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La psicopatología, (del griego, psyché: alma; pathos: enfermedad; y logos: discurso racional) es

una disciplina científica cuyo objeto de estudio es la conducta anormal o desviada, y que presta
especial interés a la naturaleza u orígenes de los comportamientos patológicos. Sirve como base
para disciplinas más aplicadas, como la psicología clínica o la psiquiatría, y guía los procesos
de prevención, diagnóstico y tratamiento. Uno de sus principales objetivos es lograr establecer
unos principios generales que permitan identificar las causas de la conducta anormal mediante la
aplicación del método científico.1

A lo largo de la historia de la psicopatología, el concepto mismo de enfermedad mental ha ido


evolucionando en función del momento histórico y de las circunstancias culturales de cada
sociedad. Tanto la conducta anormal como el modo en que debía ser tratada se han entendido de
muy distintas formas desde la antigüedad hasta nuestros días. Así, podemos señalar las primeras
concepciones mágicas y animistas de las sociedades primitivas; la notable influencia de los
factores religiosos durante la Edad Media que impulsaron una visión de la locura como castigo
divino ante el pecado; la progresiva tendencia hacia la asunción de posiciones de carácter
más organicista a partir del siglo XIX y el posterior desarrollo de la psicobiología y
lapsicofarmacología; y los modelos de corte psicogénico, que buscan las causas de la desviación
conductual en factores de índole psicológico o psicosocial

Sociedades primitivas

Un cráneo trepanado que data del periodo neolítico. El crecimiento de nuevo tejido óseo alrededor de la oquedad
indica que el individuo sobrevivió a la intervención.

Existe la concepción generalizada de que el pensamiento mágico y animista que caracterizaba a


los pueblos primitivos de culturas preliterarias también sustentaba su concepción del
comportamiento anormal, que en algunas sociedades se entendía como la expresión de algún tipo
de posesión por parte de espíritus malignos, o como el resultado de un castigo divino. No existen
muchas fuentes fiables de épocas tan pretéritas, por lo que las teorías elaboradas al respecto
emanan de la información aportada por el análisis de los hallazgos arqueológicos que se han
realizado en el último siglo en diversos lugares del mundo. En Perú se encontraron restos de
cráneos trepanados que datan de la Edad de Piedra.2 Se ha propuesto una explicación de
tipo demonológico para estos hallazgos, en el sentido de que las trepanaciones podrían responder
a la intención de expulsar del cuerpo a los espíritus malignos que lo invadían. La costumbre de la
trepanación se ha venido observando en diversas culturas mediterráneas y precolombinas,3siendo
una práctica frecuente en la Edad Media que quedó reflejada en la obra de El Bosco, Extracción de
la piedra de la locura. No obstante, existe otra interpretación de carácter no demonológico para
estas trepanaciones, según la cual estas rudimentarias operaciones pudieron deberse a motivos de
índole puramente biológico u organicista; concretamente, como un modo de liberar un exceso de
presión intracraneal.4 Otras hipótesis aventuran la posibilidad de que las trepanaciones
respondieran a costumbres relativas a la neurofagia, en la creencia de que la ingestión
del cerebro del fallecido pudiera resultar beneficiosa.5 6

Además de los hallazgos arqueológicos, otra fuente de datos al respecto es la que se obtiene a
partir del estudio etnográfico de sociedades actuales cuyo nivel de evolución cultural se supone
equiparable al de los periodos paleolítico y neolítico.7 A partir de los estudios realizados sobre
estas sociedades se ha señalado la existencia de un tipo de pensamiento mágico que, sin
embargo, no adquiere las connotaciones negativistas de la demonología, sino que se considera
algo positivo para la sociedad. Bajo esta concepción se encuentra la figura del chamán,
considerado por los miembros de la sociedad como un individuo con poderes especiales, capaz de
comunicarse con los espíritus y de realizar rituales curativos, entre otras habilidades, y cuya
sintomatología sería considerada en otro tipo de sociedades como indicativa de la presencia de
un trastorno mental.8

[editar]Civilizaciones preclásicas
En las civilizaciones anteriores al pensamiento greco-romano, entre las que se encuentran las
culturas mesopotámica, hindú, china, hebrea y egipcia, también predominó una concepción
sobrenatural de la naturaleza de los comportamientos anormales, entendiéndose en muchos casos
como una suerte de castigo divino o posesión maligna.9 En la cultura mesopotámica, los espíritus
vigilaban los actos de los hombres y castigaban sus males acciones enviándoles la enfermedad.
Una de ellas era la locura, que se atribuía a la intervención del demonio Idta. Las técnicas curativas
pasaban por averiguar la causa del castigo, por lo que se hacía necesaria una labor de
investigación e interrogación acerca de los actos cometidos. Ensalmos, oraciones ysacrificios eran
prácticas habituales para tratar de alcanzar la sanació

