Contenido

Presentación............... 4

Necesidad y urgencia del

censo nacional agrope-
cuario........................ 5
Esta revista tiene una versión digital colgada en
la página web de la Escuela de Estadística. En la
El Mapa de la Pobreza
Sección Revista encontrarás todas las ediciones
Provincial en la Repúbli-
anteriores.
ca Dominicana: Evolución
1993-2010 ................ 8
Visite nuestro portal: www.estadisticauasd.edu.do
Evolución y desarrollo de
la afiliación al seguro fa-
miliar de salud (SFS) ré-
gimen subsidiado de la
República Dominicana
2004-2012................. 23

Impacto de la codificación
en el proceso estadístico
médico dominicano...... 33

Indicadores demográficos
de la población dominica-
na. Su comparación por
sexo República Domini-
cana: Crecimiento de la
población en el contexto
mundial..................... 40

El MESCYT y el FONDO-
CYT: la ciencia y la tecno-
logía como base para el
desarrollo sostenible.... 61

EVENTOS................... 65

1
 AUTORIDADES
Mtro. Dionicio Hernández,
Director de la Escuela
de Estadística
AUTORIDADES Mtra. Altagracia Balcácer,
SUPERIORES DE LA Directora de Investigación
UNIVERSIDAD de la Facultad
Dr. Iván Grullón Fernández, Mtra. Edita Rodríguez,
Rector Directora del Instituto de
Investigaciones
Dr. Jorge Asjana David, Socioeconómicas
Vicerrector Docente (INISE)
Dr. Editrudis Beltrán, Mtra. Nurys Bastardo,
Vicerrector Administrativo Directora de Postgrado
Mtro. Francisco Vegazo Ramírez, Mtra. Virtudes de la Rosa,
Vicerrector de Investigación Directora del Instituto
y Postgrado de Género y Familia
Mtro. Rafael Nino Féliz, Mtra. Carmen Luisa Santana,
Vicerrector de Extensión Representante Profesoral
Mtro. Fernando Gónzalez,
CONSEJO DIRECTIVO Representante Profesoral
DE LA FACULTAD
Mtro. Julio César Vargas,
Ramón Desangles F., Representante Profesoral
Presidente y Decano
de la Facultad Br. Johan Félix Rosa Pérez,
Representante Estudiantil
Mtro. Alexi Martínez,
Secretario y Vicedecano Br. Ramón Martínez,
de la Facultad Representante Estudiantil
Mtro. Rafael Méndez,
Br. William Guilamo Gutiérrez,
Director de la Escuela Representante
de Administración Estudiantil (suplente)
Mtra. Corina Montero, Br. Daniel Ant. Reyes Ogando,
Directora de la Escuela Representante
de Mercadotecnia Estudiantil (suplente)
Mtro. Pablo Valdez,
Director de la Escuela CONSEJO DE REDACCIÓN
de Contabilidad DE LA REVISTA
Mtro. Antonio Ciriaco, Mtro. Dionicio Hernández
Director Escuela de Economía
Leonardo,
Director de la
Mtro. Jesús Díaz, Escuela de Estadística
Director de la Escuela
de Sociología Mtro. Juan Faustino Polanco,
Director de la Revista
2
UASD
Mtro. Máximo Novo,
Coordinador de la Cátedra
de Estadística Matemática
Mtro. Alberto Estrella,
Coordinador de la Cátedra de
Estadística Especializada
Mtro. Héctor Medina,
Coordinador de la Cátedra
de Estadística General
Mtra. Lilian Peña,
Coordinadora de la Cátedra
de Bioestadística
Mtro. Néstor Berroa,
Coordinador de la Cátedra
de Demografía
CRÉDITOS
Consejo Editorial
Dionicio Hernández
Director de la Escuela de Estadística
Juan Faustino Polanco
Director de la Revista
Diseño y diagramación revista
Luisaura Mera
Corrección
Francisco Peña
Fotografía
María Yanet Paulino
Ketty Sánchez
Diseño y diagramación
página web
Dioel Hernández Cassó
Erick Ortiz
Para mayor información:
Escuela de Estadística,
Facultad de Ciencias Económicas
y Sociales, Santo Domingo, R.D.
Página web:
www.estadisticauasd.edu.do
Correo electrónico:
escestadistica@uasd.edu.do
Tel. 809-532-4745 exts. 238
y 233 Cel. 809-501-2567
Escuela de Estadística
Personal Directivo

Ramón Desangles Alexis Martínez

Decano de la Facultad Vicedecano de la Facultad
de Ciencias Económicas de Ciencias Económicas
y Sociales y Sociales

Dionicio Hernández L.
Director de la Escuela
de Estadística

Alberto Estrella Néstor Berroa Lilian Peña Héctor Medina Máximo Novo
Coordinador de la Cátedra Coordinador de la Cátedra Coordinadora de la Cátedra Coordinador de la Cátedra Coordinador de la Cátedra
Estadística Especializada Demográfica Bioestadística Estadística General Estadística Matemática

Juan Faustino Polanco

Delegado Profesoral

3

La Escuela de Estadística,
desde octubre de 2011,
asumió el compromiso de
publicar semestralmente
esta revista especializada...
4
Presentación
La Dirección Académica de la Facultad de Ciencias Económi-
cas y Sociales de la Universidad Autónoma de Santo Domingo
(UASD), presenta a la comunidad universitaria, nacional e in-
ternacional, a las instituciones gubernamentales, a los medios
de comunicación, a las organizaciones no gubernamentales, al
empresariado, al estudiantado y al público en general, el 6to.
número de la revista Actualidad Estadística, con un sustancio-
so contenido temático de alto interés científico y profesional.
La Escuela de Estadística, desde octubre de 2011, asumió el
compromiso de publicar semestralmente esta revista especia-
lizada, cuyo propósito fundamental es el de servir de medio de
difusión de las investigaciones realizadas por docentes, inves-
tigadores y estudiantes. Desde el primer número, el material
publicado tiene un valor y calidad de primera línea que vale la
pena coleccionar.
En cada edición, Actualidad Estadística da una pincelada de la
importancia que tiene la ciencia estadística para el desarrollo,
la planificación y la toma de decisiones, tanto para el gobier-
no y las instituciones del Estado, como para las empresas del
sector privado y el quehacer científico en general.
Mtro. Ramón Desangles Flores
Decano Facultad Ciencias Económicas y Sociales
Santo Domingo, República Dominicana.
Mayo, 2014.
NECESIDAD Y URGENCIA DEL CENSO
NACIONAL AGROPECUARIO
Por Dionicio Hernández Leonardo
Inicio este artículo reconociendo que en el
país se ha avanzado mucho en materia de
estadística y de estadísticas. El actual di-
rector de la Oficina Nacional de Estadística
(ONE), licenciado Pablo Tactuk, y el equipo
de hombres y mujeres que lo acompañan en
su gestión han realizado una excelente labor,
pero no han contado con el apoyo financiero
oportuno para ejecutar algunas tareas im-
portantes, como es el caso del Censo Nacio-
nal Agropecuario, que tiene un atraso de 22
años, ya que el último censo agropecuario
que se realizó en el país, hace 32 años, fue
en febrero de 1982.
Según lo establece la Ley 5096 del 6 de mar-
zo de 1959, denominada Ley de Estadísticas
y Censos Nacionales, esta actividad debió
realizarse cada 10 años a partir de 1960.
Lo que significa que debimos tener censos
agropecuarios en los siguientes años:
• En 1960, se realizó en ese año.
• En 1970, se efectuó en 1971.
• En 1980, se levantó en febrero de 1982.
• En 1990, no se realizó.
• En 2000, no se realizó.
• En 2010, no se realizó.
En este sentido, el contenido del Art. 19 de la
Ley 5096, expresa lo siguiente: “Los censos
nacionales se levantarán en las siguientes
fechas: el de Población y el Agropecuario, en
1960, y cada diez años a contar de 1960, el
de Industria y Comercio, y el de Edificios y
Viviendas, en 1965 y cada diez años a contar
de 1965”.
Parecería que para a los gobiernos que ha
tenido el país desde 1990 no les ha resulta-
do importante disponer de estadísticas ac-
tualizadas y confiables sobre el sector agro-
pecuario, porque no hay otra manera para
justificar este atraso.
El aporte de un censo agropecuario, tanto
para el gobierno como para el sector privado
de la economía, es mucho mayor que la in-
versión requerida para su realización.
La importancia del Censo Nacional Agro-
pecuario
En esencia, la importancia de un censo na-
cional agropecuario radica en el hecho de
que permite actualizar las informaciones es-
tadísticas de las explotaciones agropecua-
rias del país. Así como la dimensión de la
explotación agrícola, la tenencia y aprove-
chamiento de la tierra, la cría y explotación
de animales, la producción en invernaderos,
la mano de obra, instalaciones y construc-
ciones, los usos del suelo, el destino de la
producción, lo referente al crédito y seguro,
la superficie agrícola cultivada y su cosecha,
el riego, el número de cabezas de ganado de
especies domésticas y comerciales, los insu-
mos agrícolas, el aspecto forestal, el nivel de
educación de los productores, etc.
Toda la información estadística que arro-
ja un censo nacional agropecuario es vital
para la toma de decisiones y la elaboración
de programas en las instituciones públicas y
privadas de ese sector, como son Ministerio
de Agricultura, Instituto de Recursos Hidráu-
licos, Instituto Agrario Dominicano, Banco
Agrícola, Junta Agroempresarial Dominica-
na (JAD), la Confederación Nacional de Pro-
5
ductores Agropecuarios (Confenagro), entre
otras. Además, el censo permite disponer de
un punto de referencia para evaluar la efica-
cia de las políticas del gobierno y los progra-
mas de desarrollo en materia agropecuaria.
Otro aspecto importante es que el censo
provee las pautas para establecer políticas
correctas para garantizar la seguridad ali-
mentaria del país. En definitiva, el censo
agropecuario es la brújula que indica el norte
a seguir en materia agropecuaria. La falta de
estadísticas actualizadas en materia agrope-
cuaria, tal y como lo ha advertido el repre-
sentante de la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura,
(en inglés: Food and Agriculture Organiza-
tion) (FAO) (1), es una seria limitante para
las instituciones nacionales y hasta para los
organismos de cooperación que impulsan
programas de desarrollo en el país.
Desde el último censo agropecuario, febrero
de 1982, los cambios experimentados en la
zona rural del país son muy significativos,
como es el caso de la población residente
en dicha zona, que, como se muestra en el
Fuente: Oficina Nacional de Estadística.
6
gráfico No.1, pasó de 83.4%, computada en
el censo de población y viviendas de 1920,
a 25.6%, según los resultados del censo de
población y viviendas de 2010. En 1981, que
es el año censal más próximo al último cen-
so agropecuario, la población rural represen-
taba un 48% de la población del país. En
cuanto al volumen de la población total, el
gráfico No. 2 muestra que el mismo pasó de
894,665, en el censo de 1920, a 9,445,281
en el último censo de población y viviendas
de 2010.
Se observa que el porcentaje de la población
residente en la zona rural decrece de manera
significativa, lo que indica un aumento ace-
lerado de la población residente en la zona
urbana. Sin embargo, en materia agrope-
cuaria no se conoce con certeza lo que ha
pasado, solamente se hace referencia a lo
que había en el año 1982.
Al crecimiento sostenido de la población
dominicana hay que agregar el incremento
constante de la cantidad de turistas, que en
el año 2013 alcanzó los 4,064,754 personas,
que sumadas a los 10.3 millones de perso-
 Fuente: Oficina Nacional de Estadística.
nas proyectados por la ONE para ese año, y
de la población residente en el vecino país
Haití que se estima en 10.8 millones, más
los residentes en la República Dominicana
no bien cuantificados, en total en esta isla
ese año hubo alrededor de 25 millones de
personas que de una u otra forma demanda-
ban de bienes y servicios provenientes de la
producción agropecuaria dominicana. Estos
elementos constituyen más que un motivo
para que en el país se realice lo antes posible
un censo agropecuario, que permita cono-
cer todas las características relevantes de la
producción y uso de recursos en ese sector.
El presidente Danilo Medina, mediante el de-
creto 348-, declaró de alto interés nacional
y prioridad para la promoción del desarrollo
rural consignado en la Estrategia Nacional
de Desarrollo, la realización del VIII Cen-
so Nacional Agropecuario (2) , que aunque
se está anunciando para este año, su eje-
cución no tiene una fecha precisa, pero la
ONE ha expresado que está en condiciones
de levantarlo este año si recibe de manera
oportuna los recursos necesarios para las la-
bores precensales, censales y postcensales,
incluyendo la publicidad del mismo. Espera-
mos que la ONE reciba de manera oportuna
y completa todos los recursos que requie-
ra para que este año definitivamente desde
ella se escuche la voz esperada por todos:
habemus census rusticarum (tenemos censo
agropecuario).
Bibliografía
1) Bases de datos en línea de los últimos censos
nacionales de población y viviendas realizados
de la Oficina Nacional de Estadística (2002 y
2010), colgados en el portal de la ONE. www.
one.gob.do
2) República Dominicana en Cifras, 2013. Publica-
ción anual de la Oficina Nacional de Estadística.
___________________________________
1) Periódico El Caribe (versión digital del 23 de
marzo de 2014) http://www.elcaribe.com.
do/2014/03/22/representante-fao-cita-valor-
del-censo-agropecuario
2) Periódico El Día (versión digital del 5 de febrero
de 2014). http://eldia.com.do/poder-ejecutivo-
declara-prioridad-nacional-realizacion-del-viii-
censo-nacional-agropecuario/
7
 El Mapa de la Pobreza
Provincial en la República
Dominicana: Evolución 1993-20101
Por Antonio Morillo Pérez

de su evolución y la focalización de territo-

rios para priorizar recursos económicos para
la mitigación de la pobreza.

Uno de los primeros intentos de “mapear” la

pobreza en el mundo se remonta a finales
del siglo XIX, con la elaboración de un mapa
para la ciudad de Londres (Feres y Mance-
ro, 2001). En la República Dominicana el
primer mapa de pobreza fue elaborado en
1997 con datos del Censo de 1993 (Mori-
llo, 2003); y el segundo con datos del Censo
de 2002 (Morillo et all, 2005). Estos mapas
fueron elaborados para dar respuesta a ne-
cesidades urgentes de información del Go-
RESUMEN
bierno dominicano para la implementación
de programas y políticas sociales orientadas
En este documento se presenta un análisis de
al combate y mitigación a la pobreza.
la evolución de la pobreza multidimensional
de 1993 a 2010, tanto a nivel nacional como
El tercer mapa de la pobreza fue elaborado
de los mapas de pobreza provinciales, par-
con datos del censo 2010 (Morillo 2014) y
tiendo de los resultados obtenidos en el In-
contiene treinta y cinco documentos: un In-
forme General de Mapa de la Pobreza 2010.
forme General, un Atlas Nacional y treinta y
Se presenta brevemente el procedimiento
dos Atlas Provinciales, uno para cada provin-
para la medición de la pobreza utilizando el
cia; y un Apéndice Estadístico detallado. Los
Método ICV y se analiza tanto la evolución
Atlas contienen en conjunto alrededor de
de los niveles de pobreza provinciales como
3,000 mapas temáticos de pobreza multidi-
del ranking o posicionamiento de las provin-
mensional y de Necesidades Básicas Insatis-
cias de 1993 a 2010, encontrándose que en
fechas (NBI) para cada una de las divisiones
las dos últimas décadas en el país se verificó
territoriales del país: regiones de planifica-
una disminución de la pobreza general mul-
ción, provincias, municipios y distritos muni-
tidimensional en cada una de las provincias
cipales, áreas urbanas y secciones, barrios y
del país, pero con diferentes ritmos de caí-
parajes. En el Informe General se presenta
da, sobreviniendo importantes cambios en el
la metodología y se realiza el análisis de los
posicionamiento relativo de las provincias en
resultados.
el ranking nacional.
Este documento se concentra en el Mapa
Introducción
de la Pobreza Provincial y su evolución de
1993 a 2010. En la sección 1 se presenta
Los mapas de pobreza abarcan tanto repre-
un breve resumen de la metodología para
sentaciones gráficas de la pobreza en el te-
la medición de la pobreza multidimensional
rritorio como los ordenamientos de las divi-
a través del Método ICV; en la sección 2 los
siones geográficas del país conforme a un
indicador de bienestar. El “mapeo de la po-
breza” incluye la presentación de mediciones
1. Especial para la revista Actualidad Estadística de la Es-
desagregadas de la pobreza, la identificación cuela de Estadística de la Universidad Autónoma de Santo
Domingo (UASD).
8
datos del censo 2010 utilizados y su opera-
cionalización para la medición; en la sección
3 la evolución nacional de la pobreza mul-
tidimensional y en la sección 4 la evolución
del mapa de la pobreza provincial, incluyen-
do tanto las tasas de pobreza como el ran-
king provincial; finalmente, en la sección 5
se presentan algunas conclusiones y reco-
mendaciones relevantes.
El Mapa de la Pobreza 2010 ha sido elabora-
do en la Unidad Asesora de Análisis Econó-
mico y Social (UAAES) del Ministerio de Eco-
nomía, Planificación y Desarrollo (MEPyD),
con el apoyo del Sistema Único de Benefi-
ciarios (SIUBEN); la Oficina Nacional de Es-
tadística (ONE) y la Dirección General de Or-
denamiento y Desarrollo Territorial (DGODT)
del Viceministerio de Planificación.
I. Aspectos metodológicos
En la República Dominicana se han imple-
mentando diversos métodos de medición
de la pobreza en las últimas tres décadas
(Banco Central, 1999; Morillo, 2008; Morillo,
2012; Auffret, 2002; Banco Mundial, 2006;
CEPAL, 2013). En 2012 se definió por con-
senso una metodología oficial para la medi-
ción de la pobreza monetaria con la cual se
obtienen semestralmente las cifras oficiales
para el seguimiento a la dimensión moneta-
ria de la pobreza en el país (Comité Técnico,
2012); otras medidas de tipo multidimen-
sional utilizadas son el método de las Nece-
sidades Básicas Insatisfechas (método NBI)
y el Método del Índice de Calidad de Vida
(Método ICV).
El método ICV ha sido utilizado para obtener
la medición principal de pobreza multidimen-
sional en todas las versiones del mapa de la
pobreza en la República Dominicana (1993,
2002 y 2010), impulsado por la necesidad
de disponer de un índice metodológicamen-
te comparable que permita obtener medicio-
nes agregadas para los mapas de pobreza
y la selección de hogares individuales para
los programas sociales, como se realiza en
el marco del SIUBEN de la Presidencia de la
República.
En el Método ICV la pobreza multidimen-
sional se calcula la pobreza a partir de las
categorizaciones básicas del modelo de me-
dición del Índice de Calidad de Vida (ICV),
desarrollado en 2013 en coordinación con el
SIUBEN. El modelo consiste en un sistema
de ponderadores estructurado a partir de
combinaciones lineales de un conjunto de
dimensiones sociales con sus coeficientes
de ponderación, siendo cada dimensión una
combinación lineal de variables y pondera-
dores. El ICV sintetiza el grado de pobreza
de un hogar en una escala 0 a 100 y permite
mediciones estadísticas para espacios geo-
gráficos y grupos sociales de interés para las
políticas sociales.
En el diseño conceptual del modelo la pobre-
za se define en un espacio multidimensional
a partir de un conjunto de variables socia-
les, económicas, demográficas y de vulne-
rabilidad social y mediante la aplicación de
los métodos estadísticos Análisis de Factores
(AF) y Análisis de Componentes Principales
(ACP) se obtienen las combinaciones linea-
les con las dimensiones y variables que defi-
nen la calidad de vida de un hogar.
El modelo 2013 se construyó en cuatro fa-
ses. La primera define el conjunto inicial de
variables y se hacen las transformaciones
estadísticas requeridas para la aplicación de
los métodos de análisis multivariado. En la
segunda se aplica el método AF y se extraen
las dimensiones y variables estadísticamen-
te relevantes en la definición de las condicio-
nes materiales de vida de la población. En la
tercera se realizan aplicaciones del método
ACP dentro de cada dimensión y entre las
dimensiones, obteniéndose los factores de
9
ponderación de las variables y dimensiones.
A partir de aquí se configura la ecuación de
cálculo, que arroja un ICV tipificado (normal
estándar), el cual se transforma a una escala
0 a 100 para facilitar su interpretación.
La fuente de datos para la construcción del
modelo 2013 fue la Encuesta Nacional de
Fuerza de Trabajo del 2011, la conjunta de
abril y octubre (ENFT-2011), las cuales tie-
nen un tamaño muestral de 16,449 hogares.
Las ENFT 2011 tienen la ventaja de que in-
cluyen todas las variables requeridas por el
modelo y las informaciones de ingreso para
apoyar su evaluación; por otra parte, que
son la fuente oficial para el cálculo de las ta-
sas oficiales de pobreza monetaria. En 2013
se obtuvieron modelos para los siguientes
tres dominios geográficos: i) Región Metro-
politana (Distrito Nacional, zona urbana de la
provincia Santo Domingo y zona urbana del
10
municipio Santiago); ii) Resto urbano y iii)
Zona rural. En el proceso de ajuste del mo-
delo se incorporó un total de 61 variables,
incluyendo tanto variables individuales del
hogar como variables agregadas a nivel de
localidades (calculadas con el censo 2010),
las cuales fueron objeto de transformaciones
y análisis con los modelos de análisis multi-
variados hasta quedar en el conjunto de los
tres dominios con un total de 17 variables
estadísticamente relevantes.
El sistema de ponderadores de cada domi-
nio geográfico quedó finalmente configurado
con cuatro dimensiones, cada una con sus
correspondientes coeficientes de pondera-
ción, y por las variables que integran cada
dimensión con sus correspondientes coefi-
cientes de ponderación. En el cuadro 1 se
presentan las dimensiones y variables del
modelo 2013 por dominio geográfico.
Mediante el sistema de ponderadores se ob-
tiene un ICV con una distribución normal es-
tándar (Z) que se transforma a una distribu-
ción en la escala 0 a 100 que mide la calidad
de vida de un hogar. En términos operativos,
el modelo en la escala 0 a 100 se resume
en un conjunto de ponderaciones totales de
las categorías de cada variable, obtenidas a
través del producto de las categorías trans-
formadas multiplicadas por los ponderado-
res de las variables y los ponderadores de
las dimensiones, sujetas a un rango 0 a 100.
En esta escala, se obtiene el ICV de un hogar
particular y a través de medidas de tenden-
cia central, como la media aritmética, se ob-
tienen la calidad de vida promedio de áreas
geográficas y grupos sociales de interés para
las políticas sociales.
Un aspecto muy importante de la metodo-
logía es la definición de puntos de cortes en
Cuadro 2
Categorización básica del modelo 2013: Categorías y
puntos de corte en la escala ICV según dominio geográfico
la escala 0 a 100 del ICV para categorizar la
condición de pobreza de los hogares. En el
modelo se elaboró una categorización básica
para obtener, en cada dominio geográfico,
categorías de ICV de igual magnitud a las
obtenidas con las tasas de pobreza mone-
taria oficiales, a fin de eliminar las diferen-
cias con el monto de población pobre cal-
culado con ambas metodologías. Con esos
fines se definieron tres puntos de corte en
cada dominio geográfico: el primer punto
quedó determinado por el percentil definido
por la tasa oficial de pobreza extrema (%);
el segundo por el percentil correspondien-
te a la tasa oficial de pobreza general (%);
y el tercer punto de corte por el percentil
correspondiente a la población de ingresos
medios 2. Los puntos de corte establecidos y
las categorías definidas a partir los criterios
anteriores se encuentran en el cuadro 2 para
cada dominio geográfico.

