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Participación en el desarrollo económico y social del

país, y en la defensa civil

 Como ya hemos visto las finalidades fundamentales de


las fuerzas armadas se hallan establecidas en el artículo
165 y de la policía nacional en el artículo 166 de la
constitución.

 Sin embargo como instituciones organizadas y eficientes en el


cumplimiento se les encarga estas dos funciones adicionales de
colaboración con la sociedad. Pero esto ha traído ciertas
discusiones puesto que trae consigo ampliar las funciones de las
Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, finalidades que si son
y deberían ser atendibles pero no a través de estas instituciones.

C. 1823 (166) establece que "el destino del ejército de Línea es


defender la seguridad exterior de la República, y se empleará donde
esta pueda ser amenazada".

TC.1828 (145) Establece que la, en ese entonces denominada, "fuerza


pública" tiene por objeto defender al Estado contra los enemigos
exteriores, asegurar el orden en el interior y sostener la ejecución de
las leyes. Una redacción idéntica es la que encontraremos en el
artículo 140 de la Constitución de 1834

 C. de 1839 omite hacer alguna referencia al tema.

C. 1856 (118) señala que la "fuerza pública" debe garantizar los


derechos de la nación en el exterior; y asegurar el orden y ejecución
de las leyes en el interior, al igual que la C. 1860 (119), la C. 1867
(116), la C. 1920 (143).

C. 1933 (213) prescribe que la finalidad de la fuerza armada es


asegurar los derechos de la República, el cumplimiento de la
Constitución y de las leyes, y la conservación del orden público.

C 1979 prevería una redacción idéntica a la que vemos hoy en día en


el artículo 171 de la Constitución de 1993.
 Como podemos notar a lo largo de los textos
constitucionales peruanos se le ha otorgado a las Fuerzas
Armadas, sin distinguirla de la Policía Nacional, la finalidad de
tutelar tanto el orden interno, es decir, velar porque las leyes al
interior del Estado sean cumplidas. Por lo cual se debe precisar
el margen de actuación de cada una de las instituciones.

Las Fuerzas Armadas circunscriben su actuación


fundamentalmente a la tutela de la seguridad exterior del Estado.

Aquella referencia a la seguridad exterior supone la defensa de la


independencia, soberanía e integridad territorial frente a
amenazas externas.

No obstante ello, podemos todavía delimitar aún más la


participación de nuestras Fuerzas Armadas. Y es que es bien
sabido que, actualmente, el recurrir a las armas, por decirlo de alguna
manera, constituye en buena cuenta la última vía, máxime si, como se
sabe, la guerra se encuentra absolutamente proscrita a nivel mundial.
En consecuencia, ante un problema de alguna amenaza externa, por
ejemplo de algún país vecino en específico, será la vía diplomática la
que intentará resolver el asunto y, de no ser posible, podemos incluso
acudir a tribunales internacionales de justicia, que contribuirán a
encontrarle una salida pacífica al impasse en que podemos
eventualmente encontrarnos involucrados.

Lo expuesto hasta aquí nos lleva necesariamente a inferir que el rol


que cumplen actualmente las Fuerzas Armadas, esto es, en un
escenario en el cual el diálogo ha pasado a ser la principal arma frente
a alguna amenaza externa, es sin duda relevante, pero subsidiario. En
otros términos, pasan a adoptar una función fundamentalmente
disuasiva frente a aquella amenaza externa que atente contra la
independencia, soberanía e integridad territorial-del país, ya que dicha
amenaza externa intentará ser superada principalmente a través del
diálogo, sin necesidad de entrar a un enfrentamiento armado.

Excepcionalmente, según lo prescrito por el mismo texto constitucional


vigente en su artículo 137, las Fuerzas Armadas podrán asumir el
control del orden interno. Esto último ocurrirá tanto en el supuesto de
la declaratoria del estado de emergencia, si así lo dispone el
Presidente de la República.