Respecto a la cultura hebrea, existen pasajes del Antiguo Testamento en los que la locura se
explica como un acto de Dios contra los pecadores. Así, en el Deuteronomio se advierte de que la
violación de los mandamientos será castigada con «la locura, la ceguera y la paralización del
corazón». Asimismo, en el libro hindú Mahábharata aparecen descripciones de sintomatologías
que se ajustan a lo que hoy se considerarían conductas psicopatológicas. 11 Bajo la influencia
del confucianismo, en la antigua China se consideraba que la locura era la consecuencia de no
respetar las tradiciones instauradas por los antepasados. Por su parte, el hinduismo especifica los
siete demonios responsables de los diferentes tipos de locura.12

A pesar de esta predominancia de la concepción demonológica de la enfermedad mental en las


sociedades preclásicas, el hallazgo del papiro quirúrgico de Edwin Smith13 en Tebas, que data
aproximadamente del año 1500 a.C., constituye una prueba documental de que en el Antiguo
Egiptoya manejaban nociones referentes a la localización de las funciones mentales en el cerebro.
El papiro contiene indicaciones al respecto del diagnóstico, tratamiento y pronóstico de diversas
enfermedades, y se considera uno de los textos médicos más antiguos de los que se tiene
constancia.14 15

[editar]Antigüedad clásica: Grecia y Roma


La concepción sobrenatural o mágica de la conducta anormal fue dejando paso a una concepción
del trastorno mental como fenómeno natural a lo largo del periodo de la antigüedad clásica, a
resultas de la influencia ejercida por las corrientes de pensamiento de la civilización grecorromana.
Sin embargo, durante los primeros tiempos de la cultura griega, todavía se encuentran prácticas de
tipo religioso encaminadas a exorcizar a los demonios de la locura en las que se invocaba
a Asclepio, dios de la medicina y la curación. Con la aparición de la Escuela jónica en elsiglo VI a.
C., la mitología va dejando paso a las explicaciones racionales a través de la denominada filosofía
de la naturaleza. La filosofía presocrática sentó las bases de esta nueva concepción naturalista de
la realidad. Filósofos como Tales de Mileto (ca. 630 - 545 a. C.), Anaxímenes (ca. 585 – 524 a. C.)
o Anaximandro (610 - 546 a. C.) entre otros, teorizaban acerca del Arché u origen esencial de
todas las cosas en el ámbito de lo material.16

Hipócrates, por J.G de Lint (1867-1936).

Se considera que el inicio de la psicopatología como tal tiene lugar con la obra de Hipócrates (460 -
370 a. C.), que desde una perspectiva somatogénica equiparó las alteraciones mentales al resto
de enfermedades físicas, en el sentido de que todas ellas tendrían un origen natural radicado en
determinadas alteraciones anatómicas o fisiológicas. Hipócrates situó el origen de las funciones
intelectivas en el cerebro, y realizó la primera clasificación de los trastornos mentales, dividiéndolos
en tres grupos: manía, melancolía y frenitis. Describió las afecciones que hoy relacionamos con los
términos de paranoia, alucinosis alcohólica y psicosis postparto, y desdeñó las interpretaciones
mágicas al respecto de la epilepsia.17 Desde un punto de vista constitucionalista, elaboró su
célebre teoría de los cuatro humores corporales (sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema), de cuyo
equilibrio (eucrasis) o desequilibrio (discrasis) dependía la salud del individuo. A pesar de los
escasos conocimientos fisiológicos de la época, la tradición constitucionalista ha seguido ocupando
un lugar en la psicopatología hasta nuestros días, con un mayor o menor grado de aceptación. 18 19

Ya en la época romana, destaca la figura de Galeno (130 - 200), médico de la corte del
emperador Marco Aurelio. En su obra El tratado de las pasiones, Galeno esboza la figura del
psicoterapeuta, como una persona que orienta al paciente a través de la palabra, señalando sus
defectos y equilibrando sus emociones.20 De sólida formación fisiológica, incorporó la teoría
hipocrática de los cuatro humores a la tradición médica occidental. Empleó el término
«temperamento» (en latín, temperamentum, «mezcla proporcionada») para referirse al resultado de
la mezcla de las cuatro cualidades fundamentales (caliente, frío, húmedo y seco). Estableció nueve
posibles combinaciones de los cuatro humores, una de ellas temperada o proporcionada, y las
otras ocho, intemperadas o desproporcionadas.nota 1

Tras la muerte de Galeno, el desarrollo de la psicopatología sufrió un periodo de estancamiento.


En la época romana tardía, las influencias orientales y la importación por parte del cristianismo de
la concepción religiosa de la enfermedad mental característica del judaísmo, condujeron a un
declive intelectual que desembocó en el inicio de la Edad Media.21

[editar]Edad Media

Detalle de la obra Extracción de la piedra de la locura (El Bosco).