Dominio geográfico Categorías Límite inferior ICV Límite superior ICV

1 Metropolitana 1 Pobreza extrema (ICV- I) 0.00 71.80

2 Pobreza moderada (ICV-II) 71.80 83.07
3 Estrato medio (ICV-III) 83.07 91.13
4 Estrato alto (ICV-IV) 91.13 100.00

2 Resto Urbano 1 Pobreza extrema (ICV-I) 0.00 57.48

2 Pobreza moderada (ICV-II) 57.48 71.72
3 Estrato medio (ICV-III) 71.72 80.87
4 Estrato alto (ICV-IV) 80.87 100.00

3 Rural 1 Pobreza extrema (ICV-I) 0.00 42.64

2 Pobreza moderada (ICV-II) 42.64 56.88
3 Estrato medio (ICV-III) 56.88 72.14
4 Estrato alto (ICV-IV) 72.14 100.00

Nota: El límite superior está incluido en la categoría. Fuente: Elaborado con los datos de la ENFT de abril y octubre 2011.

2. Este tercer punto de corte fue establecido a partir de la

definición de estrato medio utilizada en Guzmán (2010).

11
En la identificación de la pobreza multidi-
mensional con el método ICV, la categoría
ICV-I corresponde al pobre extremo y la
ICV-II al pobre moderado. El pobre general
comprende ambas categorías. En relación
con la medición de la incidencia, las tasas
de pobreza se obtienen como cociente del
número de hogares (personas) pobres y el
total de hogares (personas), tal como plan-
tean Foster, Greer y Thorbecke (1984).
El modelo 2013 se puede utilizar para me-
dir la pobreza multidimensional en cualquier
base de datos que contenga las variables
requeridas, como ocurre con las principales
encuestas de hogares levantadas en el país
y los censos de población y viviendas.
II. Los datos
Los datos básicos utilizados en el Mapa de la
Pobreza 2010 provienen del IX Censo Nacio-
nal de Población y Viviendas de 2010 (Censo
2010), el cual constituye la fuente de datos
socioeconómicos y demográficos más re-
ciente con cobertura en el ámbito de todo el
territorio nacional, conteniendo un total de
2.6 millones de hogares y 9.4 millones de
personas.
El censo contiene informaciones organizadas
en tres niveles jerárquicos: vivienda, hoga-
res y personas; en el ámbito espacial, recoge
informaciones en cada una de las divisiones
territoriales del país: nivel nacional, regio-
nes de desarrollo, provincias, municipios ge-
nerales, municipios y distritos municipales,
áreas urbanas, secciones, barrios y parajes.
También a nivel de todas las divisiones ad-
ministrativas censales: polígonos, áreas de
supervisión censal y segmentos censales.
La base de datos utilizada en el mapa de la
pobreza corresponde a la definitiva divulga-
da por la ONE (en formato SPSS). Previa-
mente a la aplicación del modelo 2013 a los
12
microdatos del Censo 2010 y el cálculo de
los niveles de pobreza, la base de datos fue
sometida a un proceso de evaluación, en as-
pectos cuantitativos como la cobertura cen-
sal y en aspectos cualitativos a partir de la
calidad en el registro de algunas variables
sociales, identificándose algunos aspectos
de cobertura y calidad que pudieran sesgar
ligeramente las estimaciones de pobreza ha-
cia la parte baja de la pirámide social (Mori-
llo, 2014).
El cálculo del ICV y la medición de la pobreza
multidimensional con la base de datos del
Censo 2010 se realizaron mediante los si-
guientes pasos:
• Codificación de las 17 variables del mo-
delo.
• Asignación de las ponderaciones totales
a las categorías de las variables de cada
hogar.
• Cálculo del ICV de cada hogar como una
suma de las ponderaciones totales de las
categorías.
• Identificación de la pobreza: Se realiza la
categorización básica del ICV, en la cual
el pobre extremo corresponde a la cate-
goría ICV-I y el pobre general a las cate-
gorías ICV-I e ICV- II.
• Agregación: Cálculo de los indicadores de
pobreza.
III. Evolución pobreza multidimensio-
nal 1993-2010
En el cuadro 3 se presentan los resultados
del cálculo de la pobreza multidimensional
aplicando el método ICV a los datos del Cen-
so 2010 y a todos los microdatos disponi-
bles desde 1990, incluyendo las principales
encuestas de hogares y los censos de 1993
y 2002 . El gráfico 1 ilustra la evolución de
la pobreza utilizando series censales compa-
rables obtenidas con los modelos 2004 y
2010.
De acuerdo con los resultados, en 2010 el
40.4% de los hogares de la República Do-
minicana se encontraban en condiciones de
pobreza general y 10.4% en pobreza extre-
ma. Las tendencias indican que después de
un ligero aumento al inicio de la década de
1990, la pobreza multidimensional disminu-
yó en forma continua de 1993 a 2010. De
1993 a 2002 se observa una caída de 29
puntos en la tasa de pobreza general, al ba-
jar de 69.7% a 40.4%, una tasa de caída
promedio anual de 2.5%. En el tramo 1993-
2002 la tasa de pobreza cayó de 69.7% para
50.8%, una reducción de 19 puntos y una
tasa promedio anual de 3.0%. En el tramo
2002 a 2010 la caída fue de poco más de
10 puntos porcentuales, cayendo de 50.8%
a 40.4%, para una disminución promedio
anual de 2.6%, menor que la tasa del perio-
do anterior.

Cuadro 3
República Dominicana: Tasas de pobreza y número de hogares
pobres e indigentes, 1991 – 2010

Año y modelo utilizado Pobreza General1 Pobreza Extrema

Absoluto % Absoluto %

1991 (modelo 1997) 865,566 55.3 296,543 19

1993 (modelo 1997) 940,777 56.7 328,183 19.8
1993 (modelo 1997, ajustado con modelo 2013) (2) (nc) 69.7 (nc) (nc)
1996 (modelo 1997) 967,585 52.2 284,634 15.4
1998 (modelo 1997) 937,635 48.9 226,333 11.8
2002 (modelo 2004) 896,789 40.9 171,209 7.8
2010 (modelo 2013, encadenado con modelo 2002) 33.3 8.9
2002 (modelo 2013) 1,113,508 50.8 301,207 13.7
2010 (modelo 2013) 1,080,089 40.4 278,649 10.4
2010 (modelo 2004) - 30.4 - 5.9

Notas: 1) Incluye la pobreza extrema.

2) Ajuste por brecha en 2002 entre resultados modelo 2013 y resultados modelo 2004. (nc) No calculado.
Fuente: Mapa de Pobreza 2005, Mapa de Pobreza 2010 y ENFT 2000-2013.

3. Todas las estimaciones de pobreza multidimensional se ob-

tuvieron con el método ICV y para obtener series nacionales
y provinciales comparables se aplicó el modelo 2013 a los da-
tos del censo 2002 y a las ENFT del 2000 al 2013; en el caso
de 1993 las tasas no fueron estimadas mediante la aplicación
directa del modelo 2013 porque la base de datos disponible
para 1993 no tiene todas las variables requeridas por el mo-
delo; para hacer 1993 comparable con la serie del modelo
2013 fue ajustada la calculada con el modelo 1997 utilizando
la brecha promedio obtenida entre las tasas arrojadas para
2004 y 2010 por los modelos 2004 y 2013. Aasimismo se
aplicó el modelo 2004 a los datos del censo 2010.

13
 Gráfico 1
República Dominicana: Evolución del porcentaje de hogares
pobres obtenido con datos censales, 1993-2010
75

70 69.7

65

60
56.7
55
50.8
50

45
40.9
40 40.4

35

30 30.4

25

20
1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

% Hogares pobres, Modelo 1997, censos % Hogares pobres, Modelo 2004, censos
% Hogares pobres, Modelo 2013, censos
Fuente: Cuadro 3.

En el caso de la pobreza extrema, según el significativa cuando a las tasas anteriores se

modelo 2013, de 2002 a 2010 el porcenta-
je de hogares indigentes cayó de 13.7% a
10.4%, para una caída promedio de 2.7%
ligeramente mayor a la tasa de reducción de
la pobreza general.
En el caso del número absoluto de hoga-
res pobres, se observa una disminución del
2002 a 2010. El total de hogares pobres y en
pobreza extrema estimado para el año 2010
con el modelo fue de 1,080,089 y 278,649,
respectivamente. Para el año 2002 las cifras
fueron de 1,113,508 y 301,207, ocurriendo
una caída de 0.4% y 0.9% en el total de
hogares pobres y en pobreza extrema, res-
pectivamente. La cantidad de hogares que
salió de la pobreza multidimensional es más
les adiciona un 1.2% correspondiente al cre-
cimiento demográfico del periodo.
Estas tendencias de las tasas de pobreza es-
tán asociadas al desempeño económico de
la República Dominicana en las dos últimas
décadas. La solución de la crisis económica
iniciando la década de 1990 y la recupera-
ción del equilibrio macroeconómico con altas
tasas de crecimiento, habría generado una
reducción significativa de la pobreza (Gá-
mez, 1991). La crisis bancaria del año 2004
y las que siguieron en los años 2008 y 2010
tuvieron poco impacto en la evolución de la
pobreza multidimensional, debido a que esta
es de tipo estructural y resulta poco afectada
por coyunturas económicas.

14
IV. Evolución del mapa de la pobreza
provincial
El desarrollo provincial se puede considerar
un proceso en construcción en la Repúbli-
ca Dominicana, por lo cual en el año 2010
se mantienen grandes contrastes de pobre-
za entre las provincias. El mapa de pobreza
provincial para 2010 y los cambios ocurridos
en las dos últimas décadas se pueden visua-
lizar en el mapa 1, que contiene la tasa de
pobreza general para los años 1993, 2002 y
2010 estimada con el modelo 20134.
El mapa provincial del año 2010 permite vi-
sualizar una franja de alta pobreza en las
provincias de la parte sur de la frontera con
Haití; una franja de provincias de baja po-
breza cruzando en diagonal el país, desde
las provincias Puerto Plata y Espaillat, en el
norte, hasta el Distrito Nacional y San Cristó-
bal, en el sur; y una gran heterogeneidad en
la parte este y nordeste, en donde contras-
tan los altos niveles de pobreza de El Seibo
y Monte Plata, con los niveles intermedios
de La Altagracia, San Pedro de Macorís y La
Romana, en la costa este. La provincia Elías
Piña, en la región fronteriza, es la más pobre
del país; resaltan también los altos niveles
de pobreza en Pedernales, Independencia
y Barahona, ubicadas también en la región
fronteriza, y en las provincias Monte Plata y
Hato Mayor, en el este de la isla.
En relación con la evolución del mapa de
pobreza provincial, se observa que aunque
Elías Piña se ha mantenido con la mayor tasa
de pobreza y el Distrito Nacional con la me-
nor tasa, el mapa ha venido sufriendo cam-
bios muy positivos entre 1993 y 2010.
La evolución de la configuración provincial
de la pobreza permite apreciar que del año
1993 a el año 2002 el mapa de la pobre-
za logró importantes mejorías, producto de
una reducción generalizada en la década de
1990. De las 32 provincias del país, las úni-
cas tres que en el período no mejoraron el
color de su categoría de pobreza fueron Elías
Piña, Enriquillo y Monte Plata, manteniéndo-
se con tasas por encima de 80%.
En la década del 2000 el mapa de pobreza
también mostró importantes mejorías. En el
período 2002 a 2010, el mapa de la pobre-
za provincial cambió hacia menores niveles
de pobreza en prácticamente todo el territo-
rio nacional, con excepción de las provincias
Elías Piña, que siguió con tasas encima de
80% y Hato Mayor, que mantuvo su catego-
ría de pobreza, el cual había mejorado en el
período previo.

4. Para el año 1993, además de la compatibilización de las

tasas de pobreza provinciales, otro aspecto importante fue la
compatibilización de la división provincial del año 1993 con la
división de 2002 y 2010. Con esos fines, la división territorial
del país en el año 1993, en la cual existían solo 30 provincias,
se reajustó territorialmente, separando la parte correspon-
diente a la actual provincia Santo Domingo de lo que era
en 1993 el Distrito Nacional y el territorio correspondiente a
la actual provincia San José de Ocoa, que en 1993 formaba
parte de la provincia Peravia. Los indicadores provinciales de
pobreza de 1993 fueron recalculados conforme a la nueva
división territorial provincial vigente en la actualidad.

15
Los cambios hacia la mejoría en el mapa
provincial ocurrieron en forma diferenciada
entre provincias, debido a diferentes ritmos
de crecimiento con que evolucionaron las ta-
sas en cada período. El gráfico 1 muestra
la evolución de las tasas provinciales, reve-
lando que en todas las provincias hubo re-
ducción de las tasas de pobreza de 1993 a
2010. En la mayoría la mayor disminución se
verificó de 1993 a 2002, ya que aunque de
2002 a 2010 algunas provincias aceleraron
la caída, la mayoría sufrió desaceleración,
llegando algunas, como Pedernales, a regis-
trar un ligero aumento. En el caso de Sama-
ná, que estaba junto a Pedernales en 1993,
se verificó una ganancia muy significativa de
1993 a 2002.

Mapa 1
República Dominicana: Evolución del Mapa de la Pobreza
Provincial, 1993, 2002 y 2010


 

Fuente: Mapa Pobreza 2010.

16


 Gráfico 2
República Dominicana: Evolución del porcentaje de hogares
pobres multimensionales por provincia, 1993-2010
(Modelo 2013: 1993 ajustado)

100
Elias Piña
96.7 Bahoruco
95 94.2 El Seybo
92.3
90.8 Hato Mayor
90 90.3
89.6
89
88.6 88.6 Independencia
85.9 85.5 Monte Plata
85 84.5
84.3
84.2
83.4
83.1 83.2 Azua
82.8
82.6 82.5
81.8
81.4 San Juan
80 80.2
78.9
78.1 Barahona
77.4 76.8
76.4 San José de Ocoa
75 74.8
74.3 74.6
74.5
72.9 Sánchez Ramírez
72.5
72.4 72.9
70.7 71 70.7 Santiago Rodríguez
70 70.1
69.5 70.1
69.1 Monte Cristi
68.1
66.9 Valverde
65 65.5
65.0
64.8 65.1 65.2
65
64.5 63.8 63.0 Dajabón
62.4
61.7
61.2 61.3 Samana
60 60.1
58.4
58.2 Pedernales
56.6 56.3 Maria T. Sánchez
55 55.6
55.3 55.0
54.1 53.9 La Altagracia
51.6
51.0 51.8 Santiago
50
48.9
48.3 San Cristobal
46.9 47.5
46.7
45.8 46.2 Duarte
45 45.3
Hermanas Mirabal
42.6
42.0
40.6
40.2 San Pedro de M.
40
39.0 Puerto Plata
37.2
36.8
36.2 La Vega
35
33.9 34.0
33.6 Peravia
31.4
30.8 Monseñor Nouel
30
La Romana
27.3
26.7 Espaillat
25
Santo Domingo
Distrito Nacional
20
1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010

Fuente: Apéndice Estadístico Mapa de la Pobreza 2010 y procesamiento microdatos Censo 2002 y Censo 1993.

17
 Los diferentes ritmos de disminución de las tasa, hasta la posición 32, para la provincia
tasas de pobreza general entre los períodos con menor tasa. Los cambios en el ordena-
1993-2002 y 2002-2010 generó cambios miento provincial se pueden visualizar en el
significativos en el ranking de las provincias gráfico 2, que presenta las provincias orde-
conforme a la tasa de pobreza multidimen- nadas en cada año censal según sus tasas
sional. El ranking provincial de pobreza para de pobreza general y el gráfico 3 que mues-
1993, 2002 y 2010 fue elaborado ordenando tra la evolución del propio ranking de 1993
las 32 provincias en forma secuencial desde a 2010.
la posición 1, para la provincia con mayor

Gráfico 3
República Dominicana: Ordenamiento de las provincias según
tasa de pobreza general, 1993, 2002 y 2010
(Modelo 2013, año 1993 ajustado)

1993 2002 2010

Elias Piña 96.7 Elias Piña 88.6 Elias Piña 83.2

Bahoruco 94.2 Bahoruco 85.5 Pedernales 74.6
El Seybo 92.3 Monte Plata 82.5 Bahoruco 74.5
Hato Mayor 90.8 Independencia 80.2 Independencia 72.9
Independencia 90.3 El Seybo 78.9 El Seybo 70.7
Monte Plata 89.6 Hato Mayor 78.1 Monte Plata 70.1
Azua 89.1 San Juan 76.8 Barahona 65.2
San Juan 88.6 San José de Ocoa 76.4 Azua 65.2
Barahona 85.9 Pedernales 74.8 San Juan 63.0
San José de Ocoa 84.5 Barahona 74.3 Hato Mayor 62.4
Sánchez Ramírez 84.3 Monte Cristi 72.9 San José de Ocoa 61.7
Santiago Rodríguez 84.2 Azua 70.7 Monte Cristi 61.3
Monte Cristi 83.4 Valverde 69.1 Valverde 56.3
Valverde 83.1 Santiago Rodríguez 65.1 Dajabón 53.9
Dajabón 82.8 Dajabón 63.8 La Altagracia 51.8
Samana 82.6 La Altagracia 61.2 Samana 48.9
Pedernales 81.8 San Pedro de M. 60.1 Stgo. Rodríguez 48.3
Maria T. Sánchez 81.4 La Romana 58.4 San Pedro de M. 47.5
La Altagracia 77.4 Maria T. Sánchez 58.4 Peravia 46.7
Santiago 72.5 Sánchez Ramírez 58.2 Sánchez Ramírez 46.2
San Cristobal 72.4 Samana 56.6 La Romana 45.3
Duarte 70.7 Duarte 55.0 Duarte 42.6
Hermanas Mirabal 70.1 Peravia 54.1 Maria T. Sánchez 42.0
San Pedro de M. 69.5 Hermanas Mirabal 51.6 Puerto Plata 37.2
Puerto Plata 68.1 Puerto Plata 51.0 Hermanas Mirabal 36.8
La Vega 66.9 San Cristobal 51.0 San Cristobal 36.2
Peravia 65.5 Espaillat 46.9 Espaillat 34.0
Monseñor Nouel 65.0 La Vega 45.8 Santo Domingo 33.6
La Romana 64.8 Santiago 40.6 La Vega 31.4
Espaillat 64.5 Monseñor Nouel 40.2 Santiago 30.8
Santo Domingo 55.6 Santo Domingo 39.0 Monseñor Nouel 27.3
Distrito Nacional 55.3 Distrito Nacional 33.9 Distrito Nacional 26.7

10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Fuente: Apéndice Estadístico Mapa de la Pobreza 2010 y procesamiento microdatos Censo 2002 y Censo 1993.