 Por lo antes dicho, el otorgarle a las Fuerzas Armadas la labor


de participar en el desarrollo económico y social del país
sobredimensiona las funciones y finalidades que en rigor se le
confían.

Por otro lado, a la Policía Nacional se le encomienda la tutela del


orden interno, la vigencia y ejecución de las leyes al interior del
territorio nacional.

 Esto último marca una diferencia clara con las labores que se
constituyen más bien propias de los institutos castrenses, las
cuales están circunscritas a la defensa externa del país,
específicamente de su independencia, soberanía e integridad
territorial. Esto último debiera conducir a que el tratamiento de
ambas instituciones, es decir, de las Fuerzas Armadas y la
Policía Nacional en un futuro texto constitucional se dé en
capítulos y/o títulos distintos.

Según lo establecido en el Decreto Ley N° 19338, que se encarga de


regular el Sistema Nacional de Defensa Civil, este tiene como finalidad
proteger a la población, previniendo daños, proporcionando ayuda
oportuna y adecuada, y asegurando su rehabilitación en caso de
desastres o calamidades de toda índole, cualquiera que sea su origen.

 Qué duda cabe que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional


pueden contribuir a superar los perjuicios que traen consigo
alguna calamidad o desastre. Es más, ya hemos tenido
oportunidad de comprobar en algunas ocasiones, como por
ejemplo las inundaciones que tuvieron lugar como consecuencia
del Fenómeno del Niño, que ello resulta por demás importante
por la infraestructura e instrumentos con que cuentan, así como
por la preparación que tiene su personal.

Artículo 172: El número de efectivos de las Fuerzas Armadas y de la


Policía Nacional se fija anualmente por el Poder Ejecutivo. Los
recursos correspondientes son aprobados en la Ley de Presupuesto.
Los ascensos se confieren de conformidad con la ley. El Presidente de
la República otorga los ascensos de los generales y almirantes de las
Fuerzas Armadas y de los generales de la Policía Nacional, según
propuesta del instituto correspondiente.

 Fuerzas Armadas con un tamaño idóneo para cumplir con


los fines que se le confían. Y es que parece ser que hoy en
día se privilegia más que un ejército numeroso, unas
Fuerzas Armadas con el número de efectivos suficiente y
debidamente calificados y preparados.

El número de efectivos policiales es una materia de suma relevancia


para un país como el nuestro, que cuenta lamentablemente con altos
índices de delincuencia común. Sin embargo, el tema no pasa solo por
contar con un buen número de policías, sino también, como
señalamos anteriormente para el caso de las Fuerzas Armadas, y
haciendo la necesaria salvedad de las diferentes atribuciones y fines
que se les confían, de tener una alta preparación y calificación, así
como una labor inspirada en los valores éticos que impidan que la
institución policial vea mellada su imagen.

Con respecto al ascenso

 Favoritismos y recomendaciones.

Dicha norma legal debe contener pautas objetivas, tales como el


respeto al cuadro de méritos, y mecanismos que permitan a los
ciudadanos en general y a los mismos militares y policías en particular
el conocer cuáles son los criterios sobre la base de los cuales son
evaluados a efectos de que se les otorgue o no el ascenso
correspondiente.

Estas pautas o criterios evidentemente deben guardar estrecha


relación y coherencia con las funciones y fines que se confían a los
institutos armados y policiales. Somos de la opinión de que esto
resulta de particular relevancia no solo para la transparencia de un
tema tan delicado como es este y en el que los intereses en juego
pueden conducir a obrar de forma arbitraria, sino para que los mismos
integrantes de ambas instituciones tengan conocimiento pleno de
cómo debe ser su desempeño si lo que aspiran es ostentar un alto
grado en la entidad que conforman.