Durante la Edad Media, la concepción de la enfermedad mental adquiere un carácter


marcadamente religioso como consecuencia de la influencia de la Iglesia sobre la mayor parte de
los ámbitos de la vida cotidiana. Suele establecerse una distinción en dos períodos. Durante el
primero de ellos, que abarca desde el siglo V hasta el siglo XIII, el enfermo mental es considerado
una víctima de la acción del diablo, y los tratamientos encaminados a la sanación no resultan
denigrantes o agresivos con el enfermo (oraciones, exorcismos, agua bendita, peregrinaciones,
etc.) Sin embargo, a partir del siglo XIII, el enfermo mental pasa a considerarse el culpable de su
afección, que se entiende bien como un castigo divino a una vida pecaminosa, bien como el
resultado de un pacto voluntario con el demonio a cambio de poderes sobrenaturales. En esta
segunda época, los tratamientos se endurecen considerablemente, y pueden incluir la tortura o
incluso la pena de muerte, al considerarse que el castigo iba dirigido al demonio que poseía a la
víctima, y no a la persona en sí.22
En la Edad Media, en Occidente confluyen tres marcos culturales diferenciados: el bizantino,
el árabe y el cristiano. Bizancio se mantiene hasta elsiglo XV como un referente cultural de primer
orden, sirviendo como vía de transmisión de las aportaciones de la civilización greco-romana hacia
el mundo árabe, como la medicina basada en los principios humorales. Desde el siglo IX hasta
el XV, los árabes transmiten la cultura griega y romana al resto de Occidente. Las aportaciones de
la medicina árabe a la historia de la psicopatología son notables: fueron los árabes los primeros en
fundar centros de cuidados para enfermos mentales en ciudades como Bagdad, Damasco o El
Cairo, entre otras. El tratamiento al enfermo en estas instituciones era de tipo humanitario, al
imperar la idea de que el enajenado debía sus síntomas al hecho de haber sido escogido por Dios
para hablar por su boca. De entre las figuras más destacadas de esta época
(Avenzoar, Averroes o Maimónides, entre otros) resulta especialmente importante para la
psicopatología la figura de Avicena (980-1037), que en su obra El canon de medicina dedica un
capítulo a la psicopatología descriptiva, donde especifica las alteraciones de diversos procesos
psicológicos como la memoria, el razonamiento o la imaginación.23 24

La Inquisición, cuadro de Goya.

El Cristianismo es sin duda el factor que más ha influido en la caracterización de la enfermedad


mental en la Edad Media. durante la Baja Edad Mediaaún se observaba cierta tolerancia hacia los
rituales paganos. Pero a partir de mediados del siglo XV, con el declive de las civilizaciones árabe
y bizantina y la predominancia del cristianismo, la Iglesia Católica comienza la instauración de
medidas de persecución hacia todos aquellos actos considerados como formas
de herejía, brujería, magia o locura. Los participantes en este tipo de prácticas eran considerados
disidentes o peligrosos. En este contexto, el papa Inocencio III crea la Santa Inquisición en el año
1119, inicialmente destinada a la lucha contra los herejes, pero que en elsiglo XIII amplía su
objetivo a la brujería, con lo que se establece una equiparación entre ambas actividades. Así, se
acusa a los herejes de cometer actos satánicos, y se pasa a conceder a la brujería carácter de
verdad. En el siglo XV, el papa Inocencio VIII publica la bula Summis Desiderantes Affectibus en la
que reconoce la existencia de las brujas, en contra de lo que hasta entonces establecía el Canon
Episcopi. Se inicia así la caza de brujas, respaldada por la posterior publicación de obras como
el Malleus maleficarum («martillo de las brujas») de los inquisidores dominicos Enrique
Kramer y Jakob Sprenger, ya en pleno Renacimiento. En esta obra se detallan de forma
pormenorizada las diversas técnicas de interrogación y castigo de las que podía hacerse uso, así
como las prácticas sexuales aberrantes llevadas a cabo por las brujas de forma habitual. 25 Se
estima que entre mediados del siglo XV y finales del siglo XVI se ajustició a más de 100.000
personas bajo la acusación de brujería. En la actualidad se considera muy probable que en
muchos de esos casos, los síntomas que presentaban las víctimas estuvieran provocados por
algún tipo de enfermedad mental o neurológica, como la epilepsia o la esquizofrenia.26

Una edición del año 1669del Malleus maleficarum.

Sin embargo, en la Edad Media también existió una preocupación por establecer una distinción
entre los «locos» y los «endemoniados». Autores como Alberto el Grande (1193 - 1280), Tomás de
Aquino (1225 - 1274) o Arnau de Vilanova (1204 - 1311) establecieron relaciones entre la
enfermedad mental y la enfermedad somática. Las teorías humorales seguían estando presentes,
así como la teoría de las facultades, según la cual la locura podía deberse a la pérdida de alguna
facultad de tipo sensorial, intelectual o conativa. En los casos en los que se consideraba que la
locura no obedecía a una posesión demoníaca, los afectados podían ser cuidados en sus casas
por sus familiares cercanos si no se les consideraba peligrosos, y en caso contrario podían ser
recluidos en cárceles.27 De entre las primeras instituciones dedicadas al cuidado de los enfermos
mentales en Europa, destaca el Hospital Real de Bethlem, considerado el primer hospital
psiquiátrico de Europa. Otros centros a mencionar son los de Metz (1100), Braunschweig (1224),
y Érfurt (1385).28 En Valencia, el religioso Juan Gilaberto Jofré fundó el primer centro dedicado
exclusivamente al cuidado de los enfermos mentales en el año 1409, que se inauguró el 1 de junio
de 1410 bajo el nombre de Hospital d’Innocents, Follcs i Orats, conocido popularmente como
Hospital de Inocentes de Valencia. El papa Benedicto XIII autorizó el hospital con la condición de
que se encontrara bajo la advocación de los Santos Inocentes Mártires. En el año 1412, el Hospital
de la Santa Cruz de Barcelona designó un departamento para atender a este tipo de pacientes.29