18

Gráfico 4
República Dominicana: Evolución del ranking provincial
de la pobreza general, 1993, 2002 y 2010
(Modelo 2013, 1993 ajustado)

0
(1)Elias Piña 1 1 1 1
(2)Bahoruco 2 2 2 2
(3)El Seybo 3 3 3 3
(4)Hato Mayor 4 4 4 4
(5)Independencia 5 5 5 5
(6)Monte Plata 6 6 6 6
(7)Azua 7 7 7 7
(8)San Juan 8 8 8 8
(9)Barahona 9 9 9 9
(10)San José de Ocoa 10 10 10 10
(11)Sánchez Ramírez 11 11 11 11
(12)Santiago Rodríguez12 12 12 12
(13)Monte Cristi 13 13 13 13
(14)Valverde 14 14 14 14
(15)Dajabón 15 15 15 15
(16)Samana 16 16 16 16
(17)Pedernales 17 17 17 17
(18)Maria T. Sánchez 18 18 18 18
(19)La Altagracia 19 19 19 19
(20)Santiago 20 20 20 20
(21)San Cristobal 21 21 21 21
(22)Duarte 22 22 22 22
(23)Hermanas Mirabal23 23 23 23
(24)San Pedro de M. 24 24 24 24
(25)Puerto Plata 25 25 25 25
(26)La Vega 26 26 26 26
(27)Peravia 27 27 27 27
(28)Monseñor Nouel 28 28 28 28
(29)La Romana 29 29 29 29
(30)Espaillat 30 30 30 30
(31)Santo Domingo 31 31 31 31
(32)Distrito Nacional 32 32 32 32
33
1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010

Fuente: Apéndice Estadístico Mapa de la Pobreza 2010 y procesamiento microdatos Censo 2002 y Censo 1993.

19
Según el ranking de pobreza del año 1993,
las diez provincias más pobres del país eran
Elías Piña (posición 1), Baoruco (posición 2),
El Seibo (posición 3), Hato Mayor (posición
4), Independencia (posición 5), Monte Pla-
ta (posición 6), Azua (posición 7), San Juan
(posición 8), Barahona (posición 9), y San
José de Ocoa (posición 10). Las diez provin-
cias con menor tasa de pobreza eran el Dis-
trito Nacional (posición 32), Santo Domingo
(posición 31), Espaillat (posición 30), La Ro-
mana (posición 29), Monseñor Nouel (posi-
ción 28), Peravia (posición 27), La Vega (po-
sición 26), Puerto Plata (posición 25), San
Pedro de Macorís (posición 24) y Hermanas
Mirabal (posición 23).
El ranking provincial de pobreza del año
2002 permite ver cambios en el posiciona-
miento en la década del 1990. De las prime-
ras diez posiciones sale la provincia Azua,
que pasó a ocupar la posición 12 y entra la
provincia Pedernales a la posición 9, per-
diendo la posición 17 que ocupaba en el año
1993. En el otro extremo, se observa que de
las diez mejores posiciones salen La Roma-
na, quien subió a la posición 18, y San Pedro
de Macorís, a la 17. Al selecto grupo de diez
mejores posiciones entraron San Cristóbal y
Santiago.
Para el año 2010 el ranking indica que las
diez provincias más pobres del país son Elías
Piña (posición 1), Pedernales (posición 2),
Baoruco (posición 3), Independencia (posi-
ción 4), El Seibo (posición 5), Monte Plata
(posición 6), Barahona (posición 7), Azua
(posición 8), San Juan (posición 9) y Hato
Mayor (posición 10). El privilegiado grupo de
diez de menor tasa lo conforman el Distrito
Nacional (posición 32), Monseñor Nouel (po-
sición 31), Santiago (Posición 30), La Vega
(posición 29), Santo Domingo (posición 28),
Espaillat (posición 27), San Cristóbal (posi-
ción 26), Hermanas Mirabal (posición 25),
Puerto Plata (posición 24) y María Trinidad
20
Sánchez (posición 23). Este nuevo posicio-
namiento en el año 2010 implica importan-
tes cambios en el ranking. Del grupo de diez
provincias de mayores tasas sale San José
de Ocoa y entra Azua; por el lado de las diez
provincias de menores tasas sale Peravia y
entra María Trinidad Sánchez.
La evolución del ranking provincial de 1993
a 2010 muestra que Elías Piña se mantiene
en todo el período ocupando la posición 1 de
mayor tasa de pobreza; Baoruco mantiene
la posición 2 en 1993 y 2002, pasando a la
posición 3 en el año 2010, desplazada por
Pedernales, que pasó de la posición 17 del
año 1993 a la posición 9 en 2002 hasta si-
tuarse en la desafortunada posición 2 en el
año 2010. En evolución contraria a Pederna-
les se encuentra Sánchez Ramírez, que lo-
gró ganancias muy significativas de 1993 a
2002, bajando de la posición 11 a la 20 en
donde se mantuvo en el año 2010.
Este posicionamiento en el ranking del año
2010 podría utilizarse para priorizar las pro-
vincias en los programas de lucha contra la
pobreza. Sin embargo, el proceso de prio-
rización debe complementarse con indica-
dores de tasas de pobreza extrema y del
número absoluto de hogares pobres. En el
mapa 2 se presenta el número de hogares
pobres por provincia para el año 2010, mos-
trando que Pedernales, Independencia, San-
tiago Rodríguez, Dajabón, San José de Ocoa
y Hermanas Mirabal son las provincias que
concentran el menor número de hogares po-
bres del país; otras provincias también con
un número bajo de hogares pobres son Elías
Piña, Hato Mayor, Monseñor Nouel, Samana
y María Trinidad Sánchez. Por el otro lado, se
destaca que la provincia Santo Domingo es
que concentra el mayor número de hogares
pobres del país y a esta la siguen el Distrito
Nacional y Santiago.
En general, se puede sustentar que las pro-
vincias que presentan las mayores tasas de
pobreza general son las que ostentan el me-
nor número de hogares pobres; y que, con
algunas excepciones, las provincias con me-
nores tasas de pobreza presentan las mayo-
res cantidades de hogares pobres, indicando
Mapa 2
República Dominicana: Número de hogares pobres por provincia, 2010
Fuente: Mapa de la Pobreza 2010.
La asociación negativa entre tasa de pobre-
za y número de pobres sugiere que ambos
indicadores deben utilizarse en forma com-
plementaria en el proceso de priorización de
provincias para los programas de lucha con-
tra la pobreza. De este modo se lograría im-
pactar tanto en la reducción de las brechas
que en el año 2010 a nivel provincial se man-
tiene una fuerte asociación negativa entre la
tasa de pobreza general multidimensional y
número absoluto de hogares pobres, la cual
se observa también en los mapas de 1993 y
2002.
provinciales de pobreza, que se obtiene in-
terviniendo en las provincias con mayor tasa
de pobreza, como también en la reducción
de los niveles nacionales de pobreza, que se
lograría atacando la pobreza en las provin-
cias con la mayor cantidad de pobres.
21
V. Conclusiones y recomendaciones
La pobreza multidimensional en la República
Dominicana ha venido disminuyendo en las
últimas dos décadas, tanto a nivel nacional
como en cada una de las provincias. El pro-
ceso ha ocurrido con diferente ritmo de caí-
da, tanto en las dos últimas décadas anali-
zadas como entre las provincias del territorio
nacional, lo cual ha provocado importantes
cambios en el ranking u ordenamiento de las
provincias conforme a sus tasas de pobreza
general.
Los cambios de pobreza más significativos
se verificaron en la década de 1990, aun-
que la mayoría de las provincias también lo-
gró ganancias significativas en la década del
2000. La provincia Elías Piña, a pesar de ha-
ber reducido sus tasas de pobreza, en todo
el período se mantuvo ocupando la posición
de mayor tasa del país, en contraste con el
Distrito Nacional que desde el año 1993 ha
mantenido las tasas más bajas. El mayor de-
terioro en término de tasas de pobreza se
observó en la provincia Pedernales, quien
pasó de ocupar una posición promedio en el
año 1993 a una desafortunada segunda po-
sición en el año 2010, siendo solo superada
por Elías Piña.
El ordenamiento de las provincias en el ran-
king de 2010 podría ser utilizado para fines
de priorización en los programas de lucha
contra la pobreza, pero el proceso debe
realizarse considerando también el número
absoluto de hogares pobres, ya que en el
ámbito provincial existe una fuerte asocia-
ción negativa entre la tasa de pobreza ge-
neral y el número de hogares pobres, y si se
priorizan solo las provincias que tienen las
mayores tasas de pobreza, el impacto en la
reducción de los niveles nacionales de po-
breza sería de muy poca significación, de-
bido al bajo número de hogares que serían
beneficiados, no contribuyendo mucho con
22
el alcance de las metas nacionales de po-
breza planteadas en la Estrategia Nacional
de Desarrollo (END) y en los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM).
Bibliografía
1. Auffret, Philippe (ed.). Informe sobre la pobreza en R.D.: La
pobreza en una economía de alto crecimiento. Sto. Dgo.,
Banco Mundial y PUCMM, 2002, 120p.
2. Banco Central de la R.D.(1999), Departamento de Cuentas
Nacionales y Estadísticas Económicas. Encuesta Nacional
de Gastos e Ingresos de los Hogares, octubre 1997–sep-
tiembre 1998. Tomo V. Situación de la pobreza y distribu-
ción del ingreso en la R.D., Sto. Dgo, 223p.
3. Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo
(2006). Informe sobre la Pobreza en la R.D. Logrando un
crecimiento que beneficie a los pobres, Sto. Dgo, Banco
Mundial y BID, 230p.
4. Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL). Panorama Social de América Latina 1998. Nacio-
nes Unidas, Santiago, Chile, 2013.
4. Comité Técnico (2012). Metodología para el cálculo de la
medición oficial de la Pobreza Monetaria en la R.D. ONE,
Sto. Dgo.
6. Ethos Fundación (2011). Índice Ethos de Pobreza 2011.
Avance-Análisis, Investigación y Estudios para el Desarro-
llo, México D.F., junio 2011.
7. Feres, J.C. y Mancero, Xavier. Enfoques para la medición
de la pobreza. Breve revisión de la literatura. CEPAL, San-
tiago, Chile, 2001.
8. Foster, J., Greer, J. y Thorbecke, E. (1984). A Class of
decomposable poverty measures. Econometrica, Vol.52,
No.3, mayo 1984.
9. Gómez, Susana. Niveles, características y tendencias de la
pobreza. Sto. Dgo, 1992.
10. Guzmán, Rolando (2010). Composición Económica Domini-
cana. El Estrato de Ingreso Medios en el umbral del siglo XXI.
Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, Sto. Dgo.
11. Morillo, Antonio (2014). El Mapa de la Pobreza en la R.D.
2010. Informe General. Sto. Dgo, UAAES, Ministerio de Eco-
nomía, Planificación y Desarrollo (documento en Borrador).
12. Morillo, Antonio (2012). Evolución, determinantes agre-
gados y dimensión espacial de la pobreza monetaria en la
R.D., 2000-2011. Texto de Discusión No. 20, UAAES, Mi-
nisterio de Economía, Planificación y Desarrollo, Sto. Dgo.
13. Morillo, Antonio (2008). Medición de la pobreza moneta-
ria mediante las Encuestas de Fuerza de Trabajo (EFT) del
Banco Central de la R.D.: Propuesta metodológica y resul-
tados 2000-2008. Texto de Discusión No. 13, UAAES, Mi-
nisterio de Economía, Planificación y Desarrollo, Sto. Dgo.
14. Morillo et All (2005). Focalización de la pobreza en la R.D.
2005 Santo Domingo, ONAPLAN, 615p.
15. Morillo, Antonio (2003). Focalización de la pobreza en la
R.D., Versión Revisada y Ampliada. Sto. Dgo, ONAPLAN,
2003.
EVOLUCIÓN Y DESARROLLO DE LA
AFILIACIÓN AL SEGURO FAMILIAR DE
SALUD (SFS) RÉGIMEN SUBSIDIADO DE
LA REPÚBLICA DOMINICANA 2004-2012
Sustentantes:
Nancy Carrasco Sosa • Gilma Gissell Santana Guzmán
Asesor:
Dionisio Hernández
ANTECEDENTES DE LA SEGURIDAD SO-
CIAL EN LA REPÚBLICA DOMINICANA
El Instituto Dominicano de Seguros Sociales
(IDSS), creado mediante la Ley 1896 del 30
de diciembre de 1948 como la Caja Domini-
cana de Seguros Sociales, que luego el 11
de diciembre de 1962 le asignaron el nuevo
nombre que hasta hoy ostenta, con la finali-
dad de asegurar de forma exclusiva a los tra-
bajadores de bajos ingresos (sin sus depen-
dientes), en una red propia de prestadores
de servicios de salud, financiado mediante
cotizaciones obligatorias que centralizaban a
varios seguros, incluyendo el de salud, las
pensiones y los accidentes de trabajo. Para
las personas de mayor ingreso existía un
sector privado proveedor de igualas médi-
cas y de servicios de salud. Hasta la década
de los noventa, la República Dominicana no
contaba con un sistema de salud abierto y
gratuito para proteger a toda la población,
con la Secretaría de Estado de Salud Pública
y Asistencia Social (SESPAS) a la cabeza.
En algunos casos, las empresas y las princi-
pales instituciones públicas contrataban ser-
vicios voluntarios de carácter privado, que
permitían la cobertura familiar y ofrecían
servicios, en ocasiones de mayor calidad que
los de SESPAS. El resto de la población acu-
día a los servicios de SESPAS (sobre todo
los de menores ingresos) o al sector privado
incurriendo en gastos de bolsillo.
El órgano rector de la política sectorial era
la Secretaría de Estado de Salud Pública y
Asistencia Social (SESPAS), que además era
proveedora directa de servicios; pero los
agentes que intervenían en el sector salud
actuaban prácticamente al margen de ese
organismo. Así, se manejaban siguiendo sus
propias reglas, en el sector público: el Ins-
tituto Dominicano de Seguros Sociales y el
Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas
Armadas y la Policía Nacional; y lo propio
hacían en el sector privado las igualas médi-
cas, los seguros autoadministrados, las com-
pañías de seguros, clínicas y organizaciones
sin fines de lucro. Ante el patético panorama
que exhibía nuestro sistema de salud, no es
extraño que existiera un consenso casi total
(85% de la población) sobre la necesidad de
hacer una reforma profunda en ese sector.
En el año 2001 se efectuaron importantes
reformas en el sector salud y emanaron dos
leyes fundamentales para este y el país: la
Ley General de Salud No. 42-01 del 8 de
marzo sentó las bases para reglamentar los
aspectos de la salud pública y de los riesgos
para la salud, y asignó a la Secretaría de Es-
tado de Salud y Asistencia Social (SESPAS) la
rectoría del Sistema Nacional de Salud. Esta
rectoría es entendida como la capacidad polí-
tica de la SESPAS para regular la producción
social de la salud, dirigir y conducir políticas
y acciones sanitarias; concertar intereses;
movilizar recursos de toda índole; vigilar la
salud, y coordinar acciones de las diferentes
instituciones públicas y privadas y de otros
actores sociales comprometidos con la pro-
ducción de la salud, para el cumplimiento de
las políticas nacionales de salud.
Ley 87-01 del 9 de mayo, creando el Siste-
ma Dominicano de Seguridad Social (SDSS),
estableciéndose las fuentes y los mecanis-
mos de financiamiento para la atención den-
tro del Sistema Nacional de Salud. Se imple-
mentó el Seguro Familiar de Salud (SFS), de
carácter obligatorio y universal, que contiene
un Plan Básico de Salud (PBS) para los tres
regímenes establecidos: el Contributivo que
comprende a todos los trabajadores del sec-
tor formal, ya sea público o privado y a todos
23
los empleadores, financiados por los traba-
jadores y empleadores, incluyendo al Estado
como empleador; Subsidiado que protege
a todos los trabajadores por cuenta propia
con ingresos inestables e inferiores al salario
mínimo nacional, así como a los desemplea-
dos, discapacitados e indigentes y Contribu-
tivo - Subsidiado que abarca a todos los pro-
fesionales y técnicos independientes y a los
trabajadores por cuenta propia con ingreso
promedio, iguales o superiores a un salario
mínimo nacional.
A partir del año 2002 el Consejo Nacional
de Seguridad Social (CNSS) emitió algunas
Resoluciones con relación al tema del régi-
men Subsidiado, algunas de ellas fueron la
Res. No. 030-02, con esta se determinó don-
de comenzaría el Seguro Familiar de Salud
(SFS), se estableció comenzar con Baraho-
na, escogida por cumplir el requisito de ser
una de las provincias con mayor vulnerabi-
lidad. Resolución No. 212-02 se inauguró
la Cumbre por la Unidad Nacional Frente a
la Crisis Económica Mundial, se implementó
“que el CNSS emita una resolución en la cual
autorice al SENASA a afiliar de forma directa
al RS a las personas discapacitadas y VIH
positivas que cumplan con los criterios esta-
blecidos en la Ley 87-01 y el Reglamento del
TABLA No.1
Inicio del Seguro Familiar de Salud del Régimen Subsidiado (RS) por Regiones de Salud
24
RS del SDSS y los refiera posteriormente al
SIUBEN para su registro.
La ARS SENASA, es la Administradora de Sa-
lud y es la institución destinada a brindar el
servicio de atención médica mediante la Red
de Prestadores. Según el artículo 31 de la
Ley 87-01, se establece que el SENASA ten-
drá a cargo los beneficiarios del RS, quienes
serán atendidos por la Secretaría de Estado
de Salud Pública y Asistencia Social (SES-
PAS) o el sector público. El proceso de afi-
liación se realiza mediante la utilización de
las bases de datos que aporta SIUBEN, las
cuales son sometidas a revisión por la TSS.
El SIUBEN, es el sistema de información y
registro de beneficiarios, en vista a determi-
nar su posible acceso a programas sociales
y subsidios a los hogares por criterios de ca-
rencias socioeconómicas. Luego de realizada
esta identificación se realiza la actualización
y depuración de la base de datos conjunta-
mente con la Tesorería de la Seguridad So-
cial (TSS) para evitar duplicidad de afiliación
y luego se remite a SENASA para su ingreso
al Sistema Nacional de Salud. En la siguien-
te tabla se identifican las fechas que se puso
en ejecución el proceso de afiliación por año
y región.
Fuente: SENASA, Bo-
letín cuatro año de
Gestión 2004-2008.
SIUBEN en su informe “Calidad de Vida. Es- tantes y están entre los Índice de Calidad de
tudio Socioeconómico de Hogares en Repú- Vida (ICV) ICV1 y ICV2, observándose en el
blica Dominicana”, estima 3,055,374 habi- mapa la región Sur, siendo la más afectada.

MAPA No.1
Distribución Porcentual del Índice de Calidad de Vida ICV1 e ICV2

Fuente: Calidad de Vida. Estudio Socieconómico de Hogares en República Dominicana. 2013.

