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Resumen de 7 hábitos de la gente altamente efectiva

Básicamente, nuestro carácter está compuesto por nuestros hábitos. Los hábitos son factores
poderosos en nuestras vidas. Dado que son pautas consistentes, a menudo inconscientes, de modo
constante y cotidiano expresan nuestro carácter y generan nuestra efectividad... o inefectividad.
Según dijo alguna vez el gran educador Horace Mann: “Los hábitos son como hebras. Si día tras día las
trenzamos en una cuerda, pronto resultará irrompible”. Personalmente, no estoy de acuerdo con la
última parte de esta sentencia. Sé que los hábitos no son irrompibles; es posible quebrarlos. Pueden
aprenderse y olvidarse. Pero también sé que hacerlo no es fácil ni rápido. Supone un proceso y un
compromiso tremendo.
Los Siete Hábitos de la Gente Altamente Efectiva enumeran treinta y dos principios de acción, que, una
vez establecidos como hábitos, ayudarán al lector a alcanzar un alto nivel de efectividad en todos los
aspectos importantes de su vida. El autor afirma que dichos hábitos están basados en principios de la
ética personal y del carácter, que no son afectados por el tiempo y de aplicación universal.

Los hábitos se encuentran en la intersección de tres componentes que se relacionan: el conocimiento,


las habilidades y el deseo o actitud. El conocimiento indica qué hacer y por qué hacerlo, las habilidades
indican cómo hacer las cosas y el deseo es la motivación para lograrlas y las ganas de hacerlas.
Cualquier persona que sea capaz de llevar estos hábitos en su vida cotidiana puede lograr importantes
mejoras, tanto en su vida personal, familiar o social así como en cualquier organización.

Habito 1 – Ser Proactivo


Ser proactivo significa tomar acción de forma decidida ante las oportunidades y la propia vida, innovar
y no seguir la corriente general por inercia y poner en práctica la habilidad de seleccionar una
respuesta propia ante cualquier estímulo. Esto implica asumir un comportamiento determinado según
una decisión consciente, basado en valores y principios propios, no en las condiciones externas en las
que se encuentra un individuo en un momento determinado.
La efectividad de este hábito representa la posibilidad de atacar los desafíos cotidianos de forma
resuelta basados en la libertad individual y responsabilidad social que tenemos como seres humanos
porque nuestro ambiente y entorno nos condicionan o tratan de hacerlo frente a toda clase de
estímulos, pero sólo nosotros tenemos la elección de reaccionar de un modo u otro.
Ser proactivo implica también controlar la propia conducta de una manera decidida y activa. Este
control hace al hombre más responsable de sus principios y valores. Y lo distingue de los seres menos
evolucionados como los animales o vegetales que no pueden elegir o eligen un comportamiento por
instinto.
Este es el hábito de ser consciente y tener una conducta responsable y es determinante en cualquier
persona para entender sus realizaciones y frustraciones, retos y respuestas así como las ambiciones y
logros. Es fundamental comprender que ante cualquier estímulo que provenga del ambiente externo
o interno las respuestas que se deriven de ello en acciones o reacciones, existe la capacidad individual
de decisión.

Habito 2 – Empiece con un fin en mente


Toda acción es precedida por una meta en mente inmediata, a corto o a mediano plazo. Y en este caso
este hábito establece la correspondencia que existe entre la creación física y la mental, es decir
primero hay una creación mental y luego por medio de la acción y la fe se materializa el pensamiento,
lo cual ocurre en cualquier aspecto de la vida donde se establezca una meta para lograr una
manifestación en la realidad exterior al pensamiento.
La efectividad de este hábito muestra el liderazgo personal y satisface completamente la necesidad de
encontrar un sentido a la propia existencia e iniciar todos los días con un claro entendimiento de la meta
establecida. Este es el hábito de la primera creación o creación mental como hemos dicho, y resulta
esencial en toda persona para entender el cumplimiento de su misión existencial. Estudios realizados
acerca de tener una visión de futuro muestra que esta es una herramienta extraordinaria y como lo
considera el autor Stephen R. Covey el poder que tiene una visión de futuro sobre los acontecimientos
que le suceden a una persona en su vida es determinante.