[editar]Renacimiento e Ilustración
A partir del siglo XVI tiene lugar en occidente la que se ha considerado como la «primera
revolución en salud mental». El humanismo que caracteriza al periodo delRenacimiento establece
el centro de interés en el ámbito del hombre, la razón, la ciencia y la naturaleza, aunque en el
ámbito de la salud mental, las creencias religiosas encuentran un arraigo muy firme que se
mantendría todavía durante mucho tiempo. No obstante, el estudio de la salud mental abandona
paulatinamente el modelo demonológico para adoptar una
perspectivanaturalista, organicista y biologicista; la idea del pecado deja paso a la de enfermedad;
los «endemoniados» pasan a ser pacientes.30 Entre las causas de este cambio de perspectiva
puede señalarse un enriquecimiento de la infraestructura cultural: la aparición de
la imprenta favorece la difusión de los textos científicos; los avances alcanzados durante el Imperio
Bizantino fluyen hacia Occidente tras la conquista de Constantinopla; y el descubrimiento de
nuevos territorios (América, Asia) amplía la visión general del mundo. Además, aumentan en gran
medida los conocimientos en las áreas de medicina, anatomía y fisiología. Todos estos factores
hacen que el periodo comprendido entre los siglos XVI y XVIII se caracterice por una densidad
cultural muy superior a la de épocas anteriores.31

Juan Luis Vives, precursor de la organización de los servicios sociales en Europa y un defensor del trato humanitario
al enfermo mental.

La perspectiva humanística y psiquiátrica de la época se manifiesta en la obra de diversos


autores. Cornelio Agripa (1486 - 1535) rechazó con firmeza el modelo demonológico y escribió en
defensa de las mujeres, por lo que se le considera un feminista adelantado a su tiempo. Juan Luis
Vives (1492 -1540) enfatizó la necesidad de ofrecer un trato desprovisto de crueldad a los
enfermos mentales en la obra De subventione pauperum (1526). Asimismo, en De anima et
vita (1538), Vives propuso para la psicología una orientación empírica basada en
la observación. Andrés Vesalio (1514 -1564) profundizó en los conocimientos sobre anatomía
humana. Otros autores representativos de la época fueron Paracelso (1493 - 1541), Felix
Plater(1536 - 1614) o Johann Weyer (1515 - 1588), considerado por algunos como el primer
psiquiatra de la historia. Autor de la obra De praestigiis daemonum, realizó descripciones clínicas
en clave psicopatológica de diversos trastornos mentales, y defendió un tratamiento al enfermo
basado en la comprensión y la empatía. Con la obra de della Porta (1535 - 1615) da comienzo el
estudio de la fisiognomía, que pretende analizar psicológicamente a las personas a partir de
determinados rasgos físicos, principalmente faciales, y cuya influencia se extendió hasta el siglo
XX a través de autores comoLombroso o Kretschmer.32 Juan Huarte de San Juan (1529 - 1588)
escribió el Examen de ingenios para las ciencias, que se considera el primer tratado de psicología
diferencial de la historia,33 34 y que fue censurado por la Inquisición al ubicar en el cerebro el centro
de la razón y rechazar las explicaciones teológicas al respecto de la enfermedad mental.

Ya en el siglo XVII, el neuroanatomista inglés Thomas Willis (1621 - 1675) clasificó la epilepsia,
la histeria y la hipocondría entre las enfermedades nerviosas; y el también inglés Thomas
Sydenham (1624 - 1689) aplicó por primera vez a la medicina el método inductivo en la práctica
clínica, valiéndose de la observación para identificar los diferentes síntomas y posteriormente
poder agruparlos en síndromes. Otros autores que posteriormente conceptualizaron la enfermedad
mental como una alteración de tipo nervioso fueron William Cullen (1710 - 1790), que acuñó el
término «neurosis»;Johann Cristian Reil (1759 - 1813) y Robert Whitt (1714 - 1766).35

[editar]Los centros de internamiento

San Juan de Dios salvando a los enfermos de incendio del Hospital Real, Manuel Gómez-Moreno González(1880).