25
Realizando un análisis del crecimiento de
afiliación del Régimen Subsidiado. A nivel
regional podemos observar que la población
afiliada al RS al 2012 al Seguro Familiar de
Salud (SFS) del Régimen Subsidiado (RS)
alcanzó un total de 2,274, 719 afiliados y
Gráfico No. 2: Cantidad de Afiliados al RS por Región de Salud. Diciembre 2012
Para diciembre 2012, con una población esti-
mada de 9.9 millones y un total de afiliados
de 4,963,400, se consideró que el 50% de
la población nacional estaba siendo protegi-
da por algunos de los regímenes (RC/RS),
distribuidos en las 25 ARS existentes. En la
siguiente gráfica no. 3, podemos observar
el crecimiento del Régimen Contributivo (RC)
con relación al Régimen Subsidiado desde el
2007 a 2012, de igual manera observamos
la razón de 1.2 afiliados contribuyentes por
cada uno del Régimen Subsidiado, o sea,
que por cada 120 contribuyentes existen 100
afiliados subsidiados. Se observa un valor
26
según la gráfica no. 2, la mayor afiliación se
concentra en las Regiones 0, IV (Región 0:
Monte Plata, Santo Domingo, DN; Región
IV: Independencia, Barahona, Bahoruco y
Pedernales), estas regiones representan el
54% del total de afiliados del RS en el SFS.
Fuente: Elaboración Propia.
constante en la afiliación de ambos regíme-
nes. Cabe destacar, que la administradora de
riesgos de salud SENASA, abarca los titula-
res con un 51.7% y sus dependientes 48.3%
del total de afiliados al RS. El SFS del RS,
en el año 2004 había registrados 65,017 afi-
liados y a diciembre 2012 había registrados
2,294,356 afiliados, evidenciándose que se
había multiplicado 35 veces. A diciembre de
2012, la relación de dependencia es de 0.96,
es decir, 96 dependientes por cada 100 titu-
lares. El índice de dependencia más alto se
reflejó en el año 2008, alcanzando un 1.50
(150 dependientes por cada 100 titulares).
 Gráfica No. 3
Razón por año de los afiliados del Régimen Contributivo vs. Subsidiado
En cuanto a los afiliados del RS por grupo de
edad a diciembre 2012, el 28.8% era menor
de 19 años, el 53.24% de los afiliados están
entre las edades de 20-60 años, es el por-
centaje más alto de las diferentes grupos,
lo que evidencia una gran afiliación en edad
productiva que está siendo subsidiada por el
gobierno, esta población es la que genera los
ingresos contributivos para subsidiar al res-
to de la población, para que no haya tanta
inequidad en el país. Pero, de esta misma
población (20-60) el 48.32% es dependien-
te. El remanente 17.93% es mayor de 60
años. Esta población es la más expuesta a
enfermedades crónicas, por lo que se explica
su protección. SENASA cubre el 100% a to-
dos los afiliados que están bajo su cobertura
(atenciones y medicamentos), y esta pobla-
ción posee el mayor nivel de siniestralidad
en salud, por lo que el nivel de gasto es más
alto.
Entre el total de la población afiliada al RS
representando el 0.44% del total, existen al-
rededor de 9,988 personas que son discapa-
citadas o con VIH sida. Los afiliados con esta
condición de salud han llegado por el Conse-
jo Nacional de Discapacidad (CONADIS) y el
Consejo Presidencial del Sida (COPRESIDA).
Desde el 2006-2012 han llegado 4,905 afilia-
dos con discapacidades, de donde el 44% de
las personas con condición de discapacidad
son hombres y el 56% son mujeres. Relacio-
nando este dato a nivel nacional, según el
censo del año 2010, se estima que en la Re-
pública Dominicana el 12.4% de la población
nacional vive con algún tipo de discapacidad,
para un total de 1,160,847 personas. Lo que
quiere decir, que SENASA está abarcando
el 0.42% de las personas con discapacidad.
De igual manera, los afiliados cubiertos por
SENASA con el síndrome VIH sida son 5,083.
Según la dirección general de COPRESIDA,
al 2012 se estima que existen 59,010 perso-
nas a nivel nacional con el virus, lo que equi-
vale a que el 8.6% tiene cobertura a través
de SENASA. En el año 2009 con respecto al
2008 el número de afiliados con discapaci-
dad y VIH sida, se incrementó exponencial-
mente entre 10 y 16 veces más respectiva-
27
mente al año anterior. Esto se debió porque
se publicó la resolución Res.212-03 del 10
junio del año 2009. El 87% de estos afilia-
dos con discapacidad es mayor de 20 años;
y con el virus del VIH SIDA el 85% es ma-
yor de 20 años.
Financiamiento del Seguro Familiar de
Salud del Régimen Subsidiado
En el financiamiento se basa en la Ley 87-
01, en el Art. 7 en que el RS debe ser fi-
nanciado fundamentalmente por el Estado
dominicano. Los desembolsos a SENASA
por el gobierno central, para cubrir a los
afiliados del SFS del Régimen Subsidiado
durante el período 2004-2012 ascienden a
20,861 millones (RD$20,861,166,838.00).
Dispersándose hasta el 98% de lo aporta-
do. El monto del año 2012 superó 46 veces
el monto asignado en el año 2004. Con esta
condición SENASA estimó una siniestralidad
de un 91.54% para el RS al 2012. Siendo
este valor elevadísimo, lo cual se debe al ni-
vel de riesgo con la cantidad de personas en-
vejecientes, discapacitadas y condiciones de
salud costosas que conllevan a altos costos.
Gráfico No.4
28
El percápita aprobado para desde el 2002
fue de RD$2,175.6 (181.3 mensual) y nun-
ca fue indexado desde el 2002-2013. Aun-
que, en la ley 87-01, Art. 69 establece que
la TSS de la Seguridad Social le pagará a las
prestadoras de salud una tarifa fija mensual
por cada persona que está protegida. Este
cápital será revisado anualmente y si es ne-
cesario semestralmente en casos extraordi-
narios.
Si observamos el gráfico No. 4, el valor del
dinero en el tiempo ha deflactado considera-
blemente. Al aplicar el índice IPC mensual,
actualmente se está pagando por percápita
RD$57.0 mensual, y si se tuviera aplicando el
artículo No. 169 de la ley 87-01, aplicándole
el IPC, el valor percápita fuera de RD$547.6
mensual, lo que evidencia la carga que la
Administradora de Riesgos de Salud SENASA
tiene actualmente. Lo que evidencia un pro-
gresivo deterioro en su insolvencia financie-
ra. SENASA posee el índice de siniestralidad
más alto de las ARS, aunque cuenta con los
hospitales y entidades de salud del SESPAS
de parte del sector público.
 En cuanto a la región Sur, desde el 2002, el
Régimen Subsidiado se visualizó en la Región
de Salud IV (Barahona, Pedernales, Bahoru-
co e Independencia), por estar dentro de las
provincias con mayores índices de pobreza.
La población estimada a diciembre 2012,
Gráfica No. 5
para la Región IV era de 272,970 habitantes
y la población afiliada era de 157,754, esta
afiliación representa el 57.8% de la pobla-
ción objetivo (gráfica no. 5). La población
afiliada desde el 2004 ha crecido un 31.7%
al 2012.

La relación de dependencia era de 1.18, o sea, por cada 100 titulares hay 118 depen-
dientes. Las mayores coberturas estaban dadas en los años 2010 y 2011, donde se
refleja que el índice de dependencia es de 1.21 y 1.24, respectivamente.

Gráfica No. 5
Evolución de la relación de dependencia de los afiliados de la Región IV

29
Como podemos observar en el gráfico No.
6, el 35.7% de los afiliados es menor de 19
años a diciembre del 2012. De igual mane-
ra observamos que el 47.7% de los afilia-
dos están entre las edades de 20-60 años,
es el porcentaje más alto de los diferentes
grupos, lo que evidencia una gran afiliación
en edad productiva que está siendo subsi-
diada por el gobierno. Esta población es la
que genera los ingresos contributivos para
subsidiar al resto de la población necesitada,
para que no haya tanta inequidad en el país.
Pero cabe recordar, que SENASA, posee una
gran cantidad de personas con VIH, enve-
jecientes y discapacitadas. Lo que permite
Gráfico No.6
Afiliados del RS de la Región IV por grupo de edad, diciembre del 2012
30
que esta población demande más cuidados y
medicamentos para mantener mejor salud,
recordando que la cobertura es de 100% en
servicios.
El 16.5% es mayor de 60 años, esta pobla-
ción es la más expuesta a enfermedades
crónicas, por lo que necesita protección.
SENASA cubre el 100% a todos los afiliados
que están bajo su cobertura (atenciones y
medicamentos), y esta población posee el
mayor nivel de siniestralidad en salud, por
lo que el nivel de gasto es más alto (gráfico
No. 6).
La seguridad social con los regímenes del
Contributivo y Subsidiado, a diciembre del
2012 alcanzó un total de 4,963,400, o sea,
el 50.0% de la población nacional. El RC
con relación al RS desde el 2007 a 2012, en
promedio se estimó que existe 0.51 afiliados
contribuyentes por cada 1.0 del Régimen
Subsidiado, o sea, que por cada 51 contri-
buyentes existen 100 afiliados subsidiados.
La población incluida en el SFS del RS distri-
buida por región de salud, no están distri-
buida uniformemente, y la mayor cantidad
de personas afiliadas están concentradas en
las Regiones 0 y IV (Región 0: Monte Plata,
Santo Domingo, DN y la Región IV: Indepen-
dencia, Barahona, Bahoruco y Pedernales),
estas regiones abarcan el 54% del total de
afiliados reportados por SENASA a diciembre
del 2012.
Dentro de la población nacional de la RD,
existe una gran parte que nunca estará den-
tro de la seguridad social, ya que ella rige
sus propios sistemas de protección, como
son: la Suprema corte de Justicia, Tribu-
nal Constitucional, FFAA, ISPOOL, etc. La
seguridad social estima aproximadamente
80,000 personas que pertenecen a otros re-
gímenes, y los cuales representan el 0.81%
de la población.
En la actualidad uno de los obstáculos que se
está superando es el bajo per cápita que ha
sido aumentado de RD$181.3 a RD$201.34
a 2014, pero se entiende que no es suficien-
te para la gran demanda de la administra-
dora de riesgo, aunque cuente con todos los
hospitales y servicios sanitarios de parte de
SESPAS, aún es deficiente por su nivel de
siniestralidad.
Bibliografía
1. Alejandra Guzmán. 2013. El SENASA tiene 2.5
millones de afiliados. Periódico Diario Libre.
R.D. Portal: http://www.diariolibre.com/noti-
cias/2013/09/11/i401844_senasa-tiene-millo-
nes-afiliados.html
2. Antonio Sánchez: 2005. El Modelo Dominica-
no de prestación de servicios de salud: Una
apuesta de futuro.
3. Arlette Pichardo Muñiz y Sandra Suñol. 2007.
La Seguridad Social en la R.D. Instituto Tecno-
lógico de Santo Domingo (INTEC).
4. Boletín SISALRIL Informa No. 36, enero- marzo
2011.
5. Boletín SISALRIL Informa No. 38, mayo 2010.
6. Censos 2002 y 2010
7. CERSS. 2000. Informe Programa Nacional de
Reforma del Sector Salud. R.D.
8. CNSS.2012. Memoria Institucional del Consejo
Nacional de la R.D. Págs. 16-17 y 26-28.
9. CNSS: Reglamentos
10. Consejo Nacional de la Seguridad Social
(CNSS), (2009). Propuesta de extensión de co-
bertura de las estancias infantiles. R.D.
11. Consultoría y Asesoría en Seguridad Social
(ConsultoSS). 2000. Informe Programa Nacio-
nal de Reforma del Sector Salud. CERSS. R.D.
12. Del Pozo, María Eugenia. Listín Diario. 29
octubre de 2009. Unas 100 mil personas
con discapacidad se beneficiarán del Régi-
men Subsidiado de Salud. Visto 16/10/2013.
Fuente:http://www.listindiario.com/la-republi-
ca/2009/10/29/119737/Unas 100 mil personas
con discapacidad se beneficiarán del Regimen.
13. Focalización de la pobreza en R.D., 2005. Per-
files provinciales, todas las regiones Oficina
Nacional de Estadística (ONE). Publicación
octubre del 2009.
14. Giedión, Villar y Ávila (2010). Fundación MA-
PFRE. Instituto de Ciencias del Seguro. Espa-
ña.
15. Glosario de Términos (GTSS) del Consejo Na-
cional de la Seguridad Social. 2009. R.D.
31
16. Gómez Cerda, José (2009). El Trabajo So-
cial. Editorial ARGOS. R.D.
17. Ley 87-01. 2001. Ley de Seguridad Social de
la República. R.D.Vol.1, Ley General de Salud
42-01.
18. MISPAS. 2011. Ministerio de Salud Pública.
Dimensiones de Análisis Gasto Público en
Salud. R.D.
19. MIspas.2012. APS del SESPAS.
20. ONE. Abril 2013. Boletín Mensual. Panorama
Estadístico. Departamento de Investigacio-
nes. “Población con discapacidad en R.D.: un
acercamiento a partir del IX Censo Nacional
de Población y Vivienda 2010”. Año 5. Nº 55.
R.D.
21. ONUSIDA. 2009. Informe de Estimaciones y
Proyecciones de Prevalencia del VIH y Carga
de Enfermedad.
22. OPS-OMS.2012. La Renovación de la Aten-
ción Primaria de Salud en las Américas. Docu-
mentos de posición de la Organización Pana-
mericana de la Salud-Organización Mundial
de Salud (OPS-OMS).
23. Pedro Luis Castellano, Jeffrey Lizardo, Ber-
nardo Matías, Luis Morales, Chanel Rosa y
Rosa Sánchez. 2009. “El nuevo Modelo del
Sistema de Salud: Inicio, Rutas y Dificultades”.
Pontificia Universidad Católica Madre y Maes-
tra (PUCMM).
24. Peñate Rivero, Orlando (2006). Orden Econó-
mico y Seguridad Social. El futuro de la Segu-
ridad Social en América Latina. CERSS. R.D.
25. Perfiles provinciales.2009. Mapa de la Focali-
zación de la pobreza.
26. Pichardo y Muñiz, Suñol, (2007). La Seguridad
Social en la R.D. Instituto Tecnológico de Sto.
Dgo. Universidad Nacional de Costa Rica y
Centro Internacional de Políticas Económicas
(CINPE).
27. Portales de: CNSS, SISARIL, SENASA SIU-
BEN.
28. Presentación del Dr. Gustavo Guilamo “Con-
32
sultoría y Asesoría en Seguridad Social”.
29. Programa de las Naciones Unidas para el De-
sarrollo (PNUD). 2013. “Mapa de Desarrollo
Humano de la R.D.”.
30. Resolución No. 042.04. R.D. 05/09/2013
31. Rojas Lara, Gustavo. 27/3/2012. Consejo
Presidencial del Sida (Copresida). “Copresida
estima entre 60,000 y 70,000 infectados con
VIH en RD”. Fuente: http://www.elnuevodia-
rio.com.do/app/article.aspx?id=280438. Infor-
mación buscada 16/10/2013.
32. Secretaría de Estado de Salud Pública y Asis-
tencia Social. 2005. Modelo de Red de los Ser-
vicios Regionales de Salud. Guía para el desa-
rrollo de los servicios de salud para la atención
a las personas.
33. SENASA. 2008. Informe 4 Años de Gestión
de SENASA: Agosto 2004-Diciembre 2008.
R.D.
34. SESPAS, 2003. Análisis de Situación de Sa-
lud de la R.D., 2003. Secretaría de Estado de
Salud Pública y Asistencia Social. Dirección
General de Epidemiología (DIGEPI). Agosto
del 2003.
35. SIUBEN. 2012. “Calidad de vida. Estudio so-
cioeconómico de hogares en RD”.
36. Visauta, Bienvenido. 2007. Análisis estadísti-
co con SPSS 14. Estadística Básica. McGraw
Hill. Tercera edición. México.
37. Castro Hoyos, Carlos Eduardo (2012). Salud
y seguridad social: un breve comparativo de
cinco países de América Latina. FRIEDRICH
EBERT STIFTUNG. FESCOL. Colombia.
 IMPACTO DE LA CODIFICACIÓN EN EL
PROCESO ESTADÍSTICO MÉDICO DOMINICANO
Por César Familia, profesor de la UASD
En el capítulo I, páginas 22 y 23 del libro de
mi autoría titulado Introducción a la Estadís-
tica Elemental Aplicada, Tomo I, se afirma
que “…el médico clínico para establecer un
diagnóstico adecuado, requiere un proce-
so exhaustivo de recolección de datos, que
empieza con el llenado de un formulario al
paciente de primera vez, previo al chequeo
médico. A este paso le siguen las pruebas
clínicas realizadas (laboratorios, alto con-
traste, etc.), la revisión del historial clínico,
las documentaciones auxiliares llenadas por
otros médicos, si existiera, y la experiencia
acumulada como consecuencia del análisis
de síntomas y signos observados en canti-
dades diversas de pacientes.” A partir de ese
correcto diagnóstico, el médico puede esta-
blecer una probabilidad de la magnitud de
la enfermedad y pronosticarle al paciente la
1. Para más detalles sobre el CIE-10, consulte entre
otros sitios webs, los siguientes: http://www.madrid.
org/iestadis/fijas/clasificaciones/cie10.htm, www.
agendamedicapro.com/programa-codi, www.sssalud.
gov.ar/hospitales/archivo.
2. http:/www.ais.paho.org/classifications/Chapters/
pdf/Volume2.pdf
solución a su problema de salud, siempre y
cuando dicho paciente haga uso del trata-
miento adecuado que se le ha indicado.
Pero si el diagnóstico resulta inadecuado, es
obvio que se pone en peligro la vida del pa-
ciente indicándole un tratamiento incorrecto
para tratar la enfermedad detectada, ade-
más de que el médico corre el riesgo de ser
demandado legalmente por parte de los fa-
miliares del afectado.
En el interés de evitar que esto último pueda
ocurrir, se recomienda utilizar un sistema de
codificación médico conocido como Clasifica-
ción Estadística Internacional de Enfermeda-
des y otros problemas de salud, identificada
en español por las siglas de CIE-10 (déci-
ma versión)1, la cual es una publicación de
la Organización Mundial de la Salud (OMS),
usada mundialmente para las estadísticas
sobre morbilidad y mortalidad, los sistemas
de reintegro y la estandarización del diag-
nóstico médico.
Mediante esta codificación internacional, el
personal médico tiene en sus manos códi-
gos estandarizados para clasificar las enfer-
medades, signos, síntomas, hallazgos anor-
males, denuncias, circunstancias sociales y
causas externas de daños o enfermedad,
permitiendo con esto que cada situación de
salud pueda ser correspondida con una de-
terminada categoría y subcategoría, a la cual
se le coteja su correspondiente diagnóstico,
lo cual facilita “… su ordenamiento y conteo
para propósitos estadísticos.” 2
Por la importancia que revisten esos códi-
gos estandarizados para garantizar la cali-
dad del dato médico durante su recolección,
procesamiento, clasificación y presentación,
así como para viabilizar la comparación in-
ternacional de las estadísticas médicas y
favorecer las tomas de decisiones apropia-
33
das en el área de salud, se requiere que el
uso de los mismos (es decir, de los códigos
estandarizados), tenga carácter obligatorio
(legal) y generalizado tanto para centros de
salud ubicados en el ámbito público como
en el ámbito privado. Pero esta obligatorie-
dad debe ser extensiva e incluyente de otros
sistemas de codificación como lo es la codi-
ficación de servicios y procedimientos (CPT)
y sus seis subdivisiones (Evaluación y Mane-
jo, Anestesia, Cirugía, Radiología, Patología
y Laboratorios y Medicina), así como para el
HCPCS que es el manual usado para codifi-
car todo aquel servicio que no esté disponi-
ble en el CPT.
La obligatoriedad y generalidad de esos sis-
temas de codificación permitiría mejorar aún
más la categorización de la República Do-
minicana como país viable para interactuar
con hospitales europeos y norteamericanos
acreditados, que requieren de esa codifica-
ción como garantía para materializar pagos
a centros médicos o seguros médicos tam-
bién acreditados de manera internacional.
Para que tal propósito sea realmente exitoso
se requiere viabilizar esfuerzos tendentes a:
a) Insistir de manera perspicaz en la imple-
mentación del número único electrónico
para cada ciudadano dominicano.
b) La implementación generalizada y com-
putarizada del historial clínico o récord
médico para cada paciente, permite al
personal médico, detallar de manera es-
crita la situación, diagnósticos, evolución,
y tratamiento recomendado al paciente,
así como también disponer de los ante-
cedentes clínicos y de cualquier otro dato
del paciente que resulte necesario para
actuar sin demora en relación al mismo.
34
c) La capacitación continua y obligatoria en
el uso correcto de la Clasificación Esta-
dística Internacional de Enfermedades y
otros problemas de salud (CIE-10), como
de la Clasificación Estadística Internacio-
nal de Enfermedades (DSM-IV), para los
médicos que ofrecen servicios tanto en el
sector público como en el privado.
d) La adecuada preparación de un personal
auxiliar especializado en codificación en
salud, tal como acontecía en los hospi-
tales dominicanos donde existen residen-
cias médicas. Este especialista es quien
luego de inspeccionar las anotaciones
que ha hecho el personal médico en el
historial clínico computarizado del pa-
ciente, coloca el código médico electróni-
co que certifica la calidad del diagnóstico
establecido por el médico, dándole un ca-
rácter de aceptabilidad mundial. Obvia-
mente que esto entraña el ponerse de
acuerdo con el médico actuante.
Este conjunto de acciones, dada su íntima
relación con el proceso estadístico, imponen
la intervención de la Escuela de Estadística
de la UASD como ente que puede coadyuvar
para la comprensión y concreción de las mis-
mas. En tal virtud, se hace necesario que en
dicha escuela se evalúe la posibilidad de asu-
mir cualquiera de las sugerencias siguientes
u otras que se entiendan apropiadas:
1. Especializar una asignatura de Estadísti-
ca, dentro de cuyo contenido se aborde
el tema de la codificación médica como
una parte importante de la misma.
2. Implementar un diplomado con el propó-
sito expreso de especializar personal en
el manejo adecuado de la Clasificación
Estadística Internacional de Enfermeda-
des y otros problemas de salud (CIE-10),
la Clasificación Estadística Internacional
de Enfermedades (DSM-IV), la codifica-
ción de servicios y procedimientos (CPT)
y sus seis subdivisiones (Evaluación y
Manejo, Anestesia, Cirugía, Radiología,
Patología y Laboratorios y Medicina) y
el HCPCS que es el manual para codifi-
car todo aquel servicio que no esté dis-
ponible en el CPT. El diseño y puesta en
marcha de este diplomado, precisa de la
colaboración técnica-docente de la Facul-
tad de Medicina de la UASD, el Ministerio
de Salud Pública y Asistencia Social, or-
ganismos internacionales de salud como
la OMS-OPS, universidades y hospitales
europeos-norteamericanos con suficiente
experiencias sobre este particular, entre
otras instancias.
3. Solicitar a la Escuela de Medicina la rein-
troducción de la estadística como asigna-
tura, previa readecuación del programa
de dicha asignatura.
Es importante apuntar que se puede obte-
ner mayor información sobre la Clasificación
Estadística Internacional de Enfermedades y
otros problemas de salud, visitando el sitio
web siguiente:
http:/www.ais.paho.org/classifications/
Chapters/pdf/Volume2.pdf.
35
 Indicadores demográficos de la
población dominicana. Su
comparación por sexo
Por Lic. Faustino Polanco.

