Por otro lado, el artículo 27 del Código Orgánico Tributario (2014) expresa que
los agentes de retención o percepción son las personas designadas por la Ley o por la Administración
Tributaria, que por sus funciones públicas o por razón de su actividad privada, participen en actos u
operaciones donde deban efectuar retención o percepción del Tributo correspondiente.
Una vez efectuada la retención o percepción, el agente de retención se convierte en el único responsable ante
la Administración Tributaria, por el importe retenido o percibido. De no realizar la retención o percepción, el
Fisco responderá solidariamente con el contribuyente. Asimismo, será responsable ante el contribuyente por
las retenciones efectuadas sin la disposición de normas legales o reglamentarias que autoricen. En caso de
que el agente haya enterado a la Administración lo retenido, le corresponde al contribuyente solicitar de la
Administración Tributaria el reintegro o la compensación correspondiente.
El Reglamento Parcial en Materia de Retenciones de Impuesto sobre la Renta (1997), en su artículo 17,
establece la designación de los responsables en calidad de agente de retención de la siguiente manera:
En el caso de omisión de declaraciones de renta, la Administración Tributaria impondrá una multa del
treinta por ciento (30%) sobre la cantidad del tributo.
El que cause una disminución ilegítima de los ingresos tributarios por acción u omisión, inclusive mediante
el disfrute indebido de exenciones, exoneraciones u otros beneficios fiscales, será sancionado con multa
de un cien por ciento (100%) hasta el trescientos por ciento (300%) del tributo omitido.
El que obtenga devoluciones o reintegros indebidos, será sancionado con multa del cíen por ciento (100%)
al quinientos por ciento (500%) de las cantidades indebidamente obtenidas.
Quien omita el pago de anticipos a que está obligado, será sancionado con el cien por ciento (100%) de los
anticipos omitidos.
Quien incurra en el retraso del pago de anticipos, será sancionado con el cero coma cero cinco por ciento
(0,05%) de los anticipos omitidos por cada día de retraso hasta un máximo del cíen por ciento (100%).
Quien no realice la retención o percepción correspondiente, será sancionado con el quinientos por ciento
(500%) del tributo no retenido o no percibido.
El que retenga o perciba menos de lo que corresponde, será sancionado con el cíen por ciento (100%) de
lo no retenido o no percibido.
Aquel que entere las cantidades retenidas o percibidas en las oficinas receptoras de fondos nacionales,
fuera del plazo establecido en las normas respectivas, será sancionado con multa del cinco por ciento (5%)
de los tributos retenidos o percibidos, por cada día de retraso en su enteramiento, hasta un máximo de
cien (100) días.
El que no informe las cantidades retenidas o percibidas en las oficinas receptoras de fondos nacionales,
será sancionado con multa de un mil por ciento (1.000%) del monto de las referidas cantidades.