Un punto central de esta época histórica en lo que a la psicopatología se refiere es la proliferación


de las instituciones manicomiales. Los centros de atención al enfermo mental, que ya habían
hecho su aparición de forma esporádica a principios del siglo XV, experimentan un crecimiento
notable. Destaca en este ámbito la figura de Juan Ciudad Duarte o Juan de Dios (1495 - 1550).
Habiendo sido internado en un centro tras sufrir un episodio psicótico en su juventud, decidió que
el tratamiento allí recibido no se ajustaba a las necesidades de los enfermos mentales, por lo que
en el año 1527 fundó una institución en Granada cuyo modelo humanitario de tratamiento al
paciente se extendió al resto de España, Italia y Francia.nota 2 Los tratamientos que se ofrecían en
la mayor parte de los centros de la época incluían medidas tranquilizantes o estimulantes, así
como vendajes, baños, sangrías o dietas. Por otra parte, se buscaba garantizar un trato humano al
enfermo mediante la ausencia de agresiones físicas, el ofrecimiento de medios de disfrute cultural
(libros, música, etc.) y la posibilidad de realizar tareas ocupacionales con vistas a la reinserción
social.36 nota 3

Así, la proliferación de las instituciones de cuidados a enfermos mentales continúa su curso. Bajo
el influjo de la Ilustración, surge el culto a la razón, por lo que lalocura o sinrazón pasa a
convertirse en un fenómeno despreciable. Disminuye el número de centros de carácter religioso,
pero en

Respecto a la cultura hebrea, existen pasajes del Antiguo Testamento en los que la locura se
explica como un acto de Dios contra los pecadores. Así, en el Deuteronomio se advierte de que la
violación de los mandamientos será castigada con «la locura, la ceguera y la paralización del
corazón». Asimismo, en el libro hindú Mahábharata aparecen descripciones de sintomatologías
que se ajustan a lo que hoy se considerarían conductas psicopatológicas. 11 Bajo la influencia
del confucianismo, en la antigua China se consideraba que la locura era la consecuencia de no
respetar las tradiciones instauradas por los antepasados. Por su parte, el hinduismo especifica los
siete demonios responsables de los diferentes tipos de locura.12

A pesar de esta predominancia de la concepción demonológica de la enfermedad mental en las


sociedades preclásicas, el hallazgo del papiro quirúrgico de Edwin Smith13 en Tebas, que data
aproximadamente del año 1500 a.C., constituye una prueba documental de que en el Antiguo
Egiptoya manejaban nociones referentes a la localización de las funciones mentales en el cerebro.
El papiro contiene indicaciones al respecto del diagnóstico, tratamiento y pronóstico de diversas
enfermedades, y se considera uno de los textos médicos más antiguos de los que se tiene
constancia.14 15

[editar]Antigüedad clásica: Grecia y Roma


La concepción sobrenatural o mágica de la conducta anormal fue dejando paso a una concepción
del trastorno mental como fenómeno natural a lo largo del periodo de la antigüedad clásica, a
resultas de la influencia ejercida por las corrientes de pensamiento de la civilización grecorromana.
Sin embargo, durante los primeros tiempos de la cultura griega, todavía se encuentran prácticas de
tipo religioso encaminadas a exorcizar a los demonios de la locura en las que se invocaba
a Asclepio, dios de la medicina y la curación. Con la aparición de la Escuela jónica en elsiglo VI a.
C., la mitología va dejando paso a las explicaciones racionales a través de la denominada filosofía
de la naturaleza. La filosofía presocrática sentó las bases de esta nueva concepción naturalista de
la realidad. Filósofos como Tales de Mileto (ca. 630 - 545 a. C.), Anaxímenes (ca. 585 – 524 a. C.)
o Anaximandro (610 - 546 a. C.) entre otros, teorizaban acerca del Arché u origen esencial de
todas las cosas en el ámbito de lo material.16

Hipócrates, por J.G de Lint (1867-1936).

Se considera que el inicio de la psicopatología como tal tiene lugar con la obra de Hipócrates (460 -
370 a. C.), que desde una perspectiva somatogénica equiparó las alteraciones mentales al resto
de enfermedades físicas, en el sentido de que todas ellas tendrían un origen natural radicado en
determinadas alteraciones anatómicas o fisiológicas. Hipócrates situó el origen de las funciones
intelectivas en el cerebro, y realizó la primera clasificación de los trastornos mentales, dividiéndolos
en tres grupos: manía, melancolía y frenitis. Describió las afecciones que hoy relacionamos con los
términos de paranoia, alucinosis alcohólica y psicosis postparto, y desdeñó las interpretaciones
mágicas al respecto de la epilepsia.17 Desde un punto de vista constitucionalista, elaboró su
célebre teoría de los cuatro humores corporales (sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema), de cuyo
equilibrio (eucrasis) o desequilibrio (discrasis) dependía la salud del individuo. A pesar de los
escasos conocimientos fisiológicos de la época, la tradición constitucionalista ha seguido ocupando
un lugar en la psicopatología hasta nuestros días, con un mayor o menor grado de aceptación.18 19

Ya en la época romana, destaca la figura de Galeno (130 - 200), médico de la corte del
emperador Marco Aurelio. En su obra El tratado de las pasiones, Galeno esboza la figura del
psicoterapeuta, como una persona que orienta al paciente a través de la palabra, señalando sus
defectos y equilibrando sus emociones.20 De sólida formación fisiológica, incorporó la teoría
hipocrática de los cuatro humores a la tradición médica occidental. Empleó el término
«temperamento» (en latín, temperamentum, «mezcla proporcionada») para referirse al resultado de
la mezcla de las cuatro cualidades fundamentales (caliente, frío, húmedo y seco). Estableció nueve
posibles combinaciones de los cuatro humores, una de ellas temperada o proporcionada, y las
otras ocho, intemperadas o desproporcionadas.nota 1

Tras la muerte de Galeno, el desarrollo de la psicopatología sufrió un periodo de estancamiento.