A finales del año 2010 la población del país

era de 9,445,281 millones de personas, en-
tre los cuales había 4,739,038 de sexo mas-
culino y 4,706,243 de sexo femenino.

Esta misma población estaba constituida

por 2,808,927 niños menores de 15 años,
6,049,220 tenían entre 15 a 64 y 587,134
eran personas con 65 o más años de edad.

También contaba con 4,538,611 perso-

Es y siempre ha sido interesante conocer la
distribución de la población por sus carac-
terísticas sociales, económicas y demográ-
ficas. En este artículo se presenta la cla-
sificación de las personas residentes en la
República Dominicana por las categorías de
sus atributos más generales.
nas que tenían entre 5 y 29 años de edad,
quienes constituían el segmento de mayor
propensión a estar estudiando o haber com-
pletado sus estudios a nivel superior recien-
temente. La distribución de los que compo-
nían cada grupo de edad se presenta en el
gráfico siguiente:

En base a esos mismos datos se determinó
que la cantidad de personas de sexo mascu-
lino que no sabe leer ni escribir era mayor
que la del femenino, lo cual también sucedía
en la que nunca había asistido o no estaba
36
asistiendo a algún centro educativo al mo-
mento del censo. Esto también se manifes-
taba entre los que a lo sumo alcanzaron un
nivel educativo primario.
 Población de 5 a 29 años de edad por sexo,
según alfabetismo y asistencia escolar, 2010.

Alfabetismo y Total Sexo

asistencia escolar Varones Hembras

Cantidad % Cantidad % Cantidad %

Alfabetismo
Total 4,538,611 100.00% 2,285,487 100.00% 2,253,124 100.00%
Alfabetos 3,933,026 86.66% 1,952,775 85.44% 1,980,251 87.89%
Analfabetos 605,585 13.34% 332,712 14.56% 272,873 12.11%

Asiste o asistió
Total 4,538,611 100.00% 2,285,487 100.00% 2,253,124 100.00%
Asiste 2,916,340 64.26% 1,417,039 62.00% 1,499,301 66.54%
No asiste, pero asistió 1,444,593 31.83% 761,285 33.31% 683,308 30.33%
Nunca asistió 177,678 3.91% 107,163 4.69% 70,515 3.13%

Nivel educativo alcanzado
Total 4,538,611 100.00% 2,285,487 100.00% 2,253,124 100.00%
Nunca asistió 177,678 3.91% 107,163 4.69% 70,515 3.13%
Preprimaria 374,859 8.26% 200,443 8.77% 174,416 7.74%
Primaria o básica 2,094,654 46.15% 1,121,086 49.05% 973,568 43.21%
Secundaria o media 1,345,047 29.64% 650,136 28.45% 694,911 30.84%
Universitaria o superior 546,373 12.04% 206,659 9.04% 339,714 15.08%

Sin embargo, entre las personas que lograron un nivel educativo secundario o universitario
predominaba la población femenina. Esta situación se presenta en el gráfico que aparece a
continuación.

37
En lo que respecta a las características so-
cioeconómicas, la población dominicana es-
taba distribuida de la siguiente manera:
La población económicamente activa, la que
constituye la fuerza de trabajo, represen-
taba el 64.57% de los que al momento del
censo habían cumplido por lo menos 10 años
de edad. Este porcentaje es menor en los
varones que en la población femenina.
Los ocupados constituían el 88.61% de la po-
blación económicamente activa y el restan-
te 11.39% lo componían los desocupados.
Es importante expresar que el porcentaje
de la población masculina que al momento
del censo estaba realizando alguna actividad
económica, era mucho menor que la de la
femenina. Como ha sido tradicionalmente
observado, la proporción de mujeres que su
ocupación es oficios domésticos es mucho
mayor que la de los hombres. Otro elemento
que vale la pena mencionar es que el por-
Población por sexo, según condición de actividad económica. 2010.
38
centaje de la población desocupada que ha
trabajado antes o está buscando trabajo por
primera vez, es mucho mayor en las mu-
jeres que en la población masculina, y por
tanto esta relación es inversa en los que no
buscan trabajo porque consideran que no lo
van a conseguir.
Los inactivos, que constituyen la población
que no trabajaba pero estaba buscando tra-
bajo o expresó su disposición de realizar al-
guna actividad productiva, representaba el
35.43% de los que tenían 10 o más años de
edad. Como se observa en la siguiente tabla,
este porcentaje era de 37.56 en caso de los
hombres y 33.29 en el de las mujeres.
Otro elemento a destacar es que el porcen-
taje de la población inactiva que estaba es-
tudiando es mucho mayor en las mujeres
que en los hombres. Sin embargo, los que
no realizan ninguna actividad representan
un porcentaje mayor en los hombres.
En sentido general, las mujeres tienen una
participación en los procesos educativos y
laborales mayor que los hombres. Esta si-
tuación también se puede comprobar en los
centros de enseñanza a nivel intermedio y
superior, y en los lugares de trabajo, parti-
cularmente en los que componen el sector
formal de la economía.
Participación de los trabajadores por sexo,
según sectores de la economía. 2013.
Sector Total Sexo
Hombres Mujeres
Formal 43.84% 41.62% 47.77%
Informal 56.16% 58.38% 52.23%
Fuente: ENFT 2013.
39
 República Dominicana: Crecimiento de
la población en el contexto mundial
Francisco I. Cáceres Ureña, demógrafo, PhD
Introducción
El tamaño de los conglomerados humanos
se ha constituido en objeto de la atención
de gobernantes y estudiosos vinculados al
ejercicio del poder, a lo largo de la historia.
Más de 22 siglos han transcurrido desde que
el emperador Yao, en la China, ordenara
un levantamiento de información destinado
a establecer el tamaño de la población del
imperio, con el objeto de determinar el nú-
mero de súbditos y algunas de sus carac-
terísticas (Gómez, 1975). Del mismo modo,
hacia el siglo VI antes de la Era Cristiana,
los griegos ya hacían levantamientos perió-
dicos de información acerca de la población
del territorio, con propósitos de determinar
los recursos disponibles, fijar impuestos y
establecer la cantidad de hombres disponi-
bles para, eventualmente, formar parte del
ejército (Hernández, 2005).
Ese interés por conocer el tamaño de la po-
blación fue consolidándose, de modo que los
operativos destinados a contabilizar el nú-
mero de habitantes y sus características se
convirtieron en un componente casi rutinario
en la agenda de los gobiernos de otras socie-
dades antiguas, con elevado grado de desa-
rrollo como es el caso de Babilonia, Egipto,
40
Roma, y posteriormente Inglaterra y Fran-
cia. Como consecuencia de esa importancia
conferida a los números relacionados con la
población -tamaño y características- los Es-
tados Unidos de América incluyeron en su
primera Constitución la obligatoriedad esta-
tal de realizar un censo de población cada
10 años.
La cuantificación periódica del número de
habitantes se ha tornado un imperativo para
todos los países, toda vez que la población
es el objeto y sujeto de la planificación eco-
nómica y social. Por esta razón todos los paí-
ses del mundo realizan censos de población,
como forma de determinar el tamaño del
conglomerado humano que lo compone, al
mismo tiempo que permiten construir perfil
de la población en diferentes momentos del
tiempo y de esa forma medir el crecimiento
poblacional, así como los cambios cualita-
tivos que se verifican en esta.
Cuando se alude al planeta como universo
de estudio, el crecimiento de la población se
debe a los efectos de la natalidad y la mor-
talidad. Esta última variable demográfica
mantuvo niveles muy elevados en el pasa-
do, debido a los efectos de factores como:
enfermedades epidémicas, hambrunas, gue-
rras y las precarias condiciones de salubri-
dad que caracterizaban el entorno gravita-
cional de las personas. En este contexto, los
efectos de la natalidad eran atenuados, y a
veces hasta anulados, razón por la cual, la
población crecía en forma lenta hasta bien
entrado el segundo milenio de Nuestra Era.
Luego, a partir del siglo XIX se suscitó una
serie de eventos que tendieron a mejorar las
condiciones de vida de la población, y con
ello a la reducción de los niveles de mortali-
dad, lo cual condujo a un crecimiento de la
población que se aceleró a partir de media-
dos del siglo XX.
Con ese escenario como telón de fondo, ha-
bría de esperarse que la población dominica-
na también mantuviera elevados niveles de
mortalidad en el pasado, los cuales fueron
responsables de un incremento en el nú-
mero de habitantes que pudo haber variado
entre lento y moderado lo que se mantu-
vo hasta entrado el siglo XX. Desde inicios
de la década del 50, en el país se desarro-
lló una serie de iniciativas gubernamentales
que se tradujeron en mejoras en las condi-
ciones de vida de la población y, por tanto,
en reducción en los niveles de mortalidad.
Esta coyuntura, conjuntamente con la ele-
vada fecundidad prevaleciente, produjeron
un aumento en la tasa de crecimiento po-
blacional, la cual llegó a 3.6% entre 1950 y
1960. Como consecuencia de estos elevados
niveles de crecimiento relativo, la población
del país se incrementó en forma acelerada
en esos años.
A finales de la década de los 60 e inicios de
los 70 empezó a expandirse el uso de méto-
dos anticonceptivos, lo cual hizo que la fe-
cundidad comenzara a descender en forma
notoria. Como producto de este fenómeno,
la tasa de crecimiento poblacional inició una
etapa de descenso, situándose actualmen-
te en el orden de 1.2%. Producto de esta
disminución, se evitó lo que pudo haberse
constituido en un crecimiento explosivo de
la población dominicana. En la actualidad,
la población continúa creciendo en términos
absolutos, pero a un ritmo sensiblemente
menor que en décadas anteriores.
Estas páginas están dedicadas al abordaje,
en forma breve, de los efectos de los esce-
narios previamente descritos sobre el uni-
verso demográfico, y las expresiones de este
último en elementos como: los volúmenes
de la población mundial en algunos momen-
tos del tiempo, el grado de celeridad con que
se produjeron esos procesos, así como algu-
nas causas de esos tipos de comportamien-
tos. Además, tomando el contexto mundial
como escenario general, se exponen algunas
estimaciones de la población dominicana du-
rante el siglo XIX, así como los volúmenes
poblacionales proporcionados por los dife-
rentes censos levantados en el país. Final-
mente se presentan algunas evidencias en
relación a factores que están por detrás del
crecimiento de la población de la República
Dominicana.
1. Dinámica de la población mundial
El tamaño de la población del mundo es el
resultado de una ecuación simple, compues-
ta por dos variables demográficas: la nata-
lidad, fenómeno que agrega efectivos a la
población y la mortalidad, componente de-
mográfico que tiende a reducir el número de
habitantes. Por tanto, el ritmo de crecimien-
to de la población del planeta dependerá de
la forma cómo se conjuguen esos dos facto-
res.
1.1 Volúmenes y tendencias de la po-
blación
La información disponible acerca de los vo-
lúmenes de la población mundial no siempre
es abundante ni caracterizada por la conti-
nuidad en el tiempo. Sin embargo, a partir
de las evidencias de que se dispone, es po-
sible inferir que la población mundial creció
lentamente desde sus orígenes hasta inicios
del siglo XX. Los volúmenes poblacionales
expuestos en el gráfico 1 hacen suponer que
previo a Nuestra Era, la población mundial
precisó de 60 siglos para incrementarse en
unos 190 millones, mientras que después
de ese período, solo se requirieron 10 siglos
para que se agregaran unos 100 millones de
nuevos habitantes al planeta (Naciones Uni-
das, 1978).
41
 No obstante, hurgando en el significado de millones de habitantes. Estas nuevas ten-
las cifras anteriores se llega a la conclusión dencias de la población ponen de manifiesto
de que un incrementó de 190 millones de que, una vez avanzado el segundo milenio,
habitantes en un período de 6,000 años en el crecimiento de la población mundial fue
el cual la población pasó de 10 millones a haciéndose cada vez menos lento, hasta lle-
200 millones de habitantes, representa un gar a momentos de aceleración a partir de
crecimiento medio anual de 5.0 por diez mil. mediados del siglo XX.
A su vez, un incremento poblacional de 110
millones de personas, al pasar de 200 mi- Gráfico 2
llones en el año 1, a 310 millones en el año Volumen de la población mundial cada 50 años,

1000, implica un incremento medio anual 1750-2010 (En millones)

6,854
de 4.4 por diez mil. Por tanto, si se toman 7,000
6,071
como válidas las cifras del gráfico 1, habría 6,000
No. de habitantes (millones)
que admitir como lento el crecimiento de la 5,000
población durante los 60 siglos anteriores a
4,000
Nuestra Era. Más lento aún fue el observado
durante el primer milenio de la Era actual. 3,000 2,519

2,000 1,650
1,262
978
1,000
791

Gráfico 1 0
Volumen de la población mundial en tres momentos del pasado 1750 1800 1850 1900 1950 2000 2010
remoto, (En millones) Año
320 310

280

El patrón general seguido por el aumento en

No. de habitantes (millones)

240

200 el volumen poblacional se tradujo en tasas

200
de crecimiento muy bajas hasta finales del
160
siglo XIX. Durante el período 1750-1800,
120 este indicador fue de apenas 0.43%. No obs-
80 tante, entrado el siglo XIX comienza a perci-
40
birse una tendencia al aumento en el ritmo
0
10
de crecimiento poblacional, pues durante
6000 A .C 5000 A .C. 4000 A .C. 3000 A .C. 2000 A .C. 1000 A .C. 1 1000 D.C. la primera mitad de esa centuria la tasa de
Año
crecimiento medio anual era de 0.51% y de
0.54% en la segunda mitad de ese siglo.

Los valores representados mediante el grá-

fico 2 muestran la evolución de la población Una vez entrado el siglo XX, la tasa de creci-
del planeta a partir de mediados del siglo miento poblacional comenzó a incrementar-
XVIII. A juzgar por las cifras correspondien- se de manera sustancial, alcanzando valores
tes a los años 1750 y 1900, se precisaron (0.85%) cercanos al 1% durante el perío-
150 años para que la población se incremen- do 1900-1950. Como habría de esperarse,
tara en 859 millones de habitantes, al pa- durante la segunda mitad del siglo XX fue
sar de 791 millones a 1,650 millones. A su cuando la población del planeta exhibió su
vez, entre 1900 y 2010, en solo 110 años, máximo nivel de crecimiento (1.77%), cerca
la población se incrementó en más de 5,000 de 2%. Este período coincidió con la reduc-