Debe tenerse presente que la decisión que recae en este caso


sobre el Presidente de la República, no es una decisión que deba
estar libre de pautas o criterios objetivos, en la medida en que resulta
de particular relevancia evitar el uso arbitrario de ella y así contribuir al
fortalecimiento institucional de las Fuerzas Armadas y la Policía
Nacional.

ARTICULO 173

En caso de delito de función, los miembros de las Fuerzas Armadas


y de la Policía Nacional están sometidos al fuero respectivo y al
Código de Justicia Militar. Las disposiciones de este no son aplicables
a los civiles, salvo en el caso de los delitos de traición a la patria y de
terrorismo que la ley determina. La casación a que se refiere el artículo
141 solo es aplicable cuando se imponga la pena de muerte. Quienes
infringen las normas del Servicio Militar Obligatorio están asimismo
sometidos al Código de Justicia Militar.

En perspectiva histórica, el concepto de delito de función


consagrado en las Constituciones de 1979 y 1993 ha sido interpretado
de manera amplia por los órganos jurisdiccionales de la justicia común
y militar. Así por ejemplo, tenemos el criterio de ocasionalidad aplicado
por la Corte Suprema, según el cual estaremos ante un delito de
función si es cometido por un militar o policía en circunstancias
calificadas como acto de servicio o nociones análogas vinculadas a la
función militar o como consecuencia de las mismas1093.
La Corte Suprema aplicó el criterio de ocasionalidad, por ejemplo, en
la contienda de competencia del caso La Cantuta (referido a la
desaparición forzada de nueve estudiantes y un profesor de la
Universidad Nacional de Educación "Enrique Guzmán y Valle"), fijando
la competencia en la jurisdicción militar en la medida de que los
presuntos hechos delictivos fueron consecuencia del cumplimiento de
órdenes militares y se ejecutaron como actos de función del personal
militar involucrado.
El delito de función o delito militar pertenece al ámbito de los delitos
especiales propios, en atención a que el sujeto activo debe tener una
determinada calificación o característica (ser militar o policía en
actividad), a diferencia de los delitos comunes, en donde sus autores
son descritos de manera impersonal y generalizada. En tal sentido, la
calidad especial del sujeto (militar o policía) es determinante para la
existencia del delito, en caso contrario el hecho sería atípico.

Definiendo al delito función:

El delito de función debe afectar o poner en peligro un bien jurídico


institucional del ámbito funcional castrense o policial, como
consecuencia de la infracción de un deber relacionado con dicho
ámbito funcional. El sujeto activo debe ser necesariamente un militar o
policía en actividad. Los sujetos pasivos deben ser las Fuerzas
Armadas o la Policía Nacional. El delito de función debe estar
tipificado en el Código de Justicia :Militar.

Por otra parte, esta definición del delito de función excluye de su


ámbito a los militares o policías en situación de retiro y a los civiles
como sujetos activos, ya que no cumplen ninguna función castrense o
policial. Por ello, en ningún supuesto podrían afectar bienes jurídicos
institucionales de las Fuerzas Armadas o de la Policía Nacional.
El artículo bajo estudio restringe el control de la Corte Suprema sobre
los tribunales militares a la aplicación de la pena de muerte. Esta
disposición es coherente con la idea de una jurisdicción militar
independiente del Poder Judicial. No obstante, un rediseño
constitucional de la jurisdicción castrense debería contemplar su
incorporación al Poder Judicial como una especialidad
del sistema de impartición de justicia.

El servicio militar y el Código de Justicia Militar


Siguiendo el razonamiento de la Defensoría del Pueblo; la parte final
del artículo que comentamos no consagra la obligatoriedad del servicio
militar, sino tan solo establece cuál es la legislación aplicable en el
supuesto de que el modelo sea obligatorio y las personas que deban
cumplir dicho servicio infringen sus normas

Artículo 174
Los grados y honores, las remuneraciones y las pensiones inherentes
a la jerarquía de oficiales de las Fuerzas Armadas y de la Policía
Nacional son equivalentes. La ley establece las equivalencias
correspondientes al personal militar o policial de carrera que TW tiene
grado o jerarquía de oficial. En ambos casos, los derechos indicados
solo pueden retirarse a sus titulares por sentencia judicial

El primer párrafo establece la equivalencia de grados análogos entre


las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional
De tal manera que queden totalmente
Homologados a pesar de ser instituciones bastante diferentes entre sí.
Existe
Algún personal que no tiene grado. o. jerarquía de oficial en las
instituciones
Castrenses o. policiales. Se ordena establecer las equivalencias.