En la época romana tardía, las influencias orientales y la importación por parte del cristianismo de
la concepción religiosa de la enfermedad mental característica del judaísmo, condujeron a un
declive intelectual que desembocó en el inicio de la Edad Media.21

[editar]Edad Media

Detalle de la obra Extracción de la piedra de la locura (El Bosco).

Durante la Edad Media, la concepción de la enfermedad mental adquiere un carácter


marcadamente religioso como consecuencia de la influencia de la Iglesia sobre la mayor parte de
los ámbitos de la vida cotidiana. Suele establecerse una distinción en dos períodos. Durante el
primero de ellos, que abarca desde el siglo V hasta el siglo XIII, el enfermo mental es considerado
una víctima de la acción del diablo, y los tratamientos encaminados a la sanación no resultan
denigrantes o agresivos con el enfermo (oraciones, exorcismos, agua bendita, peregrinaciones,
etc.) Sin embargo, a partir del siglo XIII, el enfermo mental pasa a considerarse el culpable de su
afección, que se entiende bien como un castigo divino a una vida pecaminosa, bien como el
resultado de un pacto voluntario con el demonio a cambio de poderes sobrenaturales. En esta
segunda época, los tratamientos se endurecen considerablemente, y pueden incluir la tortura o
incluso la pena de muerte, al considerarse que el castigo iba dirigido al demonio que poseía a la
víctima, y no a la persona en sí.22

En la Edad Media, en Occidente confluyen tres marcos culturales diferenciados: el bizantino,


el árabe y el cristiano. Bizancio se mantiene hasta elsiglo XV como un referente cultural de primer
orden, sirviendo como vía de transmisión de las aportaciones de la civilización greco-romana hacia
el mundo árabe, como la medicina basada en los principios humorales. Desde el siglo IX hasta
el XV, los árabes transmiten la cultura griega y romana al resto de Occidente. Las aportaciones de
la medicina árabe a la historia de la psicopatología son notables: fueron los árabes los primeros en
fundar centros de cuidados para enfermos mentales en ciudades como Bagdad, Damasco o El
Cairo, entre otras. El tratamiento al enfermo en estas instituciones era de tipo humanitario, al
imperar la idea de que el enajenado debía sus síntomas al hecho de haber sido escogido por Dios
para hablar por su boca. De entre las figuras más destacadas de esta época
(Avenzoar, Averroes o Maimónides, entre otros) resulta especialmente importante para la
psicopatología la figura de Avicena (980-1037), que en su obra El canon de medicina dedica un
capítulo a la psicopatología descriptiva, donde especifica las alteraciones de diversos procesos
psicológicos como la memoria, el razonamiento o la imaginación.23 24

La Inquisición, cuadro de Goya.

El Cristianismo es sin duda el factor que más ha influido en la caracterización de la enfermedad


mental en la Edad Media. durante la Baja Edad Mediaaún se observaba cierta tolerancia hacia los
rituales paganos. Pero a partir de mediados del siglo XV, con el declive de las civilizaciones árabe
y bizantina y la predominancia del cristianismo, la Iglesia Católica comienza la instauración de
medidas de persecución hacia todos aquellos actos considerados como formas
de herejía, brujería, magia o locura. Los participantes en este tipo de prácticas eran considerados
disidentes o peligrosos. En este contexto, el papa Inocencio III crea la Santa Inquisición en el año
1119, inicialmente destinada a la lucha contra los herejes, pero que en elsiglo XIII amplía su
objetivo a la brujería, con lo que se establece una equiparación entre ambas actividades. Así, se
acusa a los herejes de cometer actos satánicos, y se pasa a conceder a la brujería carácter de
verdad. En el siglo XV, el papa Inocencio VIII publica la bula Summis Desiderantes Affectibus en la
que reconoce la existencia de las brujas, en contra de lo que hasta entonces establecía el Canon
Episcopi. Se inicia así la caza de brujas, respaldada por la posterior publicación de obras como
el Malleus maleficarum («martillo de las brujas») de los inquisidores dominicos Enrique
Kramer y Jakob Sprenger, ya en pleno Renacimiento. En esta obra se detallan de forma
pormenorizada las diversas técnicas de interrogación y castigo de las que podía hacerse uso, así
como las prácticas sexuales aberrantes llevadas a cabo por las brujas de forma habitual. 25 Se
estima que entre mediados del siglo XV y finales del siglo XVI se ajustició a más de 100.000
personas bajo la acusación de brujería. En la actualidad se considera muy probable que en
muchos de esos casos, los síntomas que presentaban las víctimas estuvieran provocados por
algún tipo de enfermedad mental o neurológica, como la epilepsia o la esquizofrenia.26
Una edición del año 1669del Malleus maleficarum.