42
ción de la mortalidad en los países del Tercer
Mundo, en momentos en que en muchos de
estos la fecundidad aún era elevada o muy
elevada. Precisamente, como esta variable
demográfica ya había comenzado a descen-
der desde la década del 70, para los prime-
ros años del Tercer Milenio se observaba una
tasa de crecimiento (1.22%) en descenso.
1.2 Tiempo de duplicación de la población
La longitud del período transcurrido entre el
momento en que se observa un determinado
volumen poblacional y aquel en el cual ese
volumen se ha duplicado es función del rit-
mo de crecimiento de la población. Dado que
el vínculo entre estas dos variables se pro-
duce a través de una relación inversa, cuan-
to mayor sea la tasa de crecimiento, menor
será el período necesario para la duplicación
de la población.
A partir de las cifras relativas a los volúme-
nes poblacionales expuestas en los gráficos
1 y 2 es posible derivar el cuadro 1, a partir
del cual se percibe que el tiempo necesario
para que la población mundial se duplique
ha ido disminuyendo de manera sensible en
el tiempo.
Conforme al volumen poblacional existente
en el año 6000 antes de Nuestra Era y el
número de pobladores del planeta en el año
1000 de la Era actual, se infiere que la pobla-
ción precisaba de un período de 1,413 años
para duplicarse. No obstante, producto del
incremento relativo que fue experimentando
la población, el tiempo necesario para que
el número de personas se duplicara comen-
zó a ser cada vez menor. De esa forma, de
acuerdo al ritmo de crecimiento subyacente
en los volúmenes poblacionales observados
en los años 1000 y 1750, la duplicación de
la población durante ese lapso se producía
cada 555 años.
Cuadro 1
Población mundial en algunos
años seleccionados y tiempo de
duplicación de la población
Año Población Tiempo necesario
para duplicación
de la población
6000 A.C. 10 -
1000 310 1,143 años
1750 791 555 años
1850 1,262 148 años
1950 2,519 100 años
2010 6,854 42 años
Mientras tanto, la comparación entre la po-
blación mundial correspondiente al año 1850
y la existente en 1750 permite inferir que
si el número de habitantes se hubiese in-
crementado como lo hizo durante esos 100
años, entonces habría precisado de 148 años
para multiplicarse por dos. A su vez, el volu-
men poblacional existente en 1850 no nece-
sitó más que de un siglo para duplicarse, al
mismo tiempo que el número de pobladores
del planeta en el año 1950 apenas precisó
de 42 años para duplicarse.
1.3 La alta mortalidad como causa del
lento crecimiento poblacional en el pa-
sado
Hasta antes del siglo XX, el uso de anticon-
ceptivos era muy limitado, por tanto, no
existía regulación de la fecundidad. En este
contexto, un reducido crecimiento en los vo-
lúmenes de la población mundial se debía
exclusivamente a la prevalencia de eleva-
dos niveles de mortalidad. Por esta razón,
los elevados niveles de mortalidad que hasta
entrado el siglo XIX caracterizaron a los paí-
ses hoy industrializados y hasta mediados
del siglo XX a los del Tercer Mundo, son se-
ñalados como los causantes del lento creci-
miento de la población en el pasado.
43
En el caso particular de los países que ac-
tualmente presentan mayor grado de desa-
rrollo, esa alta mortalidad se originaba en
cuatro factores básicos: 1) las guerras, 2)
las hambrunas y escasez de alimentos, 3)
las enfermedades, sobre todo las de carácter
epidémico, y 4) las condiciones de insalu-
bridad en que se desenvolvía la vida de las
personas en el hogar y la comunidad, con-
juntamente con la falta de medios y medidas
para enfrentar los problemas de salud.
Como ejemplo de los estragos provocados
a la población por el primero de los cuatros
factores previamente mencionados, puede
citarse un episodio de escasez de alimen-
tos escenificado en Suecia en la década de
1690, producto del cual se estima que cerca
de un 16% de la población de algunas re-
giones de ese país pudo haber perecido por
fracasos en las cosechas; mientras que en
una provincia de Finlandia, en el mismo año,
pudo haber muerto un tercio de la población
por esa causa. Mientras tanto, la sequía de
1876-1879 en la región Noroccidental de la
China mató entre 9 y 13 millones de per-
sonas y las hambrunas de 1891-1901 en la
India provocaron alrededor de 19 millones
de muertes (Naciones Unidas, 1978).
En adición a los estragos producidos por la
falta de alimentos, el crecimiento poblacio-
nal también se veía frenado por las enfer-
medades epidémicas. Un hecho notorio en
este orden lo constituye la epidemia de la
peste negra que azotó a Europa entre 1348
y 1350, la cual se estima que produjo entre
25 y 35 millones de muertes en ese conti-
nente, es decir, entre un tercio y un cuarto
de su población. Como parte de este episo-
dio, se estima que Italia perdió la mitad de
la población y Francia e Inglaterra un tercio.
Más reciente, la gripe de 1918 produjo unos
20 millones de muertes en todo el mundo en
pocos meses.
44
Las muertes por efectos de las guerras, las
cuales son difíciles de medir, por causa del
peso de las muertes indirectas. Es el caso
de la Segunda Guerra Mundial, cuyo número
de muertes directas se estima entre 30 y 35
millones de personas en Europa. Sin embar-
go, se desconoce cuántas personas pudie-
ron haber fallecido posteriormente a causa
de heridas y traumas derivados de la gue-
rra, del mismo modo que no se sabe cuántas
personas murieron a causa de la escasez de
alimentos o por enfermedades derivadas de
la guerra. De igual forma se sabe que, como
consecuencia de la invasión japonesa a la
China en 1931, en solo 14 años, este último
país perdía cerca de 50 millones de personas
a manos del ejército de Japón, pero igual se
desconoce cuántos ciudadanos chinos falle-
cieron por causas indirectas de esa guerra
de agresión.
El cuarteto de causas de los escenarios de
alta mortalidad en el pasado se complemen-
taba con las precarias condiciones de vida
en los conglomerados humanos, sobre todo
a nivel urbano, producto del hacinamiento y
la insalubridad. Esta situación se agravaba
con la falta de servicios para responder a los
efectos de todos estos factores sobre la sa-
lud de la población.
1.4 Descenso de la mortalidad como
causa del acelerado crecimiento pobla-
cional iniciado a partir del siglo XIX
El escenario negativo que sobre la vida de
las personas generaba la elevada mortali-
dad se revirtió a partir del siglo XIX. En este
proceso que se tradujo en aumento en los
niveles de sobrevivencia de las personas in-
tervinieron cuatro factores básicos:
1) El desarrollo económico y elevación de los
ingresos derivados de la revolución agrí-
cola del siglo XVIII y que posteriormen-
te se expandió a otros países europeos
 y colonias de ultramar, la cual se tradujo
en: cambios en la forma de tenencia de
la tierra, introducción de nuevos cultivos,
desarrollo de nuevas variedades de plan-
tas y animales, introducción de nuevas
tecnologías y maquinarias, así como el
mejoramiento en las formas de produc-
ción.
2) Las reformas sanitarias y medidas de
salud pública, como las reformas sanita-
rias y los movimientos en pro de la sa-
lud pública de la segunda mitad del siglo
XIX. A partir de las denuncias de Edwin
Chadwick, publicadas en su Monumental
Report on the Sanitary Condition of the
Labouring Popualtion on Great Britain en
1842, donde mostraba la relación exis-
tente entre las precarias condiciones de
higiene del ambiente y las enfermedades,
se creó una Dirección de Salud Pública,
creando las bases para el progreso en la
administración de los servicios de sani-
dad. De esta iniciativa surgieron los mi-
nisterios de salud pública de los diferen-
tes países del mundo.
2) La Reforma Social surgida en Inglaterra
en el siglo XIX, tendente a mejorar las
condiciones de vida y de trabajo de las
personas. En el siglo XIX, en Inglaterra
y otros países que se estaban industria-
lizando, se introdujeron medidas impor-
tantes para mejorar las condiciones de
vida y de trabajo y se aprobaron leyes
a través de las cuales se elevó la edad
mínima para trabajar, se acortaron las
jornadas de trabajo, se introdujeron me-
joras en las condiciones físicas del trabajo
y se adoptaron medidas tendentes a re-
ducir los accidentes de trabajo.
3) Adelantos en la medicina, a partir de los
descubrimientos que se hicieron durante
el siglo XIX, como la vacuna contra la vi-
ruela, los trabajos de Louis Pasteur sobre
el origen microbiano de las enfermedades
infecciosas; los de Robert Koch, quien lo-
gró aislar los organismos causantes del
carbunclo, la peste y el cólera asiático e
identificó el bacilo de la tuberculosis en
1882; los de Dmitri Ivanovski, quien des-
cubrió los virus y amplió el conocimiento
sobre las enfermedades infecciosas, así
como los adelantos en la quimioterapia
y el surgimiento de una amplia gama de
productos farmacéuticos (Naciones Uni-
das, 1978).
2. Dinámica de la población de la Repú-
blica Dominicana
A diferencia de cuando se considera al mun-
do como unidad, la población de un país o
de un territorio cualquiera varía en función
de los denominados tres componentes de la
dinámica demográfica: fecundidad, mortali-
dad y migración. Por tanto, la población de la
República Dominicana ha evolucionado mer-
ced a la interacción de esos tres elementos
en el tiempo. Pero a diferencia de los países
hoy industrializados, los tiempos demanda-
dos para la ocurrencia de los cambios, tanto
en los niveles de la mortalidad y la fecundi-
dad como en los volúmenes poblacionales,
han sido mucho más cortos. Esto último se
debe a que la reducción de la mortalidad y
la fecundidad en los países actualmente más
avanzados fue producto del desarrollo de la
sociedad a través del tiempo. Sin embargo,
la reducción de esas dos variables demográ-
ficas en los países del Tercer Mundo se pro-
dujo a partir de la implementación de me-
didas que fueron importadas y aplicadas de
inmediato.
2.1 Crecimiento de la población de la Re-
pública Dominicana entre 1800 y 1920
La información disponible acerca de los vo-
lúmenes de población existentes en la Repú-
blica Dominicana previo al censo de 1920 se
45
deriva de registros y recuentos parciales de Cuadro 2
población, así como de algunas estimacio- REPÚBLICA DOMINICANA: Población
nes basadas en reconstrucciones históricas. estimada, para años seleccionados,
Estos antecedentes hacen suponer que los 1800-1920
datos disponibles en relación al número de
habitantes de la República Dominicana en Año Población
cualquier momento anterior al referido cen-
so, podrían contener imprecisiones impor- 1800 149,877
tantes. 1810 173,939
1820 201,863
A partir del volumen poblacional derivado 1830 234,270
del Censo de Población de 1920 y conside- 1840 271,880
rando hipótesis plausibles acerca del com- 1850 315,128
portamiento de la fecundidad, mortalidad y 1860 349,895
migración para los años precedentes, es po- 1870 393,946
sible hacer estimaciones de la población del 1880 450,327
país para el pasado, conforme se muestra en 1890 522,641
el cuadro 2. 1900 615,822
1910 736,677
Para estimar los volúmenes poblacionales 1920 894,665
existentes en la República Dominicana en los
más de 100 años previos al censo de 1920
se observaron los valores de la tasa bruta
de natalidad y mortalidad, así como la tasa Gráfico 3
de crecimiento que han sido estimadas para REPÚBLICA DOMINICANA: Población
otros países de la región en el pasado. estimada, según año, 1800-1920

De acuerdo al gráfico 3, la población domi-

900,000
nicana creció en forma relativamente lenta
durante el siglo XIX y primeras dos décadas 800,000

del siglo XX. Esa forma desacelerada de cre- 700,000

cimiento se deriva de la hipótesis que consi-
dera que la tasa de crecimiento poblacional 600,000

durante los años previos a 1920 no debió

Población

500,000
superar el 2.0%, mientras que para media-
dos del siglo XIX se estima que debió ser del 400,000

orden de 1.5%. 300,000

200,000
Los argumentos para suponer una tasa de
crecimiento de esos órdenes de magnitud 100,000

durante los años inmediatamente anteriores 0

a 1920 se apoyan en varios hechos. Primero, 1800 1810 1820 1830 1840 1850 1860 1870 1880 1890 1900 1910 1920

es cierto que, como se verá más adelante, la Año

tasa de crecimiento medio anual de la pobla-

ción entre 1920 y 1935 fue de 3.5%.

46
Sin embargo, ese indicador es de solo 2.4%
para el período 1935-1950, precisamente en
momentos en que se esperaría alguna dis-
minución en los niveles de mortalidad, pro-
ducto de medidas en materia de sanidad y
saneamiento básico tomadas durante la ocu-
pación del país por tropas norteamericanas,
al mismo tiempo que no se advierte ningún
movimiento importante de población hacia el
exterior. En consecuencia, una tasa de creci-
miento medio anual de 3.5%, en momentos
en que la mortalidad era muy elevada, solo
podría esperarse en función de la entrada al
país de un contingente inmigratorio impor-
tante entre 1920 y 1935. De haber ocurri-
do así, habría que tomar en cuenta que este
tipo de evento suele ser muy esporádico, por
tanto debe ser considerado como atípico.
Segundo, examinando los valores de la tasa
de crecimiento para otros países de la re-
gión en los años previos a 1900 se obser-
van magnitudes variables, pero tendentes a
robustecer la hipótesis considerada en este
caso. Entre 1850 y 1900, solo para la Ar-
gentina (2.9%), Uruguay (4.0%) y Costa
Rica (2.2%) se estiman tasas de crecimiento
medio anual superiores a 2% (Sánchez-Al-
bornoz, 1991). Para las demás poblaciones
esta tasa gira alrededor de 1.0%. A su vez,
para el período 1900-1930 se estiman valo-
res superiores a 2.0% en el caso de Argenti-
na (3.1%), Paraguay (2.3%), Brasil (2.1%),
Cuba (3.0%), El Salvador (2.1%) y Panamá
(2.7%). Sin embargo, algunos de estos paí-
ses son conocidos como importantes recep-
tores de población en esos períodos, unos
porque eran territorios de oportunidades
en materia de tierras, por poseer amplias
fronteras agrícolas (Brasil, Argentina y Uru-
guay), y otros por encontrarse en proceso
de expansión de las actividades económicas,
sobre todo las vinculadas al campo (Cuba).
Dado que, sobre todo antes de 1900, la Re-
pública Dominicana no representaba ningu-
no de los dos escenarios aludidos en forma
previa, ha de esperarse que su tasa de creci-
miento medio anual tuviese más semejanza
con las del resto de países de la región. Ba-
sados en este tipo de supuesto, se conside-
ró una tasa de crecimiento de 2.0% al año
1915 y de 1.5% a 1850 y los valores corres-
pondientes a los años intermedios se inter-
polaron entre esos dos, mientras que para el
período 1800 a 1850 se consideró una tasa
constante de 1.5%. De esa forma se estima-
ron los volúmenes de población que han sido
expuestos en el cuadro 2.
2.2 Crecimiento de la población de la Re-
pública Dominicana entre 1920 y 2010
Después de haber observado un crecimiento
lento durante el siglo XIX, la población de
la República Dominicana se incrementó sus-
tancialmente en términos absolutos durante
el siglo XX (ver gráfico 4). En el transcurso
de los últimos 60 años, la población del país
se multiplicó por 4.4, al pasar de 2,135,872
habitantes en 1950 a 9,445,281 en 2010.
Considerando la fecha exacta de levanta-
miento de los censos, durante el período in-
tercensal 1920-1935, la población se incre-
mentó en 584,752 personas, lo cual implica
que cada año, en promedio se agregaban
unas 41 mil personas. A su vez, durante el
periodo 1935-1950 anualmente se sumaban
cerca de 43 mil nuevos habitantes; 91 mil
personas anualmente entre 1950 y 1960;
102 mil entre 1960 y 1970; 129 mil entre
1970 y 1981; 156 mil entre 1981 y 1993;
140 mil entre 1993 y 2002, y finalmente,
unos 109 mil entre 2002 y 2010. Esto signi-
fica que 1981-1993 fue el período de mayor
incremento absoluto de la población, seguido
por el lapso transcurrido entre 1993 y 2002.
47
 Gráfico 5
Gráfico 4 REPUBLICA DOMINICANA: Composición porcentual de la
REPUBLICA DOMINICANA: Población empadronada, según año población por zona de residencia, según año del censo,
del censo, 1920-2010 1920-2010
10,000,000 9 ,4 4 5 ,2 8 1 100%

8 ,5 6 2 ,5 4 1
90%
25.6
8,000,000 36.4
7 ,2 9 3 ,3 9 0 80% 43.9
Número de habitantes

48.0
70% 60.3
69.5
6,000,000 5 ,5 4 5 ,7 4 1 76.2
60% 83.4 82.0

Porcentaje
50%
4 ,0 0 9 ,4 5 8
4,000,000
40%
3 ,0 4 7 ,0 7 0 74.4
30% 63.6
2 ,1 3 5 ,8 7 2 56.1
52.0
2,000,000 1 ,4 7 9 ,4 1 7
20% 39.7
8 9 4 ,6 6 5 30.5
23.8
10% 16.6 18.0
0
1920 1935 1950 1960 1970 1981 1993 2002 2010 0%
1920 1935 1950 1960 1970 1981 1993 2002 2010
Año
Año del censo Urbano Rural

2.3 Algunas características del creci- Un efecto adicional del modelo de creciente
miento de la población de la República urbanización seguido por la República Domi-
Dominicana nicana es que se basa principalmente en la
expansión horizontal de las ciudades. Esto
La población de la República Dominicana, en ha traído como consecuencia que, tierras de
términos espaciales, presenta dos aspectos alta vocación agrícola hayan sido absorbidas
característicos. Por un lado, tiende a tornar- por las ciudades, reduciéndose así el poten-
se urbana, y por el otro, tiende a concen- cial del país para producir alimentos.
trarse en algunas provincias en detrimento
de otras. Al mismo tiempo que se verifica esa propen-
sión de la población a aglomerarse en las
Las cifras derivadas de los nueve censos na- ciudades, también tiende a concentrase en
cionales de población levantados en el país algunas provincias, generado de esa forma
ponen en evidencia que la República Domi- desconcentración en las otras (ver cuadro
nicana se ha ido convirtiendo en un país ur- 3). En este contexto, el Distrito Nacional, con
bano, pues hacia 1920 apenas el 17% de solo el 0.02% del territorio nacional, alberga
la población se concentraba en las ciudades, a uno de cada diez (10.2%) habitantes del
mientras que en el 2010, tres de cada cua- país. A su vez, en apenas cuatro provincias
tro personas (74.4%) residían en la zona ur- (Santo Domingo, Distrito Nacional, Santiago
bana (ver gráfico 5). Esa tendencia implica y San Cristóbal) reside casi el 52% de la po-
retos importantes, sobre todo por la falta de blación.
correspondencia entre el crecimiento urbano
y la capacidad del sistema para responder Los dos atributos señalados como elementos
a las demandas de esos conglomerados hu- característicos del crecimiento de la pobla-
manos, tales como: empleo, vivienda, elec- ción dominicana poseen relación de interde-
tricidad, saneamiento básico, transporte, pendencia. De esta forma, la tendencia de la
construcción y asfaltado de vías, entre otras. población a concentrarse en pocas provin-
cias presiona el crecimiento urbano, pues la
migración interprovincial normalmente tiene
como destino una ciudad.
48
 Cuadro 3
REPÚBLICA DOMINICANA: Población, según provincia, 2010

Provincia Población Porcentaje acumulado

Absoluto Porcentaje
Santo Domingo 2,374,370 25.1 25.1
Distrito Nacional 965,040 10.2 35.4
Santiago 963,422 10.2 45.6
San Cristóbal 569,930 6.0 51.6
La Vega 394,205 4.2 55.8
Puerto Plata 321,597 3.4 59.2
San Pedro de Macorís 290,458 3.1 62.3
Duarte 289,574 3.1 65.3
La Altagracia 273,210 2.9 68.2
La Romana 245,433 2.6 70.8
Resto 2,758,042 29.2 100.0
Total 9,445,281 100.0

2.4 Efectos de la mortalidad sobre el
crecimiento de la población de la Repú-
blica Dominicana
Como parte del proceso de mejoras en las
condiciones de salud vivenciado por la po-
blación del mundo, especialmente por las de
los países de menor grado de desarrollo, a
partir de la segunda mitad del siglo XX, la
mortalidad en la República Dominicana ha
descendido de manera importante (ver grá-
fico 6). Esa disminución fue producto de la
implementación, desde mediados de la pa-
sada centuria, de una serie de medidas en
materia de salud, educación, saneamiento y
comunicaciones, entre otras.
partir del cual el descenso se hizo más lento,
debido que cuando la mortalidad llega a nive-
les relativamente bajos, cualquier reducción
adicional conlleva más esfuerzos en cuanto
a las intervenciones en salud, y tiempos más
prolongados para que estas tengan efectos
identificables a través de mediciones.
Gráfico 6
REPÚBLICA DOMINICANA: Tasa
bruta de mortalidad, según período
quinquenal, 1950-55 a 2010-2015
24
20.5
20
T.B.M. (Por mil)

16 14.6
A mitad del siglo pasado, la tasa bruta de
mortalidad era del orden de 21 por mil (ver 12
9.7
gráfico 6). No obstante, una década más
7.6
tarde, ese valor se había reducido a cerca de 8 6.8 6.4 6.3

15%, lo cual representaba una reducción de

alrededor de 30% en apenas 10 años. Esa 4

tendencia altamente decreciente se mantu-

0
vo hasta casi entrados los años 80, período a 1950-55 1960-65 1970-75 1980-85 1990-95 2000-05 2010-15

Período

49
A juzgar por la experiencia derivada del ejer-
cicio de observar los efectos de la reducción
de la mortalidad sobre el crecimiento de la
población mundial, habría razones para afir-
mar que esta reducción experimentada por
la mortalidad en la República Dominicana,
constituye un factor importante del el creci-
miento experimentado por la población, so-
bre todo, a partir de mediados del siglo XX.
2.5 Efectos de la migración sobre el cre-
cimiento de la población de la República
Dominicana
La migración es el único de los tres com-
ponentes de la dinámica demográfica que
puede alterar el crecimiento de la población
en cualquiera de los dos sentidos. Le suma
efectivos, en el caso que el número de inmi-
grantes supere al de emigrantes. A su vez, le
resta habitantes, cuando el número de emi-
grantes es mayor que el de inmigrantes.
Sin embargo, la migración constituye el
componente demográfico de mayor dificul-
tad para su medición en la República Do-
minicana. Uno de los principales problemas
que enfrenta el abordaje de este fenómeno
en países como la República Dominicana es
la calidad de la información, pues las fuen-
tes presentan limitaciones en relación a la
cobertura de los hechos. Los registros ofi-
ciales de migración, que deberían constituir
la fuente principal, poseen bajos niveles de
cobertura, razón por la cual proporcionan
volúmenes de inmigrantes, a todas luces, al-
tamente subestimados. A su vez, los censos
de población, dado el carácter punitivo de la
condición de indocumentado, normalmente
no registran a los inmigrantes que carecen
de documentación legal, por tanto se con-
vierten en una fuente también incompleta.
Mientras tanto, las encuestas tradicionales
poseen las mismas limitaciones de los cen-
sos al momento de captar la población inmi-
grante.
50
En este contexto, la Encuesta Nacional de
Inmigrantes 2012, levantada en el país en
ese año, por estar basada en una metodolo-
gía no tradicional ha venido a proporcionar
por primera vez una estimación bastante ro-
busta del número de inmigrantes en la Re-
pública Dominicana. No obstante, para me-
dir el impacto de la migración se requiere de
la cuantificación del número de emigrantes
dominicanos, lo cual, en principio podría re-
sultar menos complejo, toda vez que la gran
mayoría de dominicanos en la diáspora se
ha radicado en países donde los registros de
inmigrantes poseen mayor calidad que los
dominicanos. Al mismo tiempo, los censos
levantados en esos países tienden a regis-
trar mejor el número y procedencia de los
inmigrantes con mayor grado de calidad que
los de la República Dominicana.
Como parte de los ejercicios desarrollados
en el país con miras a la elaboración de las
proyecciones nacionales de población, bajo
la conducción de la Oficina Nacional de Esta-
dística, se ha establecido que la migración
tiene efectos negativos en el crecimiento de
la población de la República Dominicana. En
los años 70 se estima que el país perdía al-
rededor de 10 mil personas cada año debido
a que el número de emigrantes superaba al
de inmigrantes. A su vez, en los momentos
actuales, esa pérdida es del orden de los 30
mil habitantes cada año.
Otra forma de enfocar la contribución de la
migración sobre el crecimiento poblacional
podría ser a través del peso relativo de los
inmigrantes en relación al conglomerado na-
cional. Desde esta perspectiva, hacia el año
1920, la población inmigrante constituía el
5.5% de la población nacional (ver cuadro
5). Esta información, a pesar de que procede
de un censo de población, podría poseer ma-
yor grado de calidad que la derivada de los
censos más recientes, pues a inicios del si-
glo XX no existían dos problemas que actual-
mente tienden a invisibilizar a los inmigran-
tes indocumentados, quienes constituyen el
grupo mayoritario. Primero, el concepto de
indocumentado carecía de relevancia jurídi-
ca, política e ideológica. Y segundo, aún no
existía el preconcepto ideológico-racial hacia
la población de origen haitiano.
Para el año 2012, proyectando los resul-
tados del censo de población del 2010, y
utilizando la información acerca del núme-
ro de inmigrantes derivada de la Encuesta
Nacional de Inmigrantes 2012, fue posible
establecer que los inmigrantes constituyen
el 5.4% del número total de habitantes del
país (ver Cuadro 5). Esos porcentajes sugie-
ren que, al parecer, la contribución de la in-
migración al tamaño de la población del país
se ha mantenido sin muchos cambios en el
tiempo. En consecuencia, a partir de la infor-
mación disponible es posible levantar la hi-
pótesis de que, contrario a lo que ocurre con
la mortalidad, la dinámica de la migración no
parece haber constituido este componente
demográfico en un elemento de impacto en
el incremento de la población de la República
Dominicana.