Habito 3 – Establezca primero lo primero


La efectividad de este hábito muestra la importancia de establecer prioridades antes de tomar acción
para lograr cualquier objetivo, y su aplicación inteligente posibilita que las personas puedan encontrar
la diferencia entre lo importante y lo urgente para ser más efectivas. Este es el hábito de la segunda
creación o creación física, el que resulta básico para comprender la calidad de las decisiones y acciones
en el día a día.
Han existido y existen varias herramientas para priorizar metas y actividades, desde listas y notas, el uso
de agendas escritas hasta programas de administración del tiempo que se encuentra instalados en los
sistemas de cómputo actuales y teléfonos inteligentes. Lo importante aquí es que cada uno de
estos recursos ha sido utilizado o se ha apoyado para la creación y el uso de nuevas herramientas en
la administración del tiempo.

El autor Stephen Covey ha propuesto una cuarta que encuentra su sustento en la matriz de
administración personal, en la que cada actividad puede ser clasificada según dos criterios: 1)
Urgencia, aquellas actividades que requieren una acción inmediata. 2) Importancia, aquellas
actividades que tienen que ver con los resultados. Así, cada actividad es susceptible de clasificarse en
los siguientes cuadrantes: 1) Urgente e importante: Administración por crisis; 2) No urgente e
importante: Administración proactiva; 3) Urgente y no importante: Administración reactiva; 4) No
urgente y no importante: Administración inefectiva. Resulta obvio que es el segundo cuadrante el que
resulta clave para el logro de la efectividad.
Habito 4 – Piense en ganar/ganar
La efectividad de este hábito muestra el beneficio mutuo entre seres humanos y ayuda de forma
poderosa a encontrar equilibrio en las relaciones humanas con un sentido del bien común recíproco e
igualdad. Este hábito posibilita el lograr satisfacciones compartidas entre todas las personas que
participen en un proceso de intercambio o de negociación.
En una sociedad como la actual donde predomina más el egoísmo y el aislamiento basados en el
paradigma de la acumulación y escasez de los recursos este hábito abarca el estudio de seis
paradigmas en las interacciones humanas: 1) ganar / ganar; 2) gano / pierdes; 3) pierdo / ganas; 4)
pierdo / pierdes; 5) gano; 6) ganar / ganar o no hay trato.
Cada uno de estos paradigmas modela las relaciones humanas y conllevan a consecuencias
determinadas; no obstante el primer modelo en una realidad de ayuda mutua es el único viable para
generar vínculos de apoyo entre las partes y la duración de cualquier relación humana. Este primer
modelo representa beneficios que dan mutua satisfacción, adicionalmente permite el aprendizaje e
influencia mutuos. Todos los conflictos en los diferentes ámbitos sociales y económicos reflejan la
ausencia de la comprensión y aplicación de este modelo

Habito 5 – Procure primero comprender y luego ser comprendido


La efectividad de este hábito está en establecer una comunicación efectiva con cualquier interlocutor
y es necesario aplicarlo en las relaciones humanas para desarrollar la inteligencia emocional y obtener
un clima social de respeto y convivencia armoniosa.
Ya obras anteriores a Los Siete Hábitos de la Gente Altamente Efectiva como en el caso de Cómo Ganar
Amigos e Influenciar sobre las Personas de Dale Carnegie muestran la necesidad de colocarse en la
situación ajena antes que en la propia para obtener un clima de confianza y respeto en el manejo de
las relaciones humanas, lo cual siempre genera abundantes dividendos en cualquier tipo de
interacción o negociación con las personas.
Este hábito establece la necesidad de entender y desarrollar la empatía hacia el interlocutor para luego
ser comprendido y poder construir así relaciones interpersonales más armoniosas. Y muy
especialmente muestra la importancia de la escuchar con empatía al otro u otros en todo proceso de
comunicación humana. Aunque todos los siete hábitos propuestos por Stephen Covey tienen un alto
componente de desarrollo y aplicación de Inteligencia Emocional este hábito podríamos decir lo hace
de forma más cercana y notoria pues conecta a un nivel más profundo las relaciones entre dos o más
personas.