Sin embargo, en la Edad Media también existió una preocupación por establecer una distinción
entre los «locos» y los «endemoniados». Autores como Alberto el Grande (1193 - 1280), Tomás de
Aquino (1225 - 1274) o Arnau de Vilanova (1204 - 1311) establecieron relaciones entre la
enfermedad mental y la enfermedad somática. Las teorías humorales seguían estando presentes,
así como la teoría de las facultades, según la cual la locura podía deberse a la pérdida de alguna
facultad de tipo sensorial, intelectual o conativa. En los casos en los que se consideraba que la
locura no obedecía a una posesión demoníaca, los afectados podían ser cuidados en sus casas
por sus familiares cercanos si no se les consideraba peligrosos, y en caso contrario podían ser
recluidos en cárceles.27 De entre las primeras instituciones dedicadas al cuidado de los enfermos
mentales en Europa, destaca el Hospital Real de Bethlem, considerado el primer hospital
psiquiátrico de Europa. Otros centros a mencionar son los de Metz (1100), Braunschweig (1224),
y Érfurt (1385).28 En Valencia, el religioso Juan Gilaberto Jofré fundó el primer centro dedicado
exclusivamente al cuidado de los enfermos mentales en el año 1409, que se inauguró el 1 de junio
de 1410 bajo el nombre de Hospital d’Innocents, Follcs i Orats, conocido popularmente como
Hospital de Inocentes de Valencia. El papa Benedicto XIII autorizó el hospital con la condición de
que se encontrara bajo la advocación de los Santos Inocentes Mártires. En el año 1412, el Hospital
de la Santa Cruz de Barcelona designó un departamento para atender a este tipo de pacientes.29

[editar]Renacimiento e Ilustración
A partir del siglo XVI tiene lugar en occidente la que se ha considerado como la «primera
revolución en salud mental». El humanismo que caracteriza al periodo delRenacimiento establece
el centro de interés en el ámbito del hombre, la razón, la ciencia y la naturaleza, aunque en el
ámbito de la salud mental, las creencias religiosas encuentran un arraigo muy firme que se
mantendría todavía durante mucho tiempo. No obstante, el estudio de la salud mental abandona
paulatinamente el modelo demonológico para adoptar una
perspectivanaturalista, organicista y biologicista; la idea del pecado deja paso a la de enfermedad;
los «endemoniados» pasan a ser pacientes.30 Entre las causas de este cambio de perspectiva
puede señalarse un enriquecimiento de la infraestructura cultural: la aparición de
la imprenta favorece la difusión de los textos científicos; los avances alcanzados durante el Imperio
Bizantino fluyen hacia Occidente tras la conquista de Constantinopla; y el descubrimiento de
nuevos territorios (América, Asia) amplía la visión general del mundo. Además, aumentan en gran
medida los conocimientos en las áreas de medicina, anatomía y fisiología. Todos estos factores
hacen que el periodo comprendido entre los siglos XVI y XVIII se caracterice por una densidad
cultural muy superior a la de épocas anteriores.31

Juan Luis Vives, precursor de la organización de los servicios sociales en Europa y un defensor del trato humanitario
al enfermo mental.

La perspectiva humanística y psiquiátrica de la época se manifiesta en la obra de diversos


autores. Cornelio Agripa (1486 - 1535) rechazó con firmeza el modelo demonológico y escribió en
defensa de las mujeres, por lo que se le considera un feminista adelantado a su tiempo. Juan Luis
Vives (1492 -1540) enfatizó la necesidad de ofrecer un trato desprovisto de crueldad a los
enfermos mentales en la obra De subventione pauperum (1526). Asimismo, en De anima et
vita (1538), Vives propuso para la psicología una orientación empírica basada en
la observación. Andrés Vesalio (1514 -1564) profundizó en los conocimientos sobre anatomía
humana. Otros autores representativos de la época fueron Paracelso (1493 - 1541), Felix
Plater(1536 - 1614) o Johann Weyer (1515 - 1588), considerado por algunos como el primer
psiquiatra de la historia. Autor de la obra De praestigiis daemonum, realizó descripciones clínicas
en clave psicopatológica de diversos trastornos mentales, y defendió un tratamiento al enfermo
basado en la comprensión y la empatía. Con la obra de della Porta (1535 - 1615) da comienzo el
estudio de la fisiognomía, que pretende analizar psicológicamente a las personas a partir de
determinados rasgos físicos, principalmente faciales, y cuya influencia se extendió hasta el siglo
XX a través de autores comoLombroso o Kretschmer.32 Juan Huarte de San Juan (1529 - 1588)
escribió el Examen de ingenios para las ciencias, que se considera el primer tratado de psicología
diferencial de la historia,33 34 y que fue censurado por la Inquisición al ubicar en el cerebro el centro
de la razón y rechazar las explicaciones teológicas al respecto de la enfermedad mental.