Cuadro 5
REPÚBLICA DOMINICANA: Población, por año,
según condición migratoria, 1920 y 2012

Condición
migratoria Población
1920 2012
Absoluto Porcentaje Absoluto Porcentaje

Total 894,665 100.0 9,681,503 100.0

Nativa 845,145 94.5 9,156,871 94.6
Inmigrante 49,520 5.5 524,632 5.4

2.6 Efectos de la fecundidad sobre el
crecimiento de la población de la Repú-
blica Dominicana
La fecundidad es el único componente de la
dinámica demográfica sin efectos negativos
sobre la población, pues normalmente agre-
ga efectivos y en el peor de los casos podría
tener un efecto nulo. No obstante, en el caso
dominicano, esta variable demográfica ha
variado entre muy alta, situación que la ca-
1. El máximo biológico alude al valor más alto alcanza-
ble para la fecundidad, el cual se produce en ausencia
del uso de métodos anticonceptivos y en la presen-
cia de niveles de mortalidad lo suficientemente bajos
como para que la mortalidad intrauterina no reduzca
en forma sustancial la proporción de embarazos que
termina en un nacimiento vivo.
racterizó hasta finales de la década del 60, y
relativamente baja, nivel que la caracteriza
en la actualidad, producto de un sostenido
proceso de disminución desde finales de los
años 60.
Hacia el año 1965 la población se reproducía
a nivel o muy cercano al máximo biológi-
co1. Para esa época, la tasa global de fecun-
didad era del orden de 8.3 hijos por mujer
(ver gráfico 7). No obstante, ese indicador
comenzó a reducirse en forma acelerada, de
modo que unos cinco años más tarde se ha-
bía reducido a 6.7 hijos por mujer, lo cual
representa una disminución de 19% en ese
corto período.
51

REPUBLICA DOMINICANA: Tasa global de fecundidad,
9.0
8.3
8.0
6.7
7.0
Tasa global de fecundidad
6.0
5.0
4.0
3.0
2.0
1.0
0.0
1965 1970
Esa tendencia hacia la disminución de la
fecundidad se mantuvo en forma sosteni-
da, de modo que al año 1975, la tasa glo-
bal de fecundidad exhibía valores del orden
de 5.2 hijos por mujer, lo cual representa
una reducción de 22% con respecto a cinco
años antes y 37% con relación a una década
atrás. El descenso se ha mantenido de forma
sostenida, de modo que para el año 2007 se
observaba un valor de 2.4 hijos por mujer.
Es indudable que la fecundidad, aún a nive-
les como los existentes en la actualidad in-
fluye en el crecimiento de la población de la
República Dominicana. Sin embargo, la ten-
dencia seguida por el fenómeno constituye
un indicador de que el componente del creci-
miento poblacional derivado de este es mu-
52
cho menor que el que pudo haberse verifica-
Gráfico 7
do de no haberse producido tan importante
según año, 1965-2007
disminución en la tasa global de fecundidad.
2.7 Factores asociados a la reducción de
la fecundidad
5.2
La reducción experimentada por la fecundi-
4.4 `
3.7
dad en la República Dominicana durante los
3.2 3.2 3.0
últimos 50 años, en forma directa se debe
2.4
al creciente uso de métodos anticonceptivos
por parte de la población, especialmente las
1975 1980 1986 1991 1996 2002 2007 mujeres, lo cual responde al cambio en la
Año
conducta reproductiva. A su vez, ese cambio
de comportamiento que lleva a las perso-
nas a desear cada vez menos hijos, se de-
riva de un cierto proceso de modernización
experimentado por la sociedad, el cual está
altamente influenciado por los niveles de in-
formación e interacción social, así como por
el propio proceso de desarrollo económico y
social.
El impacto del citado proceso de moderniza-
ción social se manifiesta en los individuos,
sobre todo en las mujeres, a través de un in-
cremento creciente en los niveles de escola-
ridad; un incremento creciente en los niveles
de participación en el quehacer económico,
político y social; así como en un cambio en
la concepción del costo-beneficio de los hijos
que se traduce en un cambio en la dirección
del flujo intergeneracional de riquezas (ver
diagrama 1).
 Diagrama 1
Relación entre los factores asociados a la reducción
de la fecundidad en la República Dominicana

Incremento
creciente
en la escola-
ridad de la
mujer

Incremento
creciente Cambio en la
Proceso de conducta
en la parti- Reducción de
moderniza- reproductiva
cipación de la fecundidad
ción social de la población
la mujer

Cambios en
Uso de
la dirección métodos
del flujo inter- anticon-
generacional
ceptivos
de riquezas

2.7.1 Uso de métodos como mecanismo de un programa nacional de salud materno-

para la reducción de la fecundidad infantil.

En la segunda mitad de la década del 60 se La primera medición sobre uso de anticon-

crearon dos instituciones, a través de cuya cepción en la República Dominicana data de
intervención se tendió a masificar el uso 1975 y daba cuenta de que un poco menos
de métodos anticonceptivos en la Repúbli- de 40% de las mujeres casadas o unidas se-
ca Dominicana. La Asociación Dominicana guía esa práctica (ver gráfico 8). Esa ten-
Pro-Bienestar de la Familia, creada en 1966, dencia a la universalización del uso de an-
desde sus inicios concentró sus esfuerzos en ticonceptivos en el país se extendió con el
la educación y distribución de métodos de tiempo, de modo que al año 2007 ya el 73%
planificación familiar. Posteriormente amplió de las mujeres en unión los usaba.
la cobertura de sus servicios con la introduc-
ción de los componentes de salud reproduc-
tiva y salud general. A su vez, el Consejo
Nacional de Población y Familia, creado por
decreto del Poder Ejecutivo en 1968 se cons-
tituyó en el organismo estatal destinado a
proporcionarle métodos anticonceptivos a la
población, fundamentalmente como parte

53
 El aumento en los niveles de escolaridad in-
Gráfico 8
REPUBLICA DOMINICANA: Porcentaje de mujeres casadas o unidas fluye positivamente sobre la racionalidad re-
usando métodos anticonceptivos, según año de la encuesta
1975-2007
productiva por varias vías. Primero, porque
80.0
72.9
proporciona un mayor nivel de información y
de discernimiento en relación a lo aprendido
69.8
70.0
63.7
Porcentaje de mujeres

60.0
52.7
50.0
40.0
38.4
30.0
20.0
10.0
0.0
1975 1980
2.7.2 Incremento en la escolaridad de
la mujer
En la sociedad dominicana tradicional, el rol
de la mujer se circunscribía a tener y criar
los hijos, administrar el hogar, preparar los
alimentos para los miembros del hogar, ase-
gurar la limpieza e higiene de la unidad ha-
bitacional y de los miembros del hogar y el
cuidado de los miembros del hogar, especial-
mente de los más vulnerables. No obstante,
esa situación se ha ido modificando de forma
sustancial durante las últimas décadas, pro-
ducto de una serie de cambios acaecidos en
la sociedad a partir de los movimientos de
mujeres surgidos en los años 70, el aumento
en los niveles de información e interacción
social dentro de los países y entre países, así
como por la creciente demanda de mano de
obra derivada de la expansión cualitativa y
cuantitativa del sistema productivo. Como
56.4 a partir de esta, lo cual a su vez contribuye a
50.0
la definición de proyectos de vida basado en
horizontes más amplios, los cuales podrían
verse perturbados ante la presencia de un
número elevado de hijos. Segundo, porque
una mayor escolaridad se relaciona con ma-
yores posibilidades de insertarse en el mer-
1986 1991 1996 2002 2007
Año de la encuesta cado laboral, lo cual también es incompati-
ble con un elevado número de hijos. Tercero,
porque una mayor escolaridad representa la
posibilidad de tener una pareja más instruida
y, por tanto, también proclive a una menor
fecundidad. Finalmente, un mayor grado de
escolaridad desfavorece la concepción tradi-
cional de que los hijos constituyen fuente de
ingresos y seguridad para la vejez, y por el
contrario, induce a la idea de que los padres
deben ser proveedores para los hijos. Esto a
su vez desestimula una alta fecundidad.
Gráfico 9
REPÚBLICA DOMINICANA: Porcentaje
de mujeres de 15 años y más que han
cursado estudios universitarios,
según año, 1960-2011
19.9
20
18
16 15.1

consecuencia de esta nueva orientación de 14

rol de la mujer en la sociedad se ha produci-

Porcentaje

12

do un aumento en sus niveles de escolaridad. 10

6
Hacia 1960, apenas tres de cada mil mujeres
4.4
4

de 15 años y más de edad habían alcanzado 2

0.3
el nivel universitario (ver gráfico 9). Luego, 0
1960 1981 2002 2011
esa proporción fue aumentando progresiva- Año
mente hasta situarse en el orden de 20% en
el año 2011.

54
2.7.3 Incremento en los niveles de
participación de la mujer
Las últimas cinco décadas se constituyen en
testigo de grandes cambios sociales, sobre
todo en relación a los niveles de inserción
social de la mujer. Una de esas evidencias la
constituye el cambio de estatus de las mu-
jeres, quienes, en gran proporción han deja-
do de ser amas de casa para convertirse en
parte activa de la fuerza de trabajo.
En 1960, solo el 6% de las mujeres de 15
años y más de edad formaba parte de la
masa laboral (ver gráfico 10). Una década
después, esa proporción ascendía a 14%, lo
cual implica un incremento de 133%. Duran-
te los años siguientes, ese incremento re-
lativo tendió a ensancharse y como conse-
cuencia de esto, las mujeres pertenecientes
a la fuerza de trabajo constituían el 36% en
1990, mientras que en el 2010, esa propor-
ción ascendía a 54%.
REPUBLICA DOMINICANA: Tasa bruta de participación femenina en la
60
Tasa de participación (Por 100)
50
40
30
20
10
0
1960
En la medida que la mujer tiende a inser-
tarse en el quehacer económico, político y
social requiere de un mayor grado de auto-
nomía para tomar decisiones y mayor inde-
pendencia en relación a las obligaciones que
la atan al hogar. En consecuencia, un mayor
nivel de participación hace que la mujer pro-
penda a tener menos hijos.
2.7.4 Cambios en la dirección del flujo
intergeneracional de riqueza
En las familias tradicionales, los hijos, en
una primera etapa de su vida constituían una
forma de aumentar los ingresos del hogar.
Unas veces como mano de obra para laborar
en la finca o negocio familiar y otras como
trabajadores para otros patronos a cambio
de algún tipo de remuneración.
En una segunda etapa de su vida, cuando
los padres envejecían y dejaban de traba-
jar, los hijos se convertían en su sistema de
previdencia social. En consecuencia, tener
un elevado número de hijos resultaba ven-
tajoso, en la medida en que aumentaba las
probabilidades de tener un nivel de ingreso
más elevado y una ayuda más cuantiosa en
la vejez o invalidez.
Como parte de los cambios derivados del
Gráfico 10
proceso de modernización social, esa con-
actividad económica, según año, 1960-2010
cepción tradicional del costo-beneficio de
54 los hijos ha cambiado durante las últimas
décadas. Desde esta nueva perspectiva,
contrario a la concepción de los hijos como
36
fuente de riqueza para los padres, se consi-
dera que son estos quienes deben invertir en
ellos, proveyéndoles, además de los cuida-
14 dos necesarios, los elementos derivados de
6 las demandas asociadas a la crianza en con-
diciones adecuadas, así como la educación
1970
Año
1990 2010 necesaria para que, una vez sean adultos,
puedan garantizarle la inserción en el que-
hacer económico y social que como contra-
partida les generará los ingresos necesarios
para vivir.
Hacia 1960, el 27% de los niños y niñas de
10 a 14 años formaban parte de la fuerza de
trabajo (ver gráfico 11). Sin embargo, cua-
tro décadas más tarde esa proporción era de
55
 apenas 4%. A su vez, entre los adolescentes
de 15 a 19 años, el 36% formaba parte de la
fuerza de trabajo en 1960, mientras que esa
proporción era de solo 23% en el año 2010.
En consecuencia, se percibe claramente la
reducción de la proporción de niños, niñas y
adolescentes que es empujada al mercado
de trabajo.
Otro elemento que aporta evidencias en re-
lación a los cambios en relación a la con-
cepción del costo-beneficio de los hijos es el
hecho de que, contrario a lo que ocurre con
relación al mercado de trabajo, la proporción
de niños, niñas y adolescentes que asiste a
la escuela aumentó sustancialmente en las
últimas cuatro décadas.
19 años que asistía a la escuela aumentó de
40% en 1970 a 71% en el 2011.
La propensión al aumento exhibida por el
porcentaje de niños, niñas y adolescentes
que forma parte de la fuerza de trabajo, al
mismo tiempo que aumentan los porcenta-
jes de aquellos que asisten a la escuela se
constituyen en testimonio de la nueva con-
cepción de la relación costo-beneficio de los
hijos. La tendencia es a que los hijos, cada
vez menos representan una inversión para
los padres y cada vez más, los padres invier-
tan en la crianza, cuidados y formación de
los hijos, lo cual contribuye a que las perso-
nas valoren menos una prole numerosa.

Gráfico 11 Gráfico 12
REPÚBLICA DOMINICANA: Tasa de REPÚBLICA DOMINICANA: Población
participación de los adolescentes en de 10-14 y 15-19 años que asiste
la actividad económica, 1970 y 2010 a la escuela, 1970 y 2011

100
36 36.0
1970
90
32 2010
80 96.8
27.2
Tasa de participación (Por cien)
Tasa de participación (Por cien)

28
70 2011
24
23.1
60 1970
20 70.7
50

16
40
69.1
12 30

8 20 40.4
4.2
4 10

0 0
'10-14 15-19 '10-14 15-19

En 1970, solo el 69% de los niños y niñas
de 10 a 14 años de edad asistía a la escuela,
mientras que esa proporción ascendía a 97%
en el año 2011 (ver gráfico 12). Del mismo
modo, la proporción de adolescentes de 15 a
2.8 Efectos de la disminución de la fe-
cundidad sobre la población
Además de los efectos sobre el crecimien-
to poblacional, el descenso de la fecundidad

56
 ha impacto de la población dominicana en
dos sentidos. Primero, ha modificado la es-
tructura por edad de la población. Y como
consecuencia de esto, la proporción de niños
tiende a disminuir, mientras que el porcen-
taje de envejecientes aumenta. Y segundo,
ha provocado una reducción importante en
la tasa de crecimiento poblacional.
2.8.1 Cambios en la estructura por edad
de la población
Como producto de la disminución en los ni-
veles de fecundidad, la tendencia es que, en
términos relativos, cada vez nazcan menos
niños y como consecuencia, la proporción
de personas menores de 10 años tiende a
disminuir. A su vez, ante esta coyuntura y
el hecho de que la mortalidad tiende a ser
cada vez más baja, entonces el porcentaje
de personas en edades avanzadas tiende a
aumentar.
Al año 1960, más de un tercio de la población
(34.4%) tenía menos de 10 años de edad,
mientras que solo un 3% sobrepasaba los
64 años (ver gráfico 13). Sin embargo, me-
dio siglo después, los menores de 10 años
constituían apenas el 19% de la población,
mientras los envejecientes ya sobrepasaban
el 6%.
Gráfico 13
REPUBLICA DOMINICANA: Porcentaje de personas de 0-9
años y de 65 años y más de edad, según año del censo,
1960-2010
35
34.4
33.3
30
27.2
24.5
25
Porcentaje
20
15
10
3.7
5 3.0 3.2
0
1960 1970 1981
Año
2.8.2 Disminución de la tasa de creci-
miento de la población
A pesar del crecimiento absoluto experimen-
tado por la población de la República Domi-
nicana, como consecuencia de la disminu-
ción de la fecundidad y en ausencia de un
saldo neto migratorio de consideración, el
ritmo de crecimiento relativo se ha reducido
considerablemente durante las últimas seis
décadas.
En la década del 50, la población se incre-
mentaba anualmente en 36 habitantes por
cada 1000 existentes (ver gráfico 14). Pro-
ducto de la disminución de la fecundidad,
ya mencionado en forma previa, la tasa de
crecimiento medio anual se redujo a 2.9%
entre 1960 y 1970. No obstante, aunque no
existen evidencias suficientes, podría levan-
tarse la hipótesis de que los desplazamien-
tos de población hacia los Estados Unidos de
América con posterioridad a la Revolución
de Abril de 1965 pueden haber alcanzado
dimensiones como para haber contribuido
de manera importante en la reducción de la
tasa de crecimiento de la población.
Después del importante contraste entre los
valores de la tasa de crecimiento poblacional
correspondiente a los períodos 1950-1960
(3.6%) y 1960-1970 (2.9%), el descenso
relativo comenzó a ser más lento, alcanzan-
do tasas del orden de 2.7% para el período
1970-1981; 2.3% para 1981-1993; 1.8%
entre 1993-2002 y 1.2% durante el período
0-9
2002-2010.
65 y más
22.8
19.4
5.6 6.2
4.5
1993 2002 2010
57
 Gráfico 14 en niveles similares a los existentes hasta
REPUBLICA DOMINICANA: Tasa de crecimiento medio anual (por
mediados de los años 60, cuando el uso de
cien), según período intercensal 1920-2010
métodos anticonceptivos era muy reducido.
4.0
3.6
3.5
3.5
Si la fecundidad hubiese llegado al año 2010
3.0 2.9
con los niveles exhibidos en 1960, la pobla-
Tasa de crecimiento

