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DEFINICIÓN DE BUENA FE

Antes de definir el significado de este concepto deberemos explicar lo que


implican las dos palabras con las que se halla construido: buena y fe.

Bueno, del latín bonus, es un adjetivo que señala aquello que


posee bondady que resulta encantador, atractivo, apetitoso o conveniente.
La persona buena, en este sentido, evidencia una predisposición a realizar el
bien, mientras que las cosas buenas son las que superan lo frecuente u
ordinario. Cabe destacar que la noción de bueno es tautológica, ya que bueno
es lo que está bien y se define en oposición a lo que está mal.

Fe, por otra parte, deriva del latín fides y nombra al grupo de las creencias
de una persona o de una colectividad. La fe también es el concepto favorable
que se posee de un individuo o de una cosa; la confianza; y la afirmación de
que algo tiene certeza.
Se conoce como buena fe a la integridad y la honestidad en el
comportamiento. Quien actúa con buena fe, no pretende hacer el mal: si
se equivoca o termina dañando a alguien o algo, no habrá sido con dicha
intención. Por ejemplo: “Yo actué de buena fe: no sabía que el televisor que
te vendí funcionaba mal”, “No te preocupes, mi padre sabe que actuaste con
buena fe y que no querías complicar las cosas”.
La noción de lista de buena fe, por otra parte, se utiliza en
el deporte para nombrar al listado de competidores registrados para
participar en un evento: “El entrenador uruguayo anunció la lista de buena
fe para el Mundial con pocas sorpresas”.
El concepto en el derecho
En el derecho, el principio de buena feestá vinculado a la certeza que
uno tiene respecto a la veracidad o a lo correcto de algo. La buena fe requiere
honestidad en el vínculo con las partes que intervienen en un contrato.
Cuando una persona vende algo y se firma un contrato que detalla las
características y condiciones de lo vendido, no debe faltar a la verdad ni
tratar de engañar al comprador. Se espera, por lo tanto, que lo declarado sea
de buena fe. Si un individuo vende una casa que tiene problemas en los
cimientos y no lo dice, estará actuando con mala fe.

Se trata de un principio constitucional que exige a las leyes y las autoridades


públicas de un lugar a que presuman la buena fe en las acciones de los
ciudadanos y a su vez, que quienes dirigen el rumbo de las sociedades actúen
procurando hacerlo con intenciones buenas.
Este principio ocupa un lugar fundamental desde los orígenes de la
constitución del derecho y es una de las reglas principales que vela por la
seguridad y la justicia. Si se ha cometido un delito, el jurado debe
apoyarse en las pruebas para comprobar si el acusado ha actuado con
conocimiento de causa, es decir deseando hacer el mal. Hasta que no se
pruebe lo contrario, el jurado debe pensar que no ha habido intención de
cometer delito, confiando en la buena fe del delincuente.
Aun si todo indica que el delito ha sido premeditado con saña, hasta que no
se demuestre lo contrario, el jurado debe presumir la buena fe del acusado
porque la ley así lo obliga.
Una vez que se presentan las pruebas y que se descubren las malas
intenciones del acusado, recién entonces, puede dejarse a un costado este
derecho y puede procederse a efectuar una sentencia acorde al delito
cometido, el grado de presunción y demás aspectos que se han analizado
con especial detenimiento.

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