Ya en el siglo XVII, el neuroanatomista inglés Thomas Willis (1621 - 1675) clasificó la epilepsia,
la histeria y la hipocondría entre las enfermedades nerviosas; y el también inglés Thomas
Sydenham (1624 - 1689) aplicó por primera vez a la medicina el método inductivo en la práctica
clínica, valiéndose de la observación para identificar los diferentes síntomas y posteriormente
poder agruparlos en síndromes. Otros autores que posteriormente conceptualizaron la enfermedad
mental como una alteración de tipo nervioso fueron William Cullen (1710 - 1790), que acuñó el
término «neurosis»;Johann Cristian Reil (1759 - 1813) y Robert Whitt (1714 - 1766).35

[editar]Los centros de internamiento

San Juan de Dios salvando a los enfermos de incendio del Hospital Real, Manuel Gómez-Moreno González(1880).

Un punto central de esta época histórica en lo que a la psicopatología se refiere es la proliferación


de las instituciones manicomiales. Los centros de atención al enfermo mental, que ya habían
hecho su aparición de forma esporádica a principios del siglo XV, experimentan un crecimiento
notable. Destaca en este ámbito la figura de Juan Ciudad Duarte o Juan de Dios (1495 - 1550).
Habiendo sido internado en un centro tras sufrir un episodio psicótico en su juventud, decidió que
el tratamiento allí recibido no se ajustaba a las necesidades de los enfermos mentales, por lo que
en el año 1527 fundó una institución en Granada cuyo modelo humanitario de tratamiento al
paciente se extendió al resto de España, Italia y Francia.nota 2 Los tratamientos que se ofrecían en
la mayor parte de los centros de la época incluían medidas tranquilizantes o estimulantes, así
como vendajes, baños, sangrías o dietas. Por otra parte, se buscaba garantizar un trato humano al
enfermo mediante la ausencia de agresiones físicas, el ofrecimiento de medios de disfrute cultural
(libros, música, etc.) y la posibilidad de realizar tareas ocupacionales con vistas a la reinserción
social.36 nota 3

Así, la proliferación de las instituciones de cuidados a enfermos mentales continúa su curso. Bajo
el influjo de la Ilustración, surge el culto a la razón, por lo que lalocura o sinrazón pasa a
convertirse en un fenómeno despreciable. Disminuye el número de centros de carácter religioso,
pero en

1970), Carl Rogers (1902 - 1987) o Eric Berne (1910 - 1970),64 autoproclamada como «la tercera
fuerza» frente a las posturas psicoanalíticas y conductuales. 65

[editar]Auge de los psicofármacos


Los primeros tratamientos de corte biológico que se desarrollaron en el siglo XX suponían graves
perjuicios al paciente: sumamente rudimentarios, con peligrosos efectos secundarios y de eficacia
muy reducida o directamente nula, algunos de estos métodos eran la psicocirugía radical
(lobotomía o lobectomía), los electrochoques, o la inducción deconvulsiones y comas insulínicos.
Pero en los años cincuenta, los avances en las áreas de la bioquímica y la biología
molecular permitieron el desarrollo de diversas clases de psicofármacos que pasaron a convertirse
en parte importante de muchas terapias de índole psicopatológico. Algunos de los grupos de
fármacos más habituales son:

 Neurolépticos: indicados para el tratamiento de síntomas psicóticos


(principalmente alucinaciones y delirios), desarrollados a partir del descubrimiento de
la clorpromazina en el año 1953. Supusieron un gran avance en el tratamiento de
la esquizofrenia, y fueron uno de los factores que facilitaron la disminución de los
internamientos institucionales al posibilitar un tratamiento ambulatorio libre de síntomas.
 Antidepresivos: Incluyen los primeros antidepresivos tricícliclos, (imipramina, clomipramina,
etc.), los Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), y los más recientes inhibidores
selectivos de la recaptación de monoaminas, como los ISRS. En 1949 se descubre que
el litio es un estabilizador eficaz del estado de ánimo en los casos de trastorno
bipolar (entonces conocido como psicosis maníaco-depresiva), y el tratamiento se populariza a
partir de los años setenta.
 Ansiolíticos: los tranquilizantes menores combaten los síntomas de uno de los problemas más
comúnmente diagnosticados: los trastornos de insomnio y ansiedad. No obstante, desde los
años sesenta y hasta la actualidad se ha venido observando una presencia cada vez más
generalizada de este tipo de prescripciones, lo que en ocasiones ha sido visto como un
problema de salud pública que afecta a una parte importante de la sociedad.66 67
[editar]Clasificaciones psicopatológicas modernas
El empleo de criterios diagnósticos precisos para formular las diferentes categorías diagnósticas ha
sido esencial en el desarrollo del actual corpus teórico de la epidemiología psicopatológica y de los
procedimientos de evaluación y diagnóstico. El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales y la Clasificación Internacional de Enfermedades sientan las bases de la psicopatología
moderna, en la medida en que vertebran y guían el proceso de diagnóstico clínico desde una
perspectiva descriptiva y ateórica, estableciendo unos criterios concretos para el diagnóstico de
cada trastorno definido, y convirtiéndose así en herramientas indispensables para la práctica
clínica en psicopatología y psiquiatría. No obstante, no escasean las voces que señalan las
limitaciones de estos modelos de clasificación,68 de carácter siempre transicional y en constante
evolución, adaptándose al contexto social del momento

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