2.7
2.5 2.4
2.3 ción empadronada en 1970 habría alcanza-
2.0 1.8
do volúmenes del orden de 4,340,000 ha-
1.5
bitantes; unos 6,181,000 personas habrían
1.2
sido empadronadas en 1981; 9,416,000 en
1.0
1993; 13,650,000 en el 2002; y en el 2010
0.5
habrían existido 18,114,000 personas (ver
0.0
1920-35 1935-50 1950-60 1960-70 1970-81 1981-93 1993-02 2002-10
gráfico 15). Esto supone que durante los 50
Período intercensal años transcurridos entre 1960 y 2010, la po-
blación, en vez de multiplicarse por 3, se ha-
bría multiplicado por seis. Desde otro ángu-
A la luz de la tendencia seguida por el vo- lo, al año 2010 la población nacional habría
lumen poblacional de la República Domini- alcanzado un volumen equivalente a casi el
cana, aun en presencia de una disminución doble del realmente existente.
importante de la fecundidad, entonces cabe
formular la pregunta siguiente:

¿Cuál habría sido el tamaño de la población Gráfico 15

REPUBLICA DOMINICANA: Tendencias de la población, habiendo
dominicana en ausencia del cambio expe- descendido y no habiendo descendido la fecundidad, 1960-2010
(Millones de habitantes)
rimentado por la fecundidad en las últimas 20
18.114
cuatro décadas?
Número de habitantes (Por mil)

18
No habiendo descendido la fecundidad
16
Habiendo descendido la fecundidad 13.650
14
A pesar del descenso experimentado por la 12

tasa de crecimiento medio anual entre los 10

9.416

7.293
8.563
9.445

períodos 1950-1960 y 1979-1981, desde un 8

6
6.181
5.546
4.340 4.010
valor de 3.6% a otro de 2.7%, lo cual supo- 4 3.047 3.047

ne una reducción de 25%, la población se 2

incrementó en un 82% entre 1960 y 1981, 0

1960 1970 1981 1993 2002 2010
Año
al pasar de 3,047,000 en 1970 a 5,546,000.
A su vez, el crecimiento relativo entre los
períodos intercensales 1970-1981 y 2002-
2010 se redujo en un 56%, al mismo tiempo Conclusiones
que el volumen poblacional se incrementó
en un 70% entre 1981 y 2010. La población mundial creció en forma muy
lenta en el pasado, producto de los eleva-
El aumento en el volumen de la población dos niveles de mortalidad que prevalecieron
dominicana que le llevó a multiplicarse por hasta finales del siglo XIX. Esta situación, a
3.1 entre 1960 y 2010 puede considerarse su vez, en gran medida se debía a factores
importante desde la perspectiva cuantitati- relacionados con la falta de capacidad del
va. No obstante, más importante aún habría ser humano para manejar el entorno en for-
sido si la fecundidad se hubiese mantenido ma adecuada y a conflictos sociales. Como

58
consecuencia, la escasez de alimentos, las
enfermedades epidémicas, las malas condi-
ciones sanitarias y falta de servicios de salud
causaron grandes estragos en la población,
lo mismo que las guerras, las cuales solían
ser frecuentes y cruentas.
Esta situación se revirtió, sobre todo a partir
del siglo XX, merced a una serie de avances
derivados del desarrollo económico y eleva-
ción de los ingresos derivados de la revolu-
ción agrícola del siglo XVIII en Inglaterra;
la reformas sanitarias y medidas de salud
pública de la segunda mitad del siglo XIX;
la reforma social surgida en Inglaterra en el
siglo XIX; y los adelantos en la medicina, a
partir de descubrimientos hechos durante el
siglo XIX. Como consecuencia de la reduc-
ción experimentada por la mortalidad mer-
ced a esos factores, la población mundial co-
menzó a crecer en forma acelerada. De esta
forma, de un volumen de 1,650 millones de
personas existentes en el año 1900, la po-
blación del planeta pasó a 2,519 millones en
1950, para luego incrementarse a 6,071 mi-
llones al año 2000 y a 6,854 millones en el
2010.
En este contexto, la población de la Repúbli-
ca Dominicana creció en forma lenta hasta
finales del siglo XIX. Se estima que el nú-
mero de habitantes del país era del orden de
150 mil hacia el año 1800, de unos 315 mil a
mediados del siglo XIX, de alrededor de 615
mil al año 1900 y poco más de 890 mil en el
año 1920. Entrado el siglo XX, la población
creció en forma más acelerada, alcanzando
un volumen de unos dos millones de perso-
nas en 1950, cuatro millones en 1970, ocho
millones y medio en el 2002 y casi nueve
millones y medio en el 2010.
A pesar de ese incremento absoluto, el ritmo
de crecimiento relativo de la población em-
pezó a disminuir a partir de finales de la dé-
cada del 60. Como consecuencia de ese fe-
nómeno, la tasa media anual de crecimiento
poblacional, que fue del orden de 3.6% en
el período 1950-1960, descendió a 2.9% en
el decenio 1960-1970 y así continuó hasta
situarse en 1.2% en el período intercensal
2002-2010.
La reducción en el ritmo de crecimiento de
la población dominicana ha sido el resultado
de un cambio en la conducta reproductiva de
la población, especialmente de las mujeres,
producto del fenómeno que podría denomi-
narse proceso de modernización social. A su
vez, esa nueva racionalidad reproductiva se
ha traducido en el uso creciente de métodos
anticonceptivos por parte de las parejas, y
de manera más importante, por las muje-
res. Esto último se evidencia en el hecho de
que, hacia 1975, solo el 38% de las mujeres
casadas o unidas estaba usando métodos
anticonceptivos. A su vez, al año 2007 esa
proporción ascendía a 73%.
Mientras tanto, la nueva racionalidad repro-
ductiva de la mujer dominicana está asocia-
da a tres factores que se interrelacionan:
a) la elevación de los niveles de escolaridad
femeninos; b) el aumento en los niveles de
participación de la mujer en el quehacer,
económico, político y social; c) el cambio en
la visión de la familia, y en consecuencia, de
la mujer, en relación al costo-beneficio de los
hijos, lo que a su vez, ha reorientado la di-
rección del flujo intergeneracional de rique-
zas. De esta forma, la nueva tendencia es
a que los hijos no sean vistos como fuente
de ingresos para los padres, sino que, por
el contrario, son los padres quienes deben
invertir en los cuidados, alimentación, salud,
educación y formación de los hijos.
En este contexto, el aumento en los nive-
les de escolaridad femenina influye que la
mujer tiende a fortalecer esa nueva visión
del costo-beneficio de los hijos, lo cual la lle-
va a adoptar una racionalidad reproductiva,
59
al mismo tiempo que la conmina a procurar
un mayor grado de inserción en el queha-
cer social, económico y político, como forma
de satisfacer las demandas derivadas de la
crianza de los hijos. Mientras tanto, esa ne-
cesidad de inserción laboral abre un círculo
que se cierra con el deseo de tener menos
hijos para disponer de más oportunidades
para poder trabajar.
En ausencia del cambio en la conducta re-
productiva de las parejas, y de manera es-
pecial, de las mujeres, lo cual se tradujo en
una disminución importante de la fecundi-
dad durante las últimas cuatro décadas, la
población dominicana habría crecido con-
forme al ritmo en que lo hizo entre 1950 y
1960, es decir, con una tasa de crecimiento
medio anual de 3.6%. Esto supondría que la
población nacional habría sido de 4,340,000
habitantes en 1970; 6,181,000 en 1981;
9,416,000 en 1993; 13,650,000 en el 2002;
y 18,114,000 personas en el 2010. Por tan-
to, el uso de métodos anticonceptivos aportó
una alta contribución en el proceso que se
tradujo en que la población no creciera en
forma desmesurada.
Bibliografía
1. Centro de Estudios Sociales y Demográficos-
Asociación Dominicana Pro-Bienestar de la Fa-
milia-Oficina Nacional de Planificación-Macro
International. Encuesta Demográfica y de Sa-
lud (ENDESA), 1996. Santo Domingo, 1997.
2. Centro de Estudios Sociales y Demográficos-
Macro International y otros. Encuesta Demo-
gráfica y de Salud (ENDESA), 2002. Santo Do-
mingo, 2003.
3. Centro de Estudios Sociales y Demográficos-
Macro International y otros. Encuesta Demo-
gráfica y de Salud (ENDESA), 2007. Santo Do-
mingo, 2007.
60
4. Consejo Nacional de Población y Familia. En-
cuesta Demográfica y de Salud (DHS), 1986.
CONAPOFA. Santo Domingo, 1987.
5. Gómez B., Miguel. Estadística general. San
José de Costa Rica: Universidad de Costa
Rica, 1975.
6. Hernández González, Sergio. Historia de la
estadística. Revista de divulgación científica y
tecnológica. Universidad Veracruzana, Volu-
men XVIII, No. 2. Mayo-Agosto de 2005. Vera-
cruz, 2005.
7. Instituto de Estudios de Población y Desarro-
llo, PROFAMILIA-Oficina Nacional de Plani-
ficación-IRD/Macro International. Encuesta
Demográfica y de Salud (ENDESA), 1991.
PROFAMILIA. Santo Domingo, 1992.
8. NACIONES UNIDAS. Factores determinantes
y consecuencias de las tendencias demográfi-
cas. Nueva York, 1978. v. 1.
9. Oficina Nacional de Estadística. Estimaciones y
proyecciones de población 1950-2100 (En pro-
ceso de elaboración). Santo Domingo, 2013.
10. Oficina Nacional de Estadística. Censos de po-
blación, 1920, 1935, 1950, 1960, 1970, 1981,
1993, 2002 y 2010. Santo Domingo.
11. Polo N., José. República Dominicana: Análisis
de la Evolución de la Población Económica-
mente Activa 1960-1970. Centro Latinoame-
ricano de Demografía. Serie C No. 1009. San
José, 1979.
12. Sánchez-Albornoz, Nicolás. La población de
América Latina, 1850-1930. In: Bethell, Leslie
ed. Historia de América Latina. Universidad de
Cambridge. Editorial Crítica, Barcelona, 1991.
 EL MESCYT Y EL FONDOCYT: LA CIENCIA Y
LA TECNOLOGÍA COMO BASE PARA EL
DESARROLLO SOSTENIBLE
Dr. Lagombra
Los países que exhiben un mayor desarrollo
económico y social han aceptado el reto que
significa apostar por la ciencia y la tecnolo-
gía como herramienta para el crecimiento y
desarrollo de sus naciones.
Desde el año 2005, la República Dominicana
ha dado pasos firmes en ciencia y tecnolo-
gía, gracias a un instrumento que ha permi-
tido a los científicos dominicanos desarrollar
sus investigaciones en favor de la creación
de conocimientos y por ende, en beneficio
de la nación. Este instrumento se denomina
Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo
Científico y Tecnológico (FONDOCYT).
Dentro de esta iniciativa (FONDOCYT) del
(MESCYT), el Instituto Dominicano de In-
vestigaciones Agropecuarias y Forestales
(IDIAF) sometió en 2008 la propuesta de
investigación “Alimentación Sostenible de
Novillos en Ceba a partir del Uso de Subpro-
ductos Agroindustriales y de Cosecha, Facti-
bilidad Biológica y Económica” liderada por el
Dr. Gregorio García Lagombra y el ingeniero
agrónomo Joaquín Caridad del Rosario como
co-investigador. La misma ha concluido de
manera exitosa y sus resultados repercuten
en beneficio de la generación de nuevas tec-
nologías.
Este proyecto fue elaborado con la finalidad
de eficientizar los sistemas de ceba de novi-
llos en base a dietas alimenticias de bajo cos-
to que mejoren la productividad y reduzcan
61
el deterioro del medio ambiente utilizando
subproductos agroindustriales y de cosecha.
Como problemas y/o oportunidades que fue-
ron identificados y que motivaron el llevar a
cabo este proyecto, estuvo la baja calidad de
los pastos y forrajes tropicales en época de
sequía, por una parte, y por la otra, el uso
inadecuado o el no uso de los subproductos
agroindustriales y de cosecha en la alimen-
tación bovina.
El objetivo general del proyecto fue evaluar
el efecto biológico (rendimiento de canal,
aumentos de peso y ganancias diarias) y la
factibilidad económica del uso de algunos
subproductos agroindustriales y de cosecha
entre los cuales se encuentran la pulpa cítri-
ca, pulpa de café ensilada o deshidratada y
mazorca de cacao.
Dentro de los resultados encontrados están:
EXPERIMENTO SOBRE LA PULPA
DE CAFÉ ENSILADA
‒ Es factible la inclusión de pulpa de café
ensilada en dietas para novillos en ceba,
a un nivel de 15 %.
‒ Se obtuvo una mejoría en aumentos dia-
rios de peso de los novillos alimentados
con las dietas a base de pulpa de café
ensilada en nivel de 25%, en compara-
ción a novillos alimentados a base de solo
forraje.
‒ Se mejoró el rendimiento de canal hasta
un 6%, en los novillos alimentados con
las dietas a base de pulpa de café ensila-
da, lo cual significa ingresos adicionales al
productor al vender los novillos a la canal.
‒ Se determinó que el tiempo de salida al
mercado de los novillos alimentados a
base de la pulpa de café ensilada, se pue-
de reducir a un nivel de 11%, lo cual re-
dunda en mejores beneficios económicos.
62
EXPERIMENTO SOBRE LA PULPA
DE CAFÉ DESHIDRATADA
‒ La inclusión de niveles de hasta un 30%
de pulpa de café deshidratada, fue facti-
ble en la dietas para novillos en ceba.
‒ Los resultados indican mejorías en la
ganancia diaria de peso de los animales
en un 29 % en novillos alimentados con
dietas de pulpa de café deshidratada en
comparación con animales alimentados
solo a base de forrajes.
‒ El rendimiento de la canal se incrementa
en más de 4%, cuando se utiliza pulpa de
café deshidratada.
‒ Cuando se incluye en la dieta la pulpa
de café deshidratada, se reduce 34% del
tiempo de salida al mercado de los novi-
llos en ceba.
‒ La opción de la deshidratación de esta
pulpa permite el almacenamiento indefi-
nido, para que después pueda ser utiliza-
da estratégicamente en pocas críticas o
de deficiencia de materiales fibrosos tales
como época de sequía y baja producción
de forrajes.
EXPERIMENTOS SOBRE PULPA DE
CÍTRICOS ENSILADA
‒ De acuerdo a los resultados de este expe-
rimento, se logró incluir de este subpro-
ducto hasta un 50% en una dieta suple-
mentaria con resultados satisfactorios.
‒ Los datos indican mejorías en la ganancia
diaria de peso de los novillos de más de
38% al utilizar este subproducto en com-
paración a novillos en solo pasto.
‒ Cuando se utilizan estas dietas, es posible
reducir hasta el 50% del tiempo requeri-
do para enviar los novillos al matadero.
EXPERIMENTOS UTILIZANDO LA
MAZORCA DE CACAO
‒ Al utilizar dietas a base de mazorca de
cacao se mejoran las ganancias de peso
en niveles de 15% en comparación de no-
villos en pastoreo.
‒ También con la aplicación de estas dietas
se reduce en más de 50% el tiempo de
salida de los novillos al mercado.
‒ No se afectó el rendimiento de la canal de
los animales.
CONSIDERACIONES Y EXPERIENCIAS
GENERALES OBTENIDAS EN LOS EXPE-
RIMENTOS DEL USO DE SUBPRODUC-
TOS AGROINDUSTRIALES EN ALIMEN-
TACIÓN DE NOVILLOS.
De manera general, los resultados del pro-
yecto muestran que el uso de subproductos
agroindustriales y de cosecha en la alimenta-
ción de novillos en ceba resulta ser un com-
plemento nutricional factible tanto desde el
punto de vista biológico como económico,
siempre y cuando sean utilizados cerca del
lugar donde se generan.
OTROS RESULTADOS GENERADOS
EN LA EJECUCIÓN DEL PROYECTO:
Desarrollo y adaptación del Inóculo “CPA-
IDIAF”, el cual es un aditivo que mejora la
calidad del ensilaje a través de la reducción
del pH del ensilaje preparado, promoviendo
una fermentación adecuada de los subpro-
ductos utilizados.
La publicación del libro “Factibilidad biológi-
ca y económica del uso de la pulpa de cítri-
cos en la alimentación animal”.
Preparación del manuscrito “Cálculos sobre
análisis nutricional y costos de la pulpa de
café” durante el proceso de transportación.
Este documento es importante para que du-
rante el proceso de transporte de materiales
húmedos y para fincas donde no haya balan-
zas de pesar, se pueda calcular la cantidad
aproximada transportada de estos materia-
les de alta humedad.
PRESENTACIONES EN CONGRESOS, TE-
SIS DE GRADO Y MAESTRÍA Y DE EXTEN-
SIÓN CON PRODUCTORES Y TÉCNICOS
DE LAS ACTIVIDADES DEL PROYECTO
Con relación a las actividades de difusión
relacionadas con el proyecto, se presenta-
ron tres ponencias en el 6to. Congreso de
la Sociedad Dominicana de Investigadores
Agropecuarios y Forestales (SODIAF), en
Juan Dolio, San Pedro de Macorís, el cual fue
celebrado en octubre del 2013. Las ponen-
cias fueron las siguientes: Uso de la pulpa de
café (coffea arabica) ensilada en la alimen-
tación de novillos de engorde, Ensilado de
mazorca de cacao, melaza, urea y gallinaza
en ceba de novillos a pastoreo de gramíneas
y Uso de la pulpa de café (coffea arábica)
deshidratada en la alimentación de novillos
de engorde.
Este proyecto también sirvió para presen-
tar tres trabajos de grado, para los cuales
se graduaron 4 estudiantes de la Universi-
dad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y
2 de la Universidad Pedro Henríquez Ureña
(UNPHU). Además están pendientes de re-
visión final dos tesis de la Maestría en Nutri-
ción Animal de la Universidad Autónoma de
Santo Domingo (UASD), las cuales se pre-
sentarán próximamente.
Se han realizado varios talleres, días de
campo, demostraciones de métodos, entre
otras actividades, en beneficio de producto-
res y técnicos del área pecuaria, lo cual indi-
ca el alcance del proyecto en función de las
obligaciones institucionales
63
En términos generales, el alcance de este
proyecto, no solo se traduce en mejoras
para crear un sistema de producción bovino
a bajo costo, sino que también, tiene un im-
pacto importante a través de la capacitación
de técnicos, productores y encargados de
granjas, que podrían utilizar esta tecnología
(paquete tecnológico de alternativas alimen-
ticias) para la suplementación en la ceba del
ganado bovino.
Los resultados pueden ser utilizados como
referencia de productores interesados en
producir carne bajo estas modalidades, con
64
la alternativa de extrapolar los resultados a
otros componentes del sistema productivo
de rumiantes tal como el ganado lechero,
ovinos y caprinos, entre otros sistemas.
Como otro aspecto importante del proyecto
visualizado de forma indirecta, está el reti-
ro de estos materiales o subproductos del
medio ambiente, acumulados son altamente
contaminantes. Lo ideal es transformarlos
en productos de origen animal tales como
leche y carne, opciones más inteligentes a
seguir.
 EVENTOS
OFRENDA FLORAL
CELEBRACIÓN DEL DÍA PANAMERICANO DE LA
ESTADÍSTICA (12 de Mayo) y EL DÍA DEL
CONTADOR (17 de Mayo).

De izquierda a derecha, Mtro. Rafael Méndez, director de la Escuela de Administración; Mtro. Antonio Ciriaco,
director de la Escuela de Economía; Mtro. Francisco Vegazo, vicerrector de Investigación y Postgrado; Mtro.
Pablo Valdez, director de la Escuela de Contabilidad; Mtro. Alexis Martínez, vicedecano FCES; Mtro. Ramón
Desangles, decano de la FCES; Mtro. Dionicio Hernández Leonardo, director de la Escuela de Estadística; Mtro.
Rafael -Nino- Féliz, vicerrector de Extensión; Mtro. Jesús Díaz, director de la Escuela de Sociología; Lic. Rafael
Perelló, vicepresidente del Instituto de Contadores.

Mtro. Pablo Valdez, director de la Escuela de Conta-

bilidad.

Autoridades, empleados, estudiantes e invitados especiales

marchan hacia la estatua de Duarte ubicada frente al Aula
Magna.

Mtro. Dionicio Hernández Leonardo, director de la

Escuela de Estadística. Observa el Lic. Aristóteles
Ponserrate, maestro de ceremonia de la actividad.

65
66