El segundo párrafo. es una garantía totalmente razonable en virtud del


carácter vertical y del espíritu de disciplina de estas instituciones:
Los derechos solo pueden ser retirados por sentencia judicial. De lo
contrario, sería relativamente fácil que un jefe cometa arbitrariedades
con sus subordinados, privándolos por órdenes propias de estos
derechos.

Cuando un oficial de las Fuerzas Armadas o. Policía Nacional pasa al


retiro, igualmente la Constitución garantiza ciertos derechos que es
bueno recordar.
Así se origina el derecho a percibir como pensión el íntegro. de las
remuneraciones pensionables correspondientes al grado inmediato
superior en situación de actividad y otros beneficios y goces
sobrevivientes a su nueva situación.
Articulo 175
Solo las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional pueden poseer y usar
armas de guerra. Todas las que existen, así COTTW las que se
fabriquen o se introduzcan en el país pasan a ser propiedad del
Estado sin proceso ni indemnización.
Se exceptúa la fabricación de armas de guerra por la industria privada
en los casos que la ley señale.
La ley reglamenta la fabricación, el comercio, la posesión y el uso, por
los particulares, de armas distintas de las de guerra.
Las armas de guerra en el Perú son de uso exclusivo de las Fuerzas
Armadas y la Policía Nacional de acuerdo a este articulo de nuestra
Constitución Política. Esto significa que ninguna persona y por ninguna
razón puede utilizar armas de guerra, procediendo su decomiso sin
proceso ni indemnización alguna. Sin embargo, nuestra
legislación1107 permite por excepción, el uso de algunas armas
llamadas "de guerra" (pistolas automáticas y semiautomáticas) a
ciudadanos considerados como "personalidades", que por la
naturaleza de su función pública, cargo político o empresarial
requieren del uso de esta clase de armas para su seguridad personal.

ARMAS DE USO CIVIL


Son aquellas armas que por sus características y diseño son
fabricadas para cubrir requerimientos de defensa personal, deporte,
caza, seguridad, vigilancia y colección. Son armas selectivas cuyos
materiales no resisten grandes cadencias de tiro y no están
preparadas para disparar en ráfaga. La munición de estas armas no
debe exceder de 40 kilográmetros de energía en la boca del cañón
para armas cortas y de 400 kilográmetros de energía en la boca del
cañón para armas largas

Las armas de uso civil pueden ser:


Armas de defensa personal; son armas cortas (pistolas, revólveres)
que usan munición de menos de 40 kilográmetros.
Armas de deporte de tiro al blanco; son armas cortas o largas (pistola,
revólver, carabina, escopeta) empleadas en la programación oficial de
concursos de las federaciones de tiro deportivo nacional1109.
Armas de caza; son armas largas que usan munición de menos de
400 kilográmetros, como las escopetas, las carabinas y las
combinaciones
carabina-escopetas.
Armas de seguridad y vigilancia; son armas de fuego cortas (pistola,
revólver) cuya munición no genere más de 80 kilográmetros en boca
del cañón, armas de fuego largas como escopetas de seguridad y
armas de caza fuera del radio urbano.
Armas de colección; son aquellas que poseen valor por su antiguedad,
historia, diseño u otras peculiaridades. No pueden ser portadas ni
tener munición, y deben guardarse des activadas. Las armas de
colección pueden ser antiguas o modernas.

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