Habito 6 – Sinergice
La sinergia ocurre cuando el todo es mayor a la suma de las partes, es decir la aritmética convencional
no se aplica en este caso. La efectividad de este hábito implica la suma de talentos de un equipo que
puede producir muchas mayores conquistas y ventajas que un sólo individuo por inteligente que este
sea.
Una de las formas de aplicar la sinergia está en la creación de nuevas relaciones humanas sean de trabajo
o personales, esto crea una corriente de nuevas ideas por asociación siempre y cuando sean
personas que aporten valores y progreso. Actuando así cultivas tu habilidad y tu actitud a la hora de
valorar a otras personas, otros pensamientos, otros paradigmas. Sumar distintas buenas ideas
produce siempre mejores ideas.
La sinergia es pues un producto resultante de la calidad de las relaciones internas y externas de un
equipo de personas. Así la sinergia intrapersonal es consecuencia de la práctica de los tres primeros
hábitos que propician la victoria privada o maestría personal; en tanto que la sinergia interpersonal es
el resultado de la práctica de los tres segundos hábitos que generan la victoria pública o maestría
interpersonal. Otra manera de enfocar la sinergia interpersonal es considerarla como un producto de
la mentalidad de abundancia, la cuenta bancaria emocional y el esfuerzo por procurar primero
comprender. Un ejemplo notable de sinergia son los círculos de calidad japoneses comprometidos,
productivos y creativos.

Habito 7 – Afilar la sierra


Como seres humanos podemos y debemos aspirar al mejoramiento continuo no a la perfección, y
afilar la sierra implica establecer rutinas de entrenamiento y trabajar para mejorar en aquellas
disciplinas o aspectos en los cuales el desempeño es bueno y convertirlo en extraordinario y trabajar
para mejorar también aquellas áreas de la actividad diaria en las cuales el desempeño es apenas
aceptable o regular.
La efectividad de este hábito promueve la mejora continua como hemos dicho y la auto-renovación, el
mantenimiento básico necesario para mantener los hábitos restantes funcionando
adecuadamente, ofrece un horizonte de superación personal en todas y cada una de las áreas de
nuestra personalidad. Este es el hábito que permite entender el mejoramiento personal en las
dimensiones física, mental, emocional y espiritual.
Stephen Covey denomina a este hábito afilar la sierra por aquella historia o símil que relata acerca de
un leñador que se encuentra en pleno bosque tratando con mucho afán de derribar árboles con su
hacha. Sin embargo, no le pasa por su mente que su hacha también requiere ser afilada cada cierto
tiempo para que recupere su filo y pueda seguir brindando un buen servicio.
Esto ocurre con las personas cuando no son capaces de hacer un alto en el camino de su vida para afilar
la sierra representada en la vida real humana, al recuperar nuevas energías con el establecimiento de
metas y prioridades, la lectura de estudio en Desarrollo Personal y en las áreas profesionales de
interés, la ayuda solidaria al prójimo, el descanso reparador y la meditación.
Las personas requerimos renovación en todas y cada una las dimensiones de nuestra personalidad:
física, mental, emocional y espiritual. En cualquier caso, la falta de una apropiada renovación en estas
dimensiones puede tener un elevado costo para cualquier persona.

En conclusión, Los Siete Hábitos de la Gente Altamente Efectiva representan un método claro y
secuencial de inteligencia emocional que permiten definir, refinar y verificar el progreso personal, social
y económico y ayudar a otros a beneficiarse también del mismo proceso.

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